―Cat, ya te dije que estoy bien, no es nece...―

―¡Jadey, ya te dije que no hables, eso requiere esfuerzo!― Me reprimió la pelirroja mientras se acercaba a mí con un recipiente lleno de agua y un pequeño paño. Yo estaba en la cama, pues apenas llegamos me hizo recostarme y me prohibió rotundamente el mover un solo músculo; ¡ni siquiera me dejó remover mis ropas (o lo que quedaba de ellas) por mí misma! Por lo que me encontraba ahí, desnuda, tumbada como una inútil viéndola ir de allá para acá con paños, agua, frutos para, según ella, recuperar algo de mi energía, algunas mantas... en fin, quise ayudarla con todo eso, pero siempre terminé regañada y siendo llevada de nuevo a la cama ―¿Necesitas algo? Lo que sea― Dijo mientras se sentaba en un taburete a mi lado.

―Sí, necesito que te relajes un poco, estoy bien― Entrecerró los ojos, mirándome con infantil molestia. Bueno, tenía que intentarlo.

―Eso no es cierto, te hirieron y ahora debes descansar― Sumergió el paño en el recipiente con agua que colocó en el mueble de al lado y luego de exprimirlo limpió con él mi rostro cuidadosamente, sustituyendo su enojo por un aura amorosa y llena de ternura. Yo solo la observé, reflejando su mirada, y cuando lo notó me sonrió cálidamente y acortó la distancia para posar un cariñoso beso en mis labios ―Ya verás cómo te curarás muy rápido, tú solo déjamelo todo a mí― Le sonreí mientras ella acariciaba mis cabellos.

―¿Tengo otra opción realmente?― Dije enternecida. Vaya que era una criatura testaruda.

―Nop, no la tienes― Me besó otra vez mientras reía, traviesa, y volvía a mojar el paño, ahora para limpiar mi cuello y hombros. Estuvimos unos minutos en silencio en los que me acomodé de lado y levanté mi cabeza con mi mano, apoyando mi codo en la blanda superficie para tener un mejor ángulo desde el cual ver su adorable expresión de suma concentración cuando pasaba el paño por mi piel, o cuando hacía gestos de dolor al pasar por alguna zona que pudiese estar un poco raspada o maltratada. Hey, algunos ataques no se desintegraban por completo antes de alcanzar mi piel (tenía otras cosas en las cuales concentrarme y criaturas a las cuales proteger antes que procurar que ni un grano de tierra me tocase) pero eran solo rasguños que sanarían en unos días por lo que nunca fueron mi mayor preocupación. Admito que prefería tomar un baño, mas no tuve el corazón para decirle a Cat que no cuando dijo que ella limpiaría mi cuerpo para ayudarme a estar lo más quieta y en reposo posible ―Jadey― Su voz me sacó de repente del estupor.

―¿Qué sucede, linda?― Vi la pequeña sonrisa en sus labios y el tenue rosado en sus mejillas por llamarla "linda". Bien hecho, bruja.

―Yo, bueno... yo... quería, no, quiero... bueno, me preguntaba si tú... eh... bueno, lo que en realidad quiero...― Enarqué una ceja.

―Lo que sea que quieras preguntarme sabes que puedes hacerlo, no sa como si fuese a molestarme o algo por el estilo― Dije interrumpiendo su balbuceo, intentando brindarle la mayor confianza posible. Su expresión se suavizó un poco, aunque seguía notándose algo nerviosa e indecisa.

―B-bueno, lo que qui... ah... yo quisiera...― Inhaló y exhaló un par de veces, hasta que finalmente tomó una gran bocanada de aire y dijo: ―quierosaberporquéestuvisteconlassirenas― Pasó a limpiar mi abdomen, huyendo de mi mirada mientras su rostro se tornaba de un color intenso a juego con su cabello. Cuando pude procesar sus atropelladas palabras sentí la incomodidad en mí de nuevo.

―Bueno, admito que eso no me lo esperaba― Me pasé la mano libre por el cabello ―¿Es... estás molesta o algo así? ― Levantó su rostro y me miró asustada.

―¡No! ¡Claro que no!― Me aseguró rápidamente ―Es-es solo que... bueno, yo... yo tenía curiosidad por, ya sabes... la razón del que estuvieses con ellas― Fruncí el ceño un poco.

―Hablas como si nunca hubieses estado con alguien― Sonó mi risa ligeramente (esperando que la suya acompañara a la mía) sin embargo ésta murió lentamente cuando noté que ella seguía sin mirarme y con una expresión algo avergonzada ―Espera, ¿estás diciendo que tú nunca...?― Cuando levantó su rostro negó con la cabeza suavemente.

―No, nunca― Instantáneamente en mis labios se formó una sonrisa. El hecho de que nunca había compartido ese momento tan íntimo con nadie, y aun mejor el pensar que tal vez yo podría ser su primera (y única, de preferencia), despertaba un extraño y retorcido regocijo. Sería completamente mía y de nadie más ―Eh... ¿Jadey?― Me sacó de mi ensoñación. Sacudí la cabeza brevemente para alejar aquellos pensamientos tan primitivos y egoístas.

―Sí, sí...― Me acomodé un poco para acercarme más ―Entonces, ¿de verdad nunca...?― Negó con la cabeza otra vez.

―Nop, nunca― Se rió un poco ―Solo tengo 17―

―Hey, yo a los 8 ya lo había hecho con más sirenas de las que puedo contar― Me golpeó en el hombro, juguetonamente.

―Sí, pero tú naciste siendo de esta manera, yo tuve que crecer― Su expresión cambió enseguida a una sin sonrisa, acusadora ―¡Hey, entonces fueron más sirenas de las que estaban ahí!― Le sonreí nerviosamente.

―Sí, tienes razón, tú te desarrollaste naturalmente, como la mayoría de las especies, de hecho, ¿sabías que por lo tanto es normal qu…?―

―No cambies el tema― Wow, se dio cuenta, a lo que yo solo pude intentar sonreírle para salvarme de lo que vendría ―Bueno, dejaremos eso pasar― ¡Sí! Me sentía tan agradecida de no tener que explicar a detalle mis tantas aventuras ―Pero en serio… ¿Por qué quisiste hacer eso? Tú me contaste que tu único objetivo en tus primeros años de vida era el proteger a las criaturas― Con mi mano libre le puse detrás de la oreja un mechón de cabello que se le había desacomodado, y acaricié su mejilla con ternura distraídamente, mientras a mi mente regresaban esos tiempos tan difíciles, sin amor y llenos de odio.

―Bueno, como dijo Sherise, yo me encontraba caminando por el río― Sostuve su mentón suavemente ―Ella cree que fue la primera, pero realmente no fue así, como ya te dije muchos años antes yo ya había experimentado los placeres de la carne, con ninfas― Inhalé profundamente, meditando las palabras en mi cabeza e intentando repasarlas para expresarme de la mejor manera ―Bueno, como alguien cuyo pasatiempo… no, cuya vida era básicamente leer aprendía sobre muchas cosas, y entre ellas se encuentran ese tipo de actos íntimos― Asintió, e hice una pequeña pausa antes de continuar, pasando mis dedos por la línea de su quijada, pensando en cómo ponerlo más simple. De repente, tuve una idea ―¿Te gustan tus alas, Cat?― Ladeó la cabeza, confundida, sin embargo un momento después sonrió.

―¡Por supuesto! ¡No me imagino a mí misma sin ellas!― Pasé mi mano por ese suave y brillante tejido que salía de su espala.

―Y debo suponer que te gusta volar también, ¿no es así?― Rió un poco, haciendo notar la obviedad de su respuesta.

―¡Pues claro! Es genial, Jadey, ya lo has hecho tú también, pero, ¿eso qué…?―

―¿Qué tiene que ver?― Le interrumpí ―A eso voy. Bueno, ahora que tenemos en claro que tus alas son una parte muy importante de ti, son algo que adoras― Mi mirada se oscureció un poco ―Pues ahora imagínate no poder usarlas, simplemente tenerlas, saber que están ahí, poder verlas, sentirlas, olerlas incluso, pero ser totalmente incapaz de volar― Me miró escandalizada.

―¡Eso sería horrible!― Llevó sus manos hacia atrás y agarró sus alas, como cerciorándose de que aún estaban ahí ―¿Para qué las tendría entonces?―

―Exactamente, no tiene sentido, ¿verdad?― Negó con la cabeza ―Pues, así es como me sentía yo en ese entonces― Tomé su mano y la puse sobre mi pecho ―Yo tengo un corazón, siempre lo he tenido, sin embargo no podía usarlo. Bueno, sí podía, pero, ¿Cómo habría de enamorarme si nadie me miraba a la cara, siquiera? Por eso era como si tuviese la incapacidad de usar mi propio corazón, algo con lo que fui creada, una parte muy importante de mí, algo sin lo cual no me imaginaba― Suspiré ―Sin embargo, al no poder usarlo para amar de esa manera, al estar sola me sentía vacía, era como si en su lugar hubiese solo un espacio inhabitado― Sus grandes orbes chocolate estaban clavadas en mí, con pesar y preocupación. Sonreí ligeramente, aunque sé que no me lo creyó ―¿Por qué hice lo que hice? Bueno, en aquella época moría por sentirme completa, o siquiera menos vacía, sentirme emocionada, sentirme viva, SENTIR, simplemente eso. Y bueno, como yo ya sabía de ese tema y había leído que era una experiencia muy vigorizante dije: "¿Por qué no?". Yo solo quería olvidarme de ese dolor, ese vacío que me atormentaba Cat, sentir, por lo menos un momento, que había alguien que me amaba y a quien yo amaba― Al ver que su mirada se entristecía me expliqué ―Claro que yo sabía que eso no era amor, era algo así como fingirlo, imaginar que así era― Cuando vi que sus ojos se humedecían me senté y la atraje hacia mí para envolverla en un abrazo ―Hey, hey, no debes sentirte mal, no llores― Sorbió un poco ―En verdad que yo nunca sentí nada de eso por ninguna de ellas― Me alejé un poco para encararla y sequé sus mejillas con mis pulgares ―Nunca hubo ni habrá nadie como tú― Le aseguré sonriente, a lo cual ella luego de unos segundos también correspondió, acercándose para besarme dulcemente (a pesar del sabor salado de sus lágrimas) ―¿Ya todo está bien, preciosa?― Asintió algo ruborizada por como la llamé. Sonreí, egocéntrica.

―Sip, ya todo está bien― Reparó en mi postura y su sonrisa se desvaneció ―¡Jadey, recuéstate! ¡El sentarse requiere esfuerzo!― No pude contenerme y reí sonoramente mientras volvía a tumbarme en la cama. Luego de un rato ella tomó el paño otra vez y lo pasó por mi cadera.

―¿Jadey?― Estaba algo cansada y con su suave toque no hacía más que relajarme.

―Ajá…― Respondí apenas audiblemente.

―¿Qué cosas fueron las que hiciste con ellas?― Enarqué una ceja de nuevo.

―¿Por qué la pregunta?― Se encogió de hombros.

―Curiosidad― Entrecerré los ojos.

―Pues, las cosas que se hacen en esos actos, Cat― Quise sonar neutral.

―¿Tú… querrías hacerlas conmigo?― Ese cuestionamiento sí me desubicó, aunque no negaré que removió un par de cosas.

―¿Qué? Cat, pero…―

―¿No?― Me ponía en una situación bastante confusa.

―No entiendo, ¿lo que qui…?―

―¿Esas ninfas y sirenas eran más bellas que yo?― ¿Qué?

―¿Qué? ¡Por supuesto que no!―

―¿Ese es el motivo por el no quieres hacer esas cosas conmigo?―

―¿Cómo dices?―

―¿No soy tan hermosa como ellas?― Esto se estaba complicando.

―Cat, eso es ridículo―

―¿Entonces por qué no quieres hacer esas cosas conmigo?―

―¿Qué? Yo nunca dije eso―

―¿Entonces sí lo quisieras?―

―¡Sí!― Fue luego de unos segundos en silencio que me di cuenta de lo que había dicho. Me sentía avergonzada. No lo sé, una cosa era ir con las sirenas o las ninfas y ser directa con lo que quieres de ellas pero con Cat, bueno… yo no creía que ella mereciera que lo dijese de esa manera, no me parecía correcto, por su honor o lo que sea. Sentía que debía respetarla, ¿está bien? Su pícara y triunfal sonrisa me dejaron en claro que la malicia de las sirenas no se comparaba con la suya. Como si nada hubiese pasado retomó su tarea y estuvimos de nuevo en silencio, hasta que podría jurar que la escuché murmurar un:

―Lo sabía― Con una traviesa sonrisilla en sus labios.


HOOOOOOOOOOOOOLA :D (y perdón por la tardanza :s)

¡Chan-chan-CHAN! Ahora sí se nos arma con las cosillas sucias e indecentes, ah xD

Jaja pues todavía nos falta ver qué pasará con respecto a este tema, pues no es solo un relleno o algo por el estilo.

Me di cuenta de que todos odiaron a las sirenas del capítulo anterior. Hey, yo las amé :'c eran hermosas y fue divertidísimo narrar esa escena xD

Bueno, ya es muy tarde y no creo que ocupemos aclaraciones para esta cantidad de azúcar.

Nos vemos luego, y recuerda que ese sensual botón de "Dejar un comentario" está esperando por ti c:

Gracias por leer :D

¡Besos reales!