Cambiando el Destino
Capítulo 1: el Inicio
Una vez que termino la cuarta guerra Shinobi y de unos días de recuperación; Naruto se dedica únicamente a hablar con Hinata. Fue gracias a ella que no se derrumbó en medio del combate y más aún no se podía quitar de la mente el momento en el que ella se sacrificó para salvarlo de Pain (Nagato) y de decirle unas palabras que creyó nunca escuchar de una persona que no fueran sus padres. Para la desgracia de ambos personajes nunca podían estar más de dos minutos solos; ya que en cada momento en el que creerían poder hablar pedían su presencia, con temas de negociación de tratados de paz o sobre cómo mejorar algunos puntos en cuanto a la reconstrucción de la hoja. Esto fue captado por Gaara, que por tener un gran aprecio a Naruto y ver cómo eran las reacciones de Hinata con su amigo decidió llamarlo por aparte con la excusa que necesitaba discutir unos viejos tratados y de cómo se podrían distribuir algunas zonas.
-Kazekage-sama ya llego Hinata Hyuga como pidió. Dijo un shinobi de la arena.
-Bien, ¿Sabes cuándo llegara Naruto Uzumaki? Pregunto sin mirarlo.
-Se calcula que llegara mañana a primera hora, tal como se esperaba. Respondio
-Muy bien; eso es todo puedes retirarte. Dijo con su tono serio; una vez se quedó solo en la oficina no pudo reprimir una sonrisa perversa.
A la mañana siguiente Naruto llego como se esperaba; pero se sorprendió al ver a Hinata en la sala privada de reunión. Ambos no podían salir de su asombro y sentir que sus corazones se les saldrían de sus pechos; ya que ambos estaban vestidos con kimonos tradicionales. Hinata tenía un kimono blanco con sakuras estampadas, un listón rosa claro y el cabello recogido en un roleteó sujeto por dos palillos con adornos de luna y estrellas cayendo; mientras que Naruto tenía un kimono de color azul marino, sujeto con un cinturón naranja y el cabello corto le daban un atractivo único.
-Ho-hola Hinata-chan…
-Ho-ho-hola Naruto-kun…
Se formó un silencio incomodo entre ambos ya que se encontraban un poco sonrojados; ambos querían decir muchas cosas y aclarar unos temas pero no podían en esos momentos por que se encontraban únicamente para discutir sobre tratados del País del Viento con el de Fuego, eso hasta que apareció Temari.
-Lo lamento mucho chicos pero Gaara no podrá atenderlos; se encuentra sumamente ocupado con el papeleo de misiones. Dijo Temari mirando a la pareja con inexpresividad.
-Lo entendemos Temari-san.
-Dinos ¿cuándo está disponible, Gaara? Pregunto Naruto.
-No puede ver a nadie durante un largo tiempo, le pide disculpas a ambos por hacerlos venir de tan lejos y no atenderlos como se merecen. Decía haciendo una reverencia como forma de disculpa pero en el fondo ella sabía las intenciones de su hermano; en lo que colaboraría para que ambos estén juntos y sin que nadie los molesten.
-Dile que no hay problema. Las cosas pasan. Dijo Naruto moviendo la mano restándole importancia, pero maldecía internamente a su amigo ya que en esos momentos serian sus días de descanso dado a que era el mediador en algunos tratados con todos los miembros de la "Gran Alianza Shinobi".
-Él tiene razón Temari-san. Hinata se encontraba muy agradecida con el Kazekage porque los temas con su clan la estresaban bastante y solo quería alejarse de la aldea.
-Lo sé, pero Gaara quiere compensarlos con esto. En eso saco dos pases de un lujoso hotel para que descansen un poco y no se preocupen por nada… ha una cosa esta reservado para dos días y servicio al cuarto.
En esos momentos no sabían si agradecerle a Gaara por las molestias o darle una paliza para que los molesten si no los va a atender, por lo que asintieron ante lo que dijo Temari y tratar de disfrutar ese tiempo "libre". Cuando llegaron al Hotel Arena Roja, sus mandíbulas cayeron al suelo de la impresión ya que era uno de los hoteles más lujosos de la aldea; pero eso paso a segundo plano y se pusieron rojos como tomates con humo saliendo de sus orejas dado a que era una habitación matrimonial la que les dieron. Trataron de pedir una habitación con dos camas o que les dieran habitaciones separadas, pero les dieron la excusa que no hay más habitaciones disponibles.
-"Deberías estar agradecido con el mocoso de la arena; te está dando una oportunidad de oro para que tomes a esa chica Hyuga en tus manos". Dijo Kurama con una sonrisa pícara.
-"Yo-yo no soy capaz de hacerle "eso" a Hinata-chan". Decía con la cara sumamente roja y sudando a mares. Pero fue sacado de sus pensamientos al sentir una ligera bofetada en su mejilla derecha.
-Naruto-kun… ¿te encuentras bien? Pregunto preocupada.
-Si estoy bien Hinata-chan…
-¿Seguro? Parece que tienes fiebre muy alta. Le decía al tiempo que ponía una de sus manos en la frente del rubio y la otra en la suya para comparar ambas temperaturas; para Naruto se veía haciendo lo mismo que Hinata solo con la diferencia que él no se desmayaría.
-Sí… es solo que no estoy acostumbrado al clima del desierto.
-Supongo que tienes razón.
Después de esa charla pidieron varias cosas para cenar; charlar de todo un poco y de sus temas de tratado en las naciones elementales y con los clanes de la aldea. Naruto decide armarse de valor para darle una respuesta y confesarle un secreto a Hinata.
-Hey… Hinata-chan…
-¿Sí, Naruto-kun?
-¿Recuerdas lo que me dijiste en el ataque de Pain? Esa pregunta hizo que Hinata se sonrojara y se le acelere el corazón.
-S-sí, lo recuerdo…
-Bueno… quería disculparme por lo que te paso en esa ocasión.
-No te preocupes por eso… tú harías lo mismo, no importa quien fuera.
-Bueno… Sí…Es que no quería perder a mis amigos, pero cuando vi que te atravesaban con esas barras de chackra… creí que no te volvería a verte.
-¿¡Qu-que?! Dijo muy sorprendida.
-Quiero que sepas algo que casi siempre me esforzaba por no tener una clase de sentimientos haci ti, yo siempre te veía como una princesa que podía tener todo pero que no quería nada de eso.
-No… no importa Naruto-kun. Dijo algo dolida por las palabras del ojiazul.
-No, Hinata-chan… sí importa, cuando te vi me parecías muy linda; pero no sabía nada de ti por lo que le pregunte al viejo Hokage sobre ti y tu familia; al saber que pertenecías al clan Hyuga uno de los más antiguos de la aldea. Yo te veía como una princesa que solo quería explorar el mundo, y querías hacer amigos pero no te lo permitían; pero yo quería estar contigo más que un amigo, sin embargo yo era un huérfano y era odiado por todos. Decía con una sonrisa triste y mirando sus manos.
-¿Por qué pensabas eso? Yo también quería estar contigo pero no tenía el valor de hablarte. Decía la ojiperla jugando con sus dedos y un sonrojo.
-Es… es que… yo tenía malas ideas sobre las personas de clanes.
-En-entiendo que… que no quisieras acercarte mucho.
-Sí…no te imaginas como quería que fuéramos muy cercanos, pero temía que no podríamos estar juntos. Ya que te quería mucho. Decía Naruto tomando a Hinata de la mano y mirándola a los ojos. -Hinata… déjame estar a tu lado para decirte con toda la verdad que yo… yo te amo, mi bella noche.
Hinata no podía creer nada de lo que oía ya que el chico se le estaba de acercando y como si no fuera poco le confesaba que él también tenía sentimientos por ella solo que al tener una idea errada sobre como era su persona fingía que no le importaba, solo era una simple amiga.
-¿Por-porque no me dijiste nada de esto; Naruto-kun? Pregunto sin salir de su asombro; a lo que el rubio apretó los labios y respondió.
-Ya te dije eras como una princesa ante mis ojos y tenía la tonta idea que solo te fijarías en al que tuviera tu estado social, eso me dolía mucho ya que por más fuerte que sea no te fijarías en mí.
-Cuando me salvaste de esos niños que me molestaron me parecías un caballero con ojos como el cielo y con ese cabello me quede maravillada. Solo quería conocerte y que te quedes a mi lado para darme tu valor y sonrisa que me daba un calor agradable en mi corazón. Al terminar de decir eso se acercaba lentamente a su rostro; provocando un leve contacto de labios. -¿Por… por que fue eso? Pregunto Hinata sonrojada y con una sonrisa.
-Quería saber a qué se sentían esos labios. Dijo con una sonrisa y con la frente pegada a la de Hinata.
-Entonces no te molestara que haga esto. Decía mientras tomaba con sus manos en la cara y besarle con mucha ternura; pero fue subiendo de intensidad y cayendo en la cama en medio de besos y abrazos.
Fin Capítulo 1
