Inazuma eleven GO y sus personajes no son de mi propiedad, pertenecen a Level-5.
—Diálogos—
—Pensamientos—
"FlashBack"
0-0-0-0-0-0-0-0: Cambio de escenario
(*): Notas que dejare al final aclarando algo de ese párrafo.
Tema de hoy: Akane es la líder de una organización o gremio. Shindou es su leal segundo al mando.
(AU/Romance/Adventure/Fantasy)
(El capítulo de hoy está basado en el Anime/Novelas Ligeras de Sword Art Online propiedad de su autor Reki Kawahara)
¡ADVERTENCIA!
Como en ese universo, todos están usando Nicknames al estar en un mundo virtual, por el momento confórmense con saber que Roug es Shindou y Rosse Akane :3)
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.:.:Dead Game:.:.
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El aliento se le escapo junto con toda esperanza, queriendo morir en ese mismo instante.
En el mismo momento en que su amiga de cabello lila había sido lanzada hacia sus brazos por las poderosas garras de aquel monstruo digital, en el mismo instante en que ella en un estado de inconsciencia había desaparecido entre sus manos en una sutil explosión de polígonos verde agua brillantes.
Una vida más se había escapado entre sus manos.
Soltó su espada que resonó en un estruendo sordo contra el piso de cristal, logro escuchar el sonido de este chocar a pesar de que la lucha a su alrededor aun seguía, algo en su pecho se quebró nuevamente, haciendo añicos aún más su maltratado corazón, un trauma mas hecho en ese juego de pesadilla, se abrazó desesperada sintiendo las lágrimas calientes bajar por su frió rostro. Minutos después un sonido de campanas y trompeta resonó en el silencio sordo del lugar.
Todo había acabado por ese día. El Boss de piso había sido eliminado y un nuevo piso desbloqueado, un paso más cerca hacia su libertad. Pero aun así ella no sentía nada más que vacío, dolor, remordimiento. El grito desgarrador de la castaña de trenzas fue lo que primero resonó fuerte y claro en las paredes de aquella cámara, seguido de varios otros gritos y lágrimas, muchos de los sobrevivientes miraban con pena y lastima hacia la jugadora de armadura roja y negra, algunos recordándola vagamente junto con la difunta chica de ojos ámbar llenos de amabilidad y ternura.
A algunos se les estrujaba el alma y dejaban escapar un par de lágrimas debido al dolor que desbordaba de sus gritos, el sonido de una espada chocar contra el suelo llamo la atención nuevamente a tal lúgubre cuadro, un chico de ropas en su mayoría blanca pero con ciertos tonos azules se dejaba caer de rodillas detrás de la pobre jugadora, abrazándola con fuerza y algo de desespero ocultando su rostro entre su hombro y cabello, queriendo brindar su apoyo pero en parte también buscando calor y consuelo.
Después de todo ese día el pequeño gremio de la vanguardia Arc En Ciel(*) había perdido por primera vez a alguien en combate, a uno de sus primeros miembros.
Una defensora. Una maestra de la lanza. Una amiga.
Poco a poco la sala se fue despejando, muchos de vuelta a las sedes de sus gremios, muchos otros a celebrar sin atreverse a hacerlo frente a los que lloraban una perdida, mientras que los grupos de los dos gremios principales que dirigieron la batalla se aventuraban al nuevo piso para activar el tele transportador, Akane… o bueno, ese mundo de pesadilla, Rosse pudo ver a duras penas como algunos destellos blancos y rojos avanzaban por las escaleras seguidos por los sonidos de pesadas armaduras de hierro, ya no gritaba, ya no lloraba, solo miraba perdida a la nada.
El cansancio y dolor en su cuerpo la golpearon, cayendo inconsciente en los brazos de su mejor amigo.
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Una semana, por una semana su líder no había mostrado la cara ni visto la luz artificial de Aincrad, por una semana los otros 15 miembros del gremio no hacían más que preguntarle por ella, y como era obvio, por esa semana él estuvo al mando, lo peor fue cuando le preguntaron por la batalla, no eran un gremio muy numeroso, básicamente no aceptaban gente para poder expandirse o ser muy conocidos, su gremio era su familia, esa eran las propias palabras de su líder, por eso aunque fueran capaces de ser un gremio conocido por lograr estar en la vanguardia y que tuviera miembros bastante destacados no ansiaban poder o ser famosos, solo seguían a su líder y lo que la dulce muchacha que los había acogido decía, se hacía. Por eso cuando volvieron solo ellos 2 de esa misión a la que habían acudido los 3 mejores y más antiguos miembros, los fundadores de su gremio, nadie pudo evitar derramar lágrimas y lamentos, sin notar como la más bajita de estatura se largaba a su habitación en la posada donde siempre se establecían.
— ¡Roug! ¡Por favor, tienes que hacerla salir de allí!
—Por favor… — Los lamentos llorosos de Azure, la miembro más joven de su grupo no habían funcionado hasta el momento, pero eso sumado a las insistencias de Zeleny lo estaban desquiciando. ¿Qué no entendían que de todos, él era el más afectado? Una de sus mejores amigas estaba deprimida sin querer ver la luz del sol y la otra estaba muerta, aun así había sido fuerte tratando de mantener a todos en el gremio y coordinar las misiones de mapeado en el nuevo piso, siendo tan pocos no podían permitirse despistarse pues los gremios más predominantes no dudarían en dejarlos atrás en lo que a Drops se refiere.
Suspiro apretándose el puente de la nariz sentado en la mesa de su habitación, estaba harto y ¿Quién no? El mismo quería tirar abajo de una patada la puerta del cuarto de la chica de ojos lavanda, aunque sabía que no podía pues el sistema del juego no lo tenía permitido.
—Zeleny, por favor, dale su espacio, lo que paso con Lylie aún es muy reciente, y sabes que eran mejores amigas ¿Cómo te sentirías tú?
—No puede estar deprimida para siempre, sé que es muy sensible, pero muy pronto se estará mapeando el calabozo del Boss, la necesitamos o no podremos ir y sabes lo importante que es no dejarnos lucir menos frente a los grandes gremios…
—Ya lo sé — Quería gritarle con frustración a esa pelirroja exasperante, pero todo lo que consiguió que saliera fue un susurro lastimero mientras apoyaba la frente contra sus manos entrelazadas y enguatadas de blanco.
—Nee… Rouge… — La voz dulzona de Azure les llamo la atención, estaba sentada en su cama y miraba perdida al suelo con tristeza evidente en sus ojos — ¿Cómo paso? — Ambos jóvenes de no más de 17 años se tensaron, sabían por lo que preguntaba aunque entre el gremio ya era una regla no escrita ni dicha el no hablar sobre su primera y milagrosamente única baja hasta el momento, estaban casi agradecidos con ese ser todo poderosos si es que existía de que hasta esos momentos por los pisos 60 no hubieran tenido más muertes.
—Confórmate con saber que no tendrás que ver algo así jamás, no si Ross y yo estamos aún con vida — Hablo serio y cortante sin mirar a ninguna a la cara levantándose de un movimiento brusco, ocupaba salir en se mismo instante de ese lugar. Las paredes comenzaban a asfixiarle. Amabas peli azul y peli roja se miraron preocupadas, ese sería otro de los secretos que solo compartían esos dos, los únicos que presenciaron la muerte de su tercera al mando y mejor amiga.
Shindou salió presuroso de su cuarto, queriendo literalmente correr fuera, pero se detuvo al pasar la puerta de madera maciza correspondiente a la de su amiga, su mejor amiga desde que inicio todo aquel juego, fuertes recuerdos de como ambos comenzaron juntos a aprender y sobrevivir, ella ya tenía una experiencia previa en videojuegos a parte en la beta de ese juego de muerte, cosas que el ignoraba por completo y que fueron de gran ayuda, aunque era muy tímida para socializar y ese era el punto fuerte de él, poder juntar gente para crear grupos y subir de nivel, eran perfectos juntos.
—Ross… Por favor ábreme — Llamo sin ganas a la puerta, chocando la frente contra la superficie, quedó en ese posición un rato hasta que comenzó a sentir que algo no iba bien, siempre que llamaba a su puerta escuchaba los sollozos de la castaña crema, y tarde o temprano de pedía que la dejara sola, pero esta vez solo le respondía el silencio mismo, las ganas de tirar abajo la puerta o la posada misma lo golpearon con fuerza renovada, mas no tendría sentido intentarlo, corrió fuera del lugar, abriendo su menú y buscando el nombre de la joven en su lista de amigos, un alivio casi doloroso surgió en el al ver que aún estaba allí su nombre a diferencia de el de Lylie, sin dejar de correr activo su habilidad de rastreo siendo sus ojos cubiertos por un brillo amarillo verdoso intenso, siguiendo los pasos parpadeantes en el suelo casi con desesperación.
Reprimió una maldición cuando las huellas de Rosse lo habían guiado hacia el tele transportador del piso, en el centro de la ciudad, antes de comenzar a buscar como maniático la ubicación de la chica en cada mapa de cada piso, recordó en un vago destello de memoria que quizás estaba en su lugar favorito de todo Aincrad hasta el momento, y sin perder tiempo grito el nombre de la ciudad para poder llegar a su destino.
No tuvo ni tiempo de jadear de alivio al ver las huellas ya que se encontraba corriendo de nuevo.
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El viento la golpeaba con sutileza en la cara, ella solo disfrutaba al sentir su cabello bailar.
Tenía las piernas suspendidas hacia el vacío absoluto, caer desde allí significaba la muerte, perdida entre las nubes del infinito cielo donde flotaba Aincrad, se preguntaba por qué no saltaba de una vez y acababa con todo.
— ¡Ross! — Oh, cierto, él.
Giro su rostro y parte de su cuerpo, viendo como el joven buscaba aire luego de su desesperada carrera, debió costarle bastante subir aquel acantilado rápidamente, allí ambos habían experimentado cambios importantes, allí habían llorado otra muertes importantes, ambos habían pasado ratos tranquilos y de risas, ambos habían decidido fundar su gremio…
No quería manchar recuerdos tan preciados con su suicidio, aparte que imaginar la cara de dolor de su mejor amigo simplemente la echaba para atrás. Miro con una diminuta sonrisa y ojos de dolor la mueca de alivio del castaño cenizo, ninguno de los dos llevaba su equipamiento, solo usaban prendas normales que por algún motivo se incluyeron en el juego, ella un vestido blanco ligero con un suéter azul cielo y el pantalones lisos negros y camiseta de mangas largas azul oscuro, parecían un par de adolescentes normales, en el mundo real, en alguna pradera lejana sobre un acantilado con una vista preciosa.
Pero no lo eran.
Akane debía recordarse eso, no lo eran.
Lo escucho acercarse, abrazándola por la espalda y obligándola a bajar de su asiento, o bueno, el muro de baja altura que separaba el suelo del vacío, la cargo como muchas veces había hecho, con ternura y cuidado, posando una mano en sus espalda y la otra por debajo de sus rodilla, los alejo a ambos del borde del piso hacia las enormes rocas que creaban la ruta de descenso/ascenso para llegar al lugar, se sentó allí con ella en sus piernas, aun con la hermosa vista de la extensa planicie que era ese piso, a lo lejos, un pequeño pueblo era lo único civilizado que se podría encontrar por allí.
Con ella en sus brazos por fin pudo relajarse, dejar escapar todo, abrazarla tan fuerte como deseaba desde hace una semana y llorar entre su hombro y su cuello, sentir su cabello rizado hacerle cosquillas sobre la frente, percibir ese olor a flores del jabón que usaba la chica.
—Todo es mi culpa… Yo la lleve allí… Yo la mate… — Gimió la preciosa voz de la joven, impregnada de dolor, el comenzó a negar, no era su culpa, no lo era, comenzó a susurrarle eso una y otra vez, pero Rosse no se lo creía.
—Nada es tu culpa, ninguno de ellos murió por ti, entiéndelo de una vez por dios… — Lloraba el también, aunque luego de un par de minutos levanto el rostro tomándola a ella de las mejillas y obligándola a mirarle — No me des estos sustos Ross, casi me da un infarto al no encontrarte.
—Tu siempre tan atento conmigo — Quiso bromear aun con voz rota y una sutil sonrisa, correspondió a esta.
—Y tú siempre tan fría — Solo ellos conocían esa broma privada, y el significado de ello, quedaron en silencio un largo rato, el disfrutando de tenerla entre sus brazos cuando pocas veces podía hacerlo, y ella secretamente igual disfrutando estar sobre él.
Querían un poco de felicidad después de todo.
Aunque Akane sentía que no la merecía.
—Tu debiste ser el líder… — Murmuro embobada, pero recordando aquella discusión que aun seguía surgiendo entre ellos.
—Sabes que yo solo me preocupare por una persona y solo una persona en este mundo, y ese ni siquiera soy yo mismo — Contesto con cansancio —No soy un buen líder.
—Si tu no lo eres yo soy un asco.
—No es cierto.
—Tú eres el que siempre coordina todo.
—Ser organizado no significa ser buen líder.
— ¿Entonces qué diablos significa?
Una sonrisa tranquila fue toda la respuesta que consiguió. Un de esas molestas sonrisas que le daba cuando se rendía en explicarle algo porque decía que no lo entendería por más que lo explicara.
Decidió dejar de pensar cuando sintió los labios de su mejor amigo en su mejilla, una y otra vez en dulces besos. ¿Cómo el tacto en esa realidad virtual se sentía más cálido que cualquier cosa que hubiera sentido en el mundo real?
— ¿Quién eres? — Murmuro el chico contra su piel sonrojada, sabía lo que le preguntaba, apretó los labios resistiendo la tentación de soltarle todo, su nombre real, su vida, su pasado, todo. ¿Por qué se negaba aun?
Cierto.
Tenía miedo, miedo de morir antes que todo aquel juego macabro acabara, y dejar destrozado a esa persona que conoció en esos primeros días de desesperación, su siempre fiel mano derecha, su compañero inseparable, la persona que amaba.
—No importa… Aun si no me lo dices te encontrare — Hablo con confianza volviendo a su abrazo, acurrucándose contra el cuerpo de su compañera. El dolor de su pérdida seguía latente, no conocían otra anestesia para este que apoyarse en el otro.
— ¿Eres alguna clase de acosador cibernético? — Quiso sonar divertida aunque de nuevo las lágrimas volvían a salir, era uno de los temas con los que siempre solía jugar con su difunta mejor amiga. Él se encogió de hombros volviendo a acunar a la chica. Dejándola desahogarse.
Mañana sería un nuevo día, mañana quizás volverían a sus rutinas y misiones para despejar pisos, mañana seguro seguiría deprimida pero tendría que aparentar por el bien de sus amigos, de su gremio y de chico al cual se aferraba, a su soporte, a su amado vice comandante.
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Si si lo siento x,D también me gusta mucho el KiriAsu, aunque el anime fuera más o menos una kk fue bonita la pareja (?
No me pude contener a ponerlos en una situación más o menos similar.
Por cierto, se me ocurrió hacer una historia AU con todos los personajes de IE en Aincrad, pero no sé, ¿les gustaría? Serian como fragmentos de sus experiencias en el juego.
Como sea, ya no me quejo de lo largos que me quedan, igual le voy a poner de una en el sumary Drabbles y One-shots(?
(*)Arc En Ciel quiere decir Arcoiris en Frances, curiosamente –intencionalmente- varios de los miembros del gremio, varios más en mi mente de los realmente mencionados, tiene como Nickname un color, escrito quizás en idiomas distintos.
¿Adivinan los colores mencionados? :3 quien lo adivine puede hacerme un pedido especial y lo are con gusto para este fic x3 "Lylie" no cuenta ya que es Amane Kasumi un FC mío, que por cierto le cambie el nombre, antes era Kazeko ywy
Sin más que agregar espero que sea de su agrado :3
PD: Millones de gracias a Yuka-san1, Akane Shuuya y LizzMiu TuT enserio las amo mucho (? , muchísimas gracias por sus comentarios y también a todo esa gentesita de España, Mexico y hasta EEUU que me lee :,DDD *anda muy viciada con la opción de "Traffic Stats" que descubrió de FF* enserio en mi puta vida creí que me leían mas de 5 personas XDDDD solo subo estas cosas por que me nace :,v (?
ATT: Maria Violet. Bye Bye ;D
