Bueno he decidido crear este proyecto hermano a Anhelo (fanfics DickTim que pueden encontrar en mi perfil), pero centrado en Damian Wayne y Dick Grayson.
Damian y su fijación por Dick son mis segundos fanfic favoritos. A diferencia del Anhelo de Tim por Dick que es algo hasta más platónico, lo de Damián por Dick (para mi) es algo más cercano a la obsesión y algo que en parte esta impuesto en la mente de Damián y le genera conflictos.
Y de esto se trataran la mayoría de las historias que publicaré acá, no serán más que uno o dos capítulos por historia, tengo un documento con muchos sin terminar de estos dos hermanitos así que veamos cómo resultan.
Corazón
Fue como despertar de un sueño. La oscuridad se replegó, y la cortina en sus ojos desapareció. Lo había hecho y ya no importaba si había sido un lapso o alguien lo había controlado o eran sus propios retorcidos deseos. Había aprovechado la oportunidad y lo había hecho.
Damián primero sintió su alrededor antes de abrir los ojos. Estaba nevando, y podía sentir los pies húmedos incluso a través del calzado enterrado en la nieve. El aire frío le rasmillaba la cara, y los pequeños copos de nieve se movían en él.
Comenzó a sentir la extensión de su cuerpo y su propia respiración, inhalando el aire congelado que le raspaba la garganta seca, y la piel que quemaba de frío. También sintió sus dedos apretando aún la empuñadura de la espada, y su posición de ataque, con un pie adelante del otro, dando peso hacia adelante.
También sintió el leve movimiento del filo, una vibración que provenía de la cavidad torácica de su víctima, que aún respiraba.
Entonces su memoria acudió lentamente. Habían estado hablando, en medio de ningún lugar, mientras nevaba. Y en un momento específico había tomado la espada entre sus manos y había atravesado el pecho del otro hombre con ella.
Sentía los dientes doler y creía que no por el frío. Los había apretado hasta el dolor cuando había empuñado la espada y había atacado.
Pestañeo con lentitud cuando sintió una gota espesa rodar por su mejilla.
'Es sangre' escuchó en algún rincón de su mente, sin entender realmente el significado de aquello en ese momento.
Sus ojos fríos y opacos como el hielo miraron al frente. Al pecho atravesado y manchado en sangre. Un pecho que aun respiraba con dificultad. Un pecho adornado por el símbolo del murciélago.
"E...esta...esta bien...est...esta bien..."
Escuchó de pronto una voz ronca y que parecía sufrir inmensamente con cada letra que pronunciaba. Una voz que lo trajo a la realidad y a su presente de forma rápida y violenta.
"...solo...solo déjame ser...el último..."
Damián abrió aún más los ojos sorprendido sin dejar de mirar el símbolo en el pecho ahora rojo, y apretó los dientes con miedo, mientras oía los latidos de su corazón palpitar con fuerza, hasta dolerle. Cerró sus dedos aún más en la empuñadura de la espada mientras sus manos comenzaban a temblar.
"...que manche... tus manos... de sangre..."
Damián comenzó a sentirse ahogado y respirar como si el aire no le fuera suficiente. Sintió un gusto amargo en la boca, un vacío en el estómago y un ardor en los ojos.
"...prométemelo..."
Sintió un dolor en el pecho como nunca antes, una puntada dolorosa sobre su agitado corazón.
"...Robin"
Cuando escucho su nombre, fue una reacción predeterminada. Damián levantó la vista automáticamente mientras el otro hombre aún le llamaba sonriendo, con los dientes manchados de sangre y haciendo que cayeran pesadas gotas rojas y oscuras en el rostro ausente de Damián, por el tabique de su nariz y sus mejillas.
Damián no supo de donde salió, pero cuando vio el rostro de su mentor, de Batman, de Dick Grayson, un grito nacido de sus entrañas escapó por sus labios, mientras apretaba los ojos y se destrozaba la garganta.
"¡NOOOOOOOOOOOOOOOO!" Grito como nunca lo había hecho antes, mientras las lágrimas calientes rodaban por sus mejillas. "¡No! ¿Qué he hecho? ¿Qué he hecho?" gimió con desesperación soltando la espada mientras las rodillas de Grayson se doblaban cayendo sobre la húmeda nieve. Damián temblando de pies a cabeza, llevó nuevamente las manos a la empuñadura con la intención de retirarla del pecho de Dick, pero la mano enguantada de negro de Batman lo detuvo. "¿Por qué?" exigió gritando su rabia, consigo mismo, con el mundo, con Grayson, con el que fuera.
"Es tarde...Damián..."continuo Dick sonriendo aun, con el mentón goteando de rojo. Llevo una mano al rostro de Damián y le sacó la máscara, tirándola sobre la nieve. Damián sollozo mientras veía como Dick se echaba la capucha hacia atrás, mostrando su rostro, su oscuro cabello y unos ojos claros y celestes como el cielo lejano ahora de primavera.
"¡Grayson!" gimió Damián sin saber qué hacer ni cómo detener el temblar frenético de sus manos manchadas en sangre. Tenía deseos de vomitar.
"...prométemelo, no...no matarás de nuevo..."
Damián negó con l cabeza.
"...prométemelo..."
"No, por favor...Grayson..."
"Pr...om...prométe...melo..." dijo Dick esta vez con más dificultad, tosiendo y ahogándose con su propia sangre.
"¡No!" gritó Damián "¡No me dejes! ¡Te lo prometo! ¡Te lo prometo! Solo...no me dejes..." sollozo Damián apretándose el cabello entre los dedos con desesperación, cuando sintió los dedos de Grayson rozando sus mejillas, levantó la mirada y lo vio sonreír, como siempre.
"Gracias" susurro Dick con los labios de un rojo oscuro, los que acercó con lentitud hasta depositarlos sobre los labios fríos y resecos de Damián. Un beso. El primero y el último. Se separó ante el rostro destrozado de su Robin, y volvió a sonreír dulce y macabramente rojo, mientras levantaba una mano y la depositaba en los cabellos negros y cortos de Damián "Eres... un buen chico..." Dijo revolviéndole con suavidad y luego puso su mentón húmedo de sangre en el hombro de Damián, para luego abrazarlo. "Estoy..." dijo con la voz cada vez más baja, susurrando en el oído de Damián. "...muy orgulloso de ti, se... un buen... Batman...Dam..i..."
Pero su voz se apagó antes de poder terminar.
Damián pudo sentir cuando todo lo blanco en su interior se mancho de sangre, y se volvió oscuro. Ya no quedaba nada. Nada que se pudiera ensuciar.
Creyó en un momento que se desvanecería, pero solo abrazo más fuerte a su mentor, él que se volvía cada vez más frío como el clima a su alrededor.
Ahora estaba listo. Podía ser el mejor Batman de todos. El que debía ser.
Acababa de matar a Grayson, y a su corazón con él. Estaba listo.
