Ca 'Ackerman, el bello Palacio que había sido el hogar de Kenny Ackerman durante más de cuarenta años, estaba en el centro de la atención en una zona magnífica Gran Central, fue posible desde la casa de Levi por el agua, utilizando las preciosas Las entradas impresionantes en el canal de ambos palacios, pero en el pasado complacido con el nombre de Azabache, se eligió y se ordenó, se hizo un recorrido más corto por el camino de la calle, siguiendo los canales y cruzando los puentes. Aunque había vivido en Venecia bastante tiempo, descubrí algo nuevo en cada paseo y siempre le había gustado investigar cosas nuevas.
El castaño sabía que Levi había ido a vivir a Ca 'Ackerman con su tío siendo un niño, cuando su madre murió, era claro que Kenny era muy importante para él, aunque no lo demostrara muy seguido, al igual que esa visita, esperaba que Las cosas fueron bien. No tardaré mucho en llegar al Palacio Barroco, Eren miraba con asombro la impresionante fachada, ornamentada con columnas y estatuas de mármol.
-Esta es la entrada de atrás. La que da al canal es increíble
Eren sonrió sorprendido. Rivaille había crecido en ese histórico palacio, pero no se había dejado de admirar y era obvio que se sentían orgullosos de su linaje, lo miro de reojo y por un momento en el momento en el que se conocía. Parecía relajado y casi reflejado una sonrisa llena de felicidad, como en el caso de Ca 'Ackerman fuera como volver al hogar.
Tuvo la sensación de ver su tío y darle la noticia.
El azabache le dio la mano. Era un gesto que podía tomarse tanto como el símbolo de la posesión o el afecto, por lo que el castaño volvió a recordar lo importante que había sido su papel. El ama de llaves había dicho a Levi que Kenny estaba descansando en la cama y subió a la segunda planta. En cuanto entraron al dormitorio, Eren presintió que algo o iba bien. Levi se tensó a su lado en cuanto vio su tío; Le soltó la mano y fue rápidamente hacia la cama.
-¿Viejo? - Levi se inclinó para hablarle al oído -¿Estas bien?
Eren se quedó junto a la puerta, sin saber qué hacer, el ama de llaves había dicho que estaba descansando, no ha estado mal. Desde donde estaba, no sabía que había provocado esa reacción en Rivaille, Kenny había cansado y débil, un poco raro para su edad, pero también me ha gustado más.
-¿Levi? - la voz sonó débil, pero el hombre había reconocido perfectamente a su sobrino- Estoy cansado nada más
-Traeré al médico de pacotilla. Es obvio que tu aspecto te delata perfectamente
-Bah- rezongo Kenny- No hace falta que te guste mi aspecto, no soy una de tus conquistas
Eren sonrió al oír la respuesta. El comentario sobre las conquistas de Levi era inquietante, pero era obvio que el hombre estaba lucido, y también era una persona de temperamento, aunque estuviera confinado en la cama. Levi se había inclinado más y hablaba con firmeza a su tío, mientras este solo fruncía el ceño pero hacia caso a su sobrino. Era obvio que para Levi el anciano significa muchísimo para él.
Al castaño se le cerro la garganta y derramo una estúpida lagrima al recordar a Levi hablándole con amor. Ya no lo hacía, parpadeo y se dio la vuelta, intentando no pensar en lo distinto que era todo, para distraerse admiro los impresionantes frescos que decoraban las paredes. La ornada decoración era esplendida, muy apropiada para el dormitorio principal de un importante palazzo del gran canal.
Capto un movimiento y se dio la vuelta; Levi iba hacia él, lo tomo del brazo y lo condujo al pasillo.
-Ahora es un buen momento para que conozcas al viejo
-¿Puedo de ayudar de alguna manera?- pregunto Eren mientras era guiado hacia las escaleras
-No, vete a casa. Te veré después
-Pero...- Levi giro sobre los talones, volvió al dormitorio y cerró la puerta. Eren se quedó totalmente mudo ante la actitud del azabache, entendía la preocupación por su tío pero no era agradable que lo despidiera así. Pero así seria de ahora en adelante.
Bajo lentamente las escaleras, pensando en cuanto habían cambiado las cosas, el antiguo Rivaille jamás le hubiera pedido que encontrara el camino de vuelta a casa, completamente solo. De hecho al principio le hubiera costado mucho trabajo convencerlo de que no le pasaría nada si paseaba por la cuidad solo, nadie antes se había preocupado mucho por él, y lo había emocionado que el azabache lo hiciera.
Eren iba camino a la salida, pero decido dar un vistazo más a fondo de aquella edificación tan magnifica, era sorprendente lo familiar que le resultaba todo, a pesar de su estancia en Londres, siguió el paso, adentrándose en esos pasillos decorados sin fin de hermosos cuadros, sin embargo, uno de ellos logro captar su atención.
Una hermosa mujer de cabellera azabache, hermosos ojos, con un hermoso vestido rojo que encajaba perfectamente con sus bellos labios, quien abrazaba a un pequeño niño sonriente.
Eren noto perfectamente quien era aquel niño de la pintura, era una verdadera razón para seguir apreciando aquella obra de arte, como anhelaba tener algo así, tener el cariño de la persona a quien más ama en el mundo.
-Ella es preciosa- el castaño dio un pequeño salto al escuchar esa voz, giro y miro a una chica hermosa, con ojos color gris claro, y una sonrisa un tanto apagada- Perdona no quise asustarte
-No me asuste
-Es claro que sí, me llamo Mikasa Ackerman- dijo la joven estrechando su mano- Es un placer...
-Eren Jeager- volvió su vista hacia la pintura- ¿Quién es ella?
-Kuchel Ackerman. Mi tia y hermana menor de mi padre, es la madre de... Rivaille Ackerman
Eren miro a la chica y noto un poco de enojo en su rostro.
-¿Qué le paso?
-No sé exactamente. Los informes dicen que ella murió por causas naturales
Mikasa miro a Eren detenidamente. Era raro ver a alguien como el castaño vagando en su hogar, sin que su padre o su primo pusieran mirada de asesinos seriales, pero a su parecer el chico no estaba mal.
-Tengo que irme, perdón por interrumpir señorita Ackerman
-No te preocupes. Y llámame Mikasa, espero tu visita más seguida- la azabache le guiño un ojo y con marcha seductora avanzo para poder perderse en la vista de Eren, quien se sonrojo un poco ante lo que acababa de pasar, prefirió retirarse antes de que Levi le reprendiera por no irse, abrió la puerta y decidió caminar por las calles de Venecia. Iba casi en piloto automático, recorriendo el laberinto de callejuelas sin pensar.
De repente se detuvo ante una concurrida heladería, no había necesidad de volver a casa solo porque Rivaille se lo había ordenado, debería tomarse algo de tiempo para el e intentar aclararse. Se unió a la cola para comprar un helado y poco después estaba sentado junto a un canal bajo el sol de la mañana, contento de haber recuperado su apetito y poder disfrutar una de sus cosas favoritas.
Los escalones que bajaban al canal eran un buen ligar para sentarse, alejado del paso de peatones y poder observar el agua chocar contra los edificios del otro extremo de canal.
-Esta rico... ¿No lo crees bebe?- sonrió al sentir una pequeña respuesta en su ser, tal vez no sentía las patadas o los pequeños movimientos pero si en su corazón, el amor que su hijo le daba. Saboreo el helado lentamente, cuando lo acabo dejo que mente volviera a centrarse en la situación en la que se encontraba con Levi.
Todo estaba ocurriendo muy rápido desde que irrumpió en su presentación con Hanji aquella mañana, su propuesta lo había pillado por sorpresa, pero había accedido a casarse con él por el bien del bebe. Había creído que sería mejor que crecería siendo parte de una familia, como padre y "madre".
Además, en el fondo, no podía olvidar lo maravilloso que había sido entre ellos antes de que lo echara, tal vez viviendo juntos las cosas volverían a ser como antes. Pero Levi había creído que lo había engañado y que él bebe no era suyo. Por eso estaba tan enfadado y lo trataba con brusquedad, Eren no tenía ni idea de que le había llevado a pensar.
Por más que le pensaba, no se le ocurría nada de que pudiera haber dicho o hecho para hacerle llegar a esa conclusión. Habían pasado noches separados, pero siempre por un viaje de negocios de él. Eren nunca había pasado una noche fuera del palazzo sin Rivaille.
De repente supo lo que debía hacer. Si pudiese demostrar a un hombre que no había sido infiel, una vez volvería a confiar en él, aunque había herido sus sentimientos, podría tener sus razones. Hubiera sido mejor que tuviera la cortesía de decir que eran, pero su enojo era más fuerte ahora.
-Le pediré una prueba de paternidad
Eren se dijo a sí mismo. Cuando se convenció de la verdad, quizás sea más importante para ellos y para que sea más importante para él. El castaño se encuentra lleno de energía. Haber encontrado una solución, pronto se arreglará todo.
Eso era lo que quería creer.
