FIC

de Historias de Albert y Candy

presenta

Nada Personal

Por Mayra Exitosa

Capítulo 7

En el castillo de Sutherland, un abuelito mentiroso fingía convalecencia al saber que su nieta había llamado la atención de varios hombres, se preocupaba al saber que podía ser traición a Escocia. La duquesa ya había hablado a sus yernos y ahora aunque estaba el abuelo de Candy hospedado en el castillo no contaba con él por su salud, así les pedía a sus yernos que atendieran las negociaciones de los jóvenes interesados en investigar sobre la dote y mencionaba que poseía una cantidad de treinta mil libras, sin mucho dar aclaraciones, ya que estaba más preocupada por la estabilidad del abuelo de su nieta, que por un probable compromiso, cuando no lo creía posible, muchos habían ido y venido, no resultaban atractivos para Marlow y Brighton, tratándose de su nieta menor, deducía que serían aún más exigentes y que no dejarían comprometerla y perder antes la posibilidad de casar a sus hijas.

Marlow pedía ser el quien negociara así el padre de Anthony, junto a él y a Archivald Cornwall pasaban al estudio para ver la negociación. Brighton entraba como compañía, ya que también había sido llamado para hacer las funciones de padre de la nieta menor, asegurando que no interferiría dándole el lugar a Marlow al ser esposo de la hija mayor de la duquesa. Pero le gustaba saber cómo negociaba su cuñado, tratándose de su hija, ya que en los negocios siempre salía ganando con muchas ventajas, era calculador y muy ventajoso, al menos de todos los negocios en los que el laboraba los hacía ganar y salir ganando a la par, al ser sus inversiones siempre acertadas y espectaculares.

En las negociaciones se mencionaba la cantidad de la nieta menor, sin embargo, Eugene Marlow que sabía de los negocios tan importantes que tenía Brown, comentaba, - mi sobrina menor posee una dote de treinta mil libras - ¿treinta mil? El rostro era de muy poco para la joven a lo que el agregaba, mi hija por otro lado posee una dote de cuarenta mil libras al año, y sé que su hijo estaba interesado en una de las nietas de la duquesa, hay cuatro de ellas actualmente disponibles, pero mi hija… al ser la mayor, he decidido subir su dote con algunas propiedades importantes que heredara en falta mía al ser mi única hija descendiente directa, todo incluso parte que le pertenecen a mi esposa también serán para ella. Brown se separaba con su hijo Anthony y este aceptaba para tratar a la joven Susana Marlow. Revisando las propiedades y parte que la dote estimaba,

Marlow sabía que le había robado el pretendiente a la nieta menor y futura duquesa. Por lo que Brighton estaba de testigo, así al separarse los contendientes para hablar entre ellos, este le pedía saber la dote de su hija Annie, a lo que comentaba que la igualaría a la de Susana si había una posibilidad para ella. Marlow sonriente al ver que se mostraban interesados por su hija, agregaba,

- Sé que hay más hombres en su familia y nosotros tenemos a todas las nietas de la duquesa Sutherland en sociedad, por lo que no está de más mencionar que mi sobrina Annie Brighton posee la misma cantidad de dote que mi hija. El padre de Annie agregaba, - Además de tres propiedades aquí en Inglaterra y dos en América como parte de la dote para ella. Anthony se negaba a cambiar a la señorita Susana, por no verse caballeroso si hacía interés por las propiedades en América, además la joven era quien lo había atendido maravillosamente, era cortes, amable así mencionaba su padre a su sobrino Archivald Cornwall, para iniciar un cortejo y saber si podía viajar el padre de él para la propuesta de la familia Cornwall. Archivald se emocionaba al saber que sería igual la dote que la de su primo Anthony y con las propiedades se elevaba mucho más.

Al salir, Anthony confirmaba su próxima visita dentro de dos semanas antes del siguiente baile, para asegurar la confirmación y tener la venia de su tío el Laird Escoces. - ¿Es usted sobrino del Patriarca escoces? Preguntaba curioso Marlow, pues se sabía que ese hombre era mucho más rico, a lo que Anthony confirmaba, - Así es, mi tío es hermano de mi madre, no pudo asistir a tiempo para estar presente en las negociaciones y que pueda permitirme aceptar el compromiso. También mi primo Archivald es sobrino de nuestro Laird escoces, estoy seguro de que debe conocer a los Cornwall - ¿Los Cornwall? - Así es, mi primo Archivald ha venido en representación de mi tío y es uno de los hombres principales de mi familia. - Un placer, la familia de los duques… de Sutherland les damos la bienvenida para cuando deseen continuar con las negociaciones.

Brown de inmediato comentaba, - Mi hijo requiere la venia de mi cuñado, su interés por la señorita Susana es seguro, por favor no duden en que mi cuñado favorecerá a mi hijo. Marlow quería gritar a los cuatro vientos, que por fin tendría la propuesta más atractiva al saber que si había negociación las propiedades y negocios quedarían estrechamente relacionado con el Duque de Edimburgo, mismo considerado el Patriarca de escocia por descendencia y aunque se la hubiera robado a la nieta menor, no era nada personal, solo parte de su dote tan baja que no habían hecho por darle algo mejor, debía ser que su suegra la había utilizado para financiarse en todos los excesos que le daban a la joven y que aunque los negocios podían darle más, no los manejaban directamente y eso tenía costos por manejo administrativo.

Los hombres se marchaban antes de subir a sus carruajes mencionaban que la nieta menor era más pobre y no poseía una gran dote, a lo que esto era escuchado por los guardias del jefe del Clan Gordon, que estaba hospedado en el castillo de la duquesa y le informaban de forma inmediata la humillación que habían escuchado al salir de las negociaciones.

- ¿Cómo has dicho? - Escuche a los hombres al salir eran los sobrinos de nuestro Patriarca, incluso vino el padre del joven Brown y uno de los Cornwall los acompañaba, al parecer están interesados en dos de las nietas que superan la dote de la menor. - ¿Qué superan? Mi nieta es la duquesa. En todo caso esto nos conviene, por favor que no se mencione esto a nadie, habría más problemas de los que podemos estimar, si ellos hubieran requerido la aclaración de la dote de mi nieta, tal vez fue mejor así. Mi nieta tendrá una negociación conmigo principalmente. Hablaré con la duquesa de esto. La duquesa entraba en su habitación y ella estaba nerviosa, al verlo ahí de pie con su bata atada a su cintura caminando de un lado a otro, meditando la situación, era ante ella un hombre importante y muy inteligente, ella explicaba a detalle algunas cosas.

Mientras que en la villa pasaban las horas y la conversación era amena y generalizada, ella estaba muy contenta porque ahora conocía a su prometido, así volvía a caminar ahora con una sombrilla por la orilla de la playa, el nublado del camino los relajaba, - Mi Lady es oficial que pueda seguirla visitando mientras esta usted convaleciente aquí en su villa. - Será un honor, siempre vengo a ver el amanecer ya que en las otras tierras donde vivo disfruto de los hermosos atardeceres. - En nuestro hogar lo hará y nada me gustaría más que estar a su lado cuando lo haga, besaba su mano para despedirse, y ella lo miraba con una sonrisa suave, a lo que él técnicamente bajaba su sombrilla y los cubría robándole un beso de sus delicados labios y ella sonrojada le había respondido, a lo que él orgulloso agregaba, - Mi Lady, es usted maravillosa y en cuanto su abuelo me dé su mano, seré el hombre más feliz del mundo. La reina desea saber sobre nuestro compromiso y créame será de su conocimiento lo antes posible.

En la habitación del señor Gordon dentro del Castillo de Sutherland, ella se justificaba amable y atenta para con él, asegurándole que estuviera bien atendido,

- Cuando el medico me dijo que tenía agotamiento, la envíe a su villa cerca a la playa, tiene todos sus guardias y todas sus damas de compañía con ella, mi querido señor Gordon. - Temo comentarle que no tengo una buena opinión de sus hijas, mucho menos de sus yernos, mi bella duquesa, pero esta vez quisiera comentarle algo de manera muy personal y privada. Ella le pedía a todo el personal de servicio que saliera y a sus damas, quedándose completamente a solas.

Gordon se daba cuenta que era la primera vez que estaba juntos y a solas en su habitación asignada para él, ella estaba nerviosa y ruborizada, a lo que comprendía el compromiso de estar en esa situación ya que eran ambos viudos. Él no quería hablar frente a nadie de la sospecha de la humillación hacia su nieta. Sin embargo, el tiempo en el que salían todos los asistentes, meditaba que si le contaba podía hacer quedar mal a sus yernos, cuando le habían salvado de quitarles a su nieta y negárselas, por lo que, cambiando de tema, él se ponía nervioso y lo pensaba mejor, así que tenía que buscar un tema más personal y privado, comentaba,

- Tengo a mi nieta una propuesta mucho mejor que las que hayan tratado de presentar los jóvenes en la negociación de su dote - ¿Ah sí? - Pero también quisiera aprovechar ahora que estamos solos… - ¿Sí? El rubor subía en las mejillas de la duquesa y lo comprendía ahora, después de tantos años. - Si no le soy indiferente… - ¿Indiferente, Sr. Gordon? Eso es imposible, usted es un miembro muy importante para mi nieta Candice. - ¿Solo para nuestra nieta? - Bueno… yo… La duquesa titubeaba, - Está de más decirle que creo que usted pronto se quedara en iguales condiciones a las mías, y que, al casar a todos nuestros nietos, la soledad no es tan buena compañía. - No, no lo es. - Mi nieta me ha pedido entrañablemente que vea por usted. - ¿Ella se lo ha pedido? - De una manera amistosa, por supuesto, pero yo… - ¿Usted? - Yo quisiera que fuera aún más personal y en particular, por tener el mismo objetivo ya que el cuidar de los intereses de Candice será próximamente una actividad de su futuro marido. - Usted sabe que siempre me ha gustado que fuera un duque, como mi hijo, alguien que le diera mejor estabilidad, ella no merece menos que nadie - Pues… tengo un ofrecimiento así para mi nieta. Creo que la propuesta que recibí es mucho más que eso, - ¿Está usted hablando con la verdad, mi Señor Gordon? - ¿Su señor?… - Perdone. - Nada me gustaría más que serlo, que usted fuera mi señora, mi compañera para lo que resta de nuestras vidas. - ¿Está usted hablando de… - Por supuesto, matrimonio, no me atrevería a faltarle a la abuelita de mi nieta de otra manera.

- ¡Oh por Dios! -¿Le interesaría mi propuesta, duquesa? - Usted sabe que el titulo le pertenece a nuestra nieta. - Si, pero ágilmente se lo han dejado a usted para poder obtener matrimonios ventajosos para todas sus nietas, no solo para la verdadera duquesa ¿cierto? - Me temo que así es. - Hágame el honor de aceptar mi mano, le prometo que jamás la dejare sola y será usted mi mujer y yo su señor, para lo que Dios nos permita vivir. - Mi esposo murió cuando mis hijos eran muy niños, yo… ya cumplí con casar a todos, y ahora mis nietos… - ¡Serán nuestros nietos! - Me lo jura usted, que no hará menos a nadie, - No le haría eso a usted o a nuestra familia, usted se convertiría en mía y toda su familia en nuestra.

Gordon tomaba su barbilla, ella se dejaba acercar, tomando su mano y dándole un beso a esta, en señal de aceptación, él de inmediato de manera efusiva tomaba su boca ajustándola de manera muy estrecha a su cuerpo y el jadeo, no les impedía pasarse de turbaciones, eran adultos y no estarían a solas con tanta facilidad, ahora que su nieta estaba en la villa y todos los asistentes que jamás los dejaban a solas, se encontraban fuera de esa habitación. Gordon la subía como si no pesara más que una pluma a su cama y la continuaba besando, para que supiera que él estaría de manera completa con ella, aun siendo mayores, podía darle algunos placeres y estaba dispuesto si con eso, el pudiera tomar las negociaciones de su única nieta y llevársela a su Laird, cuando la reclamase como suya. - ¡Oh mi señor Gordon! - ¡Alexander! En nuestra intimidad, para ti seré Alexander, mi bella duquesa. - Danielle De Barbarean hija única del Marques de Barbarean en Francia, - No lo sabía, aparte de Duquesa es Marquesa.

- Si, pensaba darle ambos títulos a mi nieta, pero ya ve que no han recibido buenos matrimonios. - Pues tengo entendido que hoy le robaron a mi nieta, sus pretendientes en las negociaciones- ¿Cómo? - No importa ya, dejemos eso, son nuestras nietas, firmaremos esta unión lo antes posible, no puedo imaginarla lejos de mi lecho una noche más. - ¡Oh Alexander! - Danielle, veamos qué pasa con las negociaciones que hicieron nuestros yernos y… no menciones el título de marquesa aun, ese lo dejaremos pendiente para que tenga mejores ventajas a una de nuestras nietas si… no la casamos bien. - Realmente vas a casar a todas mis nietas. - Por supuesto, además tienes un nieto varón, debería ser él quien tuviera el título. - Pues también lo había pensado, pero veremos después de nuestro enlace. - Espera, aun no te vistas, no hemos terminado. - ¿No? - Solo estaba comenzando. El impacto en el rostro de la duquesa al ver como se levantaba de nuevo el camisón y mostraba un atributo bastante prominente, la dejaba con la boca abierta, mientras que él sonreía porque ya había obtenido mucho más de lo que se imaginaba al ir a Inglaterra. No tenía intención de casarse de nuevo, pero la duquesa le atraía demasiado para dejársela a los ingleses y que se aprovecharan de ella, cuando era el único familiar más directo de su nieta, por parte de su padre.


Gracias por comentar, por enviar mensajes y por todo cuanto hacen para apoyar esta historia de manera que pueda continuarla de forma diaria

agradezco a todas las personas que ya la consideran favorita, ojala pueda darles esa seguridad en otro de mis fics

en Historias de Albert y Candy continuamos subiendo capítulos diarios y finales.

Un abrazo a la distancia

Mayra Exitosa