-Es inútil.-Suspiró, bajando lentamente el brazo que tenía extendido para usar su técnica característica: la aguja escarlata.

-Milo tiene razón, ahora que no contamos con las armaduras doradas, nos será imposible llevar a cabo una hazaña similar a la del Muro de los Lamentos...-Comentó quedamente Shura.

-Incluso aunque tuvieramos las armaduras, solo somos 10 de nosotros, necesitaríamos la energía de Mu y Shaka para conseguirlo...-Dijo Afrodita, secundando a Shura y Milo y haciendo inconscientemente que Kanon sintiera que sobraba ahí.

Dohko escuchaba todos estos argumentos en silencio, era increíble por si mismo que los ex caballeros restantes hubiesen respondido al llamado, pero al parecer sería en balde.

-Tal vez...existe otra manera.-La etérea voz de Camus se escuchó al fondo de la multitud, todos giraron sus rostros para ver al francés, quien continuó al notar que tenía la atención de sus compañeros.-Creo haber visto estos símbolos antes...-Se acercó lo suficiente para pasar su mano delicadamente por los grabados.-En el santuario yacen muchos libros sobre Lemuria, naturalmente...podría ser que descifremos esto con su ayuda y nos de una idea de como pasar a través del arco.

Aldebarán sintió que se le desencajó el rostro con esa declaración, miró de reojo al antiguo maestro quien claramente tenia el mismo gesto que él.

-Leerlos tomaría una eternidad.-Le interrumpió impaciente Aioria.-Además, sin Mu y Shaka aquí ¿Como podremos teletransportarnos a Grecia por ellos?

-¿Tienes una mejor idea Aioria?.-Intervino Milo en defensa del de Acuario.-Además, pasas por alto que Shaka y Mu no son los únicos capaces de viajar a través de las dimensiones.-Sonrió levemente, para girar su rostro hacia Saga, quien tan solo asintió con la cabeza.

...O...

Arrastrando sus pies hinchados por andar sin descanso, Shaka esbozó una media sonrisa al notar que el paisaje comenzaba a tener un poco más de claridad. La neblina se disipaba a cuentagotas, pero eso ya era suficientemente bueno para él.

O al menos eso pensó al principio...

A lo lejos, divisar algo semejante a una silueta le hizo fruncir el ceño. Se acercó sigilosamente ya que, lo que fuese, no parecía haber notado su presencia aún.

-¿E...es?-Su curiosidad le hizo casi trotar hacia lo que creía era una persona y por obra macabra del destino, la neblina se disipó por completo, revelándole el peor de los escenarios...

Sin embargo, Shaka permaneció impasible.

-Las ilusiones de Jamir son una vergüenza comparadas con esto...-Murmuró con sorna, sin escandalizarse por algo que a cualquier otro le hubiera hecho perder el juicio.

Frente a él se encontraba un cuerpo en franco estado de descomposición, apuntando con un brazo hacia el este y clavado a un poste de madera cuya simetría dejaba mucho que desear. No se necesitaba ser un genio para intuir que era una especie de advertencia.

-Debo estarme acercando entonces...

Shaka quiso apoyarse en su cosmos para deshacer la ilusión, pero fue entonces cuando notó que algo no andaba bien...

El cuerpo seguía ahí, no era una ilusión.

No tardó mucho en darse cuenta que existían varios cuerpos que fungían como señalamientos, y que además todos tenían algo en común...no eran lemurianos.

...O...

Mu intentaba por su parte idear maneras de medir el tiempo que transcurría, hizo calculos contando sus latidos promedio por minuto, fue después asociándolo con los horarios en que los guardias les vigilaban y finalmente concluyó que tenía ya un día completo en ese lugar.

Su mente trabajaba a mil por hora en una manera de liberarlos a él y a su acompañante: un descuido, un patrón...

Un engaño...

El podía salir perfectamente solo de ese lugar, sabía que sus posibilidades de éxito eran altas, pero había decidido que no dejaría a aquella mujer atrás, y la cosa se volvía más compleja si contaba el hecho de escapar con una mujer embarazada y en mala salud.

-Escúchame...-murmuró el ojiverde por lo bajo.-...ambos saldremos de aquí, pero de esto depende de que sea con o sin vida... ¿Entendido?

Aquella mujer abrió los ojos como platos y asintió con la cabeza levemente, para después prestar atención a lo que el lemuriano iba a decirle.

...O...

Arles pasaba su pluma entintada de un dedo a otro de manera mecánica, pensando en como redactaría las instrucciones precisas que enviaría a aquel lugar exiliado. A pesar de que había instruido a su guardia para ello, no podía tomarse la presencia de Mu a la ligera, un caballero dorado era sin duda una amenaza, pero el ojiverde representaba algo aún peor.

Volvió a tomar el pergamino guardado en sus ropas y lo desenrolló cuidadosamente, recuerdos fugaces de cuando lo robó y entregó a Shion pasaron por su mente, pero se deshizo de ellos en cuestión de segundos.

-Mu de aries...-Murmuró por lo bajo.-Esperé tanto tiempo que pensé que no viviría para este día...-Dicho esto, guardó de nuevo el objeto y posó la pluma sobre el papel, comenzando a escribir.

...O...

En la sala del patriarca, Saga, Dohko, Aldebarán y Camus revisaban los estantes en búsqueda de algo que pudiera ayudarlos, aunque algunos caballeros como Aioria lo consideraban tiempo mal invertido, el francés estaba convencido que era la única manera de ayudar a sus amigos.

-Es tal como lo sospeche...-Murmuró mientras pasaba lentamente su dedo sobre las líneas del texto para no perderse.-Existen dos dialectos lemurianos de acuerdo a los libros del patriarca, el anterior y el posterior a la extinción del continente Mu, lo curioso es que aunque todos los libros hablan del primero, lo mencionan como una lengua muerta, por lo que probablemente con este libro logremos descifrar el dialecto...

-¿Y si no es así?-Le interrumpió Saga.-¿Cómo saber que no es el antiguo?

-La lógica dicta que debería ser el nuevo.-Aseveró el Acuariano.-El lemuriano antiguo parece haber desaparecido junto con los primeros pobladores, quienes de algún modo no pudieron transmitirlo a las generaciones nuevas.-El ojivioleta hizo una prolongada pausa.-
...sospecho que si este arco lleva a la nueva lemuria, debe entonces estar escrito en esa lengua.-Puntualizó, para después acomodarse el libro bajo el brazo.

-No necesariamente...-Dijo Dohko. -¿Recuerdan que en la parte superior tiene un grabado? No se parece en nada a los símbolos que...

-¡Son como los de la mezquita!.-Le interrumpió atónito Aldebarán, quien llegó a esa conclusión de pronto, asombrando a sus compañeros.

-¿De que hablas Aldebarán?-Preguntó Saga viéndole fijamente.

-En nuestro camino hacia la Nueva Lemuria, Mu nos guió con el pergamino a una mezquita enorme en Afganistán, yo pasé mis manos por esos grabados...¡estoy seguro de que se parecen a los del arco que mencionó el antiguo maestro!-Exclamó, hablando mas rápidamente de lo que usualmente hacía, denotando su nerviosismo-¡Ese día Mu nos dio un susto de muerte a todos! Comenzó a hablar en otro idioma y ni siquiera Shaka podía hacerlo volver en sí...

Estas palabras llamaron poderosamente la atención de Camus.

-¿Otro idioma...?-Murmuró para después ver al mencionado fijo a los ojos.-Aldebarán, ¿tu escuchaste a Mu hablar? ¿Recuerdas, aunque sea, algo de lo que dijo ese día?

El de tauro negó con la cabeza.-El único que pudo haber escuchado algo en ese momento fue Shaka...

-Fue así que consiguió entrar...-Dijo Saga, atando cabos con la conversación, a lo que todos coincidieron.

-Es la única explicación lógica hasta ahora.-Le apoyó Camus.

-Si lo que dicen es cierto...-Dohko sintió sus pupilas danzar por la repentina preocupación que lo abordó -...Mu probablemente estaba hablando en lemuriano antiguo.

Todos le vieron asombrados por esa declaración, Camus afianzó su agarre al libro.-Volvamos con Milo y los demás, debemos resolver esto lo antes posible para ayudar a Mu y Shaka.

Todos asintieron con la cabeza y Aldebarán trago duro mientras mil y un pensamientos fatídicos rondaban por su mente, recordó la desesperación que sufrió junto con Shaka cuando no podían hacer a Mu volver en sí y aunque intentaba con todas sus fuerzas recordar alguna palabra dicha por el, no lo conseguía.

-Maldición, Shaka...-Pensó, el enojo de pronto le hizo crispar los puños.-¡¿Porque te fuiste por tu cuenta?!

...O...

Tum, tum
-mil treinta...

Tum, tum
-mil treinta y uno...

-Es el turno del siguiente guardia...-Hablo Mu por lo bajo.-...recuerda, es la única oportunidad que tendremos de...

El de aries se quedó a medio enunciado, un sonido hueco, seguido de un verdadero alboroto comenzó a inundar la atmósfera y él se sintió inmediatamente mortificado, si no lograba utilizar esta inesperada situación a su favor, morirían.

Se alzó con las fuerzas que había recobrado apenas y levantó a aquella mujer, quien le vio con los ojos inundados en pánico, temblando de pies a cabeza.

-Si algo sale mal, corre y no mires atrás...-Dijo con determinación, aunque en su corazón sabía que las posibilidades de que ella lograra salvarse si algo le pasaba eran ínfimas. Ella asintió, más no perdió ni por un instante el temor en su rostro.

Mu comenzó a elevar su cosmos confirmando que, efectivamente, eran solo sus poderes intrínsecos lemurianos los que era incapaz de usar ahí. Sonrió de lado, no podrían teletransportarse, ni crear ilusiones quizá, pero este era sin duda un panorama más alentador.

-Retrocede, romperé la pared...

Y antes de que pudiera hacer cualquier cosa, como si se lo hubiese ordenado, la pared se rompió. El Ariano cubrió con su muro de cristal a él y a la mujer que le acompañaba hábilmente, más no pudo sostenerlo ni un segundo más apenas se disipó el polvo.

-Es bueno sentir tu cosmos otra vez, querido Mu...

Continuará...