Notas de Autora:

Zooropa espero y te guste, hice un gran esfuerzo y me quebré la cabeza para escribir esto, me basé en la actitud de Shaka en la batalla de las doce casas, me aventé como 3 veces todos los episodios en los que sale para hacer su personalidad lo más fiel posible, sin embargo, llega el punto en las cuestiones románticas donde no puede permanecer estoico e indiferente XD ¡Es difícil! Yo ya había comentado que en el canon definitivamente para mi Shaka es asexual, por eso siempre me ha costado trabajo imaginármelo actuando en cualquier situación romántica, también pienso que el único capaz de despertar algún interés ya sea de una amistad más profunda o como posible pareja en todo caso sería Mu, pero eso ya es cosa mía u.u

Te comento esto porque estoy muy consciente que en el pasado fic si saqué demasiado de personaje a los caballeros, por eso repetía constantemente que había hecho un desastre y ya quería que la historia se acabara, pues a mi parecer debió haber durado 4 capítulos (era la idea original) pero la agarré de experimento para muchísimas cosas, cambie incluso el formato de redacción, no me gusto, vuelvo al anterior. Intenté los lemons solo para entender que no es lo mío, tendré que leer muchos yo creo para aprender cómo se hacen correctamente. Saqué a los personajes de sí y fueron pocas las ocasiones donde me gustó que actuaran un tanto diferente o que pude fundamentar en mi mente el por qué hacía cosa, pero bueno u.u básicamente estoy contestando tu review aquí porque pues no puedo mandarte MSG privado jeje.

Finalmente reitero que espero que este one shot que te dedico con mucha estima sea de tu agrado, hice lo mejor que pude, no me nacía nada con estos dos e incluso busqué inspiración en imágenes, videos y otros fics ¡Pero es que hay tan pocos! Y la dos ideas que se me habían ocurrido descubrí que alguien más ya las escribió jajajaja

Lo más chistoso es que en la búsqueda me aparecían imágenes, historias y todo de Shaka y Mu o Saga y Mu jajajaja pero de ellos juntos poco o nada :(

Bueno, disculpa el speech súper largo pero me tenía que desahogar u.u, comencemos :D

O…

"Yo puedo percibir la bondad y maldad en las personas (…) del mismo modo he hallado justicia en el interior del sumo sacerdote, por eso no me rebelaré contra él" Shaka a Ikki en la batalla de las 12 casas.

O…

La incesante risa acompañada de los erráticos pies que giraban sobre de sí tenían al virgo al borde de su paciencia, un divertido Aioria intentaba, sin poner mucho esfuerzo, atrapar entre sus manos una mariposa que insistía en revolotear a su alrededor.

-Aioria, ¿podrías…? Interrumpes mi meditación-dijo el rubio por lo bajo, pero su tono fue tan autoritario que el castaño cesó de inmediato su juego. No obstante volteó a verlo desenfadadamente y agregó-El jardín no es tuyo, puedo jugar aquí si quiero, además Shaka…-el joven caballero de leo se puso en cuclillas viendo al rostro del hindú, el cual permanecía sereno a pesar de la poca distancia que los separaba ahora-…deberías aprovechar estas oportunidades para distraer tu mente, tanto entrenar te hará mal-puntualizó, a lo que el virgo arqueó una ceja.

-Somos Santos de Athena…no creo que haga falta que te recuerde, Leo, que el único motivo por el cual estamos aquí es para protegerla, no podemos distraernos con juegos tontos…-

Aioria se incorporó. Delante de él tenía a un pequeño niño que si apenas había cumplido los 7 años, sin embargo, su actitud y palabras distaban mucho de las de una persona de esa edad.

-¿De nuevo molestando a Shaka, hermano?-

El pequeño ojiverde giró el rostro para encontrarse con la cálida mirada de su hermano mayor, quien se encontraba a sus espaldas esbozando una leve sonrisa. A su lado estaba el santo de géminis, Saga, con aquella expresión serena que dejaba ver poca o ninguna emoción.

El leo negó con la cabeza-No es mi culpa que a Shaka todo le moleste-dijo cruzándose de brazos y girándose para regalarle al rubio una mirada de enojo bastante infantil, a lo que Aioros rió.

-No importa, de cualquier modo ya nos vamos…-Sagitario se inclinó lo suficiente para poner su boca a la altura del oído de Aioria y le susurró-Deberías respetar el espacio de Shaka, después de todo, el jardín es bastante grande…-dicho esto revolvió un poco los cabellos de su hermano, quien sonrió afablemente y tomó su mano para seguirle.

-¿Vienes Saga?-se giró Aioros notando que el géminis se había quedado estático en su posición, este ultimo negó con la cabeza.

-Adelántense, los alcanzó después…-El castaño mayor se encogió de hombros-De acuerdo, vámonos Aioria…-y con ello ambos caminaron hasta perderse de su vista.

-¿Va a sermonearme?-

Saga detuvo el pie que había levantado para dar un paso, regresándolo a su posición, sin embargo su semblante no había cambiado y sus ojos se posaron en el tan pequeño como insolente caballero de la sexta casa.

-Mientras su ilustrísima siga insistiendo con que sea tu tutor, tendrás que escuchar todos los sermones que salgan de mi boca, Shaka-El géminis le dijo esto autoritariamente, pero no hubo reacción positiva o negativa por parte del hindú, quien se mantenía en posición de loto en el suelo.

-Este día comenzaré con recordarte que debes guardarle respeto a tus superiores, y tú superior más inmediato soy yo, no quiero que vuelvas a hablarme en ese tono ¿Entendido?

Silencio.

-Shaka… ¿Entendiste o es acaso que eres estúpido?

Un respingo, Saga solía enojarse frecuentemente con el niño por su soberbia y constante manía de retarlo, pero a pesar de todo ello jamás lo había insultado.

-S…si, entendí-contestó débilmente, pero de mala gana.

-Me alegro-dijo fríamente. Odiaba todo esto, odiaba que el niño lo hiciera actuar de esa manera, el no era así, pero últimamente había algo en Shaka…algo que lo sacaba de sus cabales. Quería arrancarle esa retorcida sonrisa, esa actitud déspota, la mirada retadora que aun sin abrir los ojos era evidente…y cambiarla, cambiarla por aquella que solía tener semanas atrás, una más noble y serena, acompañada de una sonrisa alegre e inocente propia de un niño de su edad. El virgo, quien era un niño reservado, de pronto se había vuelto hermético y Saga notaba que particularmente esa actitud era más exacerbada hacia él, pero no entendía el porqué.

El griego sin duda no tenia este problema con el resto de los jóvenes dorados a su cargo, ni siquiera con Milo que podía llegar a ser un verdadero dolor de cabeza, pues este era más bien travieso y ocurrente, pero bastaba alzarle un poco la voz para que obedeciera. Shaka en cambio te cuestionaba, debatía tus motivos y aun si lograbas convencerlo de tu idea, llevabas ganada la mitad de la pelea, pues aun debía adoptarla como suya. Y aun que eso de pronto lo exasperaba, debía admitir que era una de las tantas cosas que encontraba fascinante en el pequeño.

Era una pena que ese brillante y prometedor joven bajo su tutela se estuviera convirtiendo en un autentico monstruo arrogante y él se sentía atado de manos, por más que intentaba acercársele como solía hacerlo antes, ahora el niño parecía poner una barrera, se estaba cansando de luchar contra la turbulenta marea que era Shaka de virgo ahora.

Saga comprendió que no podía dejar las cosas así, había insultado al pequeño y si no hacia algo aquel abismo entre ellos se volvería aun más grande, sin oportunidad alguna de lograr encausar aquella alma que se le había encomendado, precisamente con ese fin sospechaba él.

Tentando entonces su suerte se sentó al lado del semidiós, lo suficientemente cerca para que lo escuchase, pero aun respetando su espacio personal, cosa que Shaka en general agradecía enormemente.

-Discúlpame…-dijo suavemente mientras mantenía la vista enfrente –No debí haberte llamado estúpido, es solo que, últimamente Shaka, no sé qué hacer contigo…

Nuevamente silencio, Shaka permanecía sereno, pero esta vez Saga pudo ver de reojo que tenía los labios contraídos, como quien se aguanta las ganas de llorar. Esto lo hizo sentir aun peor, y busco en su mente desesperadamente la manera de evitar a toda costa que siquiera una sola lagrima escapara por sus comisuras y rodara por alguna de las regordetas y sonrosadas mejillas.

-Pienso que me desespero tanto porque…no quiero verte fracasar-confesó, captando con ello la atención de Shaka, quien lo volteó a ver inmediatamente. Saga se giró para encontrarse con el rostro de ese pequeño que a pesar de que lo enloquecía de maneras insospechadas con su actitud, también a su modo había logrado ganarse su cariño con su manera vivaz y curiosa de ser.

-Tienes mucho potencial, mas del que te imaginas, estoy seguro de que lograras grandes cosas y odiaría que esa actitud tuya terminara por entorpecer tu crecimiento…

El menor permaneció callado ante sus palabras, su rostro se serenó y aquellas lágrimas que habían querido asomarse por sus ojos desaparecieron en el acto. Pero a Saga aquel eterno silencio al cual Shaka parecía aferrarse lo estaba matando ¿Estaría de acuerdo con él? ¿Acaso, estaba ignorándole de nuevo? Finalmente, y sin remedio ¿Lo había perdido…? ¿Cómo era eso posible? Si a penas semanas atrás corría hacia él con una ligera sonrisa, tomándolo de la mano para llevarlo a observar un par de lotos que había descubierto flotando en un estanque, si hacía pocos días habían tenido un arduo debate sobre el significado de la muerte y su eterno misticismo, si comúnmente el pequeño solía dejar en su mesa, en lo que él creía un detalle anónimo, una de esas mismas flores, las cuales yacían marchitas en un pequeño contenedor en la casa de géminis.

Aquel dulce niño se veía ahora como un recuerdo borroso en su mente, y de algún modo no podía evitar pensar que ese repentino cambio era su culpa. Sintiéndose derrotado como producto de sus abstracciones, decidió que esta labor quizá era demasiado abrumadora para él, y no queriendo influenciar negativamente en la actitud de Shaka perdiendo la paciencia e insultándolo nuevamente, decidió mejor delegar la responsabilidad a alguien más sereno, y a su manera de ver, también más sabio.

-Descuida, iré a hablar con el sumo pontífice para solicitarle que Aioros sea tu tutor ahora…-

A penas había recargado sus manos en el suave césped para agarrar impulso cuando una pequeña y temblorosa manita se posó sobre la suya, haciendo que volteara un tanto rápido para con Shaka.

-Saga-sama…-escapó débilmente de los pequeños y delgados labios, en un tono que el peli azul estaba seguro tenía tiempo que no había oído del virgo, una voz dulce, melodiosa, tranquila… aderezada con un matiz de angustia, aquella que había invadido al niño de pronto al sentir que lo había apartado de su lado.

-Por favor…-musitó-No haga eso…yo, prometo que me portaré bien, no quisiera estar bajo la tutela de nadie más…-un sutil tono rosado inundó las tiernas mejillas, pero Saga no lo notó pues el virgo rápidamente ocultó el rostro al bajar la mirada entre sus dorados cabellos.

-Shaka…- se sintió tan conmovido por el repentino cambio de actitud del rubio que puso una mano sobre su cabeza acariciando levemente sus cabellos, sin siquiera sospechar la reacción bajo aquellas largas mechas.

-Si así lo deseas, entonces me quedaré a tu lado-le sonrió.

Saga ni siquiera se imaginó por un minuto el alcance que estas palabras tenían para el enternecido corazón de Shaka hacia él, tampoco había sido capaz de notar que la rebelde actitud del virgo era producto de un creciente amor mal encauzado hacia su persona, pues a pesar de que era frio y distante con todos, para con el géminis era eso y mucho mas.

A sus 7 años Shaka era un prodigio, dueño de un cosmos y poder que ya desearían muchos otros caballeros de más edad y experiencia poseer, sin embargo, pese a su condición divina no dejaba de ser un niño con todas las limitantes que esto conlleva, entre ellas, un pobre entendimiento de los sentimientos que son más bien propios de los adultos y adolescentes.

El joven virgo permaneció inmóvil y sin apartar sus ojos de Saga ante el tierno contacto sobre su cabeza, quien continuaba paseando sus dedos por las finas hebras doradas de manera un tanto descuidada e incrédula, pues hasta ese momento Shaka jamás había permitido que le tocase de ese modo, no como que el géminis lo hubiese intentado alguna vez.

Saga debía admitir que todo esto le parecía sumamente bizarro, se sentía como si acariciar la rubia cabecita fuese lo más natural del mundo, mientras que Shaka parecía de pronto sumamente receptivo a su toque…acciones tan naturales y desinteresadas entre dos individuos que apenas parecían tolerarse minutos atrás. A pesar de que el hindú se mantenía como siempre, impávido e inmóvil como si siguiera inmerso en su meditación, la expresión de su rostro reflejaba ahora mucha paz, como si lo único que todo este tiempo hubiese necesitado para calmar aquella impetuosa marea era una suave caricia. Con ese pensamiento cesó el toque de manera un tanto abrupta, a lo que el rubio no pudo evitar poner una cara de desconcierto, más a pesar de ello Saga finalmente se levantó de su lugar estirándole la mano al pequeño, ofreciéndole su ayuda.

-Vámonos, me he distraído con todo esto pero en realidad venia por ti para que hicieras tus deberes…-el géminis se había asustado e intentaba a toda costa ocultar tras su sereno semblante su terror, había encontrado demasiado agradable aquel contacto, y no quería perpetuarlo más y que con ello averiguara el por qué.

Por primera vez en, quizá toda la vida, Shaka asintió con la cabeza y siguió a Saga sin rechistar, a lo que el mayor hizo su mejor esfuerzo por retener cualquier tipo de expresión temiendo que con ello incendiara nuevamente la llama de la rebeldía en el semidiós. El virgo no ponía objeción en entrenar, pero si se trataba de los deberes colectivos ahí era otra historia. Pero el pequeño Shaka no estaba dispuesto a recibir nuevamente la amenaza de que Saga le dejaría en encargo de alguien más, y si por ello debía prometer seguirlo ciegamente de ahora en adelante, entonces que así fuese.

…O…

13 años después

-¡Se mataran entre sí!-gritó el sumo pontífice ante la escena que tenia frente a sus ojos. Shaka de Virgo y Aioria de Leo median fuerzas sujetados por sus manos en lo que era un combate donde el más mínimo error podía costarle a cualquiera de los dos la vida. El patriarca se mantuvo al margen, a pesar de aquella frase que había escapado de su boca por la repentina desesperación que sintió, misma que ya se había estado anidando en su cuerpo desde que Shaka puso un pie en la sala.

Se habría encargado el mismo con facilidad de Aioria, pero el rubio, siendo el más cercano a él, no permitiría que su seguridad se viera amenazada, ni que él manchara sus manos con sangre, ofreciéndose a terminar el trabajo, muy a su pesar como se lo expresó al Leo abiertamente.

Y ahora los tenía a ambos ahí, luchando enardecidamente hasta que en un intenso despliegue de poder ambos caballeros salieron volando metros atrás en el aire, no podía mas, debía detener esto, sino podría ser que Shaka…

Se levantó entonces abruptamente de su trono y le arrojó su "Satán imperial" a Aioria, ante la mirada atónita de Shaka, que no se esperaba que su ilustrísima atacara. Se sintió de pronto un tanto insultado pues pareciera que con esa acción el patriarca lo consideraba incapaz de terminar con la vida del caballero de la quinta casa, pero a estas alturas solo podía limitarse a mirar lo que el patriarca hacia, pues el no cuestionaría sus métodos de ninguna manera.

De algún modo, creía en el ciegamente, a pesar de jamás haber visto su rostro. No lo sentía necesario pues confiaba en la bondad que detectaba en su corazón, esto gracias a su habilidad de entender la psique más allá del promedio humano.

Sin embargo, por primera vez, vio turbada esa bondad, oscurecida por aquel acto de controlar los pensamientos de Aioria.

Una vez que Leo abandonó el recinto, Shaka se acercó al patriarca con cautela, guardándole el debido respeto y se arrodilló ante él. Este lo vio complacido, recordando aquel niño áspero y renuente que alguna vez fue.

-Puedes retirarte, Shaka…-dijo solemnemente.

-ilustrísima-el virgo alzó la vista- Perdone mi atrevimiento, pero… ¿Por qué? ¿Por qué intervino? Yo pude fácilmente haber acabado con la vida del caballero de Leo si me hubiese propuesto el utilizar más de una fracción de mi poder…Usted no debió arriesgarse de ese modo…

El patriarca se acercó a Shaka, quien continuaba arrodillado en el suelo y le indicó que se levantara y así lo hizo-Al final cambié de parecer, necesitábamos a Aioria para acabar con los caballeros que vienen del oriente…-

-Pero su Ilustrísima… -insistió Shaka, manteniendo un tono respetuoso y sereno-¿No hubiera sido mejor acabar con Leo de una buena vez? Apenas asesine a un caballero de bronce recuperará la conciencia y se volverá contra el santuario…Por favor permítame seguirlo y acabar con él.

Dicho esto se giró para emprender camino fuera de la sala del patriarca, pero fue sujetado fuertemente por el brazo, obligándolo a girarse-No has cambiado en nada, Shaka, sigues debatiendo enardecidamente todo aquello que se te dice y a pesar de ser yo el patriarca quien te lo ordena, al no adoptar la idea como tuya, decides de cualquier modo darte la media vuelta e ir tas Aioria…

Los ojos del virgo terminaron por abrirse al límite al reconocer detrás de la máscara a aquel que de niño fuese su tutor, parado frente suyo. Saga se retiró entonces la indumentaria de patriarca que cubría su rostro, revelándole así su identidad. Sus cabellos habían vuelto a ser azules y en aquel rostro encontró la misma mirada cristalina y pura que lo había cautivado años atrás…

Lo creía muerto, lo creía perdido, y sin embargo, ahí estaba, frente a él…había estado frente a él todos estos años ¡Que ciego había sido! ¡¿Cómo no lo había notado antes?!...

-Sa…Saga-Sama…-aquel nombre, pronunciado con la misma inocencia infantil de 13 años atrás, emergió de su boca como un murmullo. Lo había retenido tanto tiempo en su corazón y mente pensando que lo pronunciaría tan solo en anécdotas de su pasado, y sin embargo, ahí estaba de nuevo, llegando a los oídos de aquel a quien le pertenecían, aun pasados tantos años, sus sentimientos.

El géminis le sonrió afablemente-Tan solo llámame Saga-su ya para nada niño estaba parado frente a él, por fin sabia quien era, por fin una imprudencia de su parte había terminado por revelar aquello que no se atrevía a confesarle, ahora solo quedaba aguardar por la reacción del rubio ¿Volvería a comportarse agrio con él? ¿Sería acaso su imprudencia afortunada? ¿O terminaría por hundirlo destruyendo así todo lo construido durante 13 largos años?

La gentil mano que se posó sobre su mejilla le hizo creer que en efecto era afortunada, Shaka lo tocaba como si en ese mismo momento fuese a despertar de alguna especie de ilusión, pasaba su mano por aquel rostro, reconociéndolo, como si se tratara de un ciego cuya única manera de identificar a alguien fuera a través del tacto.

El peli azul no puso objeción alguna a las erráticas caricias, incluso se recargó en aquella palma un par de veces, en lo que era un acto que lo remontaba a épocas más felices cuando Shaka había cedido por fin a su actitud y se había vuelto más bien noble y en ocasiones como esta, hasta involuntariamente dulce.

-Yo no, no lo entiendo Saga-sa…-corrigió, recordando lo que se le había indicado-…Saga ¿Qué es todo esto? Necesito una explicación

-No puedo dártela.

-Pero…

-Lo siento Shaka, ahora que has descubierto que no soy el verdadero patriarca ¿Qué piensas hacer…?

Saga odiaría tener que matarlo, eso le traería una tristeza que estaba seguro no podría superar nunca, pero no podía permitir que ni siquiera Shaka se interpusiera en el objetivo que tenia trazado.

El virgo desvió la mirada al suelo y guardó silencio un par de segundos, segundos en los que Saga comprendió que estaba meditando su respuesta profundamente.

-…Yo alguna vez me prometí que te seguiría ciegamente-le dijo alzando la vista y viéndolo profundamente a los ojos-Aun que mantener esa promesa ahora me parece una cosa absurda…-le dijo esbozando una sonrisa de lado, para después hacer una breve pausa-confió en que la bondad de tu corazón te hará actuar con justicia, entre tanto permaneceré a tu lado, así como tú lo hiciste conmigo cuando te pedí que no me abandonaras…

Los ojos del griego de pronto se suavizaron, posándose en los bellos zafiros de Shaka que seguían contemplándole, si bien cuando el virgo era niño alguna que otra ocasión tuvo la oportunidad de observarlos, no los recordaba tan remotamente hermosos como le parecían ahora.

Shaka se encontró inexplicablemente nervioso y podía jurar que por un momento sintió sus piernas temblar por la profundidad de aquellos ojos azules que no se despegaban de los suyos, se vio atrapado, como una polilla guiada por una luz brillante, a sabiendas de que al alcanzarla también lo hará la muerte.

Cuando Saga tomó su rostro con ambas manos, profanando sus labios vírgenes con un beso, Shaka dio un respingo, pero después de que las firmes manos de Saga se cerraron sobre sus muñecas, se tranquilizó.

Se dejó entonces guiar por la experimentada boca del géminis, quien suavemente fue acariciando con su lengua la del virgo, consciente de que estaba robándole el primer ósculo en toda su vida. Shaka cerró entonces sus ojos, embriagado por la cálida sensación que, para su sorpresa, había encontrado sumamente placentera. El que no se consideraba precisamente afecto a las demostraciones de cariño, había encontrado en esta la excepción a su regla.

El beso duró un par de minutos, siendo más bien suave y acompañado por repentinas caricias por parte de Saga al cabello y rostro del menor, quien ya no necesitaba que sus muñecas fuesen sujetadas.

Estaba totalmente consciente de sus actos.

Estaba consciente de quien era Saga.

Estaba consciente de que a pesar del tiempo, del engaño, de la oscuridad…

Aun lo amaba.

Fin

Espero y les haya gustado, yo por mi parte estaré esperando los reviews, incluso si son tomatazos son bien recibidos pues disto mucho de ser perfecta y aun tengo mucho que aprender en este mundo fan fiquero, saludos a todos :D