Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Uuufff, al fin terminando con este proyecto. Serán tres capítulos escritos en argento, o mejor dicho "Castellano rioplatense", desde Amor Ideal (que encima está adaptado), no me había animado a escribir con los modismos de mi país. Espero les guste, es un pequeño placer culposo este fic. Ahora subo el primer cap, en una horita más o menos el segundo y mañana les traigo el tercero. Todo juntito así no me gritan y no se enojan, je. Si les gustó, por favor tengan a bien dejarme sus reviews o comentarios por capítulo (si no es mucho pedir). Enjoy!
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son del fabuloso Isayama Hajime.
Advertencias: LEER CON MUCHA ATENCIÓN! Lemon R18, Ereri, pero en el próximo cap habrá Eruri, porque yolo. El final va a ser sorpresa, no lo voy a adelantar, espero se dejen llevar por su instinto multishipper y no se constipen, déjenlo fluir y ya. Palabras altisonantes, lenguaje vulgar, etc...
DEDICATORIAS:
ESTE FIC POR SU LENGUAJE ESTÁ DEDICADO EXCLUSIVAMENTE PARA YAOI`BLYFF, QUE SIEMPRE ME ANIMA CON SUS IDEAS, DE HECHO ME SUGIRIÓ UN MONTÓN DE COSAS QUE INTENTÉ PLASMAR, A ELLA UN ABRAZO GIGANTE DE OSO, MI SISTAH HERMOSA QUE ME AGUANTA LAS LOCURAS DE FANGIRLEAR CASI TODO EL TIEMPO.
TAMBIEN PARA LILA NEGRA, QUE TODAVÍA ESTÁ EN BRASIL, PERO ESPERO PUEDA LEER UN POQUITO DE ESTA RECONTRA LOCURA, OJALÁ TE GUSTE! (sufre).
NOTA IMPORTANTE: Al final del cap encontrarán el glosario con todos los modismos explicados, en el fic puse un * (asterisco), para que los reconozcan, si hay alguno que se me pasó o no lo expliqué, me avisan en la caja de comentarios. Gracias por el constante apoyo, los amo!
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"Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma,
sino su continuación".
Mario Benedetti
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—*Boludo, pará de *morfar, ¿podés? —le dijo Hanji con mueca reprobatoria.
—¿O si no qué?
—Te vas a poner como una morsa.
—Ah… bueno —y luego prosiguió a darle una mordida inmensa a su segunda hamburguesa.
—*A mí no me jode, pero después cada vez que tenemos que salir te quejás que la ropa que no te queda bien.
—Si ya sé, pero ésta *está mortal, no puedo parar —aseguró volviendo a masticar.
Luego ambos se quedaron estáticos mirando, sin nada de disimulo, un apuesto caballero que pasaba por un costado.
—Debe tener la verga como un elefante —habló su amiga mientras se mordía el labio inferior—. ¡*Qué ganas de verle la cara a Dios, por favaaarrr!
—No te quejes tanto, la semana pasada estabas *pinchando a lo loco.
—Bueno, Li, la semana pasada fue la semana pasada, hoy es hoy, y hoy no tengo nada a que *echarle mano.
—Siempre podés llamar a Moblit, es *materia dispuesta todo el tiempo.
—Ya te dije que no, que él quiere algo serio, y aunque le dije un *montonazo de veces que yo no quiero eso, el pibe es como que *no le llega agua al tanque, no sé.
—Dios le da pan al que no tiene dientes —sentenció Levi antes de morder otra vez.
—¿Y vos? ¿Qué onda? No me contaste al final lo que pasó con el *flaco ese con el que fuiste a bailar.
—Mejor no preguntes —tomó un trago de la coca zero punto frozen, porque él podía comer hamburguesas chorreantes de grasa, ¿pero azúcar en las bebidas? ¡*Hell, no!—. No sé, no hubo química, o algo. Era lindo y todo pero, no, no sé, no dio.
—Ya te lo dije antes, pero resulta que yo tengo un amigo-
—Otra vez con eso —exclamó rodando los ojos—, Han, no me van las citas a ciegas, te lo dije un millón de veces, encima tus gustos son pésimos, y por si fuera poco me salís con esa *verdura de que los astros bla, bla, bla. *Nah, *no way.
—Vos sos un *tarado, porque Eren es un bombonazo, yo puedo tener malos gustos según tu punto de vista, pero que todo el mundo se da vuelta a mirarlo eso es innegable. Y si seguís perdiendo el tiempo se lo va a agarrar otro, u otra, no sé.
—¿No dijiste que era gay?
—Creo que es bi, porque me contó una vez que pasó una noche con una *piba. Igual él *ya te fichó, para tu información, porque entró a mi muro el otro día, y se puso a ver las fotos que subí del almuerzo en el camping por el cumpleaños de Walter. Él solito me dijo: "¿cómo se llama el gato con cara de *seco de vientre?" —Levi la observó indiferente, *a estas alturas del partido ya estaba bastante acostumbrado al maltrato verbal de la de cabello castaño—. Vos nunca *me llevás el apunte, pero yo te digo que ustedes son perfectos el uno para el otro, está escrito en las estrellas.
—Mirá, vamos a hacer una cosa —largó mientras se limpiaba las manos con una servilleta y de paso la boca—. Está bien, voy a conocer a este *pibe, ¿cómo era? ¿Bere?
—Eren.
—Eso. Yo acepto, ¿ok? Voy lo conozco, y te demuestro que *todo el mambo ese de los astros y *la mar en coche es pura mierda. Porque vas a ver que dos completos desconocidos es imposible que se lleven bien de buenas a primeras. Entonces, si yo te demuestro eso… pará, pará, gírate disimuladamente que detrás tuyo hay un adonis que te está mirando, es más, seguro los astros quieren que hagan pareja, me la juego.
Hanji hizo una mueca de fastidio y se giró para darse con un tipo disfrazado de Barney que repartía globos a los niños. Hanji miró a Levi que reía entre dientes.
—Bueno, como te decía, si yo te demuestro fehacientemente que es cierto que los astros mienten, vos te ponés de novia con Moblit y te *dejás de joder.
—A ver, o sea, yo no dudo ni medio centímetro de lo que digo, porque es real, es así. Vos y él tienen que estar juntos.
—Dale, entonces lo hagamos, yo lo voy a conocer al flaco, y después voy a ver cómo te ponés de novia con Moblit.
—Te vas a *caer de orto cuando veas que yo tengo razón. Y si yo tengo razón, vos vas a tener que pagar nuestras salidas por un mes.
—Dale, hecho.
—Bueno, yo esta semana hablo con él y veo si arreglamos algo para el *finde, ¿te parece? Tipo, organizamos una salida con los chicos, como para que la cosa no sea tan evidente, y así están más relajados los dos. ¿Te va?
—Sí, *joya.
Terminaron de comer, salieron a criticar la ropa de moda en algunas vidrieras, compraron un par de libros, Levi aprovechó que pasaron por una veterinaria y de paso llevó un par de juguetitos para Rogue, su pequeño gatito siamés.
Aparentemente el animalito había estado muy desnutrido por los maltratos de un dueño anterior y su cuerpito no se desarrolló lo suficiente, y por ese motivo nadie lo quería adoptar, incluso le habían dado poco tiempo de vida, pero Levi era una persona que gustaba de los desafíos, y no iba a dejarlo a su suerte. Era un gato con todas las letras pero un poco más chico de lo normal. En general era bastante arisco con cualquiera que se le acercara, excepto con Levi, pero tampoco era como si el hombre recibiera muchas visitas en su hogar, así que no solía ser un problema tan grande su actitud huraña.
Vivían en un departamento de tres ambientes, en el séptimo piso de un elegante edificio. Con una herencia que le dejó su tío antes de morir, más unos ahorros y un crédito bancario, se había dado el lujo de comprar ese agradable lugar. Un poco alejado del centro de la ciudad como para que el ruido del tránsito no lo volviera loco, pero a la vez no tan lejos, lo que le permitía ir caminando al trabajo y que todo le quedara relativamente cerca.
Llegó a su casa, Rogue se le estuvo refregando entre las piernas mientras ronroneaba de gusto, sus recibimientos siempre eran así de efusivos. Levi se agachó y estuvo un buen rato rascándole detrás de las orejas, debajo del mentón y al final de la espalda, sus lugares favoritos, mientras lo llenaba de halagos y le decía lo mucho que lo había extrañado. Ambos sabían que eran familia, aunque pertenecieran a razas diferentes.
Luego de dejarle la ración de comida correspondiente, Levi se fue a dar un baño, no sin antes poner una *tupper de comida congelada para él en el microondas.
Una vez que salió del baño y mientras se ponía el pijama, notó que el elástico del mismo le ajustaba un poco, por lo que optó por ponerse un *remerón sin pantalón y dejarse solo los bóxers. Levi era ante todo práctico, y realmente si su cuerpo estaba algo gordito no era un problema que le preocupara en absoluto. Si a los otros no les gustaba su apariencia, problema de los otros.
Se fue a cocina, tomó la lasaña humeante del plato del microondas y caminó a su pieza para ver una película mientras comía.
Revisó el celular. Había un mensaje de su amiga Lila que le contaba que se iba de vacaciones a Brasil ese año, otro de Connie donde le pedía que se prendiera en un partido de fútbol al día siguiente, su madre que le pedía que no se olvidara de llamar a su abuela mañana porque era el cumpleaños y finalmente Hanji, que le contaba que ya había hablado con ese tal Eren y que si le parecía que el sábado por la noche se juntaran en "Titan´s Dinner", un bar/fast food que solían frecuentar. Le pareció bien, por lo que les respondió a todos con tranquilidad, mientras se llenaba la boca y con el otro ojo *pispeaba lo que acontecía en la pantalla de su TV. Su programa favorito se estaba emitiendo:"Historias de Ultratumba". Eran casos reales, documentados, que eran interpretados por actores, sobre problemas sobrenaturales, posesiones, casas embrujadas y ese tipo de situaciones. Rogue estaba tirado cuan largo era, que no era mucho, en la almohada a su lado.
Levi amaba las películas de terror y todo género literario o no, que estuviera relacionado con cosas paranormales o tétricas. Era una de sus pasiones. Cuando ya le pesaban los párpados, hizo un esfuerzo para llevar la bandeja y dejarla en el lavavajilla, se lavó los dientes y se fue a dormir.
Ese sábado le dedicó un buen rato a seleccionar la ropa adecuadamente. Notando que ya los kilitos de más le estaban rebalsando un poco sobre el cinto el pantalón. Aunque pareciera un gótico decidió usar ropa oscura para que no se notara tanto. Aunque de verdad no le molestara lo que otros pensaran, no dejaba de tener cierta vanidad y cuidaba su aspecto, al menos en lo que *pilcha se refería.
Se decidió por un jean negro de corte clásico, una remera gris oscura con números en el pecho, una pashmina negra enrollada en el cuello, y unos náuticos blancos. No le convencía del todo, pero después de probarse otras cosas decidió volver a lo que había elegido primero. Se tiró el cabello hacia atrás con un poco de gel efecto húmedo, y se puso bastante perfume. Mientras abordaba el taxi repasó sus dedos, si algo le molestaba era tener sus uñas largas o sucias, por lo que tenía cierta obsesión de revisar sus dedos casi siempre.
Revisó de nuevo su celular, Hanji le había mandado una selfie de ella, Moblit a su lado y al frente Rico y Porco. Le avisaba que Eren estaba retrasado y que Nanaba y Connie venían en camino. Hacía poco Nanaba y el pelón habían comenzado a salir, ella le llevaba al menos una cabeza de alto, pero el gran amor con el que se miraban era innegable. Se alegraba que ellos hubieran encontrado una persona que los complementara tanto. El año pasado había muerto el prometido de Nanaba en ese momento, Mike, un rubio bonachón y de poco hablar. Un accidente de tránsito se lo arrebató dos meses antes de casarse. Parecía que Nanaba nunca iba a poder recomponer su corazón, hasta que ese panadero de sonrisa fácil y chistes malos le había movido el piso.
Levi miró por la ventana, hacia algo de frío, una muy suave llovizna se pegaba al vidrio de la misma. No es como si le molestara estar soltero. En su vida había tenido tanto malas como buenas experiencias, y la verdad el amor incondicional de Rogue lo tenía bastante entretenido, no es como si necesitara ponerse de novio, aunque no estaría mal tampoco. Por lo pronto solo quería enrostrarle a Hanji que toda su *perorata de las cartas astrales y *esas yerbas, eran puro *blef.
Llegó al bar. Pagó el transporte y entró, pronto los encontró en una mesa al fondo. Como era temprano, las nueve y media, había poca gente en el local, seguramente en dos horas más el panorama sería diferente. Una banda desconocida, amigos de la casa, cantaban sobre un escenario algunas baladas romanticonas a las que no les prestó mucha atención, seguramente con el correr de las horas renovarían el repertorio por algo más movido.
Se sentó al lado de Hanji que le compartió de sus papitas con *salchichas hasta que llegara su pedido. Lo codeó con poco disimulo y todos centraron sus miradas en él.
—¡El *caramelito que te conseguí! Me lo vas a agradecer de por vida —Levi rodó los ojos.
—Además gana bastante bien —agregó Moblit, Levi hizo como si no hubiera escuchado pero la verdad eso le sumó puntos. El último novio que tuvo era un holgazán que le quedó debiendo bastante dinero.
Saltó en la silla cuando Hanji le apretó el brazo con la fuerza de las pinzas de un cangrejo gigante y le gritó al oído:
—¡AHÍ ESTÁ!
Levi le iba a gritar de vuelta que no estaba sordo, pero lo cierto es que no pudo despegar los ojos del pasillo por el que Eren venía acercándose, y que le pegaran un tiro en la frente si dijera que se había olvidado de respirar. J-O-D-E-R. ¿Qué carajos estaba pasando? De pronto era como si todos los sentidos de su cuerpo se le hubieran *tildado, todavía tenía una papita en la mano cuando tuvo a Eren casi encima suyo.
Menos mal que Hanji habló por él que estaba con la mandíbula semi abierta y sin poder encontrar su voz. La maldita cuatro ojos tenía razón, Eren era tan hermoso que te dejaba anonadado, no era su belleza física únicamente, que si bien era apabullante, no era lo único en lo que Levi solía fijarse. Era un conjunto entre sus ojos enormes y verdes que parecían las puertas abiertas de par en par a un océano de ensueño, era su preciosa y perfecta sonrisa que parecía un sol atravesándote con su calidez, era su cabello como el chocolate, revuelto, loco, su piel morena, su aura magnética. Levi cerró la boca al notar que Eren se acercaba a saludar con un sutil beso en la mejilla.
—Hola, soy Eren —su voz era… increíble, parecía que miel se le escurría por los oídos, y el roce de su piel se sentía como chispas, Levi cerró los ojos para disfrutar brevemente del perfume delicioso y amaderado que ese hombre exudaba. Eren terminó de saludar al resto antes de ir a sentarse en la cabecera, al lado del de cabellos negros.
Estaba impecablemente vestido, con un gabán gris de lanilla y doble fila de botones que se sacó y dejó sobre el respaldo de la silla, debajo un pañuelo color tiza sobre una camisa blanca con pintitas marrones, un jean marrón claro y unas botas cortas negras. Levi jamás se había sentido inferior a nadie, excepto por esta vez.
—Él es Levi —habló Hanji, haciéndole notar que no se había presentado.
—Sí, me di cuenta —respondió Eren con tranquilidad, con un aplomo bastante particular—, quiero decir, por las fotos que me mostraste de tu muro. Aunque *no le hacen justicia, la verdad.
Levi sintió que se le aceleraba el pulso y se quedó en blanco sin poder replicar.
—Pobrecito —continuó Hanji como si fuera una especie de intérprete, mientras ponía sus manos sobre los hombros del azabache—, lo dejaste en shock.
Esas palabras parecieron hacer reaccionar a Levi, que se quitó las manos de la chica de encima, y carraspeando habló por primera vez.
—No seas molesta, ¿querés? Es un placer, E-Eren. Ahora llamo al mozo para que puedas pedirte algo —dijo moviendo el brazo para que uno de los chicos del local se acercara.
—Hola, buenas noches, ¿querés *la carta o ya sabés que vas a pedir? —dijo gentilmente el empleado.
—Sí, quiero las papitas con queso chedar, la hamburguesa doble, con un poco de mostaza y mayonesa, sin pepinillos. Y eh, para tomar… bueno empecemos con una coca zero bien helada.
—Listo, apenas lo tenga te lo traigo, ¿van a querer algo más?
Nanaba pidió otra Sprite con limón y Moblit comenzó con una botella de medio litro de cerveza Corona.
—¡*Ta loco! —dijo Hanji que parecía una científica analizando todo—. ¡Le gusta lo mismo que a vos! ¿Podés creer? Te dije, Li, ¿te lo dije o no? Es que los astros no fallan. El mismo menú, es increíble.
Moblit la apretó de la cintura para atraerla contra sí y darles un poco de espacio a los dos, sobre todo porque Levi estaba bastante nervioso y las palabras de Hanji no ayudaban en absoluto.
—Así que vos sos el famoso Levi —empezó Eren sonriendo, de alguna manera el resto de la mesa, que se esforzaban por simular charlas entre ellos, pasaron a un segundo plano.
—¿Famoso?
—Bueno, Hanji no paraba de hablar de vos —el más bajo sintió en escalofrío pensando en qué cosas habría contado la loca.
—Ah, bueno, a mí también me insistió un montón, digo, con este tema de conocerte, no sé qué me dijo que los astros de alguna manera… o nuestras cartas astrales, no me aprendí mucho los términos que usa, pero en definitiva según las estrellas… eh…
—Somos el uno para el otro —terminó la frase Eren que no le sacaba los hermosos ojos de encima.
—Ah, eso. Bueno, yo soy analista de sistemas, trabajo para una empresa de seguridad, revisamos las cámaras, probamos algunas implementaciones, hacemos pruebas de audio, de resistencia, reparamos las pc, limpiamos virus, renovamos software, desarrollamos programas de… ah, disculpá, *me fui de mambo.
—No, no, seguí. Se nota que te apasiona lo que hacés.
—Sí, bueno lo disfruto bastante. ¿Vos tenés sistema de seguridad? Digo, en tu casa, no sé.
—Sí, sí tengo. Dos en realidad, uno es de respaldo. Tengo una empresa, ¿no te contó, Hanji?
—No, la verdad ella me iba a contar sobre vos, pero le dije que prefería conocerte en persona.
—Ah, bueno, yo en cambio sí hice muchas preguntas —aceptó Eren sonriendo cálidamente y algo ruborizado de la confesión—. O sea, quería saber si, bueno, eras soltero, si estudiabas, esas cosas. La verdad me sorprendió saber que sos analista de sistemas.
—¿Si estudiaba? ¿Tengo cara de estudiante? —indagó con creciente entusiasmo.
—Sí, tenés así como, carita de joven.
—Ja, ja, nada que ver, voy a cumplir 27 este año.
—Nah.
—En serio —Levi sacó su identificación y se la mostró, Eren abrió grande sus ojos y volvió a mirar a Levi.
—Bue, pásame la receta porque te conservás *re bien.
—Pero vos sos más chico que yo.
—*Nope, acabo de cumplir 30 el mes pasado.
—Me parece que en todo caso la receta me la deberías pasar vos, eh, quiero decir… —Levi corrió la vista, el *piropo le había salido con tanta naturalidad que ni siquiera se había dado cuenta. Eren sonrió relajado.
El camarero apareció con los pedidos y los dejó en la mesa.
—Wow, el servicio es rápido acá —apreció el de ojos verdes.
—Ah, sí, y las papitas son lo mejor del mundo —Levi tomó su plato y agarrando un puñado de tres, las hundió en el queso chedar derretido que estaba en un pocillo al lado, caliente y espeso. Se las llevó de inmediato a la boca, manchándose un poco la barbilla en el proceso.
Se relamió para que no quedaran restos en sus labios mientras comía con verdadero gusto. Eren tomó una servilleta y se la extendió a Levi señalándole la barbilla.
—Tenés un poco ahí, eh… no más abajo, no, dejá —él mismo tomó la servilleta y limpió la gota de la blanca piel.
Un flash los sorprendió y Levi se giró con la boca llena todavía, todos se *hicieron los giles y viraron al mismo tiempo para hacerse los de conversar, Eren no pudo contener la risa y Levi se relajó un poco. Ahora les sacaban fotos como si fueran celebridades, ¿qué les pasaba?
El más bajo era ansioso, cuando una situación lo ponía de los nervios se ponía a comer con rapidez, era algo que no podía manejar. Por lo que volvió a llenarse la boca de papas fritas y queso fundido, teniendo cuidado de no mancharse esta vez. Eren llevó un escueto bocado a su boca y lo observó detenidamente, las ganas con las que Levi devoraba la comida, su mandíbula moviéndose acompasadamente, sus cachetes levemente inflados, su semblante de deleite, le produjeron muchas sensaciones, todas agradables cabe decir. Tragó en seco mientras intentaba masticar sin morderse, inspirando para calmarse porque de pronto se había empezado a excitar un poco.
Eren le comentó que era dueño de una empresa de fumigación, donde Hanji trabajaba en el laboratorio, desarrollando nuevas fórmulas.
—¿Sos el jefe de Han? —preguntó Levi abriendo los ojos.
—Más o menos, no soy su gerente, pero soy la cabeza del directorio, o sea no soy su jefe directo.
—Impresionante, ¿hace mucho que hacés ese trabajo?
—Unos dos años. Antes era accionista, me animé a comprarle su parte a un colega, me hice el socio mayoritario y bueno, el resto se dio solo.
—Ah, mirá vos que bien. Yo tengo un gato, se llama Rogue, ¿querés verlo? —Dijo tomando su celular pero manchándolo con un poco de aceite que le había quedado en los dedos—. Tch, siempre me pregunto porque no sirven estas cosas con cubiertos —renegó mientras lo limpiaba con las servilletas.
—Bueno, yo creo que es más rico comer con la mano, ¿no?
Eren se le acercó sin dejar de mirarlo, aunque luego obligadamente tuvo que mirar hacia la pantalla, donde Levi buscaba las fotos de su minino. Le gustó muchísimo que Levi no se haya interesado en que tenía dinero, de hecho prácticamente lo pasó por alto. Otros lo primero que intentaban era saber su estilo de vida, sus ingresos, viajes, autos o propiedades.
—Aquí, mirá, ¿no es lo más tierno que viste? Esto fue cuando lo busqué del refugio.
—¿Lo adoptaste? ¡Qué bien! Yo tengo dos perros de la calle también, Zeke y Reiner, son un desastre, los dejo solos un rato y me dan vuelta la casa.
—No, bueno, en ese sentido Rogue es un señorito inglés, si tuviera pulgares creo que hasta limpiaría mi departamento. En serio —enfatizó al ver a Eren sonreír algo incrédulo.
Hanji comenzó a contar una anécdota de cómo conoció a Eren y todos prestaron atención. Levi le pegó un mordisco tan grande a su hamburguesa que apenas podía cerrar la boca. Eren se mordió el labio inferior, estaba disfrutando sobremanera la forma glotona de tragar, porque a eso no se le podía llamar comer, de Levi. Por lo general sus *levantes, parejas o amantes de ocasión apenas si probaban bocado o se hacían los delicados a la hora de alimentarse. Esto era un espectáculo inusual y sensual, según su punto de vista. Ver sus mejillas hinchadas y sus labios brillosos cada vez que pasaba su lengua por ellos, lo estaba poniendo muy caliente.
No supieron en qué momento se hicieron las dos de la mañana, y Eren y Levi estaban enfrascados en una muy intensa conversación sobre antivirus y ataques mundiales de hackers.
Poco a poco sus amigos se fueron retiraron, las luces del lugar habían bajado, la banda había cambiado y había otro grupo tocando algo de reggae mezclado con música cubana. Al fin quedaron Moblit, Hanji y ellos dos, solamente.
—¿Vamos, princesa? —le susurró suave Moblit a la castaña que ya había bostezado un poco.
—Bueno, Li, yo me voy con Moblit, ya es medio tardecito y mañana tengo que trabajar, ¿no te jode, no? ¿O querés que te acerquemos?
—Yo lo llevo en mi auto —se adelantó Eren—, bah, si Levi quiere.
—Ah, bueno, dale. Si, vayan nomás —habló el susodicho sin poder evitar sentirse emocionado.
Se saludaron y Hanji le guiñó un ojo antes de desaparecer detrás de la puerta del local. Levi se pidió un *banana Split para compartir con Eren, porque estaba tan ansioso que necesitaba comer algo, o terminaría comiéndose los dedos.
—Vos sí que disfrutás de la comida, ¿no? —le soltó el hermoso moreno, ahora sentado a su lado mientras se llevaba una cucharada a la boca.
Levi trató de tragar el enorme pedazo de banana que se había metido momentos antes para poder contestar.
—Ah, es que a veces, bueno, cuando estoy un poco nervioso me da hambre, pero en general me gusta comer de todo —ya ni sabía lo que decía, estar a solas completamente con ese adonis bajado del Olimpo le dejaba las neuronas haciendo cortocircuito.
—¿Yo te pongo nervioso? —preguntó el otro acercándose un poco e invadiendo el espacio personal de Levi, el más bajo tragó en seco.
—N-no, para n-nada, ja —volvió a meterse una generosa cucharada en la boca y Eren sonrió.
—Sos muy lindo, Levi —le soltó seductoramente, y eso que el castaño no necesitaba hacer mucho esfuerzo para verse así. El otro casi se atraganta, más al sentir una sutil pero electrizante caricia de las yemas de los dedos de Eren que resbalaron juguetonamente por su nuca rapada.
—Y vos sos bastante *confianzudo, ¿no?
—¿Te molesta?
—Para nada —Levi se quedó embobado mirando a su interlocutor y a Eren le pasó exactamente lo mismo.
—Disculpá, en serio, pero te juro que nunca me pasó de que alguien me gustara tanto *a la primera —se sinceró el más alto sin pudor alguno. Sin embargo después de esa confesión espontánea Levi se relajó un poco más.
—Ah, mirá vos, yo debería haber dicho eso, o sea, mírate, sos como un modelo de pasarela. Te juro que a partir de hoy voy a empezar a creer en toda esa babosada de Hanji de que las cartas natales realmente son tan precisas como para… mostrar las cualidades de la gente.
—¿Qué? —Preguntó Eren y Levi se rió como un idiota.
—No sé, no sé qué carajos estaba tratando de decir, es que me distrae el color de tus ojos.
—Levi —pronunció Eren con cierta coquetería—, terminemos el postre así te llevo.
Levi se llamó al silencio, ¿había dicho algo malo? Mierda, no recordaba que carajos había dicho, pero probablemente *la había cagado porque ahora Eren *se lo quería sacar de encima. Se metió dos cucharadas seguidas desviando la mirada y sintiéndose fatal. Él quería pasar un rato más con el hombre más hermoso que se hubiera interesado en su persona alguna vez, y ahora tendría que irse a dormir y mascullar su pena con las almohadas. ¿La podría *remontar de alguna manera?
Eren no dejó que pagara, aunque le insistió. Y en unos diez minutos ya estaban yendo al BMW X4 rojo.
—Ah, que hermosa máquina —dijo asombrado antes que Eren le abriera la puerta sin dejar de sonreírle. Qué educado resultó el empresario, pensó, y entró al vehículo, dándose un pequeño golpe en el costado de la frente con el techo, habitualmente le pasaba cuando subía a otro vehículo que no le calculaba bien hacia arriba, y eso que él no era un hombre particularmente alto.
—¿Estás bien? —preguntó el moreno algo preocupado, mientras Levi se sobaba el lugar del golpe.
—Sí, sí, no te preocupés, pasa que no le calculé bien. Igual me pasa seguido esto.
—Ah, bueno.
Eren se fue al otro lado y al fin estuvieron adentro. Levi no recordaba haberse subido a un auto tan lujoso en su vida, y miraba en todas direcciones sin mucho disimulo, muy asombrado. El más alto se le tiró encima sorprendiéndolo, pero solo era para colocarle el cinturón de seguridad. Su corazón se le había acelerado provocando que la sangre se acumulara en su rostro, el de ojos verdes clavó sus poderosas orbes en los afilados ojos de su acompañante y le habló casi sobre los labios.
—Ante todo la seguridad.
Entre los nervios, la tensión y el acercamiento repentino, Levi ni siquiera la pensó. Con mucha determinación tomó la hermosa cabeza de Eren entre sus manos y le *comió la boca en un fogoso beso húmedo. El empresario jamás hubiera esperado esa reacción, que lo tomó completamente desprevenido, sin embargo apenas Levi posó sus labios en su boca el mundo pasó a un segundo plano. El de cabellos negros era bastante dominante en los besos, saboreó el interior de la boca de Eren y sin más, succionó tentadoramente su lengua arrancándole un gemido ronco.
Se besaron mucho, Eren casi encima de Levi y éste mostrándole toda su experticia sin pudor alguno, aferrado a la solapa de su gabán gris. Sus pieles se llenaban de chispas eléctricas que los recorrían con mayor fuerza con cada fricción. Se separaron brevemente para respirar.
—¿Tu casa o la mía? —soltó Eren roncamente mientras una de sus manos se filtraba debajo de la remera de Levi y sus labios se le adherían al cuello—. Vamos a la mía —se respondió solo y el más bajo atinó a asentir como autómata.
Ambos estaban mareados de lujuria en su máxima expresión, solo había bastado un beso (uno muy bueno, por cierto) y ambos sentían que querían refregarse sin ninguna prenda estorbosa encima. Con seguridad Eren no era de llevarse a alguien que conocía la primera noche a su casa, pero la intensidad de las sensaciones era tan avasallante, que no puso en tela de juicio al hermoso hombre que tenía en su auto. En unos diez minutos estuvieron ingresando al estacionamiento privado en el subsuelo de un lujoso edificio.
Cuando subieron al *ascensor volvieron a besarse con desesperación, hasta que se detuvo en el tercer piso y se separaron porque subió otro hombre al mismo. Era alto de cabello cobrizo y ojos celestes, de mediana edad, parecía venir de una fiesta elegante o algo así. Levi se arrinconó contra una esquina.
—Eren, ¿*cómo andás?
—Hannes, ¿estuvo buena la cena?
—Espectacular, hacía mucho que no me divertía tanto. Buenas noches —saludó e hizo un cabeceo hacia Levi que intentaba pasar desapercibido.
—Buenas noches —respondió el otro con sobriedad.
Se bajó en el quinto piso y se despidió con la mano.
—Un amigo de mi familia —aclaró Eren. Cuando llegaron al octavo, salieron de la cabina y se dirigieron a la única puerta que había.
—¿Sólo hay un departamento? —preguntó Levi mirando en ambas direcciones del pasillo que los recibió.
—Sí, es un piso entero —aclaró escuetamente mientras abría la cerradura con una especie de carta magnética como la de los hoteles.
Apenas ingresaron Eren tecleó en un tablero ubicado al lado de la puerta una larga y compleja contraseña, luego asentó su dedo índice y al fin el pitido en la máquina indicó que todo estaba en regla.
—¿Vino? —ofreció el empresario dejando su abrigo sobre un coqueto sillón.
—Sí, dale.
Eren se perdió hacia la cocina, mientras Levi miraba alrededor. El analista de sistemas comenzó a tomar conciencia de lo que estaba por hacer, ¿por qué iban tener sexo, no?, ¿o lo había malinterpretado? Menos mal se había puesto los bóxer negros, porque los blancos tenían el elástico flojo. Se tocó el abdomen, estaba algo hinchado, y cómo no, si había tragado como un hipopótamo. Recién cayó en cuenta que ni siquiera había masticado un chicle de menta antes de besarlo, seguro seguía con olor a papitas y queso chedar, ¡qué asco! ¿Cómo se le pasó ese detalle? De inmediato se puso nervioso otra vez.
Hacía al menos unos seis meses que no se acostaba con nadie, además no es que tuviera prejuicios, pero una sola vez se había permitido salir y terminar cogiendo con un desconocido, pero no fue una experiencia muy linda a decir verdad. Sin embargo el empresario tenía ese "no-se-que", que lo desinhibía y lo hacía olvidarse de todo, además ya medio lo había tocado debajo de la remera y no parecía haberle molestado el pequeño rollito de su cintura. Se puso más nervioso aún, si es que era posible.
"¿Aguantará el desodorante? Quiero hacer pis. Mirá esa foto, está en la playa. ¿Esos serán sus amigos?", pensó mirando un portarretrato arriba de unos estantes flotantes. "¡Carajo! *Está más bueno que comer pollo con la mano, ¡que piel que tiene el hijo de puta!, y esos abdominales. Definitivamente la belleza está mal repartida en el mundo. ¡Ah!, que ganas de chuparle la *pija que tengo. ¿Por qué se demora?".
—¿Un merlot está bien? —habló Eren desconcentrándolo.
—Ah, sí, sí, *joya.
Eren sirvió en unas copas bastantes grandes, que serían de cristal auténtico sin duda. El piso en el que vivía era fabuloso. Había un salón enorme, con una alfombra peluda y blanca, un juego de coquetos sillones negros tapizados en tela egipcia de alta calidad, con las patas de madera lustrada. Un Televisor led de 50 pulgadas colgando de una de las paredes, algunos estantes flotantes en blanco sobre las paredes en varios tonos de azul con varios portarretratos con fotos de Eren y otra gente, una mampara enorme que daba a una vista increíble de la ciudad. Había unas modernas escaleras caracol en un costado que vaya uno a saber a dónde llevaban, al costado derecho un pasillo que daba a una cocina y más allá un baño. El enorme lugar tenía mil y un detalles.
—¿Tus perros no arruinan la alfombra? —preguntó acordándose de ese detalle.
—Ellos viven en mi casa, en Rodhas Rose —un country extremadamente exclusivo—, uso este departamento solo cuando tengo mucho trabajo en la empresa.
—Ah, claro, claro. Paso un segundo al baño —avisó y Eren asintió.
Gracias a Dios el bellísimo baño tenía *videt. Apurándose lo máximo posible, se lavó bien el culo, aunque ya lo tenía limpio, pero mejor era estar preparado por las dudas. Se enjuagó los dientes como pudo, hizo pis, se lavó las manos y salió.
Eren estaba de pie, con la copa en la mano, mirando a la ciudad. "¡Cómo en las películas!", pensó el de cabellos negros, tratando de no mostrarse demasiado ansioso. El adonis esculpido le alcanzó su copa y al fin pudieron brindar, Levi bebió el líquido de un solo trago.
—¿Tenías sed? —le preguntó Eren mientras se acercaba y le acariciaba de nuevo la nuca mandándole escalofríos a lo largo de la columna—. ¿Querés más?
—Sí, sí quiero —en algún punto dejaron de hablar del vino, claramente.
Apoyaron las copas sobre una mesita en un costado y esta vez con más confianza volvieron a besarse. Nuevamente sintió los poros de su blanca piel erizándose, mientras Eren dejaba caer sus manos con suavidad por su espalda, acariciando, palpando, pero sin dejar de despegar sus bocas. Lo acorraló contra el vidrio de la mampara y ahí las cosas empezaron a ponerse bastante candentes.
Eren metió una de sus musculosas piernas entre las suyas y lo refregó enérgicamente. Levi tiró de su camisa sacándosela de los pantalones y deslizó sus ágiles manos para al fin deleitarse con la suavidad de esa piel morena y torneada. Empezó a desprenderle los botones rápidamente, mientras ahora chupaba la lengua de Eren con mayor soltura. Al fin con la camisa ya abierta, se dio el gusto de lamer a discreción ese pecho perfecto, arrancándole temblores y jadeos al más alto. Sí que sus pieles contrastaban en cuanto al color, lo noto al apoyar ambas palmas deslizándolas por esa exquisita extensión. Buscó su mirada, las pupilas dilatadas y hambrientas.
—Estás *re fuerte —le largó con sencillez, Levi no era de elaborar demasiado lo que decía, y esa franqueza hizo que el otro se mordiera los labios.
—Y vos me encantás, sos hermoso —Eren volvió a besarlo, logrando al fin comenzar a sacarle la ropa.
Levi se olvidó de los *rollitos, o de cualquier imperfección, solo quería que no se detuviera. Lo empujó sutilmente, ya ambos con los torsos desnudos y se arrodilló de inmediato, entre los besos le había *manoteado un poco el *bulto al empresario y ya quería verlo en vivo y en directo.
Le abrió el cinto, desprendió el botón y bajó la bragueta, antes de bajarle la ropa interior se lanzó a chupársela con la misma puesta. Usaba un bóxer verde militar con elástico naranja. Eren jadeó y se apoyó contra el vidrio mientras Levi mordisqueaba sobre la tela y a la vez desprendía su propio pantalón, porque su erección le pulsaba entre las piernas haciéndolo doloroso por momentos.
El empresario no se perdió detalle de la golosa atención que estaba recibiendo, Levi parecía desesperado por su verga y eso lo excitó aún más; no esperó a que Levi lo hiciera, él mismo se bajó la tela húmeda por la lengua de su amante de turno. De inmediato saltó su erguido miembro chocando contra la mejilla del de piel blanquecina, sorprendiéndolo un poco.
Levi se relamió los labios y se lo metió a la boca sin preámbulos, la fricción de su boca llevó hacia atrás la piel del prepucio rápidamente, haciendo que Eren se retorciera de puro placer. Tuvo que cerrar los ojos, mientras sus dedos acariciaban la mandíbula del más bajo.
—¡Ah, qué bien la chupás! —elogió una vez que pudo recomponerse un poco—. Pará, vamos al sillón —pidió con la voz agonizante y a duras penas se arrimaron al lugar.
Eren cayó sentado y Levi ni lerdo ni perezoso se ubicó entre sus piernas. Esta vez su propio pantalón ya lo tenía en los talones y aún conservaba la ropa interior puesta. Agarró el pene de Eren con una mano moviéndola sugestivamente de arriba abajo, mientras con la otra se daba placer a él mismo. Agachó la cabeza resoplando fuerte, y comenzó a lamer los testículos del empresario alternando con suaves succiones sin detenerse desde el perineo, hasta el tronco.
—¡Ah, sí, seguí, seguí!
Alentado por los resoplidos y los ojos depredadores del más alto, se detuvo un momento para dedicarle una sonrisa llena de vicio, sacando la lengua y lamiendo la punta de la cabeza de su falo, recogiendo las cristalinas gotas de líquido pre seminal, todo sin dejar de hacer contacto visual. Eso fue como gasolina para las ardientes llamas de pasión que Eren sentía que lo devoraban.
Volvió a meterlo en su boca, balanceando su cabeza, la cavidad llena a más no poder, gruñendo y gimiendo, con la verga en la boca, de puro deleite; porque si había algo que Levi disfrutaba casi igual que devorar una buena hamburguesa, era mamar un miembro tan hermoso como el que justo ahora le estaba llegando hasta casi la garganta. Eren era un adonis, pero su pene… era un mundo aparte, e iba a disfrutarlo hasta drenarle la última gota.
Eren acariciaba las negras hebras enredándolas entre sus largos dedos, pero sin presionar, sin obligar a Levi a atragantarse, ni nada parecido, simplemente disfrutaba mirarlo, engullendo su carne con una voracidad extrema, la saliva chorreante y espesa era todo lo que su miembro necesitaba como cubierta.
Le comenzó a doler un poco la mandíbula, no tenía idea cuanto tiempo venía comiéndole la verga a ese hombre hermoso, pero era impresionante el aguante que tenía para no *venirse, por momentos parecía que estaba a un paso de acabar, cosa que Levi deseaba, pero por lo visto no iba a ser en su boca.
—Ahora me toca a mí —le anunció Eren tomándolo de un brazo para ayudarlo a levantarse—. Te voy a atender como corresponde —le avisó.
Al más bajo se le aceleró el corazón, literalmente, y se dejó llevar. Eren lo recostó con cuidado en el costoso sillón y se posicionó arriba, automáticamente Levi abrió sus piernas para mayor comodidad de ambos y las enredó en la marcada cintura morena. Se abrazó de su cuello, y decirse que se mataron a besos estaría muy cerca del escenario real, porque durante los siguientes diez minutos se estuvieron besando con una intensidad casi salvaje. Las lenguas de ambos se saboreaban, succionaban sus labios, un poco sus cuellos, y de nuevo se unían como si no fuera posible despegarse, como si les doliera.
Pero no fue sino hasta que Eren lamió con lascivia extrema el contorno de su oído derecho, que escuchó unos gemidos tan intensos, que hasta al mismo Levi lo hicieron ponerse bordó de la pena de escucharse tan escandaloso.
—E-Eren… ¡Ah, Eren! —Levi apretó su cadera aún con la ropa interior puesta y se friccionó contra la entrepierna del empresario, mientras volvían a besarse.
El más alto se tiró hacia atrás trayéndose consigo al más bajo que estaba prendido como un koala a su torso, por lo cual al sentarse quedó con el otro a horcajadas suyas. Aprovechó la postura y le amasó el abultado trasero con muchas ganas, mientras simulaba embestidas con sus caderas y sus lenguas seguían enredadas.
—¡Ah, Eren! ¡N-no! —Levi hundió su cara en el cuello del otro resoplando como cuando se corre detrás del colectivo que nos deja. Eren lo soltó un momento, sintiéndolo tiritar.
—Hey, ¿estás bien? ¿*Terminaste?
Con sus manos tomó la cara de Levi, los pómulos estaban rosados, los ojos algo húmedos, los labios y los alrededores de ellos llenos de saliva, y una mueca de completa culpabilidad, más el empresario sonrió con mucha satisfacción.
—¿Sabés lo lindo que te ves ahora? —le soltó Eren sin poder evitar volver a besarlo. Levi tomó una bocanada fuerte de aire para recomponerse.
—Quiero chupártela de nuevo, eso me calienta.
—¡Pero claro, mirá si me voy a negar!
Muy a su pesar lo soltó, para dejar que se deslizara hasta quedar de nuevo en el piso. En un rápido movimiento se sacó su bóxer lleno de sus fluidos, pero lejos de avergonzarse (si Eren no lo había hecho, él menos), estrujó su verga para sacar lo máximo posible y abriendo sus extremidades se arrodilló. Mientras volvía a mamársela con unas ganas increíbles, usaba su propia lubricación para aflojar su trasero.
Pasaron otros quince minutos, y a pesar de usar todas sus técnicas bucales, solo logró que Eren jadeara, gimiera y le dijera algunas vulgaridades, pero no se corrió.
—Levi… vamos a la cama —lo interrumpió el hombre divino de mirada color paraíso. Levi asintió y con las piernas un poco temblorosas lo siguió.
Eren entrelazó los dedos de su mano con una suya y lo guió escaleras arriba a una espectacular habitación, digna de un hotel 5 estrellas. Lo soltó unos momentos para ir a buscar el interruptor de luz y accionó apenas unos *leds de los costados dejándolos en penumbras. Arrastró el acolchado negro con letras chinas rojas fuera de la cama, y luego tiró de las manos de Levi para invitarlo a acostarse.
Ambos desnudos y deseosos de continuar, se brindaron calor con sus cuerpos, volvieron a besarse con intensidad, Eren acariciaba la blanca y caliente piel de Levi, repartiendo besos por todas partes. Quiso bajar a chupársela pero Levi se negó rotundamente, ya que por la corrida anterior todo estaría impregnado con su semen seco, el empresario le dijo que no le importaba, pero viendo que le resultaba incómodo, desistió.
Manoteó el lubricante de la mesa de luz y embadurnando sus dedos, con facilidad, gracias al trabajo previo de Levi, deslizó dos falanges al interior del de ojos grises, si la piel del más blanco era caliente, por dentro era fuego puro. Ambos gruñeron de gusto. Su anillada entrada pulsaba y lo apretaba de a intervalos con bastante fuerza, Eren tuvo que tocarse un poco para aplacar el deseo que lo estaba consumiendo, mientras que a esas alturas tres de sus dedos resbalaban bastante bien.
Las caras de éxtasis de Levi eran realmente muy eróticas, no podía despegar sus ojos de sus cambios de expresiones, no había podido verlo a la cara cuando se vino antes, iba a hacerlo ahora de ser posible.
—¡Qué buen culo que tenés! —le largó completamente intoxicado de lujuria.
—Da-dale, E-ren… ¡Ah! ¡Cogéme, cogéme ahora!
No lo hizo esperar para nada, se puso un *preservativo a velocidad meteórica, había suficiente lubricante de por sí, de manera que enfiló su pene a la tentadora abertura y con suavidad comenzó a enterrar sus 28 cms de carne erecta y ardiente.
Levi pasó sus brazos debajo de los de Eren para abrazarlo con fuerza, levantó un poco las piernas, enganchó sus pies por detrás de su cadera, y comenzó a moverse de una manera increíblemente sensual, logrando él mismo meter y sacar el miembro de su cuerpo, logrando la fricción que deseaba.
—¡Ah, mierda, aaarrghh! —Eren puso los ojos en blanco debido a las constantes descargas de regocijo que Levi le estaba proveyendo a cada segundo.
No iba a mentir, tuvo muy buen sexo a lo largo de su vida, pero jamás alguien se había movido de esa manera debajo suyo, y él que pensó que iba a llevar la dominancia, estaba siendo consumido por ese hombre bajito y precioso con movimientos espectaculares.
Ahora sí que le costó mantener el autocontrol. Lo estrujaba de una manera fantástica, liberándolo un poco y volviéndolo a engullir como su tuviera una especie de bomba de succión en las entrañas. Eren luchó para despegar sus brazos de su espalda y tomándolo de las muñecas, aplastó sus extremidades contra el colchón. Levi le sonrió de una manera depravada, retorciéndose aún, pero el moreno le devolvió la sonrisa, se sentó sobre sus piernas y tomando firmemente la afilada cadera comenzó un intenso vaivén, no con tanta velocidad, sino con movimientos circulares y precisos que hicieron a Levi casi desfallecer de deleite.
—¡Aaaah, carajo!
¡Ese era el punto justo!, mordiéndose el labio, Eren apretó contra el estrecho y abrasador canal, impulsando su pelvis una y otra vez hacia el fondo, dándole duro y parejo al lugar que cubría la próstata de Levi, que casi le hace hablar en otro idioma al analista.
—¡Pará, pará! ¡Ah! ¡Me vengo, AH! ¡UUGHH!
La blanquecina esencia salió con fuerza inusitada y algunas cremosas gotas rodaron por su abdomen y otras llegaron a su pectoral izquierdo. Levi temblaba, tratando de tomar aire sin desmayarse en el proceso. El empresario aún seguía duro dentro de su cuerpo, se agachó y recogió esas gotas pequeñas con la punta de la lengua y las degustó con morbosidad.
Mientras el sabor de la esencia de Levi le explotaba en la boca, volvió a besarlo lentamente, para compartir un jugoso *beso blanco.
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Levi se afirmó del respaldar de la cama, mientras Eren le mordía parte de los hombros y la nuca, con algo de fuerza pero sin llegar a lastimarlo. Le ardía un poco el culo, y estaba exhausto, la potente luz de la mañana que entraba por las ventanas evidenció que ya había amanecido, y aún Eren no se había corrido ni una vez. Él se había venido por cuarta vez hacía pocos minutos, y sentía que realmente el cuerpo no le daba para más.
Sus pieles resbalaban por el sudor, pero ese hombre no parecía cansarse con nada. Cuando estaba a poco de caer inconsciente de cansancio, Eren le susurró en la oreja.
—¿D-dónde la querés?
—E-en la b-boca… —apenas atinó a responder con la voz quebrada, y al fin el empresario le dio paz a su sensibilizada retaguardia. Un reloj despertador con números rojos sobre una de las mesas de luz anunciaba que ya eran las siete y media de la mañana.
El moreno se sacó el *preservativo resoplando enardecido, el analista se giró y se lo metió en la boca de inmediato comenzando a chupar con fuerza, en pocos segundos escuchó un ronco gruñido, seguido de jadeos desesperados, mientras le llenaba la boca de esperma calcinante. Lo pudo tragar sin problemas, luego chupó un poco más, aunque con algo de pereza, hasta dejársela reluciente. Fue entonces que *cayó redondo en la cama, dormido casi al instante.
Si alguien le preguntaba alguna vez cómo se sentía ser noqueado, seguramente sería la misma sensación que tenía ahora.
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Unos delicados besos sobre su espalda fue lo primero que sintió al despertar. Se sentía molido, como si lo hubieran metido en una trituradora de carne, pero unas tres veces.
Masculló algunas palabras ininteligibles y trató de abrir los ojos. Por lo visto su amante había cerrado las pesadas cortinas y había prendido el aire acondicionado, con lo cual el ambiente estaba fresco y en penumbras. El mismo reloj en la mesa de luz marcaba las tres y cuarto de la tarde.
Besos más profundos lo hicieron estremecerse y percatarse de que había una enorme mancha de humedad sobre la almohada que provenía seguramente de su pastosa, y ahora olorosa, boca.
—Buenos días, bonito —saludó la voz de Eren, ronca y sexy—. ¿Estás muy cansado? ¿Tienes hambre? Puedo traerte el almuerzo aquí.
—Mññdías… —bostezó de lo lindo, mientras un punzante dolor en sus caderas lo hacía fruncir el ceño—. Quisiera bañarme, por favor —contestó con voz cavernosa y semi afónica.
—Claro, ya te traigo unas toallas —contestó el otro solícito.
Sintió los ruidos el otro revolviendo en unos cajones, y luego tirando a sus pies las toallas junto a una bata negra de seda. Se sentó a duras penas y tomando las cosas caminó lo más dignamente posible, porque la verdad sea dicha, estaba más para arrastrarse que otra cosa. Miró sobre su hombro a Eren que lucía acaso más hermoso que la noche anterior. Con algo de instinto encontró la puerta al baño en suite y cerró.
Corrió al inodoro para aliviar su vejiga, le costó mantener el chorro en la misma dirección, ya que su abusado pene parecía tener vida propia. Y luego pudo apreciar un baño enorme, tal vez tan grande como una de las habitaciones de su casa, con un jacuzzi en un costado y una descomunal ducha holandesa del otro lado. Cuando entró, se dio con un panel con tantos botones como una consola de dj. Se quemó y se congeló con los potentes chorros hasta que logró una temperatura adecuada.
Tenía su ano algo inflamado y pringoso por el lubricante, por lo que estuvo un buen rato sacándose todos los fluidos desagradables de su cuerpo.
Una vez seco y con la bata puesta, pudo mirarse al espejo, parecía un veterano volviendo de la guerra de Vietnam. Siempre al despertar, era una especie de monstruo del lago Ness con hepatitis, después de un rato se recomponía a gelatina sin sabor, y a la hora se veía medianamente normal. Eso los días regulares, hoy, después de una sesión agotadora de casi cuatro horas ininterrumpidas de sexo, le llevaría días volver a verse decente.
Como sea, se limpió los dientes como pudo y se peinó antes de salir. El ambiente frío de la habitación lo hizo tiritar un poco y Eren enseguida apagó el aire, acercándose para abrazarlo y refregar sus brazos devolviéndole el calor perdido de la ducha. Llenó de besos su rostro.
—¿Estás bien?
—Sí, sigo vivo aparentemente —respondió Levi aún *con la voz algo tomada.
—Vení, acostate, ya traigo el almuerzo así nos reponemos los dos.
Nunca lo habían tratado tan bien, al menos después de un revolcón con un casi desconocido, porque Eren podía ser amigo de Hanji, pero la verdad era que ni siquiera llevaban 24 horas de haberse encontrado y ya habían hecho de todo. Se acomodó en la cama que olía a limpio, a Dios gracias el hombre había cambiado las sábanas.
Ahora bañado y más descansado, pudo apreciar con lujo de detalles la habitación a su alrededor. ¿Eso era un vestidor? Mientras miraba las cosas, un poco de culpa lo empezó a carcomer. Él no era de ir a tirarse en brazos del primer *tipo que se cruzaba, no era un comportamiento digno. Le hubiera gustado conocerlo un poco más, charlar, tener la oportunidad de formar lazos más profundos, pero después de lo de anoche, lo más probable es que Eren le agradeciera y se olvidara de él en dos por tres.
Esos pensamientos pesimistas hicieron que se deprimiera un poco, porque la verdad es que había estado super lindo todo y probablemente había arruinado una buena oportunidad. Aunque… ¿realmente se arrepentía?
—No sé si te gustará el menú, pero vamos a probar —dijo el moreno acercándose. Estaba solo con un par de boxers azul marino que le *quedaban pintados, y una vez más los ojos se le fueron por todos lados.
Era un adonis, definitivamente. ¿Cómo era posible que esa criatura celestial se hubiera fijado en él? Tal vez solo debía agradecer haber tenido una oportunidad tan gloriosa y listo.
Agarró la jarra de agua fría y se tomó dos vasos en un abrir y cerrar de ojos. Eren no le sacaba la vista de encima y eso lo puso un poco incómodo, quería taparse con el acolchado y salir de su campo visual, el otro era tan hermoso que se sentía un poco feo a su lado. Sin embargo apenas vio los sándwiches de pavita y mostaza en pan árabe, sus pensamientos colapsaron y sus manos se movieron solas. Eren sintió escalofríos al ver como devoraba la comida.
Se tomó su tiempo para morder, era mucho más excitante ver cómo Levi llenaba esa boca tan talentosa. Después de comer bastante bien, le agradeció y procedió a buscar su ropa. Ya vestidos, Eren ofreció llevarlo a su casa, cosa que aceptó de buena gana.
Cuando llegaron a su edificio, Eren fue el primero en romper el silencio.
—Escuchame, Levi, anoche la pasé fantástico. Quisiera verte de nuevo, bah, si te parece.
—Sí, claro, yo también la pasé bien. Eh, capaz es medio tarde para decirte esto, pero te juro que no soy de irme así… con cualquiera. O sea, no es que vos lo seas, pero me refiero, no nos conocemos lo suficiente, aunque ahora, bueno... Lo que quiero decir es que yo también la pasé genial, y que también quiero verte de nuevo.
—Si te soy honesto, yo tampoco soy de llevar gente a mi departamento. Es un lugar casi sagrado para mí, pero es que, no sé, siento que con vos es distinto, no sé cómo explicarlo. ¿Me das tu número así nos escribimos?
—Sí, dale.
Ambos sacaron sus celulares y se agendaron.
—Mirá, yo el lunes me tengo que ir de viaje, pero vuelvo el miércoles. Si querés te escribo y vemos de salir a comer algo, no sé, ya vemos.
—Bueno, perfecto. Nos escribimos entonces.
Se miraron un rato hasta que Eren se acercó para besarlo, Levi respondió de inmediato, y la despedida se alargó un poco.
—Bueno, mejor paremos —advirtió el moreno—, porque si no te juro que te hago de todo otra vez.
Se rieron un poco, volvieron a besarse y al fin con algo de pena por tener que separarse, Levi se bajó del hermoso auto para poder regresar a su casa. Caminar hasta el ascensor fue un parto. Le dolían las piernas, la cadera, los brazos, la quijada, músculos que ni siquiera pensaba que podían dolerle.
Apenas pasó la puerta de su casa Rogue le lanzó todas sus quejas meneando la cola enfurecido.
—Ay, bebé, perdón, me olvidé de vos, perdoname.
Pero el gatito tenía su orgullo, no se dejó tocar, mientras bufaba. Levi le explicó, como si fuera una persona, que tuvo una noche complicada y que no pudo volver a tiempo. En compensación sacó una lata de atún e hicieron las pases a medias, al menos dejó de bufar.
Su celular vibró. Era un mensaje de Eren "probando" su whatsapp, le contestó y luego procedió a responder una veintena de mensajes de sus amigos que lo cargaban y le mandaban memes por su comportamiento tan inusual con Eren. Algunos sugerían una boda, y no pudo más que reírse.
Hanji apenas vio que se había conectado, lo llamó.
—Estoy yendo para tu casa, enchufate adrenalina, no sé, pero más vale que estés despierto y me cuentes todo.
—¿Hola, no? Venite con *medialunas o sino no te abro la puerta, chau.
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By Luna de Acero… copada con el Ereri…
GLOSARIO:
*Boludo/a: Tonto/a, en algunos casos de amistad se usa más como un sustantivo que denota familiaridad.
*Morfar: Comer.
*No me jode: No me molesta.
*Está mortal: Que algo está rico, buenísimo.
*Que ganas de verle la cara a Dios: Hanji hace referencia a tener sexo.
*Pinchando: Cogiendo, follando.
*Echarle mano: Agarrar.
*Materia dispuesta: Que está disponible.
*Montonazo: Muchas veces, un montón.
*No le llega agua al tanque: No se da cuenta.
*Flaco: tipo, hombre, muchacho.
*Hell, no: Demonios, no (no es literal, es un giro idiomático).
*Verdura: Cosa sin importancia.
*Nah: no
*No way: No hay manera/forma.
*Tarado: Idiota, imbécil.
*Piba: Chica, mujer joven.
*Ya te fichó: Ya te tuvo en cuenta
*Seco de vientre: Constipado, que no puede ir de viente.
*A estas alturas del partido: Se refiere a que se conocen de mucho tiempo.
*No me llevás el apunte: No me prestás atención.
*Pibe: Muchacho joven.
*Todo el mambo: Todo el asunto.
*La mar en coche: Hace referencia al "resto del asunto".
*Dejás de joder: Dejar de molestar.
*Caerse de orto: Caer de culo, sorprenderse.
*Finde: Abreviatura de Fin de semana.
*Joya: Es un modismo para demostrar que se acepta algo o que se está de acuerdo con algo.
*Tupper (táper): Es un bols de plástico, hace referencia a la marca Tupperware que fue muy famosa.
*Remerón: Remera/Polo grande/amplio.
*Pispear: Mirar de reojo.
*Pilcha: Ropa.
*Perorata: Charlatanería.
*Esas yerbas: Temas relacionados a lo que se viene hablando, en este caso las cartas astrales.
*Blef: Mentira, engaño.
*Salchichas: Embutido fresco o cocido hecho generalmente con carne de cerdo picada y especias que se embucha en una tripa delgada; se consume frito, cocido o asado.
*Caramelito: Hace referencia a un hombre lindo, atractivo.
*Tildado: Cuando algo se tilda se refiere a que dejó de funcionar.
*No te hacen justicia: hace referencia a que en la vida real es mucho más lindo.
*La carta: El menú del lugar.
*Ta loco: No lo puedo creer.
*Irse de mambo: Excederse, desubicarse.
*Re bien: El prefijo "re" es para darle mayor énfasis a algo Re bien, re bueno, re fuerte, etc...
*Nope: No.
*Piropo: Halago.
*Hacerse el gil: Hacerse el tonto, disimular sin mucho tacto.
*Levante: Amante de ocasión, touch and go.
*Banana Split: Postre que se sirve en una bandeja, una banana con bochas de helado y baño de chocolate encima.
*Confianzudo: Una persona que se toma la confianza a la ligera.
*A la primera: Al primer encuentro o salida, que apenas se conocen.
*La había cagado: Meter la pata, equivocarse.
*Sacar de encima: Deshacerse de algo.
*Remontar: Arreglar, volver a como estaba antes.
*Comer la boca: Hace referencia a un beso muy intenso.
*Ascensor: Elevador.
*¿Cómo andás?: ¿Cómo has estado?
*Estar más bueno que comer pollo con la mano: Que es alguien muy lindo, atractivo.
*Pija: Verga/polla.
*Videt: En Argentina, en la mayoría de los baños privados es un elemento al lado del inodoro que tira agua desde el centro como una fuente pequeña, se lo usa para higiene íntima o después de hacer las necesidades para higienizarse mejor.
*Estar re fuerte: Es un halago, significa que es muy atractivo, lindo, hermoso.
*Rollitos: Yantitas, yantas, pliegue de piel por el exceso de peso.
*Manotear: Tantear, tocar.
*Bulto: Se refiere a la entrepierna.
*Venirse: Acabar, llegar al orgasmo.
*Termminar: Acabar, llegar al orgasmo.
*Leds: Spots, luminarias que van incrustradas en el techo, son pequeñas y alumbran muy poco.
*Preservativo: Condón.
*Beso blanco: Cuando comparten el semen en un beso.
*Caer redondo: Caer rendido/agotado.
*Con la voz tomada: Algo afónico.
*Le quedaban pintados: Que le quedaban más que bien, que le sientan bien.
*Medialunas: un panificado dulce elaborado para comer en el desayuno o la merienda, también llamado croissant.
