-Esta noche cenaremos afuera- dijo Levi- Para conmemorar tu regreso a Venecia.

-Eso será agradable- respondió Eren. No permitiría que Rivaille haya sido afectado por la discusión. Estaría bien salir del palacio, había pasado el momento menos de veinticuatro horas desde su regreso y, el pasado pasado, un manojo de nervios. No lo sorprendió. Intentar leer un libro de la biblioteca, pero a pesar de su afición aficiones por la lectura, no pudo dispersar todos los pensamientos inquietantes.

-Iremos una de Luigis

-Eh ... no ...- Eren inspiro con ansiedad y miri a Levi buscando una excusa para no ir a aquel lugar, después de la última noche en Venecia, será arriesgado que Luigi y el azabache entraran en contacto. El restaurante había sido uno de sus lugares favoritos para cenar, estaba bastante cerca del palacio para ir, sirviendo algunos de los mejores platos de Venecia y tenía un gran ambiente. Luigi, el propietario, era todo un carácter, personalidad expansiva y naturaleza generosa, para alguien de su edad.

La noche que Levi había echado un ojo a Eren, la unión de aquel hombre también había sido su salvación, atrapado en la cubierta de niebla, con todos los hoteles al completo y el aeropuerto cerrado, le había salvado el cuello. en la habitación de invitados de su hijo sin preguntas, y el mismo que había llevado al aeropuerto la mañana siguiente.

-¿No te apetece la de Luigis? ¿Por qué no? - pregunto Levi con el ceño fruncido

-Iremos, si tú quieres

Eren no supo que decir, no había hecho nada malo, pero Rivaille era un veneciano orgulloso y sabia instintivamente que no le gustaría que hubiera aceptado la ayuda de otra persona

-Tch ...

-En realidad me encantaría en ese sitio en Burano. Se me apetece mucho el pescado.

-Muy bien- el azabache se estaba dando la vuelta, pero de repente paro y lo taladro con su mirada azul- Esta cena es una celebración. Vístete para la ocasión.

Eren, irritado, contemplo como como se alejaba preguntándose si pretendía provocarlo con su falta de amabilidad. Era difícil acostumbrarse, Rivaille siempre había sido dominante, pero nunca le habría dado órdenes así sin más. Cruzo la habitación para mirar por la ventana alta y arqueada, góndolas negras cargadas de turistas surcaban el canal color azul turquesa, observo las lánguidas ondulaciones en la reluciente superficie del agua, pensando en cuanto había cambiado su vida.

Ya no era un turista. Ni siquiera un visitante.

Estaba en Venecia para quedarse.

Subió las escaleras para vestirse para la cena, le demostraría a Levi que entendía las reglas del juego, no le haría perder tiempo aprobando su decisión; su instinto de supervivencia no le permitía pasar de nuevo por esta humillación. Había aceptado que el azabache tenía intenciones serias de casarse con él y, aunque las circunstancias no eran las que había elegido, sacaría el mayor partido posible ante la situación.

No permitiría que la fuerza viril y masculina de Levi lo apagara, debía asumir la responsabilidad de crearse una vida en Venecia y preparar la llegada a la familia de su pequeño, sabía que lo mejor era dejar de luchar contra Rivaille y encontrar la mejor manera de adaptarse a sus normas. Debía ser precavido, sería mejor intentar fluir en el desarrollo de las cosas que pelear con Levi después de que hubieran sucedido.

Poco después cruzaban la laguna de camino a la isla de Burano.

-He echado de menos estar en el agua. Era una de mis cosas favoritas de vivir aquí, aunque estuviéramos en invierno.

-Nunca pareció afectarte el frio

Hubo un silencio, Eren lo había intentado, entablar una conversación, soltó un suspiro y decido disfrutar el viaje en barco admirando las vistas, el sol creaba un bello efecto en el agua; olas azul oscuro contra bandas anaranjadas que reflejaban al sol.

No tardaron en llegar a la pintoresca isla, con sus casas sencillas y pintadas de alegres colores, parecía un mundo distinto a Venecia, no había hoteles en la isla y cuando caía la tarde los turistas regresaban a la cuidad. Los artesanos locales recogían sus encajes y demás productos y los pescadores salían a dar un paseo con su familia.

El barco se detuvo a un lado del puerto, y el piloto najo de un salto a atarlo, Levi desembarco primero y se dio la vuelta para ayudar a Eren, el castaño lo acepto automáticamente, pero cuando sus manos entraron en contacto sintió una viva descarga de energía sensual.

Aparto la mano con gemido y se tambaleo cuando el barco dio un vaivén, los dedos del azabache se cerraron en su brazo para afirmarlo, pero no dijo nada mientras Eren bajaba

-Gracias- Intento que su voz sonara alegre y tranquila, sin conseguirlo. No entendía por qué el roce de sus manos había provocado semejante reacción sexual.

-Ya debería saber que no se pueden hacer movimientos bruscos estando de pie en el borde de un barco.

Alzo los ojos a su rostro y se le reseco la boca al ver como lo miraba, desvió la vista, esperando a que hablara, pero él siguió en silencio.

-¡Por Dios santo! Deja de contestarme con silencios

-¿Qué quieres que diga?- Levi alzo una ceja y siguió andando hacia el restaurante.-¿Quieres que te regañe por actuar como un estúpido al borde del agua?

-Eres un...

-¿O quieres que hablemos de cómo el simple contacto de mi mano en la tuya hizo que una corriente de deseo sexual surcara tus venas?

-Eso no es verdad- protesto Eren. La mera mención del deseo sexual le provocaba una reacción que prefería negar, sobre todo dada la actitud arrogante y hostil de Levi, por un momento se alegró de que estuviera andando y él no lo mirara.

-Claro que lo es. Y si algo tan sencillo te excita ¿Qué ocurría en el restaurante cuando te abrace y demuestre a todos lo felices que somos?

-¿Por qué no podemos tener una conversación normal?

-Podríamos intentarlo-dijo Levi, abriendo la puerta del restaurante.-Pero sería mejor que te enfrentaras a la realidad, no te concentrarías en otra cosa.

-¿Cómo?

-Ambos sabemos cómo acabara esta velada

Eren se imaginó tener sexo con Rivaille y su cuerpo vibro de arriba abajo. Por más que lo intentara, era imposible ignorar esas imágenes. El castaño tenía las mejillas arreboladas cuando el maître se apresuró darles la bienvenida, protestando por cuanto hacia que no iban, y los condujo a la mejor mesa del restaurante.

-¿Quieren una copa de Prosecco para empezar?-pregunto el maître

-Perfecto- Rivaille dedico a Eren una sonrisa lenta que le provoco un escalofrió.-Al fin y al cabo, es una velada de celebración.

-Yo no debería tomar más que unos sorbos-dijo el, sin querer mencionar su embarazo, ya era bastante escándalo que el maître lo mirara de forma muy burlona y asqueada. Se arrepintió de no haber escuchado al azabache de que fueran a cenar con Luigi. En este restaurante lo habían tratado de la peor manera por su condición.

La diferencia en ese entonces. Levi había noqueado a 10 trabajadores por haberse burlado de él. Y como termino la velada...

-Vaya Eren sí que estas en ayunas

-Sabes porque Levi

-¿Cómo dicen los ingleses?-los ojos de Rivaille adquirieron un brillo diabólico.-Un poco de lo que te gusta te hace bien.

Eren, tembloroso, se concentró en la carta para evitar su penetrante mirada, si quería sobrevivir a la velada, tenía que controlarse y no pensar. Cuando el camarero llego a informales acerca de los platos principales del día, el castaño se repuso un poco. Para cuando pidieron había controlado más o menos su reacción física ante Rivaille, pero sabía que iba a tener que esforzarse para conseguir que la conversación mantuviera un tono neutro.

-Deberíamos hablar de los planes de la boda

-Desde luego

-Debe ser muy pronto. Y creo que un evento familiar sería lo mejor ¿Hay alguien a quien quieras invitar que pueda venir con poco aviso previo?

-No lo sé. No he pensado en ello- Eren empezó a jugar con sus delicadas manos, consternado. Iba ser muy raro seguir adelante con esa boda. Y seguía preocupándole el mantener las apariencias con su madre y su mejor amigo presente.-Creo que sería mejor decírselo después. Podrán visitarnos más adelante.

-¿Te avergüenza tu prometido?

-No- lo miro a sus ojos. Un par de meses estaría con el orgullo en alto.-Pero no estoy seguro de poder convencer a mis seres queridos de que esto es real. Ni siquiera yo me he acostumbrado

-De acuerdo. Si crees que sería mejor, haremos eso. Solo Kenny, si esta lo bastante recuperado, y un par de testigos.

Lo miro unos segundos más, y contemplando sus ojos azules a la luz de las velas, Eren recordó como se habían mirado en esos tiempos. El resto de la cena se desarrolló con calma, Levi mantuvo una conversación ligera y para cuando Eren acabo su helado, comprendió que era la primera vez que disfrutaba de una comida entera en varias semanas.

Tal vez su cuerpo se había acostumbrado al embarazo, ahora que empezaba el segundo trimestre.

-Vamos a casa- dijo Rivaille mientras pedía la cuenta.

Eren lo miro y recordó de repente lo que había dicho sobre como acabaría la velada. Se estremeció de anticipación, no podía negar que había echado de menos las noches de pasión compartida. Contemplo los cuadros que cubrían las paredes para no pensar en hacer el amor con Levi.

Había oscurecido cuando cruzaron la laguna de nuevo y la luna, en cuarto creciente, colgaba entre las estrechas calles. Eren tirito y se arrebujo de su saco color marrón, no porque tuviera frio, sino por el modo que Rivaille volvía a mirarlo. Estaba demasiado oscuro para ver sus rasgos, pero presentía que su expresión era una que conocía muy bien.

Indicaba que pronto estaría en los brazos de Levi haciendo el amor de forma desenfrenada y salvaje.

-Tienes frio

-En realidad no- Contesto Eren mientras el azabache puso un brazo en sus hombros y atrayéndolo hacia su costado. Su aroma masculino y especiado invadía sus sentidos y hacia que su cuerpo rememorara mil sensaciones placenteras

-Estas temblando- murmuro Levi, acercándose a su oreja, Eren sintió sus labios rozar su cuello, la excitación atrenzo su estómago al pensar en lo que pronto ocurrirá.

-No es frio- susurro con voz tenue. Aunque anhelaba volver a sus brazos, también estaba nervioso ¿Sería tan fantástico como recordaba? ¿Quedaría Levi satisfecho?

La compatibilidad física era lo que podía crear un vínculo genuino en ese matrimonio de conveniencia.

-He echado esto de menos...Amore- la voz profunda y sensual vibro en todo su cuerpo, el azabache tomo el rostro del castaño entre sus manos y ladeo su cabeza, como si estuviera a punto de besarlo. Eren lo miro en silencio, quería sentir sus labios, y la destreza de sus besos, pero él no se movió.

-Yo también- susurro, recordando en los tiempos en los que habría parecido natural atraerlo para besarlo, sin pensar en lo que hacía, se inclinó hacia él y besos sus labios con suavidad. Contuvo el aliento, Levi no le había devuelto el beso. Pensó que quizá eso no fuera lo que él deseaba.

De repente Rivaille, empezó a moverse y todo ocurrió al mismo tiempo. Introdujo las manos bajo la camisa y las deslizo por la marte de sus pezones, después sin darle tiempo de reaccionar. Agarro uno de aquellos botones rosados y empezó a frotarlos de forma desenfrenada.

Eren se agarró de sus anchos hombros para estabilizarse, sintiendo una oleada de deseo concentrase en su punto más sensible de su cuerpo, su entrepierna, que estaba en contacto con la intensa erección del azabache.

Estaban en la posición perfecta para practicar el sexo y se sentía como si lo estuvieran haciendo.

El movimiento del barco botando sobre las olas hacia que sus cuerpos chocaran eróticamente y Eren empezó a respirar más rápido. A una parte de su mente le costaba creer que estuviera tan excitado, apenas le había tocado y ni siquiera le había besado. Pero su cuerpo ardía.

Seguía teniendo las manos bajo la camisa, ahora jalando el pezón con mucha fuerza. Deseaba tener su caricia.

-Quiero tocarte por todas partes- murmuro Levi, soltando el pezón que ya se encontraba demasiado tenso. Como tenía las rodillas apoyadas en el asiento, había espacio para que el empezara a deslizar sus manos dentro del pantalón, alrededor de la curva de su trasero. Eren se mordió la punta de la lengua al sentir el contacto.

-Bésame- fue una orden, y Eren se preguntó si en realidad estaba jugando con él. Antes no le había devuelto el beso, se preguntó si respondería esa vez o si seguiría frio como piedra, a pesar de lo excitado que estaba.

Inclino la cabeza y rozo su boca con los labios. Lo estaba volviendo loco de frustración sexual, e iba a intentar devolverle la jugada. Pero en cuantos sus labios entraron en contacto sintió otra oleada de deseo incontrolable y oyó un gemido grave y sexual escapar de su garganta

Levi alzo la mano, la puso tras su nuca y atrajo su boca con rudeza, besando a Eren con pasión y furia, introdujo la lengua en lo más profundo de su boca y él le dio la bienvenida con ganas, quería saborearlo con ganas y sentirlo.

Estar tan cerca de él como fuera posible.

Sintió su otra mano interponerse entre ellos y en pocas palabras arrancar de golpe la camisa y el saco, un momento después, su mano estaba dentro de él, en la entrada del castaño, deslizándose de arriba abajo, para preparar aquel lugar para la intromisión. Eren dejo escapar un suspiro de placer mientras seguía besándolo y presionando su punto G con fuerza.

-Oh Levi- gimió el castaño, apartando la boca para tomar aire, jadeando.

-Estás listo para mí-una mano seguía moviéndose dentro de él, provocando sensaciones deliciosas, y la otra empezó a tomar la entrepierna del castaño, empezando una seria de movimientos que hacían que Eren perdiera la cordura, echo su cabeza hacia atrás, su rostro demostraba una verdadera satisfacción.

Levi empezó a desabrochar el pantalón de su joven prometido.-En cuanto estemos dentro te hare mío, de una vez por todas

Sus posesivas palabras eran una promesa atractiva.

Eren quería ser tuyo, siempre ha sido tuyo, desde el momento en que se conocía, había sido el dueño de su cuerpo, capaz de llevar a cabo alturas máximas e inimaginables. Hacemos que tu mundo esté en una multitud de estrellas de éxtasis y nada importaba excepto el.

Murmuro una protesta en cuando el azabache sacó sus dedos de su entrada, pero comprendió que el barco había bajado de velocidad y ya recorrió los canales de la ciudad.

En un minuto estaríamos en el Palazzo.

El barco llago al arco gótico de la compuerta y Levi lo levanto en su regazo, el castaño le temblaban las piernas y la envolvió con sus sacos y lo alzo en brazos. Una vida en barcos y canales le había dado gran agilidad y equilibrio; un momento después estaban fuera del barco y del camino al dormitorio