FIC

de Historias de Albert y Candy

presenta

Nada Personal

Por Mayra Exitosa

Capítulo 1

La vida es un instante bello que pasa continuamente y sin detenerse, hasta que hay cambios es cuando uno nota que el momento de la verdad esta por presentarse, la mujer en Inglaterra tenía el derecho igual o mayor a un hombre, se le heredaba y se le sostenía y en caso de enviudar tenía todo para vivir cómodamente con respetabilidad, así La Duquesa de Sutherland y sus hijos salieron adelante teniendo solo un heredero y tres hijas en edad casadera en excelentes posiciones, fue casando a cada una de ellas, su hijo mayor y el orgullo de la duquesa, se había enamorado perdidamente de una joven de origen escoces, siendo esto reprobable para sus ojos, pero al ser de buenas familias, y tener una dote bastante remunerable, la duquesa aceptaba y daba su visto bueno, sin saber que quien se negaba a tal unión era el padre de la joven Ariadne Gordon, hija de uno de los más prominentes clanes y la belleza indiscutible de esta, hacía que el Duque de Sutherland buscara ser aceptado directamente por ella, la joven de melena abundante y pelirroja con una mirada verde y una sonrisa elegante, conquistaba al hombre que daría todo con tal de tenerla y así lo hizo, tenido la bendición de su madre, buscaba la forma de casarse aun en contra del padre de la dama, quien deseaba casarla con alguien de los clanes más prestigiados, al verse perdido y habiendo obtenido el permiso de los reyes, ya nada se podía hacer y daba a su única heredera a un inglés, siendo este el mas orgullosos de los clanes a la fecha, perdía a la más bella doncella, la cual había recibido propuestas muy interesantes, pero ninguna como la del duque de Sutherland. Daniel y Ariadne se casaron y vivieron en el palacio correspondiente en Inglaterra, donde su padre la visitaba emocionado por el futuro heredero que daría su hija, cuando se consideraba maldita a la duquesa, ya que, en la familia al casar a sus tres hijas, todas tenían mujeres, se esperaba que el varón tuviera un hombrecito digno del titulo y heredero de la cuantiosa fortuna del joven Daniel.

Las hermanas del joven Daniel Duque de Sutherland, Sara, había tenido una niña con tres años y un pequeño varón de un año de edad a quien colocaba el nombre de Niel, en honor a su padre, Sabrina Marlow había tenido una hija llamada Susana con cuatro añitos ya era tan remilgada como su madre y Sofía Brighton, tenía una hija con el hermoso nombre de Annie quien tenía ya casi tres años y que a la fecha su madre ya no le había dado más hermanos.

Así Ariadne deseosa de darle un heredero a su marido, esperaba la llegada de su bebe y esta sería una hermosa niña, de mirada verdosa y cabellos tan rizados como los Gordon, rubia sol y pecas que fueron surgiendo con el paso del tiempo, en la dulce espera de un hermano, su madre enfermaba y al llevarla en agonía al médico, un accidente sucedía dejando a la pequeña Candice en el cuidado de su abuela la Duquesa de Sutherland. La pareja había partido de forma inmediata, el hermanito no había sobrevivido al nacimiento y ella quedaría sola, con el cariño de su abuela y desde la distancia su abuelo agonizante a la perdida de su hija se refugiaba en el amor a su pequeña nieta, dejándolo partido por la perdida de su más valioso tesoro, Ariadne quien era la dueña del corazón de su padre había dejado solo un pequeño e insignificante retoño, que no llamaba la atención de nadie y pasaba desparecida ante las primas que gozaban de sus padres, sus ostentosas fortunas y sus elegantes madres que las procuraban y mantenían en constante lujo.

Los años llegaban con el paso del tiempo y las jóvenes casaderas, pregonaban sus dotes ante sus atributos de belleza, la ambición de tener descendientes de alta cuna, las elevaban a grandes posiciones de la clase elite que tenía Inglaterra, solo una tenía un leve defecto ante los conocedores, al tener sangre escocesa de la madre y un ducado que pertenecía a su abuela y que como la pequeña joven no estaba aun en lista de mostrarse se ocultaba que ella era la heredera de dicho ducado, para no deslucir a sus primas las cuales ya con algunos años mayores a ella, pasaban de los diecisiete y estaban en edad de merecer y aun no había partido decente que fuera para ellas y que valiera la pena entre los muchos bailes a los que habían asistido.

- Candice, hija, ven. Pronto estarás en los paseos ya tienes casi quince años, debes ir a bailes y nada me gustaría más que acompañarte a cada evento que se presente. - Gracias abuela, estaré encantada de acompañarle, mi abuelo me espera este verano, ¿me acompañaras? - Con ese viejo gruñón, que tienen a tantas damas rondándolo y luciéndose como si fuera el Patriarca de los clanes escoceses, su ego tan elevado y su forma orgullosa, nos hace disputar siempre tu cariño, sabes que te enviare en el verano con una dama de compañía, pero no quiero ir esta ocasión, - Preguntará por ti, te echara de menos, estará deseando venir a saber si te encuentras bien. - Todo para quedarse contigo, Candice, lo hemos hablado, te conviene conocer caballeros de tu posición, que sean ingleses y que mejor aquí en la sociedad de mejor nivel que la nuestra. - Estoy segura de que te mandara detalles cuando vuelva, ahora preparare el equipaje, tengo muchos deseos de verlo y lo que siento, es que te extrañare demasiado, abuela.

La llegada de sus primas a la visita de su abuela, era lucirse y pasear con vestidos elegantes y muy distinguidos, ella se mantenía al margen como se lo había pedido su abuela, que no mostrara ninguna expresión y solo apreciara la familiaridad, sin embargo, la actitud de las jóvenes preocupadas por ya ser mayores y no encontrar un lazo matrimonial era una angustia que les preocupaba a las tres, mientras que ellas sentían la presión más grande que venía empujándolas, al salir a los eventos Candice luciría el ducado de su abuela como la descendiente original de su padre, por lo que la presión para contraer nupcias estaba siendo ahora prioritario.

- Como estas Susana, supe que bailaste con el Conde de Halliwell, - Si, fue muy atento, me pido tres piezas en el baile, no pude cederle ninguna más, no era apropiado, Elizabeth. - ¿Y tu Annie? No te vi bailar ni una sola pieza. - Si tuve algunos bailes, mi tarjeta se llenó, pero mi padre no los considera adecuados para tomarse en cuenta. -Pues ya la lista la tenía llena, recibí visitas durante los siguientes días, pero aun nada importante para recibir algún prospecto. Candy no mostraba ningún interés, pero continuaba atenta, notando la preocupación de sus primas y las cuales tenían a muchos caballeros pendientes de ellas, más sus padres no los veían como merecedores de sus hijas, según la opinión de su abuela. Annie giro a verla con cierta preocupación - Candice, me dijo mi madre que pronto iras a los bailes. El rostro de Elizabeth y Susana fue de una visible alteración y ella con una sonrisa sencilla bajaba el rostro y comentaba para quitarles esa preocupación, - Tal vez cuando regrese, iré con mi abuelo a su propiedad en Escocia durante todo el verano, ya tengo lista las maletas y estaré allá, deseando saber pronto buenas noticias de ustedes, nada me daría más placer que escucharlas felices. Ninguna tomaba a bien sus reales palabras, sentían que no era honesta y que sabía que ella representaba presión para ellas y no era correcto que aun no estuvieran casadas, y pronto al unirse, estarían dándose cuenta de que ninguna poseía el título que Candy heredaría por derecho.

Candy se retiraba y su dama la acompañaba, esta vez, Elizabeth notaba que llevaba dos damas y con cierta presión buscaba a su madre para que le asignara a ella también dos damas de compañía. Mientras Susana, preocupada porque Candice no era muy bonita para ellas, no se maquillaba, no llamaba la atención y aunque tenía las atenciones de su abuela, eran ante sus ojos pasadas de moda aun así se tomaba en cuenta ante ellas y secretamente poseía fortuna y la única desventaja era la que su padre había mencionado en una ocasión, tenía madre escocesa y eso no era tan bien visto para la corte inglesa, por lo que si se veía bajo su presión su padre lo mencionaría para obtener mejor prospecto para ella.

Candice salía del castillo, acompañada ya no de dos sino de tres damas, su abuela quería lo mejor para su nieta y no iba a escatimar en su cuidado, el carruaje era acompañado de tres chalanes y dos cocheros, viajara al castillo del Clan Gordon era todo un derroche de elegancia, tenía que enseñarle al abuelo de su nieta que ella la mantenía en las mejores y más elevadas esferas de nivel socioeconómico como su padre lo fue.

- Escríbeme hija, estaré al pendiente hasta tu buen retorno, no quiero que vayas a quedarte más tiempo del esperado. - Si se adelanta el invierno sería un milagro abuelita, pero tratare de volver para las fiestas que tienes programadas para ir juntas, solo deseo estar con mi abuelo y no te preocupes, no saldré mucho, estaré en su castillo y mis damas te contaran todo a nuestro regreso. - Ya sabes Candice, te conviene alguien ingles como tu padre, él así lo hubiera querido para su única heredera. - Siempre me lo dices abuelita. Ojalá para entonces mis primas hayan recibido muchas propuestas. - ¡Eso espero! Sus madres me tienen con un dolor de cabeza constante. - Te deseo mucha suerte. Un abrazo y un efusivo beso, su abuela amaba a su pequeña nieta, era la menor de todas y sabía que como heredera de su padre, llamaría más la atención de todos los caballeros de la corte real, la casaría con alguien de mejor nivel, que elevara su estatus social por encima de todos los niveles, pero deseaba que ya su hubiesen casado las tres mayores.

Candy llegaba a Escocia como cada verano y ver los verdes pastos, las hermosas montañas y todo cuanto amaba, era feliz, detenía el coche para bajar y estirar las piernas, corría con los brazos extendidos y giraba viendo el mar, aspirando el olor fresco y agradable, las flores silvestres y los verdes prados llenaban su alma de alegría, faltaba un tramo para llegar al castillo del Clan Gordon y ver el cielo azul la dejaba extasiada. - Señorita será mejor que suba, ya no tardamos en llegar. - Esperen un poco más, quiero llevarme este paisaje gravado. Lejos en un caballo, un hombre miraba a la joven, ver el logotipo ingles le llamaba la atención y mirarla reír como una niña era un deleite para quien la viera, ara ser inglesa parecía comportarse y disfrutar del paisaje como uno de ellos. - ¡Señorita! Se acercan caballos, es hora de irnos. Candy corría agitada al carruaje y subía escondiéndose de pronto y eso inquietaba al observador, al girar eran varios de sus sobrinos quienes agitaban los caballos, meditaba porque el temor. Los jóvenes saludaban con una marcha feroz agitando sus caballos para competir entre ellos, pero el inquieto seguía a distancia el carruaje, viéndolo ingresar al castillo del viejo Gordon, uno de los jefes de los clanes que recibía esa visita.

- Johnson, ¿Sabes a quien recibe Gordon en el verano? - A quien va a ser, a su única nieta, la joven inglesa, como no saberlo, es la única descendiente que pertenece a la realeza y a Escocia. George sin tomar en cuenta el interés continuaba leyendo los libros y reía por la ignorancia del Patriarca, cuando Gordon era uno de los jefes de los Clanes y quien le rendía cuentas a él.


Esperando le den una oportunidad a esta historia, gracias por comentar, por incitar a que continuemos escribiendo más fics

Un abrazo a la distancia

Mayra Exitosa