Habían perdido de vista a Lowemon y ese tal Digitamamon pero no podían bajar la guardia, no sabían que más podría estar escondiéndose en las sombras y aun se encontraban rodeados de victimas del trance lanzado por ese digimon. También y no menos importante, no lograban encontrar a esa chica Chihiro.

Debía haber huido a las vías, allí la oscuridad era absoluta y perfecta para preparar ataques sigilosos y mortales y solo el brillo de las espadas laser de Lobomon iluminaban el camino, el repiqueteo de las pisadas y sus armaduras fueron lo único que resonaba enormemente en basto túnel de concreto.

— ¡Demonios, en donde se metió Koichi! —Lobomon estaba frustrado.

— ¡Lo encontraremos, a él y a ese huevo andante! —replico Agunimon y por sobre el hombro, agregó —. ¡Solo me preocupa esa chica, sin duda está bajo el control de ese digimon!

—Lo sé, hay que salvarla.

— ¡Aunque sea tu acosadora numero uno! —bromeo el digimon de fuego con una insoportable sonrisa que Lobomon respondió con un gruñido.

— ¡Podrías concentrarse, podemos ser atacados en cualquier momento!

Avanzaban sin llegar a un fin, ese túnel parecía eterno y no había rastro alguno de su compañero o su enemigo; Koji tenía otra cuestión que sumarle a su ya extensa lista de incertidumbres; le echo una mirada a la espalda de su compañero, unos pasos por delante de él, y el recuerdo de su cuerpo temblando y su mirada perdida tras transformarse lo inquietaba, no era propio de Takuya y por lo poco que había recolectado de Lobomon, Agunimon encerraba secretos, ¿tendría todo una conexión o solo estaba rebuscando demasiado las cosas? Cualquiera fuese el caso, ese sería un tema a resolver luego de que acabaran con esto.

¡BAM!

Una fuerte explosión no lejos de allí hizo sacudir la estructura sobre sus cabezas y se detuvieron, preparados en caso de que algo los atacara, se ubicaron espalda contra espalda, para cubrir cualquier dirección.

—Abre bien los ojos —dijo Agunimon y Lobomon asintió.

Unos breves instantes de silencio lo rodeo pero una penetrantes voces en el aire los hicieron esperar.

Guerreros de las antiguas leyendas, puedo sentir su…miedo—

No…solo uno, un miedo espantoso, es un cazador que busca a su presa…es una culpa, una culpa arcaica, tan vieja como nuestra propia existencia…—

Revélate pecador, paga tus faltas y cura las heridas de tus apóstoles…—

— ¿De qué mierda están hablando? —el digimon de fuego mascullo, rebuscando por todos lados el origen de esas delirantes voces.

"…Solo verdades a medias salen de tu boca, oh dragón cruel, tú que reinas en las mentiras…"

—Ignóralos, deben intentar confundirnos —aseguro Lobomon con el agarre firme a sus espadas. Podían sentir la presión del aire mayor sobre ellos, algo se acercaba y era grande.

"¡Habla, dragón de fuego, HABLA!"

Proveniente de la dirección que se dirigían al principio, un resplandor ilumino todo, engulléndolo y cegándolos como la misma oscuridad en las tinieblas y al oscurecerse, una figura salió expulsada hacia ellos y cayó al suelo a su lado, se trataba de Lowemon y por las visibles heridas y golpes en su cuerpo había sostenido una fiera pelea y perdido.

— ¡Koichi! —Lobomon socorrió al guerrero caído sin titubeos.

— ¡Vamos, deja de esconderte y enfréntanos! —con puños en alto y ardiendo, Agunimon demandó. Intentaba ignorar a su corazón latiendo desbocadamente con angustia en su pecho, no era el momento para tambalear, su enfoque debía centrarse en la presencia frente a él, invisible ante sus ojos.

Varios lapsos de tiempos los separaron de esa provocación y de una respuesta.

Profundo vacio penetro sus oídos, poderosos gritos eran los quejidos débiles de dolor de Lowemon en ese silencio.

—Veo, veo…algo brillante.

Le sacaron la ficha a la voz de Digitamamon al instante y sus pasos lentos y despreocupados, avanzando por el túnel hacia ellos, les devolvieron un poco la compostura a Takuya. Se dejo absorber por la calma de la oscuridad, a pesar de intentar lo contrario. La pequeña figura dio un pie dentro del rango de visión de la empática luz fría de las espadas y casi podía verse una pintada sonrisa con lujosos detalles de brava diversión aparecer en la criatura.

—Las sombras me dijeron sus nombres, me sorprendí siendo justos —dijo Digitamamon tras darse un breve momento de analizar a los tres guerreros delante de él —, no se suponía que el paso hacia este mundo estaba reservada para los indisciplinados digimons como yo, ¿eh, grandes guardianes?

—Así es —confirió Lobomon, un tanto irritado.

—Entonces, ¿Qué hacen ustedes paseando aquí? Veo que sus reglas no se aplican a ustedes —el digimon reptil rio con ironía.

"Se infectaron con su dolor…si, se hundieron en su oscuridad" —susurraron las sombras sobre sus cabezas.

—Oh sí, lo hicieron, aunque no entiendo bien de que se trata.

— ¡Deja de divagar y dinos, que haces aquí y que quieres! —cansado de las idas de venidas, Agunimon ladro. Algo bombeaba con fuerza en sus venas y no era precisamente sangre, Takuya no lo comprendía, al menos no ahora, pero, le desagradaba ese sentimiento.

Digitamamon carcajeo divertido por su exasperación — ¡El Digimundo es aburrido y yo solo quería divertirme, sabes, la paz hizo que me abatatara lo admito, pero vi una luz y la oportunidad con ella y la tome, me aferre a esa oportunidad y ahora, estamos aquí!

Mientras más hablaba Digitamamon su voz crecía y palpitaba el cerrado túnel, envolviendo con arrebato a los tres jóvenes transformados cuyos sobresaltos solo alimentaba más su desviado comportamiento y reavivaba a las sombras que comenzaban a avanzar, arrastrándose cual bichos hacia el centro de la luz. Enorme parecía la figura detrás de Digitamamon al final cuando sus escondidos ojos bajo el caparazón, brillaban escarlatas; deseaba algo y eso era su código.

Solo que ese instinto de saciar no era suyo propio, Lowemon lo supo en el momento en que uno de sus ataques dio en el blanco, eran los sentimientos de Chihiro. Era claro como el agua, no se trataba de una retorcida fascinación por el caos o venganza, eran unos enfermizos celos. Celos de Chihiro a Miyu. Todo cobraba sentido si le sumaba a su hermano en la ecuación. Su fuente de alimento y su único destructor lo sostenían a él y a su adolorido cuerpo.

—Kouji, escucha —articulo y Lobomon lo observo, aturdido —; no es él, es Chihiro, son los sentimientos de ella los que lo están alterando, debemos enfrentarnos a los dos a la vez o no podremos acabar con esto.

El digimon de la luz escucho y proceso la información; extraños gorgoteos burbujeaban el aire apestado, Digitamamon intento atacarlos en algún punto, pero Agunimon disperso los oscuros ataques con impenetrables puños de fuego brillante intentado proteger a los gemelos.

Lobomon titubeo al hablar —Bien, si…pero, ¿Dónde está esa chica? Sin ella no—

— ¡Ve y búscala, podría…! —un pensamiento olvidado tiempo atrás, lo golpeo y la realidad se hizo más oscuridad para Lowemon —, ¡Miyu, debe estar con Miyu, ve y protégela!

Con grandes ojos, Lobomon vio como Lowemon se levantó y lo aparto a un lado, tambaleando a pesar de sostener con firmeza su lanza, Kouji no comprendía la actitud de su hermano, debía protestar.

— ¡Koichi!—

— ¡Vete de una puta vez, Kouji! —ahora Agunimon le corto el discurso, entre jadeos.

— ¡Debes proteger a Miyu, solo tú puedes! —remarco Lowemon una vez más. Ambos le daban la espalda a Kouji, quitándole la posibilidad de poder devolver una respuesta. Debía hacerles caso, debían separarse.

— ¡Síndrome de pesadilla! —Digitamamon no lo dejaría escapar fácilmente por lo cual ataco sin más, empezando por un espíritu oscuro salido de su caparazón, había coraje en su poder, sin embargo, el escudo de Lowemon lo bloqueo, desintegrándolo — ¡Pero!—

—Se lo dejo a ustedes.

No miro hacia atrás cuando corrió en sentido contrario, eso sería desconfiar en sus amigos y Kouji le confería su vida a este par, más que nada en el mundo. Por su puesto su digimon no podía quedar fuera de la lista no luego de oírlo quejare en su mente.

— ¡Salamandra ardiente!

Uno tras otro los brazos de oscuras sombras se desintegraban con cada patada flameante del digimon de fuego; la lanza los quebraba sin piedad, estas entidades chillaban en agonía antes de desaparecer. Aun en la oscuridad absoluta, a pesar de la partida de Lobomon y su única fuente de luz constante, los ataques de Digitamamon no surtían mayor efecto, podía ser cansancio pensaron los guerreros, pero la realidad era otra. Lejos de allí, su fuente de combustible flaqueaba en dudas y no podía permitir que su enemigo lo supiera, al menos no aún.

Lowemon choco con la espalda de Agunimon, ambos tomando la realidad de que a pesar de estar destruyendo sin cansancio, habían acabado siendo acorralados, las llamas en los puños del digimon de armadura rojiza se transformó en la linterna que les dio esta pista, grotescas figuras danzaban a su alrededor y Digitamamon no se encontraba por ningún lado, tampoco podían ver el túnel.

Una hermética prisión se levantaba ante ellos, en señal clara de asfixiarlos.

"Ríndanse, déjense arrastrar por su oscuridad"

"…Tu que vives y reinas en tus mentiras, dragón"

Takuya podía sentir la acidez de su estómago en lo profundo de su boca —Koichi —llamo y su amigo vacilo.

—Lo sé, hay que averiguar de qué hablan, tal vez aclaren algunas de mis dudas —Lowemon se guardó este último pensamiento y hablo, con voz fuerte y autoritaria — ¡¿Qué es lo que buscan?!

"El busca perdón…"

"…Desea olvidar…"

"….Ambos….morirán…"

Agunimon suspiro derrotado —Es ridículo, no lograremos sacarles nada a estos tipos.

—Eso parece —Lowemon dijo y sujeto su lanza —, tendremos que conformarnos con ganar tiempo para Kouji.

—Pues, ¡adelante!

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Una luz lo cegó parcialmente y Klayndemon levanto un brazo por instinto, una socarrona risa broto a su izquierda y su humor decayó (primero, debía tener al menos una pizca de humor, se recordó).

El general en verdad no comprendía el modo de pensar del Demon Lord, era un mundo totalmente aparte y el carecia de la paciencia para sentarse a analizarlo, aparte, salir a escondidas del castillo, siguiendo los instintos de alguien que rozaba a lo suicida como Beelzemon al creer que ir hacia dimensión y pensar que nada malo ocurriría, iba en contra de todo el protocolo que el grupo entero y el ejercito establecio el principio de esta potencial guerra a estallar en cualquier momento.

Solo se necesitaría un paso, minúsculo aunque fuese, en falso para tirar siglos de trabajo al diablo. Y ellos con la cabeza cortada.

Klayndemon a veces detestaba ser tan diligente en seguir órdenes.

— ¡Y así, Klayn, hemos llegado! —anuncio Beelzemon, las alas en su espalda se agitaron alborotadas o tal vez, emocionadas, Klayndemon no podía distinguir, pero, le disgustaba.

—Así que…aquí es.

Las copas de los arboles no lo dejaban ver el suelo cercano, pero, a la lejanía podía ver montañas y un lago, y por sobre él, rocas flotar en el cielo.

—Qué dimensión tan extraña.

—Tienes el alma de un aventurero —señalo Beelzemon, sarcástico, con la mirada pegada en el suelo, como si estuviese buscando algo.

El portal detrás de ellos, se cerró en un instante y aquello llego a incomodar al general, el panorama de verse en ese Digimundo alterno por un par de horas con un demonio insoportable con lealtad a sus palabras dudosa, era desalentador. Ir en busca de los Caballeros Reales suponía una misión suicida por donde lo mirase; había oído hablar del grupo de Antivirus a la orden del servido principal y las historias contadas eran aterradoras y el alivio de jamás haber tenido que cruzarse con uno de estos ya no era consolante.

El cielo estaba calmo, no había brumas ni nubes pero si cierta vibra de peligro.

—Tendremos que ir un poco más al sur —dijo Beelzemon tras un rato de silencio a Klayndemon.

— ¿Al sur? ¿Qué demonios estas planeando? —Demando pero, Beelzemon no supo responder y en cambio, emprendió un vuelo rapaz en dirección contraria — ¡Beelzemon!

Viendo que el Señor Demonio tenía en mente un destino fijo, Klayndemon se contuvo de maldecir y decidió seguirle los pasos a este, ya sin dudar de la convicción de Beelzemon de encontrar a los Caballeros Reales, si no, que acallaba sus temores de salir vivos de allí.

Qué planeas Beelzemon, maldita sea. Se supone que debemos escondernos de los Caballeros, entonces…. —la cabeza del general iba a mil por hora, casi la misma velocidad a la que volaba por detrás del digimon demonio, intentando encontrar lógica a las acciones de este —…, espero que seas más inteligente de lo que tu estupidez deja ver porque juro que si los niños protectores de este lugar nos encuentran, me temo que ellos serán peores que los Caballeros Reales.

Una sonrisa mordaz se abría paso por las facciones de Beelzemon y sus ojos se abrían de éxtasis, podía sentirlo cerca, el árbol estaba cerca.

Puedo sentirlo ¡Sí! Solo un poco más… —un estremecimiento recorrió por su cuerpo, se sentía más vivo que lo usual, era la adrenalina y el saber que próximamente, algo les saltaría al cuello —, vengan Caballeros y Niños elegidos, los estoy esperando para la fiesta.

Por donde sea que ellos pasaran, un gran vendaval se levantaba, dejando constancia de su paso que en un bosque casi desolado y tranquilo era una gran exposición, casi como si estuviesen gritando por atención.

—Oye, ¿aniki?

—Mmh.

—Jamás he visto digimons como ellos —dijo un pequeño Agumon, levantando la mirada hacia su acompañante — ¿crees que sean malos?

La figura, que se trataba de un joven muchacho esbozo una sonrisa y sin quitar la mirada del par de seres que volaban a millas de distancia de ellos. La cima de una montaña era un perfecto puesto de observación, ahora podía sentirse realizado al confirmarlo.

—Agumon, solo hay una manera de averiguarlo.

El pequeño digimon, en este caso, con tiras rojas entre sus garras, asintió animado en coro a las palabras del humano, aun con la mirada hacia el infinito horizonte y con una meta en mente levanto uno de sus puños, estallando en una extraña aura, similar a una llama, viva y ardiente. Luego, miro a Agumon y este asintió de nuevo, aceptando las órdenes mudas de su tamer.

— ¡Digisoul, cargando…!—


Bueno...

Ha pasado un tiempo, mucho tiempo. Literal, una pandemia y todo. Espero que esten todos bien.

En cuanto a mi, no hay manera de explicar la ausencia (no se porque doy tanta explicacion, no se si alguien sigue esta historia aun) epero en fin, pasaron cosas en lo personal pero ahora he dedcidido continuar la historia porque no me deja dormir por las noches el saber que esta parada (?)

Asi que veran actualizaciones mas seguidas de mi parte y, si no, que me parta un rayo (por favor Zeus, no me hagas mucho caso)

Nos vemos hasta la proxima, ¡se me cuidan!