Notas de Autora:

Jabed

Espero y esta historia que te dedico con mucha estima sea de tu agrado, te agradezco mucho todos tus amables comentarios :D has sido una gran influencia en mi en este corto tiempo que tengo dentro de este fandom, lo menos que puedo hacer es regalarte esta sencilla historia :) Decidí partirla en dos por que pienso que va para largo y siento que se volverá cansada de leer en un one-shot. La pareja Mu x Saga en realidad me gusta mucho, no son mi otp pero los tolero bastante bien, son unos lindos n.n Gracias por pedirme esto disfruté mucho redactandolo y espero que a ti también te agrade :D saludos y nos estamos leyendo.

...O...

-¡Maldición! ¡Han vuelto a fracasar! ¡Inconcebible!

Esa misión comenzaba a darle verdaderos dolores de cabeza al Patriarca, quien con cada fracaso aumentaba el nivel de destreza y habilidad del responsable y aun así, ninguno había logrado siquiera llegar ante aquel a quien buscaba tan arduamente.

Bastantes años habían pasado ya desde que el caballero de Aries desertó del santuario, y durante todos ellos había, sin éxito, intentado capturarlo por su osadía.

Aun que siguiendo las órdenes dadas por Athena desde la era del mito debería matarle, Mu era el único capaz de reparar las 88 armaduras por lo cual no podía darse el lujo de acabar con su vida, por lo menos no por ahora.

El encargado de darle la mala noticia tembló de pies a cabeza ante la ira de aquel a quien el pueblo veía como la encarnación de un Dios (El cual parecía transformarse apenas ponía un pie en el santuario) y con voz temblorosa le dijo-Su ilustrísima, el herrero de Jamir no es un enemigo común, todo aquel a quien ha enviado no ha conseguido siquiera verle, las barreras y trampas en los Himalayas no les han permitido acercarse, es tan poderoso que…

-¡Basta!-le interrumpió abruptamente, lo cual hizo que el orador abriera los ojos como platos y diera un respingo-¡Estoy harto de las excusas!-gritó levantándose de su silla y pasando por un lado de aquella persona con lentitud y elegancia. Esta ultima cerró los ojos fuertemente como esperando algún tipo de represalia por parte del sumo pontífice, sin embargo el mencionado se limitó a dirigirse a la entrada del recinto y mirar hacia el horizonte, años atrás el asunto le hubiera parecido absurdo y quizá hasta lo dejaría por la paz, pero se había creado tanto revuelo alrededor de los fallidos intentos de nobles caballeros del santuario por capturar al aries, que el patriarca comprendió que debía dejar un mensaje muy claro: nada ni nadie estaba por encima de su autoridad, y todo aquel que osara retarle, recibiría tarde que temprano su castigo. Estaba meditando en eso cuando por fin pareció hallar resolución a su problema, esbozó una imperceptible sonrisa de lado y se volteó para con el mensajero.

-Te aseguro que pronto ese herrero dejará de ser una molestia-le dijo con total confianza en su voz, lo cual hizo que el mensajero arqueara una ceja, pero después le sonrió al patriarca, entendiendo que ya se traía un plan entre manos y esperando entonces sus órdenes.

"Si quieres que algo salga bien, hazlo tu mismo..."

…O…

Puertas y cajones eran abiertos de una manera un tanto brusca y desordenada por cierto peli lila, en desesperada búsqueda de una especia que estaba muy seguro acababa de ver el día de ayer, suspiró con enfado y se pasó una mano por la frente, jalando con ello su flequillo hacia atrás en lo que era un ademan propio de cuando estaba a punto de perder la paciencia, cerró todos los cajones y puertas decidiendo mejor dirigir sus pasos al comedor y sentarse un momento para aclarar su mente, era una cosa muy boba y trivial, pero el aries solía perder con facilidad aquello con esas características y cuando las necesitaba la historia parecía repetirse sin fin. Estaba sumido en sus cavilaciones cuando sintió un poderoso cosmos aproximarse por el puente de Jamir, se levantó de golpe, recargando ambas palmas sobre la modesta mesa de madera y poniéndose tenso de inmediato, hacia demasiado tiempo que nadie lograba llegar tan lejos y eso más que asustarlo le dio curiosidad, aunque debía estar preparado para una posible amenaza, así que se acercó cautelosamente a la entrada de su torre para poder recibir al portador de la poderosa cosmo-energía. Cuál fue su sorpresa al encontrarse con un rostro que hacía años no veía y francamente, después de tanto tiempo, le alegró ver.

-¿Saga?-preguntó con voz temblorosa y notablemente incrédula, alzando sus místicos puntos por la impresión de ver al caballero de géminis en Jamir. El peli azul no llevaba puesta su armadura, haciéndole ver con ello que venia en "son de paz"...mas traía una caja de pandora en la espalda y el aries, siendo las armaduras su especialidad, notó inmediatamente que no era la de géminis, incluso, ni siquiera se trataba de una armadura dorada. Todas esas observaciones no hicieron más que su curiosidad aumentara, era sin lugar a dudas un cuadro bastante peculiar.

Mu…-susurró Saga al encontrarse con el lemuriano frente a frente, este último ya había cambiado su impresión por un semblante más amable y sereno acompañado de una sutil pero cálida sonrisa. El géminis no pudo evitar notar que aquel niño que abandonó Atenas se había quedado muy atrás, dejando en su lugar a un atractivo joven de 16 años, dueño de una gran elegancia y porte que combinaban de manera armoniosa con su apariencia gentil…tan gentil que nadie sospecharía el enorme poder que albergaba detrás, causante de varias bajas en el santuario y ¿por qué no decirlo? también de fuertes migrañas al patriarca.

Veo que traes contigo una armadura ¿Has venido hasta aquí para que la repare?-el lemuriano, concreto como era, fue al grano; aun así no pudo evitar regalarle una sonrisa, pero Saga pudo notar de inmediato que detrás de ella estaba siendo analizado. Mu podía verse apacible pero realmente estaba estudiando toda la situación, el que un caballero dorado (y más aun si se trataba de uno de los más poderosos) llegara a Jamir por algo que podría haber hecho otro de rango inferior era sin duda para ponerse alerta.

El griego le devolvió la sonrisa, entrando así en ese juego de apariencias en el cual los dos pretendían que no pasaba nada, pero a la vez se encontraban preparados para responder a la menor provocación. Después tomó la correa de la caja de pandora, retirándosela de los hombros y dejándola caer pesadamente al suelo.

-Esta es la armadura de Pegaso-dijo el géminis, mirando con seriedad al lemuriano-Actualmente existen candidatos en el santuario para portarla, sin embargo como tu bien sabes, esta sufrió mucho daño en la pasada guerra santa y no ha sido examinada desde entonces, es intención del sumo pontífice que sea reparada cuanto antes para su futuro portador…

-Ya veo-medio le interrumpió Mu, paseando sus ojos por la brillante caja de bronce. A pesar de que Saga le había dado una buena razón para estar en Jamir, el tibetano no bajaba la guardia. El sabia que tenían bastante tiempo buscándole por desertar y que el griego era perfectamente capaz de acabar con su vida si se lo proponía, pero no era propio de las ideas del lemuriano atacar sin una provocación, por lo cual estaba decidido a ver qué tan lejos el géminis pensaba llegar con todo esto y así averiguar sus verdaderas intenciones.

-Tienes suerte, aun siento la vida de esta armadura, pero tus sospechas y las de su ilustrísima son ciertas…la armadura está severamente dañada y no se cuanto tiempo me tome repararla…

El ariano puso una mano sobre su barbilla y miró hacia el cielo, siendo observado por el géminis con suma curiosidad y atención, quien de pronto encontró ese ademan bastante simpático para alguien que aparentaba tanta seriedad. El oji verde posó los propios sobre los azules del géminis, dándole a entender que había llegado a una resolución.

-El polvo de estrellas que se necesita para reparar esta armadura, se encuentra a dos días de distancia, debo ir por él sino no podré hacer mucho por ti.

Saga mantuvo su rostro sereno ante la noticia, a pesar de que ese hecho no estaba contemplado en sus planes, pensó que podía usarlo a su favor.

Su intención era llevarse al ariano al santuario por su propio pie, había analizado todas las posibles situaciones y tácticas, encontrando que sus ataques podían ser evitados o desviados por el lemuriano: su Satán imperial no funcionaria debido a que los poderes mentales de Mu eran superiores, si lo enviaba a otra dimensión el muviano tenía la facultad de viajar entre ellas, por lo que regresaría sin problemas...

Saga era un estratega y sus contemplaciones le habían indicado que si quería de su parte al herrero de Jamir, debía ganarse de nuevo su confianza; tarea que debido al carácter del aries no seria para nada sencilla, pero si fracasaba siempre quedaba la opción de llevarle a la fuerza, ya vería la manera de contenerlo después para que no pudiera teletransportarse fuera del cautiverio.

-Haz lo que tengas que hacer-dijo el géminis solemnemente. Esa seriedad que Mu bien recordaba parecía no haberlo abandonado durante todos esos años que no le miró y eso de algún modo le dio gusto, pensando que tenia frente a él a uno de los caballeros de Athena mas bondadosos y fieles.

El joven ariano no sospechaba que aquello distaba mucho de ser cierto y que a escasos pasos se encontraba aquel que no solo le había dado muerte a su querido maestro y al caballero de Sagitario, sino que fungiendo como el patriarca era el responsable de enviar a todos aquellos hombres que, con pesar, tuvo que eliminar.

-¿Qué harás mientras este fuera de Jamir, Saga?-le vio con curiosidad-¿Te quedaras en la torre a esperarme? No tiene caso que vuelvas al santuario, hiciste un largo viaje hasta acá y como bien sabes la energía de Jamir no nos permite teletransportarnos muy lejos o movernos a través de las dimensiones, por lo que no puedo llegar a ese lugar más que a pie…

-En realidad pensaba acompañarte-le interrumpió el caballero de la tercera casa, manteniendo ese tono de voz tranquilo pero firme, Mu se sonrió y sus ojos se inundaron de dinamismo.

-Eso me gustaría mucho-soltó alegremente y Saga no pudo evitar poner suma atención a los gestos y voz del muviano, quien continuó hablando-He pasado tanto tiempo solo que un poco de compañía no me vendría mal, aun mejor si es la tuya, Saga-dijo con sinceridad regalándole al géminis una mirada cargada de nostalgia.

Saga debía admitirlo, no era totalmente sincero consigo mismo y sus motivos por los cuales había decidido no matar a Mu, y ahora que lo tenia de frente recordándole con cada movimiento, gesto y oración el por qué, todo le pareció más claro que el agua...

Flashback

"Saga-sama!" el pequeño corría animadamente hacia el caballero de géminis, agitando su pequeña mano a forma de saludo y dándose de tropezones de pronto por la velocidad que llevaba. En aquel entonces el tibetano era si a penas un pequeño de 5 años que buscaba la compañía del mayor movido por la fuerte admiración que le tenía. No en vano a Saga se le consideraba la encarnación de un Dios y era común verlo rodeado de pequeños niños por aquella aura de paz que desprendía.

Aun que al géminis le agradaban los niños, el único por el cual sentía verdadera simpatía era el muviano, quien era uno poco convencional: analítico, serio, centrado…tanto que al hablar con él daba la impresión de que fuese un adulto atrapado en un pequeño cuerpo. Sin embargo le recordaba su edad con su alegría e inocencia que se manifestaban en dulces risas y detalles afectivos tímidos hacia el géminis, cosa que en aquel día se hacia verdad por la grande y tierna sonrisa hacia el mayor que al ser vista por él le devolvió inevitablemente.

Saga se paró en seco para que Mu le pudiera dar alcance y una vez que el niño se encontró con el mayor le miró desde abajo con los ojitos cargados de afecto, en sus pequeñas manos llevaba un libro de apariencia bastante antigua y que el peli azul pudo notar de inmediato que estaba escrito en un lenguaje que el no comprendía. El muviano normalmente leía textos demasiado complejos para alguien de su edad, por lo cual al géminis no le sorprendió su elección.

"¿Que tienes ahí, Mu?" le preguntó suavemente inclinándose para poder ver mejor aquel libro y el pequeño, sin poder aun borrar la sonrisa de su rostro, le indicó que lo siguiera hacia el árbol en el cual solían tumbarse a leer juntos. El muviano poco después de que ambos tomaran asiento se recargó cómodamente sobre el estomago del mayor, en una íntima cercanía que el lemuriano tan solo le permitía al gemelo y viceversa.

"Este Saga-sama es un libro tibetano" dijo con un ápice de orgullo, pues se sentía así por su tierra natal, cultura y raíces. Con ello el géminis comprendió el por que no había entendido ni siquiera lo que decía en la portada y le miró con aquellos ojos azules tan cristalinos y puros como la mas clara y serena de las aguas, pero al igual que estas, también gozaban de una profundidad intimidante.

"Yo..." titubeó el pequeño, quien aun no se recuperaba de la arrebatadora mirada del peli azul, sin ser capaz aun de comprender el porque le ponía tan nervioso, Saga lo vio con ternura y lo animó a proseguir. Mu clavó entonces sus ojos en el libro y comenzó a revisar con notable apuro sus paginas, sin detenerse a leer ninguna, tan solo pasándolas velozmente hasta que por fin encontró la que necesitaba.

"Estaba buscando un libro interesante para leerle el día de hoy..." dijo suavemente "Y en esa búsqueda encontré esto..." carraspeó, acomodándose mejor para poder leer pero sin perder el contacto con el griego, quien miraba la escena divertido por la solemnidad de ese chiquillo que se le antojaba de tierna mas que otra cosa.

"Saga..." comenzó el pequeño, mientras se ayudaba con su dedo indice para no perder el renglón "Lugar adorable y apacible..." dicho esto cerró el libro de un golpe con innecesaria fuerza, lo cual ocasionó un sonido tan alto que Saga no pudo evitar dar un respingo.

"Esto es lo que significa su nombre en tibetano, Saga-sama ¿Lo sabia?" le miró con curiosidad, esperando que por lo menos el mayor revoloteara sus cabellos como premio por encontrar tal información, el géminis negó con la cabeza mientras esbozaba una leve sonrisa "No tenia idea..." dijo apenas.

Fin flash back

La tierna escena vino a la mente de Saga como un recuerdo traicionero: Los grandes e inocentes ojos verdes encontrándose con los suyos desde su abdomen, acompañados de una tímida sonrisa que tan solo fue rota para que el pequeño Mu le dijera que para él ese significado no podía ser mas cierto. Intentó sacudirse la idea a toda costa para así no perder de vista su objetivo real y con ello cayó en cuenta de que se había quedado tan pensativo que ni siquiera había puesto atención al lemuriano que lo veía con un punto alzado a falta de ceja y ojos contemplativos.

-Entonces...-lo sacó Mu de sus abstracciones-¿Me acompañaras, Saga?-el peli azul asintió con la cabeza y Mu lo vio aun con un toque de recelo, pero este desaparecía poco a poco a medida que pasaba el tiempo, probablemente por tener tan arraigada la sensación de bienestar que el griego logró en él años atrás.

Mu tomó entonces una mochila con varias cosas que les serian de utilidad para el viaje que emprenderían y se encontró con los ojos de Saga, quien asintió indicándole que estaba listo para marcharse. A su señal ambos caballeros emprendieron lo que seria probablemente el viaje mas peligroso de toda su vida y no necesariamente por las sinuosas, inseguras y traicioneras montañas de los Himalayas, sino por todo lo que conllevaría el proceso.

...O...

Contestando reviews

Sukoru

Que bueno que te gusto el chap :D Kanon es un personaje muy querido que siento que el cruel mundo de los fics no le da el suficiente protagonismo, pues todos solemos centrarnos mas en Saga, así que me alegra saber que te haya gustado este cambio de dinámica. Perdona a Saga pero como te pudiste dar cuenta la negación lo estaba haciendo actuar de maneras descabelladas, entre marcarle el labio y encerrarlo para que se ahogara jajajaja

Las mejillas sonrosadas y regordetas del pequeño Shaka son tentación para todos y todas! ;o; yo también comparto tu dolor porque también quiero hacer algo al respecto de esos cachetes!

Sin mas te agradezco el review y espero nos sigamos leyendo :D

Zooropa

Aw gracias ;o; no me canso de decirte que amo tus reviews, como comenté yo me negaba a entrar al mundillo del twincest pues se me hacia una abominación de la naturaleza pero no lo se! BN-Eternal-Soul tuvo la culpa porque cuando leí su historia me parecieron tan bellos u.u rashos. Es como cuando leí Watermelon, me traumaba el hecho de las edades y mas cuando se empieza a subir de tono, pero estaba tan bien redactado que incluso felicité al autor por que no se como le hizo para que no me perturbara, enserio...pero bueno, que bueno que te gustó la analogía de la concha de mar, me gusta creer que ellos en algún punto fueron muy unidos y por alguna cosa terminaron guardándose mucho rencor, como suele suceder entre hermanos. Lo que comentas de la historia de los dorados, pensé que algo así había hecho en memorias ;o; jajajaja entonces creo que no entendí muy bien la idea que me propones, si gustas ampliarmela un poco mas para entenderla y con mucho gusto la hago, los baby gold saints son mi debilidad en definitiva, por eso siento que meto tanto flashback en mis historias u.u

Muchas gracias por el cumplido me sonrojo u/u que bueno que te parezcan buenas mis cavilaciones, trato de leer el manga y ver el anime haber que se me ocurre hilar así que es agradable saber que ese "esfuerzo" (porque vamos, podría ver el anime mil veces sin hartarme) es reconocido, gracias! Y que bueno que te gustó el cameo, no lo pude evitar u.u necesito mas de esos dos en mi vida, los amo demasiado y no los puedo dejar fuera jeje.

Nuevamente gracias por tu incondicional apoyo, nos leemos :D

Continuación en el siguiente capitulo

Spoilers*

Un beso de despedida

Un debate enardecido

Una fuerte revelación por parte de cada uno.

El descubrimiento de una terrible enfermedad