Notas de autora:

BN-Eternal-Soul

¡Hola! Debo admitir que aun que me rehusaba feamente a entrar al lado oscuro del twincest, tu lograste que naciera en mi tan rápidamente que me alarmé a mí misma, soy una pecadora *azotes* Dios me siento tan sucia después de escribir esto u.u pero lo más loco es que no me costó NADA de trabajo, al contrario, tenía demasiadas ideas, siento que me fluyó tan natural que veo en la lejanía a mi OTP Saga x Aioros volando hacia el horizonte jajajaaja ¡y te culpo a TI! Espero que estés contenta (Yo se que si)

Y también espero que este twincest del mal te guste :D aun que esta larguísimo y me tarde mucho en subirlo, espero me perdones por ello u.u

Traté de darle el protagonismo a Kanon sabiendo que era tu favorito n.n lamento si está un poco Ooc (o como se escriba) pero sé que tú no tienes tanto inconveniente con eso, aun así hice mi mayor esfuerzo porque no fuera así :)

Disfruta leyéndolo como yo disfrute redactándolo jeje.

Saludos y gracias por tu lindo review :3 lo contestaré al final (Estas son dedicatorias)

N/A: Pensamientos en cursiva

…O…

Una piedra….nada.

Otra…vacío

Piedra…

Sonrió ampliamente, a pesar de haber fracasado de nuevo, tomó el objeto encontrado y corrió tan rápido como sus pequeños piecitos le permitieron, la suave arena se adhería a sus plantas retrasando un poco sus pasos, mas eran lavadas por el agua fresca proveniente del romper de las olas; dio un par de giros sobre el agua, alzando la mano en la cual llevaba el objeto encontrado mientras reía fuertemente y esto último llamó la atención de aquel al que dirigía sus pasos, quien se giró para verlo.

-Kanon, ¿Lograste encontrar algún cangrejo?-Preguntó su viva imagen, sentado sobre una roca sosteniendo en sus manos una improvisada caña de pescar. Quien los viera sin conocerlos diría que eran como dos gotas de agua, sin embargo si ponías la suficiente atención, encontrarías que sus semblantes, su tono de voz, incluso la sensación que uno percibe al recién conocer a alguien, todo era distinto.

El pequeño, quien no debía pasar de los 7 años, con el cabello azul agua al hombro y ojitos sagaces, le sonrió mientras negaba con la cabeza, a lo que el otro idéntico pero con el cabello azul violeta, arqueó una ceja, no entendiendo entonces el porqué de su felicidad.

-No Saga, no encontré ningún miserable cangrejo, peeero…-abrió su mano, mostrándole al otro su contenido-¡Encontré esto!-

-Kanon…-suspiró mientras tomaba el objeto en sus manos, confirmando sus sospechas-Esta concha está vacía, no nos sirve de nada…

Aun que eran tan solo un par de minutos los que lo volvían el mayor, Saga tenía esa percepción muy arraigada, y el comportamiento un tanto más infantil de su gemelo no le ayudaba a cambiar de idea. Tomó entonces la concha y giró el brazo hacia atrás para agarrar impulso, dispuesto a lanzarla muy lejos dentro de su desesperación por no encontrar comida por segundo día consecutivo. A ese paso seguro morirían de hambre; sintió como las lagrimas querían escapar de sus ojos con ese pensamiento, recordó la inocente cara de su hermano junto con su risa, quien parecía jamás preocuparse por esas cuestiones, a pesar de lo débil que se encontraba, seguía sonriendo…

De pronto la sensación de un fuerte agarre a su brazo lo sacó de sus pensamientos, giró su rostro para encontrarse con la mirada reprobatoria de Kanon, quien lo sujetaba.

-¡No la lances torpe!-el gemelo mayor lo miró extrañado y bajo el brazo lentamente, no entendiendo el repentino apego que tenía el menor hacia esa concha, se la entregó de mala gana y Kanon la abrió, mostrándosela mientras ambas piezas permanecían aun unidas.

-Esta concha Saga…-le sonrió-…es como nosotros ¿No lo vez? Dos piezas idénticas que forman una sola…-El menor contemplo la concha con ojos dulces y dijo suavemente-Tu y yo somos así, y pase lo que pase, siempre estaremos juntos ¿cierto?-alzó la vista encontrándose con los serenos ojos azules de Saga, quien le daba poco crédito a Kanon, pues el menor entendía totalmente su desesperación y la carga que voluntariamente adoptaba sobre sus hombros y a su manera particular de ser, intentaba aligerarle ese peso.

El mayor se conmovió fuertemente por sus palabras, y sin poder evitarlo más, un par de lágrimas rodaron por sus mejillas, pero Kanon no se asombro, sabía que Saga se guardaba todo y en ocasiones pequeños estímulos lo hacían liberar toda la carga contenida. Este último le sonrió limpiándose las lágrimas, tomó la concha y ante la mirada asombrada de Kanon la partió a la mitad, el menor abrió la boca para reclamarle pero Saga se le adelantó.

-Espera…

Con el anzuelo perforó, con asombrosa facilidad, ambas conchas y con el hilo de la caña de pescar creó dos collares, se pasó por detrás de Kanon abrochándole el suyo mientras este sonreía tanto como sus mejillas se lo permitían.

-Te amo Saga-soltó el chiquillo, sosteniendo en su pequeña palma el dije de su nuevo collar.

-Siempre estaré a tu lado, Kanon-le dijo aun a sus espaldas, tomándolo por ambos hombros. Aun que su te amo no había sido correspondido como tal, Kanon sabía que lo dicho por Saga tenía esa intención.

…O…

Los gemelos habían quedado huérfanos hacia apenas un par de días, su casa había sido violentada por unos piratas que habían llegado a su puerto, era el inevitable riesgo de vivir a la orilla del mar.

Su madre había alcanzado a indicarles que se ocultaran debajo de la cama, Saga tapó la boca de Kanon todo el tiempo con una mano mientras con su brazo libre lo abrazaba cerca de él. Mientras el menor lloraba quedamente él no se había dado ese lujo, debía permanecer calmado para así poder pensar mejor y llevarse a su hermano de ahí.

Cuando el ruido cesó, salió con precaución indicándole al Kanon que aguardara, después le hizo una seña y en cuanto salió, lo abrazó tapándole los ojos y guiándolo fuera de ahí, no quería que viera los cuerpos de sus padres en el suelo, el charco de sangre, la casa destruida…esas imágenes lo perseguían hasta la fecha y dudaba poderse deshacer de ellas alguna vez.

Viendo que no sobrevivirían intentando atrapar alimento, Saga optó por hacer favores en el pueblo a cambio de comida, ayudado por su místico encanto y lo curioso que les resultaba a los pobladores que un pequeño fuese tan recto y elocuente para hablar no le fue difícil. Sin embargo, en el caso de Kanon, a este le resultaba un poco más complicado seguir ordenes y ajustarse a los deseos de los demás, así que, observando a otros chiquillos hacerlo, optó por hurtar comida, nada muy ambicioso: algún platillo que habían descuidado en un restaurante, una manzana que había rodado fuera de su lugar…esto no lo sabía Saga, pero siendo tan inteligente le extraño que su hermano rechazara el alimento que le ofrecía, así que un día lo siguió y descubrió su "modus operandi"

-Así que es por esto que no comes…

El menor dio un respingo al escuchar a sus espaldas la voz de Saga, soltó la naranja por la impresión y volteó rápidamente encontrándose con los ojos acusadores de su gemelo.

-Vas a recoger esa naranja, vas a volver a la tienda y le dirás al dueño que quieres trabajar para ganártela…-le ordenó.

-Pero, pero Saga…

-¡AHORA KANON!

El mencionado se dirigió a la tienda refunfuñando con la naranja en mano, seguido por Saga e hizo como se le indicó.

El dueño de la tienda al ver al par sonrió con ironía-Ustedes cumplen perfectamente con la definición del gemelo bueno y el gemelo malo-dijo con saña, a lo que Kanon bajó la cabeza, entendiendo que con "el malo" se refería a él. No era su intención ser malo, simplemente había tomado el camino fácil por comodidad.

Esta aseveración deprimió mucho al menor, quien acomodó todas las frutas y verduras del mercado con notable tristeza en su mirada, una vez terminada la labor, Saga le agradeció al propietario por permitirle a Kanon ayudarle y quedarse con la naranja y este ultimo solo se fue de largo, seguido por el mayor quien corrió un poco para darle alcance.

-¡Kanon! ¡Espera!-lo tomó del hombro, girándolo hacia él, al hacerlo notó que tenía los ojos vidriosos, lo miró serenamente y con su pulgar retiró las pequeñas lágrimas que si apenas se asomaban por sus comisuras.

-No lo escuches, no existe tal cosa como el gemelo bueno y el malo, nadie es total bondad, ni total maldad…

El menor se liberó de su agarre, molesto.

-¡Tu! ¡Tú siempre…!-Su voz se entre cortaba, quería decirle a Saga tantas cosas, pero su sentimiento y rabia eran tales que no le permitían hablar. Siempre se había sentido a la sombra del carisma y encanto natural del mayor, incluso sus padres murieron sin poder desmentirle que preferían a Saga, y ahora, que ese señor dijera que él era el gemelo malo, tan solo re afianzaba su idea de que era la oveja negra…la oscuridad creada por permanecer tan cerca de la incandescente luz que era Saga.

El mayor lo veía serenamente, sin expresión en su rostro, esto hizo que Kanon frenara en seco su rabieta. Cuando Saga vio que tenía su completa atención, extendió sus manos hasta tomar el collar de Kanon, lo sacó de su cuello y después hizo lo mismo con el suyo, los revolvió un poco y los puso al frente para que Kanon los viera.

-Dime, ¿Cuál de estos es el collar bueno y cual el malo, Kanon?

El menor abrió tanto los ojos que pensó que se saldrían de sus orbitas y se sintió apenado por sus pensamientos anteriores, la admiración y el amor que sentía por Saga siempre sobrepasaban su envidia. El mencionado tenía facilidad para encontrar la manera correcta y concreta de decir las cosas y no necesitó más para que Kanon comprendiera la lección, quien tomó uno de los collares y se lo colocó nuevamente en el cuello.

-Te amo Saga-dijo suavemente esbozando una ligera sonrisa, que el mayor devolvió en el acto, sin decir nada más.

…O…

Como suele pasar en los pueblos, los sucesos viajan de boca en boca y en poco tiempo Kanon se hizo de una reputación, pues comenzaron a salir a la luz todas aquellas fechorías que había cometido antes de que Saga le pusiese un freno, claro que también, como suele ser, se le adjudicaron un par más.

El ser identificado por todos como un ladrón trajo para el menor miradas de reproche, desconfianza, desaprobación, burlas, insultos…Kanon al principio fingió no darle importancia, pero Saga podía ver en su mirada como su mente estaba turbándose por el constante ataque a su persona.

Ese día Saga le indicó que aguardara a su regreso y no se moviera de su improvisada vivienda en la playa, pues quería evitar a toda costa que Kanon se metiera en algún problema donde él no lo pudiera proteger, sin embargo como solía ser, el menor lo desobedeció.

En su camino en el pueblo se encontró con los mismos niños de los cuales había aprendido a robar, quienes al verlo comenzaron a molestarlo. Cuando se acercaron más a él, cansado de las burlas, decidió hacerles frente; esbozó una sonrisa torcida aguardando su encuentro y una vez que sucedió le fue bastante sencillo noquear al mayor de ellos, haciendo que con eso los demás emprendieran la huida.

La pelea llamó la atención de un singular viajero que pasó por ese pueblo griego camino al santuario, pues pudo sentir un cosmos en esa dirección, el cosmos de Kanon que había despertado. Se acercó entonces y al ver que le pertenecía a un niño tan pequeño se sorprendió demasiado, pues era una energía más bien digna de un adolescente, le sonrió y Kanon tan solo lo vio con seriedad, esperando alguna especie de reprimenda por parte del espectador. Sin embargo, en vez de eso, la persona quien se presentó como un caballero de plata al servicio de Athena le hizo un par de preguntas, satisfecho con las respuestas le sugirió lo acompañara al santuario, en donde podía convertirse en un caballero como él en vez de vivir en las calles.

Kanon se lo pensó un momento, estaba muy seguro de que Saga le había advertido de personas como él, dio un par de pasos hacia atrás ante la mirada extrañada del mayor, y para su sorpresa al retroceder chocó con algo, o más bien, alguien…

Se giró encontrándose con su igual-Creí haberte dicho que te quedaras en casa, Kanon-le dijo con seriedad, después alzó la vista al notar que no estaban solos- ¿Quién es usted? ¿Es acaso que mi hermano le ha ocasionado algún problema? De ser así, dígame que fue y lo repondré enseguida…

El caballero de plata arqueó una ceja, palabras tan rebuscadas para un niño tan pequeño seguramente era algo poco común. Este le comentó a Saga que lo único que quería era reclutar a Kanon para ser un santo de Athena, ambos niños conocían la existencia de dicho santuario y su historia, pero Saga, más que Kanon, no le creía. El mayor tenía la fiel creencia de que si algo sonaba demasiado bueno para ser cierto, muy seguramente no lo era.

-¿Cómo sé que puedo confiar en usted?-le dijo arqueando una ceja.

-Niño, tú hermano tiene un poderoso cosmos, eso fue lo que me hizo llegar hasta él…-

El caballero le explicó brevemente en qué consistía el cosmos y le hizo una demostración, lo cual dejó a Saga satisfecho, se alegró entonces de que Kanon tuviese un futuro como posible caballero del santuario y lo alentó en voz baja de que acompañara al viajero, pensando que era para su bienestar.

-¡No iré!-dijo algo alto el pequeño, apretando sus puños con fuerza mientras sus pupilas bailaban de un lado a otro, Saga lo vio extrañado y después con reproche-¡No seas tonto Kanon! En el santuario podrás comer diariamente, te darán zapatos, te darán ropa, tendrás un techo en forma sobre tu cabeza…

-¡Pero no te tendré a ti Saga!-el menor le interrumpió y con ello rompió en llanto, sosteniendo fuertemente el dije de su collar mientras las lagrimas escurrían sin parar por sus mejillas-Acaso… ¡¿No te importa que me vaya?!-De pronto su mirada se tornó sombría, a la par que sus palabras le provocaban un profundo dolor en el abdomen-Ya entiendo, es… ¿Te estorbo, no es así?-lo miró con ira, soltando de pronto el dije y comenzó a hablar tan quedamente que Saga tuvo que prestarle su total atención para escucharlo-Te iría mejor sin mí, el problemático Kanon, siempre he sido tu carga, tu ancla…nunca me has amado como yo te amo a ti…-Saga abrió grandes los ojos ante esa aseveración, el pobre niño a pesar de lo instruido por el mayor no pudo ignorar las palabras del resto de las personas, que de a poco se habían anidado en su corazón, confundiéndolo.

-No digas eso Kanon, yo solo estoy pensando en tu bien…-Saga intentó tomar el hombro de su hermano para confortarlo, pero este se zafó moviéndolo hacia atrás, observándolo con reproche.

El caballero de plata veía la escena alarmado, le costó un poco de trabajo entender, a pesar de lo evidente, que los niños eran gemelos y lo único que tenían en el mundo eran el uno al otro, le pareció entonces una crueldad terrible separarlos, sobre todo por la manera en que el objeto de su interés había reaccionado a la idea.

-¡Paren ya de discutir…!-les interrumpió el caballero-…Si son gemelos, lo más natural seria que ambos tuvieran un cosmos que desarrollar, por lo que si así lo desean, los dos pueden ir conmigo al santuario y competir por alguna de las armaduras disponibles ¿Les parece bien?

Ambos voltearon a verse, Saga prolongo el contacto visual con Kanon y tomó su mano, después volteó para con el santo de plata y asintió con la cabeza, este ultimo sonrió complacido, sacó un trozo grande de pan de su bolsa y lo partió equitativamente para que comieran.

-Necesitarán energías, pues desde ahora son aprendices del santuario-les sonrió y después hizo un movimiento de cabeza, invitándolos a seguirlo-Andando…-

Y con ello los tres partieron hacia Atenas.

…O…

Una vez en el santuario, los gemelos fueron llevados con el Patriarca, quien sonrío al sentir en ellos un potente cosmo, pensando en la guerra santa que se avecinaba y la ausencia de un caballero de géminis.

Los envió entonces a entrenar con ese fin, a cargo del caballero de plata que los encontró, ambos pequeños eran muy tenaces y demostraron gran dominio de su cosmos rápidamente, asombrando gratamente al santo de Athena.

Pasaron un par de años y conforme el entrenamiento avanzaba, la bella hermandad de Saga y Kanon se volvía cada vez más lejana, dejando en su lugar una creciente rivalidad, esto sobre todo por parte de Saga, quien quizá inconscientemente estaba acostumbrado a ser el líder y la idea de que Kanon fuera considerado antes que él para portar la armadura lo molestaba en el fondo de su corazón. Normalmente se alegraba por los triunfos de su hermano, pero estaba aprendiendo que era una situación totalmente distinta si esos triunfos estaban por encima de los suyos.

Kanon notaba el distanciamiento de Saga, y además intuía, conociéndolo tan bien, que era porque ahora estaba poniéndose en sus zapatos, por vez primera alguien había volteado a ver a Kanon antes que a él, aunque fuese por obra de la casualidad.

Sus cosmos en realidad eran muy parejos, acorde a que eran gemelos, por lo que el portador de la armadura se definiría por otras cuestiones muy ajenas a su poder.

El distanciamiento que estaban cursando estaba afectando más al menor, quien dentro de todas las ideas que había acumulado respecto a su relación con Saga a lo largo de su vida, tenía la de que él siempre lo había amado sin que este le correspondiera, esto a pesar de que sabía que su gemelo era más bien seco y concreto, no dándole importancia a las palabras sino a las acciones, por medio de las cuales pretendía demostrar que le importaba. Sin embargo, últimamente, no obtenía de él ninguna de las dos cosas, lo cual ocasionaba en él un vacío terrible.

Turbado por sus abstracciones, dirigió sus pasos a aquel lugar que siempre le tranquilizaba y le ayudaba a pensar mejor: la playa. Una vez ahí, se sentó a la orilla lo suficientemente cerca para que el agua tan solo rozara la punta de sus dedos, el sol estaba ocultándose sobre la infinidad del océano dándole un tono dorado que remontaba al géminis a tiempos más felices, sonrió con ironía recordando que no quería acudir al santuario para no separase de Saga, y este terminó alejándose de él de todos modos. Tomó entre sus manos el collar que hacía años su gemelo le había obsequiado, mirándolo con nostalgia, símbolo de una promesa infantil que parecía adelgazarse cada vez más; todavía podía escuchar el "te amo" de sus labios que ni siquiera se le devolvió por cortesía, soltó el collar y apretó ahora la arena bajo de sí con sus manos, sintiendo como liberaba con ello toda la frustración que sentía.

Estaba en eso cuando escuchó unas débiles risas, estas cada vez se acercaban más, se giró en dirección al sonido y lo que vio marcó un parte aguas en su vida, frente a él estaba Saga quien iba acompañado por un joven de cabello castaño y ojos verdes, tenía casi la misma altura que su hermano por lo que intuyó debía andar rondando también por los 13 años. Ninguno de los jóvenes se había percatado de la presencia de Kanon, quien al instante sintió un hondo dolor en el abdomen al ver como Saga le sonreía a aquel desconocido, hacia tanto que no le regalaba una sonrisa amable, todo entre ellos se había vuelto entrenamiento y medir fuerzas.

Ese día, Kanon conoció los celos, cosa que jamás había sentido pues nunca "compartió" a Saga con nadie, lo cual vino a alimentar todo aquello que venía rondando en su cabeza desde…cayó entonces en cuenta: desde siempre.

…O…

Después de ese día Kanon se encontró espiando a su gemelo, ocultándose en las sombras para verlo con aquel que le había arrebatado el poco amor que recibía del mismo, sentía que su hermano lo había dejado en el olvido, pues sus ratos libres los ocupaba con ese que se hacía llamar el futuro caballero de Sagitario, Aioros.

Miró con recelo como el castaño pasaba un mechón de cabello por detrás de la oreja de Saga, quien abrió los ojos como platos y se sonrojó, para después bajar la mirada, esbozando una pequeña y tímida sonrisa que hizo la sangre de Kanon hervir, era una sonrisa muy hermosa, que él jamás había logrado provocar en su igual.

Ese pensamiento le enfermó ¿Quién se creía ese sujeto para provocar tales reacciones en aquel que por derecho le pertenecía? Saga le había prometido que siempre estarían juntos, a ellos los unía un lazo de sangre, no habían conocido otro tipo de amor más que las caricias y palabras que se decían entre ellos, y Kanon no pensaba compartirlo con nadie más…

El menor se comenzó a obsesionar, dejó de comer, de dormir, se centró demasiado en el entrenamiento, arrastrando con ello a Saga quien era su compañero, pero poco le duró el gusto pues el mayor lo tachó de loco y le dijo que no pensaba seguir ese ritmo que estaba tomando, y para la rabia del menor, después de esas palabras apareció Aioros, llevándoselo nuevamente de su lado.

Su corazón se estaba llenando de odio hacia el castaño y a la par, ese bello sentimiento de amor que tenia por su hermano, se trastornó, se re direccionó, se transformó…y por fin, comprendió que le ocurría, comprendió el hondo dolor en su abdomen, la ira, las lagrimas, el quedarse contemplando aquel collar largamente como si con ello las respuestas le fueran a caer del cielo…lo amaba. No como se aman los hermanos, ni siquiera como se aman los gemelos… lo amaba como a un hombre, uno maravilloso, divino, puro, tan puro que quien lo conocía solía compararlo con un Dios…y él quería arrebatarle esa pureza, bajarlo a una condición tan humana como la suya…pues la amaba y también le enfermaba a la vez, mientras la tuviera sabia que jamás le correspondería. Saga seguro pensaría que era una locura, que había perdido el juicio, que estaba enfermo pero a él sus sentimientos le parecían tan naturales, nunca se sintió tan sincero consigo mismo como ahora que por fin entendía que estaba enamorado de su hermano, siempre lo había estado, tan solo le faltaba algo de edad para comprenderlo. Se sonrió con ironía y se pasó una mano por los rebeldes y azules cabellos, cerrando sus ojos y después murmuró-No hay total bondad, ni total maldad… ¿No es así, Saga…?

…O…

Aioros contaba con un hermano menor, Aioria, quien para suerte de Kanon había despertado su cosmos y el futuro Sagitario había decido entrenarlo, ocupando así mucho de su tiempo, tiempo que Kanon aprovechó para retomar su lazo con Saga.

Este al principio se mostró un tanto renuente, pero el menor era demasiado listo, quizá una pizca más listo que el mayor y escudándose con menciones de lo unidos que solían ser de niños y lo mucho que lo extrañaba logró que de a poco pasara más tiempo con él, era tanta la química entre ellos que no tardaron mucho en regresar a sus antiguos hábitos, después de todo, eran almas gemelas, dos seres que como a ellos les gustaba pensar, habían sido separados de una unidad por capricho de los Dioses.

Saga decidió llevar a Kanon a conocer el templo de géminis, cosa que el patriarca le había autorizado ya. El mayor de algún modo se había ganado la confianza del sumo pontífice, quien cada día se apoyaba mas en él dándole pequeñas misiones que eran cumplidas en tiempo y forma.

Una vez ahí pudieron ver en su interior la armadura, brillando hermosamente a pesar de no recibir ninguna fuente de luz. Kanon posó después sus ojos en el rostro de su igual, quien miraba la armadura con una añoranza y devoción únicas, el menor estaba seguro de que Saga jamás había contemplado algo con tanta fascinación en toda su vida. Se sonrió al pensar que probablemente esa era su misma cara cuando lo veía a él.

Consideró entonces que ese momento, aprovechando que había recuperado nuevamente la confianza de Saga, era el indicado para confesarle algo; algo que hacía tiempo ya sabía pero prefirió guardarse para sí. Un par de años atrás, mientras entrenaba, el caballero de plata que los encontró en su pueblo natal le había dicho algo tan importante, que tenia al gemelo noches enteras sin dormir desde que tuvo conocimiento de esa información.

Flashback

-Kanon, a pesar de que ambos han entrenado con fervor y serian dignos portadores de la armadura, solo uno de ustedes podrá convertirse en caballero-El mayor lo miró con seriedad, mientras el niño, ya de 11 años, más bien lo veía desconcertado-A pesar de ser la armadura de géminis, no es requisito ser un gemelo para llevarla, sino haber nacido bajo esa constelación. Que tu y Saga sean gemelos es una obra de la casualidad, pero solo uno podrá ganar la armadura, el otro, deberá buscar una de rango inferior o marcharse del santuario.

El menor se quedó helado, no quería renunciar a la armadura de géminis y sabía que Saga de ninguna manera aceptaría tener un rango inferior, debía pensar en algo, sino inevitablemente sus caminos terminarían por bifurcarse y quizá, jamás se volverían a ver.

Fin flashback

Después de literalmente años de pensar en ello, por fin había llegado a una solución, una basada en el inmenso amor que sentía por su igual. El tenía conocimiento de que el patriarca era una persona de edad muy avanzada y que pronto debería ser sustituido, Kanon había investigado que el patriarca por la naturaleza de sus funciones no podía ser un caballero, sino que ese era el único puesto que desempeñaba, por lo que en su mente el plan se trazó a partir de ello: Saga debía ser el patriarca a como diera lugar y él el caballero de géminis, de esa manera permanecerían juntos en el santuario y Saga tendría un rango mayor al suyo, satisfaciendo así el único punto oscuro en su resplandeciente alma: la ambición.

-Kanon ¿te encuentras bien? Te noto serio, tú no eres así-le sonrió el mayor, lo cual además de sacarlo repentinamente de sus pensamientos, hizo al enamorado corazón del menor brincar. Esa sonrisa tan bella, tan pura, con los carnosos y definidos labios curvándose de manera divina…

-No es nada, bueno…si, estaba pensando en algo, Saga…-titubeó, nervioso por la repentina atención que había puesto en los detalles de un rostro que si bien era idéntico al suyo, a él le parecía abismalmente distinto-No sé si ya lo sepas, pero…hace un tiempo el señor Admes*….

El menor no pudo terminar su oración, pues de pronto la armadura comenzó a resplandecer con fuerza ante la mirada atónita de los gemelos quienes dieron un par de pasos atrás, asustados, de pronto la armadura se partió en varios pedazos flotando en el aire aun brillando intensamente, cegándolos por un momento.

Cuando Kanon pudo abrir los ojos, aun no podía enfocar con claridad sus alrededores, la resplandeciente luz poco a poco se fue atenuando pero lo que tenia frente a él hizo que su vista se nublara de nuevo, preso de una terrible angustia y dolor. Saga portaba la armadura de géminis…

…O…

Los eventos posteriores parecían sacados de la más terrible de las pesadillas, del ahora, hermano menor del caballero de géminis. Tener que irse del santuario, Aioros posando su mano amablemente sobre el hombro de Saga, consolándolo, la mirada serena de su hermano, que se levantaba siempre como un muro evitando así mostrar sus verdaderas emociones y finalmente, encontrarse al centro de Rodorio, sin saber que hacer de su vida ahora que lo único que consideraba suyo se había quedado escaleras atrás en el santuario.

Se llenó rápidamente de ira, frustración, odio…odio al santuario, odio a los caballeros, odio a Athena…todos, todos le habían arrebatado a lo único que amaba y ansiaba en la vida, y él, Saga, se había quedado de brazos cruzados prefiriendo aquella vida antes que a su propia sangre, confirmándole una vez más, que su amor era unilateral.

No lo comprendía, su poder era igual, la misma sangre corría por sus venas, entonces, después de todo ¿Por qué la armadura había elegido a Saga? ¿Qué pasó en ese preciso instante...? El pensamiento lo atormentó por días, pasaba horas enteras sentado a la orilla de la playa pensando, dándole vueltas sin fin hasta que finalmente lo entendió...era la cruz que había cargado siempre, el estigma, la etiqueta, la deshonra… Saga era la bondad, Kanon era la maldad. El ying y el yang, la oscuridad y la luz, lo puro y lo turbio… una persona como él, con sentimientos tan impropios como deshacerse del patriarca para así poder permanecer al lado de su hermano, por el cual sentía un amor definido como enfermizo, no podría jamás ser un caballero del amor y la justicia. Comprendiéndolo al fin, echó la cabeza hacia atrás riendo frenéticamente, mientras el sonido de las olas rompiendo acompañaban aquella risa que si bien era estridente, más bien se asemejaba a un llanto reprimido.

…O…

El menor trazó un plan, era tan bueno que se sintió orgulloso de sí mismo, si él no podía ir a Saga, haría que Saga fuese a él…

Pasaron un par de años, en los cuales comenzó a cometer toda clase de delitos y robos, aun que al principio lo hacía con el único fin de llamar la atención de la gente del santuario, finalmente terminó por encontrarle gusto a la sensación de dominio y poder sobre los otros, pues a pesar de ser un mocoso de tan solo 15 años, nadie se atrevía a hacerle frente por su enorme fuerza y la apariencia sombría que ahora se había vuelto parte de su ser.

Finalmente, después de tanto tiempo, el plan dio frutos, Saga acudió ante él preocupado al enterarse de que el que aterrorizaba la villa era su gemelo, queriendo así evitar que alguno de los caballeros del santuario le diera muerte. Una vez en Rodorio el caballero de géminis lo encaró y se lo llevó rápidamente del pueblo hacia un lugar donde sabía nadie les buscaría: Cabo Sounion.

Al llegar allá, Saga arrojó a Kanon como si fuese cualquier cosa al suelo, estaba furioso ¿Qué había pasado con aquel dulce niño al que amaba tanto? ¿En qué momento Kanon se le había salido de las manos? Jamás había querido admitirlo, siempre hizo lo posible por hacerle creer al menor lo contrario y creía que mientras lo tuviera junto a él aquello no sucedería, pero ahora veía que se había querido negar a la realidad todo este tiempo, su pequeño Kanon, aquel que era su igual en apariencia también era su contraparte en la personalidad. Era su oscuridad, su turbulencia, su yin... era verdaderamente, el gemelo malo.

Kanon se levantó del suelo, esbozando una sonrisa socarrona y sacudiéndose el polvo- ¿Es así como saludas a tu hermano menor, Saga? Si que te ha cambiado esa armadura que portas tan orgullosamente...Te has vuelto una escoria de Athena ¡Qué vergüenza!-le gritó, para después esbozar nuevamente una sonrisa maliciosa-El buen Saga, la gente te trata con tanta devoción, veneran el suelo bajo tus pies, yo lo he visto cuando bajas a Rodorio, oculto entre la gente, te tocan pero jamas te alcanzan, pareces verlos pero no miras en realidad, si lo hicieras, hubieras notado que todo ese tiempo estuve ahí ¡Eres una farsa! !No tienes el menor derecho de reprocharme por mis actos!

-¡Cállate Kanon!-lo empujó-Si alguien debe una explicación aquí eres tu ¿En qué demonios estas pensando? ¿Es acaso que olvidaste todo aquello que de niños te enseñe? ¡Tú debías ser un hombre de bien! ¡Tú debías permanecer del lado del amor y la justicia! ¡Si algo me pasara, tú debías poder reemplazarme…!

-Estoy cansado de escucharte Saga-le interrumpió-He querido callar esa boca tuya desde hace tanto tiempo…-dicho esto lo tomó del brazo, asombrando al gemelo quien no tuvo tiempo de soltarse del agarre pues el menor lo jaló hacia él atrapando sus labios en un profundo beso. El mayor abrió los ojos tanto como sus parpados se lo permitieron, quedándose frío con el acto, no podía moverse, no podía zafarse, estaba tan impactado por estar besando a su gemelo que perdió toda fuerza y voluntad sobre su cuerpo. Por su parte a Kanon la razón no le podía importar menos, finalmente, después de tanto al fin había podido probar aquellos labios que sabían exactamente como lo había imaginado, a deliciosa sal de mar. Cuando el caballero de géminis sintió la lengua del menor profanar hábilmente su boca, finalmente pudo reaccionar, rompiendo el beso.

-¡Kanon! ¡Basta! Esto es una locura…- le decía Saga alzando la voz, mientras ponía su mano en el pecho del menor, apartándolo.

-No pensabas lo mismo tres segundos atrás mientras me besabas…-lo miró esbozando una sonrisa torcida, mientras lo tomaba del cuello de la camiseta jalándolo hacia él para plantarle otro beso en los labios, Saga al principio se resistió y forcejeó con su hermano, quien cerró sus manos sobre las muñecas de su igual hasta que este finalmente cedió, sorprendiéndose a sí mismo por corresponderle. Sin embargo, a los pocos segundos mordió el labio de Kanon, confundiéndolo y aprovechó para lanzarlo lejos de él.

El menor cayó estrepitosamente al suelo y con el dorso de su mano se limpió la sangre que estaba comenzando a brotar de su labio inferior, sin embargo no podía borrarse la sonrisa maliciosa del rostro.

-Cada que veas esta marca Saga, recordarás que fuiste tú el que la provocó con tus perversiones ¿Por qué no, eres más honesto gran hermano, dime…?

El mayor lo miró entre asombrado y aterrado-¿Qué dices?-murmuró apenas.

-Te crees tan bueno y recto, pero en realidad eres tan solo un pobre hombre, ¿o vas a decirme que ese beso no te gustó?… ¡Y la gente osa compararte con un dios misericordioso! ¡Que lastima me das!-se echó a reír-Yo sé Saga, que tu también tienes la mente perversa como yo y que la maldad está durmiendo profundamente en tu corazón, pareces un ángel pero eres malvado en tu corazón, y por eso te amo tanto...-volvió a reír, era una risa tan retorcida y burlesca que a Saga le hirvió la sangre irremediablemente.

-¡Cállate!-le gritó golpeándolo a puño cerrado en la cara, cegado por la ira, Kanon se encontraba encantado pues había logrado su cometido, comprobarle a Saga que podía ser igual de humano que él.

-En el fondo tu y yo somos iguales hermano, no lo niegues…-continuó el menor con las burlas-por un instante me correspondiste, se que en el fondo lo deseabas al igual que yo…

-¡Silencio!-le gritó Saga, golpeándolo en el estomago sofocándolo con ello, mas ni siquiera así podía borrar de su cara aquella sonrisa, pues para el menor la actitud de Saga significaba a todas luces que le correspondía y por ello se había alterado tanto, al descubrirse el mismo atraído al menor.

-Entre mas lo niegas mas puedo ver tu verdadero ser…-vencido por el dolor Kanon se dobló arrodillándose en el suelo mientras sujetaba su estomago con ambos brazos-Eres exactamente igual a mi Saga…aun que jamás me lo dijiste, sé que me amas al igual que yo, pero te crees mas bueno que eso, desde ahora te digo que no lo eres ¡Yo por lo menos tengo la valentía de admitir quien soy en realidad! En cambio tu, te ocultas detrás de esa asquerosa armadura, cuando por dentro estas igual de podrido que yo…

Las palabras del menor estaban hiriendo en lo más profundo de su orgullo a Saga, quien en esos dos años se había castigado mentalmente lo suficiente por haberse quedado en el santuario, faltando a la promesa de que permanecerían juntos por siempre. De no haber sido por el comportamiento de Kanon, probablemente el jamás le hubiera vuelto a buscar, y ese pensamiento lo hizo caer en cuenta que precisamente, el no era tan noble y bondadoso como pensaba, fue capaz de poner sus intereses personales sobre su propia sangre. Mas jamás lo admitiría, debía eliminar la turbación de su corazón, y todas las dudas de su mente tenían un punto en común: Kanon.

Kanon lo hacía dudar de su capacidad como caballero, de su capacidad como hermano, de su capacidad como hombre, de su capacidad como ser humano…deshaciéndose de Kanon, se deshacía de todas las consternaciones de su mente.

-Ya no puedo dejar libre a un malvado como tú-le dijo viéndolo desde arriba, pues Kanon permanecía arrodillado en el suelo-Así que te encerraré yo mismo en la cárcel de Cabo Sounion...

Saga jamás admitiría que el verdadero motivo de encerrar a su hermano era para que, junto con él, toda la oscuridad de su corazón se ahogara.

-¡Sácame de aquí Saga, Sácame de aquí! ¿Vas a matar a tu propio hermano?-los gritos de Kanon retumbaban no solo en los oídos sino también en el corazón del géminis, quien sentía una fuerte opresión en el pecho al ver a su igual tras esos barrotes, el menor tenía razón, y a pesar de que jamás se lo dijo precisamente por el miedo que tenia de aquel sentimiento, también lo amaba.

-Kanon, estoy seguro de que no podrás salir de ahí a menos que un Dios te saque…

De pronto, y por lo visto ante él, se le hizo un nudo en la garganta el cual le impidió continuar hablando. Kanon lo miraba con tremendo odio y después, se arrancaba de su cuello aquel collar que de niños le obsequió, lanzándolo muy lejos al mar.

…O…

13 años después

El dragón marino Kanon, se encontraba ese día dando un recorrido por el santuario de Poseidón, cuando de pronto un hondo dolor lo hizo doblarse hasta caer de rodillas al suelo, se llevó la mano a un costado, de donde provenía la molestia y lagrimas comenzaron a brotar por sus ojos, corriendo libremente por sus mejillas. Sin embargo, él lo sabía, sabía que esas lágrimas que repentinamente habían invadido su rostro no eran por el dolor físico que tenía ahora, había algo más, un dolor mucho más profundo, mas intimo, más lacerante…

-Está muerto…-murmuró apenas, su rostro se descompuso, sus ojos se apretaron con fuerza y nuevamente el torrente de lagrimas se apoderó de ellos.

-…Esta muerto-volvió a murmurar, esta vez un tanto más audible, comenzó a apretar los dientes, su cuerpo temblaba completamente y cerrando su puño golpeó el resplandeciente y blanco mármol bajo de si, resquebrajándolo.

-Saga…mi querido Saga…se ha ido

Vencido por el dolor se fue deslizando hasta que su frente tocó el piso, con las rodillas flexionadas y sintiendo que le hacía falta el aire, todo a su alrededor se tornó negro, pudo sentir en carne propia el dolor, el golpe, la redención...Toda aquella agonía junto con la propia al darse cuenta de que no solo había perdido a su hermano, sino también, al único amor que conoció.

Tomó con fuerza aquel collar, que por fortuna había encontrado de casualidad un par de años atrás, lo apretó tan fuerte que sangre comenzó a escurrirle por las manos, cayendo unas cuantas gotas sobre el blanco mármol tiñéndolo con el rojo carmesí.

Su sangre...su carne, se sentía incompleto, se sentía vacío…Ahora y sin remedio, finalmente, lo había perdido.

...O...

En tiempos de paz, Athena se encuentra nuevamente frente a sus doce caballeros dorados, quienes volvieron a la vida gracias a que ella intercediera por ellos.

Todos voltean a verse confundidos y ella les explica que los dioses iban a encerrar sus almas para que no pudieran renacer por su osadía de retarlos, pero ella ofreció 10 años de su vida humana con tal de que escaparan de ese castigo, concediéndoseles nuevamente la vida pero sin volver a pisar el santuario, sin embargo, sus almas no volverían a renacer.

Un silencio sepulcral invadió la sala, que harían ahora con sus vidas? Lo único que habían conocido desde la niñez era el santuario. El único que se acercó a Athena haciendo una reverencia y agradeciéndole después fue Shaka, quien comentó regresaría a la India. Estaba girándose para salir del recinto cuando una suave voz lo hizo voltear

-Shaka, si vas a la India ¿Me permitirás acompañarte?-le dijo Mu, esbozando una leve sonrisa-Yo regresaré a Jamir, ambos lugares quedan relativamente cerca...

El rubio arqueó una ceja y lo interrumpió bruscamente-Caballero de Ar...-se paró en seco, recordando que ya no estaban al servicio de Athena-Mu...-corrigió-Tu eres perfectamente capaz de teletransportarte a los Himalayas, así como yo puedo hacerlo a la India por mi cuenta...

El resto de los caballeros se mantenían en silencio, girando sus cabezas de un lado a otro dependiendo de quien hablaba, siguiendo la conversación con suma curiosidad.

El ariano, ignorando abismalmente la manera tan osca y cortante de responder del rubio, y captando que estaba parafraseándolo por la vez que el le dijo que podía teletransportarse solo en las doce casas, le dijo con una sonrisa-Hay algo más, hay un caballero que me gustaría conocer...

Shaka, al igual que el resto (o un tanto más) se quedó frío, sin embargo después esbozó una sonrisa de lado, admirado por la agilidad mental del Aries, quien con ello despertó el mismo interés por parte del rubio.

Mu comenzó a caminar entonces hacia fuera del templo y giró la cabeza, encontrándose con los ojos del virgo-¿Vienes?

El ex caballero de virgo asintió aún un tanto desconcertado y caminó rápidamente para alcanzarle. Habiendo roto esos dos el hielo los demás comenzaron a hacer planes entre ellos, viajes, trabajos improvisados, búsqueda de familiares, la agenda parecía no terminar y Athena sonrió complacida por verlos a todos emprender vuelo hacia la normalidad.

Sin embargo, Saga se había quedado parado en el mismo sitio todo el tiempo, se veía desubicado, como si estuviera ahí físicamente pero su mente residiera en otra parte, Athena sabia perfectamente que le pasaba y se acercó a el, sonriéndole tiernamente.

-Está en la casa de géminis, fue el primero en revivir, después de todo, recuerda que el fue el hombre que engaño a un Dios, tuve que hacer un tanto mas de favores y peticiones para que me lo entregasen-le volvió a sonreír, esta vez mas animada.

Saga hizo una rápida reverencia y salió con la prisa suficiente para no verse desesperado hacia la que solía ser su casa, una vez ahí, se detuvo en un pilar a agarrar aire, pues había salido con elegancia y gracia y en acuario comenzó a correr dejando todo eso atrás.

-Te ves terrible-Escuchó desde dentro de la casa, y de las sombras salio aquel a quien tanto ansiaba ver

-Kanon-sonrió al pronunciar aquel nombre, que al llegar a los oídos del mencionado provocó una amplia sonrisa.

El mayor se acercó con timidez, la prisa se había muerto en ese instante, pues solo quería verificar que se encontrara sano y salvo.

-Me alegra que Athena haya podido salvarte a ti también-le dijo débilmente y desviando la mirada, a lo que el menor rió.

-Si, en verdad creí que me quedaría vagando en pena para siempre, pero la bondad de Athena no conoce de...

No pudo terminar su frase, pues Saga le tomó el rostro con ambas manos besándolo en la mejilla, lo cual descolocó al ex dragón marino enormemente, a penas estaba despegando Saga sus labios de la piel de su igual cuando este giró la cara y besó en lo que pareciera un acto accidental, la comisura del labio de su hermano.

Ambos se sonrojaron enormemente y se separaron un poco viéndose a los ojos, sus miradas se encontraron por varios segundos en los cuales ninguno de los dos parecía siquiera parpadear, Saga desvio la mirada hacia la cicatriz que Kanon tenia en la boca producto del beso que le fue robado años atras, y ese breve gesto fue para ellos como un acuerdo inconsciente...sus labios se encontraron despues en un profundo y pasional beso.

Saga enredó sus dedos en los cabellos desordenados y azules de Kanon, quien tomó con sus manos el rostro de Saga, mientras se besaban con desesperación. Con el se hablaron sin necesidad de palabras, se perdonaron por todo el daño, se regocijaron en la alegría de encontrarse nuevamente, se liberaron de las ataduras ajenas y propias, y tambien acordaron que esta, su ultima vida, nada ni nadie volviera a separarlos jamas.

Fin

Contestando Reviews

SafiroVampirodeGeminisBipolar

Primero que nada espero haber escrito bien tu nombre jajajaja ya que es la 1am y no estoy carburando muy bien que digamos u.u Que bueno que te gustó el capitulo anterior y espero que este Saga x Kanon (Bueno, mas bien Kanon x Saga) te haya gustado n.n

Zooropa

Oh Dios que bueno que te gusto! De veras que sufri mucho pero vale la pena si tuvo esa reacción en ti ;o; Y si, era rebeldía por no saber manejar sus sentimientos, pues ademas de ser un niño pequeño yo pienso que Shaka en general no entiende de eso pues es algo que es muy ajeno a los caballeros dorados, vamos, si hombres promedio no lo entienden, cuanto menos el pobre Shaka. Que bueno que te gusto mi headcanon de la pelea entre Aioria y Shaka eso me alivia mucho la verdad u.u Y si, intento en la medida de lo posible mantenerlos dentro del canon pero tampoco quiero flagelarme si no lo logro, entiendo que esto es ficción y si bien puedo sacarlos un poquito de personalidad tampoco pretendo exagerarlos, no quiero hacer a Mu un amargado sin remedio como suelen hacerlo de pronto o a Afrodita un cosmetólogo banal cosa que tampoco es, me explico? Sin mas no me queda mas que agradecerte por tus bellas palabras y enviarte muchos saludos :D

BN-Eternal-Soul

Llegamos al final de este kilometrico one Shot ;o; Dios espero que te haya gustado, siento que metí mucha hermandad y no tanto Yaoi sorry jeje aun así espero que te guste :') (También perdona el súper micro momento Mu x Shaka al final jeje) Respecto a tu review: lloro ;o; la verdad es que yo aprecio mucho cada una de sus palabras, siempre me hacen sonreír sus comentarios y algunos hasta me han sacado varias risas, no me pesa en lo mas mínimo salirme de mi zona de confort Shakamuista y hacer estos one shots para ustedes, es lo menos que puedo hacer pues han sido tan amables conmigo ;o; Tienes absolutamente toda la razón con que queremos saber mas allá de lo que Kurumada nos ha permitido y aquí nos tienes, escribiendo incluso, en mi caso, a la 1 am cuando al día siguiente debo trabajar ;o; y todo por que la Toei prefiere hacer de todo menos lo que los fans queremos u.u Gracias por tus palabras, me hacen sentir mucho mejor respecto a los OCC de los personajes, que era algo en lo que no queria caer pero es cierto, es imposible en ocasiones hay muchas cosas que uno no tiene ni idea de como serian, por ejemplo, los santos de niños pueden ser totalmente diferentes a como son de adultos, pues hay muchos años de por medio donde les pudieron pasar infinidad de cosas, que es medio lo que yo quise hacer con Kanon y Saga en este One-shot. Muchas gracias a ti por los ánimos n.n es bonito que valoren el esfuerzo de uno jeje y sobre la pareja Shaka x Saga, a mi en lo personal no me gusta, y por eso batallé mucho, ambos se me hacen dominantes y me cuesta trabajo ponerle a alguno el rol del "pasivo" por llamarlo de alguna manera, pero que bueno que a pesar de ello te gustó. Yo no me puedo imaginar a Shaka con nadie mas que con Mu, ya en mi mente lo case con el no se jajajaaja pero pues respeto los ships de los demás, no pasa nada :) Creo que es con el único que soy un tanto inflexible. Que bueno que te gusto la infancia del pequeño rubio, tambien por lo mismo que dices me decidí a escribir memorias, los doraditos bebés es algo por lo que definitivamente pagaría por ver.

Muchas gracias por las felicitaciones y de nuevo sorry por haberte hecho esperar tanto ;o; Saludos!

Notas finales:

*Admes lo inventé, no existe tal caballero de plata y es que investigue que los caballeros de plata son menores de edad que los géminis, por lo cual no pudieron haber sido sus maestros y no quería usar a Shaina y Marin, se me hacía muy trillado.

Sé que nadie conocía a Kanon en el santuario, el mismo lo dice antes de que Saga lo encierre en cabos sounion, pero adapte esto para el fic jeje sorry si toda esa parte se sale un poco del canon, pero quería darle un giro acorde a la historia, incluso tome frases de la serie para construirla, espero que aun asi les haya gustado :)

Spoilers*

Saga x Mu en el siguiente (Jabed)