Inazuma eleven GO y sus personajes no son de mi propiedad, pertenecen a Level-5.
—Diálogos—
—Pensamientos—
"FlashBack"
0-0-0-0-0-0-0-0: Cambio de escenario
(*): Notas que dejare al final aclarando algo de ese párrafo.
Tema de hoy: Akane renuncia a su vida para que Shindou pueda vivir.
(Semi-AU/Romance/Drama/Tragedy)
¡Aviso!:
El capítulo de hoy está basado en el anime Puella Magi Madoka Magica, este no me pertenece en lo absoluto si no a su creador Gen Urobuchi y demás asociados.
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.:.:Soul Gem:.:.
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.:.:Parte I:.:.
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¿Cómo había sucedido tanto en tan solo unas décimas de segundo?
¿Cómo su vida se había ido al demonio en solo un mísero instante?
Akane no lo entendía, hasta hace poco todo era normal y pacifico como siempre, estaban todos entusiasmados, acaban de ganar por segunda vez consecutiva el Holy Road a pesar de estar agotados por el partido las sonrisas de sus rostros no se borraban.
Ella también era muy feliz por ellos, en especial por aquel castaño por el que suspiraba, ese sería su último torneo de secundaria pues ahora estaban en 3ro. Aun así, las desgracias no discriminan a nadie.
Todo se había vuelto un infierno, el cielo estaba rojo por el atardecer pero a ella no le parecía así, solo era una tétrica preparación para el demoníaco escenario que vendría, pues en un segundo estaban felices cada uno en sus asientos de la caravana y al siguiente solo supo que su mundo se sacudía violentamente en miles de vueltas, sentía el crudo pavimento contra su mejilla, todo el cuerpo le ardía, no podía moverse, su vista estaba borrosa sin poder distinguir las formas en absoluto.
Con esfuerzo llevo una mano a su adolorida cabeza tratando de parar las endemoniadas punzadas de dolor ¿Qué demonios paso? Miro su mano haciendo un esfuerzo sobre humano por enfocar la mirada…
¿Sangre? ¿Qué…?
Se fijó en su entorno todo lo que pudo, las bocinas de los autos comenzaron a sonar para desgracia de su pobre y adolorida cabeza, su corazón comenzó a latir a una velocidad insana al distinguir la caravana en la que viajaba completamente volcada, destrozada, los vidrios de las ventanas estaban esparcidas sobre el pavimento en diminutos trozos, además de…
Su garganta se cerró por completo, quería gritar pero la voz no salía, quería levantarse y correr pero el cuerpo neciamente no le respondía, un baño de sangre era lo que miraba, había sangre en el gris suelo, sabía que no era toda de ella, no podía ser posible, era demasiado, a duras penas pudo distinguir la parte superior de alguien colgando de una de las ventanas del vehículo, miro con pavor la cabellera rojizas de su mejor amiga colgando al igual que uno de sus brazos, el líquido carmesí corría por este goteando poco a poco.
No podía respirar ni aunque lo intentara, su estómago se revolvió y el olor a metal de su propia sangre le anudaba las fosas nasales, sus trenzas comenzaban a empaparse y teñirse de rojo, los ojos ya no le respondían bien, se nublaban en intervalos y las lágrimas no ayudaban mucho a su condición, con toda la fuerza que pudo reunir uso sus brazos para incorporarse lo mejor que pudo, las piernas no les respondían, miro con una perturbadora calma como una de sus propias piernas estaba doblada anormalmente, con un espantoso corte. Milagrosamente no le dolía demasiado, producto de la anestesia que brindaba la adrenalina en su sistema, pero erróneamente su cerebro aturdido proceso que si no le dolía era porque estaba bien, sus amigos necesitaban ayuda.
Escuchaba con dolor algunos gemido lastimeros opacados por las sirenas de los autos y algunos gritos, no entendía que demonios pasaba, lo más lógico que se le ocurrió era que habían tenido un accidente. Trato de buscar a más personas que hubieran salido volando del vehículo como ella.
Quedo sin aire al fijarse bien.
Una cabellera castaña que reconocerías hasta ciega estaba no muy lejos de ella, tenía el uniforme lleno de sangre en algunas zonas, en una alterada mirada distinguió algunos cuerpos más alrededor pero no los distinguió, su atención solo residía en el joven inerte a un lado de ella.
Comenzó a sollozar e hiperventilar, no conseguía pronunciar palabra coherente, solo quería correr con él y asegurarse de que estuviera bien. El terror poco a poco la fue consumiendo y los pensamientos se le arremolinaban, confundiéndola ¿Por qué había pasado eso? ¿Estaba bien su amado centro campista? ¿Los demás estaban bien? ¿Serian graves la heridas se todos? ¿Por qué el entrenador y los demás no lo socorrían?
Entre desesperadas preguntas su cuerpo se movió solo, sus débiles y temblorosos brazos la obligaron a arrastrarse cerca de Shindou, sentía las uñas rompérsele cada que daba un tirón desesperado al pavimento buscando impulso, no supo cuánto le tomo, las sirenas de ambulancias y policías comenzaban a unirse a la banda sinfónica de aquel infierno.
Por fin pudo tocarlo, el no reacciono, consiguió arrastrarse a su lado y de un impulso sentarse pese a que todo le dolía a horrores, la sangre comenzaba a escurrir de su cara y empapaban sus ojos junto con las lágrimas que por alguna razón se negaban a salir aun. Lo acogió lo mejor que pudo, se aseguró de tocarlo y rodearlo con la totalidad de sus brazos, su corazón por fin tubo un breve descanso al sentir contra si una dificultosa respiración en el pecho del chico, respiraba, a duras penas y se podía notar que sufría por ello.
La represa de sus lágrimas por fin estallo, no reprimió su llanto, gritaba desgarradoramente desesperada por ayuda, con las fuerzas sacadas de la nada trato de acomodarlo en su regazo, tenía que acomodarlo lo mejor posible hasta que llegara la ayuda, debía ayudarlo de alguna manera pero con lo alterada que estaba no podía distinguir si la sangre era suya, de él o de alguien más, o si tenía alguna herida severa en alguna parte, su falda comenzó a llenarse de sangre rápidamente notaba la calidez resbalar por sus muslos, venia de la cabeza del pianista.
—P-Po… Por… Fa…vor — Quería gritar por ayuda pero su llanto no la dejaba, la lengua no le respondía, su mente no trabajaba como debería, las gotas saladas de caían de sus obres sobre el bello rostro ajeno que comenzaba a dar señales de estar despertando de un horrible y doloroso sueño.
De repente pensó que quizá era eso… Miro en shock al chico entre sus manos, si, debía ser eso… una pesadilla, no había manera en que eso estuviera pasando, no cabía posibilidad de que esos ojos temblorosos que se abrían fueran de su amado pianista, era solo una ilusión su cara perlada en sudor, la errática respiración y sus quejas de dolor, no era ese que poco a poco se fue quedando callado e inerte entre sus desesperados gritos y llantos.
— ¡Shin-sama! ¿¡Shin-sama!? A… Abre los ojos… ¡ABRELOS! ¡S-Shindou! ¡Shin-sama! — No… No… No no no no
Eso era un sueño, una pesadilla horrible, la calidez de la sangre en sus manos no era real, el dolor en su cabeza y la falta de sensibilidad en sus piernas no era real… ¡Definitivamente se despertaría en cualquier momento en su cama y se reiría de sí misma por lo tonta y ridícula que fue esa pesadilla! ¡Nada en ese lugar podía ser real!
— ¿Quieres salvarlos?
Una voz aniñada y calmada resonó en todo el lugar… ¿O fue solo en su mente? ¿Cómo podía sonar tan calmado en ese momento? Desesperada miro alrededor, tenía que ser alguien que por fin venía a ayudarlos, alguien quien conseguiría que su querido amor abriera los ojos. No encontró otra cosa sino una especie de gato de ojos intensos rosas con orejas alargadas y una esponjosa cola que bailaba entretenida…
¿Estaba delirando? ¿Estaba muriendo por fin por la falta de sangre?
— ¿Quieres que abra los ojos? — No supo porque dedujo que era el que le hablaba, solo asintió desesperada hacia su dirección — Soy Kyubey… Si lo deseas, puedes revivirlos a todos si a cambio haces un contrato conmigo y te conviertes en una Mahou Shojo que pelee contra la brujas.
No tenía ni la más mínima idea de que hablaba, o si era ese tétrico gato o conejo o lo que fuera el que hablaba, pero se aferró a sus palabras como naufrago a un salvavidas… ¿Podía salvarlos?
—Ea… Se…a L…Lo que… Se…a — Estaba perdiendo la capacidad de hablar veía todo borroso… ¿Era su fin?
—De prisa… Dime tu deseo, haz un contrato conmigo y concederé tu milagro — Le urgió sin sentimiento en la voz.
—Q…Que… Vi…van… Que él… viva… todos vivamos… Como si… Nada hubiera pa… Pasado — Lo último que recordaba era ver a la criatura asentir y que todo se volvía negro… Una calidez reconfortante y a la vez dolorosa se apodero de su pecho, algo estaba brillando de repente, una intensa luz morada cegaba su nublosa vista, luego de que el calor pasara de nuevo todo se volvió negro…
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—Akane-san vamos — Una ligera sacudida en su hombro la saco de su sueño con un sobresalto —Perdón, te asuste.
— ¿A-Aoi? — Miro exaltada la expresión preocupada de la menor, estaban en el interior de la caravana, aun escuchaba las ruidosas conversaciones de los chicos que se alejaban del vehículo estacionado.
—Ya llegamos al Raimon, ¿Te encuentras bien Akane-san? Estas muy pálida — La menor de cabello azules observo preocupada la expresión de desconcierto de su sempai y como el sudor comenzaba a perlar su pálido rostro.
—Yo… Si, solo fue… Una pesadilla, estoy bien — Parecía decirlo más para convencerse a sí misma mientras que con una mano cubría su rostro — No te preocupes Aoi-chan, estoy bien — Con todo su esfuerzo logro sonreírle a la chica para tranquilizarla, cosa que debía hacer ella también.
—Si tú lo dices — No estaba convencida, ambas bajaron del autobús, una aun tratando de alejar de su mente las terribles imágenes que la torturaban, se atrasó un par de pasos y llevo una mano a su cabeza para tranquilizarse… Solo había sido una pesadilla, solo eso.
Una horriblemente realista y espantosa. Suspiro agotada, no iba a volverse dormir luego de un partido en su vida.
Con esos pensamientos decidió dejar de lado el tema, pero se dio cuenta de algo inusual, paro en seco apreciando como aquel anillo con una gema morada y símbolos extraños brillaba en su anular derecho… ¿Cómo demonios había llegado ese anillo plateado allí? Una extraña presencia hormigueo en su espalda. Su cuerpo se erizo como un gato y con lentitud se giró.
En el techo de la caravana se erguía curioso la silueta de aquel extraño gato de su pesadilla, se había presentado como Kyubey si bien recordaba….
Se le cayó el mundo a los pies.
No… ¿No había sido solo un sueño? De nuevo no respiraba y el suelo se movió a sus pies, lo último que escucho en aquel día de pesadilla fue el grito preocupado de Aoi cuando sin aviso callo desmallada en el estacionamiento del colegio.
Desde ese día su destino y su vida se vieron sellados por un contrato con el que bien podría ser el mismísimo demonio y aun así, pese a todo eso no se arrepentía.
Daria su vida una y otra vez por su amor.
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Me encanta este capitulo :v amo Madoka Magica y toda su tragedia XD
Llámenme retorcida pero es genial :v esta será una mini serie de 3 One-Shots, estoy súper ansiosa x3 me quede despierta hasta las 2 am escribiendo esto :,,v me van a matar.
Así que Ciao!
ATT Maria Violet. Bye Bye ;3
