CAPÍTULO 21

Sigue Soñando

Contrario a lo que Spike hubiera pensado, las semanas siguientes al término de la guerra fueron todo menos relajantes o calmadas. Si bien el país ya no estaba bajo peligro de ser invadido por ningún ejército, los trabajos de restauración de Appleloosa habían progresado pobremente durante la campaña, ya que ningún patrón quería arriesgar su cuello o el de sus trabajadores y enviarlos a reconstruir y reactivar una ciudad en ruinas.

No se habían hecho esperar los grupos de protestas en contra de Ragnarok, por no haber exterminado por completo a los vampiros como había prometido. Por darles apoyo para reorganizar su gobierno en una república ante la ausencia de su rey y la mayor parte de la nobleza. Y también claro, por haberse llevado a la princesa vampiro como su botín de guerra... A quien no tardó en convertir en su segunda esposa.

Ragna por supuesto, les recordó que era gracias a su sangre y la de sus dragones que Equestria estaba a salvo. Y por lo tanto no tenía ninguna razón de rendirle más cuentas a nadie en ese país.

Tan ruidosos como fuesen esos grupos, era pequeños, y sus quejas y reclamos eran sofocados por la gran mayoría que alababa al rey dragón como salvador y héroe de guerra. Tal y como él había previsto.

Por sus invaluables servicios a Equestria, Celestia y Luna concedieron el título de nobleza a varios de los dragones que habían luchado en la guerra. Entre ellos Damocles y Murakumo.

Ambicioso como buena serpiente, Damocles no perdió tiempo en buscar conexiones con agricultores en Ikaruga y logró hacer un trato con algunos empresarios a quienes convenció de invertir en Appleloosa. Esto incentivó a los empresarios Equestries a tomar iniciativa respecto a la reconstrucción de la ciudad fronteriza. Aunque solo fuera para no cederle el mercado a inversores extranjeros.

La familia Blue probablemente habría encabezado ese movimiento, si no fuera porque la cede de su empresa sufrió un terrible incendio de causas desconocidas. Evento que fue tan solo el comenzó de las desgracias de la familia Blue. Ya que la investigación tuvo resultados inesperados, sacando a la luz que los jefes de familia habían sido cómplices en el secuestro de la princesa días antes de del comienzo de la guerra, habiendo estado en contacto durante meses con agentes del rey Mefisto.

Los principales culpables fueron el patriarca Blue Heir y su hermano Blue Quartz. Tal acto de traición le costó cadena perpetua a los involucrados, la familia perdió su título de nobleza, así como la pérdida de muchas de sus riquezas que fueron distribuidas entre las familias afectadas por la guerra. También les expropiaron la mayoría de sus propiedades que fueron vendidas a precio de liquidación a los nuevos nobles dragones de Equestria.

-¿Sabes? En otros tiempos me habría molestado mucho que hicieras esto- dijo Cadence a su marido, mientras leía la nota de primea plana de su diario. La cual hablaba de cómo Lord la última propiedad en venta de los Blue acababa de ser comprada y sería convertida en el primer monasterio a Izanagi en Equestria.

-¿Pero?- pregúntó Ragna.

-Pero tú me enseñaste la importancia de eliminar a mis enemigos, en vez de lastimarlos y rezar que no ataquen otra vez. Esa familia había tenido roces con la Corona de Equestria durante generaciones. Ahora finalmente conocen su lugar-

-¿Existe algo que no ocurra de acuerdo a tu voluntad, mi amor?- festejó Elyzabeth, para luego dar un sorbo de su té de la mañana. El cual por supuesto estaba endulzado con algunas gotas de la sangre de su esposo.

El dragón se rio con sorna y miró por la ventana hacia el sol.

-Aunque lo intenté durante décadas, nunca pude conquistar el corazón de Celestia-

-¿Cortejaste a Celestia y ella te rechazó?- cuestionó atónita la vampireza.

-Y agradezco a la Voluntad del Universo por eso. De lo contrario ahora no las tendría a ustedes a mi lado-

Conmovida por la declaración del rey, la cual implícitamente decía que ella era mucho más valiosa que la deidad regente del sol, Elyzabeth saltó a los brazos de su marido y comenzó a besarlo con toda la alegría del mundo.

Cadence sonrió viendo la demostración de amor frente a ella. Es curioso. Ella siempre había querido una hermana menor.

Pero incluso con todos los cambios y dificultades, la vida de los residentes de las tres naciones que se vieron involucradas en la guerra "De fuego y sangre", lentamente todos se dirigían a retomar sus vidas.

Y para el caso de cierto dragón de Equestria, esa vida tomaba un rumbo completamente nuevo.

Spike finalmente había logrado abandonar toda intención de tratar de comprender cuáles fueron los agentes que conspiraron para ponerlo en la que bien podría ser la posición del macho más privilegiado sobre la faz de la tierra. Uno que tenía los corazones de no una, no dos, tres deidades en la palma de su mano.

Tenía cosas más importantes de que preocuparse. Como asegurarse de hacerlas felices a las tres. Especialmente a la villana reformada que podría provocar una noche que dudara hasta el fin del mundo si se le provocaba.

Aunque comenzaba a creer que sus amenazas ya eran solo alardes.

La versión oficial para explicar las casi fatales heridas de Celestia fue que la princesa había sido emboscada por un equipo de remanentes leales el difunto rey Mefisto. El atentado hizo que el pueblo equestre mantuviera la ansiedad pese al término de la guerra, pero con el pasar de las semanas la amenaza se fue olvidando.

Para desgracia de Luna y aún mayor desgracia de Nigthamre, el pueblo pidió que se formara un escuadrón especial de protección a cada princesa. Y que el escuadrón a cargo de Celestia fuese liderado por Spike. El escuadrón de Luna quedó bajo el liderazgo de Damocles, a quien no le hizo gracia tener que ser la cuarta rueda en la triada de la locura de Spike.

Con todo y las dificultades de mantener felices a tres mujeres, Spike estaba aprendiendo a gozar su nuevo estilo de vida. El dragón y las alicronio aún mantenían su relación oculta de los ojos del público. Querían esperar hasta que la nueva geopolítica del continente se asentara del todo.

Pero todos en el grupo tenían las muy claras intenciones de hacer pública su relación. Después de todo, las princesas también querían tener una gran boda. Algo en lo que curiosamente, Nightmare no tenía ningún interés.

-No necesito de una extravagante celebración que le cuente al mundo entero que Spike es mío. Nuestros botos y el millón de besos que nos dimos en la privacidad de nuestro castillo son más que suficiente para consagrar nuestra unión- explicó Nightmare, quien se manifestaba por medio de una proyección astral.

-No voy a mentir. No me esperaba eso viniendo de ella- fue la respuesta de Luna.

-Sí bueno allá ella. Yo si quiero mi boda real con baile y banquete y un pastel de tres pisos mata diabéticos- dijo Celestia.

Spike se limitó a reír. Había algo surrealista en ver a las tres princesas convivir entre sí. Y era aún más surrealista pensar en lo mucho que había cambiado su relación con cada una de las tres princesas.

Alguna vez vio a Celestia como su madre.

Hubo un tiempo en que miraba a Luna como una hermana.

De pequeño Nightmare Moon lo hacía desmayarse del miedo.

Ahora tenía una relación poli amorosa con todas ellas, pasaban todos los días y las noches juntos y hacían el amor con mucha frecuencia.

Pero la más grande de sus sorpresas llegó una mañana en que Celestia se reunió con los gobernantes de los países vecinos para revisar los ajustes legislativos entre las naciones, ahora que Dammerung no era considerada una nación hostil.

Fue después de la reunión cuando Spike fue invitado por Celestia a una reunión privada con la reina Chrysalis.

Al entrar al salón, la reina ya los esperaba. Entre sus cascos cargaba con un singular tesoro.

-Mi Señor Spike. Este es nuestro hijo, Rubedo-

El dragón sintió como si se le parara el corazón. No sabía qué responder ni qué hacer.

Su hijo. Su primogénito estaba frente a él.

-¿Quieres cargarlo?-

Spike solo supo balbucear incoherencias. Chrysalis se rio y le acercó el crío usando su telequinesis.

Con manos lo suficientemente temblorosas como para hacer creer que tenía Parkinson, Spike extendió sus manos para recibir al bebé. Por precaución, Chrysalis mantuvo su agarre mágico del niño, hasta que Spike logró envolverlo en sus brazos y apoyarlo contra su pecho.

Las lágrimas en los ojos del dragón no se hicieron esperar al ver con detalle las facciones de su hijo.

No era sorpresa ver que el niño era parecido a Kirin, en el sentido de que se podía notar su ascendencia draconiana. Pero también era obvio que la otra mitad de sus genes no eran ponis, sino changelings.

Rubedo no tenía pelaje en ningún lado del cuerpo. Su piel negra estaba cubierta de minúsculas escamas poligonales que cambiaban en gorma y tamaño para ajustarse a las curvas del cuerpo del niño. Sus ojos eran iguales a los de su madre, excepto por el color morado. Tenía alas de dragón en la espalda y manos con diminutas garras al frente.

Manos que extendió para poder tocar la nariz de su padre, quien para este punto se echó a llorar de felicidad.

Chrysalis observaba la escena en silencio. Igual que las princesas fuera de la habitación.

-¡¿Tú sabías que Rubedo era hijo Spike?!- preguntó Luna a su hermana mayor.

-¿Tu no?- respondió esta, con una ceja en alto.

-¡NO!-

-¡Esto es terrible! ¡Es terrible! ¡Una completa calamidad!- gritaba Nightmare.

-Baja la voz. ¿Y qué tiene de terrible?- replicó Celestia, poniendo una barrera para que el sonido no se filtrara a la habitación donde estaban Spike, Chrysalis y Rubedo.

-¿¡Qué otra cosa?! ¡Nos hemos dejado ganar como un montón de estúpidas!-

Luna y Celestia seguían sin tener idea de qué hablaba la pony oscura.

-¿De qué hablas?-

-¡ESA BRUJA LOGRÓ DARLE A SPIKE UN HIJO ANTES QUE CUALQUIERA DE NOSOTRAS!-

-¡Ah, eso! ¿Y qué esperabas? Estuvieron muchos años juntos antes de que llegáramos nosotras. La verdad, es un milagro que solo tuvieran un hijo- respondió Celestia, tranquilamente.

-¡¿Cómo estás tan relajada?!- preguntó Nightmare a Luna.

-La verdad… estoy más preocupada que cualquier otra cosa-

-¿Y eso por qué, Luna?-

-Me preocupa el pequeño Rubedo. ¿Acaso tendrá que crecer con su padre lejos de dónde él está? ¿O será que Spike nos dejará para irse con él?-

Celestia se adelantó cubriendo la boca de Nightmare que se veía lista a seguir vociferando.

-No, ninguna de las dos. Spike formará parte de la vida de Rubedo y viceversa. Haremos que esto funcione, porque todos somos adultos racionales- enfatizó la última parte mirando a Nightmare, notando que su casco atravesaba los labios negros de la poni. Claro, era una proyección astral, después de todo.

-Está bien. Pero lo primero será nivelar la situación inmediatamente- dijo Nightmare.

-¿Eso qué…-

-¡Está misma noche vamos a concebir un hijo para Spike!- exclamó, con determinación.

El espanto hizo que Celestia se pusiera azul y Luna se le escaparan los colores del rostro hasta quedar blanca.

-¡Sí tú, como no! ¡Porque estas tan evidentemente preparada para ser madre!- replicó Celestia.

-¡¿Y tú qué sabes de para qué estoy preparada y para qué no?!-

-¡No lo estás! ¡Y Luna menos!-

-¡Tiene razón! ¡Ni tú ni yo, pero especialmente yo, pero definitivamente tú, no estamos preparadas para ser madres todavía!-

-¡Pff! No con esa actitud-

-¡Ninguna se va a embarazar esta noche ni ningún futuro cercano!- finiquitó Celestia.

Dentro de la habitación Spike había logrado dejar de llorar. Aunque el niño seguía explorando el rostro de su padre con sus pequeñas manos.

-Te reconoce. Sabe que eres su padre- musitó Chrysalis.

Spike solo sonrió y topó su frente con la del niño.

-¿Cómo pasó?-

- Te advertí que soy una mujer muy egoísta. La última noche que estuvimos juntos, luego que te quedaste dormido, lancé el hechizo y quedé embarazada-

-Pues… tu egoísmo, me ha dado uno de los regalos más hermoso que me han dado en la vida. Lo cual créeme que es decir mucho-

Chrysalis suspiró con alivio para después sonreír. Siempre supo que Spike no sería capaz de odiarla, pero ni ella se esperaba una reacción tan positiva.

Se quedaron en silencio. Ella con los ojos puestos en él. Él con los ojos puestos en su hijo.

-¿Y ahora qué hacemos?- preguntó Spike.

Chrysalis se rio.

-Lo que tu me enseñaste. Seguir viviendo-

-Esa no es una respuesta de verdad- le acusó con humor.

-Ya lo sé- dijo ella, golpeándolo juguetonamente con el codo -No tengo la menor idea de qué sigue-

Spike se echó a reír.

Una cosa era cierta, todavía le quedaba mucho por qué vivir.