Las alas de un hada están hechas del más fino y sin embargo resistente filamento creado de la piel de las mismas. Estas crecen al…

―¿Hay alguna necesidad de que me espíes?― Cerrando el libro que estaba leyendo volteé hacia atrás para encontrarme con Victoria riendo ligeramente nerviosa.

―Wow, perdón, perdón― Levantó sus manos a la defensiva para después poner una en su pecho en señal de haber sido lastimada ―Yo solo venía a saludarte, y así es como me recibes después de… eh…―

―58 días o dos ciclos lunares, si así lo prefieres― Me observó durante unos segundos, quizás dudando de la exactitud en mis cálculos pero finalmente cedió.

―Muy bien, muy bien, eso es bastante tiempo, y… ¿Qué haces?― Se acercó para sentarse a mi lado.

―Creando un cometa, ¿tú que crees?― Incluso en ese entonces ya poseía mi peculiar gusto por el trato sarcástico y un tanto arisco. Siempre me pareció gracioso. Ella solo entrecerró los ojos un tanto ofendida.

―Bueno…― Luego de unos momentos de silencio en los que estuve tentada a retomar mi lectura Victoria reparó en cierto detalle ―Hey, usas ropa ahora― Como si quisiera corroborar lo que dijo bajé la vista hacia mi atuendo, era sencillo, yo misma lo hice: consistía en una túnica (vestido, ahora lo llaman) negra un tanto entallada y una capa del mismo color; dejé mis pies descalzos por simple gusto, igual no era como si pudieran lastimarse con facilidad o no regenerarse.

―Sí, bueno, leí que las criaturas la usan, o por lo menos a la mayoría les gusta vestir― Le respondí encogiéndome de hombros y señalando hacia sus ropas, las cuales parecían estar hechas de una sola tira de tela, una blanca enrollada alrededor en su pecho y otra en la parte baja de su torso para cubrir solo lo necesario, formando un top y una especie de falda muy corta. También algo de ella se enrollaba en sus brazos y caía justo en donde empezaban sus manos.

―Sí, algunos lo preferimos― Rió ligeramente ―Y entonces, cuéntame, ¿qué cosas has hecho en tus primeros 58 días o dos ciclos lunares de vida?― Ahora yo reía un poco por su uso de mis palabras.

―Pues… esto― Le mostré el libro que estaba en mis manos.

―¿Qué, es en serio?― Se levantó casi escandalizada ―¿Lo único que has hecho ha sido estar aquí encerrada leyendo libros como desquiciada?― Enarqué una ceja.

―Mi labor es necesaria, y por ello estaré aquí encerrada leyendo libros como desquiciada el tiempo que sea necesario― Cuando me levanté pude apreciar un ligero rastro de temor en sus ojos. Debí hablar muy duramente sin notarlo ―Además, no ha sido lo único…― Me miró interrogante. Vamos, tenía que haber algo más que hubiese hecho… ―También aprendí sobre higiene personal y tome un baño a diario― No me hizo falta todo mi conocimiento para reconocer lo estúpido que eso había sonado. Sin embargo pareció ser suficiente para ella.

―Genial, ¿En dónde?―

―Ahí― Hice un gesto hacia el recipiente de agua que tenía una longitud mayor que mi tamaño y el cual al igual que mis ropas yo había creado. Ella me miró incrédula.

―No, es en serio― Su tono era algo fastidiado, debió pensar que seguía burlándome de ella.

―Hablo en serio― La observé sin entender realmente, ¿Qué tenía de malo?

―¿Tomaste tus baños ahí? Pero si las brujas deben ser muy sabias, Jadelyn esto no debería ser así― Miré en dirección a mi bañera.

―Es perfectamente de mi tamaño, incluso más amplia, cabe mucha agua, puedo seguir leyendo mientras me aseo, ¿Qué tiene de malo?―

―Que esto― Señaló la bañera ―No es tomar un baño. Espíritus, nunca creí que llegaría en día en que la Luna tendría que enseñarle cómo tomar un baño a una Bruja― Dicho esto tomó mi muñeca y nos dirigió a la salida del castillo.

―Cuida tus palabras― Jamás le haría daño a alguna criatura, estaba en contra de todo lo que era, sin embargo mis modos y carácter recién descubiertos y desarrollados ayudaban a hacer las amenazas perfectamente creíbles ―De todos modos, ¿A dónde me llevas? Tengo que regresar para…―

―Sí, Jadelyn, no tardaremos demasiado, así podrás continuar devorando esos libros sin control en un santiamén― Le lancé una gélida mirada que no alcanzó a apreciar gracias a que se encontraba por delante, tirando de mi muñeca para guiarme.

Luego de varios minutos de caminar en silencio entre los abundantes árboles del bosque y uno que otro elemento más de la naturaleza llegamos a un manantial bastante extenso y sumamente cristalino.

―Listo, es aquí― Su sonrisa era triunfal y observaba el entorno con orgullo, como si estuviese mostrándome algún secreto que desconocía, aunque pensándolo bien esa debió ser la manera en que ella lo sentía. Por fin liberó mi muñeca y empezó a desenrollar las tiras que conformaban su vestimenta. Yo me limité a seguir sus acciones y me deshice de mi capa y la túnica/vestido fue lo que siguió. Una vez desnudas entramos al agua cálida.

―Y esto es diferente a los baños en el castillo porque…― Real, realmente esperaba más que solo haber ido hasta allá dejando mi lectura inconclusa para remojarme un rato. Ella volvió a reír como si supiera algo que yo no, cosa que empezaba a irritarme.

―Tal solo espera, Jadelyn, ya lo verás…― Justo antes de que preguntara el qué se suponía que era lo que debía ver, el entorno o mejor dicho el todo que nos rodeaba cobró vida.

La brisa empezó a soplar acariciando nuestra piel sutilmente, dejando una sensación fresca y relajante. Fue ahí cuando algunas de las hadas de especie pequeña y algunas luciérnagas salieron de sus escondites entre los árboles que nos rodeaban y empezaron a revolotear por encima del agua, jugando entre sí animadamente y haciendo un agradable sonido de golpeteo. Ambas especies volaron por todo el manantial, creando una especie de espectáculo de luces en el que competían con las mismas estrellas siendo reflejadas por el agua. El follaje se veía incluso más abundante y verde intenso, la madera se recubría con una especie de cera que despedía un aroma relajante, el agua parecía más densa, como si te masajeara todo el cuerpo y los pétalos de las flores se abrieron soltado una infinidad de perfumes exquisitos, embriagando nuestros sentidos. A eso también se le unieron las ninfas, que no podían quedarse sin al menos algo de la diversión: tres se materializaron del agua, dos de la tierra, otras dos de los árboles y una se transformó de las flores. Aquellas ocho criaturas, tal y como lo decía en los libros que leí sobre ellas poseían una inmensa belleza, sus rostros finos y sus cuerpos curvilíneos y deseables las hacían ser reconocidas entre las demás criaturas, eso aunado con su gusto por no cubrir su desnudes y sus personalidades llenas de vanidad y seducción. Estas se unieron con Victoria y conmigo y entraron al agua, sonriéndonos inocentemente; con las criaturas mágicas nunca ha habido realmente una distinción entre gustos, así que por supuesto nos permitimos sonreírles de vuelta y ojearlas un poco, solo un poco. En el momento en que las ninfas estaban por acercársenos el agua empezó a sacudirse y de ella empezaron a salir criaturas igualmente hermosas y con una larga y bellísima cola de pez en donde deberían ir sus piernas. Sirenas. Ellas también nos sonrieron y se nos acercaron primero, ganándose miradas disgustadas por parte de las ninfas. Entre ellas y las sirenas siempre hubo un conflicto de vanidad, no se agradaban mucho realmente gracias a que unas creían ser las más bellas y viceversa. Sus conflictos me parecían estúpidos, mas estaría mintiendo si dijera que no los estaba disfrutando en aquel momento. Cuando tenía a una ninfa colgando de mi brazo y a una sirena en el otro, ambas acariciando mi cabello y en una competencia para ver quién me elogiaba más Victoria carraspeó, todo su rostro reflejando un te lo dije.

Antes de que pudiera responder hubo un súbito cambio. En el cielo se divisó una nube de oscuridad cerniéndose sobre nosotras y bloqueando las estrellas; el viento comenzó a soplar fría y ferozmente y las hadas con temor plasmado en sus rostros se apresuraron a ocultarse; el agua bajó drásticamente su temperatura y empezaba a congelarse.

Maldad.

Tanto la sirena como la ninfa huyeron en terror, una sumergiéndose de nuevo y otra desmaterializándose en agua. Volteé hacia Victoria y vi en sus facciones dibujado el miedo, y eso no me gustó en lo absoluto. Sin pensarlo dos veces salí del agua y pude percibir que todos mis sentidos se agudizaban, sentía la adrenalina correr por mi cuerpo y el deseo del inminente combate me invadió, preparándome. Fue ahí cuando se escuchó un estruendoso rugido que dio paso a la visión de un ente extraño, más denso que la sangre escapando de una herida mortal y más oscuro que el interior de un agujero negro en el espacio, además de infinitamente más destructivo.

Jadelyn. Lo escuché vociferar mi nombre con su voz ronca y profunda, despidiendo veneno en cada sílaba.

―Yo no te temo― Le respondí desafiante y usando el mismo tono duro y firme calmadamente ―Deja de meterte con estas pobres criaturas que no pueden defenderse, aquí tienes una digna oponente― Su risa horrenda y grave resonó por todo el bosque.

Como desees. Dicho esto la oscuridad se concentró en un mismo centro y explotó con forma de filosas garras dirigiéndose a mí con un golpe letal para cualquiera. En el último segundo logre esquivarlo, pero gracias a mi inexperiencia rasgó parte de mi brazo derecho. Sin dejar que eso me detuviera levanté dos enormes rocas del suelo y las lancé en su dirección, solo para ver cómo lo atravesaban sin causarle daño alguno, haciéndolo reír más incluso. Volvió a arrojar sus garras en mi dirección en una ráfaga de ataques; levantando una parte del suelo me cubrí como pude y cuando creí que había terminado sus golpes regresaron con mayor intensidad y velocidad, haciendo que esquivarlos -pues el suelo que me cubría se había destrozado- fuese mucho más difícil. Di la pelea como pude, lancé agua e intenté congelarlo, abrí el suelo para hundirlo, creé una tormenta e hice caer rayos para electrocutarlo, un ciclón incluso pero nada funcionaba. Fue después del último intento en que uno de sus golpes inmovilizó mi pierna y caí al suelo. Se acercó y me levantó por el cuello, mofándose de mi vergüenza y fracaso mientras reducía la entrada de oxígeno a mis pulmones con su agarre. Jamás sabré si fue un impulso, un vago recuerdo o un instinto tal vez, pero lo siguiente que hice nos dejó a todos helados: levanté mis manos hasta tocar su forma gaseosa y pude observar cómo de mis brazos se vislumbraban una especie de dibujos con forma de espinas moviéndose en círculos enrollando mis brazos, como las serpientes subiendo por los árboles hasta llegar las yemas de mis dedos donde se materializaron de repente y atacaron al mal llenándolo por todas partes. Este me soltó y lo vi luchar intentando deshacerse mi agarre sin ningún éxito mientras las espinas lo enrollaban y se apretaban contra su forma asimilando a las serpientes asfixiando a sus presas antes de devorarlas. No pasó mucho tiempo antes de que cayera al suelo retorciéndose, y fue ahí cuando haciendo el ademán de apretar mis puños sucumbió ante las espinas y se consumió en polvo negro para finalmente desaparecer.

Me quedé unos momentos contemplando a las espinas regresando por donde vinieron, volviendo a enrollarse por mis brazos en forma de tatuajes hasta que los perdí de vista cuando llegaron a mi espalda, dejándome una ligera sensación de cosquilleo para después dejar de sentirlas.

―¿Qué fue eso?― Me había olvidado por completo de que Victoria seguía ahí ―¿Cómo lo hiciste?― Sin saber qué responder me acerqué al manantial y controlando un poco de agua hice que se reflejara frente a mí la silueta de mi espalda, y lo que vi me tomó por sorpresa ―¿Te duelen o algo así?― En mi espalda estaban plasmados los tatuajes de las espinas en forma de una especie de garras o ramificaciones intersecándose en el centro de mi espalda, formando ocho en total, cuatro de un lado y cuatro del otro. El número de Espíritus, pensé. Lucían amenazantes y poderosas, de un color negro ónix contrastando totalmente con mi nívea piel.

―Recuerdo algo como esto. Los Espíritus lo mencionaron cuando nací, ellos dijeron que cada Bruja o Mago tendría algo diferente a sus hermanos, un poder especial. Esto― Señalé al reflejo ―Mis hermanos y hermanas deben tenerlo pero acorde con sus personalidades o algo por el estilo― Estaba tan fascinada con el nuevo descubrimiento que apenas y noté cuando las criaturas salían de sus escondites de nuevo.

―Eh… Jadelyn…― La voz de Victoria me hizo salir del trance y observar a mi alrededor. Había algo extraño en las miradas de las criaturas (no de las ninfas ni las sirenas pues ellas siempre tendrían su libido andando) que me inquietaba.

―¿Qué sucede? ¿La maldad regresó?― Era lógico que no la había destruido porque eso no era posible pero no creí que regresaría tan pronto. La busqué con la mirada rápidamente pero no había ni señales de aquel ente, pero sí me di cuenta de los destrozos que había causado por lo que me apresuré a repararlos; el suelo plano y verde otra vez, las flores y árboles en su sitio, el agua descongelada; todo normal ―¿Por qué me miran así?― Le susurré a Victoria, quien se había posicionado a mi lado.

―¿Tal vez tienen miedo de que la maldad regrese?― Me susurró de vuelta.

Ambas nos quedamos ahí inmóviles y en silencio durante lo que parecieron milenios sin comprender absolutamente nada.

En ese entonces no lo comprendía, pero después de un tiempo aprendería que lo que sentían aquellas criaturas no era miedo hacia la maldad… sino hacia mí.


¿Qué tal, compañeros? :D aquí les traigo la actualización y de verdad espero que puedan perdonarme, tal vez actualice un poco tarde el próximo porque tengo mucha tarea y debo estudiar TTToTTT

Una aclaración, los tatuajes que tiene Jade de espinas no salen por completo, me refiero a que desde su espalda solo se alargan moviéndose como las serpientes y no le abren la piel para salir ni nada por el estilo, sino que se materializan (como ya lo puse) al momento de llegar a la punta de sus dedos, pareciendo espinas de verdad solo en ese "pedazo" mientras que el "pedazo" que se queda en sus brazos desde su espalda sigue pareciendo un tatuaje.

Espero que haya quedado más o menos claro así, aunque si yo no hubiese tenido la idea y tan solo la estuviera leyendo no estoy segura de si le hubiese entendido o no, jaja.

Pero, hey, espero que les haya gustado, si es así comenten y si no pues… también comenten uvu jaja con respeto y si son críticas constructivas, por favor.

MUCHAS GRACIAS POR LEER.

¡Nos vemos! bueno no, ¡Nos leemos!