Inazuma eleven GO y sus personajes no son de mi propiedad, pertenecen a Level-5.

Diálogos—

Pensamientos

"FlashBack"

0-0-0-0-0-0-0-0: Cambio de escenario

(*): Notas que dejare al final aclarando algo de ese párrafo.

Tema de hoy: Reunión de Akane y Shindou después de que no se hayan visto en mucho tiempo.

(Canon/Romance/Friendship)

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.:.:8 años:.:.

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El sutil y casi imperceptible Clik de cada toma captada por la cámara era el sonido más relajante del mundo a su opinión, casi lograba imaginárselo si lograba poner a un lado todo el parloteo del personal que la rodeaba, los sonidos objetos pesados como luces o cables o lo que sea, o la irritante voz del representante de la chiquilla barra modelo que estaba fotografiando, alegando querer las fotos de tal manera.

¿Quién demonios era la profesional allí en las fotografías?

Por esa razón en un principio no quería convertirse en esa clase de fotógrafa, nada que ver con modelos y moda, en un principio de su carrera se había concentrado en paisajes, objetos, una rama más artística y como tuvo un éxito aceptable, mostrando sus habilidades los trabajos de esa índole le comenzaron a llegar, primero sesiones privadas, como fotos familiares de algunas de personas acaudaladas, más tarde llegaron las peticiones de revistas y managers para sesiones de fotos de modelos, había mostrado tener éxito tanto como con paisajes, con arte y con las personas, aunque aquel día su actitud calma y relajada por la que era conocida desde siempre estuvo a punto de flaquear gracias a aquel idiota que apenas empezaba su carrera viendo en aquella jovencita su boleto a la fama, simplemente apretó los dientes y culmino con su trabajo profesionalmente como siempre.

Al salir a las calles de Londres, por primera vez desde ese par de semanas de que se hospedara allí se alegró de ver el cielo nublado y lúgubre, lo que sea mejor que las luces artificiales del estudio o la voz demandante y nerviosa de un cliente inexperto, bien abrigada y con especial cuidado con el estuche de su cámara, volvió a su hotel apresurada por recoger todas sus cosas y partir a su siguiente trabajo.

Ya debía ir pensando seriamente en eso de inaugurar su propio estudio, ya llevaba unos buenos 3 años de carrera y había viajado lo suficiente a sus 26, con la fama que se había hecho sería suficiente para asegurarse el éxito de su estudio, aunque no se cerraría aun a la idea de viajar, le gustaba viajar.

Con la mente llena de ideas sobre su futuro proyecto y con que definitivamente lo haría en su país de origen, la castaña de ojos lavanda llego a su habitación de hotel, revoloteando para recoger sus cosas y encender su laptop para asegurarse de no tomar el avión equivocado o algo por el estilo, ya le había pasado por andar tan distraída, más aun cuando viajaba sola, no olvidaba la cabeza por tenerla pegada al cuerpo y sus cámaras porque simplemente eran demasiado importantes y valiosas para ella.

Luego de una hora de conectarse un rato, mirar su e-mail personal y responderle a su familia alegando aun estar viva, se centra en confirmar todo sobre su vuelo el día siguiente y confirmar algunas citas, un e-mail de su cuenta de trabajo llama su atención y dos segundos después hace que se le seque la boca.

Un correo electrónico de los organizadores del TFFI.

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Suspira de alivio al deslizar una camiseta limpia por su torso luego de la ducha, por muy acostumbrado que este su cuerpo a la actividad física, no dejar de ser un duro y espartano entrenamiento al nivel suficiente como para hacerlos enfrentar a equipos profesionales de todo el mundo, y… ¿Por qué no decirlo? Hacerles a todo ellos sudar la gota gorda.

Desde que habían conseguido hacerse con el título de representantes de Japón y de Asia, los entrenamientos se habían hecho cada vez más duros, el castaño sonríe al escuchar a sus compañeros de equipo suspirar de alivio no tan disimuladamente como el, excepto quizás Tenma, su entusiasmo por el deporte quizás le daba alguna clase de incapacidad para quejarse de cansancio, eso era otra historia con Ibuki, Kariya y Nishiki y otros más que se quejaban a viva voz.

Shindou reía sutilmente al captar algunos comentarios en sus conversaciones, casi todos eran viejos conocidos y antiguos compañeros de equipo, incluyendo a su mejor amigo desde la secundaria.

Sera mejor apresurarse, nos avisaron que nos necesitarían luego del entrenamiento — Le recordó el peli rosa, ya vestido luego de una ducha y secando su cabello aun largo y lacio, el por qué se quejaba de que lo confundirán con una mujer pero nunca lo cortara seguía siendo un misterio para el pianista.

Ah, cierto — Siendo sincero lo había olvidado, aunque no le parecía raro, últimamente los estaban llamando a reuniones cada que podían para aclarar puntos acerca del torneo internacional, la vez que más los sorprendieron fue con las entrevistas para reportajes, no le parecía especialmente atractivo salir ante las cámaras de otra manera que no fuera jugando fútbol, pero ya estaba más que acostumbrado luego de uno buenos años de carrera en ese deporte.

La manager del equipo apareció para guiarlos a todos hacia el salón donde los solicitaban, apenas habían llegado a lo que serían sus instalaciones durante lo que durara el torneo así que no se familiarizaban del todo.

¿Sesión de fotos? ¿Enserio? — Suspiro resignado al escuchar las explicaciones de la joven mujer.

Podría ser peor, en lo personal, detesto las entrevistas — Kirino se encogió de hombros — He imagino que necesitaran las fotos para la publicidad de los equipos y eso.

Supongo — Tampoco pondría mala cara, llegados a una de las salas de reuniones del edificio, suponía que habían quitado las mesas y sillas de lo que sería un espacio para reuniones tácticas del equipo, había contra una de las paredes un fondo blanco que lo cubría por completo, ademas de numerosas luces apuntando hacia ese lugar, cabes y monturas con alguna de las cámaras ya instaladas, algunos asientos y mesas con botellas de agua.

Bueno, será mejor empezar — Un imperceptible suspiro se escuchó tras todos ellos, Shindou sintió un pequeño retorcijón en el estómago al escuchar tal vocecilla, angelical y dulce — Buenas tardes a todos, me honra presentarme ante todos ustedes como su encargada de material publicitario y fotógrafa de hoy, y muy posiblemente de lo que reste de torneo — La joven mujer camina a paso ligero junto a todos ellos haciendo bailar de forma sutil sus delicados y poco pronunciados rizos, jeans oscuros, blusa ligera color verde agua y una cazadora marrón enmarcando su atuendo y su gafete oficial del torneo, algunos de los jugadores con el reconocimiento en el rostro le brindaron una gran sonrisa de saludo — Mi nombre es Yamana Akane… aunque quizás ya algunos me recuerden — Llegando a su puesto junto a los tripees con las cámaras rió de forma nerviosa, devolviendo todos los saludos y visiblemente aliviada de que le recordaran.

¿Cómo no recordarla? Bueno, quizás él tenía sus propias razones pero muchos de los demás también se acercaron a saludarla o destinarle cumplidos y felicitaciones por el éxito en su profesión, obviamente felices de volver a ver a su compañera de secundaria y preparatoria. En trance como estaba, ignoro por completo lo que decía su entrenador, quizás explicando el rol que tendría ella a lo largo de la duración del torneo, estaba en su mundo pensando en que era imposible que ambos estuvieran de nuevo entre las mismas cuatro paredes.

Había cambiado, el cabello mucho más largo y suelto al ras de sus caderas, sus rasgos más finos, aun bajita para su edad pero no por ello con menos presencia, su sonrisa seguía siendo cegadora y alegre, además de sus ojos.

Ni el entrenamiento más exhaustivo le hacía perder el aliento tan rápido como ella lo hizo. Parpadeo fuertemente y desvió la miranda a otro lugar, necesitaba concentrarse y dejar de actuar como un adolescente, aspirando profundamente intento dejar ir los nervios que de pronto lo golpearon y bajar el ritmo de sus latidos.

Que sorpresa ver a Akane de nuevo ¿No lo crees? — Pregunto inocentemente el defensa con una pequeña y nada inocente sonrisa. Aunque el castaño al estar perdido de nuevo en ella no le pesto ni el mínimo de atención.

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¿Quién demonios dijo que sería buena idea? ¿A quién carajos se le ocurrió mandarle ese e-mail para tentarla? ¿Por qué había aceptado en primer lugar?

Aspiro profundo tratando de relajarse alentándose a sí misma.

Relájate Akane, no es nada del otro mundo, solo tendrás que ver directamente al tipo del que estuviste flechada toda tu adolescencia y que te rechazo la última vez que lo viste hace unos 8 años, pan comido, tu puedes con ello Si, definitivamente había sido mala idea aceptar ese trabajo por más tentadora que fuera la remuneración y lo beneficioso que fuera para su currículo y su carrera, ¿Para qué demonios necesitaba un currículo de todos modos? ¡Iba a montar su propio estudio por el amor de dios!

Las manos le temblaban y el vaso que sostenía era la vil prueba de sus nervios, había conseguido ganarse tiempo con un pequeño descanso luego de haber sacado fotos individuales de la mitad del equipo. Bebió del resto de su bebida armándose de valor, ella solo estaba allí para cumplir con su trabajo, era una profesional ahora y debía dejar de lado todo conflicto personal, tragándose sus nervios volvió a tomar su posición tras su cámara fija.

Ibuki era por quien se había quedado, procedió con las tomas de cuerpo entero, los retratos y las tomas ampliadas, Tsurugui, Taiyo, Yukimura, con todos ellos siguiendo con el mismo formato y de manera eficiente sacando las fotografías, alegándoles hacer un buen trabajo a pesar de que todo lo que hacían era posar como prefirieran, dio un pequeño sobresalto al apuntar con su cámara de mano luego de ajustarla y encontrarse con Kirino en su lente, luego de su segundo año de secundaria se habían vuelto buenos amigos en tercero y lo que duro en preparatoria, sin embargo al ella irse a la universidad y el concentrarse en el deporte la amistad tuvo un distanciamiento inevitable.

Sin poder evitarlo al recordar viejas broma que solían hacerse levanto la mirada de la cámara para verlo directamente.

Pensé que la siguiente vez que te viera seria con un buen corte pero las coletitas te siguen quedando mejores que a mí — Ella misma hizo un gesto con el brazo apartando sus larguísimos cabellos de su hombro, luego de tanto tiempo con el mismo corte había decidido hacerse un cambio drástico pero al ser reticente a cortarlo hizo todo lo contrario, dejarlo crecer un barbaridad, y aunque era molesto, le gustaba su cabello en cascada hasta la cintura completamente suelto.

Y tú no dejas de verte como niña tengas el peinado que tengas — El peli rosa se encogió de hombros al devolverle el comentario, se rieron como si de una broma privada se tratase, dando entender que la amistad no había cambiado a pesar de perder contacto, y eso la ponía en exceso feliz, siendo esa su manera de decir "es bueno verte después de tanto" y que no había rencores ni nada incomodo por no haberse hablado en tanto. No pudieron interactuar mucho más, el tiempo apremiaba y le faltaban aún muchas tomas por captar, se limitó a sacar las fotos del pelirosa para luego encontrarse por fin con el tan poco esperado momento de verlo directamente a él en su cámara, como tantas veces lo hizo en su adolescencia.

La sensación de ver a Shindou tras la lente era muy nostálgica, tal y como la recordaba, cierto anhelo volvió a brotar en su pecho luego de tantos años que estuvo dormido, esperando pacientemente volver a salir a la luz solo con ver el objeto de su pequeña y secreta obsesión, ella misma lo había admitido con el paso de los años. Dejo escapar un pequeño y quebrado suspiro, creyó que se había preparado mentalmente pero tal y como el día en que se despidieron, ni toda la preparación del mundo lograba amortiguar el golpe que sentía en su corazón, sintió la garganta arderle y hacerse un apretado nudo, si le pidieran modular palabra no conseguiría ni emitir sonido.

Agradeció el camuflaje de la cámara, fingía está ajustando la lente o acomodar algo en la pantalla digital de esta, pero al ver que no podía escapar para siempre, puso la cara más hermética que pudo y cumplió con su trabajo, con un bajón de ánimo increíble, pero lo hizo, fingía sonrisas conformes con las tomas del resto de los chicos, e inclusive el interés por que la tomas en grupos quedaran perfectas fue fingido, cuando normalmente se esforzaría mucho por ello, literalmente solo quería ir a casa y hundirse en un baño de agua caliente. Lo último que quería era socializar, pero tras culminar con el trabajo muchos de sus viejos conocidos de secundaria acudieron a saludarla como dios manda, y a pesar de que quería mandarlos a paseo, no podía ser grosera con las personas que fueron tan importantes para ella.

Tan concentrada estaba en que no se notara su malestar que no noto para nada la mirada acechante que la siguió por la siguiente hora en que paso hablando con todos hasta que se fue.

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Al estar de nuevo apuntado bajo su lente sintió algo extraño… ¿Un deja-bu? Era eso pero mezclado con algo más, estuvo bastante acostumbrado a esa sensación en su adolescencia, la chiquilla solía tomarle cantidades indecentes de fotos y él lo sabía a pesar de que no comentara nada sobre el hecho, conocía el gusto por la fotografía de Akane y en un principio admite que fue un ingenuo por pensar que el que le tomara tantas fotos no iba más allá de eso, en preparatoria, quizás por la edad entendió que no era el caso, pero ya se había acostumbrado tanto a la compañía de ella y la sensación de la lente sobre el que no le tomo importancia.

Cuando ella se confesó él ya sabía o sospechaba que el cariño que le tenía la de trenzas no era de simples amigos, pero había creído firmemente en el desinterés que sentía por ella, su presencia era tan constante que creyó jamas desaparecería, quizás había sentido curiosidad por saber cómo sería esa situación.

La rechazo, no había sorpresa, no hablaban casi nada a pesar de conocerse de hace muchos años, parecían no tener nada en común y ambas personalidades tranquilas y maduras no eran un buen complemento, aunque tenía que admitir que si se sorprendió de la reacción de esta, esperaba al menos una cara triste, pero ella había reído ligeramente, como si le hubiera dicho algo gracioso para su agrado, le había explicado ante su confusión que ya lo esperaba y sabia, que por ello había esperado a ultimo día, a su graduación para hacerlo, e irse a una nueva etapa de su vida sin arrepentimientos.

Se sorprendió por lo triste que le parecieron esas palabras a pesar de estar actuando como siempre, la dulce Akane que es amable con todos y procura ayudar, una chica tan hermosa y dulce debería confiar más en sí, con orgullo aún mantenía férreamente esa opinión en su cabeza, la Akane de secundaria y preparatoria hubiera podido salir con el chico que le diera la gana, sin embargo su timidez a raíz de la falta de confianza parecían frenarla y le pareció una pena por ello, pero peor aún se sintió al notar los tormentosos ojos que le había mostrado al despedirse, era fuerte, no le había mostrado lagrima o señal de tristeza alguna a pesar de que había salido muy herida.

Los años que no la tubo tras el no habían sido peores, no se había deprimido o algo por el estilo, simplemente la hecho muy en falta, sentía que faltaba algo de relevancia para sí, y si era sincero consigo mismo a veces se perdía en sus recuerdos, tratando de averiguar cuál era esa sensación que faltaba, e inclusive para su sorpresa, pensaba en ella y en las últimas palabras que le había dado, comenzando a arrepentirse por no haber tratado de pasar más tiempo con ella, alargar sus conversaciones, pasar buenos momentos juntos, pues eran muy escasos los recuerdos que tenía junto a su antigua manager.

Extrañaba su presencia, eso lo comprendió al estar de nuevo apuntado por su cámara, fue una revelación que ya se esperaba, no había alguna otra razón por la cual la recordara años después de despedirse y ademas para su vergüenza; pensar en ella luego de rechazar… o no, a algunas de las mujeres con las que había interactuado al seguir con su vida, siempre todo evocaba a ella.

Y aunque le desagradara la sensación de profesionalismo frió que ella se encargó de mostrarle al tomarle las dichosas fotos –Podría jurar que solo tardo 30 segundos con él- Akane seguía atrayéndolo cual polilla a la luz, intrigado por esta nueva Akane que se mostraba ante sus ojos, una adulta, un preciosa mujer que a pesar de tener ese aire maduro y experimentado, seguía teniendo esa imagen angelical, dulce y pura que la caracterizaba, más aun con ese cabello tan largo cayendo en delicados y poco definidos risos.

Quería tocarlos… Ese deseo lo tubo claro durante todo el rato que ella paso hablando con todos sus compañeros de equipo, sin dirigirle ni una mísera mirada, pero el que ella aparentara que no existía no impedía que el apartara su mirada acechante de ella, quería deslizar sus dedos por sus largos cabellos, tocar sus mejillas de porcelana y obligarla a mirarlo y recordar lo que sentía por él.

Se sintió un egoísta de mierda pero casi al instante el desagrado por sí mismo se esfumo, superado por la sensación de malestar en el que se sumergía al ver los claros intentos de Ibuki o Minamisawa por captar su atención por más de un par de minutos, claro que para su placer y alivio no parecía funcionar, ella dirigía su atención a otra persona a quien saludaba con alegría y dulzura.

Era como ver un conejito rodeado de lobos hambrientos.

Pareces un asechador pervertido, deja de verla así o yo mismo le diré que te la comes con la mirada y daré testimonio cuando te acuse por acoso — El comentario en tono aburrido de su mejor amigo lo hizo despertar de las alucinaciones que incluían a cierto portero y delantero condenados a un entrenamiento infernal y algunas sesiones de balonazos con las máquinas de tiro que tenían para entrenar.

Deberías advertirle eso a ese par y no a mí — Contesto como si no le hubiera avergonzado para nada el hecho de ser descubierto.

Akane parecer manejarlos bien a ellos, luce acostumbrada, me preocupas más tú y tus intenciones de secuestro — Kirino se encogió de hombros divertido.

Deja de decir idioteces — Mascullo más molesto de lo que debería ante la broma, quizás afectado por el anterior comentario, no le gustaba imaginar a una Akane acostumbrada a estar rodeada de idiotas babeando. Le molestaba, mucho más de lo que debería. Joder que inclusive puede que tenga novio, mientras el allí fantaseando con hablar con ella como antes y que por magia del destino solo tenga ojos para él de repente.

Oh, parece que se va — Solo con eso Kirino dejo de tener el mínimo de atención por su parte y su mirada corrió desesperada a buscarla — Que cruel, ni siquiera me dejo su nuevo número — Se quejó el defensa con aire infantil, quizás restregándole el tener tal privilegio a diferencia de Shindou.

Aunque más bien quedo hablándole al aire pues el medio campista se había esfumado de la sala.

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Sabía que si su estado de ánimo era lo suficientemente bajo como para considerar ir a cualquier bar a beber algo, era que estaba muy muy mal, pues no es buena bebedora y principalmente evita el alcohol, pero en ese momento sentía literalmente la necesidad de que alguna sensación más fuerte que la que le hizo sentir aquel reencuentro anestesiara ese nudo en la garganta que tenía.

A pesar de ello no era idiota teniendo consiente su integridad y seguridad, así que silenciosamente decidió que sería mejor pedir algo ligeramente fuerte a su habitación de hotel y quizás perder un poco la conciencia hasta el siguiente día, total no tenía planes ni trabajo para la primera mitad de este. Contenta con tener la mente funcionando en algo que no sean sus recuerdos con el pianista, había salido casi en automático del edificio dejándole el trabajo de recuperar sus cámaras a un par de empleados de personal que el torneo le había facilitado. Tras despedirse por educación de la recepcionista del lugar experimento cierto alivio al sentir la brisa nocturna refrescante chocar contra su cara, viendo el precioso cielo estrellado que aquella isla tropical le ofrecía, ese año el torneo se celebraba en el mismo lugar en que hacía ya casi dos decadadas el Inazuma Japon capitaneado por el entrenado Endo había ganado el título de mejor equipo juvenil del mundo.

Pese a todo, no se arrepentía de asistir a dicho evento, el fútbol en cierta medida se había convertido en parte importante de ella también, le había cogido cariño al deporte pese a no practicarlo, solo por brindarle la oportunidad de conocer a tantas y tan maravillosas personas que se esforzaban tanto por sus objetivos. Una sonrisa sincera se dibujó en su rostro de nuevo, disfrutando de ella solo unos silenciosos minutos hasta escucharlo.

Las noches aquí son preciosas — Así tan fácil se había reventado su burbuja de recuerdos regresando con un buen golpe a la realidad, tras ella oculto de la luz que dejaba pasar las puertas de vidrio del edificio, junto a estas estaba Shindou, mirando lo que ella minutos antes también.

Lo son — Concordó con tranquilidad que no poseía, tragándose las ganas de preguntar que hacia allí afuera cuando antes estaba con el resto de su equipo, quedo un silencio denso y enigmático en el aire, como si fuera necesario rellenar el vacío con palabras pero algo les impedía producirlas — Buenas noches — Tradicional a sus costumbres, se despidió con una leve reverencia dispuesta a irse, un poco asustada por ese extraño momento. Era el plan salir corriendo a su hotel pero nuevamente fue detenida, esta vez por alguien que tomo su antebrazo ligeramente, se sobresaltó a pesar de que sabía quién era el responsable, pues ni siquiera había dado cinco pasos cuando él, más silencioso que un gato había cubierto una distancia de por lo menos 6 metros. Trago grueso e intento relajarse, el Shindou que recordaba era amable y tranquilo, seguramente solo quería charlar con ella luego de tanto tiempo, quizás podría tragarse ella misma esa excusa de no ser por las circunstancias de su último encuentro.

¿Sucede algo Shindou-san? — Intento dar la sonrisa más tranquila y encantadora que le saliera, tenía práctica con eso al tratar con clientes molestos, pero aun así se preocupaba solo de que no le saliera una mueca extraña en el rostro. La soltó como si también se hubiera sorprendido por el acto, disimulando muy bien a solo segundos de ello.

No, yo solo… Me sorprendió mucho verte, después de tanto tiempo… Supongo que quería saludarte apropiadamente pero estabas algo ocupada con todos antes — Mentira, era una excusa y el mismo lo sabía, no se acercó pues se había quedado pasmado solo con verla, pero ahora al hablarle se sentía completamente ridículo, ¿Cómo se le hace tan difícil?

Oh sí, creo que se emocionan de más, después de todo soy solo yo… Pero fue muy lindo hablar con todos de nuevo, algunos no cambian ni con el tiempo — No se forzó a soltar sus típicas risitas, no quería arriesgarse a que saliera un sonido extraño, ya suficiente reto tenia con hablar normalmente.

No creo que exageren… — Quizás su tono fue más serio del que realmente deseo, pudo ver que la había sorprendido un poco, miro hacia arriba de nuevo intentando pensar en algo que los sacara del silencio incomodo que se hizo entre ambos — Kirino menciono que no le dejaste tu numero… No quiere perder contacto de nuevo — En un segundo de ingenio se le ocurrió la más brillante de las ideas y agradeció haber escuchado a medias el ultimo comentario de su amigo — Puedes dármelo y yo se lo pasare luego — Como quien no quiere la cosa rebusco en su bolsillo su celular.

¿E-Eh? — ¿Cómo demonios había terminado así? Parpadeo patidifusa mirado al celular como si este fuera a comerla de un momento a otro — N-No se m-moleste, pronto habrán mas fotos después de los partidos y e-eso y podre dárselo luego… si eso, luego — No había tartamudeado tanto desde secundaria, pero estaba en crisis literalmente.

No te preocupes, no es molestia — Mordía la parte interior de sus labios con fuerza para evitar reírse abiertamente, era demasiado tierno verla nerviosa después de tanto tiempo, pero eso arruinaría la oportunidad que al parecer, no era tan escaza como imagino — No tienes problemas en dármelo, ¿Verdad? — Dio la sonrisa más inocente que pudo, si ella la encontraba sarcástica o no, no le importaba.

—…— Quedo unos segundos muda, por este tipo de cosas odiaba las conversaciones entre líneas — ¡Absolutamente no lo tengo! Es más ¿¡Por qué los tendría!? — Un tic en uno de sus ojos demostraba lo irritaba que de un momento a otro estaba mientras buscaba furiosamente su teléfono en su cartera, pues le fue muy obvio que eso último fue una referencia mal disimulada a su fallida confesión ¿Desde cuándo Shindou se burla de ese tipo de cosas? ¡Le demostraría que poco le importaba! Por más que fuera la mentira más asquerosa del mundo.

Esa respuesta indicaba que efectivamente había entendido la frase, en un futuro se disculparía, pero en ese momento debía asegurarse de que existiera dicho "futuro" con ella, sonrió como un niño con un dulce cuando recibió el número persona de la fotógrafa. Confundiéndola bastante.

Muchas gracias, siendo sincero yo tampoco quiero perder contacto contigo de nuevo — Murmuro sin borrar su sonrisa.

¿Te estas burlando de mí? — Pregunto entre molesta y herida, mirando un punto fijo en el suelo para evitar verlo a él, era obvio que ninguno de los dos olvidaba "aquel pendiente" entre ambos, a pesar de estar todo zanjado, seguían atascados en esa vieja página. El comentario basto para borrar el buen humor del centro campista.

Claro que no — Dudo bastante en ese punto, deseaba tomar su mejilla y hacer que volviera a verlo, pero no quería que pareciera muy atrevido, decidió por el momento quedarse quieto, guardar sus inquietas manos en los bolsillos del pantalón y darle espacio — No deseo incomodarte, pero tampoco quiero volver a dejarte ir — El corazón comenzó a latirle más fuerte de lo normal… ¿Estaba bien que le dijera eso?

—…— Ella levanto el rostro sorprendida ¿Qué no quería qué? — ¿Q-Qué…Dices?

No me hagas repetirlo si ya lo entiendes — Susurro apartando el rostro avergonzado, aun así ella lo había conseguido escuchar, ver el ligero sonrojo que el futbolista ahora tenía le había hecho saltar el corazón.

E-En realidad n-no lo entiendo — Joder, ella solo quería fingir demencia e irse a su hotel pero la mirada acusadora que le dio el pianista había impedido a sus pies moverse, aumentando el calor en sus mejillas — ¡aahhhhh! — Cubrió su cara con ambas manos y amortiguo tanto el ligero grito de frustración como el indiscutible sonrojo que tenía — ¿Por qué? ¿Por qué ahora? ¿¡Qué demonios somos!? ¿Niños de 15? ¿No pudiste simplemente olvidarlo? ¡Por dios! ¡Sabía que no debía aceptar este trabajo! — Aun con sus manos sobre el rostro exploto ¿Qué demonios pretendía el castaño al pedirle su número de esa manera, y darle ese tipo de esperanzas de la nada? ¡Ella un lo amaba! Con todo y los años que paso tratando de olvidarlo de mil y un maneras, ese sentimiento por el seguía allí palpitando escondido.

La cantarina risa del moreno fue lo único que tras un par de minutos de silencio logro que saliera del refugio de sus manos y se dignara a mirarlo, igual que ella un tanto avergonzado y utilizando el dorso de una de sus manos para esconder parcialmente su cara.

Es un alivio saber que no soy el único que esta así de sobresaltado — Le sonrió en plan tranquilizante, aunque ese fuera el último efecto que tendría en ella. La joven mujer lo miro con desconfianza y cruzo los brazos, mas abrazándose a si misma que para parecer clamada de nuevo.

¿Qué pretendes?

Primero que todo conseguir tu número y, por algún milagro lo logre, así que lo que seguiría en la lista sería no perder contacto, empezar a conocerte más a fondo y quizás volvernos amigos cercanos — Relato su plan sin problemas ni vergüenza, Akane no sabía si reírse o indignarse — Oh, y en algún punto de eso averiguar si tienes novio antes de meterme en problemas.

¡Deje de bromear! — Casi al instante llevo sus manos para sellar su boca, como si con eso pudiera traer de vuelta esas palabras que había escapado, Shindou la miro con una sonrisa un tanto ida, volvía a llamarlo formalmente igual que en preparatoria, como lo solía hacer aquella dulce niña que estaba siempre al pendiente de él.

No bromeo Akane — Trataba de controlar la sonrisa de idiota que quería escapar, pues su linda manager no había cambiado tanto como en primera instancia le pareció. Literalmente había quedado muda y con el cuerpo hacho gelatina, ya no encontraba nada coherente que decir.

Y-Ya me re-rechazas…te — Parecía más una excusa para alejarlo que una acusación, eso le decían esos ojos de cachorrito avergonzado que ahora tenía la fotógrafa.

Tenía 18 y era un idiota despistado que no se hacía ni idea de lo que tenía — Rodó los ojos suspirando, en realidad le sabia amargo eso pero debía admitirlo, fue su error después de todo — Solo quiero saber si hay oportunidad.

Y-Yo…— La mente obviamente le gritaba; ¡Recházalo! ¡Que sufra lo que yo! Pero su blando corazón estaba brincando y bailando de alegría en esos mismos momentos ¿Qué se supone que deba hacer en esa situación?

Ya veo…— Por más que no haya dicho nada la duda le era suficiente respuesta, lo estaba considerando al menos y eso por si solo lo ponía muy feliz — ¿no hay nadie más por quien deba preocuparme? — A ese punto la sonrisa que tenía no se la borraba nadie. Mucho menos cuando la vio negar con la cabeza luego de una lucha interna — Entonces me asegurare de esforzarme — Esta vez no pudo evitarlo, y a pesar de que no fuera un abrazo o algo parecido, la sutil caricia en su cabello fue suficiente, después de todo ninguno quería que su acompañante escuchara el desastre que era su corazón al latir en esos momentos. Ciertamente, parecían niños de 16 confesándose por primera vez.

No te lo dejare fácil — Hubiera querido gritárselo, pero algo parecía haber drenado sus fuerzas incluso para hablar, rápidamente tras esa última frase le dio un sutil golpe a la mano en su cabeza para quitárselo de encima y huir de ese lugar a paso apresurado y con el rostro más brillante que una bombilla, escuchando en su huida a sus espaldas la ligera risa de su amor platónico. Luego de quedar sin aliento y refugiada en un taxi, desbloqueo su teléfono para revisar un mensaje entrante luego de entregar la dirección de su hotel, quedando paralizada con el aparato en mano, pasmada frente al mensaje de un número desconocido, que en realidad no era tan desconocido.

Pues me esforzare el doble

Se aseguró de contestarle con un Stiker de un personaje x secando la lengua exageradamente antes de apagar el teléfono y arrojarlo a su bolso como si fuera una bomba a punto de explotar, pidió al conductor amablemente apresurarse.

Ocupaba más que nunca en su vida ese trago que en un principio planeo.

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*Manda todo a tomar por donde quepa*

Jo-der, que largo ._. No pensé que tomaría tanto, y mira que no lo volví pornoso! Que son adultos y puedo volverme loca! D: (?

Me quedo muy fantasioso! XD esas cosas no pasan, jamás, ni lo sueñen, es muy lindo pa ser real :,,v que sad, lo sé, todas queremos que nuestro primer amor vuelva y nos ame (?

Pero como es un fanfic romántico no veo problema ^-^ además creo que Shindou me quedo muy Oc pero tierno a la vez XD espero que no hayan quedado a medio camino por la biiiibliaaaaaaa que es. Lo siento por eso ._.

Sin más que agregar. Ciao!


PD: Weeey leyendolo mientras lo corregía después de tanto al final no me quedo tan del asco sus interacciones como pensé XDDD hasta a mi me dieron ternurita, oh por dios por fin estoy mejorando un poquisho en esto de los fics Q-Q *se va a shorar de alegria*

Ya me largo que salio el ultimo capi de temporada de Ladybug y muero por verlo XD

PPD: En el siguiente capi la cosa se va a descontrola (?

ATT: Maria Violet. Bye Bye ;)