Inazuma eleven GO y sus personajes no son de mi propiedad, pertenecen a Level-5.
—Diálogos—
—Pensamientos—
"FlashBack"
0-0-0-0-0-0-0-0: Cambio de escenario
(*): Notas que dejare al final aclarando algo de ese párrafo.
Tema de hoy: Una profecía predijo que Akane sería la única que podría vencer al malvado Shindou.
Primera Version.
(Semi-AU/Romance/Fantasy/Family)
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.:.:Leyendas:.:.
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Hace mucho, mucho tiempo, en una tierra quizás más cercana de lo que creemos, plagada de magia y encantamientos, de hermosas doncellas en sus fabulosos castillos y caballeros valientes en armadura, surgió una curiosa historia.
El relato de la vida de una pequeña aprendiz de bruja que soñaba con ser la mejor hechicera de todas, capaz de dominar todos los hechizos conocidos hasta la época y asombrar a todos con su enorme poder y sabiduría, ese era su ideal para el futuro, aunque en realidad, no era más que una brujilla torpe que apenas iniciaba en la magia, cometía muchos errores además de ser bastante torpe, mas eso no menguaba sus ánimos de cumplir sus sueños, cada día luchaba como si fuera el último de sus días para conseguirlos, estudiando más que nadie y con arduo esfuerzo.
Un día, mientras practicaba con uno de sus enormes libros a los pies de una montaña antigua y desierta, en un intento de hacer un hechizo complicado, su magia se salió de control, viajando desperdigada por todo alrededor causando algunos daños, agradecía practicar en soledad y lejos de los pueblos y personas en esos caso, aunque siempre estaba sola no le importaba, la magia era todo lo que tenía y hacia feliz.
Sin embargo, algo en la cima de la pequeña montaña llamo su atención, el ambiente se había tornado oscuro y pesado, la vegetación que rodeaba el lugar comenzaba a lucir más y más opaca con el pasar de los minutos, y una densa capa de niebla oscura comenzó a descender del lugar. Con temor escalo con algo de dificultad, en busca de averiguar el motivo del cambio tan radical del ambiente primaveral en el que antes se encontraba. Al llegar, un inmenso y solitario sauce de retorcido tronco la recibió, era majestuoso, aunque sus hojas fueran un tanto oscuras y la forma en que sus ramas se curvaban algo tétrica, seguía siendo irremediablemente hermoso, como una polilla atraída por la luz, la joven brujita se acercó al sentir un fuerte poder mágico proveniente el árbol. Solo quería tocarlo y poder sentir con su misma piel aquella energía junto con la rugosa sensación del tronco sobre su palma y dedos.
Al momento en que su mano tuvo el contacto, todo sucedió tremendamente de prisa, una sensación abrumadora la envolvió, la magia pasaba por su cuerpo a una velocidad inimaginable y en menos de un segundo, todo ese poder se apagó, al mismo tiempo que el árbol iba quedando sin color, siendo un uniforme y puro color blanco el remplazo del color oscuro pero vibrante de las hojas, bajo sus dedos el retorcido tronco tomo un color gris, quedando rodeada por una preciosa cortina albina de delicadas hojas. Mareada por un segundo, estuvo a punto de caer al tropezar con sus mismos pies intentado retroceder por la impresión, mas su caída se detuvo, al abrir sus ojos pudo darse cuenta del por qué.
Estaba siendo cargada por un joven. Un apuesto joven de porte y ropas elegantes, casi podría jurar que era como un príncipe, aunque jamás había visto uno como para compararlos, cabellos castaños de un oscuro cenizo y estoica expresión, sus ojos estaban cerrados dando una imagen serena, como si no estuviera haciendo esfuerzo alguno luego de atajar a una chica en pena caída.
— ¿Tu insignificante poder fue el que logro despertarme? — La impasible voz era tan fría y acorde al ambiente que se había creado entre las cortinas de hojas incoloras, la hizo estremecer de cabeza a pies, de pronto la temperatura había descendido unos cuantos grados.
Entre balbuceos incomprensibles mezclados con torpes disculpas, el joven por fin poso la vista en ella revelando unos hipnotizantes ojos color castaño, aunque tan brillantes que juraría que había destellos rojizos en ellos, pero a la vez, carentes de sentimientos o vida, solo frialdad y fuerza eran percibidas a través de sus ojos. El joven pareció analizarla por un minuto, queriendo exprimir cada detalle de su rostro, una vez pareció cumplir su misión soltó sin delicadeza a la pobre brujita que solo pudo quejarse, sin mencionar nada más comenzó a irse lejos del refugio de las cortinas de hojas albinas.
Quiso interrumpir su camino, preguntar una y mil cosas, ¿A qué se refería con despertarlo? ¿Qué sucedería con el majestoso árbol ahora que había perdido su color? ¿De dónde demonios salió el junto con esa aura de poder tan impresionante?
Sin embargo ningún sonido salió de su boca, simplemente miro embobada como el joven se alejaba sin mirar atrás.
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Pasaron los días, las semanas, su mundo había cambiado un poco, su perspectiva de todo había cambiado, por cada sitio que pasaba estaba el entorno gris, pesado, las personas ya no sonreían, se notaban cansadas, las nubes en el cielo eran mucho más espesas, el sol casi no se asomaba, todo era… muy frió.
La brujita en su descontento trato de buscar una causa, era obvio para ella que todo eso no era provocado de manera natural, era causado por magia, magia poderosa y oscura. Así que sin descanso trato de averiguar que pasaba, luego de tanta búsqueda sus pasos la guiaron a un viejo castillo que debía estar abandonado, con un aura lúgubre alrededor y con el miasma afectando el lugar.
Una vez dentro, nada la preparo para volver a ver a aquel joven extraño, quería hacerle mucha preguntas pero no se atrevía, por otro lado el miro con curiosidad a la chica nuevamente, preguntando al aire del porqué de su presencia allí, la brujita de ojos lilas brinco sorprendida, pues se creía bien oculta tras los muros fuera de la visión del joven.
—Tienes que irte de aquí pronto — El chico regreso su mirada a la ventana donde antes estaba su atención, no lo había dicho fríamente o con la intención de una orden, parecía una sugerencia, una un tanto melancólica, sin tomarle importancia se acercó.
— ¿Por qué este lugar tiene esta aura tan rara? ¿De dónde saliste aquel día? ¿Qué le sucedió a aquel sauce? — Dio solo algunas de sus dudas más fuertes, esperanzada de que quizás con la actual actitud sumisa se apiadara de su curiosidad. El joven suspiro sonoramente.
—Solo te contestare la necesaria para que te vallas de aquí, este ambiente es creado por una maldición que porto, robo toda la energía y vida que me rodea, tú tienes mucha más magia en ti que las personas normales, gracias a eso llegaste tan lejos en este castillo sin sentirte agotada, pero si te acercas mucho comenzare a tener efectos devastadores en ti — Con voz y movimientos monótonos y desinteresados se alejó de la ventana para encararla, llevándose la sorpresa de que, en vez de alejarse corriendo a todo lo que diera, la chica curiosa se acercó más.
Sus ojos brillaban de emoción y ansia de conocimiento.
— ¿Maldición? ¿Cómo funciona? ¿Eres un hechicero? ¿No puedes levantarla tú mismo? ¿Por qué te maldijeron?
—Yo elegí cargar con esto para ser más poderoso — Estaba tan aturdido con las preguntas y la falta de miedo en esos ojos tan brillantes que solo atino a responder la pregunta que su cerebro proceso en ese instante. ¿De dónde había salido esa muchacha tan extraña obsesionada con la magia?
Pasaron días en los que ellos dos seguían juntos, una vez al día el insistía en que se alejara, siendo ignorado y bombardeado con más cuestionarios, se había convertido algo así en el profesor soñado que la brujita nunca logro tener, aunque aún no lograba que le contestara su más grande duda.
— ¿Por qué te querías hacer más fuerte?
El siempre enmudecía por un minuto y se parecía perder en sus pensamientos, para luego contestar lo mismo con el falso tono de soberbia y cinismo.
—Simple y llanamente el poder, logre volverme poderoso y subyugar a todos mis enemigos, para mi desgracia, fui traicionado y sellado en ese sauce por muchos años — Mentía, al menos eso sentía la jovencita, bueno, en realidad era una verdad a medias, y muy adornada como para hacerlo parecer el villano del que todos temían. Aunque claro la jovencita no tenía por qué saberlo aunque lo intuyera.
El joven dejo pasar los días con la ridícula esperanza de que la brujita se cansara y huyera en cuanto sintiera como la vida le era drenada día con día, para su desgracia eso jamás paso, y con los días más y más charlas se iban desarrollando entre ambos, poco a poco se había soltado más con ella sin quererlo, conociendo de más por error, averiguando detalles sobre la brujita que no tenían por qué importarle pero que al final siempre tomaba en cuenta. De alguna extraña manera, no percibía ningún indicio de que la maldición estuviera surtiendo efecto en ella, estaba igual de activa y alegre que siempre, lo saludaba efusivamente por las mañanas y le deseaba buenas noches cada que el sol no estaba y se retiraba dormir a una parte del castillo que desconocía, pues nunca se movía del estudio donde el mismo se había encerrado.
Mientras pensaba en ello, noto como igual que todas las mañanas, la chica volvía con él para pasar otro día entre platica, y quizás una que otra historia por parte de él, aunque siempre iniciaban su rutina con un prolongado silencio, producto de la incomodidad de los primeros días, pero que había pasado a ser un silencio cómodo y rutinario que ahora ninguno se atrevía a quitar en sus mañanas.
— ¿Cuál es tu nombre? — Oh, hacía mucho que no se lo preguntaba, muchas veces se permitía especular que la joven brujita de ojos amatistas quedaba ese rato muda luego de su saludo para tratar de decidir que pregunta lanzarle primero para iniciar una conversación, varias veces le había preguntado eso, parecía algo ilógico que no fuera la primera de sus dudas en ser saciada, pero él hasta el momento se había negado a darle tal información. ¿Por qué? Simple.
Ella no necesitaba tal información puesto que no debería estar con él en ese instante.
El no debería relacionarse con nada ni nadie. Estaba condenado a estar solo sin mostrar ninguna señal de apego por ni hacia nadie.
Que lo llamara familiarmente era una señal de apego. Una que no debía permitir.
Y sin embargo aquella chiquilla tentaba cada día su autocontrol, más que todo porque al notar su silencio siempre le repetía lo mismo, cada vez la ardían más aquellas infernales palabras.
—No te diré el mío hasta que no me des a cambio el tuyo — En un principio le había importado poco o nada, pero ya llevaban ¿Qué? ¿Más de 3 semanas juntos? ¿Quizás más? Con el paso de los años había aprendido que a curiosidad era mala, de allí el condenado dicho de que la misma mato al gato, pero la curiosidad era un poderoso virus que todos desarrollaban naturalmente y el, no era uno menos de esa generalización.
—Takuto… — Murmuro sin ganas tratando de ignorar la cara de genuina sorpresa y posterior felicidad de la joven, que sinceramente se la hacía adorable, sin embargo la saco de su fascinación y emoción con una seria mirada — Te toca…
—Akane — Contesto con firme felicidad.
Por primera vez en su vida repitió tanto una palabra en su mente tratando de que se le hiciera lo más normal posible y que su pecho dejara de brincar al saber por fin el nombre de su compañera…
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—Pero… Entonces, ¿Cómo se llamaban entre si cuando no conocían sus nombres? — Una vocecilla adormilada interrumpió la historia, sin poder contenerse las ganas de preguntar, la mujer sonrió enternecida con los esfuerzos de la pequeña por mantener despierta y terminar de escuchar la historia, a pesar de que la dicha estaba siendo narrada justo para hacerla dormir.
—Oh, simplemente se decían entre sí "tu" o "usted" entre otras cosas, después de todo no interactuaban con nadie más aparte de ellos dos, no había con que confundirse — Con delicadeza apartaba los libres mechones de largo cabello cenizo oscuro que molestaban a la pequeña en el rostro, acomodándolos de tal forma para que no incomodaran su descanso en la almohada.
—Qué extraño mago… — El comentario de a niña de no más de 5 años fue interrumpido por un sonoro bostezo — Si se había enamorado… Lo lógico era… Saber su nombre… — Los amatistas de la pequeña fueron cerrándose y su voz apagándose a medida que se acurrucaba mas entre la manta y sus bracitos, buscando una forma cómoda para descansar, poco a poco la respiración acompasada fue delatándola, se había dormido por fin. La mayor de cabellos más claros y misma mirada suspiro por fin aliviada.
—Eso supongo… — Respondió al tiempo con una sonrisa, a pesar de que no hubiera nadie que recibiera es respuesta, se sintió un tanto frustrada por no poder culminar su historia pero ya luego podría hacerlo, seguro que a la niña no se el olvidaba, estaba más enfrascada en sus pensamientos y en la imagen del infante dormir. Quiso durar más rato apreciando a su dulce hija dormir, y ver su carita algo morena completamente calmada al estar descansando, más un sutil coscorrón que no tenía intenciones de lastimarla realmente llamo su atención. Miro sorprendida a su esposo mirar por un instante con adoración a la pequeña y luego con algo de preocupación a la mayor.
—No deberías estar despierta tan tarde — Regaño sutilmente, ganando una mirada e reproche.
—Tus eres quien debería estar dormido, señor jugador profesional, mi pequeñita no podía dormir y tuve que entretenerla hasta que le entrara sueño — Reprocho levemente y en voz quizá demasiado baja, mucho le había costado dormir a la niña, mientras decía aquello, el hombre no perdió tiempo en acomodar el edredón que cubría a una de las mujeres más importantes de su vida y besar la coronilla de está deseando que tuviera un buen sueño.
—Sabes que las adoro — Dijo en el mismo tono bajo encaminándose a apagar la lámpara infantil que reposaban a habitación y luego rápidamente a depositar un duradero beso en la frente de la peli ceniza — Pero me es imposible lidiar con ella cuando no quiere dormir, es más creo que la despierto al contrario de dormirla — Termino besando por un par de segundos los labios de Akane en la oscuridad para luego ambos encaminarse a salir el cuarto de su única hija y por fin descansar en su mullida cama.
—Eres imposible — Suspiro la hora fotógrafa profesional al tiempo que negaba con la cabeza, pero aun así sonreía.
—Igual me quieres — Ambos rieron tras cerrar la puerta de su pequeña mientras la abrazaba desde atrás, rodeándola por completo con sus brazos, cosa fácil pues la joven mujer no era demasiado alta a comparación de el — Por cierto… ¿Que era esa historia que le contabas?
— ¿Me estabas escuchando?
—Me gusta espiarte, así me cobro tus acosos en secundaria — Se encogió de hombros.
—Jamás dejaras ese tema por la paz ¿Verdad? — Suspiro entre avergonzada y agotada, aun lamentaba el día en que a Midori y Aoi se les ocurrió abrir la boca en una de las tantas reuniones que sus viejos amigos hacían, por más que le repetía que no lo había acosado nunca, luego de obligarla prácticamente a escupir a las malas todo lo que hacía en secundaria y sus constantes fotos jamás perdía una oportunidad de bromear y avergonzarla con ello… Claro, solo en momentos como ese donde solo estaban ambos, pero no por ello era meno vergonzoso.
—Puede que sí, puede que no — Reía divertido sin dejarla avanzar en su muy anhelado camino hacia una buena noche de sueño — Contesta la pregunta.
—Era solo una historia sin sentido que estaba inventando, deberíamos comprarle nuevos libros de cuentos, los ha leído todos y ya no se entretiene con ninguno — De alguna manera se había liberado de los brazo que la apresaban y sus escurridizas manos, para por fin llegar a su habitación sin dejar de ser seguida por su primer amor. Si le hubieran dicho en secundaria que terminaría casándose con el joven que robaba sus suspiros, primero se habría reído en la cara de aquel mentiroso y luego llorado por lo cruel que había sido por darle falsas esperanzas.
— ¿Por eso me pareció que hablabas de nosotros? — Sonrió al recostase a su lado y abrazarla, hundiendo la nariz en su cabello para después bajar poco a poco al hueco de su cuello y acomodarse para dormir.
—No sé de qué hablas —
—Claro que sí, hasta creo que tratabas de hacerme el malo, pero me quieres demasiado como para dejarme ser un cruel villano — Sintió con satisfacción como su adorable esposa se removía nerviosa, aun le parecía gracioso que luego de varios años de relación y un par más de casados que todavía lograra ponerla nerviosa — Claro, puedo hacerme el malo si eso es lo que quieres — El brillo en los ojos rojizos y su divertida expresión logro calentarle el rostro aún más.
—C-Cállate y duerme de una vez.
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Juro que estoy por hacer por fin un maldito lemon legal :,v es solo que estos me parecen tan tiernos y akane tan inocente y timida que creo que sudan agua bendita(? Al menos en mis fics.
Esto lo digo por las últimas líneas x,D no son des variaciones mías.
Corríjanme por favor, creo que estoy haciendo a Shindou muy Oc, me recuerda más a Chat Noir ahora! XDD lo hago muy… muy… no encuentro ni la palabra XD travieso? Juguetón?
Joder me parece tan raro describirlo así comparándolo con su personalidad en el anime :,v pero es hermoso verlos/leeros/imaginarlos interactuar así *CorazoncitoGay*(?
Pero Bueee, debería estar escribiendo algo para san Valentin pero no, yo aquí perdiendo el tiempo viendo Avatar :,v y ahora leyendo fics de Zuko y Toph, help me x,D un nuevo ship se apodera de mi ser (?
Bue, ya dejo de desvariar aquí x,D le gusto? Eso espero :3
ATT: Maria Violet. Bye Bye ;3
