Casa de los Traviz. Cocina.
Ubicándonos entonces en la mañana del día siguiente, este relato abriría mostrándonos una escena en la cual veríamos como dos de los cuatro residentes de la casa, se encontraban degustando o preparando su desayuno de ese día.
En dicho cuadro, una Luna, agotada y perezosa tras haber trasnochado y llegado tarde a casa junto a su esposo, se hallaba calentando y sirviéndose una gran taza de café negro, poco antes de dejar salir un bostezo de pereza y darle una ojeada al muchacho detrás de ella. El cual por algún motivo, no solo parecía tener un semblante similar al suyo, sino que además, dada su forma de mirar con desinterés y de mezclar con lentitud el bol lleno de cereales y leche que tenía en frente, daba la impresión de tener algo que lo distrajese o preocupase.
-Así queee… ¿Qué tal todo, mi pequeño Rockstar?- Preguntó la mujer, luego de servirse el café y tomar asiento en la mesa junto a su hijo.
-¿Umm…? Oh, si… T-todo bien, mamá.- Respondió con desinterés el chico, distrayéndose brevemente de su platón de cereal, pero sin variar demasiado la expresión que tenía en el rostro. -Es solo que… me desvele trabajando en algo ayer en la noche y pues… hoy estoy un poco decaído.- Se vio obligado a admitir en un tono más animado él, luego de observar cómo se formaba un semblante de preocupación o sospecha en el rostro de su madre tras oír el tono que había tenido su respuesta inicial.
-¿En serio? (1)"All Night Long", ¿Eh?… Pues estamos bastante parecidos entonces, ya que tu papá y yo también llegamos a casa bastante tarde ayer.- Acoto de manera casual ella haciendo su primera referencia musical del día, momentos antes de darle un sorbo a su bebida y admitir que, si bien no le gustaba la idea de que su hijo se hubiese desvelado, el hecho de que se hubiese levantado temprano y preparado el desayuno antes que ella con el fin de prepararse para ir a la escuela, le pareció muestra suficiente de que el chico tenía bien en claras sus responsabilidades. -Aunque bueno, yo no te recomendaría que hicieses eso muy seguido durante los días de la semana, pequeño. A fin de cuentas, todavía estás en crecimiento y tienes que madrugar para ir a la…- Se encontraba reprochando ella, de manera automática y más que nada instintiva debido a su posición como "La Adulta" ahí, segundos antes de que aquel hecho le hiciese caer en cuenta de algo que apenas ahora había notado. -Oye, ¿Y tu hermana dónde está? Generalmente ella es la primera aquí en la mañana.- Cuestiono en un tono más despierto, tocando así un tema que el chico quería evitar, el cual, para colmo quedaría mal coordinado con el momento en el que este último decidió llevar una cucharada de cereal a su boca, cosa que provocó que se atragantase brevemente antes de responder.
-¿¡C-cómo saberlo!? ¡A-a lo mejor ella quizá también se haya ido a dormir tarde! ¿¡N-no crees!?- Respondió de manera entrecortada y nerviosa el castaño, luego de habérselas arreglado para tragar el cereal que se había llevado a la boca y dirigir una nueva bocanada del mismo mientras recobraba la compostura y desviaba la vista de su madre.
Al ver eso, Luna no pudo hacer otra cosa más que levantar una ceja con interés, segundos antes de ser iluminada por una idea que de inmediato la haría sonreír de manera divertida.
-¿Eeeeehhhh~? ¿En serio~? Y dime, ¿Qué te hace decir eso?- Cuestiono con intriga Luna, haciendo gala de un tono de voz lento, que no haría más que incomodar progresivamente más al muchacho, segundos antes de dejar caer lo que sería "Una Bomba" desde la perspectiva de este último. -¿Podría ser acaso que eso que te tuvo despierto ayer…? ¿Fue algo que ella y tú hicieron juntos mientras nosotros no estábamos, traviesillos~?-
-¿¡QUE!? ¡NO! ¡NUNCA! ¡L-LO QUÉ SEA QUE CREAS NO ES…!- Se apresuró en desmentir de forma energética el chico, llegando incluso al punto de ponerse de pie y agitar frenéticamente sus brazos para así negar la afirmación, todo mientras su madre no hacía más que reír ante esa clase de reacción.
-Jajaja. Oh, relájate, amigo. No hay cuidado. Después de todo, lo normal es que de vez en cuando, aun los hermanos como ustedes, se queden enganchados hasta tarde jugando videojuegos, charlando juntos o haciendo algo que les guste a ambos.- Afirmó de manera risueña ella, tras acercar una mano a su boca y atajar parte de sus carcajadas al posar el costado de su índice entre sus labios.
De demás está decir que, al tener esclarecido el tipo de cosas que su madre tenía en mente respecto a lo que él y su hermana habían hecho, el nivel de alerta de Lemy bajo significativamente, llevándolo así a reemplazar la sensación de miedo que acababa de tener con una de vergüenza, la cual era propia tanto de su malpensada interpretación de la frase, como del simple hecho de haber sido víctima; y haber disfrutado inclusive; de aquellos actos indecorosos que ellos dos habían llevado a cabo el día anterior.
-E-eso… Tampoco es para tanto, mamá. ¿Q-quieres dejar ya el asunto?- Atinó a pedir el chico, con un par de mejillas iluminadas por culpa del decoro que sentía, momentos antes de optar por agachar la cabeza y retomar su tarea de comer su cereal. -Por ahora necesito guardar las apariencias lo mejor posible, ya que ni con toda una noche de búsqueda y trabajo logre preparar eso que necesito para tratar de arreglar el asunto con Lyra.- Musito para sí él, al mismo tiempo que una mirada seria se hacía presente en su rostro.
-¡Oh, vamos! No seas así, campeón. Cuando yo tenía tu edad, recuerdo como solía pasármelo igual de bien con todas mis herm…- Estuvo a punto de dejar salir ella, poco antes de detener su frase en seco y, aprovechándose del hecho de que Lemy no pareció darse cuenta de nada ni aparentaba tener deseos de seguir su charla, decidirse a cambiar el tema de conversación luego de darle otro sorbo a su café y levantarse de la mesa. -P-pero en fin, si en verdad no quieres hablar de eso, no tengo problemas. Y-yo además ya debería estar empezando a hacer el desayuno para tu padre, así que…-
Y con eso dicho, la mujer daría por concluida la charla, levantándose de improviso y comenzando a preparar una nueva tanda de café y pan tostado, todo mientras dejaba nuevamente a solas al joven, quién, manteniéndose al margen de ello, creyó que podría continuar comiendo silenciosamente su desayuno. Al menos claro, hasta que la aparición de una tercera, quejumbrosa y medio-dormida persona en escena le hiciese ver lo equivocado que realmente estaba.
-¡Ah, cielos! ¡Pero que ruido hacen! ¿¡Qué acaso no saben que hay gente aquí que trata de dormir!?- Replico con molestia y fastidio Lyra, al momento de hacerse presente en la escena, con el cabello alborotado, el rostro apenas lavado y llevando puesto todavía el curioso conjunto de dormir que ella raramente dejaba que otros viesen; el cual consistía en una ajustada camisa blanca sin mangas, que apenas llevaba a cubrirle el ombligo, y unas bragas violetas con la frase (2)"Bless this" escrita en letras rosas en la parte de atrás.
De más está decir que, al ser testigos de dicha visión, tanto Luna; y en especial; Lemy, no pudieron hacer otra cosa más que abrir los ojos con asombro. El cual, no sabían bien si era debido a la manera en que la castaña se acababa de presentar, al hecho de que realmente se hubiese quedado dormida; contrastando así con años y años de su política madrugadora; o simple y llanamente por el tipo de ropa que la generalmente reservada muchacha traía puesta sin ninguna clase de pudor o preocupación por que se le hiciese tarde para la escuela.
-Umm… ¿Lo siento, pajarita?- Se aventuró a decir una confundida Luna, quién todavía parecía estar procesando la aparición y el aspecto actual de la joven. -Sé gracias a un cierto pajarito que tú te estuviste desvelando con algo anoche. Pero sabes, ya se está haciendo algo tarde y, por más bien que te quede ese look, creo que deberías estar preparándote para la escuela, ¿Eh? ¿No crees, campeón?- Comento de manera inicialmente responsable y recatada ella, luego de finalmente sobreponerse al impacto inicial, recuperando de esa forma una buena parte del ánimo y la personalidad que tanto la caracterizaban como "La Mamá Buena Onda", llevando así a bromear y hacerle una pregunta, acompañada de un golpecito de hombro, al todavía boquiabierto e impresionado chico que yacía sentado a pocos centímetros de ella.
-Emm… P-pues…- Fue lo que se limitaría a decir Lemy, mientras permanecía con la mirada fijada en el cuerpo expuesto de su hermana, observando el mismo con una mezcla de incomodidad y gusto, que no hicieron más que alegrar a la dueña de dicha figura.
-Mmm… ¿Un "Pajarito", dices? Que curioso.- Comento de manera risueña la castaña, echando para atrás su cabello y recostando ligeramente su espalda contra el marco de la puerta, al mismo tiempo que le dedicaba a su hermano una mirada que acrecentaría sus inquietudes tras la siguiente pregunta que ella haría. -Y dime, ¿Acaso ese "Lindo Pajarito" que mencionas, no te comentó nada de la importante charla que tuvimos ayer?-
-¿Eh? ¿Y eso? ¿De qué…?- Trataría de indagar Luna, sola para ser detenida e interrumpida de manera abrupta por un chico que, ante dicha declaración, no tardo ni un segundo en ponerse de pie de un salto.
-¡O-OYE! ¿¡QUÉ ESTÁS…!?- Exclamo con miedo y una extensa capa de sudor frío Lemy, posando sus manos sobre la mesa y arrugando el entrecejo con tal desesperación que le provocó una risa ahogada y sumamente divertida a la joven que parecía estarlo provocando intencionalmente.
-Juju~ Así que te olvidaste de decirle, ¿Eh? Ay, Lem, Lem… ¿Qué haremos contigo?- Continuo diciendo Lyra, esta vez mientras entrecerraba sus ojos y sacudía su cabeza de lado a lado, casi como diciendo que sentía lastima o se estaba burlando de él. -Pues bien, ya que tú no lo hiciste, creo que depende de mí el contarles a ambos que… ¿Umm? Espera, ¿Y papá? ¿Dónde está?- Pregunto de manera imprevista ella, luego de abrir sus ojos del todo y advertir la ausencia de su padre en la escena.
-Oh, él está en su estudio ahora mismo, hija. Ha estado ahí desde que salió el sol. Yo justamente estaba preparándole el desayuno para así llevárselo y que coma, antes de que yo tenga que salir para llevarlos a ustedes y al resto a la escuela. Él dijo algo acerca de que estaría atareado a más no poder debido a un adelanto en sus fechas de entrega, así que difícilmente vayan a verlo salir de su estudio el día de hoy.- Informó de manera breve la mujer, coincidiendo de esa forma con el momento en el cual las rodajas de pan en la tostadora saltaron, dándole así la ocasión de colocar las mismas sobre la bandeja que había estado preparando, y colocarles una capa de mermelada y queso crema, segundos antes de concluir su frase y exigir una continuación a la declaración que su hija había iniciado. -Pero en fin, ¿Qué era eso de lo que hablabas, corazón?-
-Mmm… Así que todo el día, ¿Eh? ¡Tsk! ¡VAYA! Hablando de malas sincronías.- Musito de manera breve en su cabeza la joven al mismo tiempo que se llevaba una mano al mentón al oir la explicación dada por su madre, cosa que la llevaría a meditar y modificar lo que tenía planeado decir y hacer a continuación. -Aunque bueno, el que me haya hecho saber esto ANTES de decirle lo que tenía pensado es un alivio. Esto quizás cambie un poco las cosas pero…- Continuo monologando para sí, segundos antes de dirigirle una mirada fugaz al todavía expectante y atemorizado chico con las uñas clavadas en la mesa debido al nerviosismo, el cual la haría soltar un pequeño "Je", previo a que se decidiese finalmente a proseguir. -Confió en salir adelante.- -Oh, bueno. Veras, resulta que ayer me notificaron que toda mi clase sería puesta en cuarentena por unos días debido a que uno de los chicos resulto caer enfermo de una variante de gripe, aparentemente muy severa. Y mientras estábamos hablando con Lemy ayer, nos dimos cuenta que ese mismo chico tenía una hermana que va a clases con él. Así que por seguridad, yo le dije que te comentara de eso, y así tú y papá decidiesen si convenía enviarlo a la escuela o no.- Comento entonces, y de manera sumamente seria y veras ella, saliendo así con una excusa claramente inventada que tenía como objetivo el librarla tanto a ella como a su hermano de la responsabilidad de asistir a clases ese día.
-E-esta chica… ¡Menuda cara hay que tener para mentirle de esa forma a mamá!- Exclamo en su cabeza el castaño, recuperando algo de su compostura, a la vez que variaba ligeramente su expresión, para así dar a entender; al menos desde la perspectiva de Lyra; el grado de decepción y desaprobación que tenía respecto a la farsa que acababa de presentar. -Y lo peor es, ¡Que ni siquiera es algo convincente! ¿¡En verdad piensa que una mentira tan pobre y fácilmente comprobable como esa va a…!?- Se encontraba monologando todavía con enfado él, segundos antes de que su madre se aventurara a hablar y darle así una respuesta a la pregunta que acababa de hacer.
-¿Ehh? (3)¡"Don't Tell Me"! ¿¡E-es en serio!? ¿¡Y eso cuando te lo dijeron!? N-no me digas… ¿¡Acaso la escuela llamo ayer cuando tu padre y yo no estábamos en la casa!?- Se apresuró a preguntar e indagar velozmente ella; tomándose el tiempo necesario para hacer otra pequeña referencia; dando a entender así que no solo se había creído la afirmación dada por su hija, sino que ni siquiera se tomó un segundo para considerar que la misma pudiese ser de hecho una mentira por parte de ella.
-Juju~ Así es, ma. Nos notificaron de eso ayer a la noche. Qué raro que Lemy no te lo contó.- Musito de manera risueña la muchacha, al mismo tiempo que decidía despegar su espalda del umbral donde había permanecido desde su llegada, y comenzaba a caminar en dirección al refrigerador mientras su madre todavía le hablaba.
-¡Y que lo digas! Bien pudiste decir algo al respecto, campeón.- Replico la mujer, poco antes de llevarse una mano a la frente, pensando así en cómo sus planes para hoy se verían afectados con la presencia de sus hijos en la casa, al mismo tiempo que se daba la vuelta para así recoger el pan tostado recién hecho que acababa de saltar de la tostadora. -Ya decía yo que algo debía de pasar para que tu hermana, de entre todas las personas, parecía no tener el menor interés en despertarse para ir a la escuela.- Continuo monologando ella, mientras se aseguraba de colocar el pan en un plato, aquel plato en una bandeja, y agregarle a aquella bandeja antes mencionada una taza de café, acompañada de un cuchillo y un par de potes con queso crema y mermelada, todo mientras seguía hablando y, a su espalda, se veía cómo Lyra abría la puerta del refrigerador para así disponerse a buscar su desayuno de ese día. -En verdad… a veces quisiera saber sí este chico sería capaz de mantener la cabeza donde debería, sin la necesidad de que su hermana se la pase estando todo el tiempo sobre él.- Exclamo en forma severa Luna, segundos antes de relajar su semblante al imaginar el comentario cómico que su hermana Luan haría de haber oído dicha frase, y todo sin caer en cuenta de que; en cuantito ella le hubo dado la espalda; su joven y supuestamente decorosa y siempre correcta hija, no perdería ni la oportunidad ni el tiempo, y por lo tanto comenzaría a hacer de las suyas frente a los ojos de un todavía enfadado y molesto Lemy.
Es así entonces que, valiéndose de la incipiente y constante atención dada por su hermano; y tras confirmar fugazmente que su madre no se encontraba viéndola en ese momento; Lyra no tuvo tapujo alguno de reclinar hacia abajo la parte superior de su cuerpo, soltando diálogos que sirviesen a modo de escusa, en los cuales decía que eran amen de continuar su supuesta búsqueda de comida dentro del refrigerador. Pero no obstante, lo cierto era que el verdadero objetivo e idea de la chica era exhibirse y ofrecer así, de un modo nada sutil, una vista sumamente clara y tentadora de su trasero, revelando y haciéndole notar de esa manera al chico tanto el llamativo juego de bragas escritas que ella traía, así como también lo voluminosas y seductoras que resultarían ser sus posaderas, debido tanto a su innegable tamaño, como al hecho de contar con un centenar de numerosos y pequeños lunares que; cuando menos; la hacían destacar y la catalogaban como algo "Novedoso" o "Llamativo" a los ojos de su hermano.
-J-joder, Lyra. ¿¡Por qué no paras ya con eso!? Si mamá te llega a ver… o peor, si me ve a MÍ mirándote mientras haces eso, las cosas no harán más que…- Se quejó mentalmente el castaño, quién, luego de pasar una buena cantidad de segundos hipnotizado y embelesado por la llamativa y deliberadamente seductora danza de caderas de su hermana, finalmente fue capaz de volver en sí, para así atinar a desviar la vista y cubrir con una mano el costado de su rostro que estaba encarado en la dirección de la joven, momentos antes de que su cara se tiñese de rojo y él soltase un chasquido de lengua por la vergonzosa forma en que había caído en el juego de la castaña.
-¿Ohhhh? ¿Y eso? Sí que te tomo tu tiempo el quitarme los ojos de encima, ¿Eh, hermanito? Jeje~- Declaro en forma juguetona Lyra, la cual, tras haber echado la vista atrás y confirmar que Lemy acababa de apartar su mirada de ella, se decidió finalmente por recoger una manzana de dentro del electrodoméstico, momentos antes de soltar una frasecilla referente a aquel hecho, enderezar nuevamente su espalda y darse media vuelta mientras finalmente cerraba la puerta del refri, se llevaba la fruta a la boca y le daba un mordisco a esta a la vez que pronunciaba el dialogo siguiente… -Aunque no hay nada malo con eso. Ya que a fin de cuentas… lo que un juguete más desea es tener a alguien listo y dispuesto a "Jugar" con él.-
Tras ello, la chica procedería a sentarse en la silla ubicada al frente de su hermano, dando de esa forma inicio a un incómodo silencio entre ambos, el cual únicamente sería interrumpido por una que otra risilla de la muchacha o un sonido de fastidio a modo de respuesta por el chico, todo mientras ambos comían su respectivo desayuno de manera reticente o deliberadamente lenta.
De hecho, era tal la calma y silenciosa tensión presente en el cuarto, que fue necesario que la tercera y única persona presente en el sitio ajena a ellos y su conflicto personal hablara para que el ambiente dentro del mismo experimentara un cambio que distrajese a los dos jóvenes de su incesante y mutuo intercambio de miradas.
-Muy bien. Creo que esto debería servir como un buen y revitalizante desayuno. Literalmente grita (4)"Eat Me, Drink Me". Jeje.- Declaro de manera unilateral Luna, tras haber terminado de trabajar en la bandeja que había estado preparando, comprobar de manera breve la presentación y distribución de los alimentos en la misma y felicitarse mentalmente por su labor, soltar luego un ligero "Mmm-hmph", seguido de un movimiento de cabeza, y finalmente decidirse a recoger su obra de la mesada y comenzar su marcha hacia la salida del cuarto. -Iré a llevarle esto a su padre y le haré algo de compañía antes de tener que reunir y llevar a las chicas a la escuela con la Van.- Musito de manera risueña y alegre la mujer, conforme pasaba por al lado de la mesa donde sus dos hijos se encontraban, hasta finalmente llegar al umbral que denotaba el final de la cocina; siendo este el sitio y momento en el cual ella se vería obligada a endurecer levemente su semblante, con el fin de hacer una pregunta obligada antes de abandonar a los jóvenes. -Díganme, ¿Puedo irme tranquila, sabiendo que ninguno de los dos empezara a pelear estúpidamente con el otro? ¿Verdad?- Cuestiono en un tono desganado, sarcástico y algo burlón la castaña, la cual si bien deseaba que dicha situación no se llegara a dar, lo cierto era que al conocer de sobra la actitud de sus hijos, tenía expectativas sumamente bajas respecto al grado de tolerancia que se tenían entre sí aquel par de disonantes y conflictivos pequeños.
-Oh, descuida, mamá.- Comenzó a decir a modo de respuesta una Lyra que, mientras le daba otro mordisco a su manzana, estaba esforzándose en emular el tono de voz sereno y tranquilo que la caracterizaba, y luchaba por ocultar la mirada maliciosa y picaresca que dirigía hacia la persona sentada frente a ella. -Puedes irte y dejarnos tranquiiiii~lamente, ya que puedo asegurarte que tanto Lemy como yo…- Continuo diciendo, esta vez hablando con la boca llena y sus mejillas hinchadas, cosa que le serviría para esconder y disimular una sonrisa burlona y un ligero entrecierre de sus ojos, los cuales se harían presentes y dejarían momentáneamente confundido al castaño, quién no llegaría a adivinar el motivo de estos hasta que hubiese sido muy tarde. -Nos podemos llevar MUY BIEN y DIVERTIRNOS mucho juntos cuando realmente nos lo proponemos.- Acabaría por declarar finalmente la joven, al momento de finalmente poner en practica aquella "Divertida" idea que se había hecho presente en su mente, logrando para con ella poner en alerta y hacer sobresaltar notoriamente a un chico que difícilmente habría esperado algo similar en aquel momento y lugar en específico.
De más está decir que, al oír esa clase de respuesta y notar; si bien fuese de manera leve; el tipo de reacción que la misma causo en ambos chicos, Luna no pudo hacer más que levantar una ceja con intriga. Más sin embargo, luego de tomarse un segundo para observar mejor la escena, y no notar nada que fuese particularmente extraño o fuera de lugar; como lo sería una queja de su hijo luego del hecho; al final optaría por continuar con su camino, dejando así a ambos dos jóvenes a solas y amenazándolos única y exclusivamente con la frase "Volveré en seguida", antes de retirarse finalmente y dirigirse al cuarto de trabajo de su marido.
Y así, tras la salida por parte de la adulta, es entonces que nos encontraríamos con una escena en la cual, una todavía risueña y feliz Lyra le daría un último mordisco a la fruta en sus manos, poco antes de decidirse a dejar esta última sobre la mesa, posar sus codos sobre la superficie de esta última y centrar finalmente su vista en aquella mirada visiblemente incómoda y llena de frustración que su hermano desde hacía tiempo estaba dedicándole.
-Muuuuuy bien~ Ahora que ella finalmente se fue… ¿Qué te parece sí tú y yo hablamos de tus planes para hoy, Lem?- Pregunto en tono de voz casual la castaña, al mismo tiempo que entrecruzaba y unía todos los dedos de sus manos entre sí, formando así una especie de "Cojín", sobre el cual ella reposaría una parte de su cabeza, antes de acotar… -Digo, ahora que brillantemente nos libre del fastidio de ir a la escuela…-
-Lyra… ¿Q-qué rayos es lo que intentas hacer?- Interrumpió de manera impertinente y algo desafiante el chico, todo mientras sufría ligeros calosfríos e iba dirigiendo e intercalaba su mirada entre el rostro de su hermana y un cierto hecho que se daba debajo de la mesa donde ambos se encontraban.
-Umm… ¿Que "Qué intento" dices? Oh, cielos. Que pregunta tan difícil. ¿Te importaría ser un poco más…especifico?- Refuto de manera divertida la muchacha, variando ligeramente su pose anterior, recostando así una de sus mejillas sobre sus falanges, con el objetivo de reforzar aun más la imagen de desentendimiento e inocencia fingida con la que acababa de hacer su pregunta.
-¡Tch! T-tú sabes de lo que hablo, así que… ¡YA DÉJATE DE JUEGOS!- Vocifero con un más que palpable enojo Lemy, el cual además lo envalentonaría el tiempo suficiente para así dar a conocer las numerosas razones que lo habían llevado a experimentar dicho enfado. -Primero me fastidias haciéndome pensar que le contarás todo lo ocurrido a mamá. L-luego le mientes descaradamente en la cara, arriesgándonos a que te descubra luego de enterarse de que nosotros fuimos los únicos en faltar a clases hoy. Y por último está esta, esta…- Listó de manera diligente y con una momentánea y sobria calma, proveniente de la sumatoria de toda su fuerza de voluntad, momentos antes que la naturaleza del último acto listado; y el hecho de que este continuaba siendo realizado por su hermana, aun y cuando él estaba a punto de reclamarle por ello; hiciese que el joven cerrase fuertemente sus ojos y perdiese por completo su compostura al momento de decir… -¡ESTA MIERDA QUE SE TE DIO POR HACER POCO ANTES DE QUE ELLA SE FUESE!-
Y con esa última frase; acompañada por un exagerado ademán en el cual Lemy apuntaba con sus dos manos en la dirección a su entrepierna; es como se nos daría a conocer el hecho de que, durante el transcurso de toda esa conversación, el pie descalzo y de planta suave de Lyra se había estado dando a la tarea de acariciar y frotarse, de un modo sugestivo y placentero, contra el tallo del pene que yacía visiblemente duro y a plena vista cualquiera que se aventurase a dar un vistazo por debajo de la mesa.
-¡Oooooooh~! Así que de ESO era de lo que hablabas.- Contesto con ligereza verbal y despreocupación absoluta la castaña, limitándose a variar su tono y enderezar la posición de su rostro al momento de hacer énfasis en una cierta parte de su oración, ganándose de esa forma una mirada iracunda por parte de su hermano. -Jeje~ ¿Oh? ¿Pero por qué pones esa cara, hermanito? ¿Podría ser acaso que la manera en que te "Consiento" no es lo suficientemente buena para ti~?- Cuestiono de forma descarada y picaresca ella, al mismo tiempo que hacía uso del espacio entre el dedo gordo y el resto de los dedos de sus pies para así "Sujetar" y seguir masajeando con diligencia la polla del joven, todo mientras le dedicaba a este último una fugaz carcajada, la cual inmediatamente sería precedida por un guiño y una burlona sonrisa en la que se podía ver la punta de la lengua de la joven sobresaliendo por la comisura de sus labios.
-¡E-ESE NO ES EL PUNTO! ¡Joder!- Refuto con fastidio e ira el muchacho, a la vez que sus ojos sobresalían ligeramente y un sonrojo de vergüenza se hacía inevitablemente presente en su rostro, mientras la caricia dada por el pie de su hermana continuaba. -Dime, ¿¡Siquiera pensaste qué pasara sí a mamá se le ocurre llamar a la…!?- Intentaría preguntar el joven, segundos antes de ver cómo el semblante de Lyra; hasta ese momento divertido e imperturbable; acababa de desvanecerse súbitamente, dando lugar así a una expresión que no solo daba a conocer el grado de rechazo y ofensa de la castaña luego de oír dicha pregunta, sino que además serviría de preludio para el cruel y repentino "Castigo" que esta última decidiría impartir sobre las pelotas de su desprevenido hermano. -¡Ah! ¡M-mierda! ¿¡P-por qué…!? ¡EeEeeHhhHHHhh…!- Alcanzaría a formular en un tono entrecortado Lemy, el cual, luego de sentir como sus testículos acababan de ser violentamente presionados con el talón contra la superficie del asiento donde se encontraba, no tuvo ni un solo segundo de descanso o respiro, ya que la muchacha; aparentemente no conforme solo con ello; de inmediato se aventuraría a redoblar la fuerza del agarre impuesto por sus dedos, haciendo así que la última parte de las quejas del chico adquiriesen una tonalidad que resultaba apropiada e hilarante en iguales proporciones.
-Agh. Sabes, me resultas más lindo cuando mantienes la boca putamente cerrada y te dejas de preocupar por idioteces de ese tipo.- Comento de manera apática y sin emoción aparente ella, segundos antes de cerrar los ojos para concentrarse, sacudir levemente su talón, provocando así que las pelotas del castaño rebotasen dentro de su escroto como un par de pelotas de pinball, haciendo así que él agachase la cabeza y se retorciese ligeramente de dolor. -Juju~ Aunque bueno, eso no quita que esta sea tu "Mejor cara".- Bromeo internamente la muchacha, viéndose más alegre y con el ánimo significativamente mejorado, momentos previos a ofrecerle una fugaz sonrisita a su hermano, abrir nuevamente sus ojos y continuar finalmente con el monologo que acababa de imponer por medio de la fuerza. -Si el que mamá llegue a descubrirme es en verdad algo que tanto te importa, te alegrara saber que ya he tomado las precauciones necesarias para que nadie de tu clase o la mía vaya a la escuela hoy.- Informo de manera risueña, esperando así el momento en el cual el chico atino a intercambiar una mirada de confusión con ella, luego de la cual, ella procedería a librarlo de su agarre y darle una respuesta a la evidente pregunta que acababa de hacérsele presente. -Ya que informe a la escuela que aquella pareja de hermanos enfermos, por los cuales convenía tomar mucha precaución sanitaria, se trataba nada más y nada menos que de nosotros mismos. ¿Y sabes qué? El convencerlos a ellos resultó ser incluso más simple que el convencer a mamá.- Revelo entonces, coordinándose así con el momento en el cual su hermano conseguiría recobrar una buena parte de sus sentidos y su compostura, dándole la oportunidad de exhibir una cara que expresase su sorpresa ante aquel anuncio.
-C-carajo. Para ser alguien que no tiene el habito de mentir, he de reconocer que ella parece tener más talento en esto del que… pen… ¿¡S-sé!?- Fue lo que alcanzo a decir para sus adentros él, momentos antes de primero quedar intrigado por la malintencionada y lujuriosa mirada ofrecida por su hermana, la cual; antes de que él siquiera tuviese la oportunidad de preguntarse a qué se debía; de inmediato sería justificada y precedida por la sorpresiva adición de un segundo y juguetona planta de pie a la labor de estimular su todavía erecta y expuesta masculinidad.
Es así entonces que, mientras superficialmente veíamos como la conversación entre un consternado Lemy y una vivaracha y despreocupada Lyra continuaba dándose por encima de la mesa, por debajo de esta última; y oculto debido a la presencia del mantel; se daba lugar a una exhaustiva y eficaz labor masturbatoria orquestado por los hábiles y sedosos pies de la castaña. La cual sería inaugurada con la manera en la cual la planta de uno de los pies de la joven se posaría y se valdría de la parte superior de su gemelo, para así "Sujetar" el miembro del chico; quién entre temblores de preocupación soltaría unas inútiles suplicas para que parase; comenzando de esa forma una serie de subidas y bajadas que, en conjunto con la expresión carnívora y llena de deseo presente en el rostro de la muchacha, harían que la excitación de Lemy no tardase en hacer acto de presencia.
Y fue por dicho motivo por el cual, si bien veríamos inicialmente al joven insistiendo entre jadeos con sus pedidos de alto, también veríamos como su semblante gradualmente se iría desmejorando y sus quejas desapareciendo conforme su hermana insistentemente ponía en práctica otro tipo de caricias alrededor de su zona genital.
Ya que como verán, luego de llevar un tiempo haciendo descender y subir sus pies, la joven; motivada en gran medida por los atisbos de placer presentes en la expresión molesta de su hermano; procedería entonces a llevar las cosas al siguiente nivel. Y con eso en mente, ella se aprovecharía de una de las muchas subidas que efectuaba, para así posicionar la planta y ubicar los dedos de su pie de tal forma que la primera de estos ejerciese presión contra el frenillo, mientras que los segundos iban a parar al glande; y el dorso del pie opuesto se cercioraba de colocarse contra el lado opuesto de la coronilla que yacía bajo el yugo de su pareja. Todo esto en sumatoria, daba como resultado una posición en la cual nuestra querida y desinhibida Lyra tuviese la capacidad de frotar, rozar y presionar la punta de sus dedos contra la cabeza y uretra del hinchado y rosado miembro viril, haciendo así que cosas como el darle caricias ocasionales al frenillo, el pisar y ejercer presión y un "Agarre de pinzas" con el par de pies, o el simple hecho de cubrirse y esparcir con el movimiento de sus dedos el líquido pre-seminal que ya se hallaba goteando de la punta, resultaran no solo una tarea sencilla, sino también el motivo por el cual los gemidos de su hermano se fueron acrecentando en una proporción símil a la de su sonrisa presente en su propio rostro.
No obstante, cuando la joven; ahora con las mejillas enrojecidas y una boca que parecía salivar sin control; estuvo a punto de decir algo, que a su vez daría pie a que la situación escalase y fuese a mayores, tanto la apertura de su boca, como el movimiento de las manos que estuvieron a punto de ingresar en el interior de su camisa y bragas, debieron de detenerse luego de oír el sonido de unos pasos y el grito que precedió y se impuso a ellos, poco antes de que una figura que no hace mucho había abandonado el sitio donde ella y su jadeante hermano se encontraban volviese de forma imprevista al mismo.
-¿Y…? ¿Qué tal todo, mis amores?- Pregunto de manera risueña y alegre Luna, provocando así que sus dos hijos; destacando principalmente a Lemy; sufriesen un leve sobresalto que los llevaría a centrar su total atención en ella, conforme se habría paso por la cocina. -Aunque bueno, no creo que me haga falta preguntar, ya que no oí que se estuvieran gritando demasiado en mi ausencia. Y eso siempre es una buena señal.- Declaró de manera directa ella, a la vez que avanzaba en dirección al refrigerador y era asediada por la nerviosa y preocupada mirada de Lemy; quien únicamente atino a reclinarse al frente, cubrirse lo mejor posible con el mantel, y continuar comiendo de manera intranquila su plato de cereal mientras un nudo en su garganta se lo dificultaba, debido al hecho de todavía tener los pantalones bajos y su polla expuesta y apresada entre los pies de su insistente hermana. -En fin, espero que puedan seguir así, ya que su padre decidió tomarse un descanso para que así yo pueda hacerle algo de compañía antes de tener que irme a llevar a las demás a la escuela.- Revelo seguidamente, causando así que la mirada fulminante e iracunda de Lyra se intensificase, molesta ahora ya no solo por la interrupción, sino por la envidia que le generaba el saber que su padre tenía esa clase de favoritismo hacia su madre. -Así que…- Continuo diciendo la mujer, luego de finalmente encontrar su frasco de mermelada favorito y darse la vuelta para así ver directamente a sus hijos; los cuales respectivamente le dedicaron una sonrisa de incomodidad e impaciencia en el caso de Lemy, y una mueca de condescendiente y fingida atención y alegría en el caso de Lyra. -Vuelvo a preguntar, ¿Son capaces de quedarse a solas, sin matarse o pelear en el proceso?-
-P-pues…- Trataría de replicar de manera instintiva Lemy, ganándose de esa forma una "Reprimenda" por parte de su hermana, la cual, tras percibir el más mínimo resquicio de rebeldía de su parte, rápidamente se aventuró a descender los dedos de su pie, cazar con ellos una parte del escroto y los vellos púbicos del chico, haciendo así que este chillase levemente e intercambiase miradas con la castaña, quién de inmediato pasaría a tomar la palabra.
-¡"Pues…"! Claro que si, mamá. Por supuesto que nos puedes dejar a solas. Ya que puedo asegurarte que hasta ahora…- Empezó a declarar ella, en un tono de voz apacible, que únicamente se vería perturbado por la continuación de su frase. -CON MUY POCAS EXCEPCIONES…- La cual dejaría entrever una parte del disgusto hacia su hermano, a quién volvería a aleccionar con un segundo jalón que, si bien lo haría bajar la mirada debido al dolor, de alguna forma logro pasar desapercibido por su madre, la cual seguía oyendo lo que su hija tenía para decirle. -Ambos nos hemos estado llevando mejor que nunca antes.-
Y con eso dicho, lo que uno podría esperar es que aquella improvisada y fugaz charla entre ambas mujeres finalizase, sin que la mayor de ellas sospechase o tuviese idea de lo que acontecía frente a sus narices. Más sin embargo, entre ellas dos existía todavía la presencia de un cierto chico más inmaduro, iracundo y con las pelotas literal y metafóricamente fastidiadas más allá de sus límites, el cual no parecía ser capaz de esperar a la salida de su madre del cuarto, para así dar a conocer su deseo de que su hermana lo dejase de una buena vez.
Por este motivo, tras pronunciar un ligero, distorsionado y apenas audible "Puta… Lyra…", el todavía cabizbajo y dolido muchacho procedería a arrojar la cuchara que tenía en mano en la dirección de la joven. La cual por fortuna fue capaz no solo de atrapar esta última en el aire antes de que esta impactase de lleno en su cabeza, sino que además lograría formular y salir con una excusa que justificara tanto el comportamiento del muchacho, como el hecho de que este último le dijese "T-te lo suplico… solo… solo…", poco antes de que el dolor lo obligase a agachar nuevamente su cabeza.
-Tch. Está bien, ya. Ya que TANTA es tu insistencia, te voy a dar el PU…- Afirmo de manera forzada ella, al punto de casi irse de boca y pronunciar una mala palabra enfrente de su ahora confundida madre. -T-te voy a dar el gusto…- Se corrigió a sí misma, momentos antes de aflojar el agarre impuesto sobre el escroto, liberando de ese modo a su hermano pero no apartando todo sus pies del tallo de su polla, momentos antes de estirar el brazo, tomar el tazón de cereales y finalizar su oración diciendo… -L-le daré una probada a esta cosa llena de azúcar que a ti tanto te gusta.-
Y tras ello, Lyra se llevó una cucharada de cereal a la boca, con una gota de sudor frío recorriéndole el costado del rostro, al no saber si aquella "Salvada" dicha a las apuradas y de improviso iría a colar o ser aceptada por su madre. No obstante, con lo que ella no conto era el hecho de que en cuantito aquel manojo de copitos azucarados hizo contacto con su lengua, su reacción ante el sabor artificial y el dulzor de estos, la harían transcender de su acto, haciéndola vivir otro intenso y para nada fingido momento de euforia.
-Dios… ¡DIOS! Esto está… BUENO. ¡DEMASIADO BUENO DE HECHO! ¿¡Por qué rayos es que nunca había probado algo así de bueno en mi vida!?- Acoto en su cabeza la castaña, dejando de lado cualquier deseo de querer engañar a su madre, en pos de darle rienda suelta a su frenesí alimenticio y devorar; a base de unas cada vez más veloces y descuidadas cucharadas; todo el contenido presente en el plato de su hermano.
De hecho, tal era su afán y fascinación por el cereal, que no fue sino hasta que la muchacha hubo terminado de comer y acabase soltando un leve suspiro de satisfacción, cuando ella finalmente fue capaz de recordar la razón por la que había probado el platillo en primer lugar. Cosa que la llevo a sonrojarse ligeramente por su vergonzosa forma de actuar, limpiarse los restos de leche en su rostro con una servilleta y adaptar una actitud que definitivamente hacía un contraste absoluto con respecto a su anterior comportamiento.
-N-no está mal, creo…- Se limitó a decir ella, en un tono sereno y artificialmente tranquilo, mientras todavía presionaba la servilleta contra su boca y hacía su mirada hacia un lado, cosa que le genero una genuina carcajada a Luna.
-¡Pffft! ¿Eso crees? ¡Jajaja! ¡Oh, cielos! Ustedes dos… ¡Cómo se nota que son hijos míos y de su padre! ¡Jajaja!- Se rio de manera incontrolable la mujer, llegando incluso al punto de tener que limpiarse una lagrimilla de gracia del ojo, poco antes de dar a entender con sus movimientos y posterior comentario, que había quedado lo suficientemente convencida y feliz con el comportamiento de los chicos como para volverlos a dejar a solas y reanudar así el desayuno de parejas que su esposo y ella llevaban a cabo en el estudio de trabajo del primero de ellos.
Es así entonces que, tras un saludo amistoso por parte de su madre; acompañado de un susurro de salida que decía "Me muero por contarles esto a Lincoln, a Luan y a…" y daba a entender que aquello pronto se volvería una anécdota conocida por toda la calle; fue que ambos jóvenes volvieron a quedar nuevamente bajo su propia y mutua compañía. Y si bien, todo lo que el inoportuno regreso y posterior salida de su madre trajo consigo fue un incómodo y distorsionadamente largo silencio, no pasaría mucho antes de que el más joven de los ahí presentes acabase por ser también el que rompiese el hielo y reanudase, ya sea para bien o para mal, el dialogo entre él y su hermana.
-Heh. A-así que… todo parece haber salido bien, ¿V-verdad?- Pregunto de manera dudosa y con una ligera pero más que evidente mueca de temor Lemy, segundos antes de soltar un comentario que a todas luces no le daría más que problemas. -¿C-crees que me puedas devolver mi cuchara y…?-
-No.- Se apresuró a refutar con voz severa y tajante Lyra, quién, sin perder el tiempo o andarse con rodeos innecesarios, prontamente se aventuró a presionar las plantas de sus dos pies contra los costados de la polla aun erecta de su hermano, haciendo así que este expulsase un "¡Hiiiiiii!" propio de un nerviosismo que no haría más que acrecentarse con el siguiente comentario de la castaña. -Lo que "Yo creo" es que hace falta que sigamos todo desde donde lo dejamos. Y así, con algo de suerte, tú acabes de entender que ¡NO ES BUENA IDEA…! El tratar de llevarme la contraria.-
Y con eso dicho, es que se reanudaría y se llevaría a cabo una versión mucho más agresiva y eficaz de las técnicas y el "Juego de pies" con el que la muchacha había asediado anteriormente a su hermano. Destacando y distinguiéndose de esta última a base de cosas tales como la manera en que Lyra se encontraba estimulando la masculinidad del chico, o el hecho de que mientras llevaba a cabo dicha tarea, ella se encontraba jugueteando y lamiendo de un modo sumamente sugestivo la cuchara que otrora había pertenecido al castaño, a la vez que hacía descender su otra mano libre en dirección a su ya humedecida y ansiosa entrepierna.
-Fufu~ Espero que disfrutes de esto tanto como yo pienso hacerlo, hermanito~- Comento en su mente la muchacha, mientras hacía que las plantas de sus pies se ciñesen alrededor del pene del chico, asegurándose así de que sus dedos se agazapasen y le permitiesen llevar adelante un masaje en el que abundaban no solo las subidas o bajadas, sino también ciertas "Variaciones" en el agarre que no hacían más que acrecentar el goce y la excitación del cada vez más agitado chico.
Y por eso mismo es que no sería extraño ver a la castaña hacer cosas tales como las que se detallarán a continuación. Alternar o mover de manera asincrónica los pies, haciendo así que, al momento de intercambiar las posiciones entre aquel que yacía en la base del miembro y aquel que tenía su dedo gordo rozándose con la coronilla del glande, hubiese un momento en el que la parte media fuese apresada y gentilmente presionada por ambos lados. Limitar su agarre al miembro a un simple toque de sus dedos, en el que cuatro de esos cinco se ceñían sobre el área superior del tallo, a la vez que el último y más gordo de ellos se posicionaba en la parte baja con el fin de que, al momento de llevar a cabo unas coordinadas subidas y bajadas, la caricia resultante del conjunto fuese capaz no solo de complacer al tallo como tal, sino también de juguetear y fastidiar a la vena más grande y gruesa que se encontraba en la parte baja del mismo. O sino optar por una mezcla entre las dos técnicas antes mencionadas, la cual consistiría en que, mientras la planta y todos los dedos de uno de los pies se encontraban posados a un costado de la polla, el pie que quedaba libre hacía uso del espacio entre el dedo gordo y el resto, rodeando con dicha zona la base del órgano sexual y, a partir de ella, iniciar un trayecto de subida que acabaría por hacerlo llegar hasta la cabeza del miembro; dándole así una posición que ella no tardaría en aprovechar para así ceñir sus dedos alrededor del glande y comenzar a hacer uso de estos últimos para así estimular, juguetear, retorcerse y hurgar en varias zonas sensibles del sitio, logrando así que el muchacho comenzase a babear y el soltar numerosos gemidos mientras la rozagante cabeza de su pene era sometida a aquella clase de trato.
Pero dejando eso a un lado, tocaría centrarnos ahora en Lyra en sí, ya que mientras esta última se aseguraba de complacer a su hermano y dar muestra de la destreza de sus pies, ella a su vez se cercioraba de auto-satisfacerse y darse placer a sí misma desde el lado opuesto al del sobreexcitado y jadeante castaño. Es así entonces como se apreciaba el hecho de que, a medida que la muchacha continuaba activamente con la silenciosa labor de sus miembros inferiores, las manos que permanecían ajenas a ello se habían dividido en dos flancos. En los cuales, la primera de ellas se encontraba todavía sujetando y valiéndose de la cuchara del desayuno para así ejercer algo de presión contra su lengua, introducir y sacar activamente la misma de dentro de su boca; mientras se le venía a la mente el sabor y fantaseaba con la idea de volver a mamar la polla que yacía entre sus pies; o simplemente limitarse a lametear vorazmente el utensilio; motivada por la forma en que su atolondrada y distorsionada psiquis, le hacía detectar y excitarse enormemente ante el sabor y la idea de estar intercambiando un beso indirecto, debido a los imaginarios restos de saliva del chico que todavía pudiesen haber quedado presentes luego del despliegue de glotonería llevado a cabo por Lyra. Pero aun y con todo eso dicho, la segunda mano tampoco es que se quedara muy atrás, ya que mientras su hermana gemela se encarga de cubrir su flanco y brindaba numerosos e incesantes motivos de excitación, la labor de ella consistía en internarse en las profundidades del coño de su dueña, atendiendo de manera pro-activa y profesional el humedecido, palpitante y cálido receptáculo femenino.
-Ahh… ¡Joder! Esta calidez… esta… ¡EXCITACIÓN! Y el peligro de que alguien pueda cruzar la puerta en cualquier momento, y… Ahh~ D-descubrirnos…- Musito en su cabeza la chica, conforme aumentaba la velocidad en la que los dedos de su mano ingresaban y se frotaban con el interior de su feminidad, al mismo tiempo que sus muslos se iban abriendo poco a poco debido al placer; exponiéndola cada vez más y, en consecuencia, haciendo que la fuerza que sus pies aplicaban sobre el muchacho también se acrecentara. -¡Es simplemente…! ¡DEMASIADO PARA MÍ!- Vocifero para sí misma, al momento de entonar sus ojos, darle una fuerte mordida al utensilio que sujetaba y sentir como su entrepierna comenzaba a expulsar algo de líquido, haciéndola sufrir un leve pero considerable orgasmo, el cual, lejos de dejarla satisfecha, no hizo más que inspirarla a variar su pose y forma de auto-brindarse más placer.
Motivo por el cual, tras una breve y fugaz maniobra en la cual Lyra acabo por intercambiar la posesión de la cuchara; haciendo que la misma pasara de una mano a otra; dejando de ese modo uno de sus miembros libres, permitiendo entonces que este descubriese uno de sus pechos y que se diese a la tarea de comenzar a amasar y moldear los costados carnosos y suaves de este último, todo mientras uno de los extremos del utensilio antes mencionado era usado como una especie de consolador improvisado, el cual era empuñado y usado con genuina maestría a la hora de frotarse con aquellos recovecos y sitios a los que los dedos eran incapaces de llegar.
-¡Ahh! ¡Eso es! ¡Así…! ¡ASÍ! ¡Esto es fantástico! ¡Es m-maravilloso…! ¡Y la mejor, más placentera y PUTA sensación que jamás haya experimentado!- Exclamo en su mente impasible y alterada Lyra, conforme los tratos hacia su seno escalaban a un punto en el cual ella instintivamente ya no solo se encontraba apachurrando la circunferencia y base del mismo, sino que además hacía uso de su índice y pulgar para pellizcar y jalar con agresiva intensidad el erecto y necesitado pezón que sobresalía de este; y todo mientras su otra mano marcaba, a base de idas y venidas aderezadas con movimientos en círculos y en zigzag, un ritmo frenético y eficaz a la hora de atender las necesidades de su coño. -¡Oh, mierda! P-puedo sentirlo… ya no me falta mucho. ¡Y-y a él tampoco! ¡Lo noto en mis pies! ¡Y en la forma en que su polla no deja de palpitar!- Declaro internamente la castaña, al mismo tiempo que caía presa de sus sobrecogedoras emociones y experimentaba numerosas descargas de placer recorriendo su espina y varias zonas sensibles y erógenas de su cuerpo. -P-pero debo esperar un poco más… Esperar a que… Él lo haga primero, y que… que "Ella" finalmente se decida a… ¡Ah! ¡Joder! ¿¡Y eso cuanto más va a tardar!?- Musito de manera desesperada e incomprensible aun para sí, momentos antes de que otro monologo fuese llevado a cabo, casi al unísono, por su hermano.
-¡Carajo! ¡Carajo! ¡CARAJO! ¡Esto no es bueno! ¡Sé que no debería, pero…! ¡HAH! ¡Y-ya casi no puedo resistir!- Dijo por su parte Lemy, mientras clavaba desesperadamente sus uñas contra la parte baja presente a los costados de la silla, a la vez que apretaba los dientes y sufría de una interminable caterva de temblores intensos, que servía para dar fe de sus esfuerzos por no correrse en un sitio público como lo era la cocina. -¡Me cago en…! ¿¡Por qué carajos no tratas de bajar un poco la intensidad, Lyra!?- Se quejó él, al mismo tiempo que sus cejas se fruncían y su mirada se dirigía hacia su implacable y cada vez más descuidada hermana, conforme una última sombra de dialogo se hacía presente en su cabeza. -¿¡C-cuanto más…!? ¿¡Eh!? ¿¡Cuanto PUTAS MÁS es que piensa tardarse antes de…!? ¡De…! ¡NGHHHH!- Refunfuño el castaño, poco antes de que sus esfuerzos hiciesen que ahora que los músculos en sus posaderas y los dedos descalzos de sus pies se frunciesen también en un esfuerzo de retener lo más posible su clímax.
No obstante, y para fortuna de ambos jóvenes, el momento que los dos tanto habían estado esperando finalmente acabo no solo por hacerse presente, sino también por ser anunciado en la forma de un estridente y fuerte grito que resonó en todas y cada una de las habitaciones de la casa.
-¡Muy bien, familia! ¡Me encantaría quedarme a rockear con ustedes, pero tengo 6 señoritas esperándome para salir! ¡Traten de no echar abajo la casa ni de divertirse mucho sin mí! ¿¡Está claro!?- Vocifero una Luna que ya se encontraba asentada en el umbral de la abierta puerta principal, haciendo presunción de las poderosas cuerdas bucales que ella había desarrollado durante su fugaz carrera musical, para así anunciar su salida del sitio e, indirectamente, brindarle a sus chicos una sensación de alivio que se evidenciaría por su manera tan peculiar de contestar a dicho grito.
-¡SIIIIIIIIIIIII!-
-¡MAMIIIIIIIIIIII!-
-¡P-POR FIIIIIIIIN!-
Exclamaron en conjunto y pensaron en simultaneo los dos muchachos, al momento de finalmente dejar de refrenar sus impulsos y entregarse en plenitud a la liberadora, placentera y sobrecogedora sensación que surgió a raíz de su tan ansiado y forzosamente reprimido orgasmo. Dando como resultado que, durante el siguiente par de segundos posteriores a su respuesta, la pareja de hermanos se la pasasen temblando con intensidad, frunciendo de forma instintiva y nerviosa una buena cantidad de sus músculos, realizando muecas y caras extrañas pero visiblemente ligadas al grado de goce y alivio que sentían, y obviamente desperdigando y cubriendo de una cuantiosa y abundante cantidad de fluidos tanto masculinos como femeninos, las zonas pertenecientes y que yacían debajo de la parte inferior de la mesa donde ambos se hallaban.
Y por este motivo es que no sería sorpresa para nadie que, al momento en el que el clímax conjunto de los jóvenes acabase, el área debajo de la modesta mesa de la cocina quedase no solo sucia, sino cubierta e impregnada por una esencia y un aroma propio de la mezcla de semen y jugos femeninos, los cuales, debido a su cantidad, no tardaron en agruparse en pequeños charcos que; con el pasar del tiempo denotado por los sonoros jadeos y gemidos de ambos chicos; acabarían por encontrarse y formar un único y más que notorio desastre del cual Luna afortunadamente no se enteraría al momento de decir unas palabras antes de abandonar el hogar.
-¡Así se ruge, mis pequeñas Rockstars! ¡Jaja! ¡Nos vemos después!-
Y con eso dicho, es que se daría la salida definitiva de la mujer, y se daría pie a un silencio en la cocina, perturbado únicamente por las respiraciones fatigadas de los chicos y una que otra maldición o mala palabra por parte de alguno de ellos, mientras caían presa de las secuelas y la sensibilidad que asediaban a uno tras la llegada al clímax.
Más sin embargo, lo que realmente acabo por cortar en definitiva el silencio y la evidente sensación de incomodidad propia del momento, fue la repentina recuperación y posterior risilla esbozada por Lyra, quién, luego de estabilizar su respiración, procedería a hacer descender sus piernas; pisando por accidente los jugos desperdigados por el suelo, pero evitándolos en su segundo intento; para así luego retirar de su interior la cuchara con la que se había estimulado, acomodarse la ropa, ponerse de pie y marchar en dirección a su todavía reticente y aturdido hermano, acabando así por colocarse detrás de la espalda de este último.
-Eso fue… ¡MUY divertido!- Empezó a decir ella, mientras rodeaba con sus brazos el cuello del joven y acomodaba su boca contra el oído de este para así darle un aire de sensualidad y malicia a lo que diría a continuación. -Pero sabes… ¿Qué no lo es?-
-¿Q-qué cosa?- Se apresuró a contestar un Lemy todavía falto de aire y algo consternado, al entender que no podía hacer más que seguirle el juego a su hermana debido a su estado actual.
-Pues… eso obviamente es…- Continuo diciendo la castaña, esta vez mientras hacía uso de una de sus manos para así tomar el mentón del muchacho, hacer que este girara la cabeza en su dirección y acercase los labios de este y de ella lo suficiente como para obtener de él su completa atención, poco antes de decir aquello que quería comunicar. -¡La parte en la que uno debe limpiar el desastre~!- Declaro finalmente ella, al momento de presentar su otra mano, y así hacer aparecer y presionar frente a los ligeramente fruncidos y desprevenidos labios de su hermano, el usado, húmedo y aromáticamente teñido utensilio de cocina que otrora había excavado en lo profundo de su feminidad.
Sobra decir que aquella inesperada declaración y giro de los acontecimientos, hicieron no solo enfadar, sino también sentir vergüenza y asco al joven, que rápidamente se voltearía y comenzaría a escupir y sacar la lengua, poco antes de que una risueña y sumamente divertida Lyra, le dejara la cuchara encima de la mesa y comenzase a marchar en dirección a la salida del cuarto.
-Pero yo por suerte tengo a un lindo y diligente hermano menor, que con gusto se encargará de hacer ese aburrido aseo por mí, luego de lo mucho que yo he hecho por él~ ¿Cierto~?- Musito a modo de pregunta ella, tras detenerse brevemente, darse la vuelta y encontrarse con una frustrada mirada de impotencia por parte del castaño, la cual no hizo más que acrecentar su sonrisa y llevarla a decir… -Eso pensé~- Poco antes de finalmente abandonar el lugar.
Quedando entonces a solas, Lemy tomó la cuchara dejada por su hermana, sujetándola con una fuerza propia del enfado que recorría su cuerpo ante la clase de actitud que acababa de ver, la cual lo llevaría elevar el utensilio a la altura de su rostro y hacer sobre este un silente juramento que le ayudase a apaciguar aunque sea un poco lo que sentía justo ahora.
-Disfruta esto mientras puedas, Lyra… porque una vez que termine contigo y haga que vuelvas a ser la estirada de siempre… ¡Me asegurare de ser siempre esa vocecita que te recuerde la clase de pecadora hipócrita de mierda que eres en realidad! ¡Y ya no solo por la parte sexual! ¡SINO POR LA MANERA EN QUE CONSTANTEMENTE ME HUMILLAS AL HACER MIERDAS COMO ESTA!-
…
Casa de los Traviz. Cuarto de Lemy.
Luego de haber terminado de narrar los acontecimientos pertinentes a la mañana, y tomándonos una cierta libertad a la hora de omitir la posterior labor de limpieza del chico luego de esta, nos tocará ahora realizar un pequeño salto de tiempo que nos permitirá situarnos en un determinado momento de la tarde. Abriendo el mismo con una imagen enfocada en la espalda de un fatigado, ojeroso y exhausto Lemy, el cual se encontraba sentado en la silla frente a su escritorio, valiéndose de toda la concentración y fuerza de voluntad que le quedaban; luego de una noche en vela y una agitada mañana; para mantener sus ojos abiertos y así poder darle los toques finales al proyecto que tan desesperadamente deseaba finiquitar, todo mientras su rostro era iluminado por la luz de trabajo, y el resto de su cuerpo era rodeado por las sombras producidas por el preventivo y voluntario acto de aislamiento que él había decidido emplear para así no solo enfocarse, sino también desalentar a cualquiera que se percatase de la ausencia de brillo proveniente de su habitación.
De hecho, tal era el grado de agotamiento y deterioro mental del joven que, al momento de estar acabando de darle los detalles finales a aquella labor que le había entretenido y demandado numerosas horas de trabajo y "Sacrificio", el mismo provoco que aquellos últimos recovecos de conciencia que le quedaban apenas le dejasen expresar su alegría con una ligera sonrisa y un apagado y casi silente "¡Yay! ¡Ya quedó!", pronunciado mientras elevaba el objeto en el aire y, al cabo de unos segundos, procedía a llevar el mismo hasta su pecho y presionarlo contra este mientras poco a poco su cabeza iba recostándose sobre el mueble y se llenaba de uno que otro pensamiento fugaz a medida que su cerebro se retiraba al país de los sueños.
-El preparar esta mierda me tomó mucho más tiempo y esfuerzo del que creí. Pero ahora que finalmente está listo…- Comento por lo bajo el chico, mientras otra sonrisa se dibujaba en su rostro conforme cuidadosamente depositaba el objeto en cuestión dentro de uno de los bolsillos internos de su chaleco. -Todo lo que me queda es tratar de recobrar algo de fuerzas, esperar el momento oportuno y entonces… ¡Gaaaaah~! Hacer que esa estirada me las devuelva todas juntas.- Dijo a continuación él, tras darle unas leves palmaditas de satisfacción a su bolsillo, apagar la luz de su escritorio, acomodar sus brazos y cabeza sobre la superficie del mismo y pronunciar unas palabras que tenían la intención de darle un cierre a su interacción con el plano físico. -Jeje. Sí, señor. Todo lo que necesito son unas horas de una relajante, tranquila y más que merecida siest…- Estuvo a punto de concluir, segundos antes de que el sonido de unos toquidos y la intrusión de un leve pero mortal rayo de luz proveniente de la puerta entreabierta de su habitación no solo le detuviesen, sino que lo despabilaran lo suficiente como para atinar a ver la difusa y desdibujada silueta de la persona al otro lado del umbral, quién de buenas a primeras parecía tratarse de su hermana.
De más está decir que ante ello, la primera y más instintiva reacción del castaño fue la de sobresaltarse al punto de hacerle perder el equilibrio luego de ponerse rápidamente de pie, cosa que lo llevo a trastabillarse, caer al piso y producir un ruido sordo tan sonoro y tan fuerte que de inmediato haría reaccionar a la mujer apostada junto a su entrada.
-¡Woah! ¡L-lo siento! ¡No era mi intención despertarte si es que estabas durmiendo! ¿¡A-acaso te asuste!?- Pregunto de improviso la misteriosa figura femenina, tras haber abierto la puerta del todo, encender las luces y revelarse a sí misma como Luna, quién rápidamente ingreso al cuarto y procedió a asistir y atender al herido muchacho mientras este, ya con los nervios más calmados, comenzaba a incorporarse.
-¿Ah? Oh, s-solo eras tú, mamá. Yo… lamento haber reaccionado así. Pero es que apareciste cuando yo ya prácticamente estaba medio dormido y… p-por un segundo te confundí con alguien más.- Comento de manera serena él, conforme se frotaba las partes adoloridas de su rostro y sujetaba el brazo que su madre le había ofrecido para así ponerse nuevamente de pie. -En fin, ¿Qué era lo que…?- Empezó a preguntar él, momentos antes de notar como los esfuerzos de su madre por asistirlo no solo se acababan de detener imprevistamente, sino que además, estos cesaron y lo dejaron suspendido en el aire de tal forma que por poco hace que se volviese a caer de espaldas cuando el agarre de la aparentemente sorprendida mujer comenzó a perder la fuerza con la que lo había estado sujetando.
Pero por fortuna, Lemy fue capaz de reaccionar a tiempo, logrando recuperar su equilibrio y pararse sobre sus propios pies, justo cuando toda la fuerza presente en la mano de Luna desaparecía por completo y en la cabeza de esta última se hacía presente una pregunta que no tardaría en compartir con el dueño del cuarto que ella se encontraba viendo con una notoria mezcla de interés y extrañez.
-Umm, hijo… No quiero que te tomes esta pregunta para mal, pero dime, ¿A-acaso paso algo que quieras compartir conmigo?- Interrogo la castaña, conforme continuaba viendo con evidente interés cada esquina, pared y mueble presentes y dispuestos a lo largo y ancho de la habitación.
Si bien esta pregunta había puesto inicialmente en alerta al todavía adormilado chico, luego de tomarse un tiempo para observar las reacciones de su progenitora y atinar a darle un repaso general al que muy seguramente sería el motivo de su preocupación, este último simplemente se limitó a soltar un suspiro de cansancio, poco antes de fingir desentendimiento.
-¿P-por qué lo dices?-
-"¿¡Por qué!?" ¿¡Qué no es obvio!?- Se apresuró a responder Luna, pasando así de un tono de simple curiosidad a uno de absoluta y completa confusión debido a la respuesta tan ambigua de su hijo ante un hecho tan trascendental como el que ambos tenían ahora en frente. -¡Solo…! ¡MIRA ESTE LUGAR! Todo está… ¡Está tan LIMPIO Y ORDENADO!- Exclamo finalmente ella, poco antes de que los esfuerzos por contener su grado de impresión y sorpresa ante el hecho la hiciesen hacer un recuento de todos aquellos detalles que la llevaron a reaccionar de esa manera. -¡No hay ropa sucia que cubra el piso o invada la cama o los muebles! ¡Las sabanas están estiradas o dobladas en su lugar correspondiente! ¡No hay ropa interior, calcetines, juguetes, y ni uno de tus discos favoritos u artículos varios desperdigados por doquier! ¡El cesto de basura está vacío y no hay restos que los rodeen! Hasta… ¡La parte baja de tu cama se puede ver por primera vez! ¡Y no hay ni una sola mota de polvo o pelusa de quién sabe qué año presente o pululando por ahí! ¿¡Y ME PREGUNTAS "POR QUÉ ES QUE LO DIGO"!? ¡Creo que una mejor pegunta sería "¿¡A qué se debe este milagro entre los milagros!?"! ¿¡No crees!?- Termino de decir ella al llegar a una conclusión de su exabrupto, el cual, si bien tenía bases y justificaciones más que válidas para ser tan exageradamente desmedido, no quitaba el hecho de que el mismo había ofendido parte del orgullo del joven, el cual no pudo hacer más que limitarse a adaptar una indiferente expresión de molestia hasta que volviese a tener la chance de hablar.
-Siiiiii… bueno. Supongo que quise hacer algo productivo el día de hoy. Viendo que no tuve clases y todo eso.- Se limitó a contestar el joven, a la vez que se rascaba y frotaba ligeramente el hombro, comprobaba que el objeto oculto en su bolsillo permaneciese aun ahí, y recordaba con algo de fastidio el como la elaboración y preparación del mismo lo habían orillado a ordenar y poner su cuarto metafóricamente patas para arriba hasta conseguir aquel resultado que tanto intrigo a su madre.
-¿Deeeen serio? ¿Tú, en pleno día libre y con tu madre fuera de la casa, decidiste ponerte a limpiar tu cuarto?- Cuestiono con desconfianza la mujer, levantando en alto una ceja y adaptando así una versión notablemente menos severa e inferior de la "Mirada acusatoria" que su hermana solía aplicar en él; una que en el caso de su madre se basaba más en la curiosidad que en la desconfianza como tal.
-¡S-si! ¿¡Acaso es TAN difícil de creer es…!?- Trato de refutar el castaño, solo para ser interrumpido a la mitad por una respuesta instantánea y más que predecible.
-Sí, campeón, así es.-
-¡Tch! ¡C-como sea! ¿Me repites qué era eso por lo que decidiste venir aquí, mamá?- Comento él, con la esperanza de cambiar el tema de conversación, mientras un comentario que se complementaba con dicha frase se hacía presente en su mente -Porque sí no se trata de nada particularmente importante, realmente me gustaría seguir con la siesta que estropeaste.-
-Oh, si… eso. Pues, solo venía a recordarte que el día de hoy te toca darte una ducha, pequeño. No es para que te ofendas, pero ya han de haber pasado poco más de dos días desde la última que te diste. Y creo que no necesito decirte que eso se nota más luego de toda la labor de limpieza que estuviste haciendo por aquí.- Respondió en un tono de voz simpático la mujer, desprendiéndose así de las sombras de sospecha que albergaba y enfatizando su declaración al abrir uno de los lados del chaleco de su hijo, revelando de esa forma un gran número de manchas y dejando que de ahí se escapase un aroma que la obligaría a sacudir su mano junto a su nariz con el fin de no inhalar dicho hedor.
Al ser testigo de ello, Lemy se tomó unos segundos de introspección, en los cuales si bien él se quejo; como otros tantos chicos de su edad; debido al hecho de que lo mandasen a bañar como a una especie de animal, al final optaría por tomar la sugerencia de su madre, tras darse una olfateada a sí mismo, arrugar con disgusto su nariz y llegar a la conclusión de que tener el olor de que alguien o algo se hubiese muerto dentro de su ropa no le sentaría bien al plan que él pretendía poner en practica luego de descansar y asegurarse de que ninguno de sus padres le interrumpiese.
-¡Puaj! Aun para mí, esto es demasiado. Haaaaa… es un fastidio, pero supongo que no me queda de otra.- Acoto en su cabeza Lemy, momentos antes de tomar una muda de ropa limpia que casualmente había quedado como sobrante en su escritorio, darle la razón y las gracias a su madre, quién se quedaría viendo al joven con una expresión de sorpresa, conforme este último pasaba junto a ella y emprendía un voluntario y silencioso rumbo directo hacia el cuarto de baño que se hallaba al final del pasillo.
De más está decir que este hecho, sumado al repentino deseo de ordenar su cuarto y la ausencia total de oposición o queja de su hijo ante la orden de irse a bañar, hicieron que no solo las inquietudes e intrigas de Luna se duplicasen, sino que además la llevasen a soltar un dialogo que serviría para cerrar la escena de una forma sumamente acorde con ella.
-Ese chico… sí sigue actuando así… va a hacer que me dé un (5)"Sheer Heart Attack".-
…
Casa de los Traviz. Baño del 2do piso.
Es así entonces como, tras dejar atrás su cuarto, abandonando a su madre dentro del mismo y procurando pasar con un cuidado desmedido a la hora de cruzar junto al cuarto de Lyra, es que nuestro joven protagonista llego a uno de los dos cuartos de baño de su hogar. Sitio en el que, tras darle una rápida ojeada que sirviese para comprobar la presencia y disponibilidad de toallas, procedería a deja salir un profundo y solitario suspiro que sirviese para ventilar el fastidio que muy en el fondo sentía tanto por la tarea en sí, como por el hecho de que esta se interpusiese entre él y su siesta.
-Dioooooooos… ¡Qué fastidioooooooo!- Vocifero en un tono de voz apagado el castaño, al mismo tiempo que hacía uso de sus manos para así estirar las bolsas de sus ojos y sus mejillas conforme farfullaba y alargaba deliberadamente sus palabras. -Haaaaa… En fin… Mejor acabo con esto rápido para así irme a dormir de una vez.- Dijo tras finalmente sentirse plenamente satisfecho con sus quejas, cosa que a su vez marcaría el comienzo del desprendimiento sistemático de toda la ropa que traía consigo.
Y por dicho motivo es que, durante los segundos siguientes seríamos testigos de una silenciosa escena en la cual nuestro querido castaño favorito se encargaría de abrir la llave del agua para que así esta se fuese calentando, vaciar y traspasar sus objetos valiosos o de interés de su ropa sucia hacia el que sería su siguiente conjunto, y por supuesto, desvestirse completamente antes de ingresar en la ducha y regular la temperatura de la misma hasta que esta estuviese a su gusto, cosa que, tras conseguirse, lo obligaría a pasar una buena cantidad de segundos relajándose y disfrutando de la sensación de placer y alivio que los cálidos chorros le ofrecían a su adoloridas articulaciones y fatigado espíritu.
-Mmm~ Ahh~ Quizá suene como viejo al decirlo, pero en realidad siento como se renuevan mis ganas de vivir gracias a esto.- Comento de manera satisfecha él, poco antes de levantar la cabeza, permitiendo así que la corriente de agua impactara de lleno en su rostro, se deslizara por su enmarañado cabello rebelde y fluyese ultimadamente por su agotada espalda, la cual no dejo de "Suspirar" de goce, ni siquiera cuando el chico volvió a enderezar su cabeza, se echó para atrás el pelo, ahora humedecido, y procedió a tomar su barra de jabón para así empezar a higienizarse y tallar cuidadosamente su cuerpo.
Ahora, sí bien podríamos seguir hablando de la forma en que el joven procedió y divago mentalmente a lo largo y ancho de su ducha, considero que lo más acertado sería omitir eso, o si lo prefieren "Resumirlo" todo con el fin de llegar a aquel momento de inflexión que tendría lugar en aquel cuarto al cabo de unos pocos minutos. Y con ello en mente es que veríamos el momento en el cual; en plena labor de enjabonado y enjuague llevada a cabo por el chico mientras este continuaba repasando los detalles y felicitándose internamente por el plan que había fraguado; una cierta chica de cabellera larga y de color marrón ingresaría de manera sigilosa y discreta en el sitio, aprovechándose así tanto del sonido del agua al caer, como del mal hábito del joven de silbar o tatarear para sí en la ducha, para así realizar un avance lento y furtivo hasta la bañera. Sitio que, una vez hubo sido alcanzado por dicha persona, haría que la misma permaneciese inmóvil y nos brindara, a nosotros como público, una imagen en la cual su distinguible y sombría silueta desnuda se dibujaba desde el lado interior de las cortinas; siendo este un hecho que pasó desapercibido por el muchacho detrás de estas; segundos antes de que ella se aventurara a dar el último paso e hiciese no solo notar sino, imponer su imprevista y repentina presencia en el sitio a un Lemy que se sobresaltó al verla deslizar la cortina de baño y decirle la siguiente frase…
-Espero que me estés dejando algo de agua caliente para mí también, hermanito.-
-¡WAAAAAH! ¿¡Q-QU…!? ¿¡QUÉ MIERDA!? ¿¡L-Lyra!? ¿¡Cuando…!? ¿¡C-cómo…!? ¿¡P-P-P-POR QUÉ CARAJOS ESTÁS AQUÍ!?- Fueron algunas de las numerosas y variadas preguntas que brotaron de manera tonta e instintiva de la boca del chico, mientras su exabrupto lo obligaba a agazaparse y ponerse a cubierto contra la pared opuesta al sitio donde su hermana acababa de asomar su cabeza, utilizando sus manos y el jabón presente en su cuerpo para cubrir sus genitales y observar con molestia como la muchacha parecía estarse divirtiendo a costa de dicha reacción.
-Juju~ ¿Qué? ¿Acaso no es obvio~?- Respondió en un tono de voz melodioso y alegre Lyra, poco antes de sujetar y abrir ligeramente la cortina, elevar y hacer descender dentro de la bañera una de sus piernas desnudas y realizar un breve acto que serviría para poner en entre aviso a su hermano de lo que ella obviamente tenía pensado hacer al estar ahí. -En verdad, Lemy, el que me preguntes eso~…- Comenzó a decir ella, mientras posaba una de sus manos sobre la pierna que ella acababa de presentar, consiguiendo así que la atención de su hermano pasase del primero de estos miembros al segundo, el cual comenzaría a deslizarse suavemente hacia arriba a medida que la castaña hablaba. -El que me preguntes ESA CLASE de cosas…luego de TODO lo que hemos hecho ya~…- Continuo diciendo, valiéndose de un tono de voz sensual que se acentuaba en partes concretas de la frase, mientras la mano seguía elevándose y pasaba de la tarea de deslizarse sobre la superficie de la alargada y sensual pierna, a la tarea de sujetar y ejercer algo de presión sobre la cortina de baño, dando como resultado que esta última comenzase a cubrir y resaltar el contorno del cuerpo de la muchacha mientras esta última se valía de esta bien ejecutada distracción para así poner un segundo pie dentro del sitio de baño. -Hace que me pregunte~…- Acoto de manera breve, estando ahora bien asentada y dentro de la ducha, pero todavía con la mayoría de su cuerpo cubierto por la cortina, la cual en dicha posición permitía entrever y denotar de manera efectiva una buena parte de su silueta; haciendo un particular énfasis en sus caderas y pechos, los cuales parecían ser los mayores e importantes merecedores de atención por parte de los ojos de Lemy. -Si tú~… En verdad eres~…- Siguió adelante, esta vez mientras le dedicaba una expresión juguetona al castaño y procedía a hacer uso de su mano izquierda para así jalar una esquina e ir revelando poco a poco, de manera trasversal y excitantemente sugestiva el cuerpo desprovisto de ropa que tanto y tan obvio interés había causado en el ahora atento y expectante muchacho frente a ella. -Algo lento o~… ¡Simplemente idiota~!- Termino de decir finalmente, tras deshacerse por completo de la que había sido su única cobertura, dando por vez primera una visión completa y total de sí misma y su cuerpo a un Lemy incapaz de seguir ocultando su erección a través del jabón y las burbujas presentes en sus genitales.
-Oh, mierda… Oh, no… ¡Oh, mierda, mierda, mierda…! ¡MIER-DA! ¡Ella es…! ¡E-ella está…! ¡D-D-D-D-D-DESNUDA!- Comento con asombro y un completo estado de shock el muchacho, mientras sus ojos se abrían a más no poder mientras recorrían, estudiaban y analizaban de manera impasible cada esquina, rincón y parte del cuerpo maduro y bien desarrollado de su hermana.
Siendo los detalles que más llamarían la atención del castaño; los pechos, dotados de gran tamaño, firmeza y un volumen que si bien, podía ser ligeramente superado por el par perteneciente a cierta una rubia amante de los Shotas, sin duda era capaz de superar y vencer a esta última en el área referente a los pezones, ya que los de Lyra relucían por ser más erectos y contar con unas areolas mucho más grandes y llamativas; el abdomen y la zona triangular que se denotaba entre esta y la entrepierna, la cual se destacaba por ser visiblemente esbelta y mucho más cuidada y "Atendida" que la de Loan, algo que se evidenciaba al ver detalles como los abdominales ligeramente marcados, que se adaptaban perfectamente a la medida de su cintura, haciendo que el pequeño ombligo atrapado entremedio de sus líneas destacase y que, en conjunto con la diminuta y bien afeitada cantidad de vello púbico recortada en forma de "V", y el prominente par de caderas se creara una combinación que deleitaba la vista de uno; y todo sin olvidarse claro del enorme y seductor trasero que el muchacho ya había tenido el placer de contemplar en la mañana, y de cuya imagen no fue capaz de quitarse de la cabeza o deshacerse luego de ver como aquella peculiar e interesante constelación de encantadores y sexys lunares se repetía a lo largo y ancho de todo el cuerpo y zonas antes descritas, haciendo que ese fuese otro de los atractivos de la castaña.
De más está decir que, siendo testigo de ello, y conforme seguían deambulando y enfocándose los ojos de Lemy por las áreas y encantos mencionados, más difícil se hacía el disimular y ocultar la excitación que crecía y tomaba forma física en la zona de su entrepierna, la cual, muy para su desgracia, poco a poco iba siendo asediada por el agua que todavía caía sobre él, dejándolo cada vez más descubierto y provocando a su vez que su hermana le ofreciese una picaresca mirada de satisfacción por el tipo de reacción que su cuerpo parecía estarle provocando.
-¡Ah! ¡N-no! ¡Espera! ¡E-esto no es lo que parece! ¡T-tú no deberías…! ¡M-mejor solo lárgate de aquí! ¿¡Quieres!?- Atino a solicitar Lemy, luego de recobrar sus sentidos tras el accidental intercambio de miradas, cosa que lo llevó a cubrirse nuevamente con sus manos, mientras observaba como su hermana empezaba a marchar despreocupadamente en su dirección.
-¿Oh~? ¿Y eso? ¿Por qué es que siempre eres tan malo conmigo, hermanito? Si yo SIEMPRE estoy al pendiente y al cuidado de ti.- Cuestiono de forma burlona y retórica, luego de acortar las distancias, segundos antes de soltar una carcajada que, si bien resulto breve, necesito ser ahogada por su mano antes de finalmente seguir hablando. -Y además~ ¿Cómo es que puedes decir que me vaya, cuando es más que evidente lo…? ¡FELIZ! Que estás por verme, ¿Umm~?- Declaro de manera contundente Lyra, al momento de estirar y llevar su otra mano hasta los testículos del muchacho; procurando que sus dedos anular y medio chocasen contra la parte media del saco, haciendo sobresaltar y bajar la guardia al chico por un espacio de tiempo lo suficientemente grande como para que toda la mano de la castaña fuese capaz de rodear y apresar el tallo del ahora expuesto miembro viril.
-¡Grrr! ¡L-Lyra! ¡Deja eso ya! ¿¡A-acaso no te divertiste lo suficiente conmigo hoy en la mañana!?- Pregunto en un tono desafiante y algo fastidiado Lemy, a quién si bien le hubiese gustado oponerse de forma más ferviente o inclusive física ante los avances y demandas de la chica, había llegado a la conclusión; por medio de sus experiencias pasadas; de que aquello solo le traería más problemas que beneficios.
-Jeje. Dime, ¿"Cómo podría", cuando molestarte cuando menos te lo esperas resulta TAAAAN divertido y TAAAAAN~…?- Comenzó a decir la muchacha, conforme daba otra serie de pasos en dirección a Lemy, pero esta vez no solo recortando la distancia que los separaba, sino cerciorándose de acercar su rostro al de él lo suficiente como para que el aliento de ella chocase en la mejilla de un jadeante chico que no era capaz de detener sus gemidos, los cuales no harían más que acrecentarse luego de recibir un beso en uno de los costados de su rostro, momentos antes de sentir como la mano que sujetaba su masculinidad se comenzaba a mover de manera rítmica y su hermana decidía terminar su frase al momento de acercar sus labios a su oído y decirle en un melodioso tono musical… -¡EX~CI~TAN~TE~!- Generando así que por el siguiente par de segundos posteriores, el castaño se viese obligado a reunir coraje para así sobreponerse a todo y pronunciar una nueva frase en contra de la muchacha.
-¡H-hablo en serio, L-Lyra! ¿¡Q-qué pasaría sí ocurre algo como lo de hoy y mamá o papá deciden entrar aquí!? ¿¡E-eh!?- Se aventuró a cuestionar Lemy, mientras su rostro se comenzaba a enrojecer con vividez al caer en cuenta de que, debido a la posición en la que estaban, una parte del pecho y los rígidos y endurecidos pezones de su hermana se clavaba y frotaba con fiereza contra su piel, mientras esta última se reclinaba y se aferraba a su cabeza valiéndose del brazo que tenía libre.
-Fufu~ Sí que eres divertido, Lem. Tú y tus preocupaciones son sumamente cómicas.- Contesto de manera pasiva y truculenta la castaña, antes de darle un ligero beso al lóbulo de la oreja de su hermano. -Yo ya he tomado precauciones para que, si eso llegase a ocurrir, todo apunte a que fue pura y exclusivamente culpa tuya.- Afirmo entonces, solo para luego incrementar el ritmo de su mano, mordisquear con fuerza el cacho de carne que colgaba en la oreja y rematar toda la escena diciendo… -Y solo para que sepas, y te quede bien en claro que eres mi perra y puedo tenerte cuando lo desee, dime… ¿Quién crees que fue la que le "Sugirió" a mamá que ya venía siendo hora de que te dieras un baño, pequeño mocoso apestoso?- Provocando así que Lemy abriese los ojos con sorpresa y le dedicara una mirada de comprensión, segundos antes de chasquear su lengua, apretar los parpados y optar nuevamente por acatar las órdenes de la muchacha.
Esto, además de servir para dibujar una amplia sonrisa en el rostro de Lyra, hizo también que la castaña se tomase la libertad de volverse más agresiva y audaz en cuanto a la forma en que estimulaba y jugueteaba con su hermano. Cosa que se evidenciaría luego de que ella dejase salir un profundo suspiro dentro de la oreja del joven, haciéndolo estremecer de pies a cabeza y elevar tanto el sonrojo como la incertidumbre que lo azolaba luego de ver como su auto-proclamada "Ama" le dedicaba una incómoda lamida en el oído, antes de enderezar su postura, clavar sus pechos contra su mejilla, posar sorpresivamente una de sus manos sobre las nalgas del joven y darle a este último la que sería su siguiente orden a seguir.
-Bueno, bueno. Sí es que ya con eso logramos dejar bien en claro las cosas, ahora quiero que seas un buen chico y des una linda vueltita para mí.- Comento ella, con una voz cálida y amorosa, la cual contrastaba totalmente con la manera pervertida y nada alentadora con la que se encontraba manoseando, apretujando y frotando su mano contra uno de los glúteos rígidamente alertas de Lemy. -¡Vamos, perrita! ¡Date prisa si no quieres hacerme enojar!- Recalco ella, al momento de liberar al trasero de su agarre, procurándole así una veloz y sumamente fuerte y sonora nalgada, la cual dejaría una marca y haría chillar levemente al joven, quién hizo lo posible por contener el mismo en pos de mantener lo más posible su orgullo masculino.
No obstante, y sabiendo que todo su plan correría peligro sí se resistía ahora mismo, a Lemy no le quedo más que aceptar lo que la castaña le pedía, haciendo que su único acto de rebeldía, fuera de los pensamientos en su cabeza, se limitase a ser una mirada de disgusto, que solo provoco una risilla por parte de Lyra, quién recalco su pedido al dibujar un circulo en el aire con su dedo índice.
-¡E-ESTA PERRA…! ¡Tú solo espera…! ¡Cuando el momento finalmente llegue, te juro que yo…! ¡Que tú…! ¡QUE TODO ESTO TE SALDRÁ MUY, MUY CARO!- Musito en su cabeza él, conforme le daba la espalda a su hermana y, al no saber exactamente qué esperar de ella a estas alturas, comenzaba a respirar agitadamente y rezar para que lo que sea que tuviese en mente no se tratase de algo que involucre a su inmaculada parte posterior.
Divertida y regocijada luego de notar ello, Lyra decidió tomarse todo el tiempo del mundo para así crear expectativa y deleitarse lo más posible con la incomodidad y desasosiego del muchacho. Razón por la cual, en el siguiente par de segundos posteriores, veríamos como ella se aferraba al chico por atrás, procurando que su cabeza quedase próxima a la de él, mientras sus pechos se clavaban en su espalda y sus manos recorrían de forma lenta y gradual áreas como la espalda, el pecho, los costados y las nalgas de nuestro joven protagonista. Y todo eso omitiendo el hecho de que la castaña cada tanto se aprovechaba de su cercanía al rostro y cuello de Lemy para así procurar una serie de lamidas o mordidas espontaneas dadas a sus desprotegidos cuellos, oreja y mejillas.
-Juju~ Este sabor es realmente… ¡UN DELEITE!- Comento en su mente ella, tras saborear y expulsar un sonoro suspiro de placer luego de sorber unas gotas de sudor que caían por un costado del rostro de su hermano. -Se puede sentir la incertidumbre y el miedo en él, haciendo que el hecho de fastidiarlo y hacerlo creer que voy a hacer algo con su pequeño y lastimero traserito, sea de las cosas más divertidas que se me puedan haber ocurrido.- Exclamo para sí, conforme volvía a posicionar su mano sobre las posaderas, abriendo y separando sus dedos lo más posible, momentos antes de hacer pasar estos últimos por la línea entremedio de ambas nalgas, manteniendo así gran parte de su palma inmóvil mientras una por una de sus falanges entraban por un extremo de la zanja y salían el lado puesto de esta, logrando así que los miedos del joven se incrementasen y que sus músculos se pusiesen cada vez más y más tensos. -Jeje~ Literalmente podría seguir así TOOOOO~DO el día, pero creo que lo mejor será terminar lo que empecé y salir de aquí antes de que algo imprevisto pueda…- Declaro Lyra, tras finalmente apartar su mano de la espalda baja y volver a ceñir esta sobre la polla de su hermano, intentando así reanudar su labor masturbatoria, poco antes de presenciar como una de esas "Cosas imprevistas", acababa de tocar literalmente a la puerta del cuarto de baño.
-¡O-oye, campeón, disculpa que te moleste, pero…! ¿¡D-de casualidad ya estás a punto de salir!?- Pregunto de forma repentina una voz que ambos jóvenes rápidamente identificaron como la de su padre, quién no espero a recibir una respuesta de su hijo antes de brindar más detalles respecto al motivo por el que estaba ahí. -¡Es que verás, debido a mi trabajo pendiente no he podido ir al baño en todo el día, y justo cuando decidí levantarme para hacerlo, va y resulta que tu madre está usando el baño de abajo! ¡S-si no vas a salir rápido…! ¿¡Al menos dejarías que pase a usar el trono para hacer un número 1 rápido!?- Pregunto en un tono de desesperación que fue palpable aun oyéndolo a través de la puerta, haciendo así que la imagen de su padre, sujetándose de la entrepierna y posando de una forma algo ridícula al otro lado de esta se hiciese presente en la mente del todavía indeciso chico, segundos antes de que el albino rematase todo y confirmase sus sospechas diciendo… -¡Por favor! ¡N-NO TE LO PEDIRÍA DE NO SER UNA EMERGENCIA!-
Ante esa segunda suplica desesperada, Lemy no supo exactamente qué decir, puesto que, si bien ya otras veces su padre le había hecho pasar por una situación similar, el hecho de tener presente en ese momento y en aquel estado a Lyra, hacían que su mente se llenase de dudas y un más que comprensible miedo de ser descubierto.
Más sin embargo, y ya sea para fortuna o desgracia de este, tanto las dudas que tenía como su capacidad de decidir algo en aquel asunto parecieron haber sido arrebatadas luego de escuchar como su hermana le susurraba al oído exactamente lo que debía de decir en respuesta, no sin antes de ejercer cierta presión en su área genital, la cual serviría tanto a modo de disuasión, como para dar a entender lo mucho que la castaña parecía desear que su padre ingresara y dejase a la vista aquella parte de su anatomía que siempre había tenido lugar dentro de sus pecaminosas y más profundas fantasías.
-Date prisa, INFELIZ. ¿Acaso no vez que papá te acaba de hacer una PUTA pregunta? Apresúrate y responde de forma CORRECTA.- Asevero en voz baja Lyra, conforme su agarre a la polla continuaba dándose sin cambios mayores que los de los ligeros incrementos en la fuerza, aplicados en los momentos puntuales en los que la muchacha decidía hacer énfasis a algo de lo que decía.
De más está decir que, al oír eso y adivinar por medio de cosas tales como su expresión facial o el tono de impaciencia con el que hablaba su hermana, la más instintiva y acertada reacción por parte de un Lemy que ya estaba harto de los maltratos y ofensas a su área íntima, fue la de ahogar sus deseos de oponerse, tomar una buena bocanada de aire, inflar ampliamente las mejillas y apretar sus todavía desprotegidas y temerosas nalgas, antes de finalmente darle a la chica y a su padre la respuesta que tanto deseaban escuchar.
-B-bueno…sí realmente…necesit…-
-¡GRACIAS POR ENTENDER! ¡T-te prometo que será de cosa de menos de un minuto!- Interrumpió de manera tanto figurativa como literal Lincoln, quién, sin siquiera acabar de oír la finalización de la frase dicha por su hijo, de inmediato se apresuró a abrir la puerta del cuarto de una patada, trotar en dirección al inodoro y bajarse y descubrir su pene con una velocidad que únicamente se compararía con la de Lyra al momento de hacer a un lado al joven castaño, amén de ser capaz de observar con la mayor claridad y lujo de detalles posible, el imponentemente grueso, largo y crudo pedazo de carne que acababa de hacer acto de presencia en la habitación.
Fue así entonces como se dio pie a lo que sería un breve pero sumamente intenso y memorable momento para los dos jóvenes presentes en el sitio; tanto por buenos como por malos motivos. Siendo este, en el caso de una emocionada y sobreexcitada Lyra, el motivo por el cual ella se encontraba reclinada y presionada a más no poder contra el borde de las cortinas de baño, las cuales se esforzaba en abrir a penas lo suficiente como para captar y aun así maravillarse con la vista de la flácida pero aun así llamativa polla de su padre, la cual le habría servido como el desencadenante o disparador de un monologo que no solo la hizo salirse de sí de la excitación, sino también comenzar a realizar, de manera enérgica y sin tapujo alguno, un acto que sería la mayor fuente de entretenimiento y sorpresa para el muchacho que se encontraba detrás suyo.
-Ahh~ Esa… esa es la… l-la polla de… de… ¡Papá! ¡Estoy viendo la polla de papá justo ahora!- Vocifero en su mente aturdida la castaña, al mismo tiempo que su mirada se centraba en el abultado y llamativo bulto del hombre parado junto al inodoro, mientras este último se ocupaba de una de sus necesidades más básicas e ignoraba por completo el hecho de estar siendo observado como una descuidada presa acechada por una hambrienta y deseosa carnívora. -Finalmente… luego de tantos y TANTOS años de soñar con ella, imaginármela y… ¡Recordar con amargura y envidia lo que él era capaz de hacerle con ella a mamá…! ¡Yo…! ¡Yo…!- Continuo divagando, tras rememorar fugazmente la noche en la que ella había sido capaz de captar un grito tan femenil, sonoro y lleno de placer que se le había grabado para siempre en su psiquis y acababa de causar que tanto su entrepierna como pezones sufriesen debido a una imaginaria descarga eléctrica que, más temprano que tarde, guiaría a sus manos para así comenzar la realización de una indecorosa y pervertida labor masturbatoria.
Y por este motivo fue que, sin siquiera alcanzar a concluir su frase, Lyra se apresuró a sujetar con la boca el extremo de la cortina que otrora había estado reteniendo con su mano, para así dejar libre a esta última, quién no perdería tiempo y de inmediato se daría a la tarea de aferrarse y comenzar a estimular de forma lasciva y vivaz aquellos erectos y enrojecidos botoncitos de carne que coronaban los pechos de la muchacha, todo mientras la gemela de dicho miembro se aventuró a posicionarse y dar inicio los masajes, internación y exploración del interior de la ahora fogosa y babeante feminidad de una castaña que ahora se encontraba mordiendo la tela entre sus dientes con el fin de disimular y ocultar los gemidos que de seguro saldrían de ella de otro modo.
-¡Ah~! Papi… ¡PAPI~! ¡Yo he sido…! ¡Una niña muy, pero MUY…! ¡MALA estos últimos días!- Declaro para sí y por medio de una caterva de jadeos ahogados ella, conforme la mano asentada en su pecho empezaba su atención hacia el mismo colocándose y hundiéndose a un costado, ejerciendo una presión que haría que su figura resaltara sobre la almohadilla de carne, momentos antes de comenzar a sacudirla, balancearla, juguetear y finalmente ceñirse alrededor de ella, unos segundos antes de comenzar a deslizar y enfilar sus dedos en dirección a los pezones. -¡He dicho groserías, he mentido, he insultado a Dios, vestido de forma indebida y comido chatarra como la que tanto le gusta al infeliz de Lemy…!- Enumero entonces, conforme sus falanges llegaban hasta sus areolas y, si bien empezaban a ceñirse y a apresar entre sus dedos medio y anular aquellos endurecidos y notorios copos erectos que fácilmente podrían cortar vidrio a causa de su grado de excitación, más temprano que tarde, pasarían a abrirse y variar su agarre para así dejar que el índice y el pulgar pudiesen formar un circulo alrededor del área más rozagante y sensible del pecho, la cual se haría progresivamente más y más pequeña a medida que el tiempo pasara, haciendo que todo desembocase en un fuerte pellizco y jalón hacia arriba del pezón. -Pero… ¡Hah~! ¡Ah, si~! ¡Así! ¡ESE ES EL LUGAR~!- Trato de decir a continuación, solo para acabar distrayéndose momentáneamente por las sensaciones originadas en su entrepierna, la cual era asediada de manera inmisericorde por un par de dedos que, si bien habrían iniciado sus ataques de forma "Discreta", progresivamente fueron ganando más fuerza y osadía, haciendo que luego fuesen capaces de llegar y frotarse en numerosas ocasiones con uno de los pliegues más susceptibles del órgano sexual, y consiguiese que estos no solo acabasen empapados, sino que además fuesen los responsables de hacer que la postura de Lyra se deteriorase todavía más. -Ohhhhhh~ ¿P-por dónde iba? Oh, c-claro… Pero todo, y me refiero a ¡TODO! lo que ya te nombre, palidece y se queda pendejo a comparación de… de… ¡Ahhh~! ¡J-JODER! ¿¡Cómo rayos es que antes era capaz de NO hacer esto a voluntad!?- Se quejo de forma retorica la joven, tras notar como, aun a pesar de sus esfuerzos por alejar y darle una pausa a su mano con el fin de hablar para sí y construirse una mejor imagen mental de ella y su padre teniendo esta hipotética conversación, tanto la propia lujuria generada por la frase, como la insistencia de su coño necesitado y urgido en deseos por acabar, llevaron a que sus falanges no solo volviesen a internarse dentro de sí, sino que se valieran de la nueva postura en ángulo de 90° grados tanto para arremeter y profundizar con sus dedos medio y anular, como para emplear una parte de su palma para así frotarse y presionarse contra el clítoris; resultando todo en una más que satisfactoria y explosiva combinación. -¡Tch! ¡M-mierda! ¡T-todo palidece si lo comparamos con…CON…! ¡MIS GANAS DE QUE TÚ Y EL IDIOTA DE MI HERMANO ME HAGAN LO QUE PUTAS DESEAN JUSTO AHORA!- Admitió y llego a pronunciar en su mente finalmente ella, momentos antes de que su boca la traicionase en el peor momento posible, obligándola a soltar de improviso la cortina, justo cuando su rostro comenzaba a sobresalir de ella y precisamente cuando su padre finalmente había terminado de orinar y comenzaba a voltearse en una aparente cámara lenta en dirección a la ducha mientras silbaba de alivio y se arreglaba los pantalones.
De más está decir que, siendo testigo de ello, aun Lyra con su atrofiada y distorsionada visión de las cosas no pudo evitar sentir un creciente pánico ante la idea de ser descubierta, compartiendo ducha con su hermano y prácticamente en aras de un clímax tan fuerte y sobrecogedor que ni siquiera le permitió reaccionar y ocultarse amen de evitar una catástrofe. Más sin embargo, gracias a la oportuna intromisión de un cierto castaño; que desde hacía tiempo había estado observando todo y manteniéndose al margen; fue que por fortuna Lyra alcanzo no solo a quedar fuera del alcance de la vista de su padre, sino además, hacerse de un momentáneo aliado que, no conforme con haberla ayudado a ocultarse, también se apresuraría a cubrirle la boca con la mano debido al más que justificado y acertado temor de que el orgasmo que ella se encontraba experimentando pasase a ser algo más vocal y sonoro de lo que la propia dueña de este pudo haber previsto.
Y por esta razón es que durante los siguientes pares de segundos veríamos; por medio de una vista aérea del cuarto; una escena en la que, mientras Lincoln se despediría del sitio saludando con agradecimiento a su hijo, este le ofrecía una poco amistosa respuesta y no dejaba ni de sudar de temor o de concentrar sus fuerzas en el desesperado e incómodo agarre aplicado sobre los labios y boca de su hermana, a quién por último pero no por eso menos importante, veríamos siendo asediada por una abrumadora y sumamente dura réplica de su clímax, causada en gran medida por la incapacidad de esta de detener los toqueteos llevados a cabo por sus manos aun bajo estas apremiantes condiciones. Dando así como resultado una visión que no hizo más que empeorar tras ver como el orgasmo de la muchacha pareció alargarse y ganar cada vez más brío luego de que Lemy decidiese emplear su otra mano para ahogar sus gritos, provocando indirectamente que la cercanía entre ambos aumentara y que la polla todavía erecta y palpitante se clavase en la espalda de su hermana; todo mientras él llevaba a cabo un arriesgado acto de equilibrio que involucraba a sus mojados pies montándose sobre uno de los bordes que delimitaban el piso de la ducha.
-Oh, mierda. Oh… ¡C-carajo! ¡Que me lleve el Diablo, Samael o cualquier otro…! ¡Puto Dios o demonio del averno que esté viendo esto, pero…! ¡Todo lo que pido es que…! ¡Que…!- Exclamo para sí mismo Lemy, conforme sentía la respiración agitada de Lyra y una serie de húmedos y serpenteantes lengüetazos espasmódicos de esta rozándose y haciéndole cosquillas a sus dedos, al mismo tiempo que la desentendida y nerviosa cabeza de su verga se frotaba contra la suave, cálida y lisa piel de la espalda de la castaña. -¡HAGAN QUE ESTA COMPROMETEDORA E INSOPORTABLE RIDICULEZ TERMINE DE UNA BENDITA VEZ!- Termino por pronunciar en un imaginario y estrepitoso alarido a modo de súplica, coordinándose así con el momento en el que la puerta finalmente se cerró tras la espalda de su padre, dejándolos a él y a su hermana nuevamente a solas, y dándole la ocasión a la última de estos dos de desbocarse del todo y soltar "Debidamente" los pocos restos de jugo femenil que todavía quedasen dentro suyo.
-¡Ahh! ¡Jo…! ¡JODER! ¡Me corro! ¡Me estoy corriendo sin parar! ¡M-mis manos NO SE DETIENEN y yo…! ¡No me dejo de correr!- Acoto en su mente la muchacha, temblando de pies a cabeza, a la vez que seguía siendo silenciada y sentía; por medio de una descarga eléctrica que se originó en la zona de su espina arrimada por el toque de la polla del joven tras de sí; como sus adentros comenzaban a convulsionarse y preparar la expulsión de la que sería la mayor descarga de líquido hasta el momento. -¡Hah! ¡Di…! ¡DIOS! ¡P-puedo sentir que se acerca uno grande! ¡Ahhhh! ¡M-me corro! ¡ME CORROOOOOOOO!- Musito en su aturdida cabeza ella, poco antes de propiciarse un fuerte jalón de pezones y ejercer un ataque por dos frentes en su sobreexcitado y trepidante coño; el cual consistió en introducir dos de sus dedos en su interior, doblar estos en un ángulo que le dejase jugar con la uretra, y que además permitiese que la presión ejercida por ese lado se coordinase con la del pulgar, quién se hallaría dibujando círculos alrededor del clítoris; logrando así que un poderoso y abundante chorro de líquido translucido comenzase a brotar de sus entrañas sin control y cayera sobre el suelo de la ducha a una velocidad aun mayor a la del agua que bañaba sus cabezas.
De más está decir que luego de haber acabado su orgasmo, las pocas y casi inexistentes fuerzas que quedaban en las piernas de Lyra para este punto terminaron de abandonar por completo su cuerpo, provocando así que se cayera de culo y de manera laxa contra el piso de cerámica, casi como si de un títere al que le acababan de cortar las cuerdas se tratase. Siendo este además un hecho que casi provoca la caída de su hermano, quién por su parte lograría aferrarse a una de las cortinas tras perderla a ella como el "Soporte" que prevenía que resbalara y cayese del sitio en el que se debió de parar para así aferrársele a la boca.
-Fiu. E-eso estuvo cerca.- Dijo con alivio un Lemy con los ojos firmemente cerrados, el cual, tras ceñir sus dedos sobre la tela y soltar un leve suspiro luego de comprobar que no caería del borde, comenzaría a levantar sus parpados y continuar con sus quejas. -Carajo, Lyra. La próxima vez que dependa de ti para no caer y romperme algo, al menos trata de avisar sí es que estás a punto de…- Se encontraba diciendo él, segundos antes de bajar la vista, caer en cuenta de que el rostro de su hermana había quedado prácticamente junto a su polla y que, por la pose y estado en el que estaban, si alguien llegase a entrar y abrir la cortina del lado opuesto al suyo, se encontraría con una escena en la que se apreciaría como él y su masculinidad permanecían imponentes, firmes y duros, en una posición que denotaba su superioridad y "Dominio" de la situación, mientras la jadeante, crispada y desalineada hermana mayor a sus pies yacía falta de aire, con la lengua para afuera y con la cabeza acostada a uno de los lados del miembro viril, sin poder hacer nada aparte de suspirar y provocar que en un abrir y cerrar de ojos, el pene junto a ella diese un brinco que le llamaría la atención y la obligaría a centrar su vista en él. -O-oh no...- Alcanzo a decir mentalmente el joven, tras haber caído en cuenta de ese descuido involuntario de su parte.
-Juju~ Oh, no seas así, Lem. ¿A poco tú nuuuu~nca has perdido un poco la cabeza al ensimismarte en tu orgasmo?- Pregunto de manera retorica la castaña, tras girar levemente su cabeza y asegurarse de dejar su boca y labios encarados en la dirección de la verga, dándole así la oportunidad de dedicarle una palabras a poco antes de demostrar su "Agradecimiento" por la inesperada ayuda que su dueño le había brindado. -Pero si ese no es el caso, bien podría darte una ayuda para experimentes eso. Ya sabes, a modo de gracias por la ayuda que me diste hace rato. Juju~- Sugirió en un tono lascivo, que fue aderezado por una lenta lamida dada en zigzag a lo largo y ancho de la verga, la cual no solo dejo marca y dio forma a un camino de saliva, sino que, al momento de finalizarla, fue precedida por otro comentario y un ligero y juguetón roce dado con las mejillas de la muchacha. -Yo todavía siento que estoy "Muy sucia" y que me vendría bien un tiempo más en la ducha. ¿Pero qué me dices tú?-
Y con eso dicho, el siguiente par de segundos consistieron en Lyra, frotando su rostro, repartiendo besitos y dedicándole un sinfín de gemidos de deseo al miembro de un Lemy que, ante dicha imagen, se debatía sí debía aceptar o no; al enumerar los dilemas morales, las implicaciones y los problemas que eso podría traerle a futuro, poniéndolos así en una imaginaria balanza y viendo sí estos pesaban más ahora que su sobrecogedora necesidad y urgencia de satisfacción.
-J-joder… E-esto en verdad ¡NO es jugar limpio!- Se quejo internamente él, luego de verse obligado a cerrar sus ojos para debatir, dejando que su notorio sonrojo y pequeños jadeos tanto de excitación como de duda se encargasen de mantener entretenida a Lyra mientras trataba de llegar a la conclusión que le conviniese. -Si cedo a lo que me pide, eso significara menos tiempo de descanso, menos "Combustible" con el que trabajar a la hora de la verdad y una tonelada de arrepentimientos luego de que el momento termine y mi consciencia comience a fastidiarme.- Monologo para sí, mientras reforzaba el agarre ejercido sobre la cortina y apretaba sus párpados tanto por la indecisión, como por el accionar de su hermana. -Pero por otro lado… el mantenerla feliz es otra parte importante del plan, y viendo cómo estoy, dudo que pueda dormir fácilmente a fin de cuentas.- Recalco Lemy, luego de abrir de manera tramposa uno de sus ojos, observando así el estado visiblemente lastimero y necesitado de su erecto miembro, junto a la muchacha pegada a este, la cual ahora se hallaba sujetando y jalando maliciosa y divertidamente la piel bajo el rozagante glande con sus labios, empeorando aún más el conflicto interno del joven. -¡MIERDA! ¡Ojalá hubiese una forma sencilla y "Fluida" en la cual pueda pasar de "Esto" a "Irme a dormir a mi cuarto sin que nadie más me moleste"! ¡Pero esto es la vida real, y ese tipo de conveniencias no suelen suceder solo porque uno lo desee y…!- Se estaba quejando el castaño, momentos antes de que sus temblores empeoraran, su equilibrio comenzase a flaquear y la cortina de baño sobre la cual no dejaba de estirar y ejercer gran parte de su peso, emitiese un sonido que pasaría desapercibido para él hasta que hubo sido demasiado tarde. -¿Y…? ¿Y ya…?- Comento finalmente él, luego de que aquel sonido antes mencionado se repitiese un número significativo de veces, hasta finalmente obligarlo a echar la mirada arriba, dándose cuenta así de que el mismo no se trataba de otra cosa más que el ruido de los ganchos que sujetaban la tela cediendo y rompiéndose uno detrás del otro, hasta que finalmente él último de ellos se resquebrajo y provoco que el muchacho y toda la cortina en general, cayesen de golpe y se estrellase de lleno contra el piso.
Tras ello, y de una subsecuente y progresiva perdida de consciencia debido al golpe dado en la parte trasera de la cabeza de Lemy, es que la imagen de esta escena comenzaría a nublarse y oscurecerse velozmente, dándonos, a modo de cierre, un último vistazo y un diálogo que cerraría todo de una vez.
-C-como decía… las conveniencias no… exis...- Acabo por decir con su último atisbo de pensamiento el joven, conforme sus ojos le daban un último vistazo a su aparentemente preocupada hermana mayor y al pequeño montículo de ropa limpia apostada en un sitio detrás de ella, al cual esperaba y deseaba de todo corazón que no le pasara nada y no acabase en posesión de Lyra.
…
Casa de los Traviz. Cuarto de Lemy.
Habrían pasado algunas horas luego del golpe y la subsecuente perdida de la consciencia que este provoco en el joven. Más sin embargo, al cabo de estas fue que este último comenzaría a despertar, encontrándose así no solo con algo tan esperado como lo sería el inevitable dolor de cabeza producto de su caída, sino también por la sorpresa de que él se hallaba vestido y arropado en la cama de su cuarto, y; lo que sería lo más llamativo de todo; que la razón por la cual él acababa de despertar se debía a la presencia de una pareja a la cual el castaño comenzaría a distinguir a través de los susurros que oyó entre sueños, y que acabarían de tomar forma luego de que él se incorporara, se tallara los ojos y atinase a hablarles.
-¿Ah? ¿Mamá? ¿Viejo? ¿Q-qué están haciendo…? A-au… ¿Aquí?- Alcanzo a preguntar el castaño, tras recobrar una buena parte de su consciencia, momentos antes de frotar ligeramente la parte adolorida de su cabeza con la mano, emitiendo así un leve quejido, acabando de despertar y provocando que los dos adultos frente a él se preocupasen.
-¿Preguntas "Qué hacemos"? ¿Pues tú qué crees, pequeño?- Cuestiono Lincoln, intercambiando una mirada con su hijo, al mismo tiempo que Luna se sentaba en el borde de la cama, sujetaba la cabeza del joven y comenzaba a deslizar sobre ella su mano a fin de encontrarse con el área afectada.
-Venimos a ver cómo nuestra estrella de Rock sigue luego de su pequeño incidente en el baño.- Respondió de manera tranquila la mujer, tras finalmente toparse con el chichón que había surgido tras la caída, provocando que su hijo volviese a soltar otro gemido de dolor luego de tocarlo. -¡Hiiiii! Eso sin duda dejara una marca.- Acotaría ella, luego de palpar la zona, entrecerrar los ojos y apretar ligeramente sus dientes al imaginarse lo que dicha lastimadura debía de estarle causando a su pequeño.
-Emm… ¿"Incidente"? ¿De qué incidente hablan?- Pregunto Lemy, luego de que su madre apartase la mano, permitiéndole así comprobar por sí mismo el estado en el que había quedado su cabeza. -Digo, recuerdo el "Cómo" me hice esta cosa, pero la forma en que llegue aquí me sigue generando dudas y quiero saber exactamente qué fue lo que Lyra les habrá dicho.-
Al oír la pregunta, ambos adultos intercambiaron una fugaz mirada, en la que los dos expresaron su preocupación por el hecho de que su hijo no pareciese recordar nada de lo ocurrido; o al menos eso les diese a entender.
-Pues verás, según lo que tengo entendido, luego de que te dejara solo en el baño, tú te resbalaste al salir de la ducha y empezar a vestirte, te golpeaste la cabeza contra el piso y permaneciste tirado e inconsciente ahí hasta que tu hermana decidió ir a ver por qué es que no salías.- Dijo a modo de resumen el albino, con una mirada llena de inquietud en el rostro.
-Ella luego de eso nos llamó y te llevo a tu cuarto, donde ambos hemos estado vigilando y cuidándote hasta que despertarás, campeón. Ya que, más allá de ese feo chichón que te hiciste, no parece haberte pasado nada malo y ambos pensamos que quizás sufriste un bajón de presión o te desvaneciste por el agotamiento quizás.- Termino de decir Luna, a la vez que le acariciaba la mejilla a su hijo y adoptaba una mirada similar a la de su esposo.
-Aun así, creo que lo mejor sería llevarlo a ver a un doctor ahora que ya se despertó, ¿No lo crees, querida?- Sugirió Lincoln, tras inclinar sus labios luego de ver como el muchacho no dejaba de crispar el ojo cada vez que acercaba su mano al sitio del golpe.
-Ahhh. Es verdad. Eso será lo mejor. ¿Por qué no vas a llamar a las chicas y les cuentas lo ocurrido mientras él y yo nos preparamos para salir?- Contesto Luna, al momento de llevarse una mano a la mejilla y redoblar la preocupación por el bienestar de su hijo, quién, muy por el contrario, pareció reaccionar de forma explosiva y abrupta ante dicha sugerencia.
-¡Wow, wow, wow! ¡E-esperen solo un momento! ¡No hay necesidad de hacer un escándalo por esto!- Refuto Lemy, estirando ambos brazos, tanto para dar énfasis a lo que decía, como para impedir la salida de su padre de la habitación. -¿No estarán planeando cancelar su salida para celebrar el regreso de la mamá de Leia solo por mí? ¿O sí?-
-Pues… Si. ¿Qué clase de padres seríamos si priorizáramos eso por encima de tu bienestar, pequeño?- Cuestiono Lincoln, levantando una ceja, alzando una mano y recibiendo un movimiento de cabeza en señal de aprobación por parte de la castaña a su lado.
-¡O-oh! Pero eso sería… ¡Una VERDADERA lástima! ¡Ya que Leia no ha dejado de decirme lo emocionada que está porque vayan! ¡Y-y además, sería muy grosero que sean los únicos en faltar al recibimiento de alguien tan famosa como lo es la señorita Santiago!- Presento a modo de respuesta él, valiéndose de una sonrisa falsa y un tono de voz poco convincente, al cual decidió sumarle una risa fingida, poco antes de continuar. -¡Jaja! ¿¡Y todo por este golpecito de nada!? ¡N-no me hagan…! ¡R-REÍR!- Termino de decir el castaño, tras comenzar a darle una ligera serie de palmadas a su nuca, con el fin de dejar en claro lo poco que esta le dolía en realidad, cosa que lo obligaría a reprimir el dolor y aguantarse las lagrimillas mientras era observado con intriga por sus dos padres.
-¿En serio? Digo, ¿No es que eso te dolía mucho hace cosa de unos segundos?- Pregunto Luna, siendo así la encargada de expresar aquello que rondaba en la mente de ambos adultos.
-¡S-solo estaba dramatizando! ¡Lo cierto es que quiero que vayan y me traigan lo que sea que ella nos haya traído de recuerdo de su viaje! ¡Jaja!- Continuo fingiendo y riendo él, segundos antes de arrugar imaginariamente el ceño, y adoptar una mirada de preocupación ante la posibilidad de que ellos no siguiesen con lo acordado. -¡VAMOS! Si bien pienso jugármela con lo que tengo pensado, ¡Necesito que los dos estén fuera de la casa para dar comienzo a mi plan!- Se quejo en su mente el chico, segundos antes de cerrar sus ojos, dedicarles una amplia sonrisa, juntar sus manos y adoptar una actitud de súplica acompañada de la siguiente frase… -¡Por favor! ¡Les juro que estoy perfecto! Y además, ¡R-recuerden que Lyra estará aquí para cuidarme o avisarles si llegara a pasar algo!-
Ante esa clase de exigencia y argumentos, los adultos no pudieron evitar intercambiar una mirada de extrañez y duda entre sí, segundos antes de fijar su vista en el chico y confirmar nuevamente tanto su estado actual, como sí aquello era lo que realmente quería.
-¡LES JURO QUE SI! ¡E-eso es justo lo que quiero que hagan! ¡Vayan y diviértanse! Yo… ¡E-estaré bien!- Insistió nuevamente el joven, al mismo tiempo que un pensamiento traicionero se hacía presente en su cabeza. -O al menos… e-eso es lo que espero.-
Luego de ello, lo que paso a continuación podría resumirse en un breve intercambio de palabras entre el chico y sus padres, en los cuales estos últimos le decían lo felices y orgullosos que estaban tanto en su manera de sobreponerse al dolor, como en la forma en que aparentemente decidió anteponer los deseos de ellos a los de él, pero siempre dejándole en claro que debería sincerarse sí él en el fondo deseaba que ellos se quedarán o lo llevasen al médico. Pero no siendo este último el caso, y recibiendo de hecho una nueva confirmación por parte del chico de que ellos se fuesen tranquilos, ambos adultos optarían entonces por dejar a Lemy a solas, dándole así la ocasión de deshacerse de su falsa sonrisa y reunir energías para reunir los preparativos y poner en marcha su plan.
-¡Ugh! ¡POR FIN! En verdad, agradezco tener padres que se preocupan por mí de esa forma, pero eso no es algo que me ayude o haga más sencilla la mierda que estoy a punto de hacer. Lo que me recuerda...- Declaro en su cabeza el castaño, segundos antes de salir de la cama de un salto, ponerse de pie y comenzar a palpar y tocar varias zonas de su cuerpo con el fin de comprobar sí todo estaba en su lugar. -¿Bandana…? En su sitio. ¿Ojeras y cansancio…? Significativamente reducidos. ¿La "Cosa"...? Por fortuna, todavía oculta y segura en mi bolsillo.- Comentó él, tras tocar su frente, ojos y el bolsillo interno de su ropa, y enumeraba todo lo que le preocupaba que faltara o estuviese en dichas áreas, segundos antes de que le viniese a la memoria la mención de su padre de que Lyra lo había encontrado supuestamente desmayado y medio vestido en el baño, cosa que lo hizo preguntarse y dedicarle una mirada a algo relacionado a su entrepierna. -Bien, con eso solo queda comprobar entonces como sigue mi pequeño amigo; también conocido como mi querido "Cuerno Inferior"; y ver sí Lyra decidió ordeñarme mientras estaba inconsciente o...- Continuo monologando, poco antes de jalar el elástico de su pantalón y ser obligado a alzar una de sus dos cejas ante la visión que había frente a él.
Ya que como verán, con el fin de gastarle una broma y aprovecharse tanto de su incapacidad de defenderse, como del hecho de no haberle correspondido de la manera que ella esperaba que hiciese, Lyra se había tomado el tiempo y la libertad de garabatear y dibujar en la zona púbica de su hermano, un curioso tatuaje temporal; echo seguramente de maquillaje; en el que se distinguía una versión caricaturesca de él, con rasgos faciales que denotaban que su rostro estaba hecho de madera, con una sonrisa estúpida dibujada sobre las bolas que servían a modo de barbilla, y su polla sirviendo a modo de nariz, dando además a entender y acentuando aún más la comparativa entre él y un popular personaje de cuento de hadas, al momento de hacerle una burbuja de diálogo que dijera "¡Juro que no quiero hacerlo con mi hermana!", cosa que seguro debió de divertirla mientras él yacía en el piso, con una imperecedera erección producto del hecho de no haber podido acabar durante su encuentro en la ducha.
-¡ESA HIJA DE…!- Vocifero internamente el castaño, luego de volver a subirse los pantalones tras la revelación, enrojecerse debido a la vergüenza y tomarse unos segundos para calmarse previo a decir… -¡Tch! ¿¡Pequeño Lem…!? ¡Está putamente furioso, pero estará listo para la acción luego de que le quite la mierda con la que lo profanaron!-
…
Casa de los Traviz. Cuarto de Lyra.
Avanzando entonces un par de minutos en el futuro; y más precisamente hablando, la cantidad de tiempo necesaria para que los dos adultos que habían estado no hace mucho en el cuarto de nuestro protagonista, se prepararan y saliesen de la casa; nos toparíamos con la imagen que marcaría el inicio del fin de esta historia. La cual consistiría en una toma precisa y amplia de la espalda de Lemy, tomada mientras este último se encontraba posando frente a la puerta del cuarto de su hermana, respirando con una notoria preocupación al mismo tiempo que se preparaba para dar aquel último y gran paso.
-Muy bien… ya llego la hora. Ya es… ¡Fiu!... momento de acabar con esto.- Musito en su cabeza el joven, conforme llevaba a cabo un pequeño compilado de rutinas que lo prepararían mentalmente para el reto que debería de enfrentar; destacando entre ellas, la manera en que tronaba los huesos de su cuello, el cómo giraba y sacudía sus manos mientras movía descontroladamente sus dedos en el aire, la forma en que daba cortos y veloces saltos laterales, o como luego de todo ello se daba ligeros golpes tanto en los hombros como en el pecho. -¡Tú puedes con esto, Lem! Solo apégate al plan y… CON ALGO DE SUERTE, conseguirás exorcizar a esa súcubo rompe-hogares y tener a tu santurrona de siempre de regreso.- Dijo a continuación, segundos antes de reforzar la presión ejercida sobre uno de sus bolsillos, cerrar sus ojos y soltar un fugaz y casi inaudible… -Dios, ayúdame…- Al mismo tiempo que alejaba su mano del corazón y daba un valeroso paso al frente.
Y tras esas últimas palabras, y la posterior apertura de ojos y agudización de mirada que le predeciría, fue que el castaño logro armarse de confianza suficiente como para abrir la puerta e ingresar al cuarto. Aunque claro, la manera en la que este llevo a cabo la tarea, hizo que la puerta no solo rechinase, sino que se abriese con una lentitud y pesadez tal que crearía un cierto paralelismo con uno de los momentos más icónicos de una de sus sagas de juego favorita; en la cual él debía de abrir una puerta o atravesar una columna de niebla para así llegar al sitio donde tendría lugar su pelea contra el jefe de la zona.
Sin embargo, lejos de encontrarse con una criatura horrible o pesadillesca, lo que nuestro querido protagonista se encontró fue con la visión de una Lyra aparentemente serena y tranquila, la cual se encontraba recostada perezosamente sobre la cama; vistiendo nada más que aquel curioso conjunto de bragas y camisa corta que uso a la mañana; viendo un video desde su celular y mordisqueándose ligeramente el dedo índice mientras el audio de este se filtraba y rebotaba en las paredes del sitio. Denotando así no solo la clase de contenido del mismo, sino también una cierta sensación de familiaridad que ella no tardaría en resaltar luego de apartar su vista del mismo y notar la presencia de su hermano en el sitio.
-¿Ohh~? ¿Y esto? ¿Qué haces aquí, Lemy? ¿Vienes a reclamarme por algo que viste luego de despertar acaso?- Bromeo de forma maliciosa ella, a la vez que se llevaba una mano a la barbilla y frotaba la parte baja de su labio con el dedo. -Porque sí de eso se trata, bien podrías irte y volver después, ya que ahora mismo estoy tratando de ver y familiarizarme más con aquel "Famoso Masaje" del cual me hablo Lacy.- Informo la muchacha, conforme el audio de aquel video con el que Lemy ya tenía una cierta experiencia previa, reverberaba en el cuarto y hacía enrojecer ligeramente al chico. -¿Puedes creer que tuvo la gentileza de enviármelo también? ¿A poco esa chica no es un amor de lo inocente y tierna que es?- Pregunto de manera ladina, mientras encaraba la pantalla en la dirección de su hermano, y dejaba que el video y la parte de sexo rudo presente en este último se reprodujese por unos segundos antes de finalmente devolverlo a su posición original y continuar hablando. -Heh. Sabes, al ver esto, me viene a la cabeza el recuerdo de que yo todavía no te he dado un castigo acorde a lo que hiciste. Y algo como aprovecharse de la pobre, inocente y fácilmente influenciable Lacy no es algo que podamos dejar sin…- Trataría de decir a continuación la castaña, segundos antes de ser interrumpida por una inesperada y sorpresiva contestación por parte de su hermano.
-Eso no será necesario. Porque verás, yo… yo de hecho… umm…- Comenzó a decir Lemy, quién si bien, habría iniciado la frase lleno de confianza, a mitad de la misma empezó a trastabillar con sus palabras y se vio obligado a respirar profundamente antes de calmarse y ser capaz de dar a conocer el motivo por el cual estaba ahí. -Yo… ¡Decidí venir aquí con el fin de que ambos terminemos aquello que empezamos allá en el baño!- Se forzó a concluir él, mientras procuraba evitar el intercambio de miradas al apuntar sus ojos al suelo, adaptando así una cabizbaja expresión que solo se reforzo a medida que un color rojo fuego se hacía presente en su rostro, a la vez que una serie de "¡Oh, si!"s, "¡Eso!"s y "¡Eso es!"es eran lo único que cortaban el absoluto silencio que se impuso en el cuarto luego de tal declaración.
De más está decir que luego de ello, lo que más perduro y se mantuvo en el cuarto, fue un silencio sepulcral, el cual no hizo más que extenderse y acrecentarse luego de que la castaña atinase a poner en pausa el video, permitiéndole así comenzar a dedicarle al chico una mirada sumamente fija, que no hizo más que aumentar la incomodidad de este último.
No obstante, luego de lo que se habrían sentido como varios y pesados minutos de ausencia de sonido, lo que finalmente acabo por marcar el regreso de este fue el ruido producido por un estrepitoso y solitario "¡Haa!" por parte de la boca de Lyra, el cual, al cabo de unos pocos segundos, pasaría a desembocar y convertirse en una incontrolable y extendida risa, acompañada de pequeños diálogos que diesen a entender su incredulidad y sorpresa ante dicha petición.
-¡Jajaja! ¡N-no puedo…! ¡E-esto es…! ¡SIMPLEMENTE DEMASIADO! ¡Jajajaja! ¡Tú…! ¡Que no dejabas de quejarte y de hacerte rogar…! ¡Ahora vienes a mí, TU PUTA HERMANA, para así pedirme para follar! ¡JAJAJAJA!- Se carcajeo de manera enérgica la chica, mientras un par de lagrimillas de gracia se formaban en sus ojos y se tapaba parte de la cara, en un intento de disminuir la gracia que aquella hilarante e inesperada petición le había causado.
Mientras que por su parte, se encontraba un Lemy que la observaba por lo bajo con un rostro que ya no solo estaba sonrojado por la vergüenza, sino también por la ira que le causo aquella reacción por parte de su hermana. Sin embargo, y muy a pesar de él, se vio obligado a contener y reprimir sus deseos de ofenderla o gritarle, al momento de levantar ligeramente su cabeza y volver a dirigirle la palabra.
-E-entonces… ¿Eso es un "No"? ¿O…?- Se esforzó en pronunciar Lemy, al mismo tiempo que apretaba los puños y los dientes, y comenzaba a distinguírsele una vena resaltada y un ligero tic de ira en el ojo, que afortunadamente Lyra no pareció ver o simplemente decidió paso por alto.
-No, no. Claro que eso no es un "No". Es solo que… Me sorprende un poco ese cambio repentino de actitud. ¿Acaso el golpe en la cabeza tuvo algo que ver? Jaja.- Pregunto de manera risueña ella, tras finalmente deshacerse de gran parte del júbilo que la asolaba, permitiéndole así adoptar otra clase de actitud al momento de continuar. -¿O es que acaso…? ¿Tienes pensado hacer algo estúpido en mi contra ahora que no hay nadie más en casa?- Cuestiono de improviso la chica, quién finalmente aparto su mano del rostro, adoptando así un tono de voz serio y revelando una aguda mirada de desconfianza, que bien pudiera considerarse una versión moderada de sus "Ojos acusatorios". -Dime, ¿Acaso tienes pensado matarme, o…?-
-¿¡QUE!? ¡N-no! ¿¡C-cómo es que siquiera se te ocurre decir…!?- Trato de refutar el muchacho, moviendo su rostro y manos en señal de negación, poco antes de ser interrumpido por otro comentario de la joven.
-Porque no soy estúpida como tú piensas, Lem. Y como tu hermana mayor, sé reconocer cuando es que traes entre manos uno de tus planes de mierda.- Dijo a continuación ella, poco después de arrojar el celular hacia un lado y enderezar su postura sobre la cama. -Y a decir verdad, sería algo muy tonto e imprudente de mi parte el aceptar sin más una propuesta tan evidentemente sospechosa por parte de ti.- Agrego, al mismo tiempo que entrecruzaba sus brazos y seguía fulminando con la mirada a un Lemy que se vio obligado a disimular las gotas de sudor frio que lo asediaban, y de reprimir sus deseos de tocar el objeto en su bolsillo amen de no acabar siendo completamente desenmascarado. -Peroooo… con todo eso dicho…- Continuo diciendo, luego de cerrar sus ojos, inclinar la cabeza a un lado y alargar intencionalmente una de las palabras con el fin de enfatizar lo siguiente que diría. -También sería estupido de mi parte el rechazar una propuesta tan tentadora y útil para los dos. Así que… Quizás puedas hacerme cambiar de opinión si me pruebas qué tanto deseas hacerlo con tu querida y bella hermana.- Declaro ella, al momento de abrir nuevamente sus ojos y ofrecerle a Lemy una mirada tan llena de excitación y deseo que de inmediato le hizo recobrar buena parte de su confianza perdida y responderle con la seguridad necesaria y apropiada para dicha situación.
-Tú solo dime… ¿Q-qué debo hacer?-
Justamente después de decir eso, la pregunta de Lemy fue respondida por una fugaz pero significativa mordida de labios por parte de Lyra, quien de inmediato comenzaría a darle órdenes y hacerle señas con los dedos para así indicarle que se quitara los pantalones y dejase su polla al descubierto, cosa que él inmediatamente obedecería.
Luego de ello, la castaña procedería a dedicarle una mirada fija al miembro expuesto del joven, notando así como este, si bien se encontraba levemente excitado, parecía faltarle bastante para alcanzar la rigidez y longitud que ella ya había atestiguado. Razón por la cual, ella decidiría soltar un comentario al respecto, poco antes de abrirse de piernas, hacer a un lado la tela que cubría su coño y revelar, por medio de otro diálogo, aquella petición que el chico debería de cumplir sí deseaba que el momento íntimo entre ambos tuviese lugar o no.
-Sí tú REALMENTE quieres que sigamos todo desde donde lo dejamos, quiero que te acerques hasta aquí… ¡DE RODILLAS…! Y te asegures de que tanto tu polla como mi coño estén tan listos y deseosos como lo estuvieron en aquel momento. Y, si lo consigues, tal vez y solo TAAAAAL VEZ, acceda a hacer esto contigo, ¿Capiche~?- Ordeno finalmente la muchacha, quién, al momento de pronunciar aquella última palabra, se tomó la libertad de llevar una de sus manos hasta su entrepierna, para así usar sus dedos, separar sus labios inferiores y permitir, tras la apertura de estos, que un pequeño hilillo de fluido brotase de ellos e hiciesen enrojecer y tragar una bocanada de saliva a Lemy. -¿Y bien~? ¿Qué esperas para… mmm… venir aquí~?- Cuestiono ella, frotando levemente su clítoris, tanto para resaltar su necesidad de atención, como para tentar y conseguir que su hermano avanzase de una vez.
-¡Ah, s-si! ¡Claro!- Respondería un aturdido Lemy, segundos antes de acatar la orden dada por su hermana y comenzar a mostrar signos de excitación conforme gateaba y recortaba distancias entre él y la tentadora y húmeda feminidad en frente suyo.
Una vez que el chico finalmente hubo llegado hasta el lugar, lo primero que hizo con el fin de despejar las dudas de Lyra y probar que no era una amenaza para ella, fue empezar a demostrar sus supuestos deseos por medio de una serie de toqueteos y besos tiernos. Los cuales consistirían en que, mientras una de sus manos se aseguraba de sujetar y mantener en el aire una de las largas piernas de la castaña; su boca se daría a la tarea de iniciar un recorrido protagonizado por su lengua y labios, el cual comenzaría por la altura del área detrás de la rodilla y se desarrollaría de forma ascendente y por medio de besos y lameteadas rectas o circulares, a medida que se dirigía al sitio que yacía entremedio de ambos muslos; y todo mientras su otra mano libre llevaba a cabo unos roces que, si bien habrían empezado siendo un poco más que meras frotadas por encima de los labios, al cabo de unos segundos, se abrían paso y aventurarían en el interior de una Lyra que no tardo en dejar salir un suspiro de placer ante la sola inserción de unos dedos ajenos a los suyos.
-Mmm~ L-Lemy… eso se siente… Mmm~... MUuuUUuuUY bIEn.- Atino a decir la muchacha, poco antes de verse obligada a llevarse una mano a la cabeza y cubrir una parte de su rostro con el brazo, luego de sentir como las falanges de su hermano seguían reptando y haciendo temblar de forma placentera su interior.
Dándose cuenta de ello, y evidentemente excitándose tanto por el morbo de la situación como por las reacciones de su jadeante hermana, Lemy no tardaría en subir el nivel de sus cada vez más asertivos avances; escudándose y excusándose de su molesta moral diciendo que esto era algo NECESARIO para ayudar a Lyra. Y es por esto mismo es que, cuando hubieron faltado poco más de 7 centímetros de separación entre la voraz boca del joven y el cada vez más fogoso y tentador coño de la castaña, veríamos como el primero de estos opto por presionar su lengua contra la piel de la segunda, y dibujar así un baboso camino que no pararía hasta asentarse y llegar al sitio donde se encontraba el clítoris.
-Solo espera, Lyra… sí todo lo que ya te estuve haciendo te gusto… será mejor que te prepares para lo que viene.- Musito en su mente él, segundos antes de ofrecerle al erecto botoncito de carne enrojecido y sensible frente a él, un beso que hizo estremecer a la castaña, la cual no dejaría de temblar y pasaría a aferrarse ligeramente a la cabeza del chico; por medio de su mano y muslos; mientras este último procedía a incrementar las idas y venidas de sus dedos y coronar el goce que sentía por medio de unas eficaces lamidas dadas a la parte superior de sus labios y clítoris.
-Ahhh~... ¡Ahhhhhhh! ¡E-eso es…! ¡J-JODER!- Vocifero la chica, conforme su placer seguía acrecentándose, sin saber o esperarse siquiera el hecho de que el mismo pudiese mejorar luego de que su hermano finalmente llevase a cabo el tan esperado y bien trabajado ataque de su lengua viperina al interior de sus entrañas.
Razón por la cual, luego de hacer una pausa para tomar aire, veríamos como el muchacho se aventuraría a tomar y separar ambos extremos de los labios de su hermana, brindándole así una visión clara del sitio y dejando que de este brotara un hilillo de néctar femenino, que de inmediato lo haría humedecerse los labios en antelación, poco antes de finalmente adelantar su rostro.
-¡Oh~ MIERDA! ¡SI!- Grito de manera desaforada Lyra, a la vez que echaba la cabeza hacía atrás y ceñía sus dedos sobre el cabello enmarañado de Lemy, mientras este último se dedicaba a excavar, abrirse paso y saborear por medio de su húmedo músculo bucal cada pared y recoveco de la joven; claro está, sin dejar que sus dedos se quedasen completamente al margen de dicha labor.
-Mmm… B-bien… de momento todo parece estar yendo… b-bastante bien. Hasta me atrevería a decir que "Genial", viendo su reacción… pero…- Divago el castaño, quién; si bien se estaba esforzando en tratar de ubicar las áreas que resultasen más sensibles o placenteras para lamer, y usaba su dedo medio para así serruchar y frotar tanto la pared como la parte inferior del labio del coño; no fue capaz de pasar por alto un hecho respecto a la feminidad de Lyra que lo hizo sonrojar y excitar de forma inesperada. -No sé si sea por mis ganas de acabar con esto rápido, el tabú de hacer esto con mi hermana o quizás… ¡EL JODIDO HECHO DE QUE ELLA TENGA EL COÑO MÁS PUTAMENTE SABROSO QUE HAYA PROBADO HASTA LA FECHA!- Declaro sin ninguna clase de tapujo él, tras haber logrado triangular la zona que deseaba, cosa que lo llevaría a tomar otra bocanada de aire, segundos antes de posar sus manos sobre los muslos, ejercer fuerza sobre ellos, separarlos y dejar al descubierto el receptáculo femenino, al cual de inmediato procedió a asediar luego de hundir su cara contra él.
Esto a su vez dio paso a que, durante los segundos siguientes, el joven castaño se la pasase estimulando, sorbiendo y chupeteando de manera profunda, inclemente y voraz todo lo que salía de dentro del intranquilo y cada vez más palpitante coño. Llevando a cabo actos como dibujar círculos con la punta de la lengua tanto en el punto G como en los alrededores de la uretra de Lyra; alcanzar la mayor profundidad que su músculo bucal le permitiese y llevar a cabo un camino de regreso disparejo y en zigzag que dejaba temblando a la muchacha; o sino, cuando se ponía más juguetón o simplemente necesitaba hacer algo que le hiciese recuperar parte del raciocinio perdido tras sentir como el sabor de aquella dulce miel lo mareaba o embriagase, comenzase a sacudir con violencia su cara y provocara así que el roce tanto de su boca como de su nariz hiciese mella y excitase indirectamente la zona íntima de su hermana.
No obstante, el momento donde el acto pasaría a mayores y terminaría de alcanzar su cumbre indiscutible y absoluta, sería aquel que tendría lugar momentos luego de que Lemy inconscientemente comenzara a elevar ligeramente la cintura y piernas de Lyra, levantando estas y desprendiendo su trasero de la cama lo suficiente como para darle la chance no solo de redoblar la fuerza de sus ataques, sino también valerse de la oportuna cercanía de sus dedos con el trasero para así tomarse el atrevimiento de ingresar de forma repentina su pulgar dentro de este último, cosa que acabo por "Quebrar" algo dentro de la psiquis de la castaña, quién más temprano que tarde pasaría a correrse de forma enérgica y efusiva al grito…
-¡Ahh! ¡Dios…! ¡HIJO DE TU PUTA MADRE! ¡ME CORRO! ¡Me CoRROooooOOOooOO!- Vocifero de forma desaforada y a todo pulmón, segundos antes de librarse del agarre ejercido por su hermano y reemplazarlo por uno propio, en el cual ella presionaría fuertemente sus muslos y clavaría tanto sus uñas como sus dedos alrededor de los mechones y el cuero cabelludo de un Lemy que, viéndose acorralado e incapaz de recibir el más mínimo resquicio de aire, solo pudo enrojecer y sentir como la sangre subía y se estacionaba en su cabeza debido a la presión de las piernas, y dedicar una compleja mirada tanto de súplica como de goce, a medida que un torrente de líquido translúcido, dulce y sofocante inundaba su boca o se deslizaba y caía por su barbilla; chocándose y goteando casualmente sobre la igualmente inclemente y rígida erección que ardía por encima de sus rodillas.
-¡Joder! ¡Me cago en…! M-mierda… ¿¡C-CUANTO MÁS LE PUEDE QUEDAR!? Jodeeeeeer…- Se cuestiono en una sombra de pensamiento el joven, conforme la sangre acumulada en su cabeza comenzaba a alcanzar niveles alarmantes y la marejada de fluidos íntimos no le daban respiro; metafórica y literalmente hablando. -S-solo resiste… un poco más… Si lo logras… es seguro que pasemos a… a…- Continuo divagando, tratando así de darse ánimos para mantenerse consiente, pero en el proceso, consiguiendo que aquellas gotas de jugo que caían sobre su pene y eran expulsadas por medio de una involuntaria sacudida de excitación por parte de este, pasasen a ser reemplazadas por unas gotitas de líquido pre-seminal que se asomaban ante la sola mención de la idea, dándole así una nueva preocupación de la cual debiera de estar al pendiente. -¡Tch! ¡C-CARAJO! ¡Y TÚ COMO SIEMPRE NO AYUDAS EN NADA!- Se quejo mentalmente, poco antes de apretar las nalgas para reprimirse y sentir como poco a poco el agarre de Lyra comenzaba a perder fuerzas.
Es así entonces que, con una mentalidad difusa y un disparo de semen a punto de salir, es que el castaño hizo uso de toda la fuerza y voluntad que le quedaban, logrando de esa forma desprenderse del agarre de su hermana, tomar la más profunda y renovadora bocanada de aire de su vida y echarse para atrás, creando una distancia que, si bien lo dejaron fuera del alcance de las piernas monstruosamente fuertes de Lyra, no sería la necesaria para quitarlo del camino de los últimos restos de líquido producto del clímax de esta, los cuales lo bañarían y comenzarían a retroceder y desaparecer finalmente del todo luego de unos cuantos segundos más.
De más está decir entonces que, durante los momentos posteriores al clímax, los únicos sonidos presentes en el sitio consistieron en una amalgama de jadeos y respiraciones agitadas por parte de los dos jóvenes y sudorosos muchachos, de entre los cuales se destacaba una Lyra que se había visto obligada a echar para atrás la cabeza y cubrirse parte del rostro con la mano, mientras respiraba con pesadez y con la lengua de fuera.
-D… diablos Lyra… tú por poco… por un segundo pensé que… Y-y luego vino esa mierda de… Ah, ¿Sabes qué?... S-solo olvídalo…- Trataría de reprochar en un tono entrecortado el castaño, el cual poco a poco decidiría abandonar, ya que cayó en cuenta de que sus quejas respecto al casi ser asfixiado y luego bañado en jugos femeninos no harían más que caer en oídos sordos, o peor aun, satisfacer el lado más sádico y burlón de su hermana.
Más sin embargo, aun la sola mención o alusión a ello fue suficiente como para ser merecedor de una risilla por parte de la joven, la cual si bien, todavía tenía dificultades para estabilizar su forma de tomar aire, se sintió lo suficientemente recuperada como para apartar parte de su mano, revelando así su cara y teniendo la ocasión de ofrecerle al chico una mirada que le pondría los pelos de punta.
-¿"Que lo olvide", dices? Juju~ Oh, Lem, Lem, Lem…- Comento de manera musical, tras haber vuelto a posar su vista en el muchacho, a quién miraría con tal nivel de deseo y excitación; evidenciados por un sonrojo total, su manera de entrecerrar los párpados o por el lascivo brillo carnívoro en sus ojos; momentos antes de comenzar a despegar su trasero de la cama y seguir hablando. -Exactamente… ¿Cómo esperas que "Lo olvide" cuando...?- Comenzó a preguntar ella, conforme se iba poniendo dificultosamente de pie, sintiendo como sus piernas aun le temblaban ligeramente, pero aun estando decidida a llevar a cabo aquello que tenía pensado hacer. -¿Tú, y esa jodidamente buena y habilidosa lengua tuya…?- Prosiguió, tras finalmente incorporarse del todo, y proceder entonces a darse media vuelta, dándole la espalda al muchacho, separando tanto las piernas como los labios de su coño y dejando que de estos brotase un brillante y distinguible hilillo de líquido, momentos antes de empezar a reclinar la parte superior de su cuerpo, subirse nuevamente al colchón y comenzar a gatear sobre este hasta adoptar una pose sumamente particular. -¿Me dejaron en este estado TAN lamentable?- Acabo por decir Lyra, quién, ya con la atención de su hermano y con sus pechos y rostro presionados sobre la cama, comenzaría a levantar sus caderas y separar lo más humanamente posible sus piernas, hasta que al final, aquella imitación de una (5) popular pose que había visto una vez en internet, diese como resultado que tanto su trasero como coño quedasen completamente expuestos, que sus nalgas fuesen separadas a más no poder y diesen una visión clara de su ano levemente dilatado y agitado por la excitación, al mismo tiempo que sus pechos; todavía cubiertos por la camisa; pasaban a ser no solo distinguibles sino también un deleite visual debido a la forma en que se apachurraban contra la superficie del mueble, haciendo que en sumatoria con la antinatura curvatura de su espalda y la forma de mirar tan llena de lujuria de la castaña diese como resultado una visión que dejaría tan boquiabierto y estupefacto a Lemy, que a duras penas escucho la siguiente frase dicha por ella. -Juju~ Así que, ¿Qué esperas~? ¿No era esto lo que taaaa~nto querías?- Pregunto en tono juguetón, al mismo tiempo que sacudía sus caderas de lado a lado.
-¿Ah? ¿¡AH!? ¡S-SI! ¡Y-yo…! ¡T-tú…! ¡E-esto…!- Tartamudeo el joven, mostrándose sumamente superado y sorprendido por la situación o el grado de excitación que la misma le causaba. -¡J-joder! ¡Sé que no puedo darme el lujo de distraerme o sentirme abrumado ahora! Pero… ¡Mentiría si dijese que eso no fue JODIDAMENTE SEXY!- Admitió en su cabeza él, mientras ceñía una de sus manos alrededor de su bandana, trataba de hacer desaparecer el enrojecimiento que lo asolaba y se ponía rápidamente de pie. -P-pues bien, con tu… permiso entonces…- Musito de manera nerviosa, luego de haber recortado la distancia entre ambos, subirse al colchón, tomar su polla y apuntar la punta de esta última a la entrada del coño de una Lyra que no dejaba de mirarlo y mordisquear su labio o sabanas en señal de antelación. -¡Fuuu! Aquí… ¡Voy!-
Y con eso dicho, es que Lemy finalmente interno, de una única y fuerte estocada, toda la extensión de su rígida e implacable masculinidad, logrando así no solo ganarse un fuerte alarido de placer por parte de la castaña, sino también rompiendo definitivamente aquella membrana que servía como prueba definitiva de su casta virginidad. Siendo esta una perdida que, si bien le genero dolor, tanto el placer de tener dentro de sí al chico, como el tabú de haber sido desflorada nada más y nada menos que por su hermano, hicieron que ella se generase un contraste que no solo le hizo posible sobreponerse al malestar, sino excitarse en demasía debido a este.
No obstante, siendo consciente de dicha situación, y teniendo presente las reacciones por parte de sus anteriores conquistas sexuales, Lemy se vio obligado a hacer una pausa luego de la completa inserción de su miembro para así hacer una pregunta que tendría resultados inesperados.
-O-oye, ¿Estás bie…?-
-¡Ahh~! ¿¡Por qué…!? ¿¡POR QUÉ MIERDA TE DETIENES, IDIOTA!? Este dolor… este… ¡PLACER! ¡Es la mejor puta sensación que jamás haya tenido! ¿¡Y a ti se te ocurre parar para ver cómo estoy!? ¡Joder! ¡SOLO DAME CON TODO, BASTARDO, HIJO DE UNA GRAN….!- Vocifero de forma abrupta la encolerizada castaña, interrumpiendo así la pregunta de su hermano y haciendo que a este se le pusiesen un poco los pelos de punta al ver la ira presente en su mirada.
-B-bueno… esta reacción no me sorprende luego de ver las cosas que ella sabía e hizo conmigo hasta ahora. Pero aun así… que me trate así por mostrar algo de preocupación en ella es algo…- Se quejo en su mente el joven, mientras cerraba sus ojos y una gotita de sudor frio se escurría por un costado de su rostro, momentos antes de hacer una última declaración. -Pero en fin, sí eso es lo que quieres… ¡ENTONCES ESO TE DARÉ!- Grito dentro de sí él, poco antes de ceñir sus manos sobre la cintura de su hermana, aferrarse a ella lo mejor posible y dar un salto que le permitiese tanto silenciar de golpe a la muchacha, como variar la posición en la que ambos se encontraban.
Es así entonces como, aprovechándose de la pose adaptada por Lyra y la diferencia de estatura entre ambos, Lemy se abalanzo encima de la chica, montándose y depositando gran parte de su peso sobre su espalda, valiéndose de sus piernas y rodillas para aferrarse a sus muslos y obviamente, dándole la chance de llevar a cabo las más profundas y agresivas arremetidas que aquella curiosa posición le permitía ofrecer.
-¡Ah! ¡Si! ¡Eso! ¡ASÍ!- Exclamo la castaña, luego de sentir como el miembro de su hermano abrió paso hasta la entrada de su útero, haciendo que ella se crispara y sacase su lengua para afuera debido al goce que le propicio la descarga eléctrica que aquella puñalada dada por la vara de carne del chico le acababa de causar.
Sin embargo, esto sería solo un preámbulo de lo que vendría, ya que como verán, el haber sido capaz de arrancarle un gemido de esa clase a Lyra fue lo que acabaría envalentonando a Lemy, quién; guiado tanto por su deseo de recuperar a su hermana, como por el culposo pero satisfactorio placer que sentía; rápidamente se apresuró a rodear con sus brazos el abdomen de la castaña, abrazándose a ella y ganando un sostén apropiado para lo que vendría a continuación.
-¡Muy bien! Buen inicio, Lem. Pero recuerda… ¡SIN DESCANSOS NI PIEDAD!- Exclamo en su cabeza él, segundos antes de comenzar a agitar con frenetismo sus caderas, y dando comienzo a un ciclo en el cual las mismas retrocediesen lo más que fuese posible, raspasen y frotasen con su cabeza todo el tramo lleno de paredes ceñidas y cálidas hasta finalmente llegar a la entrada del orificio, ajustar ligeramente el ángulo de su pelvis y seguidamente realizar una nueva incursión que, además de alcanzar una profundidad similar, tendía a variar su camino hasta el fondo, aun punto en el cual, conforme se repetían y sucedían las arremetidas, cada vez eran menos los pliegues del coño que quedasen sin atenciones.
Aquel acto antes descrito continuo entonces por espacio de varios segundos, en los cuales, las mayores variaciones o cosas a resaltar serían; el momento en el cual, preso de una sobrecogedora lujuria y deseos de "Divertirse" mientras llevaba a cabo su labor, Lemy se aventuró a tomar los pechos de su hermana, los cuales seguirían siendo presionados contra la superficie de la cama, y por dicho motivo solo estaban disponibles para ser sujetos por debajo o los costados, pero que por su voluptuosidad resultarían idóneos y sumamente entretenidos de amasar, apretujar o inclusive usar de agarraderas mientras las penetradas por su parte seguían llegando; o sino ese otro momento en el cual, siendo sobrecogida por las sensaciones y la agresividad del acto en sí, se veía como Lyra poco a poco fue deslizando, cerrando y entrecruzando sus piernas, cosa que provoco que su postura variase, haciendo así que sus caderas quedasen aun más arriba que antes, que su rostro acabase completamente pegado al suelo y que su hermano debiese de hacer equilibrio para no caerse de encima suyo al aferrarse y hundir sus dedos sobre su trasero lleno de lunares hasta el punto de dejar su mano marcada en ellos. Pero si había algo digno de destacar realmente, ese sería el instante en el que las fatigadas y cada vez más débiles rodillas de la muchacha finalmente cedieron ante el peso del chico, la violencia presente en el inclemente asedio a su feminidad, y; como era esperado; las secuelas derivadas del placer que este último le provocaron, hasta finalmente trabajarla y hacerla perder completamente sus fuerzas, llevándola así a caer de rodillas contra el colchón y llevarse consigo al chico que tenía sobre la espalda.
-¡Wow! ¡O-oye! ¡Ten más cuidado, Lyra! ¡Por poco haces que me caig…!- Intento quejarse el joven, poco antes de fijar su vista en el rostro de la muchacha y caer en cuenta de como este último no solo se había deformado y pervertido notoriamente debido a la amalgama de placer y lujuria que la debía de estar invadiendo; cosa que se evidenciaría por sus ojos entrecruzados, su lengua salida y el hecho de que ella pareciese incapaz de escucharlo o de formular palabras ajenas a "Lo bien" que se estaba sintiendo. -Yyyy… Dudo que ella me esté haciendo caso.- Musito en su mente él, momentos antes de dejar salir un imaginario suspiro de resignación y caer en cuenta de algo. -Aunque bueno, creo que así es mejor. Ya que si ella decidiese tomar el control de la situación, seguramente echaría por la borda aquella ventana de tiempo que tan desesperadamente estoy esperando que aparezca para así ponerle aquella cosa encima.- Comento de manera reflexiva, al mismo tiempo que hacía descender sus piernas hasta el suelo, en pos de mejorar su postura antes de reanudar sus estocadas y darle un cierre al improvisado monologo con una frase dividida en cuatro partes. -Y eso es algo que, en definitiva…- Dijo primero, conforme la imagen de la escena se centraba en sus manos y en como estas se posaban sobre las posaderas de Lyra. -¡No…!- Continuo, esta vez mientras sus falanges se hundían en ellas y hacían que la dueña de estas diese vuelta su cabeza y le dedicase un jadeo de placer acompañado de un fugaz "¿Eso es todo lo que tienes~?". -¡Puedo…!- Exclamo, al momento de hacer chasquear su lengua tras confirmar que a Lyra todavía le quedaban muchas fuerzas dentro de sí. -¡PERMITIRME!- Vocifero finalmente, antes de hacer deslizar y posar sus dedos a los costados de ambos glúteos, sujetar con firmeza los mismos y cargar contra la entrepierna de su hermana con una velocidad tal que de inmediato provoco que esta última gimiese y expulsase de su mente cualquier sombre de pensamiento relacionada a "Quitarles las riendas de la situación al chico".
-¡Ahhhh! ¡Mierda! ¡Si! ¡SIIIIIII! ¡De eso estaba hablando! ¡Sé más rudo! ¡Hazlo más rápido! ¡Deja todo tu corazón y puta alma en esas jodidas arremetidas! ¡Ya que eso es lo único…! ¡LO ÚNICO! ¡Que me servirá para prepararme para hacerlo con pa…! ¡AHHHHHHHH!- Intentaría decir ella, poco antes de ver como, ante aquella alusión de deseo hacía su padre, tanto la forma de agarre ejercida por su hermano, como el tono de voz de este habían variado e incrementado notablemente su agresividad.
-¿¡T-te quieres olvidar de ese viejo por un momento!? ¡Justo ahora, esto se trata solo de ti y de mí! ¿¡TE QUEDÓ CLARO!?- Declaro de manera autoritaria el castaño, luego de haber sujetado y jalado abruptamente las muñecas de su hermana, obligando a que la parte superior del cuerpo de esta se despegase de la cama y que los pechos, otrora impávidos e inmóviles, comenzasen a rebotar y se sacudiesen con fuerza cada vez que él daba todo de sí para propiciar una embestida que diese énfasis a partes claves de lo que diría a continuación. -Cuando él haga esto contigo… ¡Sí es que siquiera le dan ganas de hacerlo luego de que se entere de lo PERRA que realmente eres…! ¡Hng! ¡Podrás decirle y contarle las mil y un maravillas que seguro has guardado para él! Pero… ¡HASTA ENTONCES! ¡Yo SOY…! ¡Aquel que se ESTÁ haciendo cargo…! ¡DE TI! ¡No él, YO!- Afirmo en un tono de voz firme, tratando así de emular una actitud imponente y dominante que, si bien no era muy propia de él; y de por medio tenía matices de lo que muy en el fondo sentía cada vez que era comparado o dado de menos que su padre; fue más que nada motivada por el presentimiento de que eso sería la clase de respuesta que más excitaría a su hermana en ese momento.
-Ahhhh~… ¿O-oh? ¿E-en serio? Jaja. No sé… ¿En verdad crees que…?- Comento Lyra, haciendo gala de un tono burlón que, si bien parecía tener la intención de mellar la confianza mostrada por el chico, lo cierto era que en realidad tenía como meta el provocarlo para así satisfacer su curiosidad de ver qué más haría o hasta donde llegaría para probar su valía.
Esto provoco entonces que el chico se aventurara a soltar una frase de enfado en respuesta, momentos antes de estirar su mano y tomar el otro brazo de su hermana, permitiéndole así reforzar su agarre sobre ella, y proceder entonces a jalarla por medio de ambas extremidades, coordinando a su vez una nueva arremetida dada por sus caderas que, además de hacer temblar tanto el interior como el exterior de la muchacha, causaría que los pechos de esta última diesen un salto prominente; el cual no tardaría en repetirse con cada nueva y fuerte penetrada dada desde la nueva posición.
-¡Ahhhhhh~! ¡P-puta madre! ¡Así se hace, Lem! ¡Dame con todo! ¡No te detengas! ¡Haz tu mejor puto esfuerzo por hacerme olvidar a papá!- Declaro en forma de alarido la castaña, conforme las idas y venidas de la polla de su hermano no dejaban de sucederse, haciendo estremecer sus entrañas y alcanzando una profundidad cada vez mayor dentro de sí, las cuales serían las responsables de hacer que su útero; acostumbrándose ya al asediado inclemente de la cabeza del miembro; comenzase a darle la bienvenida a este con una serie de "Besos" que se sucedían y buscaban succionar hacia adentro o cuando menos trataban de mantener dentro de sí un par de segundos extra al miembro masculino, antes de que este último emprendiese su marcha hacia atrás. -¡Y-ya no te falta mucho…! ¡JODER! ¡Ya no falta mucho para que me corra!- Informo ella, tras sentir como las oleadas de placer originadas desde el epicentro de su feminidad iban aumentando en número e intensidad, resonando ahora hasta en el último centímetro de su cuerpo, el cual comenzaría a contraer poco a poco los músculos, haciendo que la punta de los dedos de sus pies se cerrase, que sus párpados fueran incapaz de permanecer abiertos, y que el ya de por sí temible agarre de su coño fuese aumentando su fuerza y estrechez con cada nueva contracción nerviosa que se producía y denotaba la llegada a su clímax.
No obstante, y para sorpresa de la desprevenida y momentáneamente enceguecida muchacha, su llegada a este estado de impotencia y vulnerabilidad; en el cual ella era prácticamente incapaz de refrenar sus impulsos o siquiera bajar el ritmo de las instintivas sentadillas que hacía para facilitar y acompañar las estocadas de su hermano; fue justamente lo que nuestro querido castaño en calidad de protagonista estaba esperando. Ya que como verán, a través de la experiencia adquirida en sus anteriores encuentros previos, él había aprendido que existía esta pequeña y fugaz ventana de tiempo en el cual el goce y el placer nublaban el juicio de uno y lo hacían incapaz de defenderse o reaccionar como normalmente harían, cosa que él requería para llevar a cabo correctamente aquello que estaba a punto de hacer.
-¡Ahora! ¡Este es el momento! ¡TENGO QUE HACERLO AHORA!- Exclamo para sus adentros él, poco antes de liberar de su agarre uno de los brazos de Lyra, apresurarse a recoger el objeto que tan celosamente había estado guardando en su bolsillo, sujetar el mismo con su otra mano; que había quedado libre de ejercer la labor de sujeción luego de comprobar que la chica no parecía dispuesta a detener sus sentadillas sin importar qué; y finalmente prepararse mentalmente para poner en practica aquello que vendría a continuación. -Ojalá funcione… pero… sino es así…- Comento en un tono cargado con una leve sombra de duda que realmente no venía a colación o era apropiado dado el momento, pero que le sería imposible evitar segundos antes de soltar un chasquido de lengua, dejar caer uno de los extremos del objeto en el aire y soltar un diálogo mientras se nos revelaba como el mismo se trataba de un rosario con cuentas de madera e hilos de metal reforzado, hecho a base de los restos del destruido objeto bendito otrora perteneciente a su hermana, el cual había renacido y había sido reestructurado para así soportar cosas que el anterior no podría.
-O-oye, ¿Q-qué crees que estás…?- Intento preguntar la castaña, tras caer en cuenta de la falta de participación reciente del joven, y comenzar a pensar que algo andaba mal, luego de sentir como este acababa de rodear su cuello con algo que, si bien le resultaría familiar, no sería capaz de identificar hasta que fuese demasiado tarde. -¡E-espera! ¿¡Esto es…!? ¡Ahhhhh!- Fue lo que alcanzó a pronunciar ella, segundos antes de que su hermano ciñese el rosario sobre su cuello, atando y sujetando este de tal forma que la cruz pasase por el espacio donde debería de ir la nuca de la persona, dejando a este último al alcance de la mano del chico, y haciendo que el objeto, más que actuar como rosario, fuese usado como una especie de collar de ahorque con una correa sumamente corta.
-¡ESPERO QUE TANTO ELLA COMO DIOS SEPAN VER LA IRONÍA QUE ESTA JODIDA SITUACIÓN SUPONE!- Declaro él, mientras se aferraba a la cruz, ejerciendo presión sobre el cuello de su hermana con una fuerza que, más que servir para cortarle el suministro de aire, tenía como fin el asegurarse de que ella no se quitara el colgante, mínimamente hasta que la presencia de este la hiciese recobrar una parte o la totalidad absoluta de su antiguo "Yo", cosa que él teorizo que sucedería si le lograba mantener el objeto alrededor del cuello. -¡Vamos, mierda! ¡Demuéstrame por qué carajos Lyra se tomó la molestia de destrozarte y esparcir tus restos por todo el puto desastre que solía de ser mi cuarto hasta el día de hoy!-
Y con eso dicho, es como daría inicio al que sería el tramo final de este intenso y lascivo momento sexual. En el cual veríamos como, mientras nuestro joven protagonista de cabellos castaños se sujetaba y ceñía el objeto sagrado alrededor del cuello de su hermana, esté último procuraba no descuidar o bajar el ritmo de sus arremetidas, pues tenía la certeza de que, de llegar a hacerlo, aquel descuido sería la causa por la cual la muchacha recuperaría sus sentidos y se resistiría a la idea de mantener el rosario consigo. Mientras que, en lo que al punto de vista de Lyra respecta, observaríamos la manera en la que ella, impactada por la imprevista y precaria situación, se llevaba desesperadamente sus manos al cuello, en un vano intento de tratar de reunir sus fuerzas para así retirar el ajustado collar que tenía alrededor de este, cosa que única e inequívocamente siempre acababa mal y se frustraría a causa del incesante asedio a sus adentros y la cada vez más creciente sensación de placer y cercanía orgásmica que este último le causaba tanto por el acto en sí, como por el curioso dualismo moral que este le provocaba tras recobrar una parte de su consciencia junto con el símbolo de cristiandad afianzado violencia en su tráquea.
-¡Waaaahhhh! ¡L-LEMY! ¡Tu…! ¡Maldito mocoso de mieeeeer-! ¡J-jodido bastaaa-! ¡ARRRRRRRGAAA!- Trato de formular en su mente la muchacha, viéndose incapaz de completar las palabras o insultos que deseaba, mientras su rostro poco a poco se deformaba en una expresión derivada de la entremezcla de su sensación de sofoco y goce. -¡Tch! ¡CIELOS! ¡N-no puedo! ¡P-por más que quiera y…! ¡Arda en deseos de maldecirlo a más no poder…! Yo simplemente no… no pue… ¡AHHHH~!- Continuo monologando ella, al mismo tiempo que su cuerpo; que ya instintivamente comenzaba a sucumbir y había llegado al punto de dejarse caer sobre la cama e intentar huir del agarre del chico gateando por la superficie de esta; no solo había sido privado de sus intentos de escape, sino que acabo siendo castigado por medio de una nueva penetración y jalada de cuello que la habrían dejado aún más vulnerable y susceptible de lo que ya de por sí estaba. -¡N-NO PUEDO! ¡Esto simplemente es…! ¡DEMASIADO! ¡Esta pecaminosidad…! ¡Este…! ¡INDECENTE PLACER! ¡Todo eso hace que la cabeza me dé vueltas sin parar y que no…! ¡N-no pueda…!- Dijo a continuación, conforme sentía como el contraste entre su recobrada y cada vez más presente moralidad, y aquella inherente y reprimida parte lujuriosa dentro de sí le hicieron notar y sentir las consecuencias propias del placer originado tanto por estar mancillando de aquel modo su tan querido rosario, como por el hecho de estar siendo sometida, ahogada y dominada completamente por obra de un Lemy que a base de pulso e insistencia, la estaba dirigiendo hacia el que sería el más fuerte, satisfactorio y culposo de todos los clímax. -¡Y-YA NO PUEDA SOPORTARLO MÁÁÁÁÁÁÁS!- Vocifero finalmente, segundos antes de que sus entrañas comenzasen a convulsionar, haciendo que sus paredes internas temblasen sin control, que la humedad segregada y el agarre ejercido por ellas se duplicase, todo mientras su boca; que desde hacía tiempo había permanecido abierta a más no poder y con la lengua hacia fuera; era invadida sorpresivamente por la aparición de dos dedos pertenecientes a la mano libre de su hermano, los cuales tenían como objetivo el asegurar una mejor sujeción, esclarecer todavía más el dominio del joven y adoptar una postura que permitiese a este último propiciar las últimas y más feroces penetraciones previas a una frase que calzaría con la que ella acababa de pronunciar y marcarían a su vez la llegada a su propio momento orgásmico.
-Jo… ¡Joder! ¡DIOS! Espero que esto… ¡Baste…! ¡Porque ya no…! ¡No puedo…! ¡NO PUEDO MÁÁÁÁÁS!- Exclamo para sí mismo el chico, cediendo de esa forma a los placeres que le generaba el agarre del cada vez más estrecho y cálido orificio femenil, los cuales lo obligaron a entrecerrar sus ojos, acrecentar la violencia y el ritmo de sus arremetidas, ejercer un agarre como el descrito con anterioridad y desprenderse momentáneamente de su psiquis hasta que hubo llegado el instante en que su miembro estallase dentro de la joven, bañándola y llenándola así de su espeso y blancuzco jugo varonil, al punto de hacerla desbordar del mismo y provocarle una serie de intensos y sucesivos orgasmos; evidenciados por los incontrolables y entre pausados chorros que brotaban y crecían en volumen conforme finalizaba uno e iniciaba el otro.
Provocando así que, en sumatoria de todo, se diese lugar a un periodo de tiempo en el cual, si bien resultaría corto visto desde la vista de un tercero, desde las perspectivas propias de las dos personas que participaban en este pareció alargarse y durar cosa de varios minutos, y no hallo su final sino hasta después de que los cuerpos de ambos acabasen sudados a más no poder, sus músculos quedasen carentes de fuerza alguna y que la última gota de líquido presente en sus genitales fuese vertida ya sea dentro de uno de ellos o sobre la sabana que yacía debajo. Siendo aquel último disparo dado el momento que precedería al instante en el que los jóvenes finalmente caerían rendidos, casi inconscientes o a nada de desfallecer debido al cansancio.
No obstante, lo que sí acabaría por cerrar definitivamente la escena sería lo ocurrido a continuación. Ya que como verán, valiéndose tanto del último atisbo de consciencia que le quedaba, así como también de la férrea y casi inquebrantable fuerza de voluntad que la caracterizaba, Lyra atinaría esclarecer ligeramente su garganta, estabilizar lo mejor que podía su voz, y dirigir su borrosa y casi adormilada mirada a un Lemy tan o inclusive más agotado que ella, todo con el fin de dedicarle unas breves palabras dotadas de un gran peso emocional.
-Para que sepas… ahhh… si bien a… ahhhh… agradezco lo que acabas de… uhhh… h-hacer por mí… E-eso no quita el hecho de… ahhh… que tú… ah… de que tú y yo tendremos que… ah, cielos… h-hablar de lo ocurrido más tarde…- Musito en un hilillo de voz que, si bien resultaba apenas audible, bastaría para despertar y llamar la atención del castaño, el tiempo suficiente como para que este le dedicase un pulgar arriba en señal de afirmación, haciéndose merecedor de una nueva frase y un acto que la muchacha realizaría con las mejillas iluminadas y una leve sonrisa, antes de cerrar sus ojos y entregarse al mundo de los sueños. -P-pero hasta entonces… tratemos de llevarnos bien y dormir lo más posible, ¿De acuerdo?- Comento ya para finalizar, al mismo tiempo que ceñía sus brazos alrededor del cuello del joven, quién, con buena parte de su rostro presionándose contra el pecho de su hermana, no sería capaz de hacer algo ajeno a abrir sus ojos con sorpresa, considerando la idea de que quizás no todo había salido como él quería al final, pero teniendo también el firme presentimiento de que todo mejoraría de una u otra forma luego de que cerrara sus ojos y despertara a la mañana.
Siendo esta última idea algo que se reforzaría luego de sentir como la calidez y el aparente cariño con el que una ya adormecida Lyra abrazo con todavía más fuerzas a Lemy, poco antes de que ambos quedasen profundamente dormidos del todo.
…
Casa de los Santiago. Cuarto de Lola. Baño del Cuarto.
Ya para cerrar todo, tocaría ahora centrarnos en un cierto acontecimiento que se desarrolló no muy lejos de donde aquella peculiar y desmedida demostración de afecto y amor fraternal protagonizada por los hermanos Traviz estaba teniendo lugar. Siendo el sitio en cuestión, el baño privado dentro de la habitación de uno de los muchos cuartos presentes en la lujosa residencia de la familia Santiago, siendo este último el perteneciente a una cierta modelo de cabellos rubios que acababa de regresar a su hogar.
Pero no obstante, y lejos de lo que uno cabría esperar, la escena en cuestión no tendría a Lola como actriz principal, sino a la pequeña y maliciosa hija de esta última, la cual se hallaba en el sitio escudriñando y buscando entre el sinfín de colonias, esencias y perfumes de su madre, con el objetivo de conseguir algo que fuese "Acorde" con el curioso y poco común conjunto que ella traía puesto en aquel momento.
-¿Este quizás? No. ¿Y qué tal…? No, demasiado floral. Ummm, ¿A lo mejor este podría? ¡Ugh! ¡Tampoco! ¡Sigue siendo demasiado bonito y femenino!- Se quejo de manera enérgica la muchacha, conforme realizaba y repetía numerosas veces la tarea de tomar un frasco de perfume, destaparlo y darle una olfateada, poco antes de debatir y llegar a la conclusión de que no era aquello que ella deseaba, cosa que comenzó a agotarle la paciencia luego de su 8vo o 9no intento. -¡Tch! ¡Carajo, no! ¡Esto no tiene caso!- Declaro finalmente, luego de haber hecho cata y descartado lo que hubieron sido fácilmente una veintena de frascos, cosa que la llevo a hacer un berrinche de frustración, mientras acababa de descartar al último de dichos candidatos, arrojándolo con furia de regreso al cajón de donde lo había sacado y haciendo tintinar el cristal de este con el del resto de frascos ahí presentes. -¡Aun teniendo una colección de fragancias del mundo, que es incluso más extensa que la mía, nada de lo de aquí termina de encajar bien con esta…! ¡Esta…! ¡MIERDA de traje que tengo puesta!- refunfuño ella, segundos antes de extender sus brazos en el aire y darse una mirada en el espejo que le sirviese tanto para contemplar como juzgar de manera silente, con crudeza y asco notorio, la ropa que ella traería puesta en aquel momento.
Ya que como verán, aprovechándose de la visita de Lincoln a su hogar; y tras haber tenido una especie de confirmación por parte de Lemy sobre aquello que podría considerarse "Atractivo" en alguien como su tía Lana; nuestra joven diva de cabello rubio se había decidido a vestir y estrenar por vez primera, uno de los muchos overoles o ropa de trabajo que su tía y tutora regular solía comprarle de tanto en tanto con la esperanza de animarla a introducirse y explorar a su lado el maravilloso mundo de la mecánica automotriz. Cosa que, si bien le habría venido bien ahora que trataba de comprobar si en realidad los gustos de su amado albino favorito se decantaban por algo relacionado al look de una Tomboy, no logro causar en este último ninguna clase de impacto que difiriese o se destacase al de la sorpresa e impresión propias de cualquier otra persona presente en la cena de esa noche; siendo así su madre el único caso especial de entre ellos y en definitiva la única que casi se muere o se disponía asesinar a su gemela por el shock y el impacto de ver como su querida princesa había decidido vestirse y emular la ropa que esta última solía usar cuando tenía su edad.
-Aaaarg… Y aun luego de llevar puesta esta abominación que parece sacada del bote de basura de alguien, Linky no pareció mostrar un interés mayor al usual. Aunque francamente, ¿Quién pudiese culparlo? ¡Bleh!- Se quejo nuevamente ella, tras dedicarle una repasada rápida a su conjunto y sufrir tanto un escalofrió como una sensación de asco absoluto por este. -Así que, viendo y considerando el fracaso y la vergüenza que me hizo pasar esta mierda, así como también el hecho de NO encontrar un perfume que mínimamente vaya bien con lo que sea que esta ropa se supone que debiera de transmitir, no me queda más que declarar esto como una absoluta y completa…- Se encontraba declarando ella, poco antes de ser sorprendida por la repentina presencia y aparición de unas voces y risas, las cuales acababan de ingresar a la habitación de su madre y habían comenzado a hacer una serie de ruidos que diesen a entender que se acababan de recostar sobre la cama. -¿Perdida…? ¿De tiempo? ¿Emm…? ¿P-pero qué?- Musito por lo bajo la muchacha, tras haber caído en cuenta de la incursión, y aventurarse así a pegar con rapidez el ojo en la cerradura con el fin de ver de quiénes se tratasen y a qué habían venido.
Más sin embargo, lo que ella vería y oiría en aquellos escasos minutos sería algo más que suficiente para causarle un impacto que la dejaría completamente descolocada y fuera de sí. Puesto que, ante su mirada y oídos atentos, la joven diva de cabello rubio vislumbro no solo la presencia del albino y su tía en el sitio, sino también la de su madre, y el hecho de que ellos tres parecían estar abrazándose e intercambiando una serie de besos y toqueteos entre sí, los cuales a todas luces parecían ser el preámbulo o el "Calentamiento" previo al de un encuentro sexual.
-¿¡Ahhhh…!? ¿¡Q-qué!?-Fue lo que alcanzó a preguntarse la muchacha, conforme veía como el intercambio de besos se desarrollaba, hasta finalmente desembocar y dar lugar a un pequeño pleito entre las hermanas, el cual no se resolvería sino hasta que el albino le dedicase unas palabras a las dos, y lograra así que no solo hiciesen las paces, sino que también intercambiasen un beso entre ellas, momentos antes de realizar un apasionado y lujurioso beso de lengua triple entre los tres. -¿¡P-PERO QUÉ…!?- Vocifero de forma instintiva, dejando así salir un ligero grito que, de no haber sido por la oportuna intromisión y llegada de una cuarta figura a la escena, habría hecho que ella fuese descubierta por el trio al que estaba espiando.
No obstante, mucha sería su sorpresa y aun mayor el número de preguntas que se harían presentes en su mente, luego de oír y discernir como la dueña de la última y más recién llegada voz no era otra más que la de la madre de Lemy. La cual, lejos de mostrarse indignada o siquiera sorprendida por lo que veía, solo se limitó a regañar al trio de adultos, diciéndoles que dejaran eso para más tarde y ordenándoles que regresasen abajo con los demás e hiciesen algo más de tiempo de sobremesa para así tener la certeza de que todos y cada uno de los chicos presentes en la casa se encontrasen dormidos antes de dar lugar a esa clase de actividades.
-E-espera… ¿¡E-entonces ella sabe de…!? ¿¡Y-y mi mamá también es parte de…!? ¿¡Y-Y-Y-Y-Y-Y ESTO ES ALGO QUE TODOS ELLOS HACEN REGULARMENTE A NUESTRAS ESPALDAS!?- Fueron algunas de las muchas cuestiones que se harían presentes en la ahora aturdida y confusa mente de la diva, segundos antes de soltar una frase que no solo serviría para expresar su estado de shock actual, sino que actuaría como preámbulo para el que sería el último y más grande impacto de todos. -¡J-JODER! ¡Si este no es el más jodido y retorcido secreto del cual me he enterado, entonces no sé qué…!-
-¿Por qué es que siempre acabas cediendo a los que esas dos te digan, aun cuando sabes lo que podría pasar?- Pregunto Luna, interrumpiendo la errónea afirmación de Leia, y dándole la chance a su esposo de dar el golpe final momentos antes de que ambos cerraran la puerta del cuarto y se fuesen del sitio.
-¿Qué puedo decir? Sabes que siempre he sido débil al momento de negarles ciertos caprichos a mis lindas hermanas menores. Sobretodo cuando he pasado tanto tiempo sin verlas.- Se excuso él, encogiéndose de hombros y ganándose con dicha afirmación un ligero golpe y una burla dada por la mujer que se aferraba a su brazo conforme ambos abandonaban la habitación y dejaban atrás a una empalidecida y boquiabierta muchacha con coletas, que habría caído hacia atrás por la sorpresa que aquella afirmación final acababa de provocarle.
-¿C-cómo? ¿Acaso…? ¿Oí bien…? ¿É-él realmente dijo…? ¿"H-h-hermanitas menores"?.-
Continuará…
(1)= Traducido como "Toda la noche". Referencia a "All Night Long" de Lionel Richie
(2)= Traducido como "Bendice esto"
(3)= Traducido como "No me digas". Referencia a "Don't Tell Me" de Madonna
(4)= Traducido como "Cómeme, bébeme". Referencia a "Eat Me, Drink Me" de Marilyn Manson
(5)= Referencia al "Jack-O Pose" una pose a modo de meme que se popularizo allá por el 2021
