Capítulo 9: TEME
Buenas de nuevo! Aquí un nuevo episodio de Fjaka, que ya tenía ganas de actualizar. He tardado un poco más de lo normal porque se me ha ocurrido una idea para un especial en esta obra centrado en kurama y porque he decidido dividir un capítulo muy largo en dos, y tenía que encajar todo de nuevo, así que ya nos vamos a la previsión de 15 capítulos, espero que os guste. Hoy tenéis más de kurama, más de Sasuke, más del harem de Konohamaru y... comienza una guerra... muahahaaaa. Pasaré a los reviews para no haceros spoiler!
Marcos a sepulveda (Disculpa por escribirlo separado, pero si no fanfiction me borra tu nombre y no sé cómo evitarlo...): hola! Es un honor que te haya gustado, aunque el de hoy me gusta más, está basado en una de mis canciones favoritas XD en cuanto a los celos de Shion... todavía no has visto nada XD sólo te aclarare que no es una cuestión de pechos (para desagrado de kurama, que está de tu parte en esta discusión) sino de atención del rubio. Naruto no se suele fijar en mujeres, ya lo dijo antes, de ahí que Shion en un principio este más o menos tranquila. Hinata, Ino, Tsunade... no son peligrosas, el rubio no las ve como amantes en ningún caso. Peeeeero si que hay una mujer en la que se ha fijado siempre, de ahí que Shion no este del todo tranquila. El clásico "novia conoce a exnovia" más o menos. Veremos cómo evoluciona todo... Espero que te guste el de hoy, un saludo!
Kitsunaro64: saludos! Si, no pude resistirme a poner eso, y hoy tendrás más XD quiero hacer un poco de justicia con Hinata por aquí, no te adelanto más. Y si, al rubio le va a hacer muuuucha falta el Fjaka de ahora en adelante, digamos que en la guerra que va a iniciarse hoy, el es el que está en medio del fuego cruzado xD. Disfruta del capítulo!
Kirito720: hola! Gracias, ese es el objetivo, hacer reír xD Konohamaru ha superado a su maestro en ese aspecto, aunque hay que aclarar que si el rubio quisiese podría ponerse a su altura, pero es mucho menos ambicioso en ese aspecto. Una sola mujer es suficiente, si esa mujer es Shion por supuesto. Y a mí tb me ha dado envidia el muy... por eso hoy va a tener una de cal MUAHAHAHAAAA
Y hoy tendrás más de kurama, más de Sasuke (me he propuesto redimirle y unirle al elenco cómico de esta obra, y no pienso parar) y... celos. Un saludo y disfruta!
Dante Kurogane: hola buenas! Gracias, espero mantener alto el listón! Aquí tienes otro capítulo más, un saludo!
EtheriasD: hola de nuevo! Nadie se lo imaginaba, pero no lo pensasteis detenidamente: un adolescente en la edad del pavo con un piso sin la más mínima vigilancia y en verano... esa casa iba a ser testigo de fiestas brutales XD Y has acertado, lo de Sakura y kurama estaba basado el hulk y Loki, no pude evitar meterlo, tomo muchas referencias del cine en mis fics ;) No esperes más, que aquí tienes una nueva, un saludo!
AliceUchihaLockwood: hola! Tengo que felicitarte, NUNCA ME HABÍA ALEGRADO TANTO UN REVIEW. En serio, como fanático de Deadpool, mataría por escribir aunque fuese una escena de la siguiente, el trailer de la dos me tiene con los dientes largos... Un grandioso honor y mil gracias! Disfruta de lo de hoy, que he metido más cosas absurdas, un saludo!
-aaaaaaaaa- personaje hablando
-aaaaaaaa- personaje pensando
-aaaaaaaaa- ser sobrenatural hablando
-aaaaaaaa- ser sobrenatural pensando
Obviamente, los personajes y el mundo Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto, yo solo aportó la historia y entierro a boruto en lo más profundo del infierno para que no vuelva a salir. No autorizo el plagio de mis obras.
Shion sintió en medio de su sueño una sensación agradable. No abría los ojos, y no sólo por el sueño, sino porque quería captar cada detalle con sus otros sentidos. Sentía un fuerte brazo rodeándola, una fuente de agradable calor pegada a su espalda, el olor inconfundible a roble… y, por encima de todo, esos labios besándola con suavidad el cabello. Cuando hace años se planteó como sería despertar en la cama junto a su pareja, ni en sus mejores sueños se había imaginado que sería tan… placentero. Naruto siempre procuraba despertarla así, con suavidad, a base de besos y abrazos, y a Shion le encantaba. Es más, solía hacerse un poco más la dormida para recibir más caricias del rubio de sus sueños, aunque la solía pillar cuando era incapaz de reprimir una sonrisa. Naruto era un novio inmensamente detallista y cariñoso, con una energía inagotable que volcaba en pequeños regalos como este. Si fuese por Shion, estarían en esa cama eternamente, lejos del mundo, pero ambos tenían ocupaciones. Sin contar que ni el uzumaki ni la sacerdotisa tenían la sangre fría suficiente como para estar tan cerca el uno del otro sin que pasasen a mayores esas caricias. Y el ligero mordisco en el lóbulo de su oreja dado por el rubio, seguido de un suave gemido de Shion, demostró que ya ambos estaban en el límite.
-Buenos días dormilona- le despertó susurrando el rubio, mientras Shion dibujaba una inmensa sonrisa y seguía con sus ojos cerrados
-… sólo cinco minutos más Naruto kun…- remoloneó la ojivioleta.
-En cinco minutos yo ya habré acabado a este ritmo…- la volvió a susurrar, para luego darle un beso en el cuello. La joven volvió a suspirar, e hizo acopio de cada gramo de su fuerza de voluntad para no caer en ese juego.
-Naruto kun, ¿no tuviste suficiente ayer? Creo que te dejé contento…- contestó coquetamente la rubia, mientras se dejaba acariciar.
-Nunca tendré suficiente de ti, Shion chan.- le reveló con dulzura el ojiazul, dándose la vuelta la sacerdotisa aún envuelta en esos fuertes brazos masculinos para quedar frente a frente. Violeta contra zafiro, la joven podría perfectamente perderse en ese par de océanos.
-Ni yo de ti, Naruto kun.- repuso la joven, dando un suave beso en los labios de su amante, pero, cuando Naruto intentó profundizar el beso, ella se apartó con una sonrisa.- Ah, no no, que te conozco y no quiero llegar tarde a mi primer día de trabajo.
-Te prometo que seré muy muy rápido, tanto que no te darás ni cuenta.- sugirió Naruto con una sonrisa zorruna, arrancándole una risa a la rubia.
-¿Tú? ¿Acabar rápido? Eres un mentiroso terrible, Naruto kun…- expuso la joven, logrando escabullirse de los brazos de su novio camino del baño, mientras Naruto se erguía con un gesto travieso.- Yo me voy a duchar… y ni se te ocurra meterte dentro, que te veo venir…- finalizó la sacerdotisa con una sonrisa, adelantándose a las claras intenciones del perverso rubio, que puso un adorable mohín de fastidio mientras se dejaba caer del todo en la cama.
Shion llevaba ya un par de días en el complejo uzumaki viviendo con su novio, y tenía que reconocer que se había adaptado perfectamente a ese lugar. Incluso admitía internamente que no le importaría que fuese su hogar para siempre. Junto con esos clones tan raros de su novio, se había encargado de dejar el complejo limpio y amueblado de forma correcta. Era cierto que había tenido que sofocar un conato de rebelión de los clones cuando se empeñaron en comprar todo el mobiliario en naranja y pintar las paredes en ese color, pero no fue nada que un poquito de persuasión, una sonrisa coqueta y un horrible sofá naranja en el salón no hubiesen arreglado. La joven ya había convertido el anteriormente frío complejo uzumaki en un hogar respetable y cálido, y ahora podía centrarse en su ocupación profesional. Puede que ya no fuese la suma sacerdotisa del país del demonio, pero eso no quería decir que no quisiese saber nada de su patria. La ojivioleta era además una ilustre diplomática, experta en protocolo, por lo que tuvo fácil encontrar la forma de compaginar su nueva vida con el apoyo a su nación: Shion se convirtió en la embajadora del país del demonio en Konoha.
Las oportunidades para ayudar a su pueblo eran miles, toda vez que Konoha era la nación más próspera del continente, por lo que se había puesto de inmediato manos a la obra. Su primer día de trabajo empezaría fuerte: negociar un tratado de libre comercio e inversión con rokudaime hokage. De ahí que se lo tomase tan en serio. No iba a negar que se había aprovechado de su relación con el rubio para obtener rápido una reunión con la normalmente inaccesible máxima autoridad de la hoja, pero es que el propio rubio le había ayudado a hacerlo y concertado la cita cuando su novia le explicó el problema. Naruto era un sol, y quería que su novia se sintiera realizada y fuese feliz, así que hubiese movido cielo y tierra para ayudarla. Y esta ayuda daría sus frutos: si la reunión salía como esperaba, se reuniría con el consejo civil de la aldea, y posteriormente con el propio daimyo. Las inversiones llegarían a su humilde país, y su gente tendría una vida mejor, además de que Konoha vería nuevas vías de expansión comercial que también les beneficiarían. Todos salían ganando. Tras una ducha, la joven salió vestida con un albornoz y secándose el pelo con una toalla, encontrándose a su novio haciendo algo que resultaría impensable hace un año…
-No me puedo creer que entre los mil libros de la biblioteca de Konoha escogieses ese…- comentó reprimiendo la risa, mientras su novio levantaba esos ojos azules de un libro de tapa amarilla llamado Gremlins. Si, la joven había conseguido despertar en el rubio el gusanillo de la lectura tras meses de leerle, pero Naruto, cómo no, había demostrado ser impredecible.
-Es que no lo entiendo, ¿Cómo pudieron tener una plaga de gremlins? Las reglas eran muy fáciles, hasta el teme habría podido cumplirlas, dattebayo…- replicó un indignado Naruto, que se encontraba totalmente absorbido por su lectura, para alegría de la fémina.
-Es una metáfora sobre lo inútil de intentar controlar lo incontrolable y el caos en que puede derivar, así como también una crítica a la importación ilegal de especies exóticas… tú por si acaso no des de comer a kurama a partir de medianoche ni le metas en agua… si ya es revoltoso per se, como para que se vuelva peor y se multiplique…- bromeó Shion, arrancándole una carcajada al rubio.
-Lo tendré en cuenta Shion chan… por cierto, recuerda que hoy tenemos una barbacoa en el complejo akimichi.- recordó el rubio, obteniendo un gesto ligeramente incomodo de Shion.
-¿En serio tenemos que ir? ¿No podemos quedarnos aquí, leyendo un libro… o haciendo otras cosas?- sugirió coquetamente, intentando librarse.
-Cariño… es una barbacoa de bienvenida, y es la ocasión perfecta para presentarte a mis amigos…- Naruto se levantó de la cama y se acercó a la rubia, abrazándola suavemente y apartándola un mechón rebelde del rostro, haciéndola sonreír.- Les vas a caer bien, ya verás. Aunque ojalá le cayeses peor al salido de kiba…- soltó con un tono celoso, recordando el recibimiento de hace unos días.
-Es que… ¿irá Sakura?
-Claro, y os presentaré en mejor situación que en despacho de Kakashi a punto de ser detenido y enviado a una prisión de máxima seguridad… ¿Por qué lo preguntas?
-Es que… creo que no le caigo bien…- intentó excusarse la sacerdotisa.
-¿No caerle bien? No te preocupes, ambas sois buenas personas, y muy simpáticas, ya verás cómo os lleváis bien, tenéis muchas cosas en común.- la animó Naruto, recargándose Shion en el abrazo con un gesto todavía de disgusto.
-No sé Naruto…
-Shion chan, por favor, tú eres mi novia y ella mi mejor amiga. Me haría mucha ilusión que os llevaseis bien, hazlo por mí ¿vale?- rogó el rubio, clavando esos zafiros en los ojos violetas de Shion. Puede que el uzumaki pareciese inocente, pero también conocía las debilidades de su pareja. No había manera de que Shion pudiese resistirse a una petición de Naruto con esos ojos observándola tan de cerca, simplemente se derretía. Esa batalla la había ganado Naruto.
-Está bien, lo intentaré…- concedió la rubia con una sonrisa, recibiendo un beso de su novio junto a una de esas sonrisas inolvidables.- pero tú vas a tener que hablar con kurama para ver qué le pasa… no quiero que se repita lo de anoche…
Naruto asintió, no es que le estuviese pidiendo algo que no tuviese ya pensado hacer después de lo ocurrido… todavía estaban lavando la sangre de las sábanas del día anterior… La pareja se dirigió a la cocina y, tras un desayuno juntos, se separaron para cumplir cada uno con su día a día. El rubio supuestamente debía de entrenar, pero el Fjaka es claro: ni hacer, ni aspirar a nada. Ahora le apetecía hablar con kurama de la que daba un paseo, y lo iba a hacer. Convocó a su amigo kitsune y, tras adoptar este un henge de un can de pelaje marrón rojizo, salieron a dar la citada vuelta por la aldea. Kakashi, tras saber de la habilidad de Naruto de convocar al kitsune, les recomendó adoptar la precaución de ir con un henge por la aldea, al menos hasta que se explicase a la población que no había peligro. La última vez que el zorro estuvo libre en ese lugar casi destruye toda la aldea, era lógico adoptar medidas cautas. Y la molestia era mínima realmente, fuera de las quejas del kitsune por tener que adoptar la forma de un ser inferior de una sola cola, incluso podían comunicarse por telepatía usando su enlace de biju-jinchuriki sin levantar sospechas. El dúo se encontraba andando por la calle principal de Konoha, cuando Naruto sacó el tema.
-Kurama, ¿vas a explicarme lo de ayer?- preguntó con seriedad el rubio, obteniendo un gesto asombrado del kitsune.
-¿Qué de ayer? ¿Qué sois unos desagradecidos? Todavía no entiendo vuestra reacción…
-¿Que no la entiendes? Recapitulemos…
(Flashback inicia)
Naruto giró dentro de la comodidad de su lecho, satisfecho tras una noche de caricias con su novia. En su giro, se aproximó a su novia para abrazarla. Le encantaba abrazarla mientras dormía, sobre todo si tenía en cuenta que cuando no lo hacía él lo hacía ella y le pillaba en una mala postura. Como le enseñó ero sennin, e irónicamente con un enfoque algo cercano al que estaba usando, "la mejor defensa es un buen ataque". La joven se acurrucó en sus brazos con una sonrisa y sus ojos aún cerrados, disfrutando del calor que le proporcionaba su novio, del contacto de ambos cuerpos desnudos. Pero, de pronto, Naruto notó a sus pies algo húmedo… y caliente. Era pegajoso, incómodo, y aún con los ojos cerrados tuvo que preguntar.
-Shion chan… ¿se te ha caído el vaso de agua de la mesita en nuestros pies?- la fémina se revolvió incomoda, también sintiendo esa sensación.
-No… ¿no has sido tú?
Ambos jóvenes decidieron investigar, mal que les pesase, y dirigieron sus miradas a los pies de la cama. En la oscuridad del cuarto, iluminado únicamente por la luz de la luna que se colaba desde una ventana, descansaba en los pies de la cama el cuerpo sin vida de un ciervo de enorme cornamenta. Su cuello estaba completamente desgarrado, derramando sobre las sábanas su sangre carmesí, dispuesto en una pose grotesca con sus ojos sin vida clavados en la pared del cuarto. Y a su espalda, en medio de la oscuridad, dos rubíes carmesí tan brillantes que destacaban de forma antinatural entre las sombras les observaban, acompañados de una inmensa dentadura de colmillos brillantes manchados de una sangre espesa, que goteaba sobre el suelo de madera. Shion gritó de terror ante tal imagen salida del mismo makai, mientras Naruto se apresuraba a interponerse entre el posible agresor y su novia y encendía la luz. Cuál fue su sorpresa cuando, en lugar de un temible demonio, se encontró a kurama "sonriendo", moviendo sus colas despreocupadamente como si fuese un cachorro…
-SORPRESAAAAA- gritó con alegría el kitsune, mientras Naruto gruñía mil maldiciones y Shion contenía las ganas de desterrarlo.- ¿Qué?
(Fin del flashback)
-Vale gaki, admito que, como depredador apex que soy, mi sonrisa amable de felicidad os pueda inspirar miedo. Sois ningen, estáis programados para temer a seres superiores como yo.- concedió el kitsune, mientras Naruto arqueaba una ceja. ¿Ese gesto aterrador era su sonrisa amable?- Pero me pareció muy feo que no agradecieseis mi regalo…
-¿Agradecer el regalo? Dejaste un puto ciervo muerto y sangrante en mi cama en mitad de la noche Kurama, dándonos un susto de muerte a mi y a Shion chan de paso…- contestó Naruto con indignación.- sin contar que tendré que explicarles a los Nara porque les ha desaparecido uno de sus ciervos sementales…
-Perdona pero… ¿tú viste qué cuernos? Era un ejemplar de caza magnífico, un jodido trofeo, según he leído es un honor recibir una pieza así, y más si te lo entrega el depredador primigenio del continente. Y si los nara no querían que lo hiciese, ¿para que crían a mi presa preferida? Que críen perros, como los inuzuka. Yo respeto a los perros, son siervos leales, todo lo que necesitaría para conquistar el mundo… pero nada eh, no os vuelvo a hacer un cumplido…- finalizó Kurama, dirigiendo su vista a un lado con un gesto ofendido.
-Kurama… ¿me vas a explicar el porqué de tan repentino… regalo? Y no me digas que es un regalo de bienvenida a mi nueva casa…- indagó Naruto, mientras el zorro giraba su cabeza hacia él.
-Está bien, me obligas a adelantar mis planes, pero bueno… Naruto, era un regalo para agradar a Shion y ablandarla para mi plan brillante: gaki, es hora de que te montes un harem.- reveló el biju con un gesto de felicidad, mientras el uzumaki abría los ojos con sorpresa y paraba de andar.
-¿Cómo dices?- preguntó confuso, tanto que se olvidó de hacerlo telepáticamente y lo preguntó en voz alta, mirándole la gente de alrededor con extrañeza.
-Ya me has oído, ¡es hora de que escojamos a las hembras más adecuadas y te formemos tu propio club del contubernio, con casinos, y mujeres de vida fácil! Lo de los casinos es negociable por cierto, pero creo que a Tsunade le gustaría…
-¿estás loco? ¿Pero tú no estabas en contra de que me hiciesen un harem?- preguntó de nuevo el ojiazul, rememorando el episodio ante el consejo, donde el kitsune había hecho literalmente mearse encima a media mesa por sugerir lo que ahora estaba proponiendo.
-Hombre, no voy a permitir que un grupo de carcamales te imponga a sus mujeres, no señor. Tú eres el jinchuriki del grandioso kurama no kitsune, el rey biju, y como tal tienes derecho al mejor harem, no a esa baratija que te proponían, a un harem escogido cuidadosamente por mí.- explicó con orgullo el biju, mientras Naruto arqueaba una ceja.- Gaki, hazme caso, es el momento. En los reviews de Fjaka se respira ambiente erótico festivo, ideal para hacer un harem. Angron11 se ha empeñado en que sea sólo un NaruShion y no me deja hacer encuestas, pero no podrá parar la voluntad del pueblo cuando todos se rebelen para cambiar el enfoque, ¡te vas a hartar de pinchar cachorro!
-¿Pero de qué cojones estás hablando? ¿Estás borracho? Ni de coña voy a montarme un harem...
-No me seas cerrado de mente gaki, piénsalo bien… imagínate meter en tu cama no sólo a Shion, sino a decenas de mujeres más, deseosas de cumplir tus deseos. Incluso se me han ocurrido nombres… ejem ejem…- carraspeo el biju mientras sacaba de Kami sabe dónde unas gafas de media luna que destrozaban completamente su disfraz de perro y hacían a la gente mirarle con confusión por la abarrotada calle.- Tenemos para empezar a tu objetivo más antiguo… sólo de imaginar a Sakura y Shion gruñéndose y compitiendo en esa cama por ver quién te prueba antes me dan ganas de llorar, si nos gustan las mujeres con carácter, ¡AHÍ TENDRÍAMOS EL DOBLE!- exclamó con tal emoción que Naruto dio un paso atrás de la impresión.- Y luego está la chica tímida… joder, Kami te quiere Naruto, ¡es una jodida copia de tu novia con pelo negro! Sería como hacerlo con gemelas sin el impopular incesto Naruto, ¡GEMELAS! O esa pedazo de rubia de la florería… si la pusieses algunas colas y orejas de zorro me la pediría para mí cachorro… y la chica del pelo negro de Iwa que lanza lava, que te ponía ojitos la última vez que os visteis… y la chica esa tan parecida a Sakura con más pecho con la que te prometió Jiraiya sensei a traición y tuviste que luchar, sería lo mismo que la chica tímida, incluso podrías formar un cuarteto de gemelas, ¡GEMELAS AL CUADRADO GAKI!… y la chica que te cocina ese ramen tan rico para recargar fuerzas después de cada sesión de apareamiento… en cuanto te enseñe a generar feromonas seremos invencibles gaki, ¡INVENCIBLES!- continuó el biju disfrazado de perro mientras por su nariz comenzaba a caer sangre a chorros, ante lo cual Naruto decidió intervenir.
-Alto ahí kurama. Te lo diré una sola vez y no quiero volver a hablar del tema: soy hombre de una sola mujer. Y esa mujer es Shion chan, la cual por cierto te sellará en un retrete de gasolinera como se entere de tu plan...- contestó con seriedad el uzumaki, mientras un nervioso kurama intentaba rebatir.
-Tranquilo, he tomado precauciones, nunca lo sabrá… Pero gaki, piénsalo… una cama, todas ellas abrazadas tras una sesión de…- Naruto le cortó antes de que siguiese, desechando la idea. Joder, eso sería incómodo por cojones, ¿Cómo iba a moverse con decenas de cuerpos encima? ¿Y si quería ir al baño? Sin contar las broncas, que pasarían a ser en estéreo de sala de cine como se enfadasen todas a la vez…
-Nada kurama, descártalo. Además, ¿Por qué te pones tan pesado? Nunca insistes tanto con un tema…
-verás… ¿te acuerdas de la obra "todos quieren a Kakuse pero Kakuse no quiere a nadie"?- comenzó a exponer el zorro.
-Si… y todavía tenemos pendiente una charla sobre la escena en la que Ranuto se arrodilla para suplicarle que vuelva y le ofrece una felación si no cae en la oscuridad…- contestó el rubio con resentimiento.
-Ya te dije que solo pongo lo que me pareció el que te quedases mirando cuando dejó inconsciente al supuesto amor de tu vida y me metió en un puto trozo de roca para lanzarme al espacio… para la próxima, un kunai a la pierna en ese momento habría ahorrado mil problemas…- repuso el kitsune con un tono de reproche, para luego continuar.- el caso es que la han visto unos ojeadores, y les ha encantado. Me consideran un autor de talento, como no, así que me han ofrecido ser el nuevo escritor de la franquicia de icha icha. ¡Voy a ser aún más famoso gaki! El nuevo Jiraiya sama…
-En lo pervertido os dais un aire…
-¡Gracias, está bien que se me empiece a relacionar con el John R.R. Tolkien del continente shinobi! Lo que importa es que tengo que elegir un nuevo protagonista para mis historias, y he decidido que seas tú cachorro. Narraré en una saga de decenas de libros como un orangután de pelo rubio que creía que las mujeres no iban al baño…- Naruto apretó los dientes con rabia. Joder, nunca había visto a una mujer ir al baño y era un puto crío, era una forma de pensar comprensible…- …se convirtió en una máquina sexual con decenas de mujeres ansiosas por probar su semilla, y todo gracias al único, al irrepetible, al asombroso…
-Si, ya me sé el resto, "Kurama no kitsune, el rey biju, patrón del terror"… y la respuesta es no, Kurama…
-¿Cómo que no? Hoy estás muy irritable gaki, se te proponen opciones maravillosas y tú las rechazas todas…
-¿Opciones maravillosas? Esto es la conversación del ciervo de nuevo… ¡kurama, no voy a dejarte convertir mi vida en una puta novela erótica!- sentenció Naruto, con su paciencia en el límite.
-Que cerrado estás hoy cachorro… nada, yo te dejo pensándolo, que tengo que ensayar en el jardín del complejo la parte musical de la obra de Sasuk… digo, Kakuse, y van a llegar los disfraces… mientras espero a que entres en razón, iré haciendo una lista de candidatas… tus "OctiZorritas". Te dejo, vete recuperando la cordura.- finalizó el kitsune, marchándose antes de que a Naruto le diese tiempo a más que a gritarle.
-Maldito ero kitsune, ¡QUE NO VOY A MONTARME UN PUTO HAREM PARA QUE LO DESCRIBAS EN TUS LIBROS!- declaró a voz en grito, mientras los transeúntes le miraban como si estuviese loco, y no era para menos, le estaba gritando a un perro callejero.
Un completamente sonrojado Naruto procedió a seguir su paseo, ignorando la conversación surrealista que acababa de tener. Como rezaba la filosofía que seguía hoy en día, "ni aspires a ni hagas nada", así que no iba a aspirar a tener amigos normales. El ojiazul se dejó llevar por su instinto, recorriendo las concurridas calles de la capital ninja del país del fuego, disfrutando del ambiente. Era común que algunos niños le parasen para pedirle una foto, o que algunas chicas le regalasen algo entre sonrojos, y el rubio veía que jamás se iba a acostumbrar a eso. En serio, toda su vida se había acostumbrado a no recibir más recompensa que la satisfacción del trabajo bien hecho, y no esperaba más cuando hacía el bien. No iba a negar que agradecía la amabilidad de la gente, pero esa adulación que despertaba le incomodaba a veces. Se apartó de la calle principal, buscando algo de privacidad, y entonces el destino decidió actuar. Naruto no se enteraba de nada, su vista estaba en su alrededor, contemplándolo todo con curiosidad, pero frente a él, al fondo de la calle, se encontraba Sasuke Uchiha. El pelinegro dibujó una media sonrisa: al fin la suerte le sonreía. Llevaba esos días intentando cruzarse con el rubio para retarle a un combate a muerte y demostrarles a todos en general, y a esa advenediza rubia del país del demonio en particular, que él era el genio de su generación, el shinobi más grande, pero el imbécil del uzumaki nunca paraba quieto, y no iba a retarle en la puerta de su casa como si fuese un puto vendedor de Biblias.
Pero el momento era perfecto. La calle no estaba muy concurrida, era algo oscura por los edificios colindantes, llevaba todo su equipo encima… era su momento. Aunque no lo pareciese, el uchiha adoraba los pequeños detalles. En serio, se esforzaba mucho en mantener poses concretas en sus momentos antes y después de los combates; o en idear mil nombres carismáticos para sus grupos de seguidores, como el escuadrón taka. Y ese épico momento que marcaría el futuro del continente shinobi no iba a ser diferente. El pelinegro comenzó a andar marcando el paso lento, pero con firmeza, mientras dibujaba su mejor cara de fuerza y poder. De sus dedos comenzaron a salir pequeñas corrientes azules de raiton que iluminaron con una tenue luz azul el callejón, haciendo incluso apartarse a los allí presentes con un gesto de temor. A su alrededor, su rinnegan comenzó a levantar las piedras y papeles del suelo, dando al lugar una atmósfera previa al duelo entre dos dioses, dos seres invencibles. Todos los allí presentes serían testigos de la historia, e irían a su casa a contar como el gran Sasuke uchiha se encontró con su Nemesis en la aldea, para luego, llevados ambos por ese espíritu de rivalidad propio de su papel como los más grandes guerreros de la historia, combatir a muerte en el exterior de la aldea. Las mujeres suspirarían al describir cómo los rayos azules cayeron del cielo, cómo el sagrado susanoo púrpura del grandioso uchiha se enfrentó al zorro amarillo, y cómo al final venció el ninja del sharingan, coronándose como el único e inigualable shinobi no Kami… Se dice que a un shinobi se le mide por la talla de sus enemigos, y Sasuke tenía al mejor. Naruto se aproximaba, ignorante de su próximo encuentro, pero entonces el rubio tuvo que usar su gran habilidad.
-Ohhh, ¡Ramen a mitad de precio!- exclamó con emoción tras ver el anuncio en un puesto cercano, adentrándose en el local e ignorando completamente al pelinegro.
Sasuke maldijo por lo bajo… estúpido dobe, ¡iba a arruinarlo todo! El pelinegro mantuvo su pose de tensión congelada en el aire, incluso con un pie en alto, mientras seguía con sus ojos al rubio, el cual estaba mirando la carta con una mueca de emoción. Incluso forzó su chakra para mantener esos rayos, y su rinnegan para seguir haciendo flotar las rocas. Cualquiera hubiese dejado de hacerlo, pero no Sasuke: conocía de sobra a Naruto, en cuanto desactivase esa atmósfera épica, saldría del local por cualquier chorrada y arruinaría el momento épico que contarían los juglares en cada nación. No, debía de quedarse estático, y esperar. El rubio tardó un poco en pedir, al parecer dejó pasar a una anciana con una sonrisa amable, empezando Sasuke a sudar frío por el esfuerzo. La situación empezaba a pasar de lo épico a lo ridículo, y la gente de a su alrededor parecía pensar lo mismo, incluso se miraban los unos a los otros con confusión, sin saber bien si eso era alguna clase de broma, o uno de esos espectáculos artísticos del hombre estatua. Incluso un niño le tiró una moneda a los pies para ver si se movía, mirándole Sasuke con puro odio sin cambiar la pose. Cuando ya la situación empezaba a hacerse insostenible, el rubio salió del local con su cuenco de ramen, reanudando Sasuke el momento. Ese plato de cerámica marrón restaba algo de epicidad, pero no iba a quejarse. Cuando estuvieron a un paso, el rubio levantó la mirada, y Sasuke activó el sharingan, otorgando a su aspecto un tono aún más aterrador con esos brillantes ojos rojos.
-¡TEME!- gritó Naruto con la boca llena al verle, con tan mala suerte que una de esas chispas de raiton del ambiente le dio un calambrazo en ese momento. Los fideos a medio masticar, cubiertos de babas, salieron despedidos al frente, a donde estaba el uchiha. El gesto del pelinegro cambio de una pose de chico duro a una de auténtico asco y terror cuando su sharingan captó a cámara lenta como se acercaban esos repugnantes trozos de pasta untados en babas, como si fuesen los tentáculos de un calamar. Y no podía usar el Shinra tensei para alejarlos, puesto que lo tenía ocupado en hacer flotar las rocas de alrededor. Sasuke no pudo hacer nada más que gritar de horror cuando los trozos de comida impactaron en su rostro, incluso colándose alguno en su boca abierta por el grito. Alrededor, todos los espectadores reaccionaron con un gesto de asco, mientras el rubio conseguía inexplicablemente evitar que se le cayese su cuenco.- Waw, que calambrazo, ¿estás bien… te..me?
-…- Sasuke contó hasta mil mientras se quitaba de la cara un trozo de fideo que se le había quedado pegado en su flequillo caído en media cara. No iba a caer en el juego del uzuratoncachi y en su viaje continuo hacia el ridículo, no, conservaría su dignidad y no perdería los nervios… o esa era su intención hasta que oyó a un grupo de mujeres reírse a sus espaldas. Ahí la paciencia del uchiha dijo basta.-… el campo de entrenamiento número siete para un combate a muerte en cinco minutos…- declaró con furia, rechinando los dientes, mientras Naruto adoptaba su clásico mohín confuso.
-¿Sigues con eso? Sasuke, hay otras formas de entretenerse eh… ¿has pensado en ese duelo de baile que siempre he querido hacer contra ti?- preguntó el rubio mientras sorbía sus fideos, hinchándose la vena en la frente del pelinegro. Sasuke era con todos un témpano de hielo… menos con Naruto cuando se ponía en plan deficiente. Si a Sasuke se le podía medir por la talla de sus enemigos, vergüenza le daba que le relacionasen con ese chico que sorbía esos fideos con esa expresión de tontaina. Y si le añadías esas putas risas femeninas que de nuevo se oían a su espalda, el resultado era un estado de pura furia.
-¡¿QUIERES DEJAR DE DECIR ESTUPIDECES?! Será en una puta pelea a muerte, ¡ahora!- gritó el uchiha, mientras un trozo de fideo caía de su pelo junto a un repugnante hilo de baba y un sonido de chapoteo al tocar el suelo, acabando ya con cualquier posibilidad de conservar la dignidad del legendario vengador.
-Está bien teme, si insistes será como tú qui…- Naruto iba a completar la frase de la que Sasuke se preparaba para usar su amenotejikara y transportarlos al lugar del duelo, cuando la atención del ojiazul se centró en otro lugar. Al fondo de la calle, un aterrado Konohamaru corría hacia ellos por su vida. Estaba en calzoncillos, sosteniendo su ropa como podía contra su pecho con ambas manos, con las botas puestas sin calcetines y esquivando kunai y palmas de vacío entre saltos y gritos de terror. Y a su espalda estaba el motivo: un furibundo Hiashi, con una katana entre los dientes y los ojos inyectados en sangre, le perseguía con rabia pura, lanzando ataques a diestro y siniestro.- …lo vamos a tener que dejar para otro día teme, tengo que evitar un bakacidio…
Estaba claro: el uzumaki era un imán para los problemas y la gente en apuros, ya ni comer su plato de ramen a mitad de precio y seguir con su agradable paseo podía… Naruto sostuvo a Konohamaru de la que pasaba a su lado antes de que nadie pudiese reaccionar, desapareciendo ambos en un rayo amarillo mientras Sasuke gritaba al aire con furia algo que no pudo entender el uzumaki. Ambos shinobi aparecieron en el hall del hogar del rubio, con Konohamaru echo un ovillo en el suelo, presa del pánico, gritando por piedad. Naruto se quedó mirándole con una ceja arqueada mientras negaba, esperando a que el Sarutobi se enterase de dónde estaba. Y, tras unos minutos de lamentos, el castaño al fin abrió un ojo, viendo a su hermano mayor oficioso observándolo en pie con una expresión de hastío. Konohamaru miró alrededor, intentando situarse, para luego hablar con su salvador.
-¿No estoy muerto?- preguntó con duda el castaño, obteniendo una negación del ojiazul.- ¿Estamos a salvo? ¿Dónde estamos?
-En mi casa, y veo que tendré que darte asilo político hasta que Hiashi se olvide de ti, dentro de un par de años…- expuso Naruto con desidia, mientras Konohamaru se acababa de vestir y dibujaba una sonrisa de alivio al ver resueltos todos sus problemas gracias a su hermano mayor oficioso.- Supongo que se ha dado cuenta de lo tuyo con Hanabi, ¿no? Y no tiene pinta de que haya sido en una conversación amable… por cierto, no creo que ese sujetador rosa sea de tu talla…- comentó Naruto, mientras el castaño se sonrojaba, escondía esa prenda de su novia y se disponía a explicar toda la historia.
(Flashback inicia) (lemmon inicia)
-Konohamaru kun… ahhh… justo… justo ahí…- rogó Hanabi entre gemidos, completamente roja.
En la intimidad del cuarto, los dos amantes se encontraban sobre el colchón, entregados el uno al otro. En ese preciso instante, Konohamaru se encontraba lamiendo la intimidad de la hyuuga, colmándola de placer como paso previo para lo que iban a hacer. El castaño introdujo un par de dedos en la vagina de la chica, mientras que con la otra mano sostenía sus piernas en alto para facilitar su ataque al clítoris de la ojiperla. Lamia con un ritmo lento al principio, sabiendo lo que tenía que hacer: como había leído en esas novelas tan famosas, primero había que preparar el terreno, excitar a la mujer, para luego lanzar el ataque como debe de ser. Y, cuando notó que el botón de la chica estaba duro, supo que era su momento. De lamidas amplias y lentas, pasó a lamidas rápidas y precisas con la punta de su lengua en el punto exacto, mientras intensificaba su movimiento de dedos en el interior de la fémina, pulsando el punto G con insistencia en busca de su premio. Y el gigantesco gemido de la hyuuga, acompañada de una marea de fluidos de su interior, le indicó que había logrado su objetivo. Hanabi se mantuvo con los ojos abiertos, ensimismada, para luego cerrarlos con una sonrisa satisfecha de oreja a oreja. Cualquiera pensaría que todo había acabado ahí, pero no, sólo acababa de empezar.
-Hanabi chan… no te me duermas, que ahora toca el Gran Premio…- anunció Konohamaru con un tono juguetón, mientras sacaba su pene del calzoncillo y lo acercaba a los labios de la hyuuga, que instintivamente lo beso con ansia, para luego ponerse de rodillas frente al Sarutobi, dispuesta a continuar.
-Ya tenía ganas de esto…- declaró mirando el miembro y mordiéndose el labio, para luego volver a chuparlo como si no hubiese mañana, acompañando repetidos movimientos cortos centrados en la punta para luego descender con lentitud todo lo que su boca le diese, arrancándole grandes gemidos de placer a su amante. Estaba claro que Konohamaru no era el único que había leído los icha icha… La joven siguió unos segundos con su técnica, hasta que de pronto se paró. Konohamaru frunció el ceño y abrió los ojos, queriendo averiguar qué pasaba, pero, cuando vio a Hanabi con el byakugan activado pasar de una expresión de extrañeza a una de terror, supo que algo había salido mal. Y el cuarto de Hanabi en la mansión hyuuga no era un buen sitio para que algo saliese mal…
(Fin del lemmon)
-Joder, ¡es mi padre!- exclamó la joven, mientras el Sarutobi palidecía hasta el nivel de orochimaru. Joder, no podía venir el puto Madara, o un ejercito de Zetsu, no… tenía que ser Hiashi hyuuga, el hombre del ceño permanentemente fruncido…
-¿Cómo? ¿No dijiste que llegaría más tarde?- preguntó con terror el castaño, mientras recogía como podía su ropa del suelo.
-Pues no ha sido así… joder, ¿Por qué me deje convencer para hacerlo aquí?- se quejó una completamente sonrojada Hanabi, al borde del ataque de pánico.
-Eh, ¡los dos estuvimos deacuerdo! Saltaré por la ventana…
-¿Cómo? ¿Estás loco? Mi padre tiene un oído brutal, te descubriría… ¡ESCÓNDETE EN EL ARMARIO!- ordenó la hyuuga, señalando el armario empotrado del cuarto, para terror de Konohamaru.
-¿Estás loca tú? Es un puto callejón sin salida, como me descubra ahí me mata…- susurró el castaño, pero el ruido de pasos en el pasillo le heló la sangre. Hiashi se acercaba.
-¡No tenemos otra! Yo le distraeré, tú no hagas ruido.- el Sarutobi iba a replicar, pero el ruido del pomo de la puerta le obligó a meterse en el armario con premura, tomando el montón de ropa suya del suelo para llevarlo con él a su escondite. Desde las rendijas del armario, Konohamaru pudo ver cómo Hanabi se metía con apuro en la cama, completamente desnuda, tapándose hasta el cuello con su sabana rosa. Y acto seguido, entró Hiashi. A Konohamaru se le heló la sangre: Hiashi hyuuga, patriarca del clan hyuuga, un hombre conocido como un shinobi frío, letal, falto de cualquier piedad, severo hasta el extremo de menospreciar a una hija que no mostrar el talento suficiente. El terror de cualquier novio adolescente. El Sarutobi se olvidó incluso de respirar.
-To… Tou chan…- pronunció de forma tímida Hanabi, extrañando a Konohamaru, que se esperaba un tratamiento más formal, tipo "sama". Pero lo que vino después ya sí que le dejó totalmente descolocado.
-Hola, mi pequeño angelito, ¿Cómo está el tesoro de papá? El servicio me ha dicho que mi pobre pequeña estaba en su cuarto sin salir… ¿no estarás malita?- preguntó con un tono tierno el hombre del mechón de pelo canoso, abriendo los ojos Konohamaru con confusión. Y ya, cuando vio que se acercaba a Hanabi y la apartaba un mechón de cabello con suavidad y la daba un beso en la frente…
-Si… cof cof…- contestó la hyuuga, fingiendo una tos.- debo de haber pillado un virus o algo…
-A ver…- el hyuuga mayor posó su mano sobre la frente de su hija.- es verdad, estás sofocada entera, e incluso un poco roja… ¿Qué te he dicho de ponerte la bufandita cuando sales a clase con tus amigas?
-Lo siento tou chan…- siguió actuando la ojiperla, muerta de vergüenza por dentro.
-No te preocupes mi azucarito, papá te va a cuidar…- declaró Hiashi, acariciando el rostro de su hija con una sonrisa. El Sarutobi miró a su alrededor con incredulidad, ¿En serio ese era Hiashi? Joder, Konohamaru le tenía como el demonio encarnado, como un sargento estricto del ejército, y esa imagen se estaba cayendo a pedazos por segundos… ¿sería todo una broma de cámara oculta excesivamente lograda?
-Gracias tou chan… coff coff… Si pudieses ir a por una aspirina a la cocina…- sugirió Hanabi, buscando sacar a su padre del cuarto.
-Por supuesto mi niña, y te prepararé un caldo y luego te leeré tu cuento favorito, no me voy a separar de ti hasta que mi tesoro vuelva a corretear por la casa como siempre.- confirmó el hyuuga girándose hacia la puerta, para alivio del Sarutobi. Puede que saliese con vida de esta…- Pero antes voy a ponerte otra mantita…- anunció el patriarca hyuuga, de la que llegaba al armario y abría la puerta.
-¡NO TOU CHAN, ESPERA!- gritó la joven, irguiéndose fuera de la cama, pero el daño ya estaba hecho. Al abrir la puerta, Hiashi se encontró de lleno con un aterrado Konohamaru… en calzoncillos… y con un sujetador de su pequeña en la mano… y, para más culpa, se giró y vio a su hija desnuda en la cama, que con un grito de vergüenza procedió a cubrirse. Cuando Konohamaru vio tornar ese gesto de ternura y amor que Hiashi había presentado al hablar con su hija, en una expresión de fría ira homicida con el byakugan activado, supo la verdad: estaba más que muerto.
(fin del flashback)
-Vale… me da que te voy a tener que esconder lejos…- declaró Naruto mientras miraba a su hermano pequeño adoptivo con una mueca de compasión. Ese chaval tenía unos huevos como los de un caballo… y el cerebro como el de una hormiga… malditas hormonas adolescentes…- espero que no seas muy escrupuloso con la comida… y por cierto, ¿Por qué cojones me describes con pelos y señales tus cosas sexuales con Hanabi? Con decirme que estabais follando bastaba…
-Bueno jefe, supuse que le gustaría saberlo, es algo digno de elogio y…
Al mismo tiempo que Konohamaru contaba su aventura de amor adolescente, en el callejón donde se encontraba Sasuke…
-¡Ni se te ocurra Dobe!- exclamó con furia Sasuke, pero no pudo evitar que Naruto desapareciese en un rayo amarillo con el joven, dejándole con la palabra en la boca y la vena de su frente hinchada hasta el extremo.
-Maldita sea, ¿A dónde ha ido ese jodido pervertido?- preguntó con rabia Hiashi, recién llegado al lado del uchiha, con su byakugan activado y su katana en la mano, mientras la gente se apartaba con miedo. Hiashi hyuuga, el tan temido como respetado patriarca del clan de las dos lunas, y encima sediento de sangre… fuese quién fuese su objetivo, estaba más que muerto…
-Señor, no hay rastro del chico.- informó uno de sus escoltas, clamando el hyuuga al cielo con tal rabia que Sasuke dio un paso a un lado impresionado.
-ARRRGHHH, ¡NO PUEDE HABER IDO MUY LEJOS! ¡Registrad cada casa con el byakugan, poned vigilantes en las puertas, ese asqueroso hentai corruptor de menores me las va a pagar!- amenazó al aire el patriarca, procediendo a irse con sus hombres a la búsqueda de ese pobre desgraciado. El callejón se quedó unos segundos en silencio, para luego proseguir todos con sus vidas, recordando Sasuke el motivo de su enfado.
-Estúpido uzuratoncachi, te juro que me darás ese combate… el puto examen es mañana, y no podrás huir de mí en la prueba de supervivencia… tendré mi pelea aunque no quieras…- juró para si el uchiha, para luego darse la vuelta y dirigirse al complejo de su clan a seguir con su entrenamiento. Pero tuvo que frenarse de golpe cuando frente a él aparecieron dos figuras. Koharu y Homura, los viejos buitres del consejo, mirándole con esos ojos avariciosos… el pelinegro tuvo que hacer un esfuerzo para no desenfundar la katana.- ¿Se os ha perdido algo?- preguntó despectivamente Sasuke, mientras ambos ancianos no cambiaban su rostro fingidamente amable.
-Uchiha sama, es un honor hablar con usted.- expuso la anciana koharu con cortesía.- querríamos hablar con usted sobre cierto asunto…- Sasuke arqueó una ceja, sorprendido porque esos vejestorios le buscasen.
-¿Qué asunto?
-Verá…- continuó Homura, completando la frase de koharu como si fuesen dos puntos muñecos de ventrílocuo.-… ha llegado a nuestros oídos que se ha estado entrevistando con los gobiernos de las naciones más importantes, con el objeto de firmar tratados matrimoniales con su clan.
-Si, ¿vais a acusarme de traición o algo? Os recuerdo que todas esas naciones son aliadas de Konoha y que me he instalado aquí…
-No, nada más lejos de la realidad.- se excusó la anciana.- Nos parece un proyecto ambicioso y muy prometedor, con grandes posibilidades para Konoha. Un clan uchiha con su doujutsu y la sangre de las principales kunoichi del continente sería un clan de líderes… Queríamos ofrecerle nuestra ayuda y consejo. Tenemos entendido que sus negociaciones no van tan avanzadas como desearía…
Sasuke chasqueó la lengua, frustrado. Era cierto, su proyecto de clan de reyes estaba estancado. En las diferentes reuniones diplomáticas que había celebrado, los resultados no habían sido los esperados: en las naciones menores, como el país del sonido o de la cascada, si bien accedían a sus comprensibles exigencias de inmediato, no solían tener mujeres adecuadas para su grandeza. Sólo le había interesado la gran sacerdotisa del país del demonio, pero había resultado un sonoro fiasco al final… Y en las grandes naciones había recibido largas. Si bien estaban muy interesados en colaborar en su proyecto, todas ellas insistían en al menos educar en sus recintos a los hijos que tuviese con sus mujeres, y eso no lo iba a aceptar el uchiha. No, esos jóvenes uchiha debían de aprender solamente de él, ser educados para ser shinobi legendarios y gobernar a los clanes inferiores, ser una casta de líderes. Si confiase su educación a esos perdedores se volverían todos como el dobe, y eso no lo iba a tolerar. Y en Konoha, su opción a priori más sencilla, se había llevado una de cal y otra de arena: sólo había logrado catar a la líder yamanaka para luego ser rechazado, llevarse un buen golpe de la haruno y respuestas evasivas de los clanes inuzuka, hyuuga, Nara, Aburame… así como del palacio del daimyo. Su plan de dominación mundial mediante el sexo estaba haciendo aguas…
-¿Qué ayuda sería?- preguntó con un disimulado interés, mientras ambos ancianos intercambiaban miradas y volvían a hablarle.
-Le ofrecemos nuestros contactos e influencia. Le alistaremos en la ley de reestructuracion de clanes, al ser usted el último varón del clan uchiha. Nosotros hablaremos con los representantes de los clanes y negociaremos sus compromisos, con su obvia autorización claro está. Le ayudaremos a seleccionar a las mujeres más bellas y fuertes de los principales estamentos de dirección de cada gran nación, y nos aseguraremos de que pueda asentarse con ellas en Konoha y tenga plenos derechos sobre su futura descendencia.- Sasuke meditó la propuesta. No sonaba nada mal…
-Además… no hemos podido evitar presenciar su enfrentamiento con uzumaki sama, y queremos también ofrecerle nuestra ayuda. Está claro que el joven está rehuyendo su duelo, y que vencerlo en público le haría ganar tal prestigio que su proyecto de reestructuracion de clan sería mucho más fácil. Le podemos facilitar ese enfrentamiento durante los exámenes, nos encargaremos de que uzumaki sama llegue a su combate, y que ambos se encuentren como tarde en la gran final, sin limitaciones absurdas que limiten su duelo. Así podrá exponer al mundo su poder, y demostrar que es la mejor opción para sus herederas.
-…- Sasuke analizó todo lo que le ofrecían. Joder, era todo perfecto, sonaba muy bien.., demasiado bien…- ¿Qué truco tiene?
-¿Truco, uchiha sama? Ninguno, puede confiar en nosotros. Nuestros intereses son los mismos: con su gran proyecto de clan afincado en Konoha, la aldea se fortalecerá tanto como usted. Y no le negaremos que nos interesa demostrar nuestras habilidades al futuro rey del continente shinobi y portador del rinnegan. Somos sus humildes servidores, sólo estamos obteniendo una buena posición en el inevitable futuro uchiha del mundo.- expusieron los ancianos, haciendo a Sasuke pensar. Era cierto que esas dos momias le serían útiles, carecía de experiencia diplomática y de contactos, cosa que a ellos les sobraba. No perdía nada por intentarlo, en el peor de los casos rompería el trato y ya.
-Bien, hay trato. Conseguidme esas mujeres y aseguradme ese combate contra Naruto, demostradme lo que podéis ofrecer al príncipe de los tres tomoes y recibiréis vuestra merecida recompensa.- declaró con solemnidad, mientras los ancianos bajaban las cabezas en señal de respeto y sumisión. Y, por dentro, el uchiha se estaba riendo. Si, al fin la suerte le comenzaba a sonreír… no habría quién le parase…
Mientras tanto, Naruto puso a salvo a Konohamaru y se dirigió a buscar a Shion a la puerta del trabajo para darle una sorpresa. Se encontró a la fémina tras un escritorio, firmando papeles con profesionalidad y una expresión serena. Naruto se apoyó en el marco de la puerta del despacho sin hacer ruido, queriendo observarla más detenidamente. Shion tenía el pelo recogido en un moño y coleta, e iba vestida con una de las túnicas ceremoniales de su país, el traje tradicional de su gente según le explicó a Naruto. La joven mordía un boli con dejadez mientras leía un documento, fijándose aún más Naruto en sus facciones: esa cara redonda, ese pelo rubio suave, esas finas cejas, esos labios carnosos y esos ojos violetas que le expresaban tanto… no se podía creer la suerte que tenía. Que una mujer tan guapa como ella se fijase en él le parecía increíble. Tuvo que luchar contra el impulso de sorprenderla con un beso, no dejaba de estar la joven trabajando y rodeada de sus subordinados, sería inapropiado. Tocó la puerta con tranquilidad, y la joven levantó la vista de sus papeles para mirarle directamente a él. Y, por supuesto, no pudo reprimir una gran sonrisa. Siempre alegra que te den una sorpresa y te vayan a recoger a tu trabajo el primer día, y más cuando es tu novio. Tras ordenar el papeleo unos minutos y dar un par de instrucciones a sus asistentes, la joven salió de su lugar de trabajo abrazada al brazo de su amor rubio de camino a la barbacoa akimichi.
Por el camino Shion le explicó a su novio como fue su día. La reunión con el hokage fue todo un éxito, el hatake acabó claramente convencido del proyecto de colaboración comercial sugerido por Shion, y en la semana siguiente ya tenía reuniones con los principales clanes y comerciantes de la aldea, y lo más importante, una reunión con el daimyo del país del fuego. Un primer día muy productivo, y la ojivioleta sabía que el haber conseguido esa reunión con el hokage tan rápido había sido vital. A la noche se lo agradecería a su paladín de ojos azules, que le facilitó esa reunión… Ya había informado a su país de los avances de la gran aldea, y había sugerido decenas de reformas… en definitiva, la apasionaba su trabajo y estaba de muy buen humor. Esperaba que esa reunión con los amigos de Naruto no la amargase. Llegaron al complejo a la hora acordada, siendo recibidos por un hospitalario chouji, que de inmediato les guió hasta el jardín trasero. Allí se encontraban ya la mayoría de invitados: pudo distinguir a un peculiar hombre de cejas enormes, peinado a lo tazón y chandal verde sin mangas haciendo… ¿flexiones?... mientras una chica de pelo castaño peinado en dos moños y ojos color avellana, vestida con un cómodo traje beige y rojo, lo miraba avergonzada. También a otro shinobi moreno de peinado en punta similar a una piña fumando con tranquilidad en un lugar apartado, con una joven rubia de figura esbelta al lado hablando con otra chica rubia de kimono púrpura que identificó como Ino yamanaka.
El rubio se apresuró a presentarle a Shion a unas personas en concreto. Naruto le había hablado de su infancia en más de una ocasión, para enfado con el mundo de la sacerdotisa. Pero, entre todas esas historias, había dos personas que la hacían conservar una mínima esperanza en el ser humano. Dos personas que habían atendido a Naruto cuando era niño, le habían dado un lugar seguro donde descansar y que siempre le habían regalado sonrisas entre tanta injusticia. Shion se alegró de veras por conocer al fin a la familia Ichiraku, ese hombre anciano de pelo castaño y gesto amable y a esa joven atractiva de pelo castaño y ojos marrones que trataba a su novio como si fuese su hermano pequeño. E incluso hizo migas de inmediato con Ayame, era una chica risueña y responsable, y tenía mucha curiosidad por saber del extranjero. Una de las grandes inquietudes de la Ichiraku menor era viajar. Naruto también la presentó a los novatos de su generación y a algunos sensei de su época gennin (una mujer de pelo morado y pechos exageradamente grandes le pareció especialmente perturbadora), comenzando a desinhibirse la joven en el ambiente agradable que desprendía ese grupo de conocidos. Estaba hablando con Ino, una chica que le pareció algo metiche pero bastante maja, pero entonces apareció la persona que ella temía.
Una chica de pelo rosado cruzo la puerta de entrada, vestida todavía con su bata de hospital sobre un vestido color vino. Sakura haruno, antiguo amor de Naruto, recién salida del hospital para acudir a ese evento, e inmediatamente saludada por la yamanaka. Realmente, Shion no entendía porqué le despertaba resquemor, Naruto le había hablado de sus logros, de las veces que le había salvado, de lo buena médico que era, y todo indicaba que era una persona excepcional… quizás fuese por ese tono de admiración que usaba, quizás la provocaba celos… y había que añadir que no podía recurrir a sus visiones para juzgarla más fácilmente, desde que había llegado a Konoha no había tenido ninguna. Eso la ponía nerviosa, no estaba acostumbrada a "jugar sin red", pero no tenía razón para estar celosa en este asunto. Naruto la quería, eso era un hecho, y además esa chica no estaba interesada en él. Le había rechazado hace mucho por ese engreído uchiha, inexplicablemente si se lo permitían decir, pero lo había hecho. Quizás debería de pensar con calma y ser más madura, no dejarse llevar por una sensación tan irracional. No la juzgaría con severidad, le había prometido a Naruto kun que haría lo posible para llevarse bien con ella, y lo cumpliría.
Mientras, Naruto se había separado de su novia para charlar un poco con Kakashi, que se había pasado por el evento unos minutos para saludar e inmediatamente se había llevado al ojiazul a parte para comentar ese maravilloso libro entre respiraciones ansiosas. En serio, alguien tenía que ayudar a ese hombre, vale que el libro estaba bien, pero Kakashi lo vivía de una forma demasiado… intensa. Incluso veía un cierto brillo de locura en esos ojos por momentos. Gracias a Kami alguien le llamó la atención por la espalda, liberándole de la charla con su sensei, que de inmediato tomó al asalto a yamato para continuar con ese tema de conversación. Naruto se dio la vuelta y se llevó una nueva sorpresa. Frente a él se encontraba hinata. La joven había optado por un sorprendente cambio de look, llevando una camiseta azul oscura ceñida y una falda blanca hasta los tobillos con una apertura en el lateral que dejaba ver sus piernas torneadas, con mechas rubias en su pelo normalmente negro. Se la veía sonrojada, incómoda con esa forma de vestir como pudo deducir Naruto. Hinata era una chica retraída, tímida, no era algo malo necesariamente, no salvo que la impidiese hacer algo que quisiese. Naruto la regaló una sonrisa, buscando calmarla un poco, y eso dio a Hinata fuerzas para hablar.
-Ho… hola, Naruto kun…- saludó con un notable sonrojo la hyuuga, devolviéndole el saludo el uzumaki sin borrar esa sonrisa.
-Hola Hinata, ¿Qué tal estás?
-Bi… bien Naruto kun… gra… gracias…- contestó sonriendo la joven mientras chocaba los índices. Ya con más soltura, la ojiperla siguió hablando.- Naruto kun, Hanabi me ha pedido que te pregunte si has visto a Konohamaru… mi… mi padre le está buscando y…
-Ah si, dila que esté tranquila, ese cabezahueca está a salvo, no os preocupéis. Además, me estoy asegurando de que piense con la cabeza la próxima vez…- declaró el rubio con un tono cruel muy extraño en él. Mientras, en la tierra de los sapos, Konohamaru lloraba a mares tras ver que su cena consistía en un montón de insectos cocidos y se empezaba a plantear seriamente volver a Konoha y enfrentarse a Hiashi. El rubio sonrió a la hyuuga, y decidió cambiar de tema.- ¿Y este cambio de look?- le preguntó a la fémina, reaccionando la joven con un intenso sonrojo mientras jugueteaba nerviosa con su cabello.
-Es… es algo nuevo… te… ¿te gusta?
-Por supuesto, Hinata. Pero el de antes también eh… lo digo porque no pareces muy cómoda…- comentó el uzumaki con esa sonrisa, bajando la mirada la ojiperla con vergüenza.
-Ya… que… quería probar algo nuevo… pero… no… no me gusta mucho que me… me miren así… no estoy acostumbrada…
-Hinata, siempre te miran, eres de las chicas más guapas de la aldea, por eso no te hace falta vestirte así si no quieres.- halagó el rubio, obteniendo una ligera sonrisa de la ojiperla.- Mira hinata, quería decirte esto desde hace mucho dattebayo… gra… gracias. No te las di después de lo de pain…
-No… no hace falta que te disculpes, na… Naruto kun…
-Si, si hace falta. Casi mueres por mí, y yo no te dije nada después, no sé qué me pasó, pero fue muy feo por mi parte. Así que lo corrijo ahora, al menos un poco: gracias por salvarme la vida hinata chan. Y si no llega a ser por ti, no habría podido ir a combatir contra Madara, así que realmente tú ganaste la gran guerra. Recuérdalo, no te hace falta cambiar de look, ya eres perfecta como eres.- declaró el uzumaki con serenidad, abriendo los ojos la hyuuga con sorpresa. Naruto quería matar dos pájaros de un tiro: compensar ese error pasado, y de paso ayudar a su amiga a ganar algo de confianza. Y, vista esa enorme sonrisa que le regaló la hyuuga, quizás había dado en el clavo. La joven necesitaba oír esas palabras de su gran inspiración, un pequeño empujón a su autoestima. El peor enemigo de la ojiperla no era un shinobi extranjero, era ella misma.
-Gracias, Naruto kun.- contestó con esa sonrisa, sin el más mínimo tartamudeo. La joven miró al rubio, y luego miró a Shion, para luego bajar la cabeza con vergüenza y quejarse.- que suerte tiene Shion…
-Que suerte tengo yo más bien, no te creas que soy tan buen partido… ronco, baboseo la almohada, tengo un biju que parece un adolescente en la edad del pavo…- comenzó a enumerar el ojiazul, arrancándole una sonrisa a la joven.
-Al menos no te has disfrazado como yo…- continuó la broma la hyuuga. Ahora podía admitirlo: odiaba vestir así. Se sentía expuesta, y no la gustaba, a ella le gustaba ser discreta.
-No hay mal que por bien no venga… has atraído la atención de alguien en concreto…- dejó caer el ojiazul, señalando con la mirada al fondo de la barbacoa. Allí, un sonrojado kiba se giró en cuanto la ojiperla le pilló mirando, arrancándole una carcajada al rubio.
Al mismo tiempo, cierto trío de féminas y un ninja artista mantenían una conversación… peculiar. Shion realmente no sabía cómo había acabado allí: ella estaba tan tranquila, hablando con Ino de banalidades, cuando derrepente se encontró siendo interrogada a dos bandas sobre su novio rubio mientras la haruno no la quitaba el ojo de encima y no decía palabra, algo muy perturbador teniendo en cuenta que esa kunoichi había golpeado en un ataque de ira al biju de nueve colas contra el suelo como si fuese un saco de patatas. Una pesadilla, y lamentaba de verdad no tener a Naruto cerca para escapar, pero no se iba a amedrentar. Era Shion, suma sacerdotisa del país del demonio y novia del nuevo shinobi no Kami, sólo daba un paso atrás para coger impulso. Así que, sin quitar una sonrisa diplomática, se defendió del ataque de esos metiches…
-Pero, ¿Cómo os conocisteis?- preguntó con curiosidad la yamanaka, en serio interesada en ese detalle.
-Pues… Predije la muerte de Naruto, él me demostró que me equivocaba, y pasados unos años nos volvimos a encontrar y comenzamos a quedar. No fue la forma más ortodoxa, pero…- contestó Shion con soltura, no dando demasiada información, pero si la suficiente como para que no volviesen a preguntar.
-¿Predijiste la muerte de Naruto?- preguntó Sai extrañado, mientras Sakura la miraba arqueando una ceja. Todavía se acordaba de ese detalle, de lo cruel que fue la rubia con el pobre Naruto… que no es que ella estuviese para juzgar, vista su infantil actitud de fangirl de Sasuke y sus respuestas a los asaltos del rubio, pero tampoco Shion era la única inocente de la aldea…
-Si, heredé de mi madre el poder de ver el futuro, además de expulsar demonios.- expuso la joven con naturalidad mientras sostenía el vaso con ponche que había cogido antes con su mano izquierda.
-¿Eres adivina? ¡Yo creo mucho en eso!- exclamó con alegría la rubia de las flores.- Me leen la mano una vez al mes, ¿me puedes dar algún consejo? Soy piscis.
-Esto… no funcionan así… las visiones vienen cuando son necesitadas, no las puedo invocar… sino me pasaría el día viviendo en el futuro y no disfrutaría del presente…- explicó Shion, mientras la yamanaka asentía tras pensarlo un poco. Parecía lógico, y eso explicaría porque su lectura de mano la dijo que sería el mejor mes de su vida y al día siguiente tuvo ese repugnante episodio con Sasuke…
-No me puedo creer que viendo el futuro acabases con el pene pequeño, podrías haberte buscado un novio mejor…- comentó despreocupadamente Sai, obteniendo una reacción inmediata de sus acompañantes. Ino le dio un codazo en las costillas, Sakura negó con cansancio, ya vacunada contra esa broma estúpida, y Shion… lo dicho, sólo daba un paso atrás para coger impulso.
-¿Cómo? ¿No te parece algo ofensivo lo que estás diciendo? Te recuerdo que es mi novio…
-A ver, Naruto kun la tiene pequeña, de ahí que le llame pene pequeAAAAHHHH…- gritó Sai cuando un portal se abrió bajo sus pies, arrastrándolo a una caída entre un espectáculo multicolor. Sakura e Ino reaccionaron con un grito de pánico, mientras Shion daba un trago a su ponche con una expresión tranquila.
-¿Qué.. qué ha pasado?- preguntó Sakura con asombro, pisando la zona donde estaba antes el portal con cautela, sin entender qué había ocurrido.
-Muy simple: he abierto un portal a otra dimensión y lo he mandado allí.- explicó Shion, dandole otro trago a su ponche como si nada. Ambas féminas la miraron con miedo incluso.
-¿Le… le has matado? ¿Así, sin más?- cuestionó una aterrada Ino.
-No me gusta que insulten a mi novio, y menos con una mentira como esa. Sé por propia experiencia que miente… y por muchísimo…- declaró con un tono serio la joven sacerdotisa, mientras Sakura apretaba los dientes ante ese último comentario.-… y tranquila, no está muerto, sólo está volando entre dimensiones, es algo inofensivo, le traeré dentro de unos minutos con la lección aprendida y una historia que contar. Lo usé con vuestro amigo, el pelinegro engreído y misógino, cuando intentó que me casase con él y, para mi desgracia, volvió con vida y sin nada de humildad…
-¿tú también mandaste a volar a Sasuke? A mí me intentó hacer lo mismo, y lo puse a ver el monte hokage desde arriba de un puñetazo…- comentó con orgullo la haruno, sin poder reprimir su sonrisa. Así que Shion también eh… La sacerdotisa la miró sin poder ocultar el respeto que le generaba el saber que alguien más había puesto en su sitio a ese creído.
-Debo de ser la única estúpida a la que engañó…- dijo con tristeza Ino, abrazándola con un gesto triste la haruno tras caer en la cuenta de que era un tema delicado para su amiga. Había sido débil un día, y le había salido muy caro… Shion también la miró con empatía, y decidió ayudarla un poco.
-¿sabes? Yo que tú olvidaría eso. En un futuro cercano, aparecerá alguien mejor, hazme caso.
-¿lo has visto con tus visiones?- preguntó con cierta esperanza la yamanaka.
-Puede ser…- dejó caer la ojivioleta, no queriendo mentir, pero tampoco queriendo matarla toda esperanza. No había tenido ninguna visión desde que llegó a Konoha, así que no sabía si la chica de las flores tenía esa posibilidad, así que decidió forzar un poco la jugada.- la pregunta correcta es… ¿y si es verdad, que harás?- la preguntó, entendiendo Sakura de inmediato la jugada y sonriendo. Parecía que Shion había calado pronto a su mejor amiga.
-Ti… tienes razón, soy Ino yamanaka, seguro que mi príncipe azul está cerca.- se dijo a sí misma la joven con decisión, sonriendo Sakura. Puede que esa chica roba amigos no le cayese tan mal visto lo visto…
-¡Exacto! ¡Y ahora cambiemos de tema! Shion.- se dirigió la haruno a la ojivioleta, ya con un tono más amable y distendido.- ¿Qué te ha parecido Konoha?
-Es preciosa, y muy grande.- comentó de vuelta la rubia del país del demonio, también con una sonrisa, sintiéndose más cómoda. La haruno parecía amable cuando abandonaba esa pose seria, y ese carácter le gustaba.- Y me ha dejado asombrada vuestra sanidad y educación pública, es espectacular. En el orfanato los niños tienes más atenciones y juguetes que en un hogar normal…
-Eso tiene truco: resulta que el hospital y el orfanato tienen dinero de sobra gracias a Naruto. Donó toda la recompensa por capturar a orochimaru al orfanato y al hospital, y ahora tienen presupuesto para funcionar así un siglo sin ayudas…- declaró con orgullo Sakura, siendo respondida por una sonrisa de Shion.
-Así que Naruto kun tiene algo que ver… tiene un corazón que no le cabe en el pecho…- contestó, mirando al uzumaki, que en ese momento charlaba con hinata.
-Si, es un chico único…- concedió Sakura, también mirando con un gesto risueño al rubio.
Y entonces sucedió el Apocalipsis… ambas suspiraron de la misma forma, y al mismo tiempo. Las dos jóvenes se quedaron en silencio, congeladas, mientras Ino bebía su ponche con los ojos abiertos como platos y daba un paso atrás con miedo. Sólo había UNA explicación para un suspiro así… Shion y Sakura se miraron de reojo, frunciendo el ceño ambas, y todo el avance anterior y los puentes tendidos entre ambas féminas saltaron por los aires. Se mantuvieron la mirada con un rostro neutro durante unos tensos minutos, hasta que un ignorante de todo Naruto llegó dónde el grupo, avivando aún más el incendio.
-¡Hola chicas! Veo que os lo estáis pasando bien, me alegro mucho.- ambas mujeres le miraron y asintieron con una sonrisa falsa, gesto que no captó Naruto, que para esos momentos tenía la inteligencia emocional de una ameba.- Sakura chan, te traje algo de mi viaje.- anunció el rubio, mientras activaba un sello de su muñeca.
-Naruto, no hacía falta que…- iba a excusarse la ojijade, cuando se quedó sin habla al ver el regalo. Joder, era una figura de cerámica de su rostro. Y una figura perfecta, con mil detalles, reflejando el rostro de Sakura con una sonrisa amable, una obra de arte que hizo incluso a Ino abrir los ojos con sorpresa. Mientras, Shion mantuvo su sonrisa falsa, aunque por dentro no le hubiese gustado nada el detalle. Era cierto que le había aconsejado ese regalo cuando su novio le pidió ayuda para regalarle algo a su mejor amiga, y que a ella se le había ocurrido esa idea, pero eso fue antes de ESE suspiro. Si lo hubiese sabido, le hubiese recomendado cualquier regalo impersonal…-NARUTO, pe… pero… ¿Y esto? Es precioso…- balbuceó Sakura con un sonrojo cada vez más notorio. Era un regalo perfecto.
-Resulta que Naruto ha estado ensayando orfebrería con sus clones, y le aconsejé hacerte un retrato a ti.- declaró Shion con un gesto de amabilidad fingida, mientras Sakura también le devolvía el mismo gesto, aunque hubiese captado inmediatamente el mensaje subliminal: "fue idea mía, no de Naruto".
-Si, ¿te gusta? Me acordé de la sonrisa que pusiste cuando vencimos a kaguya y me vino la inspiración. No es perfecta, pero no doy más de mi…- dijo con humildad Naruto, mientras Sakura le daba un abrazo con emoción.
-¿que no es perfecta? Es un regalazo Naruto, ¡muchísimas gracias!- agradeció la joven, para luego cruzar de nuevo miradas con Shion y volver a estallar esa preocupante rivalidad. Ino decidió intervenir antes de que la cosa fuese a mayores.
-¿y a mí no me has traído nada Naruto?
-Pues si, a ti también. Al parecer allí crece una flor muy rara, y conseguí algunas semillas.- confesó el joven, mientras sacaba de su bolsillo una forma con una flor blanca de pétalos azules dispersos y un saco de semillas. Ino reaccionó con un grito de emoción.
-AHHHH, el lirio del demonio, ¡es una planta muy exótica y me faltaba en mi colección! ¡Mil gracias Naruto!- exclamó Ino mientras tomaba el regalo con felicidad, interponiéndose entre las dos féminas restantes de paso.
-Me alegro de haber acertado.- repuso el rubio con una carcajada, para luego mirar alrededor con confusión.- ¿Y habéis visto a Sai? Le he traído un nuevo juego de pinceles, pero no le veo…
-Ah, si, espera un poco…- contestó Shion, volviendo a invocar el portal a un metro sobre ellos. Tras oírse un grito cada vez más cercano, un despeinado Sai apareció, con los ojos abiertos como platos y mirando alrededor con ansiedad.
-¡KAMI SANTO!- exclamó el normalmente imperturbable Sai mientras se levantaba, asustando a sus conocidos ante tanta… efusividad…- ¡Era un jodido mundo de color y formas simétricas!
-Sa… Sai kun… ¿estás bien?- preguntó Ino con preocupación, posando la mano en su hombro.
-¿Qué si estoy bien? ESTOY PERFECTO INO. Era un mundo de color y de luz, una jodida maravilla, ¡TENGO QUE PINTARLO!- gritó el pelinegro
-Estupendo Shion, has enloquecido a nuestro amigo…- acusó la haruno con una ceja arqueada, respondiendo la ojivioleta arqueando la suya y levantando la barbilla sobre la de la haruno, que imitó el gesto en otro absurdo desafío.
-¿Loco? ¡Nunca he estado tan cuerdo! Tengo que ir a pintarlo antes de que se me vaya, ¡Ino, necesitaré tu ayuda para retener esas imágenes mejor! ¡Y puede que toda la noche! Te invito a cenar luego para que no tengas que volver a casa, y haré lo que quieras después, ¡deprisa!- declaró el artista, tomando a la yamanaka de la mano, que se sonrojó por la propuesta mientras se dejaba conducir por Sai.
Llevaba meses buscando una oportunidad así con el pelinegro, pero no encontraba manera, Sai normalmente era un témpano y no atendía ni una sola insinuación. En parte, su desliz con Sasuke se debió a eso: el chico que realmente le gustaba no mostraba el más mínimo interés en ella, y Sasuke apareció de pronto prometiéndola todo… estaba vulnerable y decidió sacar su clavo con otro clavo. Pero de golpe todo parecía haber cambiado, para su felicidad. Shion dibujó una media sonrisa mientras veía a la nueva pareja en ciernes alejarse. La encantaba tener razón. Incluso ella y Sakura dejaron su rivalidad de lado unos instantes: Ino lo había pasado mal con lo de Sasuke, y ahora parecía que el karma la compensaba. Un pequeño claro en una gran guerra que se avecinaba… una guerra entre una amiga que se siente desplazada, y una novia que ve su trono amenazado. Y Naruto en medio sin saber nada… sólo usar el Fjaka.
Ending: En el interior del complejo uzumaki, el grupo de actores de la obra de Kakuse ensayaban la parte musical de la obra, una basada en el gran combate de Naruto con cuatro colas contra orochimaru, sólo que de una manera... peculiar. Un grupo de atractivas bailarinas con diademas de orejas de zorro se movían sensualmente alrededor del actor que hacía de Ranuto, que se encontraba disfrazado de Zorro mientras esté entonaba la canción pensada por Kurama.
-What does the fox say?- exclamó cantando, para luego mirar alrededor nervioso por un momento, incapaz de saber qué decir. Así que decidió... improvisar.- Ring ding ding ding dingerindeding, dingering ding ding ding dingerindeding...
-ARRRGHHH, ¡CORTEN!- exclamó kurama completamente furioso, mientras arrojaba una gorra de director a los pies del atemorizado actor.- ¡MALDITO ACTORZUELO! ¿En serio te crees que los zorros hacemos ese puto ruido?
-Es que... no sé qué sonido hace un zorro kurama sama...- se disculpó el actor con vergüenza.- ¿Mejor "Jacha chacha chacha chow"?
-¿Como? ¿Me ves con pinta de gallina? A ver, el resto del reparto, enseñadle el sonido...- declaró el zorro con hastío, pero todos los demás actores miraron también al suelo con vergüenza.
-Ku... kurama sama...- expuso una de las bailarinas.- lo cierto es que nadie sabe qué sonido hace un zorro... sabemos que el perro hace woof, que el gato hace meow, que pájaro hace tweet...
-¿En serio? Si es jodidamente fácil... el zorro dice...-comenzó a explicar el biju, mientras todos los actores le rodeaban con interés.
-Kurama sama, ¿cuando nos toca entrar?- preguntó desde el fondo del escenario el actor de kakuse, flanqueado por dos actores disfrazados de colegialas con minifalda de tartán, uno con la piel pintada de blanco y pelo negro y lacio y el otro con una peluca gris y gafas redondas gigantes.
-... y ese es el sonido que hace un zorro, ¿a que no os lo imaginabais?- finalizó su exposición el kitsune, mientras el reparto asentía asombrado. Era increíble, nadie hubiese imaginado ese ruido en un mamífero...- Y kakuse, tú y tus auténticas fangirls entráis después de la canción, ¡estad atentos! ¡Reparto! Estamos escenificando la primera vez que Ranuto se deja de estupideces y usa mi poder de manera seria, es un momento épico, debéis de estar a la altura, y no os veo centrados, ¡no hay pasión, ni color, ni nada! ¡Quiero más energía, una vez más, CON SENTIMIENTO!
Tengo que reconocerlo, a veces me asusto de lo que me sale al escribir, como este ending XD reconocéis la canción? XD
La trama avanza, se complica, y es necesario si quiero daros más cosas absurdas. Sasuke, después de sufrir la peor pesadilla de alguien escrupuloso, ha logrado unos aliados importantes en su plan de asalto a la fama, y a partir de aquí empezará a unirse al reparto cómico de esta obra CON FUERZA. Planeo hacer una critica a todos esos harem masivos que hay por aquí, y para ello usare al uchiha, veremos si resulta.
En cuanto a Shion... se vienen curvas. Si, la rubia no puede usar las visiones y ese suspiro ha sido la chispa que ha prendido la mecha que llevará a la gran guerra. Si lo pensáis, es lógico que Shion no esté celosa de Hinata (Naruto no muestra en la serie interés romántico en ella nunca, y eso una mujer lo ve), o con Ino o Ayame por lo mismo; pero si que lo esté con Sakura. Naruto la ha pedido mil citas, siempre ha declarado que es la mujer de sus sueños, si fue al país del demonio fue por un desengaño amoroso con ella... Shion ve su posición muy segura, pero no tanto si Sakura decide dejar de autoengañarse. Digamos que ve en ella una rival seria, no una mera pretendiente. Y Sakura... lo desarrollaré mejor en los próximos capítulos, pero es una mezcla de varias cosas: para empezar, preocupación porque Naruto esté bien, malestar por sentirse desplazada como mujer de la vida de Naruto y... ¿celos? ¿Habrá caído en la cuenta que lo que hizo en el capítulo 1 fue un error garrafal, como la advirtió Tsunade? Ya veremos...
Y mención especial a Hinata, que la pobre se merecía un poco de atención y ese gracias sincero del rubio (y la vendrá muy bien para su autoestima) y a Sai, que al parecer le ha cogido el gusto a viajar entre dimensiones mucho más rápido que kurama. Y de paso, una ayudita para Ino, no iba a dejar a la yamanaka sin un final feliz ;)
Y antes de terminar, AVISO IMPORTANTE: para una broma del final de la obra, querría vuestra ayuda. Necesito que ayudéis a kurama a formar un hipotético harem, una lista de candidatas al rubio, sus OCTIZORRITAS. Shion y Sakura deben de estar, es parte del golpe cómico, pero con las otras seis admito sugerencias. Aclaró por aquí que no afectará a la trama de la obra, esto es sólo NaruShion, no se va a cambiar a naruharem ni algo así, es sólo que me hace ilusión que colaboréis en ella, en lugar de poner seis mujeres al azar XD.
Espero que os haya gustado, en el siguiente capítulo empieza la acción. Se titulará: Empieza el examen.
