Me quedé congelada en mi lugar por un par de minutos, sin entender nada, impactada, confundida... en fin, tantas emociones tan fuertes para un solo ser estaban pasando factura.

Me sentí mareada, como si toda la habitación diera vueltas de repente, por lo que di un par de pasos hacia atrás, hasta que mi espalda chocó contra la pared, donde me recargué, intentado normalizar mi respiración, poder enfocar la vista en algo que no fuera la negrura que ahora parecía inundar la habitación.

—Váyanse...— Susurré con voz trémula aunque algo tosca. Ante esto pude sentir la confusión de todas las figuras en la habitación, excepto de una, la primera que se había asomado a esta, de la cual seguí percibiendo un aura tranquila, hasta comprensiva.

—Tal vez deberíamos dejarla sola unos momentos— Habló de nuevo, con calma, simpatía. Tenía el tipo de voz que podría transmitir la mayor tranquilidad en medio de la más grande tormenta.

—Pero, Darok, debemos...—

—Aún hay tiempo— Interrumpió a la figura situada detrás de él suavemente —Bajemos— Fuertes pasos comenzaron a resonar por el pasillo, mas la figura... Darok, al parecer, se quedó ahí por algunos segundos más —Esperaremos hasta que estés lista, Jadelyn— Casi podía palpar el afecto en sus palabras, en su aura, en sus movimientos que no alcanzaba a vislumbrar. Dicho esto último, dejó la habitación, cerrando la puerta detrás de él.

Pasaron unos minutos en silencio, solo interrumpido por mi errática respiración, hasta que Victoria habló nuevamente, su rostro inundado en culpa y vergüenza.

—Jadelyn, lo siento, no creí que...—

—Está bien— La interrumpí con algo de brusquedad. No estaba molesta, pero si seguía disculpándose sí lo iba a estar. Seguí inhalando y exhalando repetidas ocasiones, mientras ella permanecía en silencio. Más que sentirse ofendida, mi amiga comprendió la muda petición detrás de mis palabras, tomándola de la mejor manera; luego de tantos años de conocernos, era solo natural que comprendiera mi agresividad.

Después de la enésima vez que llené mis pulmones de aire y lo liberé, por fin logré estabilizarme. Suspiré, cansada —¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?— Pregunté acercándome a la cama hasta sentarme al lado de mi acompañante.

—Casi tres días— Contuve mi sorpresa y solo asentí. Tal vez mi desgaste realmente fue bastante.

—¿Y hace cuánto que... ellos llegaron?—

—Hace dos días. De hecho, no había pasado un día entero desde que te desmayaste cuando tocaron a la puerta— Medité sus palabras unos momentos. ¿Por qué habrían llegado tan repentinamente? ¿Justo en esos momentos? Adivinando el rumbo de mis pensamientos, Victoria prosiguió —No me dijeron nada sobre el porqué de su llegada. Solo dijeron que debían reunirse contigo cuanto antes— Volví a asentir lentamente, para luego levantarme todavía más despacio.

—Entiendo... — Fue lo único que dije antes de dirigirme fuera de la habitación. Ella me siguió hasta el pasillo, y con una última dolorosa mirada a la mesa en el centro de la habitación, observamos cómo entraban pequeñas corrientes de agua por las ventanas hasta alcanzar su posición, donde rodearon la superficie, escalando hasta donde estaba el cuerpo de Cat, y ahí las corrientes tomaron una forma rectangular y se solidificaron en lo que hoy sería una caja de vidrio. Volví a asentir aprobatoriamente y ante la atenta mirada de Victoria cerré la puerta.


—¿Cuánto tiempo más crees que tengamos que esperar, Darok?—

—Ya hemos dejado pasar mucho tiempo, no creo que esto sea lo mejor—

—Tal vez deberíamos hacer algo para ayudarla a mejorarse—

—¿Qué sería? No puedes simplemente obligarla a sentirse bien luego de lo ocurrido...—

Seis voces llegaban hasta nuestros oídos mientras bajábamos las escaleras, todas discutiendo sobre mi estado de ánimo y un asunto desconocido que a juzgar por sus tonos era de considerable importancia. El único que se mantenía en silencio, quizás impasible, era Darok.

—Vamos, Darok, tienes que...— El ser guardó silencio, pues Darok, en cuanto me vislumbró desde mi posición en la escalera, había levantado su mano, indicando amablemente que callara. Todos los ojos estaban en mí de nuevo. Me sentí enferma al instante, mi estómago amenazando con devolver sus casi nulos contenidos.

—Acércate, hermana— Con un ligero gesto de su mano palpó la silla al lado de él. Ellos estaban todos acomodados en la mesa, y fue la primera vez que noté que eran ocho sillas en total. Qué peculiar. Con pasos lentos y cautelosos llegué hasta un par de metros antes de la mesa y ahí me detuve, pensando por un momento más en todo lo que había acontecido desde que desperté, o mejor dicho, el significado de esto y lo que conllevaría. Tomando la millonésima bocanada de aire del día, hablé con la voz más neutral y clara que pude.

—Escuchen, sé que tienen algo que decirme; no sé lo que es, pero a juzgar por su insistencia incansable y las expresiones en sus rostros es algo importante, no lo dudo— Crucé mis brazos, no para intentar ocultar la desnudez de la que me había olvidado sino para evitar mostrar lo mucho que mis manos comenzaron a temblar —Mas, yo no conozco a ninguno de ustedes, jamás los había visto, no sé ni siquiera de dónde vienen o cómo llegaron aquí, no pretendan que confíe en ustedes de la noche a la mañana. Yo apenas hace unos días que...— Bajé la mirada, tensando la mandíbula, conteniendo con todas mis fuerzas las lágrimas que deseaban salir de mis ojos, una tras otra. Cuidadosamente, busqué una forma de ponerlo en palabras que no necesariamente revelaran demasiado —Que pasé por la peor de mis experiencias, por lo que pueden imaginarse que no me encuentro bien, tal vez nunca vuelva a estarlo...— Tomé aire de nuevo y levanté la mirada, sin la determinación que me caracterizaba, estoy segura, pues esta había sido reemplazada por un ruego silencioso al vacío, casi indigno, que otorgaba a mi semblante un matiz grisáceo, melancólico, deprimente —Por eso les pido tiempo, solo eso. Si no es para sanarme, es para aclarar mi mente por lo menos un poco— Sin poder evitarlo un par de lágrimas hallaron su camino por mis mejillas, hasta llegar al suelo —No sé qué está pasando, es demasiado para que lo pueda procesar. Es la primera vez en todos mis años que siento que nada tiene sentido, y es ahora que ustedes llegan— Con mis dedos limpié rápidamente mi rostro —No trato de ofenderlos, pero su sola presencia me perturba. Estoy fuera de mi balance usual, y ustedes solo consiguen alejarme más de mi ahora inalcanzable estado de paz... no puedo con esto, traten de entender, por favor— No me quedé a ver las reacciones de las figuras, ni siquiera la de Victoria, solo di la vuelta, e ignorando sus peticiones de que volviera subí las escaleras nuevamente, mas pasé de largo las habitaciones.

Seguí subiendo y subiendo hasta la entrada al techo, donde ingresé para después cerrar la puertilla. Di unos cuantos pasos más hacia el borde, donde había una especie de barandal que me llegaba hasta la mitad del torso y miré hacia el frente, hacia mis dominios, y una fría brisa impactó contra mi piel. Materialicé mi túnica para cubrirme, más sabía que el temblor en mi cuerpo no se debía al clima.

¡Mira, Jadey! ¡Puedo ver todo el mundo desde aquí!— Exclamó una extasiada pelirroja en cuanto cerramos la puertilla que daba al techo. Yo solo reí ligeramente.

Claro que no, esto no es la mitad, siquiera— Ella estaba parada frente al barandal, su parte frontal recargada contra este, tan solo viendo hacia el horizonte, emocionada.

¿Cómo sabes eso?— Preguntó apenas consciente de sus palabras. Parecía inmersa en la enormidad del paisaje y las bellezas que albergaba. Me permití sonreír más ampliamente mientras me acercaba a su posición, hasta que la tuve frente a mí. La abracé por detrás, mis manos enrolladas en su estrecha cintura, a lo que ella suspiró contenta, y por su parte enrolló uno de sus brazos alrededor de mi cuello.

Lo sé porque siempre, siempre debes de tomar en cuenta, pequeña, que hay mucho más de lo que los ojos logran ver— Escuché su risilla —¿Dije algo gracioso?— Negó levemente con la cabeza sin dejar de reír.

Es que, si lo que dices es cierto, ¿entonces tú puedes ver mi amor?— Volteé ligeramente para encararla sin romper el abrazo, y su sonrisa traviesa prometía una por demás entretenida ocurrencia.

Sí— Respondí casi al instante. Todo su ser me demostraba lo que sentía por mí. Su sonrisa se ensanchó.

Pues hay mucho más de lo que tus ojos logran ver— Su expresión adquirió un ligero tinte malicioso mientras se volteaba completamente hasta que quedamos frente a frente, enrolló ambos brazos alrededor de mi cuello, y cerró la distancia entre nuestros labios.

Mi corazón latió frenético todo el tiempo.

Pegué mi espalda contra la fría roca del barandal y me deslicé hasta llegar al suelo, gimiendo y llorando cual animal desconsolado. ¿Por qué tenía que irse? ¿Por qué tenían que llevársela? ¿Por qué no pude salvarla? Se la habían llevado y todo era mi culpa, jamás volvería porque no pude hacer que se quedara, no la protegí, no lo hice, y ahora ella se había ido para nunca regresar. ¿Qué había hecho para merecerlo?

—¿Por qué?— Solté mientras observaba el cielo, sin dejar de llorar ni un poco —Esto fue mi culpa...— Yo aún podía recordar su hermoso rostro, inundado en miedo y horror, solo para después ser drenado de cualquier tipo de expresión, de sus radiantes colores, todo siendo reemplazado por una máscara inerte, fría cual témpano. Supe que esa imagen jamás dejaría mi mente, sin importar cuánto lo intentara.

Pudieron pasar horas, realmente no lo sé. El tiempo parecía ir con una despreciable lentitud, e incluso así, en su agonizante ritmo yo me sentía olvidada por este, simplemente dejada atrás sin la opción de poder levantarme y correr tras él hasta alcanzarlo y seguir en el curso de las cosas, como debía ser. Con Cat, el tiempo parecía ser un concepto desconocido, como si este se detuviera cada vez que estábamos juntas y de igual manera pasara tan rápido que no podíamos siquiera percibirlo, como si simplemente se escapara entre nuestros dedos, y era algo que no nos importaba. A su lado solo importaba ella. Y no pude salvarla.

Cuando las lágrimas se detuvieron (más por la deshidratación de mi sistema que por otra cosa) me quedé quieta, sentada frente aquel barandal de piedra con mis codos recargados en mis rodillas, contemplado la nada. ¿Qué sería de mí ahora? ¿Cómo podría continuar? ¿Si acaso podría intentarlo? ¿Estaría dispuesta a ello? Tantas preguntas martilleando en mi cráneo hicieron que mi cabeza comenzara a retumbar dolorosamente, por lo que llevé mis manos a esta y presioné fuertemente, sin cuidado alguno, cerrando mis ojos y apretando la mandíbula.

Solo quería que todo parara, que por un momento me fuese posible respirar con normalidad, mas sabía que eso ya no era posible. Solo Cat podía brindarme eso.

—¿Te encuentras bien?— Di un pequeño salto ante la repentina intromisión y automáticamente, buscando la fuente, mis ojos se encontraron con un par de orbes azul grisáceo cual intensa tormenta. Luego de unos momentos, por fin mi cerebro procesó la pregunta.

—¿Acaso parece que me encuentro bien?— Respondí hastiada. ¿Era tan difícil entender que necesitaba tiempo a solas? Darok solo me dedicó una mirada antes de reír con ligereza.

—A decir verdad no, tienes razón. Perdona la estupidez de mi pregunta— Con pasos lentos pero firmes se acercó al barandal, hasta llegar a donde estaba yo y sin ser invitado realmente tomó asiento a mi lado. Imitó mi posición y se dispuso a mirar a su alrededor con ojos tranquilos, como si la situación fuese lo más cotidiano del mundo.

—¿Y bien?— Pregunté luego de unos minutos en los que no habíamos proferido palabra, mi mal humor creciendo con cada segundo.

—"Y bien" ¿qué, querida?— Dijo sin quitar su mirada de una bandada de pájaros que lo tenía absorto desde hacía un rato ya. Eso me irritó aún más, por supuesto.

—No busques provocarme, ¿qué es lo que pretendes?— Por fin despegó sus ojos de las criaturas aladas y con una sonrisa calmada me encaró.

—Bueno, te dijimos que necesitábamos hablar contigo; tú dijiste que necesitabas tiempo, así que eso es lo que te estoy dando—

—Sí, bueno, quiero tiempo a solas

—Eso quieres, sí, pero puede que eso no sea lo que necesites—

—¿Tú qué sabes sobre lo que necesito o no?— Escupí ahora sí verdaderamente molesta. ¿Quién creía que era?

—Toma en cuenta que al igual que tú, yo también sé sobre muchas cosas, hermana—

—¡Maldita sea, ya dejen de llamarme así!— Finalmente exploté, levantándome de mi lugar y apretando los puños —¡Todos ustedes deben aprender a cerrar la boca! ¿Acaso no escuchaste nada de lo que dije allá abajo? ¡No sé qué es lo que voy a hacer ahora o lo que sigue para mí! ¡Ya no sé ni siquiera distinguir entre lo que es real y lo que no, mierda! ¡Y ustedes, con sus malditas sonrisas y frases filosóficas, llamándome "hermana" como si fuese lo más común del mundo, no están ayudándome! ¡SOLO...! Solo...—

—Eh, ¿"cierren la boca"?—

—¡Exacto!— Me volteé, cerrando los ojos lo más apretado que podía, llevando mis manos a mi cabeza, estrujando mechones de mi cabello con fuerza. De repente el cielo se nubló y enseguida una torrencial lluvia se precipitó, empapándome al instante —¡Maldita sea!— Grité al tiempo que los truenos comenzaron a resonar en lo alto, la luz de sus rayos iluminando mi muy seguramente colérico rostro —¡¿Por qué?! ¡¿POR QUÉ?!— Grité a la nada y al mismo tiempo a todo lo que pudiese oír.

—¿Qué es lo que te molesta, hermana?— Lo escuché exclamar entre todo el ruido que la tormenta hacía. Sus palabras me enfurecieron más.

—¡TÚ ME ENFURECES!— Sin pensar en mis acciones, le arrojé un rayo que salió de mis apretados puños. Él, algo sorprendido lo esquivó.

—Puede ser que yo incremente tu molestia, pero no es conmigo con quien estás tan enojada— También se había levantado de su asiento en el suelo. Igual que yo estaba total y completamente empapado; su gruesa túnica lucía cien veces más pesada.

—¡CÁLLATE!— Esta vez di un pisotón que levantó del suelo una gran roca y se la lancé, para lo cual él respondió cubriéndose con una barrera de roca. Ahora tenía la certeza de que sí era un mago —¡ESTABA BIEN HASTA QUE SE TE OCURRIÓ SUBIR AQUÍ!— Congelé parte de la lluvia que caía sobre nosotros, y la se la arrojé en forma de una gran lanza. Él logró atraparla de un rápido movimiento y derretirla, tan solo quedando una cortina de vapor a su alrededor.

—¡Claro que no, tú no estabas bien!— Ante esto mi racionalidad se apagó casi totalmente. De mis brazos empezaban a hacerse visible rayos eléctricos que los rodeaban y giraban con cada vez mayor velocidad, hasta aglomerarse en mis manos. Darok tenía tan solo un tinte de preocupación en sus ojos, mas no había rastro de miedo alguno —¡No hagas esto, Jadelyn! ¡Yo sé que no estabas bien! Dime cuál es la razón de tu cólera—

—¡HE DICHO QUE TE CALLES!— Apenas y terminó la oración arrojé toda la carga que se había instalado en mis manos, el rugido de la electricidad haciéndose presente en ese rayo mortal.

—¡Espíritus!— Volvió a levantar una barrera de piedra del suelo, cubriéndose apenas. La fuerza del impacto hizo a sus pies deslizarse unos pasos hacia atrás —¡Jadelyn, dímelo!—

—¡CÁLLATE, SOLO CÁLLATE!— Con aún más fuerza continué lanzando aquel desquiciado rayo, haciéndolo retroceder más en el húmedo suelo.

—¡No, Jadelyn! ¡No hasta que me digas qué es lo que te tiene así de fúrica!— Aparentemente siempre decidido, el mago comenzó a dar con esfuerzo lentos pasos hacia mí, la barrera de roca que lo cubría se desmoronaba por la magnitud de la energía y la fuerza a la que era sometida.

—¡TÚ ERES LA RAZÓN DE MI MOLESTIA! ¡TÚ CON TU MALDITA PRESENCIA Y TU MALDITA BOCA QUE NO SABE CUÁNDO CALLAR!— Siguió avanzando, ahora solo un par de metros nos separaban.

—¡No es cierto! ¡Dime qué es, hermana!— Un par de pasos más y me alcanzaría. Podía sentir el calor de las chispas que se creaban cuando el rayo impactaba contra la roca.

—¡CÁLLENSE! ¡TODOS CÁLLENSE!—

—¡No hasta que me digas la razón!—

¡BUM!

Un estruendo resonó en mis oídos y probablemente en todos los que estuviesen a kilómetros de distancia. Una nube de polvo cubrió mi visión por unos momentos. Apestaba a tela y roca quemadas. Mis manos, que ardían, se encontraban inertes a mis costados, agotadas. Fue entonces cuando caí en la cuenta de un fuerte agarre en mis brazos, y cuando por fin mi visión se aclaró lo vi: Darok estaba frente a mí, sus fuertes manos sujetando mis brazos, su túnica tenía había sido reducida a unos cuantos trapos quemados que apenas y cubrían su cuerpo. Tenía manchas negras en algunas partes de su piel y la lluvia que caía sobre ella solo acentuaba lo sucio que se encontraba al formar caminos grises.

—Callaré hasta que tú dejes de hacerlo— Dijo con la paciencia de un verdadero hermano, su voz aterciopelada y profunda llena de empatía. No obstante su desaliñado estado, en su sabio rostro había una pequeña sonrisa, llena de calma y consuelo, y sus ojos de ese brillante gris azulado permanecían cálidos y tranquilizadores. Su aura transmitía paz, como si no hubiésemos librado una batalla tan destructiva minutos antes. Y fue mirar dentro de aquellos comprensivos ojos lo que junto con sus palabras finalmente me desmoronaron. Sin pensarlo un segundo más me arrojé a sus brazos, llorando como aquella vez en el bosque, junto con Victoria, el cuerpo sin vida de Cat frente a mí. Darok enseguida me envolvió entre sus fuertes brazos, sintiendo cómo mi cuerpo temblaba sin control —Estoy aquí, hermana, estoy aquí...—

Pasaron momentos que bien pudieron ser horas. Realmente no supe cuánto tiempo estuvimos así, yo aferrándome a él como si de eso dependiera mi vida y él sujetándome con la fuerza de la más imponente de las montañas.

—¿Ahora sí vas a decirme qué es lo que te tiene tan furiosa?— Habló luego de esa eternidad. Sin moverme un ápice, ni siquiera para encararlo, susurré apenas audiblemente.

—Todo...— Supe que escuchó mi voz trémula porque lo sentí asentir, alentándome a continuar —Absolutamente todo me tiene molesta...— Tomé una profunda respiración —El cielo, las nubes, las flores, el pasto, los ríos y montañas... Aquello que tenga vida y también lo que no, porque simplemente...— Volví a inhalar, intentando calmar mi llanto lo suficiente para poder seguir hablando —Porque simplemente no logro entenderlo... ¿Por qué tenía que suceder esto? ¿Cuál pudo ser mi error en la vida para merecerlo?— Su agarre se estrechó aún más, indicándome que él estaba ahí y no se iría a ningún lado —He cumplido mi deber durante mis más de trescientos años sin abandonarlo un solo día, y no digo que me arrepiento o intento reprocharlo de alguna manera, pero...— Él fue quien se alejó un par de centímetros para verme a los ojos, los cuales aún seguían derramando mares sin que pudiera evitarlo —Pero lo único que siempre pedí, lo único que siempre anhelé con todo mi ser fue lo que tuvieron que arrebatarme...— En sus ojos vi mi dolor reflejado, y eso me hizo proseguir —Ella llegó cuando ya había perdido la esperanza, y ahora que ya no está, ¿como podré continuar? ¿Cómo he de seguir si ahora la esperanza se fue? Me la quitaron...— Mi torrente de emociones comenzó a cambiar ante estas últimas palabras, dirigiéndose a un rincón más oscuro de mis sentimientos —¿Acaso hice algo para merecerlo? No veo la razón. Si estaba escrito, no entiendo porqué, y eso me enfurece, el... el saber que ella ya no está, y que es mi culpa, y que no entiendo por qué esto tenía que pasar, y que todo sigue igual a mi alrededor pero yo no y se espera que sí, se espera que pueda levantarme y solo quitarme el polvo pero no puedo, y en realidad nada es igual, no para mí... y ella ya no está— Todo el tiempo Darok permaneció en silencio, escuchando mis palabras con atención hasta que terminé. Los océanos de agua salada que inundaban mi rostro estaban cargados de la más profunda tristeza y de la más ardiente de las furias, y esa combinación era lo que principalmente estaba haciendo estragos en mi cerebro, nublando mis pensamientos, envolviéndome en un ciclo sin fin de dolor y locura —¿Por qué?— Suspiré en mi sufrimiento.

—Jadelyn...— Él sabía lo que había ocurrido gracias a la explicación sobre mi estado que Victoria debió darles a él y sus... NUESTROS hermanos, mas ahora que él sabía lo implícito en la historia, mis sentimientos con respecto a ello y lo mucho que me afectaban, es que lo veía reflexionando verdaderamente sobre ello —Escucha, Jadelyn... sé que no puedo comprender siquiera la mitad de lo que estás pasando, por lo que no puedo ponerme en tu lugar e intentar darte un consejo que resuelva todos tus problemas, porque no lo conseguiré, ni ahora ni nunca...— Sus ojos se clavaron en los míos profundamente, como intentando hacer que confiara en sus palabras —No tengo la respuesta a tus preguntas. No sé porqué ha pasado esto, no puedo entenderlo, quizás nadie en el universo, solo puedo saber sobre las cosas que soy capaz de aprender, y para esto no hay experiencia que nos prepare ni libros que puedan ayudarnos...— Su agarre poseía determinación y fuerza, cosas que yo sentía que jamás podría recuperar, pero que se sentían bien cerca de mí —Yo no sé quién fue Cat ni cómo consiguió marcarte de esta manera, mas algo que me consta con solo ver el amor que guardan tus ojos es que ella debió amarte igual. Ella hubiera querido que vivieras...—

—Ella hubiera querido vivir— Le interrumpí con dolor y enojo.

—Sí, muy probablemente, y no dudo que hubiera querido que su vida fuese a tu lado— Mi pecho se encogió al escucharlo —Pero toma en cuenta que, de alguna manera, ella lo consiguió, pues incluso cuando ya no está, ella sigue siendo y será siempre una gran parte de ti...— Ahora fue él quien inhaló profundamente, tal vez sintiendo mi agonía como propia, una de las desventajas de poseer tanta bondad —Sé que esto es injusto, realmente lo es, y sé que preferirías una infinidad de veces más que ella pudiera estar aquí a tu lado, o en su defecto, que te hubieras ido tú en su lugar... mas, incluso si ahora no parece ser suficiente, ella está aquí contigo, dentro del gran corazón que posees, en el cual ella residirá eternamente... vive, Jadelyn, no será fácil, lo sé, pero no lo hagas por ella, hazlo por ti y porque mientras vivas podrás seguir teniendo grabada a fuego su memoria... estoy seguro de que debieron amarse tanto, que incluso cuando ya no está, una parte de su alma se quedará contigo hasta que vuelvan a encontrarse, e incluso aunque su recuerdo ahora parezca hundirte, ella te ayudará en tus momentos más oscuros incondicionalmente, porque hay una cosa que ni la muerte podrá arrebatarles...— Acarició mi rostro con ternura, levantando de mis hombros un poco más de la carga que llevaba conmigo.

—¿Y qué es eso?— Su sonrisa adquirió un matiz diferente, tan cálido como el amanecer.

—Su amor— No contuve el llanto que volvió a mí al oír sus palabras, las cuales se quedarían en mi memoria por siglos, ya que algo en mí, muy profundo en mi interior me decía, débilmente, que tenía razón.

Volvimos a abrazarnos, y esta vez fue por más tiempo que antes.


—¿Cómo supiste qué hacer? Me refiero a que, ¿cómo supiste que enfrentarte a mi episodio de furia funcionaría?— Pregunté con genuina curiosidad. En lo más profundo de mi subconsciente lo agradecía; de alguna manera el que me dejara descargar mi rabia, tanto con acciones (agresiones) como con palabras me ayudó.

—Algunos necesitan un empujón más que solo palabras tiernas. Aunque admito que ese empujón fue el más difícil que tuve que afrontar— Reímos muy ligeramente. Ambos sabíamos lo que venía, lo sentíamos en el aire cual falta de oxígeno, por lo que luego de unos minutos de pensativo silencio decidí ser yo la que acabara con la espera.

—Así que... dime, ¿para qué han venido?— Le pregunté. Al romper el abrazo retomamos nuestros lugares sentados frente al barandal (pues Darok insistió en que así sería mejor, dejando en claro la gravedad del asunto).

—Bueno, como ya habrás notado, no estamos aquí simplemente para conocernos— Rió sin humor, su semblante cambiando a uno de preocupación —Las cosas están mal, Jadelyn, más de lo que te imaginas—

—Vamos, habla claro, ¿a qué te refieres?— Mi interrupción no pareció inmutar su estado ligeramente agitado.

—Hace unos meses, todos comenzamos a notar algo extraño: la maldad dejó de manifestarse tan seguido. Con el tiempo, sus ataques se hicieron más y más escasos hasta casi desaparecer por completo; seguramente lo notaste— Asentí simplemente. La inusual tranquilidad se la había atribuido al mal estado en que había quedado la maldad luego de una batalla que libramos hace tiempo —Bueno, hace tan solo un par de semanas, encontramos el motivo— Tragó en seco. No estaba asustado, por lo menos no por sí mismo. Supe que le preocupaba algo más —Estaba planeando algo, Jadelyn. De alguna forma consiguió aumentar su poder y su fuerza hasta niveles catastróficos, lo supimos en cuanto volvió a atacar y casi acaba con André— Supuse que él era uno de los nuestros —Él logró salvarse apenas y de alguna manera, no sabemos cómo, ni siquiera él, consiguió aprisionar a la maldad

—¿Qué quieres decir?—

—Eso. No sé cómo explicarlo, pero con lo poco de fuerza que le quedaba aunado a la fiel defensa de su poder especial, pudo encerrar a la maldad. Esta, herida y atrapada, ha permanecido ahí, y fue así como él pudo salir en búsqueda de algún hermano o hermana para resolver esto, siguiendo así hasta reunirnos a todos— Me tomó unos momentos responder. No entendía cómo esto había sucedido, y solo ahora era que estaba consciente de la verdadera urgencia detrás de la llegada de mis hermanos. Todos estaban desesperados por la solución, preocupados por las consecuencias de un posible fracaso, y ahora también yo lo estaba.

—¿Y qué es lo que sugieren hacer ahora? No podemos destruir a la maldad y lo saben—

—Claro que lo sabemos—

—¿Y entonces qué debemos hacer? Ni siquiera todos juntos podremos buscar la solución en tan poco tiempo...—

—Exactamente por eso es que nos hemos reunido todos, ya pensamos en algo— Pasó una mano por su cabeza, tratando de calmarse. No sabía que alguien tan estoico podía verse así de nervioso —Nuestra sabiduría tiene sus límites, mas si reunimos nuestras fuerzas podremos contactar a aquellos únicos seres cuyo saber es más grande que el nuestro, y que creemos que podrían ayudarnos a encontrar la verdadera solución— Poco a poco comprendí lo que intentaba decirme, y fue entonces que mis ojos se abrieron desmesuradamente, el impacto del futuro inminente golpeándome de lleno.

—Los Espíritus...— Dije sin poder creerlo.

—Así es, Jadelyn. Llegó el momento de buscar a nuestros creadores...—


.


¡CHAN, CHAN CHAAAAN! Ya vamos a empezar con la verdadera acción, pequeños.

¿Cómo están? Los extrañé bastante, y ustedes a mí, ¿verdad? Jajaja pues sí, yo sé que tardé mucho en volver, pero en mí defensa, no llegamos a los 5 comentarios que me habrían hecho volver antes. La culpa no es solo mía (? Además, ya saben que la pereza me sujeta de donde más duele, así que tengo que hacer mucho esfuerzo para vencerla xD

Hablando de vencer, ¿qué pasará ahora? Los magos y brujas irán a conocer a sus creadores, ¿qué les dirán? ¿Habrá solución? Déjame tu opinión en un comentario ;)

En el próximo capítulo estaremos ya viendo las apariencias y nombres de los demás hermanos, no se preocupen. Mientras tanto, ya tenemos que André es uno (ya lo conocen, sí es el de vicTORIous) y Darok es otro (a él yo me lo imagino como Derek de Grey's Anatomy [una excelente serie, la amo uvu], pero como de la temporada 4 [cuando no se veía ni muy viejo ni muy joven, jeje xD {si lo buscan como "Grey's Anatomy Derek season 4" las fotos que aparecen son perfectas, solo imagínenlo un poco más fornido, ya saben xD}]).

Perdonen los errores, los corregiré en cuanto pueda. Quise subir esto cuanto antes por lo que no revisé desde que se enfrentan en el techo.

Sinceramente muchas, MUCHAS gracias a quienes comentaron el capítulo anterior, en verdad me hicieron sonreír todos y cada uno, en serio que sí.

La meta sigue igual, 5 comentarios y la próxima actualización llegará antes de dos semanas (como estoy de vacaciones tengo más tiempo para escribir [mas no menos flojera xD]).

¡FELICES FIESTAS A TODOS! ¡ESPERO QUE HAYAN PASADO UNA HERMOSA NAVIDAD Y QUE TENGAN UN DOBLEMENTE HERMOSO AÑO NUEVO!

Uno de mis propósitos para este año va a ser ya terminar esta historia. No digo que nos falte muy poco, pero sí que me comprometo conmigo misma a no dejarlos colgados tan atrozmente como lo he hecho este último año. Esperemos y pueda cumplirlo xD

¡TODO MI AMOR PARA USTEDES! ¡NOS SEGUIMOS LEYENDO Y QUE LES VAYA DE MARAVILLA! ¡GRACIAS POR LEERME!

¡Besos Reales!