VI. Ebriedad
—¡Uno, dos, tres! —contaron al unísono. Tras ésto, pegaron un extenso trago.
La nuez del joven danzó de arriba a abajo, mientras la cerveza bajaba por su garganta. Elaine esbozó una mueca, sacando ligeramente la lengua. La famosa bebida no era lo que se esperaba. Tanto tiempo escuchando a Ban parloteando sobre los diversos tipos de cerveza habían creado altas expectativas. Aunque una cosa era cierta: la dicha dibujada en la expresión de su amado valía la pena.
Terminada de golpe, el inmortal se relamió los labios entusiasmado. La cerveza de la taberna de Escanor era una delicia digna de dioses. Desvió sus orbes carmesí hacia su amada, quien todavía sostenía la jarra casi intacta.
—¿Qué ocurre? ¿No te gusta?
—Es más amarga de lo que imaginaba —confesó sonrojada. Un simple sorbo bastaba para tintar sus pálidas mejillas de un rosado vivaz.
Ban la contempló anonadado mientras tomaba otro trago. Antes de su reencuentro, largo era el tiempo desde la última vez que de las mejillas de Elaine brotaba el color. Entusiasmado con la idea de tenerla cerca se arrimó hasta su rostro, incrementando el intenso rubor.
—¿Q-qué sucede? ¿H-he dicho algo malo?
Cual ladronzuelo picaresco el viejo zorro sonrió, asomando sus pequeños colmillos cual astuto depredador. E ignorando sus preguntas comentó:
—En las primeras tomas nunca se aprecia el sabor de la cerveza —bebió de un trago de la bebida de Elaine y, acto seguido, la dejó en la barra—. Por eso es aconsejable —la atrapó en su regazo— practicar hasta acostumbrarse a su sabor.
La besó con tanto frenesí que ella entreabrió la boca, invitando a la lengua del zorro a jugar con la suya propia. El amargor de la cerveza se disipó, mutando en los labios de Ban hasta alcanzar un apetecible gusto. El brebaje de oro en boca de su amado sabía pasión y amor.
Sí, al final disfrutaría de la bebida favorita de su inmortal amante.
Un carraspeo irritado interrumpió la ebriedad pasional de la pareja. Escanor los observaba abochornado a través de sus redondas gafas, frente a él se sentaba la joven Jericho, quien clavaba sus ojos en sus inquietos pies mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.
Entonces el par de tortolitos rio. Tanto tiempo separados les hacía olvidar que estaban acompañados. Algo que en parte también era positivo: Elaine nunca más volvería a sentirse sola.
N/A:
No me puedo creer que este conjunto de relatos tenga varias lecturas y comentarios, así que muchas gracias. Espero que más gente se anime a escribir Banlaine y me lo pase *guiño guiño*
Me hubiera gustado actualizar antes pero he tenido problemas personales, sorry.
¿Alguien ha leído el último capítulo del manga? Por si no seguís el manga aviso de que a partir de aquí voy a comentar algo en SPOILER:
¡Al fin sabemos algo de Ban! El pobrecito lleva mucho tiempo separado de Elaine y casi pierde la conciencia de su propio yo, pero Ban es mucho Ban y lo puede con todo. Estoy deseando que sepamos más cosas de su viaje y pronto pueda regresar con Elaine ^^
FIN DEL SPOILER
En fin, gracias por leer y más gracias todavía a quienes invierten tiempo en comentar ^^ Espero que lo disfrutéis ^^
