Ok, esta es la cosa: Tengo muchas ideas para el desarrollo de la historia, puntos argumentales y escenas aisladas, además del final… pero no se me ocurre bien como escribirlas, y pareciera que estar de vacaciones no me ayuda tanto como esperaba. Quería darles de regalo para navidad otro capítulo pero no se pudo porque no lo terminé a tiempo y lo siento :c Así que les pido paciencia si no actualizo tan rápido como en un inicio.

Espero que puedan entenderlo, no me odien :c Ahora sin más demora, el capítulo. AAAACCIÓN.

CAPITULO 11: UN VIAJE INESPERADO

No supo si debía decir en voz alta que había olvidado su pañuelo, aunque se revisó muchas veces alrededor de la casa para evitar que se quedara algo importante. Thorin andaba a su lado mientras los demás enanos bromeaban tras de ellos y Gandalf fumaba de su pipa a la cabeza de la compañía.

Después de la escena que habían presentado frente a sus sobrinos no quería hacer otra muestra de afecto publica aunque muriera por tomar la mano del enano del que apenas se enteraba iba a ser rey… "rey… ¿realmente me dará un lugar junto a él? Lobelia estaría muriendo de envidia justo ahora" soltó una pequeña risa a causa de ese pensamiento llamando momentáneamente la atención de Thorin.

-¿Qué te parece gracioso, Bilbo? –

-Nada, solo que si hace un par de años me hubiera pensado que saldría de mi casa para ir en una excursión al otro lado de Arda para ver al rey enano, elfos y magos… bueno, me habría reído por esa tontería. Pero si eres tu el que está ahí no tengo problema. Mi rey –Thorin sonrió ampliamente con ternura tomando delicadamente la mano de Bilbo para besar aquel anillo que con tanto esmero había hecho.

-¡Consíganse una habitación! –esa exclamación fue lo que rompió el momento de ensoñación de ambos, Bilbo pudo identificar esa voz como la de Kili y se puso por demás rojo de vergüenza, a diferencia del mediano el moreno sonrió antes de atraer a sus labios al hobbit sosteniéndolo firmemente de la nuca.

"Tendrán tiempo para eso en Erebor" "Dale un respiro al pobre mase Bilbo" "Les damos un espacio privado cuando acampemos" y los comentarios siguieron haciendo reir al mago, a Thorin e incluso cuando la vergüenza pasó, a Bilbo.

-Cuando llegue el momento estoy seguro que Thorin le dará más que eso a mi querido amigo, Bilbo ¿no es así? –

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El camino siguió por las colinas y amplios valles que colindaban con el habitad de los hobbits, bordearon Bree y siguieron hacia el Oeste antes de que comenzara a darles hambre y por decisión de su líder se detuvieron a descansar y comer algo para después seguir con su camino. Mientras Bilbo ayudaba a Bofur con el almuerzo poniéndole sazón al que no estaban acostumbrados en lo absoluto, pero seguro que podrían acostumbrarse. La noche se había hecho presente escuchándose algunos grillos no muy lejos.

Bilbo mandó a Bofur y a Bifur a entregar los platos al resto de los enanos quienes con el simple aroma ya se les hacía agua en la boca.

-¡Increíble, Maese Bilbo! –dijo Balin dando una probada al estofado que había preparado el mediano, este se mostró realmente complacido a pesar de no ser el primero en alagar sus dotes culinarios.

-Es agradable comer algo que no sabe a tierra por una vez en meses… sin ofender Bofur –dijo Fili provocando una risa colectiva entre todos, esas carcajadas se vieron cortadas cuando ya todos degustando su plato escucharon un agudo lamento con cierta similitud a un aullido.

-¿Qué fue eso? –Preguntó Bilbo con la sangre helada en sus venas.

-Orcos –respondió tajante Dwalin llevando su mano a su espada.

-Se escuchan lejanos –afirmó Gandalf –no tendrán que preocuparse esta noche –

-Con esa cacofonía casi dan ganas de contar anécdotas –dijo Kili sumamente emocionado.

-¡Yo empiezo! –Exclamó Nori levantando la mano emocionado –La vez en que Bombur cayó por las escaleras del palacio y casi arrolla a la princesa Dís que… -

-Yo hablaba de historias para helar la sangre –dijo Kili aguantando la risa, esa anécdota era de sus favoritas en el palacio.

-Recuerdo cuando Bofur y Ori siendo apenas unos niños llegaron casi orinando sus pantalones diciendo que vieron el espectro de Smaug en el salón del trono –los partícipes de esa historia se ruborizaron hasta las orejas por lo dicho por Dwalin. Más que miedo eso sacó aún más carcajadas.

-¿Y usted señor Bilbo? ¿Qué historias podría contarnos de la comarca donde vive? –preguntó Glóin empinando su plato hacia su boca terminando su estofado.

-No hay nada interesante en la comarca que pueda contar –dijo encogiéndose de hombros –la vida es demasiado pacífica y no se escucha de espectros o batallas por allá –

-¿Ni si quiera cuando apareció nuestro tío? –Preguntó Fili.

-Bueno… mi prima Prím logró sacar a bailar a Thorin en la fiesta de año nuevo –todos contuvieron el aire provocando incluso que Gandalf dejara su pipa de un lado.

-¿Eso es cierto? ¡Por Mahal! ¡Thorin no suele bailar! Ha sido en varias fiestas entre las nobles casas de los enanos que se le vio rechazando a damas enanas –dijo Dwalin sin quitar su cara de sorpresa, cosa que irritó un poco a Thorin.

-Mi prima puede llegar a ser muy persuasiva y algo agresiva si no consigue lo que quiere –dijo Bilbo comiendo otra cucharada de su plato. Todos querían escuchar la historia completa, y lo hubieran conseguido de no ser porque Escudo de Roble les ordenó dormir pues tendrían que levantarse antes del alba. En secreto Bilbo les confirmó que luego les contaría la historia dejándolos satisfechos.

Todos se metieron en sus mantas alrededor de la fogata dispuestos a dormir. Thorin estaba dispuesto a acomodarse junto a Bilbo cuando una mano lo detuvo.

-Quiero darte algo antes ¿sí? –dijo la pacifica voz de su sobrino menor, el heredero al trono asintió sentándose prestando completa atención al joven enano. Este sacó de su bolsillo un par de cuentas que él bien sabia le pertenecían –las tomé lo más rápido que pude antes de que el abuelo las encontrara, y te pertenecen –dijo, el mayor pensó en rechazarlas pero al ver el rostro ilusionado de Kili no pudo hacerlo, las tomó en su mano estrechándolas contra su pecho.

-Gracias Kili –dijo en Kúzdhul. Juntaron sus frentes sintiendo ese calor en el pecho que había sentido desde que sus dos sobrinos nacieron y le sonrió antes de desearle buenas noches.

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Pasaron un par de semanas en las que llegaron a unas ruinas en medio del bosque de lo que parecía ser una cabaña ahora deshecha debido al pasar del tiempo, ahora solo quedaban maderas caídas y rotas dejándose ver solo el marco del umbral de la casa. Gandalf les anunció que se alejaría un poco para descontento del líder de la compañía quien no dudo en rebatirle a donde iba, sin embargo, Gandalf le respondió sagazmente "Hago lo que cualquier mago hace, andar y vagar escuchando entre las piedras la ayuda que reclame. Solo puedo decir que los veré lo más pronto que pueda, trazaré el camino que nos guiará a nuestro destino. Volveré al alba", sin más se fue ignorando las maldiciones que le gritaba Thorin en su lengua.

Aunque decir que desaprovecharon el tiempo sería mentir, al fin y al cabo. Los príncipes se sintieron jóvenes de nuevo, como niños cuando Thorin les propuso entrenar a su par de sobrinos quienes no se negaron. Seguido se escuchó el sonido de sus espadas chocar mientras el resto preparaba el campamento el heredero y los príncipes blandían sus espadas con fiereza, lo cual llenó de orgullo al mayor de los tres.

Se dio cuenta de que ya no eran niños cuando casi tropieza de espaldas siendo amenazado por la espada de Fili al frente y a su izquierda por Kili, hubiera perdido de no ser porque Dwalin se había metido en el duelo blandiendo una espada también igualando las condiciones en la batalla. Bilbo veía todo desde lejos, preparando las hoyas y las hierbas que ayudarían para preparar la cena. Podría pasar por una batalla real de no ser por las risas que se escuchaban de parte de los cuatro.

-¡Levanta la espada al centro no hacia abajo! –exclamó Thorin a Fili quien acató la orden siguiendo con el duelo.

-Creo que ha sido suficiente… definitivamente han mejorado –Dwalin revolvió los cabellos del menor quien sudaba y tenía algunos mechones pegados a la frente.

-Sí, es cierto. Vamos, ayuden con el campamento –los menores guardaron sus espadas y se acercaron al resto, auxiliando a Glóin con el fuego –no me había dado cuenta de lo mucho que habían crecido… y lo mucho que los extrañé en mi ausencia –

-Ellos también lo hicieron, y se metieron en muchos problemas haciendo lo que tu –

-¿Qué?

-Desafiando al rey –Thorin contuvo su ira empuñando las manos hasta que sus nudillos se pusieron blancos –debemos apresurarnos –

-Dís… ¿Cómo está ella? –

-La última vez que la vimos estaba luchando con los guardias para que la soltaran, la enviaron a las mazmorras –un suspiro cargado de pena salió de los labios de ambos enanos –pero es bueno verte, le debo una disculpa a Kili y Fili, estaba molesto creyendo que nos aferrábamos a la ilusión de que estuvieras vivo, y mira… aquí estas –puso su pesada mano en el hombro de su amigo aun sintiéndolo como si fuera parte de su imaginación –solo te pido que te concentres en lo importante –

-¿Qué quieres decir? Estoy concentrado, viajaremos a Erebor y recobraremos nuestro reino –

-Solo… organiza tus prioridades ¿si? La vida de toda nuestra gente no vale lo mismo que… -Thorin frunció el seño entre molesto y confundido a pesar de entender a que se refería –solo digo que nuestro pueblo ya ha sufrido demasiado como para que se pierda todo por un hobbit. Escuché lo que le dijiste la noche antes de irnos, ya no somos solo nosotros los que te necesitamos, muchos enanos confían en ti –

El silencio por parte de Escudo de Roble le dio a Dwalin una idea de lo que pensaba, estaba molesto por sus palabras, pero no se arrepentía; el pequeño hobbit se veía amable y pareciera que realmente quiere ayudarlos pero… era débil, escuálido y tan contrario a cualquiera de ellos, cualquier guerrero; eso era lo que no le agradaba del mediano, que podía salir herido, por ello aseguraba que Thorin haría lo que sea por él, incluso morir. No podía permitir eso, necesitaban un líder y él era la única esperanza que les quedaba.

Se quedó parado viendo como el desterrado seguía su camino dándole la espalda dirigiéndose al hobbit. El enano más robusto se cruzó de brazos obstinadamente.

La noche se hizo presente en el bosque escuchándose solo el crepitar de la fogata junto con las ramas de los arboles moverse con el viento. El mediano terminó la cena pidiéndole a Bofur que comenzara a servirlos en tazones, así el castaño fue repartiéndolo a todos los enanos; no había pasado desapercibido que Dwalin –al que sabía era el mejor amigo de Thorin, o al menos eso aparentaba –se encontraba en un extremo del campamento de brazos cruzados recargado en un árbol, mientras del otro lado se encontraba Thorin mirándolo a ratos con molestia mientras afilaba su espada con una roca. Bilbo frunció los labios preocupado por ello.

-¿Dónde están Fili y Kili? –preguntó Bilbo.

-Cuidando de los Ponys – el mediano asintió encaminándose a darles su cena a los jovenes príncipes pero al encontrarlos y tenderles los platos estos ni si quiera lo miraban, parecía que tenían la vista perdida al frente.

-¿Qué sucede? –

-Sí… bueno, estábamos vigilando a los ponys y quizá les quitamos los ojos de encima unos minutos –dijo Fili con notorio nerviosismo –solo que ahora hay un pequeño problema –

-Teníamos 16 ponys, ahora solo quedan 14 –soltó con semblante preocupado –parece que Daisy y Bongo están perdidos –a grandes zancadas se acercó a la zona donde debían estar los ponys.

-¡Por los Valar! Parece como si alguien hubiera arrancado este árbol –exclamó Fili.

-¿Qué pudo ser? –se preguntó el enano moreno.

-Pues… claramente esto no es como si lo arrancaran, más bien como si lo pisaran. Así que debe ser algo muy fuerte… y bastante peligroso –sin proponérselo su voz tembló -¿le decimos a Thorin? –

-Ah… No… No creo que sea necesario preocuparlo, podemos hacernos cargo –dijo el rubio con orgullo, dejando no muy convencido al pequeño Bilbo.

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Había pasado quizá media hora y ni Bilbo ni sus sobrinos habían aparecido; una parte del él le decía que estaba siendo paranoico, que seguro se habían quedado conversando en alguna parte, pero otra le gritaba que seguro ahora estaban siendo prisioneros de orcos, o siendo despedazados por huargos; agitó la cabeza con el deseo de que esas imágenes desaparecieran de su cabeza, cuando de entre los arboles apareció Fili con el semblante aterrado.

-Trolls… Trolls… ¡Tienen a Bilbo! –no tuvo que repetirlo para que todos al instante tomaran sus armas y salieran a salvar al mediano.

"Aguanta Bilbo, por favor"

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Y ahora se encontraban en esa bochornosa situación, donde estaban metidos en bolsas mientras otros estaban amarrados sobre la hoguera; los trolls discutían como cocinarlos o como sabrían más deliciosos. Todos se quejaban y gritaban hasta que Bilbo se levantó brincando dentro del saco para plantarse frente a aquellas apestosas criaturas.

-¡Esperen! No pueden cocinarlos… lo están haciendo mal, así no se cocina a un enano –las expresiones de todos eran entre incredulidad, ira y traición.

-Pues yo creo que saben mejor crudos –dijo uno de los trolls. Bombur colgaba de los dedos del monstro quien habría su boca listo para comerlo.

-¡No puedes comértelo! Tiene… lombrices, ¡en las tripas! Yo no se los recomiendo en absoluto ¡Es más! Todos las tienen –todos se removían en sus sacos maldiciendo a Bilbo cuando una mirada de Thorin les aclaró las cosas "está ganando tiempo"

-¡Tengo lombrices! –Gritó Nori secundado por el resto de los enanos que repetían esa misma frase cuando en lo alto de una roca se vio a Gandalf; bastó un fuerte golpe de su bastón para romperla a la mitad haciendo que la luz del sol tocara la gruesa piel de los trolls quienes soltaron un largo aullido siendo convertidos completamente en roca.

Bastaron unos minutos para que todos se encontraran libres de nuevo.

-Bien hecho mi amigo, ganar tiempo, seguro a nadie se le ocurrió –dijo el mago mirando a la compañía, algunos bufaron molestos, otros se cohibieron por la verdad salida de la boca del mago.

-Fili, Kili –Thorin miró a sus sobrinos con semblante sombrío, los mencionados ya veían venir la reprimenda por parte de su tío pero para su sorpresa Bilbo habló antes.

-¡Fue mi culpa! Lo siento, Thorin. Fili y Kili solo fueron a rescatarme, yo creí que podría sacar a los ponys solo pero me equivoqué. Lamento haberlos puesto a todos en peligro –el castaño miró de reojo a los príncipes con media sonrisa, que desapareció cuando el azabache lo estrechó entre sus brazos.

-No vuelvas a hacer algo así, si algo te pasara –

-No será así, estoy bien. No me va a pasar nada –dijo con media sonrisa acariciando su mejilla y plantándole un delicado beso en la barba.

-Qué extraño –dijo Gandalf llamando la atención de todos los presentes –los trolls de montaña no se arriesgarían a estar en pleno bosque sabiendo lo que sucedería al llegar el sol, y más siendo trolls de montaña –

-Entonces debe haber una cueva cerca –dijo Balin siguiendo a Gandalf por entre los árboles, todos anduvieron tras de ellos hasta que encontraron una caverna subterránea que apestaba a troll. Entraron maravillados por la gran cantidad de oro, plata y gemas preciosas. Algunas con símbolos de reinos como Rohan, Gondor, e incluso de reinos de Elfos.

Bofur y Glóin no perdieron oportunidad de llenar un pequeño baúl con todas las riquezas que cupieran con la idea de volver por ellas luego de la misión, a pesar de la dura mirada que les mandaban Dwalin y Balin.

-Maese Bilbo –dijo Fili junto con su hermano.

-¿Qué sucede? –dijo Bilbo desviando su vista de ambos enanos llenando un hueco con joyas para dirigirla al joven rubio y al joven moreno.

-Gracias por… no decirle a Thorin, lamentamos haberte puesto en peligro –dijo el menor.

-No es nada, además me intentaron salvar. Creo que estamos a mano con eso –dijo dándoles un pequeño golpe en el hombro a ambos de forma cariñosa –además, ustedes guardaron el secreto de lo que vieron en el comedor de mi casa –dijo con un pequeño tinte rosado en las mejillas.

No le dirían que planeaban contarlo a todos en algún momento, de esa forma estarían a mano con el mediano.

-Claro, no hay problema –dijo Kili –supongo que ahora te llamaremos tío Bilbo –dijo con aire divertido.

-No me molestaría, tener dos adorables sobrinos como ustedes –dijo encaminándose al lado de Dwalin dejando a dos sonrientes enanos curiosear por ahí pensando en las amables palabras de su "tío".

Por otro lado se encontraban Gandalf y Thorin curioseando por ahí encontrándose relucientes mangos dorados que brillaban a la luz de las antorchas.

-Estas no son espadas de troll –afirmó Escudo de Roble.

-Pues tampoco son hechas por manos humanas –quitó un poco de la funda viendo la hoja de la espada –fueron forjadas en Gondolin en la primera Era –dijo notando una mueca de desagrado en el rostro del enano -¡No se podría pedir mejor espada! –el enano aun mostrándose renuente la desenfundó dando credibilidad a las palabras del mago, era una hoja hermosa, fina y letal.

El mago tomó una espada más pequeña, casi como un cuchillo provocando que el enano enarcara una ceja por la curiosa selección de espada.

-Esta es lo suficientemente ligera y pequeña para manos de un mediano –dijo. Thorin frunció el ceño.

-No le darás una espada a Bilbo –

-Esa decisión solo le concierne a él, el camino es largo y peligroso, si no hubiera… -

-¿Insinúas que no puedo cuidar a mi merlar? –la ira se palpaba en el aire que los rodeaba a ambos.

-Insinúo que no siempre estarás ahí para Bilbo, por ello creo que él debe aprender a cuidarse también. Además… le darás a Bilbo la imagen de lo mucho que confías en que él también te cuide la espalda –Thorin se lo pensó unos segundos, se negaba rotundamente pero antes de si quiera decirle algo al mago este se la había entregado al mediano quien la aceptaba de buena gana anulando cualquier respuesta de Escudo de Roble.

Tras la orden del enano azabache todos salieron de ahí con uno que otro objeto de la cueva que les pareció bello; pero escucharon el crujir de ramas por una gran velocidad haciendo que todos tuvieran sus armas en mano, incluyendo a Bilbo. Estaban a punto de atacar cuando apareció la figura de un anciano desgarbado de ojos saltones y con la ropa que podría usar un pordiosero.

-¡Radragast! ¡Radragast el pardo! Mi amigo, ¿Qué te trae por aquí? –

-¡Hay problemas! Gandalf… yo… estaba en… y luego una cosa… era negra e inmensa como una sombra –

-Calma mi amigo, dinos que sucede –

-No lo sé, el bosque verde se ve aún más enfermo, los animales mueren y una oscuridad se esparce más y más –

Todos quedaron pensativos un momento haciéndose una idea de la razón de todo eso.

-Peor hay algo más, un nigromante –dijo acercándose al mago de gris –lo vi con mis propios ojos –el mago se planteó irse de nuevo cuando escucharon aullidos a lo lejos, similarse a los que días atrás habían escuchado.

-¿Orcos? –se dijo a si mismo Radragast.

-¿Te siguieron? –preguntó el mago de gris.

-No, estoy completamente seguro –

-Entonces nos llevan la pista desde hace… -sus palabras se vieron cortadas cuando un huargo atacó a Ori, Dwalin al instante golpeo a la figura lobuna con su gran mazo evitando que lastimara al pequeño enano, fue Kili quien le dio el tiro de gracia clavándole una flecha -¡Vamonos! ¡Todos a sus ponys! –

-¡No podemos! ¡Ya no están! –exclamó preocupado Ori, en todos nació casi instantáneamente la preocupación en sus pechos.

-¡Huyan! Yo los desviaré –

-Te alcanzarán –dijo Gandalf.

-Estas son liebres del Bosque Verde… que lo intenten –sin que se volviera a decir, mientras Radragast desviaba a algunos lejos de los enanos, estos corrían siguiendo a Gandalf quien sabía la ruta que los llevaría a Rivendel. Un par de orcos notaron a su presa siguiéndolos.

-¡No se detengan! –dijo al ver las claras intenciones de algunos para comenzar a pelear; esos dos pronto se vieron seguidos por otros cuatro hasta que toda una jauría los perseguía entre la pradera esquivando algunas rocas. Se vieron rodeados por al menos diez huargos con sus jinetes que se relamían los dientes podridos deseando comérselos.

-¿Ahora qué? –susurró Thorin con la espada en mano al igual que todos con sus respectivas armas. Una cegadora luz los desorientó un segundo al igual que a sus atacantes.

-¡Busquen el sendero en el bosque! Pase lo que pase no se detengan –dijo Gandalf.

-¿A qué te refieres? ¡No nos irémos sin ti! –exclamó Bilbo con los ojos cristalinos, una sonrisa de parte del mago hizo que todo se volviera aún más confuso, Thorin tomó su mano y echó a correr aprovechando que aún estaban desorientados los jinetes; todos siguieron al azabache a pesar de que se negaban internamente a dejar solo a Gandalf.

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Corrieron entre los árboles ya seguros de que Radragast y Gandalf había alejado lo suficiente a los orcos, tardaron un poco pero lograron encontrar un sendero perdido en el bosque llegando a un arco blanco que simulaba la figura de las hojas, no muy lejos se escuchaba la corriente del agua percatándose entonces de que habían llegado a Rivendel.

Con Thorin y Bilbo al frente de la compañía pensaron ser recibidos con música como era común en las costumbres –estiradas, al parecer de algunos –de los elfos, pero vaya sorpresa al encontrarse con un elfo con pinta de joven, les apuntaron con lanzas y espadas de todos lados.

-Identifíquense extraños, nos dirán como llegaron a las tierras de Imladris –

-Hasta a un lado, mocoso. Somos visitas ¿tu señor no te enseñó a respetar a tus mayores? –El elfo se sonrojó notoriamente iracundo provocando que Thorin riera internamente –dame tu nombre y te daré el mío –

-Ingwë, uno de los generales de Lord Elrond –

-¿Eres novato? –preguntó Dori provocando carcajadas en todos los enanos; a Bilbo estando rodeado de lanzas y espadas no le parecía tan gracioso.

-Suficiente –sacó su propia espada y la apuntó al pelinegro.

-De saber que así seríamos recibidos lo hubiera reconsiderado antes de aceptar su invitación –

-¿Invitación? –

-Ingwë, ¿Qué sucede y por qué tanto alboroto? –dijo un elfo bajando las escaleras que daban a la entrada principal, cruzó el puente que permitía el flujo de agua debajo, de largo cabello lacio azabache y una mirada taciturna, aunque al llegar a sus invitados se dibujó una sutil sonrisa en sus labios –Thorin Escudo de Roble –seguido, Lord Elrond se inclinó con respeto dándole la bienvenida a sus visitantes.

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-Mi señora –Dís desvió su mirada cansada hacia los barrotes encontrándose con una enana castaña, de barba enredada y algo descuidada. Le traía algo de comida en un pañuelo lo cual suponía era de contrabando.

-Muchas gracias –

-Lamento que esté pasando todo esto, es lo único que pude conseguir para usted… mi pequeño necesita comida y yo… -

-Descuida, sé que lo haces de buena fe –la enana sonrió –creo que tú tampoco has comido ¿cierto? –Partió la hogaza de pan que le había obsequiado para darle la mitad a aquella enana –yo estoy bien, tú también tienes que comer al igual que tu pequeño –

-Gracias… mi lindo Gimli extraña a su padre, así que le digo que él es quien nos envía esta comida –Dís sintió su corazón estrujarse.

-Te prometo que esto terminará, haré lo posible para que suceda –se acercó tomando entre sus manos las de la contraria quien luchaba por no llorar. La despidió rezando a Mahal por la vida de la princesa mientras esta buscaba algo en la reducida celda que le ayudara a escapar; ya había esperado demasiado a su hermano. Su gente no aguantaría más.

Un pequeño clavo se asomaba por una pared, sería su boleto de salida de ese lugar.

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Espero les haya gustado, a todos ustedes bella gente es agradezco sus comentarios y tomarse su tiempo de leer el fic x3 Entro a clases la siguiente semana así que no les aseguro cuando habrá capitulo nuevo. Aun así, los leo pronto; nos vemos en Rivendel.

Bye bye.

CaocHatsune.