-Toma.- Levi le entrego un pequeño vaso de agua- Bebe.
Eren lo acepto en silencio, incapaz de hablar. Hace unos momentos volvió a tener otra recaída, un poco más preocupante y rara que la vez anterior, gracias a eso no podía abandonar el edificio hasta que estuviera en óptimas condiciones. Rivaille estaba a su lado, verificando que no hubiera cambios, la comida y la bebida, todo era visto por el azabache. Para Eren era algo raro, Levi podía no ser el amante tierno y preocupado que él había soñado, pero seguía sabiendo que cosas le gustaban.
De hecho, a juzgar por la crueldad con la que le había echado en cara su infancia, sabía mucho de lo que había creído.
-Investigaste mi pasado...
-Por supuesto. Estabas viviendo conmigo, investigar tu pasado era imprescindible- asevero el- Podías acceder a todo tipo de información confidencial.
Eren lo miro con desagrado. A él nunca se la habría ocurrido investigarlo así- Tal vez debería hecho lo mismo respecto a ti- sabía que Rivaille antes estaba casado, pero nunca había indagado para saber porque había fracasado su matrimonio – Habría descubierto a tiempo la clase de persona con quien estaba relacionándome
Sus emociones eran todo un total caos. Tal vez muy, muy en el fondo deseaba verlo. Pero que Levi, aquel hombre que había creído estar enamorado, le restregaba todo el dolor que vivió en cara, y encima le pedía matrimonio.
-Ser el sucio secreto de alguien no es agradable- la voz fría e insensible de Levi rompió el silencio- No hagas que ese niño sufra el mismo destino. No tienes por qué actuar como lo hizo tu madre
-¡Eres tu quien lo está convirtiendo en sucio!- Eren contesto lleno de rabia- Y no metas a mi madre en esto; vive muy feliz en el campo, cuidando a los niños y ayudando en lo que puede.
-Pero no eres feliz. Y tu infancia estuvo muy lejos de serlo
-No sabes nada de mi infancia
-¿Ah no? Sé que tu padre se negó a reconocerte y más en tu condición. "Un doncel" como hijo, debió ser un golpe duro para el saber que su pequeño era un fenómeno- vio como el castaño bajaba la mirada ante sus palabras y eso le traía mucha satisfacción- Que pago a tu madre para comprar su silencio. Que nunca lo has visto, ni tampoco a tu "Hermano Mayor", y que es improbable que eso llegue a ocurrir. A no ser que quieres que tu madre pierda la casa y su ayuda económica para satisfacer tu curiosidad por el hombre que nunca te quiso.
-No te atreverías...
-¿Deseas conocer a tu padre?- mascullo Levi con burla y orgullo.
-¿Por qué iba a querer conocerlo? No es nada para mí
-Quieres decir que tú no eres nada para él
Rivaille se dio la vuelta y eligió un bollo de la bandeja de plata. Eren lo miro con mucha ira.
-Eres vil- el castaño miro el vaso que tenía en mano para no mirar al azabache, él había pasado toda una vida intentando pensar en el rechazo de su padre. Y quería seguir así, podría haberlo buscado e intentar que se reconciliaran, pero siempre ha sabido que no saldría nada bueno de eso. Además no quería traerle más molestias a su madre.
-Come esto- El azabache le quito el vaso de agua y le entrego un plato con unos bollos
-No tengo hambre
-Pero debes comer- insistió Levi- Te sentirás mejor cuando se te suba el nivel de glucosa. Esa palidez es excesiva, incluso para ti.
-¿Incluso para mí? No hables como si me conocieras. Puede que conozcas mi secreto, pero no implica conocer a una persona. Una forma para coaccionarme.
-No es coacción- Dijo Rivaille- Simplemente te ayudo a reconocer las implicaciones de intentar criar solo a un niño ilegitimo. De hecho, solo tienes que recordarlo, porque lo sabes de primera mano. Y sobre todo, teniéndote a ti como "madre". Vaya que triste.
-No fue tan terrible como insinúas- protesto Eren. Pero en el fondo de su corazón sabía que esas palabras eran verdad.
-¿No quieres proteger a tu bebe? Cásate conmigo y se librara de la tristeza de lo amargo de tu infancia
-Mi infancia no fue amarga
-Siendo mi heredero el mocoso tendrá muchas oportunidades. Y tú te liberaras de las dificultades que tuvo que enfrentarse tu madre.
-No sé qué decir... No sé- Dos meses antes la propuesta lo había hecho completamente feliz. Sin embargo ahora comprendía que no lo amaba y ni siquiera confiaba en él, pero le estaba ofreciendo una oportunidad para su bebe y eso era lo más importante ¿Cómo podía negarle a su pequeño la vida que Rivaille podía ofrecerle?
-Si sabes que decir. Debes aceptar mi propuesta. Y, dadas las circunstancias, debemos organizar la boda lo antes posible. Volaremos a Venecia esta misma tarde
Levi miro a Eren detenidamente, ni siquiera tenía el mismo aspecto que el amante apasionado y al tiempo inocente con el que había vivido con el casi medio año. El castaño estaba rígido y callado, las ojeras de cansancio, seguramente por la universidad, bajo los ojos color jade acentuaban su tamaño, haciendo que parecieran enormes en el rostro delgado. Y en los cinco meses que habían pasado juntos nunca lo había visto con ese defensivo lenguaje corporal, todo eso era nuevo para él.
Pero, a pesar del cambio de aspecto, la atracción que ejercía sobre él no había disminuido en lo absoluto. Era tan intenso como la primera vez que lo había visto: caminado por la calle una tarde mientras salía de la universidad acompañado de su amigo nerd, y también aquella vez había irrumpido en la plática de ambos jóvenes tratando de descubrir quién era.
De repente, le había parecido imperativo invitarlo a cenar, conocerlo... acostarse con él. Y el deseo urgente que lo había invadido entonces, seguía surcando sus venas como lava ardiente. Deseaba posarlo en el suelo y hacerlo suyo hasta que el castaño llorara de placer. Sabía que lo conseguiría, había notado su reacción antes.
A pesar de sus protestas, Eren lo deseaba tanto como Levi a él. Quería deslizar las manos por todo su cuerpo hasta conseguir que se fundiera contra él, quería arrancarle ese estúpido traje y dejar que su delicado cuerpo se mostrara en su máximo esplendor. Solo había visto su cabello en su estado salvaje y natural al final de sus apasionadas sesiones de sexo. El cuidado que el castaño daba a su imagen era muy sencillo pero efectivo, pero era siempre una batalla en cuanto a su cabello, por más que lo peinaba, este siempre terminaba en desorden todo el día.
A Rivaille le gustaba salvaje. Hacía que pensara en sexo desenfrenado.
-Incluso si acepto, no estaría listo para viajar esta tarde- la voz de Eren interrumpió sus reflexiones- Tengo cosas que hacer, gente con la que hablar
-Claro que estás listo. Deja todo eso en mis manos. Cuando lleguemos a Venecia puedes llamar a quien quieres para informales tu cambio de dirección.
Levi contuvo una sonrisa de satisfacción por su victoria. No se había permitido considerar la posibilidad de que el rechazara su oferta de matrimonio. El que le hubiera sido infiel y lo hubiera negado demostraba que se había equivocado al evaluar su carácter. Pero tenía las herramientas para poder hacerlo pagar. Y confiaba que sus francos comentarios sobre su infancia llevaran a Eren aceptar su propuesta.
-No, necesito...
-Supongo que llegaste a mi empresa por una recomendación ¿Verdad?- Levi alzo el teléfono- Un mensajero hará llegar unos pequeños agradecimientos a aquel que te ayudo a "entrar en razón"
-Espera Levi...
-Calla, debes prepararte para nuestra gran nueva vida- dijo el azabache de manera burlona
Lo tenía en sus manos. Solo quedaba organizar todo lo más rápido posible. Después le daría a su tío la noticia que llevaba años deseando: El apellido Ackerman no se perderá. Su tío morirá feliz, creyendo que habrá un nuevo heredero. Después cuando Eren ya no tuviera utilidad para él, se vengaría librándose del castaño, y del bebe.
Un divorcio rápido y su vida volverían a la normalidad. El fenómeno de Eren, y la prueba de su infidelidad, desaparecerían de su vista.
-No puedo irme a Italia así como así- protesto Eren-La gente se preocupara por mí, Armin, mi madre...
-No veo el problema ¿Quién tendrá algo de angustia por tu ausencia? Un doncel como tú no vale nada en este mundo. Recuérdalo siempre Eren
-No tienes que decir eso Levi
-Anunciar que volvemos a estar juntos y vamos a casarnos. Una fácil y rápida solución
-No lo creerán- dijo Eren, se preguntó cómo reaccionaría Armin, su independiente amigo, al saber que se casaría con Rivaille solo para garantizar y estabilidad a su futuro hijo. Posiblemente lo mate antes de que cometa esa estúpida tontería. O tal vez le dejaría de hablar o llamaría a su madre para que lo haga reaccionar ante su decisión. Pero lo más angustiante...
¿Cómo podría explicar que no soportaba la idea de someterlo a una infancia tan dura como la suya?
El castaño tomo aire y soltó un suspiro de tristeza- Todos saben lo mal que me trataste, no se creerán ninguna historia que les cuente.
Bueno al menos no Armin. A su madre no le había contado nada, y así pensaba dejarlo. Ni siquiera se había animado a llamarla para decirle que estaba de vuelta en Londres.
-No- la voz de Levi corto el aire como acero- Nadie debe saber nunca que este matrimonio no es completamente normal
-Pero...- Eren callo cuando el azabache agarro sus manos y lo puso de pie con brusquedad. Sintió la intensidad que irradiaba, Levi hablaba completamente en serio.
-Nadie lo sabrá nunca- los ojos de Rivaille destellaron- Harás que crean que es un matrimonio normal y que el hijo que llevas es mío. Si no lo haces, te echare a ti al bebe a los más profundo de la alcantarilla. Eren lo miro desconcertado.
No quería que su bebe pasara lo que había pasado el. Las palabras Sucio secreto resonaron en su mente, tenía que reconocerlo, Rivaille evaluó con certeza lo que había sido su infancia.
Una madre deprimida, escasez de dinero, la falta de una figura paterna, y además, las burlas malintencionadas de otros niños por su condición de "doncel" habían sido difíciles de sobrellevar. Pero lo que realmente le rompía el corazón era saber que su padre no quiso conocerlo, no tener un doncel como hijo, sobretodo, que deseaba que no hubiera nacido.
Eren no permitiría que su pequeño creciera sin conocer a Levi; sabia con toda seguridad que él bebe era hijo suyo.
Tenía que aceptar. Por el bien de su bebe nonato...Tenía que casarse con Rivaille Ackerman
