Personajes de Mizuki e Igarashi
Charlie Chaplin dijo: "tu cuerpo desnudo sólo debería pertenecer a los que se aman con tu alma desnuda."
Bar el Coco frío.
―Ja, ja, ja doctora White ¿Cómo se dejó sadiquear por ese profesor?
―No me dejé sadiquear, Luisa; es parte de la clase ― expresaba molesta Candy, a la vez, que de un solo jalón bebía tequila, se comía la sal y velozmente se chupaba el limón.
―Ja, ja, ja nada más a ti se te ocurre tomar clases de sexología y, ja, ja, ja con un hombre que se atrevió tocarte las orejas de manera insinuante ja, ja, ja…
― Te explicaré mejor lo que ocurrió… oh por Dios, mi profesor, ¡está aquí!― Candy advirtió angustiada.
― ¿Quién es? Muero por saber, ¿quién es el espécimen masculino manoseador?― Luisa, preguntó en tono burlón; al mismo tiempo que lo buscaba con la mirada.
― ¡Puedes disimular! Puede notar que le hemos visto ―dijo Candy tratando de ocultarse de la mirada del profesor.
―De acuerdo, pero dime, ¿quién es? El único que vi pasar fue al rubio de ojos azul cielo que está como se le da su real gana; espera un momento ese… ¿ese es?― Candy asintió con la cabeza ― ¿En dónde me inscribo?― expresó Luisa.
Mientras Candy, forcejeaba con Luisa para evitar que su amiga del alma se le fuera encima a su joven profesor; ella recordaba las prácticas en clase:
―Candy, ¿qué sentiste?
― Me gustó, fue una sensación agradable, diferente.
―Señores, las mujeres son auditivas de sensaciones dérmicas… a ellas se les debe hablar de manera pausada y delicada, tocándoles su fina piel con las manos, con los dedos y hasta con la… lengua― esto último lo dijo Albert en tono seductor. ―Candy, vuelve a tu lugar.
―Sí, profesor.
―Alumnos, para la próxima clase traerán aceites aromáticos de todas las fragancias que puedan conseguir.
Los alumnos murmuraban entre ellos; sobre aquella extraña petición hecha por parte de su profesor de sexología.
Albert recogió sus implementos académicos y, como si nada hubiera pasado se retiró. Candy había quedado hechizada por aquel simple contacto acompañado de la dulce voz de su joven profesor. Candy por alguna extraña razón, le seguía recordando por lo que decidió contactar a su amiga de confianza Luisa para hablarle de todo lo que vivió en tan poco tiempo con un hombre, que a su parecer fue sacado de las revistas de los hombres más bellos del mundo. No obstante, los pensamientos de Candy volvieron a ese momento de forcejeo entre ella y su amiga en aquel bar:
― ¡Cálmate! Espérate está conversando con una mujer, ¿de qué hablarán?― Candy habló de manera curiosa.
Minutos antes, Albert visualizó a su alrededor, decidió sentarse en el taburete más cómodo que pudo ver bajo la luz tenue de aquel bar de ambiente tranquilo. Él había pedido un whisky doble de 18 años de la mejor marca escocesa.
William Albert Ardlay, es considerado en el ámbito médico como un hombre calmado y elegante, que sabe escuchar y hablar en el momento oportuno con el diálogo apropiado según sea el caso.
Al lado de él, se sienta una mujer con mirada triste, la cual abre su bolso para extraer una cajetilla, con la mano derecha temblorosa saca un cigarrillo, pide al cantinero un fosforo para encenderlo, en eso Albert dice:
―El fumar no le quitará los problemas de encima.
― ¿Eres Pepe grillo?
―No, soy un hombre común y corriente, que sabe que los vicios no servirán para aplacar el dolor de nuestras almas.
― ¡Vine a beber un poco de licor a este bar y me encontré con la madre Teresa de Calcuta! Hagamos algo eres un hombre atractivo; vayámonos a un lugar intimo para conocer nuestros cuerpos.
― Charlie Chaplin dijo: "tu cuerpo desnudo sólo debería pertenecer a los que se aman con tu alma desnuda."
― Me salió poeta el galán― expresó la chica.
―No, es simplemente que el acto de sentir el cuerpo de otra persona se debe abocar a la entrega de dos personas que se aman sin restricción alguna.
―Ja, ja, ja eres gay.
―Soy William Albert Ardlay, un hombre que le gusta disfrutar de la vida; apreciando los breves momentos de felicidad, que se nos pueda presentar en este mundo lleno de conflictos. Mucho gusto.
―Encantada de conocerlo, soy Laura Martínez, nací en México, creo que comenzamos con el pie izquierdo; tus palabras son muy lindas ojala mi ex esposo las hubiera tenido en cuenta antes de serme infiel.
―Desahógate.
― Después de un año de estar, sabes de tira y encoje con Raúl mi ex esposo, llegué a mi casa, al entrar a la habitación me encontré con una panty, que obviamente no era mía al indagar, me di cuenta que se trataba de mi mejor amiga y si no me cree lo que le he dicho, le mostraré la foto; la tengo aquí en mi celular― En efecto Albert tomó el móvil de su interlocutora y apreció la prueba de infidelidad. Mostrándose empático la abrazó.
‹‹Muchos preguntarán, ¿qué hago en un bar como este si soy un hombre de principios? La respuesta es sencilla: en los bares es donde se hallan personas con mayores problemas espirituales buscando a alguien con quien hablar de sus dificultades emocionales; es así como decidí ir un par de noches a la semana a cualquier bar y ofrecer mí ayuda como oyente.››
Candy y Luisa observaron la escena.
―Te das cuenta está con su novia.
―Candy eres una tonta te lo hubieras tirado después de clase.
― ¡Luisa! ¿Qué clase de mujer crees que soy? ¡Vámonos antes de que se dé cuenta; quizás le incomode ver a su alumna!
Ambas amigas se fueron de aquel lugar. Candy llegó a su casa, se duchó y se preparó para dormir con su pijama color rosa; que ella denominaba de la suerte junto con sus pantuflas de Barney el dinosaurio amistoso. Acostada reflexionó sobre su día que la pasó entre nuevos conocimientos, sensaciones y un trago de tequila que la llevó a caer rendida en los brazos de Morfeo sin dejar de pensar: ¿qué pasará mañana con la clase de sexología dictada por su joven profesor, que aparentemente es todo un Casanova?
Continuará.
Gracias a mis cuatro amigas: Mercedes, Sakura-Ardlay , Gues y Lucy por comentar y estar siempre al día con las publicaciones de los rubios. Como ya he dicho es una historia escrita entre dos para los fans de los rubios Albert y Candy, rememorando nuevas experiencias entre ellos espero sea del agrado las publicaciones acorde entre la receptividad del público. Gracias Dios nos bendiga les dice los Escalonas. Muack.
