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— ¡Hola! —Saludo Summer con entusiasmo. —Rayos… ¿Tres días actualizando en Fanfiction? —Summer suelta un suspiro asombrada. — ¡Es un Record! —Señala la pantalla. — ¡Y esta actualización es por ti, Maniaca Muajaja! —Summer da unos leves brincos. — ¡Gracias por siempre dejar comentarios! En especial si son largos, disfruto leyéndolos —Suelta una risa. —Por cierto… Este saludo es solo para ti. —Anuncia con alegría, pero cambia su expresión de repente. —No mi saludo….

— ¡El mío! —Aparece Cody de repente. — ¡Hola Maniaca Muajaja! —Saluda sacudiendo sus brazos y sonriendo radiante. —Summer me ha dicho que eres muy fan de mí.

—No lo digas así… —Susurro Summer, observando al chico rubio.

— ¿Cómo lo digo entonces? —Pregunto Cody incrédulo.

—Bueno… —Ignorando la pregunta. —En honor a ti, nadie va a lastimar a Cody en esta historia, lo juró. —Promete con honestidad.

Cody, picotea ligeramente el hombro de Summer. — ¿Y qué hay de La Venganza de las Chicas?

—Shh… Jure no lastimarte en esta historia… —Susurro. — ¡Disfruten el capítulo!


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Teoría del Canto


30 Minutos…

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60 Minutos…

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90 Minutos…

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100 Minutos…

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— ¡Estoy cansada! —Grito Lianna de repente, despertando a todos sus acompañantes. — ¿Cuánto tiempo más tenemos que esperar aquí? —Pregunto la pelirroja, con una desesperación reflejada en su rostro.

Exequiel despego su cabeza de la almohada, que en este caso eran las piernas de Allison, estirando sus brazos con la intensión de desvelarse un poco. —Ya van a pasar dos horas desde que estamos aquí… —Informó el azabache con cansancio.

—Entiendo que nosotros nos metimos en problemas… ¡Pero no nos pueden hacer esperar tanto! —Lianna ya comenzaba a entrar en alteración por el aburrimiento. Se levantó del suelo y se dirigió a la puerta que decía Detención, ante esta acción el pelirrojo la imito.

Alexis se colocó frente a la chica de ojos rosados. —No creo que sea buena idea… —Aclaró el chico, interfiriendo el paso de la joven, Lianna rodó los ojos y aparto al pelirrojo, golpeando la puerta con impaciencia. —Bueno… haz lo que quieras. —Comento con molestia, al ser ignorado.

— ¡Disculpe, Directora Bella! —Llamo a la mujer con cortesía, esperando unos segundos sin tener respuestas, volviendo a golpear la puerta. — ¿Directora, se encuentra aquí? —Pregunta Lianna, aturdida. Volteo a ver al pelirrojo que mantenía la misma expresión confusa que ella, y pudo observar de reojo como los demás se acercaban a ella, esperando alguna respuesta. Sin hacerse esperar, colocó su mano en la perilla y abrió la puerta lentamente, asomándose con cautela, verificando la presencia de la mencionada, sin encontrar rastro de ella. — ¡Ni siquiera está aquí! —Afirmo la pelirroja con indignación.

La chica rubia suelta un bufido. — ¿Y ahora qué? —Pregunta Sabrina con aburrimiento. Lianna echó un vistazo en cada uno de sus amigos, antes de comenzar a caminar alejándose de su obligación en cumplir con el castigo que no le asignaron.

—Esperen aquí. —Pidió Lianna. —Iré a preguntarle a la Vicedirectora, si debemos seguir esperando, o si ella nos asigna nuestro castigo. —Explico volteando a verlos. —Porque la espera me desespera. —Finalizo con impaciencia.

Volvió con su misión, el pelirrojo soltó un bufido antes de comenzar a caminar para seguirle el paso. —Voy contigo. —Comento, sin permitir que diera alguna propuesta, que nunca recibió. Después de algunos minutos, en lo que llegaron al segundo piso, donde se encontraba la oficina de la Vicedirectora. Unos leves golpes en la puerta que esta origino el pelirrojo se hicieron presentes. — ¿Vicedirectora, se encuentra aquí? —Pregunto Alexis, esperando pacientemente una respuesta. Pero nada, ninguna voz contesto del otro lado, ambos se miraron, aturdidos. ¿Estarán en alguna reunión? ¿Habrá ocurrido algún accidente? ¿Qué está pasando?

— ¿Puedo ayudarlos? —Esa voz apareció en sus espaldas, al voltear, se encontraron con el preceptor. —Si están buscando a los directivos, les aviso que no pueden atender a nadie en estos momentos. —Explica el hombre con amabilidad. — ¿Puedo saber que necesitan? —Pregunta nuevamente.

Lianna y Alexis se miraron, preguntándose mentalmente quien de los dos contestaría. —Es que nosotros… —Una pausa. — Lo que pasa es que… —Otra pausa. —Explícale tú. —Finalizaron, consiguiendo una risa por parte del preceptor, ambos desviaron la mirada levemente avergonzados.

—Nosotros tuvimos una pelea con otros de nuestros compañeros… —Explico Lianna.

—Nosotros dos y también Allison, Sabrina, Exequiel y Cody. —Comento el pelirrojo.

—Sí… hace más de dos horas que estamos esperando a nuestro castigo, pero la Directora no aparecía, entonces queríamos saber… —Balbuceo la chica de ojos rosados.

El hombre, colocó sus manos en alto, diciéndoles verbalmente que no necesitaban explicar más. —Escuchen, haremos esto. —Hablo. —Ahora, no tiene sentido que sigan esperando porque nadie los va a llamar, vuelvan a su salón, y cuando los directivos estén disponibles, verán que ocurrirá con su problema. —El preceptor les sonrió con amabilidad. — ¿Okey? —Ambos jóvenes asintieron en afirmación. —Bien, vuelvan a clases. —El hombre siguió con su deber, entrando a un salón de clases.

—Bien. —Hablo Alexis, llamando la atención de la pelirroja. —Pues vámonos. —Dijo sonriendo con sinceridad. Lianna retrocedió unos pasos con temor. — ¿Qué? —Pregunto confundido ante su reacción.

La chica de ojos rosados, lo observo con detenimiento. —Me estas sonriendo. —Confeso con asombro. —Y es una sonrisa sincera… —Explico sin salir de su sorpresa, causando que el chico la observe aturdido, soltando un ligero ¿Eh? —Me gusta esa sonrisa. —Comenta Lianna, sonriendo con alegría.

— ¿¡Q-Qué!? —Suelta Alexis sintiendo sus mejillas arder. — ¡No digas tonterías! Lo dices como si yo nunca sonriera. —Hablo con indignación.

Lianna negó con la cabeza energéticamente. —No es por eso. —Aclaró, sin dejar de sonreír. —Es que generalmente estas molesto… Y es genial ver que no te esfuerzas en hacerlo. —Explica tímidamente, causando que el chico la observe con curiosidad. —Sé nota que ahora te sale con naturalidad. —Termina de explicar sin abandonar su sonrisa de felicidad, consiguiendo que el pelirrojo suelte una risa divertida, volviendo a sonreír, Lianna se sonrojo levemente, por la expresión que el joven a su lado le había dedicado.

—En fin… —Balbuceo el pelirrojo. — ¿Nos vamos? —Pregunto con tranquilidad, a lo que Lianna asintió eufóricamente.


11:26 AM

Allison observaba al rubio que tenía frente a él, quien dormía plácidamente. —Quiero despertarlo. —Anuncia, teniendo como receptor al azabache, que se encontraba a su lado.

— ¿Para qué? No se está perdiendo de nada. —Respondió Exequiel, jugando con sus lápices mientras a su lado estaba Lianna, que trajo su silla y del otro lado junto a Allison se sentó el pelirrojo. Y la faltante, permanecía en su lugar, observando a todos sin dificultad ya que estaba delante del azabache.

La chica de ojos verdes suelta un bufido cansada. — ¡Pero estoy aburrida! —Aclamó con molestia. —Y tampoco tenemos clases porque los profesores no aparecen. —Dijo Allison, recordando lo obvio, y así como lo dijo era… Ya pasaron tres módulos, contando el primero, que ningún profesor entro al aula, los estudiantes que se encontraban en el salón simplemente charlaban entre ellos, esperando lo que no llegaba.

Sabrina sacó su Tablet, que estaba bajo su pupitre. — ¿No les parece extraño todo esto? —Pregunto la rubia. —Además… ¿Notaron que algunos de nuestros compañeros ya no están? —Informo, consiguiendo que las miradas curiosas de sus amigos se posaran en los estudiantes que se encontraban ahí, confirmando lo dicho por la chica de ojos azulados.

—Esto es muy malo… —Susurro Lianna a sus adentros.

Exequiel, desvió la información resiente, tratando de ignorar la situación que estaba pasando al recordar un tema en particular. —Oye, Lianna. —Captó la atención de la mencionada. — ¿Tu escribes poesía o algo así? —Pregunto Exequiel con curiosidad. —Las rimas que decías estaban muy bien pensadas. —Halaga sonriéndole con confianza.

— ¡Sí! —Respondió entusiasta. —Me gusta escribir de vez en cuando… Tengo un cuadernillo lleno de letras. —Comento Lianna, sintiendo un poco de vergüenza pero manteniéndose orgullosa.

Todos se mantuvieron atentos a la conversación. —Eso es genial porque… Yo tocó la guitarra… y creo que podríamos crear buenas canciones. —Propuso Exequiel emocionado por la idea.

— ¿¡En serio!? —Hablo Lianna, asombrada. — ¡Claro! —Acepto sin pensarlo demasiado. — ¡Eso sería increíble! —Al terminar ese dialogo, el preceptor entró al salón.

La atención de todo el alumnado se dirigió hacia el recién llegado. —Escuchen… Hoy ya no se dictarán clases por el resto del día. —Anuncio el hombre. —Son circunstancias especiales, así que por favor, llamen a sus padres por el celular, si no pueden comunicarse, vayan a receptoría. —Hizo una pausa. —Guarden sus cosas, acomoden el salón y podrán irse cuando quieran. —Al finalizar esa aclaración, todos quedaron callados, algunos aliviados y otros angustiados por las desconocidas razones de tan repentina situación. —Que tengan buen día. —Se despidió sonriendo amablemente, antes de salir del salón, nuestros protagonistas se miraron confundidos mientras juntaban sus cosas lentamente. Lianna volteo a ver al pelirrojo, quien se encogió de hombros, sin saber responder a su duda.

—Oye, Cody… Despierta. —Sabrina comenzó a zarandear cuidadosamente al rubio, intentando que recupere la conciencia.

Unos pequeños movimientos bastaron para que abriera los ojos, soltando un bostezo. — ¿De qué me perdí? —Pregunto Cody, adormilado.


Nuestro grupo, caminaba por el pasillo sin ninguna prisa. —Oigan… ¿Creen que sería buena idea, volver a ese lugar? —Propuso Allison, logrando que todos detuvieran su andar de golpe, volteándola a ver como si fuera una loca. — ¿Qué? Si nosotros causamos esto… Tendríamos que intentar solucionarlo. —Explica, sintiendo un malestar por todo lo que estaba pasando.

—Yo opino igual pero… —Hablo Sabrina. —Como ya saben, si nos acercamos podríamos terminar afectados, y nos suicidaríamos. —Recordó con una pizca de terror en sus palabras.

Alexis se acercó a la rubia. —Sin mencionar… —Captó la atención. —Que toda esa zona esta clausurada, e imagino que no tendríamos oportunidad de entrar. —Hablo Alexis, volvieron con su caminata, llegando a la entrada de la escuela. —Ya, relájense. —Pidió sonriendo con calma. —Tal vez esto solo… es temporal. —Balbuceo no muy convencido de sus palabras.

— ¡Amy! —Ese grito alerto a nuestros protagonistas, que dirigieron su mirada al lugar proveniente de esa voz. La nombrada caminaba con tranquilidad y tambaleando de un lado a otro, tarareando una canción a sus adentros, su amiga, la ya conocida como Dimitra, corrió en su socorro, sin poder lograr atraparla antes de que llegue a la calle, ya que la castaña fue detenida por uno de sus amigos.

El freno de un auto resonó consiguiendo la atención de todas las miradas espantadas de la multitud, mientras el infernal golpe se hizo presente. Los rostros aterrorizados de los presentes no se hicieron esperar y las respiraciones entrecortadas llegaron mientras se encontraba el cuerpo ya desplomado de la hace poco estudiante sobre el pavimento, con varios restos de líquido carmesí decorando el perturbador escenario. El silencio pareció eterno hasta que los gritos horrorizados y desesperantes aparecieron, despertando a nuestro grupo del trance en el que habían entrado.

Exequiel comenzó a sentir nauseas, llevando su mano a su nariz, cubriéndola, tratando de evitar el asqueroso aroma. —No puede estar pasando… —Susurro Allison respirando agitadamente, sin apartar la vista en ningún segundo, mientras Cody camino en un círculo, llevando sus manos a la cabeza, manteniendo esa imagen presente sin ni siquiera verla.

Sabrina cubrió su rostro con terror, intentando olvidar la escena frente a ella, Lianna sintió sus ojos cristalizarse, sintiendo un gran peso que la llevaba al suelo.

¿Cómo es eso posible? Hace unos segundos ella estaba viva. Ella respiraba. Ella estaba caminando. Ella está muerta ahora. Ella ya no existe. Y simplemente murió por un golpe que podría haberle pasado a cualquier persona… ¿Así de frágiles somos los humanos?

Una mano se posó en su hombro, sacándola de sus pensamientos, volteo a ver a Alexis, quien fue el responsable de traerla a la tierra. Al observar su expresión sería y comprensiva, dejo caer algunas lágrimas que recorrieron sus mejillas.


Dejo la bandeja con las tazas de café sobre la pequeña mesa que estaba frente al sofá, en el cual estaban sentados Allison y Exequiel, en un sillón individual al costado del sofá, estaba Cody, recostando su espalda en el respaldo del mismo. Mientras el pelirrojo estaba sentado en el otro sillón individual, y Lianna se encontraba sentada en el escalón de la escalera, abrazando sus rodillas. —Perdonen… la actitud de mi abuela. —Se disculpó Sabrina, rompiendo el silencio. —Ella no está acostumbrada a que vengan mis amigos a casa… —Explico, jugando con sus manos, sonriendo forzadamente.

—No te preocupes, Sabrina. —Hablo la azabache, dirigiendo su mano a la bandeja, con la intensión de agarrar una taza. Un celular comenzó a sonar, Allison llevó su mano al bolsillo de su short, leyó el número. —Es mi mamá, debo contestar. —Se levantó cautelosamente, y se alejó del grupo, contestando la llamada. — ¿Hola…?

Cody levanto una taza de Café, mirando de reojo a su amiga rubia, quien se abrazó a sí misma con una expresión lamentable. —Oye… Sabrina. —Menciono, consiguiendo captar la rápida atención de la chica de ojos azulados que estaban ligeramente cristalizados. —Sí necesitas llorar, solo hazlo. —Le aviso Cody con una voz compasiva, logrando que ella suelte una risa forzada. —No te vamos a juzgar. —La afirmación fue reforzada cuando Exequiel, negó con su cabeza, antes de darle un sorbo a la cafeína, observándola de reojo, brindándole esa confianza.

—No… no piensan… ¿Qué eso es muy infantil? —Pregunto Sabrina, dudando en realizar dichas acciones.

El azabache dejo de beber, para permitirse dialogar. —Reprimir tus emociones solo empeorará tu estado. —Comenta, antes de seguir con su acción. Y esas palabras fueron suficientes para que la chica de ojos azulados, cubriera su rostro con sus manos, empezando a lloriquear.

El chico que se mantuvo callado, volteo a ver a la pelirroja que se mantenía sumergida en su mente. Alexis observó las tazas de café, se levantó de su lugar, tomó dos de las mismas con sus manos y camino hacia la joven. Lianna sintió como el pelirrojo se sentó a su lado, ofreciéndole una taza, que ella dudo unos segundos en recibir, hasta que entrelazo la pequeña manija de esta, y llevando el objeto a sus labios, comenzando a beber el contenido. — ¿Estas bien? —Escucho la voz de Alexis susurrar a su lado.

Dejo la taza reposar en sus piernas, mientras la sostenía reprimiendo los nervios. Dejo salir un largo suspiro relajando su tensión. — ¿Tu qué crees? —Pregunto Lianna con una pequeña pizca de diversión. — ¿Recuerdas… cuando dije que me había peleado con una amiga? —Volteo a verlo unos segundos, el chico pelirrojo asintió en respuesta. —Era Amy… —Sintió un escalofrío al recordar el momento. —Ella… se veía tan determinada hace unas horas antes, mientras estábamos peleando. —Hablaba mientras Alexis la escuchaba sin emitir ninguna palabra. —Ella estaba tan viva hace unas horas… —Hizo una pausa, sintiendo un nudo en la garganta. —Y ahora… —Presiono con fuerza su taza, reprimiendo el llanto que estaba a punto de escapar. El chico de ojos rojizos desvió la mirada, sin saber que responder o si realmente tenía que responder.

Allison regresó, guardando su celular. —Mi mamá no creía que estaba en la casa de una amiga… —Hablo, llamando la atención. —Es un poco deprimente, ¿no? —Dijo sonriendo un poco, tratando de animar el ambiente.

— ¿Lianna? —Llamó el pelirrojo, mientras la chica sostuvo la mirada fijada en su taza, perdida en su cabeza.

Es evidente que todo comenzó cuando nosotros entramos en esa cueva, nuestras acciones están perjudicando la vida de otras personas… No puedo seguir con esta carga.

La chica cerró sus rosados ojos, mientras bebía el último contenido de la taza. Al acabarla por completo, se levantó de repente. —Voy a volver a esa cueva. —Sentenció, consiguiendo un claro y fuerte ¿¡Qué!? Por parte de todos los presentes.

— ¡No puedes hacer eso! —Hablo Alexis, parándose a su lado, mostrando su evidente preocupación.

— ¡Exacto, Lianna! ¡Es un suicidio! —Apoyo Allison al pelirrojo, claramente angustiada como el resto.

Lianna frunció el ceño. —Quieran admitirlo o no, nosotros causamos todo esto desde el momento en el que pusimos un pie en esa cueva. —Afirmó con determinación. —Y gracias a eso… Hay gente que está muriendo… —Miro el piso por un segundo. —Al igual que Amy… y ¡Por favor! —Levanto la vista de golpe, haciendo un gesto muy expresivo que parecía hasta irónico. —Por más cruel que sea… no se merecía eso, ningún humano se merece eso. —Hablaba, sosteniendo la atención de todos. —Yo siento que todo esto es mi culpa… no se ustedes y no quiero involucrarlos si no quieren. Pero sí hay una forma de solucionar todo esto, voy a encontrarla. —Finalizo, antes de dejar la taza sobre la mesa.

— ¡Yo voy contigo! —Hablo Sabrina, apretando sus puños con fuerza. —Yo te metí todas esas ideas de la Piedra Lunar y de las Sirenas. —Dijo con un poco de timidez. —Así que iré contigo.

Lianna sonrió alegre al saber que alguien iba a apoyarla. — ¡Yo también! —Volteo a ver a la azabache. —Yo me siento culpable al igual que tú… Te acompaño. —Allison sonrió con confianza.

—Yo también. —Esta vez hablo el pelirrojo, consiguiendo asombrar un poco a la chica de ojos rosados.

Unos bufidos se escucharon por parte del rubio. — ¿Seremos el Escuadrón Suicida? —Hablo, con la mano en su mentón, fingiendo analizar la situación. — ¡Esta bien! ¡Me apuntó! —Hablo Cody, guiñando un ojo sonriendo con entusiasmo. Exequiel soltó una ligera risa.

—De todas formas… Esta ciudad está condenada. —Afirmo el azabache, a lo que el chico de ojos rojizos, camino hacia él, con un claro gesto de darle la razón.

Levanto la Tablet de Sabrina, pidiendo permiso rápidamente. —Eso es verdad, y al parecer, se está expandiendo como una epidemia. —Alexis colocó en la pantalla el mapa de la ciudad, volviendo a dejar la Tablet en la mesa, para que todos puedan verla. —Miren… Los suicidios comenzaron en el este de la ciudad… —Señalo el lugar indicado. —Y se expandieron hasta el noreste. —Dirige su dedo apuntador al lugar mencionado. —Y considerando que afecta a todo lo que encuentras cerca de la costa, no me sorprende que los medios informativos no avisaran de una posible infección, aquí, en el sureste. —Señalo el último lugar. —Donde esta nuestra escuela. —Explico.

—Esto explica muchas cosas… —Comento Exequiel.

Lianna agarró su mochila, llamando la atención de los presentes. — ¿Qué están esperando? —Pregunto con un tono autoritario. —Cuanto más rápido nos movamos, más rápido acabaremos con esto. —Y con ese dialogo, los presentes se llevaron sus cosas y se dirigieron a la puerta.


—Las calles dan mucho miedo… —Susurro Allison, mientras caminaba hacia el interior de esa cueva, escuchando los sonidos del agua revotar contra los pies que se movían en ella, causando agradables sonidos.

Exequiel caminaba a su lado, y asintió en respuesta. —Ver todo tan desolado y silencioso, asusta un poco. —Confeso el azabache, observando todo el lugar, iluminando con la linterna del celular, debido a que la luz del solar ya no era tan fuerte a esa hora en comparación al otro día, causando que anden casi en las penumbras. Cody volteo a verlos, entrando en la conversación.

—Sin mencionar que los colectivos no vienen hasta aquí, tuvimos que caminar unas diez cuadras. —Dijo el rubio con fastidio. Cody observó al pelirrojo y a la rubia caminar uno a la par del otro, observando la Tablet. — ¿Qué tienen ahí? —Pregunto acercándose a ambos y fijando su mirada en la pantalla.

Sabrina, sonrió mostrándole la página que tenía varias imágenes con símbolos. —Alexis encontró la traducción de estos símbolos. —Dijo con seguridad, sacando una risa nerviosa en el pelirrojo.

—No del todo. —Corrigió. —Descubrí que es una escritura antigua, ya casi olvidada. —Explicó. —Pero conseguimos encontrar algunos significados de los símbolos. —Hablo Alexis, sonriendo, observando a Sabrina quien asintió energéticamente.

Lianna se detuvo al llegar al final de la cueva. —Bueno, es mejor que nada. —Hablo Exequiel, mientras observaban todos los jeroglíficos escritos en las paredes y en el pedestal. Allison se acercó a la piedra, arrodillándose sobre unas piedras. —Ten cuidado, Allison. —Pidió el azabache al momento de ver como la chica de ojos verdosos tenía la intensión de tocar la piedra, sin causar ningún efecto, soltó un suspiro, aliviada.

— ¿Entonces, y ahora qué? —Pregunto Allison, volteando a ver a Alexis y a Sabrina.

Alexis agarró la Tablet, observando la traducción de cada símbolo. —Dime que símbolo es y yo trataré de traducirlo. —Hablo, observando a Allison, quien le sonrió confiada en respuesta.

—Bueno… Veo una sirena. —Hablo forzando la vista debido a la oscuridad, ante esto Lianna se acercó a ella e ilumino la roca con su celular. —Gracias. —La pelirroja sonrió en respuesta. —Hay un caracol de mar.

—Eso significa canto.

—Después… hay un espiral…

—Eso es Hipnosis.

—Esto… parece una persona, ligeramente inclinada… como si… estuviera recogiendo algo del suelo.

—Uhm… no, no hay nada de eso.

—Bien… ahora… junto a la persona hay otra sirena, pero parece sentada en un trono.

—Con esa descripción parece ser algo sobre una relación de dependencia. —Hablo Cody, interrumpiendo la traducción.

Alexis volteo a verlo. —Tienes razón, supongamos que eso significa. —Volvió a observar la Tablet. —Continúa, Allison.

—Ahora… está el dibujo del pedestal. Y sigue algo así como… un círculo con un punto dentro.

—No… nada.

—Hay una estrella.

—Eso significa Poder.

—Sigue el dibujo de una persona y una sirena, pero hay una línea que los separa de la estrella.

—Algo así como… ¿Mantener apartado el poder de las sirenas y humanos? —Pregunta Exequiel, pensativo.

—Eso creo… —Contesto Alexis. — ¿Qué más hay?

—No tengo idea de cómo describir esto, Alexis. —Confeso Allison, el mencionado se acercó al pedestal, consiguiendo causar ese agradable sonido de agua bajo sus pies, la azabache se apartó, permitiéndole su lugar.

El chico observó un momento los símbolos, tratando de encontrar uno similar en la pantalla. —Este de aquí significa… Alma… de ¿Sirena? —Leyó analizando los símbolos. Junto a la Sirena había el símbolo del circulo con un punto, junto a este… —Un humano... Poder… Tiene poder de ¿Canto? —Balbuceo confundido.

— ¡Lo tengo! —Exclamó Sabrina llamando la atención, sosteniendo el celular en sus manos. —Creo que… eso se traduce así: Las Sirenas a través de su Canto, logran hipnotizar a los humanos, y de esta forma esclavizarlos. Este Pedestal, mantendrá su Poder, lejos de Humanos y Sirenas. —Hizo una pausa. —El Alma de Sirena dentro de un Humano otorga un Poder que le permite cantar… y ahí quede. —Finalizo su redacción.

Alexis volvió a leer los símbolos. —Sigue el símbolo de un jarrón vertiendo agua… no lo entiendo y no está aquí. —Hablo, observando la pantalla de la Tablet.

—Pero mira. —Lianna captó su atención. —Después está el símbolo de hipnosis roto. —Señalo el mismo. —Esto quiere decir… que hay una forma de romper la hipnosis de las sirenas. —Comento la pelirroja sonriendo esperanzada.

El chico de ojos rojizos, volvió a mirar la pantalla y el pedestal. —Sí pero… Aún no sabemos cómo… —Avisó Alexis, dirigiendo su mirada a la parte inferior de la piedra, la cual estaba cubierta de moho haciendo ilegibles el contenido.


La pelirroja soltó un bufido deprimido. —Oye, no te pongas así. —Pidió Allison, estaban sentados sobre la arena observando el mar. —Al menos descubrimos que la teoría de Sabrina era cierta y que hay una manera de detener todo esto. —Intento animar la azabache, el viento con aroma a agua salada choco contra su rostro, llenando sus pulmones de la relajación que esta traía.

Exequiel colocó sus manos en la arena, estirando la espalda y mirando el cielo, que comenzaba a oscurecer, dio un vistazo al panorama, Alexis observando la pantalla de la Tablet y Sabrina tratando de buscar información en su celular, Lianna charlando con Allison y… ¿Uh? Al notar que el rubio estaba ajeno a todos los demás decidió hablarle. — ¿Qué ocurre, Cody? —El chico mantuvo su mirada fija en la arena que cubría sus pies descalzos, levanto su mirada zafiro y observo a sus amigos atentamente, quienes lo miraron aturdidos.

—Estamos aquí desde hace dos horas… —Comentó, confundiendo un poco a sus amigos. Lianna desvió su mirada al mar interesada en comprender a que se debía ese comentario.

Estamos aquí desde hace dos horas… ¿A qué viene eso? No es como si importe el horario, aún no ha oscurecido y creí que comeríamos algo aquí en el restaurante Bella Vista… Muero de hambre, con tantas prisas no hemos almorzado…

Espera… El restaurante esta clausurado por la Epidemia, claro eso explica porque no hay gente en la playa, rayos… me cegué tanto en buscar la cura que lo había olvidado, por cierto… esto es extraño… Sí esta zona esta clausurada… ¿No tendría que haber policías? Fue demasiado sencillo llegar hasta aquí, nadie estaba para impedirlo…

Nadie estaba para impedirlo…

Nadie…

— ¡Ay! ¡No puede ser! —Grito Lianna asombrada, observando a sus amigos sobresaltados por la repentina acción de la chica. Saltó poniéndose de pie de un solo movimiento y se acercó a la orilla, tratando de divisar algo a lo lejos. Podía escuchar a sus amigos llamarla, pidiendo que no se acerque tanto al agua. A lo lejos pudo divisar unas cabezas que se sumergieron al instante, dejando ver sus colas saludar la superficie por un segundo. — ¡No pueden afectarnos! —Anuncio Lianna con euforia, confundiendo y asombrando a sus compañeros. — ¿No lo ven? Esta zona está prohibida para todos los ciudadanos, porque si las escuchan se dirigen al agua. —Explica rápidamente. — ¡Por eso fue tan fácil llegar aquí, y también explica porque nosotros no caemos en su hipnosis! —Cada uno procesaba la información recibida. La pelirroja se acercó a la chica rubia de ojos azulados. —Déjame ver tus notas, Sabrina. —La mencionada no tardó en dárselas, la chica comenzó a leer, caminando de un lado al otro, mientras todos la veían con curiosidad. — El Alma de Sirena dentro de un Humano otorga un Poder

Lianna hizo una pausa, cuando notó que el pelirrojo se levantaba. —Cuando la piedra dejó salir su poder, afectó también a los humanos más cercanos a ella: a nosotros. —Explico Alexis, comenzando a comprender.

—Pero el poder que el pedestal describía era del canto, ¿eso qué significa? —Pregunto Allison confundida.

—Tal vez es una ironía. —Hablo Exequiel, consiguiendo que Allison lo volteara a ver. —Como algo metafórico. —Respondió.

Sabrina negó con la cabeza. —No… no creo que sea eso… Las personas dicen escuchar una dulce voz… —Pronuncio la rubia. —Pero yo nunca la escuche… Tal vez el poder de esa piedra no nos permite escuchar a las sirenas… De esa forma no caemos en su hipnosis. —Explico, pensativa, cuando su expresión se deprimió. —Nosotros estamos a salvo pero… ¿y los demás?

— ¡Tenemos que hacer algo! —Hablo Cody con determinación.

El azabache lo observó un momento. —Es genial tu entusiasmo Cody… Pero somos seis adolescentes tratando de proteger a toda una ciudad. —Le recordó bruscamente. — ¿Okey? Y lo siento por ser tan realista. —Exequiel hizo una pausa. —Pero aunque nosotros no caigamos en su hipnosis, no somos superhéroes, no podemos estar en todas las esquinas de esta ciudad protegiendo a las personas. —Hablo, con seriedad, desviando la mirada sintiéndose incapaz.

—En eso tiene razón. —Apoyo Allison. —Mientras nosotros estamos aquí… quien sabe cuántas personas se están… —Cortó bruscamente con su opinión, cuando diviso algo a lo lejos que consiguió paralizarla.

Los presentes voltearon a ver la causa que asusto a la azabache, encontrándose con una silueta humana caminando torpemente por el muelle. — ¿Esa es…? —Balbuceo Sabrina.

— ¡Cris! —Grito Lianna, tratando de captar su atención, sin ningún éxito. — ¡Cris, detente!

— ¡Cris! ¡No lo hagas! —Esta vez grito Cody, colocando sus manos alrededor de sus labios, intensificando el sonido.

—No… no… ¡Cris! —Esta vez grito Sabrina, mientras los tres restantes corrieron por las escaleras que conectaban la playa con la zona pública de la ciudad.

Por otro lado Lianna comenzó a correr por la playa seguida de Cody, que intentaban llegar al muelle por si sus amigos no llegaban a atrapar a la chica, al menos intentarían salvarla de estar ahogada. — ¡Cris! ¡No las escuches! —Grito la pelirroja con desesperación.

La chica caminaba lentamente, tarareando una canción, mientras la distancia se cortaba a medida que avanzaba.

— ¡Cris! ¡Para! ¡Cris! —Grito esta vez Allison con la respiración entre cortada, sin dejar de correr tan rápido que ya no sentía las piernas.

Las olas golpearon con fuerza las columnas que sostenían el muelle, salpicando el agua salada por todo el lugar, el agua humedeció un poco el cabello castaño de la chica.

— ¡No las escuches! ¡Cris! —Grito Cody, observando a la chica en lo alto del muelle, respirando agitadamente, esperando lo peor. La pelirroja al notar lo cerca que estaba la chica de caer por la orilla, se dirigió al agua, siendo detenida por el rubio. — ¡Espera, Lianna! —Advirtió, la pelirroja volteo a ver lo que había debajo del muelle, percatándose de las miles de piedras que rodeaban la zona.

Lianna sintió la impotencia invadirla. —No puede ser… —Soltó un una respiración agitada. — ¡Cris, por favor! ¡Despierta! —Grito la chica de ojos rosados con mucha fuerza.

Un paso… dos pasos… tres pasos… Sin suelo…

— ¡Noo! —

Una mano sostuvo la muñeca de la chica caída, salvándola en el aire, el peso era tanto que el pelirrojo comenzó a ser arrastrado, juntó con la víctima. — ¡Te tengo! —Exequiel sostuvo la otra mano del chico de ojos rojizos, ayudándolo a regresar a la zona segura, Allison se acercó a la orilla agarrando el otro brazo de la chica conocida como Cris, y entre los tres consiguieron salvar a la joven del suicidio involuntario.

Lianna contuvo el aliento por un segundo antes de volver a respirar al sentir como la tensión de su cuerpo se iba junto con el viento salado que acaricio su ser.


— ¡Quédate quieta! —Ordeno Exequiel, al sentir como la chica se zarandeaba de un lado a otro, tratando de soltar el agarre que le impedía regresar al mar. Lianna, Sabrina y Cody, corrieron al encuentro con su grupo, notando como Exequiel y Alexis, sostenían a la chica de los brazos, mientras esta luchaba por ser liberada.

Sabrina sonreía aliviada. — ¡Lo hicieron genial! —Halago a los tres. —Estuve tan asustada…

—Sí… Al menos evitamos uno... —Comento Cody.

Lianna observó con detenimiento a la chica, notando como balbuceaba. — ¿Está cantando? —Pregunto, logrando que los presentes guarden silencio y escuchen con atención.

Esta canción no debes olvidar…

Ven a cantar…Ven conmigo al mar…

Y dormir en un manto de coral…

— ¿Esta canción no olvidar? —Balbuceo con curiosidad Allison, mientras la chica no salía de su estado.

Cody suelta un risa. —No… —Las miradas fueron al rubio. —Canta con ritmo. —Dijo con diversión. — Ven a cantar… Ven conmigo al mar… —Canto con un ritmo muy animado y eufórico. — Y dormir en un manto de coral. —La chica reacciono. Los dos chicos la soltaron a la sorpresa de que ella parecía dar una gran boconada de aire como si saliera a la superficie después de estar sumergida en la profundidad del océano. Cris observó el panorama desesperadamente.

— ¿Dónde estoy? ¿Qué paso? —Hablaba sin entender absolutamente nada y asustada por la incertidumbre. El resto de los presentes se mantuvieron callados, aturdidos a lo que hace poco presenciaron. — ¿Allison? —Dijo al reconocer a una de las personas. — ¿Qué está pasando?

La azabache sonrió compasiva. — ¡Esta todo bien! No te asustes. —Respondió. —Eras como una sonámbula… ¿Necesitas algo? ¿Te duele algo? —Pregunto Allison, manteniendo una voz pacífica.

Cris negó con la cabeza, un poco aturdida. —No… Estoy bien… creo… —Balbuceo. —No recuerdo cómo llegue aquí… —Hizo una pausa. — ¡Ah! —Soltó de repente. —Estaba esperando el colectivo… cuando unos autos se salieron de control por la Avenida. —Redactaba, haciendo señas con sus manos. — ¡Hubo un gran accidente! Tenía tanto miedo que comencé a correr, y… después, ya se me olvido… Esta borroso. —Termino por decir.

—Descuida, Cris. —Hablo Exequiel. — ¿Quieres que te acompañemos a algún lado? ¿O llamar un taxi, a tus padres…?

Cris saco su celular y lo contemplo un momento. —No, estoy bien… —Comento. —Iré a la cafetería que está a unas cuadras, cerca de la Avenida. —Hace una pausa. —Llamaré a mis padres para que me vayan a buscar allí. —Guardo el celular y les sonrió a todos con alegría. — ¡Gracias! —Agradeció antes de comenzar a caminar, alejándose.

Cuando la chica estuvo lo más alejada posible, las miradas se fijaron en Cody. — ¿Qué? —Pregunto sintiéndose pequeño ante las miradas.

—Tú cantaste… —Hablo Lianna.

—…Y la despertaste. —Finalizo Alexis.

El rubio observó un momento a la chica que se alejaba. —Sí… es verdad. —Acepto. — ¿Ese será el Poder del Canto? —Pregunta que parecía más una afirmación.

— ¡Sí! —Saltó Sabrina con entusiasmo. — ¡Un poder curativo! —Comento. — ¡Una voz curativa! —Pronuncio. — ¡Así podremos salvar a todos! —Anuncio Sabrina encontrando la solución al problema.


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Escucha esta Canción

Tal vez un misterio…

Que hay que resolver

Aunque aún no puedas ver

La solución te mostraré

¿Puedes escucharla?

¡Ven a escucharla!


¡Espero les haya gustado!

¡Nos leemos Luego!

¡Bye!