Eren lo miro atónito. Se quedó sin respiración, su peor pesadilla se había hecho realidad: Levi estaba allí.

-Vaya Levi, no esperábamos esta "inusual visita"- dijo la castaña mientras contenía la carcajada mientras los presentes temblaban de miedo al ver a su jefe con extrema actitud. Rivaille solo miro enojado a Hanji y esta no pudo contener más la risa, ante la mirada de miedo de los demás. Eren tomo aire y su corazón volvió a ponerse en marcha y latir con fuerza mientras miraba al azabache.

Para que negarlo. Lo había echado mucho de menos pero él le había hecho mucho daño, anhelo cruzar la habitación y perderse en la cálida fuerza de su abrazo, pero sabía que ya no encontraría calor. Lo había dejado claro cuando lo hecho de su casa.

A pesar del dolor de verlo, lo miro de arriba abajo. Estaba magnifico, el traje ejecutivo le quedaba como un guante, sin quitarle un ápice de virilidad, el recordaba la fuerza atlética de su cuerpo y lo que bien se sentía cuando sus músculos lo rodeaban.

Se estremeció al ver que ahora lo estaba observando, su piel estaba tensa sobre los pómulos marcados y un musculo pulsaba en su angulosa mandíbula. Tenía clavado sus ojos azules en él, le devolvió la mirada y gélido escalofrió recorrió su espalda al reconocer la ira acerada en sus ojos. Solo la había visto antes aquel ultimo día en Venecia, era un brutal recordatorio de cómo las cosas terminaron entre los dos.

-Dígame por qué cree que Empresas A&S debería tenerlo como empleado

Eren se agarró las manos y miro a Rivaille con sorpresa, no había esperado eso, había creído que llamaría a seguridad para que lo echaran o simplemente él personalmente lo haría. No sabía que pretendía, pero no tenía más opción que seguirle el juego. No iba a salir corriendo con el rabo entre las piernas.

-Estoy perdiendo mi paciencia Jeager

-... comentaba anteriormente que tengo los conocimientos en el mantenimiento del equipo y de la administración de ciertas finanzas. Además hay ciertos atajos que podemos tomar como una ayuda, para ahorrar tiempo y trabajo. Quitando las inconveniencias de un sistema inadecuado, puedo adaptarme a cualquier cosa.

Eren termino su charla y siguió mirando a Levi. Hanji solo estaba tocándose el estómago, le dolía tanto por aguantarse la risa. Sabía que era inútil, Historia había tenido razón, el puesto de trabajo era sumamente difícil de conseguir, y con Rivaille de por medio, el contrato sería imposible.

Siguió un silencio mortal mientras esperaban a que Levi hablase. De repente Eren pensó en su hijo nonato. El hijo del azabache, seguía sin parecerle real; a veces hasta olvidaba que estaba encinta unos minutos. Pero si después, si las náuseas no bastaban con recordárselo, su constante preocupación por conseguir un trabajo que le permitiera mantenerlo, lo devolvía a la realidad de golpe.

Recordó todas las advertencias de su madre acerca del mundo. Estaba en la misma situación que su madre; abandonado por el error de ser como es.

Su padre vivió un tiempo junto a ellos, pero al enterarse de su condición, se negó a reconocerlo y había amenazado a Carla, su madre, para que nunca revelara su existencia. Para empeorar las cosas, el gran Doctor Grisha Jeager tenía su familia real a quien mantener: una esposa y un hijo que Vivian en una bonita casa en las afueras.

Para Grisha, Eren y su madre no eran lo suficientemente buenos, eran algo vergonzoso y debían permanecer a escondidas en el campo, donde no pudieran dañar su impecable reputación. Eren sabía que su padre era un hipócrita de primera categoría y cuando cumplió 17 años se dijo a si mismo que había sido una suerte que no estuviera con él, pero había sido duro crecer sin padre. A su madre le costaba apañarse y la infancia de Eren había sido inestable y difícil.

-Perfecto. Contratado, estas en periodo de prueba tres meses

-Señor rectifique su decisión- hablaba Petra seria- No debemos adelantarnos a un...

-Petra, si quieres mantener tu puesto no hables. Cuatro ojos pon orden aquí. Después a compaña a Jeager a mi despacho

-A la orden enano- Levi solo la miro y salió del lugar, no sin antes lanzarle una mirada fría a Eren quien tembló por dentro, esa mirada era muy diferente a las demás que ya conocía.

El ver como aquella mujer que había dado su queja, se sentó sin decir palabra alguna, le habría parecido divertido, pero al ver que los dos empresarios le lanzaban una mirada de odio total, solo se dignó de redirigir la mirada hacia la ventana, intentando fingir el admirar el paisaje

-Ya escucharon. Petra necesito los informes del reabastecimiento de la comunicación local en menos de una hora. Gunther necesito las finanzas de todo los gastos de la empresa a manera de gráficos.-ambos miraron con una mueca a Hanji quien solo se acomodó los lentes, tomo a Eren del brazo y casi lo jalo para que saliera del salón.-Ah, y no olviden preparar la estancia de Jeager

-No es necesario que hagan eso

-Joven Jeager, usted vendrá conmigo- la castaña pidió con amabilidad que le siguiera.-Ahora tendrás que soportarlo

-¿Ah?

-Vaya eres distraído- negó mientras sonreía al ver como el castaño se ponía tenso al dirigirle la mirada.-Ya no te espantes, no soy como tú crees

-¿A qué se refiere?

-Lo que viste ahí adentro. Solo lo hago para asustar a la gente. Estuve así- junto dos de sus dedos a una corta distancia.- De que salieras corriendo pero llego Rivaille y arruino mi diversión, pero ahora que te toca trabajar con él pues...

-¡¿Qué?!- Eren estaba aterrado. Trabajar junto con ese sujeto solo hará que lo mate cuando menos se lo espere, si llegaba a tener el puesto, se mantendría lo más lejos de él, no era el hombre que había creído conocer, ese hombre se perdió hace unas semanas. Hanji solo empezó a soltar carcajadas sin importarle hacer pleno escándalo en todo el edificio, tanto era su espanto del castaño que no se percató que ya estaba en la puerta de su nuevo jefe. La castaña entro sin pedir permiso mientras el azabache estaba firmando unos papeles que, sinceramente, solo estaba arrugando de toda la ira que tenía.

-¡Enano! Aquí esta Eren

-Perfecto. Ahora sal de mi vista- Hanji hizo ojos de perrito y disimulo haber sido herida.-Fuera de mi oficina

-Que amargado eres Levi.

-Perdón por interrumpir- susurro Eren captando la mirada de los presentes.-Yo... quisiera trabajar con la señorita Hanji

-Tú haces lo que yo diga, no lo que te plazca. Hanji déjanos solos- Hanji solo se limitó a salir dejando a Eren convaleciente de todo lo que iba a suceder a continuacion, Eren quería salir corriendo de ahí pero la mano de Levi tomo su brazo, gimió al sentir el contacto y perdió el equilibro como si hubiera recibido una descarga eléctrica.

Giro para mirarlo y cualquier esperanza que hubiera podido alojar en su corazón de que las cosas mejorarían, se extinguió al sentir el cuchillo de su mirada. La ira de los ojos azules era tan frías y despiadada que fue como si dardos de hielo le travesaran el alma. Levi lo soltó cerca de un pequeño sillón.

-¿Qué es esto?

-La oficina y suite principal de la última planta- contesto Rivaille- Es muy raro que este aquí

Eren miro a su alrededor y recupero un poco de estabilidad al ver que el azabache se alojaba un poco, era increíble como su cuerpo había respondido a estar a su lado. Miro y vio las marcas que habían dejado los muebles y las sombras en los lugares donde habían colgado cuadros. Era un espacio sin alma.

No le gustaba estar en un sitio más sombrío con Levi. Sus recuerdos lo asociaban con el Palazzo de Venecia, o a pasear con él, no echaba de menos la comodidad y el lujo, sino estar juntos. Estar con Rivaille había sido como estar en casa. Y ya no tenía hogar.

-¿Dónde estás viviendo?

-En Londres- contesto Eren. Dado el modo en que lo había tratado, no veía la razón para decirle de la precariedad de su situación.

-¿Solo?- inquirió el azabache

-No es asunto tuyo- se enfrentó a su mirada azul. No quería que pensara que lo intimidaba, aunque se sentía tembloroso e inseguro, estaba seguro que él había percibido como le afectaba su proximidad durante la reunión.

-El padre del niño- mascullo el-. ¿Vives con él?

Por segunda vez en esta mañana, a Eren se le paro el corazón un segundo, las palabras de Rivaille no tenían sentido. No podía estar insinuando lo que creía

-¿De que estas hablando?- se puso la mano sobre su aun plano vientre.-Sé que no fue un embarazo planificado, ni siquiera fuera bueno para mí pero, por supuesto, el padre eres tu

Él lo miraba con el ceño fruncido y la luz de la mañana daba a sus ojos un brillo metálico, él castaño pensó que no podía ser el hombre con quien había compartido cinco maravillosos meses en su vida.

-Guárdate tus mentiras- dijo Levi-Dime si estas en contacto con él. ¿Sabe que estas embarazado?

-Es toda una locura. Sabes que solo he estado solo contigo

-Puede que haya sido tu primer amante... pero no el único

-¿Por qué piensas eso?- grito Eren.- No lo entiendo. ¿Alguien te ha dicho algo?

-Dime si el padre lo sabe- gruño Rivaille

-¡Tú eres el padre. Maldita sea! - grito Eren- No hay nadie más, ni nunca lo ha habido

Levi hizo un ademan de silencio por un momento, como si estuviera evaluando fríamente un asunto de negocios.- Por lo que me dices, no lo sabe, o no lo quiere saber

-Eres un...

-Sea lo que sea, a partir de ahora, en lo que respecta al mundo, ese bebe es mío

-Es tuyo- musito Eren. De verdad, se sentía como si estuviera golpeando la cabeza contra la pared. Rivaille asintió, sin dejar de mirarlo.

-Nos casaremos inmediatamente.- Anuncio.