By. Fesabi

A lo largo de mi vida he obtenido demasiados nombres, distintas maneras que la raza humana me ha llamado. He visto tanto en todos estos siglos que he acompañado al mundo como hoy lo conocemos, aunque en mi mente se la verdad que nunca volveré a mi hogar, una mínima parte de ella no puede evitar recordarla. Aunque pensaba que el destino, el amor, la esperanza, la tristeza, la felicidad, el sacrificio, todos esos sentimientos y situaciones que caracterizan sólo a los seres humanos, nunca los podría llegar a tener, no puedo evitar verme envuelto en ellos al conocer a Kagome Higurashi Himura; Las tinieblas han formado parte de mi existencia y parece ser que me perseguirá por el tiempo que du-re en la tierra, a menos que sea capaz de descubrir más allá del cuál es mi propósito.

PROLOGO.

Camino debajo de la lluvia en esta noche oscura, apenas iluminado por las luces de los coches, los faros de las calles y los negocios que comienzan a cerrar sus puertas, apenas puedo ser consciente del paso del tiempo; mido el tiempo totalmente distinto a los demás, porque llevo en este mundo una eternidad, desde que mi padre me envió a proteger a los humanos. Hace un siglo atrás me hago la misma pregunta: ¿valdrá la pena que siga cuidan-do a la raza humana? He hecho esa pregunta miles de veces, la he gritado en lo alto del monte Everest con la esperanza de que mi padre pudiera contestarme, que me quitará esta tarea, que bajará alguno de mis hermanos a decirme que podía regresar con ellos; que olvidará esta misión, aunque para mí era más un castigo.

–¿Dime porque no puedo regresar?...

Había gruñido ese día en ese monte, había vociferado tantas cosas que aún puedo recordar perfectamente y cada una de mis preguntas habían sido ignoradas. Nadie, absolutamente nadie había acudido a mi llamado, desde ese día decidí que lo mejor era olvidar el recuerdo de mi hogar, suprimir lo poco que tenía de él.

–¿No debería de cubrirse?

–Solo un loco caminaría con esta lluvia.

No puedo evitar que esas palabras penetren en mis pensamientos, sigo caminando y sé que todas las personas a mi alrededor se encuentran resguardándose de la fuerte lluvia, sonrió al saber que no puedo enfermarme, que soy inmune a las enfermedades, que puedo caminar tranquilamente y disfrutar de la sensación que producen las gotas al golpear mi gabardina, así, como toda mi vestimenta incluido el sombrero oscuro que porto. Camino hacia el domicilio donde vivo actualmente, mientras me plasmo miles de preguntas, pareciera que esta noche mi mente deseara encontrar las respuestas a todos los enigmas que me han asechado durante siglos:

¿Valdrá la pena seguir sacrificándome por la raza humana?

¿Algún día volveré a mi hogar, con mis hermanos y padre?

¿Estaré haciendo lo correcto?

¿Seré capaz de continuar con esta misión?

¿Será un castigo?

¿Por qué yo?

Me detengo un momento alzando mi rostro en busca de algún rayo lunar, pero es inútil por la densa nube negra que cubre la ciudad a causa de la intensa lluvia, lo único que me queda es disfrutar del rose del agua en mi rostro.

Mi piel comienza a erizarse algo poco común en mí, poniendo en alerta todos mis sentidos, identificando en un instante de donde proviene esa señal de peligro camino de manera apresura-da, al ser consciente que no puedo ir más aprisa por las miradas que se posan en mí, camino hacia el callejón oscuro que existe en la siguiente calle.

Mis ojos se posan en el cuerpo que se encuentra en medio del lugar, corro a auxiliarlo, algo que realizo automáticamente al hincarme y percatarme que se encuentra sin vida con la mitad de la cara desfigurada. Sin entender que es lo que sucede, hace siglos que no sentía esta sensación de alerta en mi cuerpo, como si un grave peligro se avecinara, pero no entiendo cuál sería, no dejo de examinar el cuerpo masculino.

–Vaya que no has cambiado–. Me levanto rápidamente a observar esa figura femenina que reconozco perfectamente.

–Kagura.

–Me halaga que no me hayas olvidado –Escucho su risa sínica al acercarse hacia mí.

–¿No te envié al inframundo hace unas décadas? –Recordándole perfectamente que podía deshacerme de ella en cualquier momento y eso era lo que iba a hacer en ese instante.

–Lo sé –se encoge de hombros–, pero ya sabes cómo son los humanos, invocando por aquí y por haya demonios, solo para que les cumplan sus caprichos. –Por desgracia Kagura no se equivocaba, la raza humana se encargaba con regularidad de traer a todos los demonios que él se encomendaba en devolver al infierno.

–¿Qué pretendes ahora? –pregunto señalando al humano muerto a mis pies.

–Dejarte una señal, de que muy pronto vendrá de nuevo a este mundo aquel que Salomón predijo que regresaría. –Su sonrisa maligna no me asusta, lo que me alerta es aquel ser que refiere.

–No puede regresar, me encargué de ello –Y es cierto.

–De eso no estaría tan seguro. –Antes de que pueda moverme a atacar a Kagura, desaparece dejando el eco de su risa.

"A veces el que se va, vuelve sin ser llamado".

Continuara….

Hola chicas y chicos, sé que ha pasado muchos años, todos hemos crecidos, todavía recuerdo cuando lo único que hacía era escribir, ver Inuyasha y estudiar, ahora los años han pasado; como buena fan todavía de Inuyasha me enteré que sacarán una secuela pero ahora enfocada a su hija y las hijas de Sesshomaru, estoy muy emocionada.

Se que tengo varios Fics que no los he concluidos y créanme quisiera, pero este que les presento hoy a ustedes es mi libro, lo venderé en Amazon con personajes de otros nombres, pero lo ire poniendo de manera gratuita aquí en Fan Fictiton, obvio en Amazon lo van a poder leer antes si así lo desean al adquirirlo y si no quieren adquirirlo solo es cuestión de que tengan paciencia en la publicación de los capítulos y lo podrán leer completo.

Un saludo, y mil gracias por acompañarme en lo largo de estos más de 15 años, cuéntenme que hay en sus vidas, ¿les gusta el prólogo?.

Me pueden buscar como Fesabi Phelline en Facebook, Twitter e Instagram por si desean contactarme, mil gracias a ustedes.

Se despide.

Fesabi