Kitsune (狐): constituye un elemento de singular importancia en el folclore japonés, en la mitología japonesa, el zorro es un ser inteligente que posee habilidades mágicas, las cuales se ven incrementadas con la edad y la adquisición de conocimientos.

A primera hora de la madrugada, Shoto se levanta de la cama para ir al templo familiar, era algo común desde la muerte de su hermano Dabi que fuera a hablarle o pedirle que cuidará a su madre y Fuyumi desde el mundo de los muertos. Su padre el emperador no hablaba con su hijo en ningún momento de la madrugada, sólo lo observaba y juzgaba por sus acciones, cuándo Bakugo despierta su esposo se encuentra entrenando junto a su suegro, el kirk de hielo de su esposo parece ser muy fuerte, pero de momentos pequeñas llamas se muestran en algunos mechones rojos pero de allí no avanzan.

Mirá cada uno de los movientos de ambos, notando que los ataques del emperador son algo toscos, más centrados en la fuerza bruta mientras los de Shoto son más gráciles y rápidos, cómo si quisiera acabar la batalla rápido; por alguna razón se plantea el porqué de las acciones del Todoroki menor.

Lejos de las tierras de los Todoroki, un chico de mechones verdes observa entre sus manos aquél trozo de tela perteneciente a una yukata oscura, sus orbes esmeraldas reflejan dolor y tristeza digna de un amante que acabó de perder a su pareja, y todo aquéllo era cierto. Le había perdido tan fácilmente que se maldecía por ser tan débil. Una voz delicada le sacó de sus pensamientos, levantando la vista a una rubia de ojos carmín que le miraba sin emociones. —Izuku, debemos estar atentos a lo que suceda… yo también lo extraño pero no podemos lamentarnos, él tomo su decisión junto a nosotros, debemos seguir adelante. — el chico asintió para amarrar el trozo de tela al mango de su katana e ir por los caballos que pastaban cerca del área.

—Señorita Todoroki, ¿Desea ir a pueblo por un kimono nuevo? El tanabata será hoy. — le preguntó una sirvienta al rubio que estaba dibujando a alguien en un pápiro.

—¿Eh? — aquél apellido aún era extraño para él, era un Bakugo no un Todoroki. —no gracias, me siento algo mal. — comentó para volvear su rostro a una esquina de la habitación.

—Entendido, le informaré a su esposo. Perdoné la interrupción, tenga una tarde tranquila. — se disculpó la sirvienta saliendo de la habitación de los recién casados.

En la planta baja Shoto leía la carta de su hermana, al parecer la chica estaba esperando una nueva vida en su vientre y los Ilda tenían planeado hacer una ceremonia de rezó hacia la diosa Inari por una buena gestación, ya que muchas veces las mujeres quedaban incapaces de procrear luego del primer hijo; al parecer él y su esposa estaban invitados para la ceremonia de rezó ya que en el nacimiento sólo los abuelos debían asistir, algo extraño en la familia Ilda. Dejó de leer cuando la sirvienta que mandó para preguntarle a su esposa le llamó.

—¿Qué es lo que sucede? ¿Dónde está Katsuki?

—Se siente mal mi señor, creó que este año debe ir sólo al Tanabata. — Shoyo frunció el seño para guardar la carta en su yukata y subir las escaleras rápidamente en dirección a su habitación, deslizó la puerta con rapidez asustando a Katsuki quién derramó toda la tinta en el pápiro, arruinando su dibujo. Trato de no gritar y armar una alboroto pero su kirk pareció no entender así que se presentó, creando una explosión que quemó el pápiro.

—¿Qué diablos haces aquí? Sabes que mi padre es un maldito loco y decides quedarte aquí adentro.

—Le dije a la sirvienta que me sentía mal, ¿Acaso no escuchaste? — habló con su típico tono de voz, ignorando que debía suavizar su voz para que su esposo no lo descubriera.

—Si, lo escuché. Pero necesitas otro kimono, no necesitó que me acompañes al Tanabata, puedes quedarte aquí encerrada como si fueras una prisionera, sólo necesito que tengas puesto ese kimono y listo. — Katsuki gruñó viendo cómo Shoto trataba de no alzar la voz, no le agradaba la actitud que estaba teniendo Katsuki. —. Dormirás sóla esta noche, no regresaré hasta la madrugada.

—¿Porqué? ¿Tienes una amante?

—Eso no es de tu incumbencia, sólo haz lo que te pido y podrás pasar el resto del día libre de mi.

Ambos salieron del palacio en una carroza, el pueblo más cercano quedaba a dos horas del palacio y si querían terminar aquélla obligación matrimonial debían ir juntos a comprar aquella ropa.

—Perdón por arruinarte tu dibujó, en el pueblo puedes comprar más papiros y tinta.

—No te preocupés, no era tan urgente aquéllo, sólo quería entretenerme un poco. — Mentira. Hacía eso por qué extrañaba a Izuku y planeaba dibujarle para no olvidarlo.

—Aún así. Compralos, yo pagaré todo.

Bakugo sonrió. —Gracias.

Cuándo arribaron al pueblo pudo recordar todo, su madre le traía aquí cuando debían comprar tela o alguna que otra cosa para la casa. Miró con detenimiento los kimonos que portaban algunas mujeres, no eran ni lo poco de como su padre los confeccionaba, cada kimono que su padre hacía reflejaba la belleza de su portadora, que se trataba de resaltar con cada pequeño detalle cómo lo eran los dibujos y bordados. —Veo que te llamaron la atención los kimonos del tanabata. — la voz de su esposo le trajo a la realidad topándose con la sonrisa de éste mientras le sujetaba su mano izquierda, como lo hacían los amantes.

—Si, mi padre solía hacerlos… no hay día en que no lo extrañé. — murmuró bajo tratando de no sonar nostálgico.

—Entiendo ese sentimiento, yo también extraño a mis hermanos y a mi madre cada día. Pero se que ellos no quieren que me desanime, siempre buscaron mi felicidad y Katsuki, déjame intentar ser la tuya. — con su mano libre acarició el rostro del rubio, poco a poco empezó a tornarse de un carmesí que igualaba al cabello de su esposo, escuchando la risa de éste. —. Te vez hermosa sonrojada Katsuki, perdón por decírte algo tan de repente, no se volverá a repetir.

Asintió, nunca se espero aquélla confesión luego de lo que le había dicho en la noche, Shoto era atractivo aún con esa cicatriz en su rostro, no le era indiferente el atractivo de su esposo pero su corazón no podía borrar tan fácilmente a Izuku, no podía borrar a su primer amor así como así. Cuánto sentía no poder corresponder los intentos de Shoto.

Shoto se aleja con un corcel del establo, el emperador se encuentra dormido mientras Bakugo le mirá desde la lejanía, puede ver que trae puesto una hermosa yukata de color azul mientras en un bolso que cargaba en hombro traía la mascara de Nekomata que había comprado, tal parecía que iría al festival, cómo si fuese el amante que vería por última vez a su amada antes de ir a la guerra. Decidió alejarse de la ventana para fijar su vista en el dibujó de Izuku, cuánto anhelaba por tenerle juntó a él, en está noche donde Orihime puede ver su amado antes de que su padre los separé otra vez.

¿Han pensado que nos estamos atrasando con esto?… no se. Aquí les informo. Sorry, hasta nuevo avisó.

Alana~