¡A partir de hoy comenzaré a trabajar como Maou!


Capitulo 9

La aldea está en llamas.

Salimos antes del amanecer con diez soldados a caballo sin decirle a Günter que nos íbamos del castillo. Estoy montando con Wolfram pero es difícil lidiar con este caballo salvaje trotando a toda velocidad y viajando largas distancias. No obstante, me estoy convirtiendo en un pasajero experto y puedo soportar la dura vida útil en algún momento.

Los soldados que vienen con nosotros son aterradoresamente hermosos. Nada menos que la tropa privada de Wolfram. ¿Es decir que son todos los mazokus pura sangre de alto linaje?

Al sentir unos ojos sobre mi miro hacia arriba, veo volando a una persona de huesos - ¿Debería decir un animal? - Un poco más atrás. ¿Por qué dije que no podía sentir sus ojos cuando sus cuencas están vacías?

—Mi hermano mayor, ya debería haber llegado así que todo debe estar bajo control. No es tan peligroso, pero si eres un novato no te vayas donde no puedas verte.

No me llames novato.

Llegamos recién al mediodía y la aldea está ardiendo. Las casas y los campos. Es un fuego considerable, incluso las nubes estaban teñidas de rojo. Los soldados circundan para evitar que las llamas lleguen al bosque y los aldeanos se apelotonan lejos de él tras un cercado.

Mujeres, niños y viejos. Todos estupefactos parados completamente en silencio. Solo una vieja mujer llora y grita.

—Ya es medio día como habías dicho.

—Es extraño.

- Sigue igual - y aunque mi tono es frio y calmado, por dentro estoy gritando: ¡Ahhh, ¿qué puedo hacer? - Me pregunto si la gente está bien.

Giramos hacia la aldea que está a varios metros de distancia para salir del bosque.

Cuando tengas salimos del bosque, somos recibos por una barrera. Si bien, no es fuerte, es capaz de paralizar un mago sin experiencia en ellas.

—Un hombre de poco mundo como siempre, tercer hijo.

Detrás de nosotros donde solemos estar los hombres de Wolfram, viene una voz interesantemente familiar.

- ¡¿Adalbert ?!

Es el hombre que conocí el primer día que llegue. Lo acompañan tres hombres.

- ¡Oh, tienes buena memoria! Y yo que pensé que eras un idiota.

—Estado, no es bueno juzgando.

Como soy el único que está hablando con ellos me giro para ver hacia atrás, todos los hermosos soldados en los lomos de los caballos parecen congelados en el lugar. De hecho, Wolfram sentado frente a mi permanece duro, ni siquiera pestañea.

Adalbert se nos describe lentamente, hablando mientras observa el perfil de Wolfram.

—Que temerario. ¿Son solo diez soldados suficientes para proteger al rey? Y para peor, todos mazokus pura sangre, es fácil atraparlos a todos en una simple barrera de houryoku. Siempre debes tener al menos un soldado que pueda disipar el houjutsu [1] para situaciones como estas.

¡¿Entonces eso quiere decir que mis aliados están atrapados en la barrera que no les permite moverse ?! No lo puedo creer, pero que mazokus más débiles e inútiles.

—Ey, nos volvemos a ver, nuevo Maou.

—Un placer.

No me queda claro si es un enemigo. Aunque parece ser un enemigo de los mazokus, no siento maldad ni nada similar, proviniendo de él. Solo una herida sin sanar. Y aunque me llamo idiota, siempre fue amable conmigo. La primera vez que nos vimos él intervino entre los aldeanos y yo, al mismo tiempo, me enseño el lenguaje.

Además, su nombre completo es de Grantz Adalbert. ¿Suena como un nombre mazoku?

-… Están petrificados. ¿Eres tú responsable de eso?

—Sí, se podría decir que sí. Es una barrera de houjutsu que recordé vagamente que había aprendido. ¿Por qué estas montando con este tipo? ¿Cómo lograste ganar al hijo más que solo mover la cola para su madre y su hermano mayor?

No creo habérmelo ganado. Este hombre conoció a Conrad, y acaba de decir que también conoce a Wolfram y Gwendal.

- ¿Eres un mazoku?

Adalbert enarcó una ceja, su cara se arrugo al responder brevemente. - Hace mucho tiempo.

- ¿Entonces por qué viniste aquí a interferir?

—Porque los odio.

Miente, pero porque lo hace.

—Los odio a muerte. Sus métodos me dan una manera de salvarse de sus manos. Que lamentable, un sacrificio de otro mundo, deberías apresurarte e irte de aquí.

— ¿Por qué he de confiar en sus palabras, señor?

— ¿Por qué? Has sido traído repentinamente de otro mundo y obligado a ser el nuevo Maou, ¿verdad? El Maou es el enemigo de los humanos. Este mundo se ha corrompido y caído en la ruina a causa de su atroz existencia. Pareces un humano joven con buenas intenciones como para que te conviertan en ese monstruo. Así que, ¿no te parece que es demasiado? ¿No te parece que es cruel?

Desde que llegue a este mundo todos aseguran que soy un maldito muggle. Soy solo un estudiante de magia. Un mago de sangre pura. No alguien que posee el alma del Maou como esperan Günter, Conrad y Lady Cherie. No importa cuántas veces lo analice o lo digan, no es posible. Un mago no puede tener dos almas, y si es el caso su magia se vuelve torpe. En casos extremadamente raros la naturaleza mágica del mago, es capaz de unir a dos almas como una sola, pero eso solo ocurre durante un vínculo de matrimonio.

—Ellos necesitan un sacrificio. Tienen que poner un rey en el trono. Un chico puro que no entiende nada no puede oponer ninguna resistencia, lo cual es bueno para ellos. Todos los humanos enemigos de los mazokus dirigirán su odio hacia el líder. Es la única razón de tu existencia.

—No puedo creer en las palabras de un ser, que no es capaz de reconocer su origen.

Adalbert, que continúa parado frente a mí, no parece escuchar mis palabras.

—Eres un humano puro. Por eso es que la barrera no te afecta, ¿verdad?

— No soy humano. Ni un mazoku o el Maou. Y tus barreras no me afectan, porque son de…

— ¡No lo escuches!

La voz de Wolfram suena ronca cuando grita y su inquietud hace temblar mis hombros.

— Oh, ¿Puedes hablar?

— ¡No escuches a ese tipo! Él es…

No son solo mis hombros, mis brazos alrededor de su cintura y todo su cuerpo son los que tiemblan. Cuando voltea su cabeza para mirar puedo ver las gotas de sudor que se forman en la base de su nuca y el cuello.

—Ese hombre, nos traiciono… Está intentando, llevarte, a su grupo.

—Wolfram, duele, no hables.

Me pregunto si debería desaparecer la barrera que los detiene.

— ¡Bien hecho, tercer hijo!

El hombre que acaba de llamar un traidor desenvaina una larga espada y la apunta a la garganta del príncipe mazoku.

—Aunque te esfuerces por hablar estás en desventaja porque tienes un poco más de maryoku de que eres totalmente capaz de controlar. Si te aflojaras un poco como tus subordinados estarías más cómodo.

Cuando me doy la vuelta para mirar hacia atrás, ve que todos los mazokus que nos seguimos son viejos prestachos, están pasmados mirando a la nada.

Gracias al gran orgullo de Wolfram, parece que va a explotar una arteria.

Adalbert agrega insultos a su discurso.

—Mira, los humanos que odias han prendido fuego la tierra mazoku. Wolfram, tu siempre decías lo mismo. ¿Qué pueden hacer los humanos? Si son como gusanos, no sería un grave error oponerse a los mazokus.

¿Muggles? Puedo asegurar que Adalbert, está detrás de esto.

Me incline hacia adelante en el caballo.

Estábamos a punto a la salida del bosque, puedo ver la escena de odio y desesperación. Desde el otro lado de las llamas, siluetas de algo que parecen ser flechas, vuelan por el aire. No hay combate cuerpo a cuerpo con espadas, alguien está atacando a otra persona.

Una madre está tirada en el piso cubriendo a su hijo, y un soldado corre y se agacha mientras devuelve el fuego con su arco.

Es una guerra.

No puedo creer lo que está pasando frente a mí así que murmuro para mí mismo sin parar una vez más.

—Una guerra, muy muggle, pero sigue siendo una guerra.

Tal vez a esta escala debería ser más llamado una disputa. Pero yo no puedo ver nada más que no sea un "campo de batalla".

- ... ¿Quienes contra quienes? ¿Mazokus y humanos?

Un viejo corre hacia el bosque que busca refugio, de repente, la espalda y la venta de volando cuando trastabilea y cae hacia adelante. Una flecha está clavada en su espalda.

- ¿Por qué le están disparando? Si ni siquiera es un soldado ... No importa como lo mire, no es un soldado. Ese individuo es un aldeano, ¿no deberían ser los aldeanos ser los refugiados?

Los muggles están quemando la tierra mazoku.

Pero solo los niños, las mujeres y la gente mayor es la que vive en ese lugar.

Al comenzar a hablar mi voz no muestra emoción alguna.

- Acaso son imbéciles, están peleando contra los de su especie. ¿Esos son soldados humanos atacando una aldea donde los niños que han escapado vivían tranquilamente?

Wolfram escupe las palabras a Adalbert con asco.

—Esto tiene que ser tu culpa.

—Solo les di un pequeño consejo.

Cuando siento que estoy por perder el equilibrio, enrosco mis brazos en la cintura de Wolfram. El caballo castaño se agita levemente, la cola marrón rojiza se balancea ampliamente hacia la izquierda y la derecha. El hombre llamado traidor habla mientras veo el horrible espectáculo.

—Ellos no están desobedeciendo la palabra del dios en la que creen. ¿No lo sabías? El año pasado hubo un registro en las cosechas y se incrementaron los impuestos. La colecta de este año se hizo bajo los mismos cálculos. Solo quedaban dos opciones: morir de hambre o conseguir más provisiones. Me pidieron consejo, así como los di. La villa vecina en estas tierras de los mazoku que debería odiar tenía lo suficiente. Su dios no tomaria represalias si le roban a gente que cultiva en tierra mazoku y que vive en su territorio. No serán condenados bajo el alto crimen de saquear a sus vecinos.

- ¡Aun así siguen siendo humanos ...!

—Pero, no son iguales. Esta es una aldea de humanos que se han aliado con los mazoku. Las personas que se involucran con el mazoku ya no pueden ser consideradas miembros de la raza humana.

Aprieto ambas manos hasta que me duelen los pulgares.

Esos muggles, son peor que escoria… yo… yo no…

- ¡… No lo entiendo!

—Está bien si no lo comprendes. De todos los modos, ven aquí, yo puedo llevarte de vuelta. No eres un mazoku, eres un humano, ¿verdad? Eres una víctima de otro mundo solo por tu cabello rubio platino y ojos grises, así ellos pueden vestirte como el Maou y usarte como chivo expiatorio. Una vez que te pongas al lado de los mazokus no podremos ser camaradas otra vez.

Adalbert me extiende su mano para ayudar a bajar por el lado derecho del caballo. Entre él y el caballo no hay demasiado espacio. Sin mirar hacia aquí Wolfram susurra en voz baja.

—Ve.

- ¿Perdón?

—Por cómo se presenta la situación no parece que planee matarte. Sería problemático si resulta herido al resistirte. Ve con Adalbert por ahora.

- Intentas liberarte de tu prometido. Muy sabio de tu parte, sin embargo, no sé si me guste el hecho de ser regalado ...

- ¿eh?

Tomaré su palabra. Pero antes de bajar, susurre rápidamente a Wolfram.

—Asegúrate de volver por mi lo-bi-to - su pálido rostro adquirió el tono de un rubí -. Oh, no me extrañes demasiado!

Lentamente volteo hacia Adalbert en el otro lado, aun así una mano hacia mí.

—Así es, Wolfram. En el momento en que pierdas a este tipo de que te va a conseguir en otro momento. Sin embargo, usted puede tener en cuenta a sus hermanos. Siempre es mejor elegir proteger antes de dejar de luchar y perder la vida.

Wolfram aun ruborizado, muerde sus labios. Me susurra algo rápido cuando separo mis brazos de él, no estoy seguro de si lo escuche o no, pero entendí parte de ello.

—…Definitivamente volveré por ti.

En un pestañeo acepté rápidamente varios sentimientos e información y decidí que curso de acción tomar de acuerdo a ellos. No importa cuál sea el resultado, responderé lo mejor que pueda a la situación.

¿Cuál no me arrepentiré de elegir?

—No creas que montaré de nuevo en ese animal.

Me logro bajar del caballo con esfuerzo, estoy pensando si alongar un poco porque la parte baja de mi cuerpo duele de tanto estar en el caballo. Voy a buscar un buen jinete entre el grupo de Adalbert e intentaré montar detrás de él.

—Odio a los machos enormes como tú, me hacen sentir incomodo.

— ¿Entonces con quien montaras? ¿O puedes cabalgar solo?

— ¿Solo? ¡Declino esa oferta!

Cuando dije "declino" le di una palmada al pie de mi deslumbrado aliado con toda mi fuerza. Aunque el soldado no se despertó el golpe llego al estómago del caballo y con un relincho el corcel gris comenzó a correr. Atraídos por el primer caballo los demás también comienzan a correr, los que estaban sin inmutarse congelados en el lugar también se dispararon con mi acción.

El sonido de los cascos llenó el lugar mientras varios jinetes aliados y enemigos corrían hacia el bosque en desorden. Cuando el caballo castaño de Wolfram se perdió entre los árboles solo Adalbert y yo quedamos atrás.

— ¿…Porque hiciste eso?

— ¿Hacer qué…? Ah, te refieres a eliminar tu patético intento de barrera.

Ah, qué mal no me dieron ningún arma para defenderme. Hasta la última persona se ha ido.

— ¡¿La barrera?! Draco, te dije que te rescataría de los mazokus por tu bien. Así que, ¿por qué harías algo especialmente para jodernos? ¿Eh?

No se había dado cuenta que la barrera fue destruida, en el instante que el caballo de Wolfram comenzó a correr.

— Que haya elegido quedarme no significa que sigo tus ideales. Por ahora no te necesito en mi equipo, cuando sepas con quien está tu verdadera lealtad, solo tal vez te acepte como aliado.

Adalbert avanza hacia mí con su espada gigante colgando e ambas manos.

—Te dije que no tuvieras miedo, pasé por muchos problemas al preocuparme por ti. Debería haberte roto un brazos o amenazado con raptarte desde el principio.

— ¡Inténtalo! Sin embargo, como el ser poderoso que soy, estoy obligado a advertirle que derrotarme no es fácil.

Aparentemente la persona que elegí no le gustó a este hombre.

—Solo tengo que deshacerme del Maou.

—Eso debería impresionarme.

Eso fue demasiado indiferente, incluso para mí. Aunque está empuñando esa espada tan grande y larga… no trasmite ni el más mínimo miedo.

—Has decidido apoyar a los mazoku, eso te convierte en un enemigo. ¡Si los mazokus tienen el poder del Maou tu existencia se volverá cada vez más y más problemática!

— Y planeas deshacerte de mí. ¡Tiene miedo de que eso suceda! ¡¿Cree que podrá escapar para siempre del pasado?!

El sonido de la hoja al blandirla es terriblemente pesado y resuena.

— ¡¿Qué puedes saber tu de mi pasado?!

Adalbert fija su mirada en mí, necesito ganar tiempo.

—… Nada, señor.

— ¿Porque Shinou haría algo tan ridículo como eso?

Esto no es como el duelo con Wolfram, no hay lugar donde correr. Incluso si lo esquivo una o dos veces no tiene caso. Solo…

Esparzo mi aura, infringiendo miedo y presión en mi atacante. No es mucho, pero ayudara mientras mando un mensaje de ayuda, a la raza que se encuentre más cerca.

La sombra de la espada que está blandiendo se refleja sobre mi frente.

Cuando el aire vibra como si una bludger pasara volando, una rama seca se rompe con un crujido seco.

Las astillas caen sobre mis brazos y piernas cuando me agacho. Algo reseco y de forma redonda cae en mi regazo.

—Hues…

Uno de los Kotsuhizoku que me ha estado siguiendo desde hace largo rato fue "roto" por la enorme espada de Adalbert. ¿Le dio directo en la espina dorsal? Está casi completamente destruido y desparramado. La calavera descansa en mi regazo y las alas marrón claro comienzan a convulsionar.

¿Recibió mi mensaje? ¿Me protegió?

—Kohi… ¿tu…?

—Es la primera vez que veo a un Kotsuhizoku actuar así. ¿Arriesgó su vida para proteger a su amo? Ah, que desagradable, lo decapité.

— ¡¿Qué quieres decir con "desagradable"?!

Mientras me disculpo con Kohi en mi mente me levanto apretando fuertemente parte de él, tal vez lo que fue su pierna. Por supuesto que no pienso que los huesos puedan detener una espada.

— ¡¿Que sabes tú de Kohi?!

Bueno, tampoco es que yo sepa mucho.

Sin esforzarse por esconder su verdadera personalidad, Adalbert, que parece ser el villano, sonríe.

—Sientes simpatía por esta raza sin sentimientos. El Maou es una persona bastante ordinaria.

— ¡Cierra la boca, malinchismo [2]! Tú no eres más que un insípido y desechable ser. Y si no te marchas en este instante ¡prometo triplicar los impuestos!

Mientras preparo el hueso, mi arma con un 3% de efectividad, se escuchan unos tranquilizadores caballos cerca. No es un príncipe en un caballo blanco, sino las tropas de Lord Weller y Lord von Bielefeld.

Desafortunadamente para él, no puede hacer nada estando superado en número y sobre todo sin un caballo, no puede hacer nada incluso si su rehén escapa. Adalbert se da a la fuga y desaparece antes de que lleguen los refuerzos. Conrad ordena a varios de sus subordinados que lo persigan, y les instruye que cuando lo encuentren no se acerquen más de lo necesario, incluso si creen tener una oportunidad, porque sus vidas podrían correr peligro.

—Probablemente se han dispersado.

Más allá de eso, se arroja hacia mí con toda intención de estrujarme es sus brazos y de alguna manera le cae encima arena a Wolfram.

—Qué alivio, draco. Pensé que sería demasiado tarde.

- No había de preocuparse. Von Grantz Adalbert y yo, aquí presente, intercambiaron opiniones individuales.

Mientras nos damos palmadas en la espalda, la voz de Conrad se pone seria.

—Por cierto, ¿qué es esa cosa dura golpeándome en la espalda?

—Un hueso.

—Un hueso. Oh, ya veo, es un hueso. ¿Y que planeaba hacer Su Majestad con eso?

—Mmm, creí que vería sublime en mi alcoba.

Enérgicamente separa nuestros cuerpos y me frunce el ceño.

No lo puedo creer, estaba planeando pelear con Adalbert ...

—No, eso sería estúpido.

—Ah, Su Majestad, ¿sabía que sería lo mismo que cuando luchó con Wolfram? Él y el lobo ni siquiera están al mismo nivel.

- ¡Bueno, perdóname por no estar al mismo nivel!

El tercer hijo de su caballo castaño y pateó la maleza con amargura. Aunque los efectos de la barrera ya han pasado no puedo decir que se vea bien.

- ¿Estás bien, Wolfram?

—Hump, no hace falta que te preocupes por mí.

Mire a Wolfram de arriba hacia abajo y sonrío maliciosamente.

- No eres tú quien me preocupa, sino mi prometido. ¿Qué pensaría el reino si yo, su futuro rey ignora la salud de su prometido? ¿Quién confiará en mí, el honorable y distinguido?

Eso sonó tan cursi, pero vale la pena.

Wolfram mira levemente hacia otro lado y susurra lentamente.

-… estoy bien.

—Es bueno saberlo.

Conrad mira estupefacto el actuar de su hermano menor.

—Está pagando las consecuencias de sus errores. Hizo lo que quería y trajo aquí a Su Majestad.

Aunque el hermano más joven fue reprendido no parece tener ni una pizca de retraimiento.

—Me retrasé demasiado. Estaba luchando cerca de la frontera en la aldea pero el Kotsuhizoku que siguió a nuestras tropas en el peligro de su compañero. Como he dicho, tienen una habilidad peculiar para comunicar sus pensamientos. Pueden tener conversaciones solo con sus espíritus si no están demasiado lejos. Así que dejé la situación a Gwen y me encontré con Wolfram a medio camino a galope hacia aquí ...

- ¡Es verdad! ¿Qué deberíamos hacer con Kohi?

Arrastré los restos que se encuentran entre las raíces del árbol para juntarlos y coloqué la calavera delicadamente en el centro.

—Lo siento tanto, Kohi.

Lo menos que puedo hacer es una tumba simple y dejarle flores en el aniversario de su muerte y la semana equinoccial.

—Ah, espere un momento Su Majestad, no debería enterrarlo.

— ¿Pero qué estás diciendo?

—Tenemos la responsabilidad de recolectarlo. Si lo enterramos, ¿cómo va a volver a volar?

—…

—Si lo armamos correctamente de nuevo será capaz de volver a volar otra vez.

— ¿No está muerto?

—Hay muchos misterios sobre cómo es que viven.

— ¿De verdad lo puedes rearmar? ¿No vas a terminar creando una extraña criatura nueva si le pones los huesos en el lugar equivocado?

—Está bien, tenemos ingenieros expertos.

¿Un modelador profesional? Pero estoy contento. Lo que más quería era que el viviera.

Cuando por fin salimos del bosque para volver a la aldea Conrad dio detalladas instrucciones formales mientras lidiaba con soldados enemigos que fallaron en escapar.

—Aunque ya casi está resuelto aún hay focos de resistencia. No se aleje de donde pueda verlo, ¿está bien? Porque la gente alcanzada por las flechas perdidas puede perder la vida.

Siendo cuidadoso de no alejarme del campo de visión de Conrad me fui hacia una esquina donde está congregada la gente herida.

La carpa armada para resguardarlos de las chispas me recuerda a las tiendas de acampar en los festivales de deporte. Pero no hay una atmosfera pacifica bajo techo, hay más de veinte personas heridas recostadas sobre el pasto. Mientras me quedo parado aquí pasmado más gente es cargada dentro una a una.

Son mazokus, hombres y aldeanos. Gritan, gruñen y lloran.

Una chica de tez pálida se mueve inquieta sola de aquí para allá. Günter los ha llamado el clan de sanadores. En resumen, ¿es ella una médica?

—Necesitas asistencia…

La chica levanta la cabeza y se asombra de verme. Parece de la edad de Wolfram, así que debe ser muchísimo mayor que yo.

— ¡No, Su Majestad! No se moleste, puedo encararme yo misma.

—Segura, las personas siguen llegado y por lo que veo se encuentra sola.

—Umm, umm, discúlpeme por tener esta apariencia tan desagradable frente a usted, Su Majestad. Pero por favor, Su Majestad, vaya a darles instrucciones a los soldados.

Sacudo leve la cabeza. Parece que he invadido su territorio.

—Su apariencia no es desagradable… Todos están lesionados, y usted sugiere que dé órdenes a las tropas. Los soldados están entrenados, al menos que sean tan incompetentes como para necesitar de mis mandatos.

No quiero sonar engreído. Pero seguro las tropas no aceptaran mis órdenes con facilidad.

Cuando una persona más es cargada dentro el humor de la médica cambia. Me entrega una caja que parece ser un kit de primeros auxilios y apunta a un hombre cerca de la entrada.

—Esto es imperdonable, ¿pero podría usar este desinfectante en los pacientes con heridas menores de allí? Necesita usar guantes. Las vendas y la tijera están aquí. Umm, Su Majestad, ¿tiene alguna experiencia atendiendo soldados heridos…?

—No con soldados. Pero si tengo experiencia con las heridas.

He visto y curado las heridas de Pansy, cada año después de vacaciones y visitas de los señores Parkinson a Hogwarts.

Como era común cada fin de mes, el señor Parkinson, llegaba a Hogwarts para velar por la salud de su hija. Al salir sus ojos estaban vacios, así que la espere, y espere… comenzó a oscurecer y Pansy seguía sin volver.

Eran pasadas las once. Cuando la sala común se vació, la pared se abrió y Pansy entro sollozando. Me acerque a su cuerpo tembloroso. En su mejilla, su cuello, sus manos y piernas, había pequeños cortes que sangraban sin parar.

Después de eso, pase todo los días en la biblioteca, leyendo los libros de medimagia y medicina muggle. Comencé asiéndome leves heridas para practicar, sin embargo, madame Pomfrey, la enfermera del colegio, me sorprendió una vez mientras practicaba en el despacho de mi padrino y se ofreció a instruirme como medimago.

La expresión de la soldado parece de alivio y se va a atender pacientes con heridas graves. Audazmente rocié antiséptico en un hombre que se cortó el muslo. No es como una herida hecha por látigos o por hechizos navaja, la carne está abierta y rosada.

—Qué mala suerte, te golpearon sin usar armadura. La herida parece superficial.

La prueba es que no puedo ver el hueso o el músculo.

Despejo mi mente. Paso mi mano por su pierna dañada. El rostro de mi paciente se relaja mientras dejo fluir mi magia, calmando su dolor.

—Majestad, usted es demasiado gentil…

— ¿Gentil? El dolor ha desaparecido. Ahora pondré un poco de ungüento — hay un gel amarillo dentro del kit, lo unto en un gran trozo de gasa y vendo su pierna —, ¿arde?

El hombre niega con la cabeza mientras continúa repitiendo que soy "gentil". Luego de terminar con su pierna examino las otras heridas y quemaduras.

En seguida de que atendí algunos pacientes con heridas menores el siguiente era un hombre tendido boca abajo.

Tiene una cortada en diagonal a través de su espalda pero gracias a su ropa no sangra demasiado.

Se ve como un simple mercader. Su cabello marrón cae sobre su cuello sucio. Una moneda de plata con un cordel de cuero ha caído hacia la parte trasera de su espalda. ¿Es un amuleto de buena suerte o dinero de algún país de algún lado? Sin pensarlo realmente retire sus prendas.

—No me toques.

Sin prestar atención a sus quejas continué con mi deber.

— ¡No me toques! ¡¿Me vas a matar?! Porque los mazokus no perdonan la vida a los humanos.

— ¡Guarde silencio!

El hombre hizo una mueca al tratar de levantar su cuerpo y gruñó adolorido. No entiendo los insultos que me está diciendo. No mira para este lado.

— ¿Eres un humano?

— ¡Por supuesto que sí, maldita sea, y tu eres uno de ellos! ¡Maldición, si me vas a matar entonces hazlo rápido!

— ¿Intento poner desinfectante en sus heridas?

— ¿Desinfectante? No intentes engañar a un pobre diablo, ¿un mazoku salvando humanos? Ustedes los mazokus asesinan a los humanos así que nosotros vamos a matarlos primero.

Sin importarme nada le puse el líquido en la herida.

—Te asesinare, ¡si no te quedas quieto de una vez!

Como si de palabras mágicas se trataran el humano se quedo inmóvil.

—Esos humanos viven en esta aldea, ¿no? Si los mazokus quisieran asesinar a los humanos, ¡¿porque son refugiados?! Fueron ustedes los que vinieron a arruinar la paz que tenían.

Es verdad, los humanos atacaron la aldea con sus espadas dirigidas hacia otros humanos.

Dispararon flechas. Aunque ambos eran muggles.

El hombre voltea la cabeza para verme y yo lo miro hacia abajo desde donde estoy parado.

— ¡Está bien destruir este lugar! ¡Esta aldea vendió su alma a los mazokus, no importa si los saqueamos y por supuesto que quemaríamos una aldea como esta! ¡Nuestro dios nos perdonará, él nos otorgó poder para castigar a los mazoku!

Su risa se vuelve un poco histérica a causa del dolor y el sangrado.

— ¡Dios ha elegido a los humanos!

Niego con la cabeza.

—…Su clase es inferior y cruel. Seres regidos por la envidia, igual que su dios.

Un soldado con una venda alrededor de su cabeza que está junto a nosotros se levanta tambaleante.

— ¿….Qué le estás diciendo… a Su Majestad…?

No hay una pausa. Él toma su espada y la apunta al cuello del humano que gritaba.

—Maldit…

La espada corta el aire bruscamente y se clava en el suelo blando. La cabeza del hombre aun esta sobre sus hombros. Afortunadamente el arma se rompió. La médica levanta la barbilla del hombre y rápidamente presiona un trozo de tela contra su nariz. El hombre herido pierde las fuerzas y su mejilla se presiona contra el suelo muerto de cansancio.

—Cuando los heridos se excitan demasiado me temo que tengo que ponerlos a dormir.

Ella sonríe sin perder el control como si esta clase de cosas sucedieran con frecuencia.

— Tú el de ahí, y tú también. Disculpen si los ofendo pero siempre hay creyentes, ¡así que cuiden lo que hacen! Todos los pacientes en mi lugar de trabajo son tratados por igual. ¡No voy a permitir que se lastimen entre ustedes! Ah, Su Majestad.

Me observa mientras yo miro abrumado y nota la gema colgando en mi cuello.

- ¿Es eso un regalo de Su Excelencia Conrart?

-Si.

—Ya lo veo.

No sé qué es lo que se ha grabado, pero sí con la cabeza y va a tratar al siguiente herido.

—Realmente le queda bien.

Vuelvo a donde Conrad estaba antes dándoles órdenes a sus hombres. Los soldados llegan con las ropas informadas que encontraron un pozo.

—Está bien, no se acerquen demasiado al fuego. Caven lo más profundo que puedas en el suelo alrededor y conténganlo.

Los subordinados hacen una reverencia y se van corriendo rápidamente.

Wolfram no parece particularmente preocupado y se cruza de brazos.

—Cuando con mi hermano debería hacer que la tierra se reduzca esta aldea. De esa manera se extingue el fuego y no alcanzará el bosque.

- Un plan excelente, Lord von Bielefeld Wolfram. Sin embargo, esto no ha desaparecido.

—Hump, el fuego fue iniciado por los humanos como ellos, así como los que se rendirían, que se resignarían a su destino.

Lo sé, pero ...

Mis fuerzas se dan de repente.

—Su Majestad.

Conrad se acerca y coloca una mano gentilmente en mi hombro.

—Dijeron que querían comida y atacaron esta aldea porque los humanos están protegidos por los mazokus. Eso me lleva a pensar, ¿los mazokus que detestan a los humanos les atacaron?

Wolfram resopla como si se sintiera ofendido por eso.

- ¿Por qué correr el riesgo de hacer algo inútil? Esta tierra ha sido mazoku durante mucho tiempo. Además, si el fuego alcanza el bosque no es algo que debemos restaurar en uno o dos años.

Las casas que arden con humo negro finalmente se desmoronan miserablemente. El sembradío que era verde y dorado solo hace unos días ahora es consumido por las llamas.

- ¿Por qué hacen esto? Dice la voz débil de Ignis . Yo ... yo soy luz ... no destrucción. Draco, detenlos, yo no soy esto. ¡Por favor, Draco!

Muchos animales de granja han buscado refugio en el bosque.

- ¿Por qué los humanos se harían esto unos a otros ...?

Conrad es interrumpido por una chispa que cae y la quita de mi hombro.

—Ven a los mazokus como enemigos de los humanos.

La historia de ese hombre resuena en mi cabeza.

- ¿Qué clase de dios aprueba la crueldad ?!

No puedo leer sus sentimientos en su susurro y que ha crecido entre mazokus y humanos.

-All Right.

Las voces fatigadas de los soldados desesperados se elevan, las cenizas de lo que se ha quemado vuelan lejos.

Caen y se apilan sobre el pasto, danzando alrededor en el aire de nuevo cuando los esparcen los cascos de los caballos.

Una y otra vez. Hasta que vuelven al suelo.

- ¿Entonces en el otro mundo de donde proviene Su Majestad los humanos no luchan entre ellos?

-…Nariz…

Las llamas iluminan las figuras de los jinetes acercándose. Un hombre subyugado por otros tres es arrastrado en una larga pieza de tela y arrojado en frente a nosotros y un grupo de aldeanos que estaba mirando.

- Ese ...

La persona frente a nosotros tiene la ropa hecha jirones. Lleva una flecha en el hombro derecho a través del uniforme de soldado. Sus ojos están rojos por la sangre. Con la cara pálida y en voz baja el hombre murmura algo.

Aunque no puedo ver ninguna herida, sus brazos y sus piernas están en una posición extraña.

Sus huesos.

Imagínese el dolor y no puedo tragar el vómito que se avecinaba.

—Aseguren aquel lado de inmediato. Aunque casi todos escaparon hacia el otro lado de la frontera.

Incluso en una situación sería como esta, la expresión de Gwendal no cambia mucho. Como siempre esta malhumorado y apuesto, y a excepción de una mancha de sangre de otra persona en su ropa no tiene rastros de combate.

Luego de levantar las cejas ligeramente al ver a su hermano menor que ha venido aquí, comienza a hablar de la situación como un soldado.

—Adalbert llenó de mentiras a este hombre para provocarlo. No es de extrañar que estén entrenados, varios soldados están involucrados. Parece que tenían un usuario de fuego entre ellos, es por eso que el fuego es tan poderoso.

—No hay señales de que se debilite el fuego. Hemos enviado un mensaje con un Kotsuhizoku a mediodía pero los usuarios mágicos aun no llegan, es por eso que lo único que podemos hacer es aguantar, ¿pero hasta cuándo? Haremos lo que se pueda para proteger al menos el bosque.

—Bueno, sin su ayuda solo podemos mirar. O…

Dándome cuenta de que yo no he hecho nada más que ayudar a unos cuantos heridos, alzo la cabeza ocultando mí avergüenza. Desmontando con gracia Gwendal ordena a su subordinad que se lleve a su sobreexcitado caballo lejos de las llamas y se para con rectitud mirando hacia aquí.

— ¿Extinguirá las llamas arrasando esta aldea con el impresionante majutsu de agua de esa vez?

¿Qué yo qué?

— ¿Qué quieres…?

¿Majutsu de agua como la de esa vez? Tengo amnesia, ¿acaso no lo sabe? Además manifestar a Aqua, es muy agotador.

—Hermano mayor, parece que este tipo no puede recordar lo que pasó. — Wolfram lo dice bruscamente, como si no tuviera importancia—. No se le puede llamar milagro, solo pura suerte, fue capaz de hacerlo inconscientemente. En otras palabras, el Draco que tenemos ahora no solo no puede usar espadas o majutsu, también es un principiante montando a caballo.

— ¿Qué clase de milagro hice?

Conrad me mira excusándose.

—Como sea, si no puede ser útil al menos manténgase fuera del camino.

Parece que el hijo mayor en realidad no esperaba eso en serio.

Traen a una mujer de entre los aldeanos que están apiñados hombros con hombros. Con el cabello rubio enmarañado y las marcas de las lágrimas sobre sus mejillas se acobarda frente a los nobles extremadamente hermosos, en particular siendo mazokus. Un soldado da su espada a la mujer y la guía cerca del enemigo acobardado.

Gwendal dice: —Ese hombre es el que quemó su aldea. Mátenlo, humíllenlo, hagan lo que les plazca.

—Si no le importa, convertirse en asesina ¡mátelo! Llene sus manos de sangre…

Él me mira con una expresión que dice: ¿Tu otra vez? Pero no puedo dejar las cosas así. Sí, soy yo, como siempre.

Le estoy dando rienda suelta a la conducta que aprendí en un mundo diferente.

Pero así soy yo.

Me coloco al lado de la mujer y miro al soldado herido. El único que desafía al prestigioso mazoku.

—…Una sangre tan sucia y podrida que se encuentra llena de envidia. ¿Qué espera asesínelo? Ese hombre quemo su aldea, el trabajo de meses, está siendo consumido por las llamas.

Desesperadamente intento convencer a la mujer que no ha levantado el arma.

— Yo… este…

—No puede, ¿verdad? Eso es porque usted no es una asesina.

La mujer pone en mis manos la espada del soldado, y vuelve a su lugar entre los aldeanos. Sin antes agradecerme por aclarar su mente, así como librarla de una culpa futura.

— Los heridos deben de ser tratados por igual ¡Conrart, encárgate de este alborotador!

—No puedo hacer nada.

Como si Gwendal estuviera un poco irritado se lleva la mano a la frente.

—Ese sería el caso si fuera un soldado común, este es uno de los cabecillas.

— ¡No puedes aplicar el condena que se te dé la gana! Necesita un juicio.

No me siento aliviado al mirar alrededor.

No hay agua por ningún lado, todo el mundo cava y tira tierra encima.

— ¿Porque no están tirando agua para apagarlo?

Le pregunto a Conrad con calma.

—Porque el pozo no está cerca. Además las llamas fueron iniciadas por un usuario mágico, un poco de agua no logrará apagarlo. Un fuego normal se esparciría más lento desde donde ha sido iniciado; a menos que tengamos muchísima agua no lo podemos apagar usando agua. Gwendal es un excelente usuario de tierra así que pensó en levantar el suelo para aislarlo, pero las consecuencias que tendría eso sobre estas tierras serían demasiado grandes y tal vez habría que sacrificar el bosque… Todo lo que podemos hacer es esperar por un usuario que pueda manipular el agua.

Manipular el agua. Yo podría intervenir, pero…

Wolfram está parado con una mano en su cadera y le pregunta a su hermano mayor sin temblor en la voz: — ¿Se puede considerar este ataque razón suficiente para una declaración de guerra?

—Bueno, es una razón más que suficiente.

¿Una declaración de Guerra?

Eso es un poco más que exagerado, solo ha sido una pequeña disputa… Repito las cuatro palabras una y otra vez en mi cabeza. Una declaración de guerra, una declaración de guerra, una declaración de guerra.

¿Una declaración de guerra?

— ¿Van a declarar la guerra por esto?

¡Soy ignorado! Nee, solo hable muy bajo.

—Piénsalo desde una perspectiva diferente, Wolfram. Ni un soldado regular se ha unido a ellos. Si convertimos este ataque en la razón principal para declarar la guerra pueden evitarlo descartando tan solo una aldea. Necesitaos algo conciso.

— ¿Pueden hacer lo que quieran con las regiones más alejadas del país mientras nos sentamos y miramos en silencio?

— ¡Esperen!

Ellos me miran, pero no como si fueran a tomarme en serio.

Eso sí que no, ¡Nadie ignora ni deja de lado a Draco Lucius Malfoy Black!

La sangre sube a mi cabeza a una velocidad impresionante. Si me cortaran una arteria ahora la perdería toda.

— ¿No saben nada sobre las políticas de defensa? ¡Me opongo a esta absurda guerra!

Apunto hacia Conrad mientras elevo mi tono al final de las palabras.

—Los humanos también luchan entre ellos en la Tierra, ¡¿no me dijiste eso hace un rato?! Oh, no sé, si lo hacen, no soy un humano para saber sobre su historia. Pero los magos, ellos sí, lo hacen, ciertamente lo hacen. ¡Pero todas las veces hubo siempre alguien intentando detenerlos con todas sus fuerzas! ¡La mayoría de la población quiere paz!

Vocifero perdiendo el control de mis poderes. No me importa el mal genio de Wolfram, o de quien sea.

— ¿Es eso lo que estaban haciendo? ¡¿Esperando pacientemente hasta que tuviera algo sólido con lo cual comenzar una guerra?!

—…No grites.

Gwendal frunce el ceño como si luchara contra un Imperius. Pero mi apodo es el Príncipe de Slytherin.

— ¡Analícenlo! ¡Los cultivos de los ciudadanos de su país fueron quemados! ¡¿Que van a hacer respecto a eso, como pueden solucionarlo?! ¡Una Guerra! ¡¿Eso no les devolverá los sembradíos ni las cosechas a los aldeanos?! ¡Eso es, resuélvanlo con astucia!

— ¡No grites, extranjero de otro mundo!

— ¡No! ¡Voy a alzar la voz, porque puedo hacerlo! Dijeron que tengo el alma del Maou, así que ¡me opongo a la guerra, siempre lo haré, incluso muerto seguiré oponiéndome!

— ¡¿Así que ya moriste una vez?!

— Claro que no.

Lo hice, pensé. Clámate.

Gwendal, que nunca me trató más que como un hongo con pies, comenzó a discutir conmigo. Ahora que empezó esto no puedo parar.

No importa lo aterrador que sea el Maou.

—No tiene intenciones de convertirte en el Rey, ¡así que no tiene nada que opinar sobre nuestro país! Tengo la responsabilidad de defender Shin Makoku y la obligación de tener en cuenta nuestros intereses nacionales. La ética exagerada y sus métodos desabridos pueden estar bien para ese lugar donde creció. Pero nosotros vivimos aquí, ¡y los mazoku tienen métodos mazoku!

— ¡Eso va a cambiar! ¡Voy fundar un nuevo mundo con mis métodos!

Este cielo no está sucio, esta tierra no está envenenada, este bosque no está en peligro, este mundo es hermoso. Pero hay algo extraño acerca de este mundo.

— ¡Ustedes son sublimes y relevantes, pero el problema es que tienen métodos erróneos! ¡Tanta discriminación entre ustedes y hacia los humanos, costumbres peligrosas, clases privilegiadas y les gusta la guerra! ¡Ambos son muggles, pero como viven en tierra mazoku está bien atacarlos! ¡¿No les parece irónico! ¡"Dios les otorga poder para luchar", ¿qué clase de deficiencia es esa?!

—Su Majestad.

De los tres hermanos, solo Conrad me llama "Su Majestad". Sus ojos color topacio parecen atravesarme por sorpresa.

—Ellos están completamente equivocados, pero aun así, no tiene sentido dejarse llevar. Incluso si nosotros entendemos lo que es correcto, que la guerra es un error.

Lo siento Conrad, el Príncipe no puede parar durante un discurso.

— ¿Si el Rey dice que no podemos ir a la guerra, los ciudadanos le obedecerían?

—Su Majestad.

Hablo cada vez más y más gélido, y anuncio lo siguiente.

— ¡Me convertiré en el Maou!

— ¡¿Draco?!

— ¡Me convertiré en el Rey de Shin Makoku!

Si no instruyo a los principiantes nunca aprenderán a jugar.

El fuego se expande hasta la valla de contención. El sonido de una pequeña explosión cubre el grito de una mujer.

Tratando de darme la vuelta mi cuerpo se dobla y tengo un ataque de tos. Un golpe sobre mis costillas derechas me ha sacado todo el aire de los pulmones.

— ¡No te muevas!

Me tienen atrapado por la espalda con ambos brazos alrededor de mi cuello, mi barbilla es sostenida en alto con demasiada fuerza. Algo duro de metal toca mi garganta y mi pecho, alguien respira junto a mi oreja.

La cabecera tiró en el piso coge el arma que me entrego en las manos a la mujer. Sus ojos centellan enrojecidos por la sangre y la respuesta con dificultad, agitación y adolorido. Las flechas están clavadas en sus hombros y sus piernas.

—Que nadie se mueva, si se mueva el corto la garganta a este tipo.

Intentar voltear mis ojos al menos un poco para ver la cara del hombre.

- ¡También es inútil que te resistas!

—Hazlo ...

Le provoque.

—Me pregunto si el gran Maou mantendrá la boca cerrada como nosotros los plebeyos.

Alguien chasquea la lengua. ¿Quién es?

Dejo arrastrar mientras se mueve y el hombre habla en una voz que parece aguantarse un poco la risa.

—Si de verdad eres el Maou, ¿puede ser verdad? ¿Puede ser tan fácil incluso para un soldado como yo?

-…

—Aunque no voy a tratar de llevarlo a ningún lado, si alguien de ustedes intenta decir aunque sea un fragmento de un hechizo, ¡probablemente me muera pero me voy a llevar conmigo de seguro! Ni se les ocurrió ni a mí ni a mí ni un soldado de veinte años.

Un dolor que se siente caliente recorre mi cuello. Puede tener una cortada superficial en la piel.

El hombre se encuentra con el cuidado de los mazoku, la demanda de un caballo, el agua y las raciones de la comida.

- ¿Eres el mocoso que dijo frente a todos que era el Maou? Pero, no estás habilitado con la espada o el majutsu, me pregunto si de verdad eres el Maou.

- ... Lo soy ...

La punta de la espada que toca mi garganta debido, pero mis costillas golpeadas más duelen. Cada vez que respiro mis ojos se humedecen.

—Bueno, de cualquier modo, no hay dos personas en este mundo con cabello rubio y ojos grises. Aunque no sea el mar, necesito llevarte a un montón de dinero. ¿No sabias? Dicen que usted puede obtener la vida eterna si tiene un joven, tengo colegas que pagar un montón de dinero por algo como eso.

Ya lo has escuchado antes. Hace tres días. Aunque soy un mago no puedo revelar mi magia, aun no es el momento. Cierro mis ojos con fuerza.

Perdón por gritar hace un rato, lo siento mucho, así que por favor sálvenme. Algo la vista con todas mis fuerzas, pero ninguno de mis aliados se mueve, miran conteniendo el aliento a cierta distancia.

Traen el caballo y guardan una pequeña cantidad de agua en las alforjas. ¿Tal vez mi única oportunidad es ahora? No es posible para dos personas subir al mismo tiempo, menos para un rehén a punta de espada.

¿Así que esta la única oportunidad que me queda?

—Sube.

El hombre pone la espada a mi espalda, parece que planea subir luego. Sin ser capaz de decirle que no puedo montar solo coloco mi pie con timidez en el estribo. Fue en el momento en que cruzaba mi pierna derecha sobre la silla de montar. Una pequeña y rápida sombra se aproximó y la flecha en la pierna del hombre es arrancada.

El tipo grita como un escuerzo. La espada corta la piel marrón y el tímido caballo relincha agudamente, levanta las patas delanteras y tira su "carga" corriendo asustado.

—Maldito animal…

Para cuando me doy cuenta mi cuerpo está flotando en el aire, voy a golpear contra una superficie dura, el piso. Mis costillas duelen de nuevo y no puedo entrar oxígeno a mis pulmones sin que duela.

—…Agh…

Mis dedos agarran mi pecho y caigo sobre algo caliente.

Es sangre.

No puedo ver nada más que la sombra de la espalda de Conrad retro iluminada. A sus pies hay un bulto ensombrecido. El hombre se ha doblado y desmayado. La sangre roja y fresca se esparce.

— ¿Esta muerto?

—Quien sabe.

Hay una voz bajo mi cuerpo y me apresuro a bajar mis caderas al piso. Gwendal se sacude el barro y las cenizas de su ropa. ¿Por qué está este hombre debajo de mí? No hay tiempo para preguntar. Tal vez sucedió cuando me caí del caballo, lo cual paso gracias a la pequeña y lamentable figura de la persona que me ha salvado.

Las llamas ya se están aproximando a este lugar. El chico no se mueve a pesar del calor, está tirado boca abajo.

- ... Ey ...

Niños rubios con buen físico están parados cerca.

—Brandon.

—Draco, es peligroso, déjeme a mí.

Maravillado empujo el brazo de Conrad y voy hacia las llamas.

Este niño, por la culpa de los humanos que iniciaron el fuego, por la culpa de las llamas aterradoras que alguien encendió, por la culpa de las llamas de esos cobardes que no se puede apagar ...

- ¡Brandon!

Una gran llamada al otro lado, de alguna manera, Conrad logra contenerla.

- ¿Brandon?

El niño voltea su rostro y lo coloco sobre mis rodillas. Sus ojos están abiertos y mueve los labios. ¡Está vivo!

- ... Su Majestad ...

"No tienes que llamarme" Su Majestad ".

-… .Pero, usted va… a… convertirse en el Rey…

Algo se escurre sobre la mejilla del niño.

—Brandon.

Voy a proteger esta aldea, como me protegiste, te lo prometo, tengo una deuda de vida con este niño.

Eso significa que ...

Alzo mis manos y mi vida.

—Yo Draco Lucius Malfoy Black, Príncipe de Slytherin, Heredero de las Nobles Casas Malfoy y Black, próximo Rey de Shin Makoku, llamo a la madre magia - un trueno atormenta mis oídos de repente, pareciendo sincronizarse con mi voz - para que sea testigo de la deuda de la vida, que tengo que este indefenso ser ...

El cuerpo del niño es rodeado, por una luz blanca, la magia pura demanda un pago.

—Ponte cualquier cosa que desees, Brandon ...

- ¿Va a… e-enseñarme como… lanzar?

¡Es tan inocente !, susurra alguien dulcemente y de forma alegre, mientras que el resto de los presentes miran atónitos mi poder.

- ¡Lo prometo!

La deuda de la vida queda sellada.

La magia que cubrió el cuerpo del niño, se eleva hasta el cielo formando nubes. La lluvia comienza a azotar el suelo ... Hasta que cada uno de nosotros está empapado.

Parece ser un raro aguacero.

Referencias


1. Houjutsu: técnicas de dios o divinas.

2. La palabra malinchismo, es un término que se utiliza en la cultura mexicana para referirse a un complejo social que rechaza lo propio y más bien, favorece lo extranjero