Shikigami (式神): Es el término utilizado para los espíritus invocados por un onmyoji o un hechicero japonés. Los shikigami se utilizan para proteger y servir a su amo, al igual que el concepto occidental de espíritu familiar de un mago. Hay muchos tipos de shikigami descritos en leyendas, siendo el tipo más común el de recorte de papel encantados que puede producir la ilusión de otro objeto de la vida real.
Shindo corría por toda la plaza de Tokio, buscando a la rubia y aquél tipo; la gente le miraba con sorpresa, una miko no podía salir seguido de su templo a menos de que estuviera escoltada pero tal parecía que buscaba algo con insistencia. Escuchó una risa dulce para dirigir su mirada a la biblioteca donde Camie y la emperatriz Katsuki hablaban animadamente mientras Seiji les veía molesto.
-¡Camie! ¡Seiji! - los llamado voltearon a ver a quién les gritó para toparse con Shindo quien se veía cansado, como si hubiera huido de algo terrible, ambos se acercaron a él mientras Bakugo les seguía por detrás, observando el estado del miko.
-¿Qué haces fuera del templo Yō? Sabés que sólo puedes salir escoltado.- indicó el de cabellos morados mientras trataba de tocar al azabache que le golpeó la mano, alejándola de él.
-Hay un invasor en el templo, estaba buscando al capitán Hawks- comunicó a lo que el rubio se acercó corriendo, importandole poco si rasgó la tela del kimono.
-¿De qué hablás? ¿Quién buscaba a mi tío? - habló con su tono de voz normal, sorprendiendo a los otros dos mientras el azabache le miraba.
-Fue un hombre de cabellos cobrizos y una cicatriz enorme en su rostro, no se lo que quería pero se veía molesto... y mucho.
Toshinori miró por octava vez la kusanagi, la verdadera kusanagi del gran Susanoo, era mucho más distinta de lo que se esperaba juntó a tener inscrito el nombre de sus poseedores, lo que más le llamó la atención fue ver eo nombre de la ya muerta emperatriz de Yokohama y no el de Enji.
-El samurai de Hawks regresó muy herido según vió Midnight. - comentó Aizawa mientras miraba al rubio que estaba arrodillado con la Kusanagi en las manos.
-El joven Touya es muy buen soldado pero no creó que haya sido capaz de matar a su padre, nunca lo harían ninguno de ellos lo haría. - explicó a lo que el azabache asintió.
-Debemos llamar a Hawks y pedirle que llevé a Katsuki y la Kusanagi a Yokohama, el somnífero de Midnight ya fué recolectado y Shōto emprenderá su vieje de regreso mañana.
-Si, sabes estoy satisfecho de saber que el joven Shōto no es ni una pizca igual a su padre y que desea aliar ambas familias por si ocurre un ataque entre el samurai oscuro y algún pais extranjero. Aunque siento pena por el jóven Midoriya, no debe ser fácil aceptar que la persona que amás ya no te desea en su vida. - Aizawa se le acercó para recargar su cabeza en la espalda de Toshinori.
-Lamento no haberte dejado tener descendencia con una mujer- susurró tras la espalda del rubio que tomó los brazos que le rodeaban para besarles con dulzura.
-No digas tales cosas, sabes bien que yo preferí tenerte en mi vida que a una mujer que me pudiera dar los hijos que quisiera, elegí despertarme todas las mañanas viendo tu rostro descansar a mi lado y sabes que no me arrepiento de nada, porque te amo. - Aizawa no díjo nada, se mantuvo en silenció mientras trataba de articular alguna palabra, su rostro estaba de un tenue carmesí mientras el rubio sonreía, conocía de pies a cabeza a su pareja y sabía que estaba sonrojado a morir tratando de articular una palabra.
-¿Qué haremos cuando ambos caigamos en las manos de la enfermedad? ¿Quién tomará tu puesto? - preguntó con curiosidad.
-Midoriya, el joven tiene corazón se que él y Shōto reinaran con sabiduría Edo, harán lo que Enji y yo no pudimos hacer... darle paz a Edo.
Shōto miraba con atención aquél abanicó mientras suspiraba, ¿Qué sucedería si Katsuki quería regresar con Izuku? ¿Qué haría sin él? No, no, no podía pensar tan egoístamente, mucho había sufrido Katsuki a su lado que sería lo correcto dejarle ir mientras aún su amor hacia el rubio era reciente.
-Tengo tanto miedo de perderte y nunca más tenerte a mi lado... por favor cuando lo veas dime que me amas a mí y no a él, dime que estaras juntó a mi aunque no podamos crear una familia... Katsuki. - recargo si frente en aquél abanicó para escuchar cómo alguien le llamaba a la puerta.
-Señor, la emperatriz vino a hablar con usted, ¿le dejó pasar?
Miró a su samurai con el seño fruncido, había abierto la puerta en su totalidad sorprendiéndole. -Ya que arruinaste mi tiempo a solas es por sentido común deducir que la puedes hacer pasar.
-Lo lamento señor.
-No, no, no. Olvídalo Inasa, se que eres algo impulsivo así que para la próxima me iré al templo, así puedo escuchar tus pasos y prepararme para el susto de mi vida.
-Si, lo lamento - cerró la puerta para dejar a Shōto suspirar y guardar aquél abanico en sus prendas, saliendo a los minutos topándose con la azabache que le miraba sería.
-Emperatriz.
-No me llamé así joven Todoroki...
-¿Porqué no? Acaso quiere que la llame por su apellido.
-No, ese no es mi apellido, mi apellido es Shizouka, Shizouka Mitsuki.
-Usted es...
-Si, soy la madre de Katsuki Shizouka, su esposa. Aunque no vine a decirle quien soy, vine a hacer algo mucho más importante. - el heterocromatico asintió viendo como la mujer retiraba la peluca de cabello azabache dejando ver un salvaje cabello rubio igual al de Katsuki.
-No puedes ir al palacio, el capitán lo prohibió. - comentó Yō mientras veía al rubio colocarse una yukata para hombre.
-¿Entonces cuál era su idea de traerme aquí?- miro al azabache con un gestó de frialdad haciendo que este gruñera un poco.
-Para que no te echaran la culpa de la Kusanagi. - murmuró Seiji mientras Camie emitía un ruido de sorpresa.
-Kats, cuando Todoroki se enteré de que Hawks le entregó la Kusanagi al emperador de Tokio, tu...- tapó su boca con sus manos, mirando con preocupación al chico.
-Lo sé, se que robar las joyas del emperador es considerado pena de muerte, mas no pienso dejar que se lleven al pajarraco de Hawks, después de escuchar lo que hizo por ti, sumado a que me ayudó. No puedo dejarlo. - suspiró con la voz ronca, tenía miedo de volver a ver el rostro decepcionado de Shōto.
-Te acompañaremos al palacio, después de todo los tres somos lacayos de los Shizouka, es nuestro señor el que esta desaparecido, no podemos dejarlo así. - apoyo Yō mientras Seiji y Camie sonreían.
-Vale. Vamos cuanto antes.
