Inazuma eleven GO y sus personajes no son de mi propiedad, pertenecen a Level-5.

Diálogos—

Pensamientos

"FlashBack"

0-0-0-0-0-0-0-0: Cambio de escenario

(*): Notas que dejare al final aclarando algo de ese párrafo.

Tema de hoy: Una profecía predijo que Akane sería la única que podría vencer al malvado Shindou.

Segunda Versión.

(AU/Romance/Fantasy/Drama/Tragedy)

(El capítulo de hoy está basado en la trilogía de libros "Grisha" escritos por la autora Leigh Bardugo, yo no tengo derecho alguno sobre la obra)

¡ATENCION!:

El siguiente Capitulo contiene ¡SPOILERS! de la obra en la que se basa, si estas interesado en leerla y disfrutarla de cero mejor mejor evitar leerlo, proceda bajo su propia responsabilidad.

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:-:-:

.:.:Grisha:.:.

:-:-:

Los Grisha

Soldados del Segundo Ejercito

Maestros de la Pequeña Ciencia

Colporalki

(La Orden de los Vivos y Muertos)

Cardios: Especialistas en el cuerpo humano con fines de combate

Sanadores: Especialistas en el cuerpo humano con fines médicos

Etherealki

(La Orden de los Invocadores)

Impulsores: Viento

Infernos: Fuego

Mareomotores: Agua

Materialnik

(La Orden de los Fabricadores)

Durasts: Minerales

Alquimios: Sustancias Químicas

¿Por qué estaba recordando aquella página desgastada ahora? Fue lo primero que leyó en sus lecciones al llegar al pequeño palacio, luego de que su vida diera un vuelco, luego de ser separada de su hogar y trabajo como cartógrafa en el primer ejército, luego de descubrir que era una Grisha.

Por si la situación no fuera lo suficientemente absurda de por si, como si no fuera suficiente enterarse de que tenía poderes luego de 15 años pensando ser una jovencita completamente normal y fiel cartógrafa para el primer ejército, resultaba que era especial incluso entre los Grisha, no pertenecía ninguna de las clasificaciones, no era una Cardio capaz de detener el corazón de sus oponentes ni una sanadora capas de curar heridas de gravedad, no era una impulsora o una inferno, era única en su especie, luego de pensar que era completamente ordinaria, que su cabello y piel siempre lucia esa falta de vitalidad por alguna clase de trastorno en su cuerpo.

Era la invocadora del sol, era quien podía controlar y crear la luz, era por quien su país Ravka había esperado tanto para poner fin al horror del Falso océano, el Abismo, hogar de criaturas espantosas consecuencia de la oscuridad que dividía su país y que había desatado hace tantos siglos un antepasado del Darkling, titulo designado al Grisha más poderoso del país, el general del segundo ejército, el que controlaba a su voluntad la oscuridad.

Parecía una mala broma, una mala broma que apenas se enteraran de su don ya había gente tratando de asesinarla, que de un día para otro le dieran la responsabilidad de acabar con la oscuridad que tantas vidas se había llevado, y aun para más capricho del destino, que se hubiera enamorado del causante de tantas muertes y tragedias, jamás hubo descendientes del malvado Darkling que enloqueció por el poder, pues jamás había muerto, era un Grisha tan poderoso que su vida era extremadamente longeva, era un maldito amplificador de poder viviente, lo suficientemente astuto, frio y calculador como para fingir su muerte en más de una ocasión y hacerse pasar por un sucesor, no quería ni pensar en cuantas vidas habían sido silenciadas para llevar a cabo estos cambios, simplemente no podía procesar cuan malvado era ese hermoso joven que tenía más años de los que podía contar.

Su vida se había ido al traste desde el maldito momento en que descubrieron su poder, desde que callo en sus garras, desde que se dejó engañar como la estúpida adolescente que era, pensó que era alguien fuerte y confiable, a pesar de ser inflexible rigiendo su ejército era alguien amable con ella, mostró interés en lo que ella era como nadie jamás había hecho, ella que no era más que una huérfana.

Por ello lucho, con toda la rabia que su traición le había provocado, huyo de él por mucho tiempo, trato con todas su fuerzas de encontrar una manera de derrotarlo, pero simplemente era demasiado poderoso, más que ella, una niña jugando con un inmenso poder, él era mas listo, más calculador, no tenía escrúpulos en llevar a cabo sus planes, y al final de todo, a pesar de tener tantos aliados, a pesar de haber provocado una guerra civil en su país que ya estaba en guerra de por sí, a pesar de las muertes de tantos de sus compañeros y amigos.

Había vuelto a caer, estaba presa de él, sumergida en un sinfín de desesperación, tristeza y muerte, la oscuridad misma la tiño en el momento en que había tomado su mano por primera vez y era imposible escapar, las Keftas(*) negras que ahora llevaba eran su prisión de sombras, el recordatorio que era suya.

Sollozaba recostada entre todos aquello mullidos cojines y sabanas de seda, aposentos que ahora compartía con él, era su prisión durante el día siempre y cuando no la necesitara para usar su poder de luz y sembrar el miedo, aumentando cada vez más su poder, desde que la monarquía había desaparecido y el Darkling había tomado el poder del país la guerra contra los países vecinos había quedado en punto muerto, literalmente tenían que someterse ante el Grisha pues era o complacerlo o arriesgarse a que sus tierras fueran consumidas por la oscuridad del abismo y las monstruosas criaturas que allí habitaban.

Quería hacerse creer que poco le importaba, convencerse de que no era su problema todo aquel dolor que gracias a su poder se esparcía, solo quería descansar de todo aquel calvario, pero aun así pasaba el día sollozando por todas aquellas almas que para siempre la perseguirían, señalándola culpable, tan culpable como él.

Deberías dejar de derramar lágrimas en vano, a pesar de ser tan longeva la depresión no hace bien a nadie — La aterciopelada voz estaba justo en su oreja, estaba justo recostado a su espalda, recién notaba el abrazo posesivo en el que la apretaba, tan silencioso como una sombra se había colado en la inmensa habitación y ella ni lo noto, si intentaba moverse no tendría oportunidad, sus hipidos y sonidos lastimeros cesaron, gracias a su toque todo el martirio que sentía se había desvanecido, todas sus penas no importaban, gracias a su contacto se sentía segura, protegida, querida… sentía la más plena paz.

Pero todo eso no era más que una reacción de su poder con el contrario, su luz se acoplaba con la sombra, la aceptaba y se volvían uno, ella nunca tendría esas emociones hacia el castaño de nuevo, jamás podría volver a confiar en él, jamás aceptaría de regreso ese dulce sentimiento que la hacía sentirse flotar siempre que lo miraba, que él la escuchaba tan tranquilo y sonriéndole tranquilizador, por sobre su cadáver demostraría su amor por el luego de tanto sufrimiento que le causo.

Deja de rechazarme Akane — Gruño cual lobo lastimado luego de sentir como ella se reusaba a dejar que sus dones fluyeran juntos, evitaba que se conectaran de nuevo, cuando estaban separados y ella huía tras descubrirlo como el culpable del abismo ella solía dejarse contactar, lo dejaba entrar, ambos lo hacían pero con el único fin de derrotarse mutuamente, ella de matarlo y él de doblegarla, desde que la tenia de su lado de nuevo lo había privado de dicha conexión, eso lo irritaba.

Ante la queja ella solo se abrazó más a sí misma, negándose a obedecer, enfurecido la tomo de las muñecas obligándola a pegar la espalda del colchón y mirarlo, estaba cansado de esa actitud convaleciente. No mostró mueca alguna de miedo o dolor, estaba vacía, su expresión y sus preciosos ojos lilas estaban huecos.

Tú y yo somos iguales Akane, no puedes rechazarme, nuestros poderes surgieron para estar unidos, para complementarse por el resto de la eternidad, tú eres mi otra mitad, lo que necesito para vivir igual que tú, nos necesitamos para sentirnos plenos y que nuestro poder surja, ¿Qué no lo entiendes? — Junto sus frentes a medida que le susurrara, al principio con algo de furia por el rechazo pero acabando tranquilamente, casi suplicando, detestaba que le doliera tanto su rechazo, nadie jamás le había provocado eso, esas sensaciones tan fuertes, solo ella con un poder similar al suyo podría ser capaz, y de todas las clases de personas en el mundo, tenía que ser justamente un alma bondadosa y pura la portadora del sol, alguien que jamás podría aceptar todas las atrocidades que cometió — Somos invencibles juntos, nos duele estar lejos del otro, nuestra mera existencia es un pozo vacío y carente de sentido, yo dure milenios esperándote condenado a esa sensación, contigo y solo contigo he logrado experimentar un momento de paz, de alegría… Por favor… Deja de hacernos sufrir — Susurraba con sus alientos mezclándose, entre cruzando con suavidad los dedos de ambos, disfrutando de la sensación cálida del otro, de la euforia de estar conectados mediante sus poderes de nuevo… En un descuido por su cercanía lo había dejado entrar.

Por dichas sensaciones no se logró frenar, la beso como si ello fuera su misión de vida, lenta y tortuosamente tomando su tiempo para explorar con sus lenguas, era como degustar un manejar de los dioses, algo prohibido y que solo eran capaces de compartir mutuamente, la dicha solo aumento al sentir como no hacia esfuerzo alguno por separarlo, simplemente respondía tímidamente a su propio ritmo. El aire comenzó a faltar y el de ojos color vino la dejo ir solo un poco, pues penas si se separó, aprecio con secreta alegría el minúsculo sonrojo que ella tenía en sus pálidas y desmejoradas mejillas, sus ojos rojos e hinchados por el llanto estaban vidriosos, por primera vez luego de tanto tiempo mirándolo, no con odio ni con una mirada herida, no lo miraba con desesperación.

Tenía aquel brillo en los ojos que tuvo la primera vez que la beso, antes de que el la cazara, antes de que supiera toda la verdad de su pasado, como si él fuera lo que más amaba en ese mundo. Lo era, Akane sabía que lo amaba, no le importaba si era causado por sus poderes afines, si era un estúpido amor a primera vista o si la enamoro durante el tiempo que convivieron como dos seres humanos normales, estaba tan segura de que lo amaba que dolía, puesto que no podía aceptarlo, por lo que había hecho, por todos sus amigos muertos, por todo el dolor que le causo.

Sin apartar la mirada rompió a llorar, lloro como una niña mirándolo a los ojos y sufriendo por ambos, por su situación, por lo que les tocó vivir ¿Por qué ellos? Lo sintió secar sus lágrimas a pesar de que volvían a brotar una y otra vez, tocándola con una delicadeza que haría suspirar a cualquier mujer, la arrullo como si no fuera más que una niña pequeña, una cansada de sufrir,

Deja de torturarte por lo que soy, por lo que fui… Si tanto te lastima entonces solo cámbialo todo, no borrara lo que hice y no me arrepiento ni lo haré… Pero tu auto tortura también me hace sufrir, te detesto por tener tanto poder sobre mí — Admitió quitándose de encima de ella y dejándose caer a un lado, pero arrastrándola con él para no perder contacto, dejándola atrapada entre sus brazos y pecho, ambos enfundados en largos ropajes negros, fundiéndose con las sombras del lugar, Akane por un momento solo pudo ver oscuridad aún con los ojos abiertos, alzando la mirada pudo distinguir su atractivo rostro y sus profundos ojos, pues los dos estaban perdidos entre las sabanas y cojines negros, un color que los representaba a ambos perfectamente.

Que quieres decir — Su voz era rasposa, quebradiza, después de todo llevaba semanas por no decir meses sin hablar, el chico intento, matar el cosquilleo de emoción que sintió al escucharla.

Tu eres mi luz pequeña, al mismo que tiempo que yo tu oscuridad, no podemos estar el uno sin el otro, pero podemos cambiarnos entre nosotros, si no te gusta como actuó, haz algo al respecto, solo tu podrías cambiarme, dejare de matar si es lo que quieres, será una molestia no poder deshacerme fácilmente de los que quieran estorbar en el camino pero... Por ti me esforzare — Deslizo uno de sus finos dedos por el contorno el su pálido rostro, fascinado por como en vez de rechazar la caricia como muchas otras veces, simplemente se limitó a cerrar los ojos dejarlo ser — No me rechaces más, reinemos juntos, podríamos coronarnos y seguir con la estúpida monarquía de este país si así lo deseas, podemos seguir como estamos, yo el general de este ejército y tu mi irremplazable vice comandante en vez de una herramienta — La caricia paso a sus labios, ligeramente rojizos por el beso anterior, a pesar de caer embelesado inmediatamente trato de contener el impulso de volver a besarla, de otra manera nunca terminarían de hablar — Pídeme lo que desees y mientras sea razonable, te lo concederé a cambio de que dejes todo atrás.

Nuevamente ella lo sorprendió, tomando su mano por cuenta propia luego de tanto tiempo evitando un contacto directo de cualquier tipo, se dejó hacer cuando ella paro las caricias en los labios y a cambio apoyo la mejilla sobre su palma, quizás simplemente para poder hablar.

No quiero más muertes innecesarias, no quiero ver a la gente sufrir, no quiero que los demás vivan con miedo de ti y de mí, no quiero que continúes con estas guerras… Solo, solo eso — Había hecho mucho esfuerzo para expresar aquel deseo, su garganta no estaba en condiciones de trabajar tanto luego de tal inactividad, sus ojos maltratados, rojos y suplicantes lo miraban como buscando algún rastro de engaño en él, sabía que no podía confiar del todo en alguien que la engaño tan cruelmente antes, sin embargo estaba cansada de aquella sensación de vacía que sentía sin él, era doloroso, y si el sentía lo mismo sin ella, quizás había una pequeña esperanza, quizás realmente podría lograr cambiar un poco de él, no era tonta, no sería de la noche a la mañana, pero lo intentaría con todas sus fuerzas o caería en aquel espiral de sufrimiento nuevamente, y se aseguraría de arrástralo con ella.

En otras palabras… Quieres que sea un gobernante justo y noble ¿No? — Paso a acariciar los largo y desteñidos cabellos de ella, suaves cual hilos de seda, igual de finos y frágiles, un Grisha se marchita si rechaza su poder, ella había vuelto a aquella deplorable imagen con la cual la había conocido tras años de no usar sus dones, delgada, pálida, con cabello frágil y ojos cansados, prácticamente sin luz propia, ella asintió para evitar las dolorosas palabras — ¿Sabes que eso es imposible? Siempre es necesario sacrificar algo, todo gobernante en la historia ha hecho cosas horribles, en mayor o menor medida, no importa cuan amados u odiados hayan sido.

Entonces solo asegúrate de reducir eso al mínimo, asegúrate que este país vuelva a ser feliz, que dejen de vivir con miedo, castiga a los que lo merecen, pero con justicia verdadera — Él rió, era muy extraño escucharlo, casi un milagro pues casi nunca lo hacía, por ello mismo se estremeció, era como si se burlara de ella, pero la sensación de su abrazo apretarse y las caricia en su cabeza que no se detenían daban un mensaje distinto.

Eso no existe mi pequeña, la justicia es distinta para cada ser viviente, siempre la buscan a su conveniencia — La sintió temblar, quizás creyendo que rechazaría una petición tas absurda como esa, se preguntó si no lo creía capaz de ser alguien ideal como ella lo soñaba, pues ligeramente, le estaba pidiendo ser como ella, un alma caritativa y bondadosa, que brinda protección y honestidad. No era ni por asomo parecido a eso, era lo opuesto, cruel y deshonesto, esa era su esencia.

Por eso mismo ellos eran perfectos juntos.

Ella como el ángel que se encargaría de velar por todos, él un demonio que acabaría con quien se atreviera a lastimar u aprovecharse su bello ángel. Ella no le permitiría ser un malvado tirano al mando del país, el no permitiría que alguien se atreviera a atentar contra ambos y su mandato, alguien que piensa con el cálido corazón y alguien que lo hace con la mente fría.

Pero si es lo que deseas, me esforzaré, seré el ideal que quieres, siempre y cuando tú también aceptes las acciones "malas" que deba tomar, solo si es completamente necesario — Dejo de temblar, lo miro con desconfianza pero con visible esperanza también, en el fondo quería creer en el nuevamente — Cuestión de dar y tomar.

Daré tanto como tú me des — Con el ceño fruncido y con fuerzas que no creía tener halo del cuello de la Kefta ajena, acercándolo para que notara la seriedad en sus ojos y palabras.

Me parecer justo — No cambio jamás su tono, tranquilo, confiado y enigmático.

Protegeré a todos de ti si es necesario — Hablo más para sí misma esta vez, con una nueva convicción en la mirada, como si nuevamente hubiera encontrado una razón para vivir, no estaba entregándose a él, lo iba a entorpecer tanto como fuera necesario, ella se encargaría de frenar cualquier acto inhumano que se le ocurriera hacer.

Estoy ansioso por ello — Se acomodó con ella, como si estuviera listo para descansar luego de una amena charla y no luego de algo que marcaría sus destinos para siempre — Es uno de los rasgos que más amo de ti.

Un beso en la frente en la sonrojada joven zanjo la conversación, dejándose ambos llevar por la dulce sensación de tenerse mutuamente entre brazos, todo se sentía correcto de esa manera aunque no lo fuera, ambos estaban marcados por un camino de sangre, uno lo aceptaba y la otra lo repudiaba, pero tan diferentes como eran estaban eternamente unidos.

Por primera vez en la vida de ambos, lograron conciliar un sueño profundo y placentero, completamente en paz.

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(*)Keftas: así llaman a los uniformes de los grishas en los libros, busquen imágenes :v son como unas chaquetas largas con capucha, pero al estilo entre indio y chino XD es raro por eso es mejor verlo a explicarlo, son super geniales yo quiero una como la de mi amorcito Darkling QnQ(?

Espero que no haya sido muy confuso, realmente uno se tendría que leer por lo menos el primer libro, pero trate de resumir una saga de 3 libros en medio fic y el resto adaptando el final que ME GUSTARIA hubiera tenido qnq es injusto, que si, el Darkling es el malo maloso y fue un hijo de puta pero todos merecemos amorts (?

De paso, recomiendo enteramente la trilogía Grisha x,D la historia es genial a pesar de ser un tanto cliché y el Darkling enamora ^Q^ pero recomiendo MUCHISIMO mas los otros libros de Leigh, Six of Crows y su continuación que siempre me olvido el nombre.

Esa mierda es una obra de arte tocada por los dioses y Kaz es el demonio que todas queremos en nuestras vidas *n* -MuereDerretida-

Ya dejo de lamer muy fuerte estos libros y los dejo seguir al siguiente capitulo XD Ciao!

ATT: Maria Violet. Bye bye ouo/