Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Lo siento, no puede llegar al final, llegaré en la próxima entrega lo prometo. Espero me digan que opinan al respecto y qué creen ustedes que va a suceder. Comparten conmigo lo que les gustaría que sucediera? Los quiero, besitos miles!
Disclaimer: Los personajes no me pertencen, son de Isayama Hajime.
Advertencias: Lenguaje muy vulgar, palabras altisonantes, peleas, celos, angustia. Nadita más.
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"Eres libre de tomar tus decisiones,
pero eres prisionero de sus consecuencias".
Pablo Neruda
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Levi estaba nervioso, había ensayado algunas palabras frente al espejo, pero al final se sentía cada vez peor. Se suponía que irían a cenar con Eren a algún restó bonito y luego quedarían en el departamento del empresario. Había estado evitando a Erwin, le había pedido si fuera posible reunirse el lunes para hablar tranquilos, aunque más no fuera una hora. Erwin tenía un viaje y le dijo que hablaran mejor antes, que lo esperaba el domingo por la noche. A regañadientes aceptó, de todas maneras hasta entonces Eren ya iba a saber.
Sonó su celular, Eren avisando que ya estaba abajo. Se colocó su *campera y salió para encontrarse con el moreno. Estaba impecable con un traje negro y una camisa gris plata, por la cena en el restaurante de lujo prometida.
—Hola, Levi, ¿cómo estás? —saludó el empresario con una sonrisa radiante y actitud relajada.
—Hola, Eren —le sorprendió que no se acercara a darle un beso como siempre, pero no dijo nada. Música electrónica sonaba fuerte en la consola y Eren arrancó con un poco de brusquedad.
—Che, no te jode si vamos a mi *depa directamente, ¿no? Vamos a pedir algo allá.
—Uh, sí, dale, como quieras.
—Es que la vez pasada dijiste que no querías que gaste en restaurantes caros, así que comamos algo que esté más a tu nivel —Levi enarcó una ceja confundido—. O sea, me refiero a algo más sencillo ¿Unas *empanadas estarán bien?
—Sí, yo como cualquier cosa, no importa.
—*Joya, entonces —Eren le subió a la música que parecía que quería que le reventaran los tímpanos, el *punchi-punchi retumbaba por todas partes y el más bajo frunció el ceño. Pero *se la bancó y no dijo nada tampoco, como sí pudiera, la estridencia no permitía hablar.
Subieron en el ascensor mientras Eren silbaba y jugaba con el celular entre sus manos, leyendo mensajes y riéndose sin prestarle atención. Llegaron al departamento y le pasó el teléfono inalámbrico.
—Andá pidiendo lo que quieras, en la pizarra de la cocina están los números de los *deliverys, yo me voy a tomar una ducha así rapidito y vuelvo, ¿sí?
—Sí, dale.
—¡Wow!, mirá que bonito estás —halagó acercándose y acorralándolo un poco contra la mesada, recién entonces le robó el primer beso de la noche—. Dale, llamá rápido, ya vuelvo.
Levi se quedó algo desconcertado, había cierto ambiente extraño en el comportamiento de Eren. Suspiró y buscó en el listado, para ser honestos no tenía mucha hambre, pero haría lo posible. Llamó a una casa de empanadas y ordenó una docena. Después se sentó en las banquetas altas de la cocina. Al final se había arreglado tanto *al pedo. Bueno, al pedo no, porque estaba Eren, estaba bueno que de vez en cuando le enseñara que también tenía buen gusto para vestir. Estaba un poco triste, tal vez fuera la última vez que lo viera. Abrió la heladera y sacó una botella de Coca-cola zero y se sirvió en un vaso.
El empresario se tomó su dulce tiempo. Las empanadas llegaron y él no volvía de la pieza, así que Levi tuvo que ir a planta baja y pagar de su bolsillo cuando el guardia en la recepción le avisó. Después fue hasta las escaleras caracol que daban a la pieza del moreno, subió unas cuentas escalas y se sorprendió de encontrarlo charlando a las risotadas con su celular, no llegaba a escuchar lo que decía porque Eren hablaba bajito, pero se reía fuerte. El empresario apenas lo sintió entrando se giró y lo miró con seriedad.
—¿Qué pasa?
—Ah, disculpá, te quería avisar que ya llegó la comida.
—Buenísimo, ya bajo.
Levi asintió, se fijó que sobre la enorme cama había un atuendo como para salir, se notaba que Eren había estado seleccionando algunas prendas, pero se giró y bajó ¿Acaso irían a alguna parte?
Después de otros 15 largos minutos, el más alto bajó. Estaba hermoso, con un pantalón chupín azul, unos zapatos de cuero negro, una remera cuello bote gris y un blazer color tiza.
—Disculpá que te hice esperar tanto, es que fue una llamada larga.
—Ah, sí, está bien.
Comieron algunas empanadas, Levi apenas pudo pasar dos y media.
—¿Qué pasa? ¿No te gustaron?
—No, está bien, no tengo mucho ham… bre —sus ojos se quedaron pegados a unos notables *chupones que Eren tenía cerca de la clavícula, y de los que estaba seguro que él no se los había hecho.
Esa remera se los dejaba a la vista, servidos en bandeja, y la posición de Eren que tenía su torso cerca suyo parecía como si el más alto buscara pavoneárselos frente al rostro.
—¿Qué? —el empresario miró hacia donde Levi estaba observando, y luego le guiñó un ojo—. Estabas muy apasionado ayer, mirá como me dejaste.
—¿Yo te hice eso? —preguntó sin poder creerlo.
—¡Claro! ¿Quién más? —dijo mordiendo otra empanada y sonriendo triunfal—. No va a ser el Ratón Perez, ¿no? —Levi recordó que esa misma frase había salido de sus labios hacía un tiempo y decidió no decir más nada al respecto.
—Eren, yo, necesito hablar de algo muy importante con vos.
El otro miró a su rólex de oro sobre su muñeca y tomó un trago de gaseosa antes de contestar.
—¿Puede ser mañana? Es que se hace muy tarde, de hecho me quedan solo treinta minutos.
—¿Eh? ¿Treinta minutos? —Eren lo tomó de su muñeca y lo arrastró al living, comenzó a besarlo con muchas ganas y a tirar de su ropa para quitársela—. E-Eren, esperá, es im-importante.
—Me lo decís después, te quiero coger ahora.
—Ah, eh, bu-bueno.
Le calló la boca de un buen beso, y no llegó a desnudarlo, más bien le alcanzó con solo quitarle los pantalones.
Lo tiró boca arriba en el sofá y comenzó a masturbarlo con una mano, mientras con la otra dilataba su rosado orificio, Levi gemía completamente entregado. No lo preparó mucho, estaba apurado en serio. Así que la intromisión fue un poco dolorosa y salvaje. Levi se la aguantó, apretando los dientes y los párpados. Pero cuando comenzó a embestirlo con todas las ganas, tuvo que apretarlo de los hombros y suplicarle que aminorara la marcha. Cosa que Eren hizo de inmediato. Fue diferente, se sentía genial por supuesto, pero, diferente. No hubo tantos besos esta vez. Cuando ya pudo moverse mejor, Eren giró a Levi y lo agarró de las caderas para darle con fuerza.
Al analista le gustaba un poco lo rudo, pero el empresario no actuaba así normalmente. Siempre tenía mucha fuerza y energía pero… se sentía distinto. Eren lo masturbó mientras le daba duro y parejo y logró que se viniera pronto, mientras él se descargaba dentro. Lo cual le llamó la atención también, normalmente siempre usaban preservativos, Levi trató de no manchar el sofá, pero su camisa si quedó hecha un lío.
—Uf, que rico estuviste bombón —se alejó para tomar una caja de pañuelos tissue que había sobre la mesa y procedió a limpiarse—. ¿Querés bañarte? Te presto una *remera, porque tu camisa quedó *hecha bolsa.
—S-sí, dale.
Se paró a duras penas, aún no regulaba la respiración y las piernas le temblaban un poco. Como pudo siguió a Eren escaleras arriba y se dio una ducha rápida. Le prestó una remera de algodón gris, imposiblemente ajustada, pero era mejor que la camisa arrugada y manchada con sus propios fluidos. Cuando volvió al living Eren estaba impecable de nuevo.
Se sentó en el sofá un momento.
—Bonito, me tengo que ir ya mismo o no llego —le dijo Eren y Levi lo miró enarcando una ceja—. Te llamé un taxi, te van a llamar desde la recepción del edificio cuando llegue, tomá —agregó, dándole "la llave" del departamento, esa cosa blanca que parecía una tarjeta de plástico—. La pasás por el lector y se la dejás a Gerardo, el guardia, en planta baja. Disculpá que no te llevo pero no puedo fallarle a Armin. Tomá para el taxi —soltó, para luego meter dos billetes de cien pesos en el bolsillo de arriba de su saco, a la vez que le dejaba un beso en la mejilla y le palmeaba el hombro—. En la semana hablamos, nos vemos.
Y se fue.
Levi estaba de piedra, no entendía nada ¿Qué estaba pasando? ¿Eren se había ido y lo había dejado solo? ¿Adónde se iba? En serio, ¿qué estaba pasando? Su diablo interno se desternillaba de risa. "Te dejó *plata para pagar el taxi, ja, ja, ja, que *culiado éste Eren ¿viste que sos una puta barata? Te cogió y se fue, a ver si aprendés tu lugar".
Se puso de pie y bajó para esperar el taxi. Se sentía un poco triste, era como si algo se hubiera quebrado. Lo viera por el ángulo que lo viera, las cosas no encajaban definitivamente. Una vez a bordo del vehículo, suspiró mientras se dejaba llevar por las luces de la ciudad, no sacaría conclusiones apresuradas, además Eren le había pedido que se pusieran más serios, no tenía razones para dudar, ¿o sí?
Esa noche Rogue lo consoló, se acostó a su lado, cosa que era rara, contra su estómago, y se quedó ronroneando un largo rato hasta que al fin pudo dormirse.
Al otro día Eren no respondió sus mensajes en todo el día. Se notaba que estaba conectado, pero lo estaba ignorando. En cambio Erwin no paró de escribirle, le pidió que pasara por su casa esa noche, que le haría una cena especial. El analista dijo que era una gran oportunidad para hablar con el rubio de una buena vez.
Se arregló y fue a su encuentro. Erwin lo quiso besar apenas pasó el portal, pero Levi se alejó.
—Tenemos que hablar —le dijo con seriedad. El hombre enarcó una ceja y asintiendo lo condujo a su living.
Se sentaron enfrentados en los sillones afelpados color crema, vaya que el rubiales tenía muy buen gusto para la decoración. Erwin fue a traer un vino espumante y Levi agradeció tener una bebida para mojar la lengua. Estaba nervioso otra vez, pero decidido.
—Bueno —dijo una vez que llenó las copas—. Contame lo que me querías decir.
—No sé muy bien cómo comenzar, pero me parece que es hora de ser sincero con vos, Erwin. Sos un tipo genial, en la secundaria me enamoré de vos de una manera muy profunda, pero lamentablemente nunca me animé a decírtelo, quien sabe cómo serían las cosas ahora si lo hubiera hecho, o si vos te hubieras acercado, pero *ya fue. Ahora sos incluso mejor, maduro, centrado, tenés un futuro brillante —Erwin escuchaba todo atentamente, pero sin sonreír, intuía lo suficiente para darse cuenta que una persona empezaba enumerando las buenas cualidades cuando tenía una mala noticia que anunciar—, sos un *tipazo. No tengo quejas de nada, ni de cómo me tratás, ni de lo bien que se llevan nuestros cuerpos, o lo mucho que tenemos en común.
—Pero… —le dio pie el más alto y para cortar ya con tanto halago que no necesitaba.
Levi vació la copa de un solo envión y luego lo miró a los ojos.
—Pero conocí a alguien unos días antes de nuestro primer encuentro. Yo lo estaba conociendo, no iba en serio con él, y bueno, una cosa llevó a la otra y… y me terminó gustando demasiado.
—No, no, a ver, pará un segundo, ¿qué carajos me estás diciendo, Levi? ¿Vos estabas saliendo con otro tipo mientras me veías a mí?
—Sa-saliendo, lo que se dice salir, así formalmente no, nos estábamos conociendo.
—Estabas saliendo con los dos, ¿al mismo tiempo?
El de cabellos negros tragó en seco y bajó la mirada mientas sentía que le transpiraban las manos.
—Sí, salí con los dos en estas semanas. Yo no pensé que, bueno que lo nuestro iba a durar mucho, yo creí que era así como un encuentro casual y *taza, taza, cada uno a su casa.
—¿Vos me estás hablando en serio? —Erwin estaba frunciendo sus enormes cejas y Levi comenzó a asustarse un poco, ¿no lo iría a *trompear o sí?-. ¿O me *estás cargando?
—Te hablo en serio.
—¿Y así, re *pancho, venís y me tirás que te estabas *curtiendo a otro como si nada? ¿Por quién me tomás, *pedazo de forro? ¿Te pensás que soy un *pelotudo?
El analista abrió grande sus ojos sin saber cómo responder a tanta furia. Claro que podía pasar que se molestara, pero no sabía que Erwin, que parecía de los que no mataban ni una mosca, fuera un Hulk en potencia.
—Calmate un *cacho, ni vos ni yo hablamos de tomarnos las cosas en serio, para el caso.
—Yo te dije bien clarito lo que pensaba acerca de la infidelidad, Levi. Y ya que querés ser tan literal, tampoco dijimos que íbamos a tener una relación abierta ¿O vos creés que yo ando *levantándome al primero que me cruzo, eh? Yo te estaba tomando en serio, carajo.
—Bueno, tenés razón, discúlpame, no tenía intención de lastimarte, por eso preferí venir y decirte la verdad, vine a dar la cara, no pretendo esconderme o decirte algo que no es.
—¡No te disculpo una mierda! —soltó en un tono bastante alto y el analista se puso en alerta, el corazón parecía que le iba a abrir un hueco en el pecho para caer saltando sobre la mesa ratona—. ¡¿Todo este tiempo me estuviste *boludeando?! ¿Pero quién carajos te creés que sos?
—Bueno, me parece que es mejor que me vaya —trató de cortar la charla poniéndose de pie.
—¿Adónde creés que te vas, *gil de cuarta? Vos no te vas a ir a ninguna parte hasta que me escuchés bien todo lo que tengo para decirte —le respondió poniéndose de pie y bloqueándole el paso a la puerta ¡Mierda que era enorme comparado con él!
—Mirá, ya me disculpé, ya te dije como son las cosas, y no espero que te quede una buena imagen de mí, pero seamos adultos y tratemos de que las cosas terminen bien al menos.
—Acá nada va a terminar bien, porque vos me *cagaste, ¿acaso no te dabas cuenta que yo me estaba ilusionando con vos? Claro, ahora entiendo todo, todas esas veces que te negabas, que me decías que tenías cosas para hacer, te ibas a coger con otro imbécil que seguro tampoco sabe la clase de puta que sos.
—Bueno, basta, entiendo que te enojés, pero no voy a permitir que me insultes así.
—¿Insultarte? Pero si solo digo la verdad, sos un hijo de puta, te *cagabas de risa de mí, mientras yo acá estaba preocupado por… —de pronto se quedó callado, cerró la boca y entrecerró los ojos—. Aaah, ahora entiendo, ¿vos te estabas curtiendo a Eren?
Levi abrió sus ojos a más no poder, ¿cómo pudo haberlo adivinado siquiera?
—Claro que es él, por eso te pusiste nervioso cuando nos cruzamos en la reunión de negocios, y después… —se pasó una mano por la cara—. ¡Qué *flor de hijo de puta que sos, Levi!
—Me voy, ya fue suficiente —dijo evadiéndolo por un costado y caminando apresurado hacia la salida con el otro pisándole los talones.
—Dale, dale, huí como la rata arrastrada que sos, ¡*forro! Pero esto no va a quedar así, te podés ir de acá, pero las vas a pagar caro, por hijo de puta. Ya vas a ver, Levi, te metiste con la persona equivocada, la vas a pagar muy caro.
—Yo nunca quise que las cosas terminaran así, acepto que me porté mal, pero vine a dar la cara y contarte las cosas como son. Hacé lo que quieras, chau, Erwin —fue lo último que soltó antes de pasar por el umbral y salir casi corriendo.
Respiraba agitado mientras caminaba a tomarse un *colectivo, definitivamente no se esperaba una reacción tan violenta de parte de Erwin. Tampoco era una noticia bonita, lo sabía, pero había mantenido la esperanza de que se molestara pero no pasara a mayores. Ahora estaba un poco asustado para ser honesto, no porque Erwin pudiera llegar a ponerle un dedo encima, dentro de todo se defendía bastante bien peleando, sino porque era el puto dueño de la empresa. Trató de serenarse y hacerse a la idea de que a Erwin se le *bajarían los humos tarde o temprano, además no era para tanto, fueron unos cuantos encuentros furtivos y ya.
Le escribió a Eren, sus dedos atropellándose en el teclado, necesitaba hablar con él urgente, necesitaba saber que al menos podía contar con él. Pero nuevamente le leyó los mensajes y no le respondió. Estuvo media hora tomando frío en la parada hasta que apareció su transporte. A la mierda la diplomacia, llamó a Eren, se sorprendió que lo atendiera al cuatro timbrado.
—Hola, ¿sí? —su voz se notaba relajada, y había música sexy de fondo—, ¿quién habla?
—¿Eren? Soy yo, Levi.
—¿Levi? Ah, sí, claro, disculpá, es que no te tengo agendado en este cel —carraspeó para aclararse la voz y se escuchó como movimiento de sábanas o algo como eso—. ¿Qué pasa? ¿Estás bien?
—No, la verdad que no, necesitaba hablar con alguien, ¿vos estás muy ocupado?
—Más o menos (Uuuyy, siii, eso es) —Levi frunció el ceño—. Perdón, es que acaba de llegar la comida y se ve, mmm, deliciosa.
—Che, ¿te jode si te voy a ver un rato? Es que de verdad, necesito que hablemos.
—Estoy ocupado, bombón… (Mmm, seguí así) —lo último lo escuchó un poco más bajo.
—¿Estás con alguien?
—¿Ah? Sí, con un amigo que no veía hace mucho… (Pará un poco) —lo escuchó reírse y de pronto algo se oscureció dentro de él.
—Ah, ya veo, bueno, no te molesto entonces, hablamos otro día.
—Bueno, dale, un beso, nos vemos —y le cortó.
Guardó el celular y se cruzó de brazos, sintiéndose como la mierda. No sólo parecía que Eren estaba con alguien, "un amigo" supuestamente, sino que además le resultaba completamente indiferente su preocupación.
Bajó una parada antes para pasar por un *kiosko cercano a su departamento. Sacó medio kilo de helado de fresa y crema de un freezer, se compró un pack de 6 latas de cerveza negra, un paquete de cigarros, y una bolsita llena de golosinas. Antes de subir a su casa llamó pidiendo una pizza extra grande con doble queso y champiñones.
Apenas llegó, Rogue lo vino a recibir con maullidos y su carita acusadora. Dejó las compras en la mesada de la cocina y se sentó en el piso donde acarició y luego levantó al gatito para abrazarlo. Se sentía como el culo, y parecía que su mascota era el único ser en ese mundo que sentía un poquito de compasión por él.
—Te quiero mucho, Rogue —dijo mientras lo estrechaba entre sus brazos.
Ese día no se pudo terminar todo lo que se había pedido, y encima le agarró ataque al hígado que se doblaba en cuatro, pero se tomó un *sertal compuesto y lo mismo se fue a trabajar.
Nada demasiado memorable pasó ese día. Levi le escribió a Hanji para invitarla a almorzar, pero resultaba que la chica estaba con un trabajo impostergable, le dijo que mejor se juntaban al otro día, porque para la noche tenía planes. Aceptó, no tenía otra opción, estuvo tentado de llamar a alguno de sus amigos, pero lo cierto es que no tenía ganas de explicar la mierda que era su vida actualmente. Por la tarde su jefe lo mandó llamar a su despacho.
—Levi, querido, necesito que te encargues de algunas cositas urgentes. Lo primero, vas y lo ayudás al dueño a configurar su computadora.
—¿Yo? ¿No puede ir Mariano?
—No, querido, Mariano a partir de mañana ya no va a estar más en el sector. Se *va para arriba, pasa a supervisor de logística.
—¿Qué? ¿Supervisor de logística? Si la vez pasada se perdió para encontrar la oficina de legales, ¿es un chiste?
—Vamos, vamos, no seas envidioso. Andá y quedá bien con el mandamás, que seguro después te arregla en algún puestito lindo. No te quejes de la suerte de tu compañero.
—Sí, voy —aguantándose los retortijones y el estómago revuelto se dirigió a la oficina de Erwin—. Hola, Greta, vengo a ver la computadora de Erwin.
Greta era una señora grande, muy organizada y capaz que había estado casi toda su vida en recepción, pero desde la llegada de Erwin parecía que todo iban a cambiar sus funciones. La mujer siguió tecleando un rato, ignorándolo por completo, por lo que Levi carraspeó. Lo miró sobre sus anteojos de marcos dorados.
—¿Diga?
—Buenos días Greta, vine a revisar la computadora de Erwin.
—¿Te referís al señor Smith? —Levi la miró un rato largo, preguntándose si lo hacía a propósito o de verdad *no le llegaba agua al tanque. Optó por lo segundo.
—Sí, Greta, el señor Smith, dueño de toda esta empresa.
—Aguardá un segundito —la mujer se ajustó los anteojos y levantó el auricular del teléfono que oficiaba como intercomunicador, miró las teclas por largo rato hasta que la línea comenzó a sonar por la falta de uso.
—¿Te puedo ayudar? —preguntó Levi.
—Es que no lo conozco a este teléfono, hijo, es muy complicado, el que yo usaba allá abajo era para recibir o hacer llamadas y punto. A ver, flash y uno, dos, uno —se puso el auricular en el oído—. Hace tu-tu-tu, no funciona esta cosa.
—Es que tenés que presionar más rápido, sino la línea se bloquea.
—Aaaah, ¿y ahora como hago?
—Cortá, eso, ahora levantá de nuevo y marcá.
—Flash, uno, dos, uno, ¡uy, pará! Marqué mal. A ver…
Levi contuvo la respiración y trató de ser paciente. Pero Greta logró comunicarse con el despacho de Erwin.
—¿Hola? ¿Señor Smith? Acá está el chico éste, eeh, Ackerman, que viene a… ¿a qué era? —le preguntó tapando el auricular con la mano.
—A configurarle su computadora.
—A configurarle la… sí, eso, ajá, ajá, bueno, bueno, ya le digo —colgó y lo miró—. Dice que esperés, que está ocupado, que ya te avisa para que pases.
—OK, espero.
—Che, vos que sabés mucho, vení un segundo porque no entiendo esto de las planillas Cell.
—¿Excel? —la mujer lo miró con la boca abierta—. Que se llama planilla Excel.
—Ah, bueno, como se llame, vení un segundo que tengo un *quilombo tremendo.
Levi puso a prueba su paciencia, era más fácil enseñarle a un ladrillo. La señora escribía apretando las teclas con el dedo índice de cada mano, no solo demoraba una barbaridad, sino que *no cazaba una, las explicaciones tenían que repetirse muchas veces, así que decidió escribírselas así no le preguntaba cien veces lo mismo.
Una larga hora pasó. Levi se estaba cabreando, porque algo le decía que todo ese circo era a propósito, y a él se le estaban acumulando muchas tareas. Al fin sonó el teléfono y Greta atendió.
—Dice que pases.
—Bueno.
Ingresó al despacho y se enfrentó con un Erwin imponente. La oficina era soberbia, toda alfombrada, con un escritorio impecable de roble lustrado, y una vista maravillosa de la ciudad a sus espaldas.
—Buenos días, Levi —le dijo con una seriedad que no le conocía, decidió sacar su lado más profesional y evitarse problemas.
—Buenos días. Me mandaron a revisar tu computadora.
—Sí. Ya me avisó, Greta. Pero sentate un momento que quiero hablar con vos —Levi obedeció—. Bueno, estoy haciendo un par de cambios como verás. Así que mucha gente va a necesitar capacitarse, verificar sus funciones y un montón de cosas más, así que estaba pensando que voy a necesitar a alguien que se encargue de reacondicionar las máquinas, programas y todo eso. Esa persona decidí que seas vos.
—Eh, pero para esas funciones está mesa de ayuda.
—Exacto, vos vas a ser parte de ese equipo —Levi abrió grande sus ojos—. Me parece que vas a ser más útil en ese lugar. A Mariano ya lo reasigné a otra área, así que el puesto de ustedes lo van a tomar unos profesionales que me recomendaron, unos chicos jóvenes que vienen *con una polenta bárbara. Necesitamos ideas frescas, renovación, un cambio.
—Pero, Erwin, yo tenía un montón de proyectos en marcha. Con Mariano pasamos horas diseñando los nuevos circuitos, estudiando los nuevos productos y-
—Sí, ya sé, pero la decisión está tomada. Yo te necesito arreglando y configurando las máquinas. No te preocupes que vas a cobrar lo mismo, y vas a trabajar menos, está bueno eso.
Levi lo miró taciturno, sentía una enorme impotencia por dentro. Él realmente amaba su profesión, hacía cursos, se actualizaba constantemente, compraba libros, probaba nuevos programas, todo para que lo corrieran de un plumazo. Estaba muy dolido con la decisión y más porque estaba seguro que todo era debido a la ruptura de su relación. Erwin no era tan buena persona después de todo, al parecer tenía muchas ganas de vengarse. Si hubiera sido otra persona no hubiera dudado en discutir y sostener su punto, pero se daba cuenta que con el rubio era inútil, y no estaba en posición como para renunciar, tenía seis cuotas de la hipoteca pendientes.
—OK, entiendo.
—Bueno, ahora necesito que me instales el programa de la empresa y me enseñes a usarlo. De paso ponele un buen antivirus y reinstalá el paquete Office.
Levi sacó un estuche donde tenía pendrives y comenzó con su trabajo. Erwin por momentos se le acercaba demasiado con la excusa de mirar la misma pantalla que él, lo cual lo ponía increíblemente incómodo. Trató de terminar lo antes posible, pero explicarle todos los vericuetos del sistema le llevó sus buenas dos horas, y no iban siquiera en la mitad. Sabía que ese no era su trabajo, que eso debería hacerlo el área de Capacitación. Pero decidió mostrarse cooperativo.
—Bueno, lo dejemos acá porque tengo una reunión importante —le dijo el rubio—. Ahora andá con Greta y enseñale a manejar la agenda de Google y a escanear documentos. Después vas y vacías tu oficina por la tarde, ya le digo yo a Palomino que te lleve a tu nueva ubicación con los de mesa de ayuda.
—Entendido —respondió taciturno y salió del despacho sintiéndose aliviado de alejarse. Ya empezaba a darse cuenta por donde marcharían las cosas.
Trabajó apenas una hora con Greta, y ya se dio cuenta que le llevaría varios días enseñarle esas dos simples tareas. Ni siquiera almorzó, entre los dolores de panza y todo el movimiento que había, no tenía ni una pizca de hambre.
Le dijo a Greta que iba a juntar sus cosas de su despacho y que luego volvería. Le llevó más de una hora juntar todo en tres pesadas cajas. Ubicó a Palomino que lo ayudó a llevar las cosas hasta un *sucucho en una oficina de un rincón de la planta baja, donde ni siquiera tenían una ventana po donde entrara luz.
—Disculpá, flaco —le dijo su compañero—, pero no tenemos mucho lugar ¿viste? Así que acomódate como puedas. Te limpiamos ese escritorio de allá, pero la mesa tiene una pata rota, así que no te apoyes mucho porque si no se te viene encima. Le hicimos un arreglo con cartón para que no se moviera tanto. Calculo que en unos diez días te llega un escritorio nuevo.
—Ya veo, gracias —dijo desganado, mientras veía todos los archivos que tenía en un costado que iban hasta el techo, cubiertos de polvo y algo de telas de araña, un asco.
—De todas maneras casi nunca estamos acá, siempre nos tienen *culo a la bulla con alguna cosa a revisar, configurar impresoras, destrabarlas, recuperar archivos perdidos, limpiar virus y toda esa *caterva de actividades.
—Ajá.
—Pamela y Carlos son los otros dos, pero ahora están con instalaciones y actualizaciones del sector de pedidos. Seguro a la tarde los ves. Si necesitás algo llamame, yo ahora me tengo que ir para legales que uno de los abogados se le tildó la notebook. Buena suerte —lo palmeó y se fue.
Levi acomodó su computadora, le costó trabajo encontrar los tomacorrientes adecuados para enchufar sus herramientas de trabajo y luego de un buen rato se sentó suspirando hondo ¿Cómo carajo había terminado de ese modo? Y estaba seguro que su agonía recién empezaba.
El resto de la tarde se la pasó con Greta, invocando a toda su paciencia y autocontrol para no ponerle la PC de sombrero, porque la verdad es que lo sacaba de quicio.
Era un desperdicio total de sus facultades, era como retroceder en el tiempo, cuando recién había entrado en la empresa también había sido asignado a esa área, y luego con tenacidad y esfuerzo había escalado. Diez años de profesión tirados al tacho, todo por un poco de placer. Estaba arrepentido de verdad.
Esa noche se hizo un té con galletas y se fue a dormir temprano, bastante deprimido, ni ganas de escribirle a Eren, que seguro estaba de viaje a estas alturas. Sin embargo a eso de las once y media sintió un llamado a su puerta. Le sorprendió, probablemente sería algún vecino, como el llamado era insistente, se levantó arrastrando los pies y bostezando y abrió.
Se quedó estupefacto, era Eren. Él estaba con un pijama re viejo y un desabillé rosa bastante desvencijado (era blanco pero en un lavado se había teñido con una remera roja y desde entonces le quedó así), y pantuflas de conejo en los pies. Mientras que el empresario parecía un modelo que acababa de salir de una sesión de fotos de una revista de moda.
—¿Eren?
—No, si voy a ser Papá Noel —dijo jocoso mientras entraba con confianza.
—¿Cómo entraste?
—Ah, justo estaba el portero sacando unas bolsas y le dije que me dejara pasar. Ya me conocía de las otras veces.
—Ah. Pensé que habías viajado.
—No, esta semana tengo otros asuntos más importantes en la ciudad ¿Te ibas a dormir?
—S-sí.
—Bueno, entonces hacemos un rapidito y me voy, ¿sí? —dijo acercándose y acorralándolo contra una de las paredes.
No le dio tiempo de decir ni agua va que lo comenzó a besar con unas ganas tremendas.
—Ngh, E-Eren, ah, pa-pará, pará —le dijo empujándolo y mirándolo suplicante—. Necesitamos hablar, por favor.
—Levi, son las doce, y te quiero coger, ¿no podemos hablar mañana? Mirá —le dijo volviendo a besarlo en el cuello en todos esos puntos buenos que le había descubierto—, mañana te busco temprano, nos vamos a cenar a algún lugar lindo y hablamos todo lo que quieras, ¿sí? ¿No me extrañaste? Porque yo sí te extrañé un montón. Dale, no te hagas de rogar.
—Pero mañana hablamos, prometelo.
—Sí, sí, mañana hablamos todo lo que necesites, lo juro. Vamos a la cama ahora.
La verdad es que Levi lo había extrañado, y tenerlo encima de nuevo con todas esas ganas renovadas, después de un completo día de mierda, se sentía bien.
Antes de llegar a la habitación ya lo había desnudado casi por completo. Rogue le bufó a Eren mientras se bajaba de la cama indignado. Levi lo miró con algo de culpa. Pero pronto se hundió en la boca de Eren y le demostró con caricias, besos y sus ojos lo mucho que lo necesitaba.
Pero cuando empezó a desnudar a ese Adonis, notó unos marcados arañazos sobre su pecho y abdomen. Se quedó de piedra.
—¿Qué pasa? —Levi solo tocó la piel lastimada—. Ah, esto. No te preocupes, me lo hicieron Zeke y Reiner, mis perros. Me puse a jugar con ellos sin remera, y ya viste que son re brutos.
El analista no supo si le estaba haciendo una broma o si le estaba hablando en serio, ¿unos perros podían marcar así a una persona? ¿Lo estaba tomando por idiota? Eren lo empujó contra la cama y rápidamente comenzó a chupársela con maestría. Levi se olvidó de replicar. Ya no sabía qué pensar, decidió entregarse, porque aceptar la verdad era demasiado doloroso.
Cogieron como conejos en celo. Sus cuerpos completamente sudados, notando lo mucho que se habían necesitado en esos días sin verse. Eren lo llenó de halagos, le dio duro como al principio, y finalmente a eso de las tres de la mañana cayeron muertos de cansancio.
Levi fue a ducharse porque no se aguantaba, Eren se durmió de inmediato. Cuando volvió a la cama estuvo a punto de buscar un lugar sobre el pecho de su amante, pero al ver de nuevo las marcas, prefirió no hacerlo. Puso sutilmente su mano sobre las mismas. Esas no eran uñas de perro. Le dolió mucho. Pero ni modo, recién podrían hablar seriamente al otro día (aunque ya era Martes técnicamente). Debería esperar.
A la siguiente mañana Eren se duchó, desayunaron brevemente y lo acercó a su trabajo en el auto. Le dijo que por la noche le escribiría.
Fue una larguísima jornada. Lo tuvieron limpiando impresoras que se habían atascado. Terminó lleno del polvo de las tintas por todas partes. Su pantalón se arruinó. Hanji le escribió para ir a visitarlo, pero le dijo que tenía una cena con Eren, que lo dejaran para el día siguiente.
Salió del trabajo, fue a su casa y se bañó. Se arregló bien y a eso de las diez le mandó un mensaje al empresario porque se estaba haciendo tarde.
Mandó otro a las diez y media.
A las once, y a las once y media. Ninguno fue leído. Recién a las doce y media recibió una respuesta:
"Lo siento bebé, me surgió un imprevisto. Esta semana estoy super ocupado, cuando tenga un hueco te llamo. No tomes frío."
Se arrebujó en su cama y suspiró largo y tendido. Esto era una verdadera mierda.
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By Luna de Acero… preocupada…
Glosario:
*Campera: Chamarra, saco.
*Depa: Departamento.
*Empanadas: Es una comida típica de Argentina, es un círculo de masa que se rellena de diversas cosas y se trenza en los costados, puede ser al horno o frito.
*Joya: Una expresión que significa que está bien, genial.
*Punchi-punchi: Hace referencia al sonido constante de la batería en la música electrónica.
*Se la bancó: Se aguantó.
*Delivery: Es el servicio que te lleva comida a domicilio.
*Al pedo: Significa cuando algo es en vano, al vicio.
*Chupones: Marcas de besos.
*Hecho bolsa: tal como se arrugan las bolsas de nylon, esta expresión hace referencia a cuando alguien está muy cansado, agotado.
*Plata: Dinero, lana, efectivo.
*Culiado: Insulto, se refiere a una persona que se aprovechó, que es un desgraciado.
*Ya fue: Es una expresión que usamos para referirnos a algo que no tiene remedio, que es mejor dejar así.
*Tipazo: Un buen tipo, alguien con futuro, que es prometedor.
*Taza, taza, cada uno a su casa: Expresión que se refiere a que cada cual debe seguir su camino, separarse.
*Trompear: Dar trompadas, pegar.
*Estar cargando: Cargar a alguien, en este contexto, significa jugarle una broma.
*Pancho: Alguien tranquilo, que no se molesta por nada ni se toma en serio las cosas.
*Curtiendo/Curtir: Se refiere a salir, coger, estar con otro en plan romántico.
*Pedazo de forro: Insulto, desgraciado, imbécil.
*Pelotudo_ Insulto, idiota, hijo de puta.
*Cacho: en este caso se refiere a un poco, que se calme un poco.
*Levantándome/Levantarse: Este verbo en este contexto se refiere a ligar con alguien, seducirlo.
*Boludeando/boludear: Que lo toma por tonto, que se aprovecha.
*Gil de cuarta: Insulto, imbñecil, idiota.
*Cagaste/Cagar: En este contexto se refiere a que le metió los cuernos, a que le fue infiel.
*Cagarse de risa: burlarse, reírse muy fuerte.
*Flor de hijo de puta: Que es un gran/enorme hijo de puta.
*Colectivo: Bus, autobús, camión.
*Bajarle los humos: Se refiere a que una vez que se calme.
*Kiosko: Almacén, dependencia.
*Sertal compuesto: Es un medicamento para dolores de estómago en general, es de venta libre en Argentina.
*Irse para arriba: En este contexto significa ascender, crecer, prosperidad económica.
*No llegar agua al tanque: Hace referencia a una persona lenta, que no capta las cosas obvias.
*Quilombo: problema, inconveniente.
*No cazar una: Significa no entender nada.
*Con una polenta bárbara: Se refiere a que tienen mucha energía, que son emprendedores.
*Sucucho: Lugar pequeño y poco ventilado.
*Culo a la bulla: Significa que los tienen muy ocupados, yendo de un lado a otro.
*Caterva: significa mucho, un montón.
