La fecha que marcaba el calendario indicaba que éste día sería de celebración.
Pero, no para Ami Mizuno.
Sus pendientes no disminuirían mágicamente solo porque hoy era su cumpleaños.
Así que, inició su rutina normal desde que la alarma sonó, muy temprano.
Lo único que denotaba algo fuera de lo común era la cantidad inusual de notificaciones en su teléfono, de las redes sociales y correo electrónico.

Ya preparada para salir, a punto de cerrar la puerta del departamento, su celular sonó con insistencia.
Dudó en atender, pues iba con el tiempo justo.
El imaginar que podía tratarse de Taiki la hizo cambiar de parecer, y tomó la llamada después de guardar las llaves en el bolso.
Felicidades por tu cumpleaños, amor de mi vida.
Fue lo primero que escuchó ella en cuanto pulsó el botón de "Aceptar".
En definitiva, él la hacía feliz sin importar el día y la ocasión.
Gracias. Tan atento como siempre, no me sorprende que seas el primero en marcarme.
Te aseguro que lo que está por suceder sí te tomará por sorpresa.
– ¿A qué te refieres?

Al estar ocupada con el teléfono y organizando sus pertenencias dentro del bolso, no se percató de que él venía hacia ella.
Apenas finalizó la pregunta, se encontró entre los brazos de Taiki.
Cerca como estaban el uno del otro, él se inclinó hasta rozar su oído, casi como una caricia.
Ella contuvo el aliento.
Entonces, se halló envuelta entre su deliciosa fragancia y suave voz, mientras su novio entonaba la tradicional canción de cumpleaños.
Algo tan cotidiano como aquello, tratándose de Taiki adquiría un matiz extraordinario; tan romántico que no pudo más que suspirar.
Y cuando la besó, lo demás dejó de importar.

¡Vaya, y nosotras que veníamos a "secuestrarla", cuando alguien ya se nos adelantó.
Señaló la rubia de los odangos, acallando una risita con la palma de su mano.
Y no veo que se esté resistiendo.
Apuntó Aino, sintiéndose orgullosa de su amiga.
Serena, Mina, hablen más bajo, no está bien interrumpir.
Sentenció la Sacerdotisa de Hikawa.
Tampoco el quedarnos aquí mirando, Rei. Así que, vayámonos, chicas.
¡Pero, Lita…!
Señoritas, esto es privado. Será mejor hablar con ella más tarde.
Con firmeza, Kino impuso orden, así que se retiraron en silencio.
No me van a negar que somos las mejores amigas del mundo. La dejamos "en muy buenas manos".

Finalizó Mina con elocuencia, teniendo que externar su simpática opinión.

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¡Muy feliz cumpleaños, mi querida Anny Mizuno!