¡Arma definitiva!
Capítulo 7
Si te enamoras de una chica de la isla,
El volcán Van Dar Via hará erupción.
Aunque ella no pueda cruzar el mar contigo,
Alza la vista y canta la misma canción hacia el cielo.
Oh, sí, esta es la isla de ensueño Van Van Van dar Via.
Visítala una vez y nunca lo olvidaras. (Mantener con palmas)
Esa es la canción N°1 de Van dar Via.
Aunque no estoy seguro sobre todo eso de la isla de ensueños. Digo, se ve como uno de esos lugares construidos encima de un vertedero.
— ¡Esto no tiene NADA de isla de ensueños! — digo jadeando por aire, mis pies parecen de plomo. Pero el eterno sendero de la montaña continúa hacia arriba, y ni las quejas o los gritos van a cambiar eso.
Arribamos a eso de las cuatro y media en una playa arenosa que no tiene salida a ningún puerto o muelle. Cuatro marineros chorreando sudor, agua de mar y una variedad de desconocidas algas. Como nos veíamos bastante extraños, nos limpiamos en una cabaña abandonada en la playa e inmediatamente nos dirigimos a la montaña luego de una breve siesta.
Comenzamos bien, mal informados por Conrad sobre un camino pavimentado y afirmaciones de que incluso un niño podría subir a la cima sin esfuerzos.
—Cualquier niño que pueda subir esto sin esfuerzo ni magia debe de estar en la lista de niños extraordinarios alrededor del mundo muggle.
—¿Qué quiere decir? Un sendero en la colina como este no llega ni a considerarse entrenamiento de escalada.
See, pero los estudiantes de magia normalmente no se entrenan para la escalada al estilo muggle.
—Tendremos tiempo de sobra si lo escalamos antes del mediodía.
—¡Pero soy un invalido! Quiero decir, ¡vomité todo lo que tenía en el estómago antes! ¿No es esto un poco duro?
—Eso es porque Su Majestad fue glotón y se atiborró de una comida completa.
Tuve cólicos por llenar de comida un estómago que no había tenido nada dentro por casi dos días. Así que ahora mi doble de riesgo está acompañado de un charco de lo que mi cuerpo rechazó violentamente gracias a mis excesos, en una habitación de clase baja en un crucero de lujo.
El sol alto sobre nuestras cabezas abrasa mis cabellos y siento punzadas en la nuca por el calor. Llamar al pavimento bajo mis pies liso seria expandir demasiado el término.
—No lo puedo creer, Merlín. Nunca antes tuve que caminar tanto, excepto que aquí en esta isla tropical de ensueños.
El camino serpentea por bosques de árboles de hojas espesas.
Van dar Via es una isla volcánica de alrededor de cien quilómetros de diámetro, bendecida con muchas termas y un mar lleno de comida marina. Su economía se basa en el turismo. De las islas privadas que recuerdo de mi Familia, diría que es del tamaño de Ruskin en Florida. No tengo idea de si cien quilómetros es grande o chico para una isla. En todo caso, es perfecta para un centro turístico.
Josak, que va a la cabeza dirigiéndonos y escala solo, voltea y saluda exageradamente.
—¡Hay un área de descanso aquí adelante!
Cuando no viste ropas de mujer Josak es verdaderamente fuerte.
Luego de un desagradable y largo camino para llegar "aquí adelante", el lugar de descanso aparece.
—¿Una casa de té?
Está abierto.
La casa de té, que tiene una exagerada cantidad de alfombras rojas, me pregunto si los Gryffindor están igual de obsesionados con el rojo.
Me dejo caer indiferente y exhausto, y pido sin siquiera mirar el menú.
—Señorita, té y bizcochos.
—¿Mmm?
La señorita de la casa es linda, tiene el cabello largo y ojos azules. Trae galletitas y té rojo.
Conrad y Josak levantan la porcelana roja hasta sus labios con aire despreocupado, pero Wolfram y yo estamos temblando hasta la punta de los dedos y no tenemos ni siquiera fuerzas para sorber nuestras bebidas.
Aun sosteniendo la bandeja, la hermosa propietaria mira nuestro grupo con interés, dos llenos de energías y dos marchitos y decaídos. Siendo que yo fui el primero en hablarle dirige su consulta hacia mí.
—Probablemente ya lo saben, pero el templo portable para el festival se llevará a la próxima montaña, no a esta.
Wolfram tiene su tasa agarrada con las dos manos y está sentado sin moverse con los ojos fijos.
— ¿Este lugar no tiene nada que ver con el festival?
—Esa montaña es el volcán inactivo. Esta tiene cuatro o cinco hoteles con termas, pero eso es todo.
Hay otro edificio de aspecto rustico a unos cuantos metros de este, más hacia adentro.
— Nuestros asuntos no tienen nada que ver con el templo o la montaña vecina.
—¿Entonces no estamos yendo a ese templo tipo panteón del panfleto que la asociación de turismo estaba entregando?
—¿Quería verlo? Lo siento.
Conrad coloca su taza de nuevo en el platillo. Josak asiente apoyando a su amigo de la infancia y le hinca el diente a una galleta que luce chamuscada, entregándose a la tarea de reponer calorías.
—No pensé que estuviera interesado en un templo portable en llamas que arrojan al volcán inactivo. Lo que estamos buscando es la cima de esta montaña, no el emotivo Festival del Fuego.
Un templo portable en llamas… ahora como que quiero verlo.
—¡Oh, pero no pueden estar diciendo que irán a la cima de la montaña!
La propietaria palidece.
—¡Las termas en la cima han sido clausuradas y no hay nada más que ver ahí! Bueno, supongo que aún hay un estanque con peces, pero…
—¿Clausurada? ¿Desde cuándo?
Ella echa un vistazo a Conrad, aparentemente ha decidido que él es la persona a cargo de mí.
—Una noche de verano hace cincuenta o sesenta años, una luz roja cayó del cielo dentro del estanque, ¿ven?, y las termas hirvieron por tres días y tres noches.
—¿Era un meteoro?
La mujer sacude la cabeza con fuerza y baja la voz en un vago intento de sonar más dramática.
—¡…Era un demonio!
—¿Demonio?
—Sí. Desde entonces nadie ha sido capaz de entrar a esas termas. Si lo hacen, es como si fueran atacados por un rayo y sus cuerpos se entumecen por completo. En los peores casos sus corazones se han detenido o se han quemado horriblemente. Solo hubo una persona capaz de llegar a la parte más profunda de la terma sin tocar el agua caliente, y vio un demonio. Era plateado y brillante, y cuando intentó agarrarlo se desmayó al instante.
¿Plateado y brillante, y si lo agarras te hará desmayar?
—Cuando lo encontraron estaba como muerto, y desde entonces solo continua murmurando cosas sin sentido. La quemadura en su cabeza sanó hace mucho tiempo, pero él sigue gritando "¡la cara, la cara!".
Eso es mil veces más aterrador que las historias de Theodore. Pero mi cerebro se va hacia otros rumbos y concibe una teoría: no es un demonio, sino una espada demoniaca. Lo que significa que cuando se termine la operación maken: ¡listo! Tomamos la espada y nos vamos a casa, y pueden reabrir las termas de paso.
Hará a Shin Makoku lo suficientemente poderoso como para no tener que preocuparnos de que otros países intenten invadirnos de nuevo. Y como extra, levantará mi estatus como rey, así que es ganar o ganar.
—Estamos en un viaje para capturar a ese demonio, señora. Una vez lo hagamos los turistas serán capaces de disfrutar de las termas de nuevo.
—…Si es capaz de lograr poner las manos en el acero durmiente.
—¡Josak!
—Pero es la verdad. Docenas de personas ya lo han intentado y han salido heridas, ¿no es así? No puedo asegurar que el joven lord aquí presente va a salir ileso —advierte imperiosamente el guardia de la capital y se ríe ante sus propios presagios dañinos—. Bueno, no se preocupe mucho por eso. Si le pasa algo simplemente lo ataremos al bote y lo arrastraremos de vuelta a casa con nosotros.
—¡Josak! ¡Tus comentarios groseros se están pasando de la raya!
Inmediatamente comienzo a sonar frívolo y arrogante.
—Brillante, está demostrando que su puesto es merecido. Incluso ya pensó en la solución, ¡un bote!
• • •
Afortunadamente varios botes con la pintura blanca descascarada han sido abandonados en el estanque de los peces en la cima.
—…Bueno, todo lo que necesitamos es algo que no nos haga terminar en el fondo del lago.
—¡Eso es! ¿Qué tiene si es un poco viejo? Aun es mucho mejor que un barco embarrado, Su Majestad. Gusta que consiga una pala, para sacar fuera el agua si se filtra.
Ay hombre, este guardia de la capital, al menos estaba más callado vestido de mujer.
Un pez enorme irrumpe en la superficie del lago musgoso. Ahora que puede tener una vida pacífica con sus archienemigos lejos, parece que ha crecido demasiado.
Escalamos la tosca barricada para llegar a la orilla de las termas en la cima. La pared de la entrada esta toda escrita. Las líneas rojas y amarillas, no tiene ninguna clase de significado para mí.
Josak lee en un tono monótono: —Estuvimos aquí, ey, ey, ey, somos temerarios, urra.
¡Pero, que osados!, pienso, ruedo los ojos y ahogo una risa.
La entrada continúa directo a una cueva donde se forman estalactitas tanto en las paredes como en el techo. Es espaciosa y grande, pero aun así es excepcionalmente oscura a causa de que la luz de afuera no llega adentro. Alumbramos con antorchas mientras avanzamos.
El vapor denso del agua caliente lo cubre todo.
—Comúnmente conocida como un baño natural a gran escala.
—Auch.
Conrad presiona la parte trasera de su mano donde le ha salpicado agua caliente del remo.
—¿De verdad esta tan caliente?
—¡Su Majestad, tenga cuidado…!
Saco un dedo del bote y lo meto en el agua. Esta templada, una linda temperatura para un baño.
—No está tan caliente.
—¿Está bien?
Siempre me han gustado los baños templados.
—Sí… ¡auch!
De repente siento un dolor agudo y el entumecimiento que baja simultáneamente por mi muslo, como si me hubiera picado un animal. Creo que un par de gotas cayeron de mi dedo cuando lo estaba sacudiendo.
—¡Ayy, auch, quema! ¿Por qué no le paso nada a mi mano cuando lo toqué?
¿Por qué esta bien mi mano cuando mi pierna es un total desastre aunque me protegen los pantalones?
—Mi mano también se está entumeciendo. ¿Ve? Se está inflamando.
—¡Si, lo veo! ¿Me pregunto si…?
Me saco los zapatos y las medias y meto mi dedo gordo a modo de experimento.
—…Está bien…
—Esto es un problema.
Intento metiendo los dos pies dentro. No siento nada más que el calor del agua.
—Vinimos luego de recibir la información de que el maken Mörgif estaba aquí en la cima de esta montaña. Las historias locales también parecían indicar que el demonio en las termas era Mörgif. Así que me temo que la transformación especial del agua caliente es cosa suya.
—Eso temía. Günter, dijo que solo yo, el Maou, puedo portar a Mörgif. Es por eso que no me daña tocar el agua. Pero las ropas…
—… No son parte de usted, así que no se sujetan a la misma inmunidad al ataque. Por eso es que se queman.
—Así es, Conrad. Tengo un mal presentimiento.
Josak rema girando con cuidado, sosteniendo la antorcha en alto con su mano izquierda.
—¡Puedo ver el destello plateado!
El demonio de las termas que ha estado aterrorizando a los lugareños está reposando sumergido contra la pared interna de la cueva. Destella reflejando la luz, es más como un flash que un brillo. Mi confiable compañero de juego comienza con una disculpa y dice: —Por favor quítese la ropa.
—Lo suponía. Necesito hacerlo para poder entrar en el agua caliente, ¿verdad? El bote no puede ir más lejos y si entro con la ropa puesta podría llegar a lastimarme seriamente.
—Tenga cuidado. Fíjese donde pisa y no se resbale.
Está bien, un mago tiene que ser decidido. Digo, vamos, viaje desde el lago negro para llegar aquí esta vez. Además, son las termas de un volcán dormido, es realmente bueno para la salud.
Le doy la espalda a los dos y cautelosamente meto mi pie dentro. El bote está atascado en un lugar poco profundo donde el agua solo llega hasta mis rodillas, pero el fondo se empina un poco más adelante.
—¿Está bien? ¿Siente algún entumecimiento?
—Estoy bien. El agua esta agradable.
Conrad sonríe irónicamente y habla con su tono cálido habitual, se le nota el buen humor en la voz. — ¿Está planeado quedarse un rato entonces?
—Tal vez, lo haga luego de terminar.
Cerca del objeto hundido en cuestión, el agua se eleva hasta la altura de mi estómago. Ahora es más como una piscina que una bañera. Doblo las rodillas y leeentamente estiro la mano, y cuando apenas la punta de mis dedos parece haber rozado el metal…
—Au…
Probablemente fue solo mi imaginación. Me acerco de nuevo, pero…
— ¡Ay! ¡Me mordió el dedo… de verdad me mordió!
Doy un brinco hacia atrás y miro hacia el agua. Enfocando, esperando que las ondas se calmen, mis ojos apenas pueden ver el planteado radiante de la… espada…
—¡Eso es una cara!
¡Así que por eso era!
Por eso el tipo que vio directamente al demonio gritaba ¡la cara, la cara!
La cosa ahí apoyada es una espada con una cara.
Ya he visto un par de espadas con caras, son las armas especiales que han sido espiritadas y tienen con mente propia. Muchas de ellas tienen adornos raros, caros, con mangos decorados para verse como caras espantosas. En la familia Black, hay varias que dicen haber peleado vampiros y oscuros. Claro, ellas son capaces de hablar, así es como me cuentan sus emocionantes y falsas aventuras.
¡Pero esta cosa, me mordió!
La cara en esta espada está en la base de la hoja más que en la empuñadura, y es tan realista que no parce tallada.
— Temblaras, cuando ponga mis manos sobre ti. Primero cruciare tu espantoso rostro, hasta que te rompas. Luego con tus restos me fabricaran una nueva y sumisa espada.
Es espeluznante y desagradable, y de alguna manera ahora luce asustada, tan aterrada e impresionada.
Que parece estar a punto de llorar. Pero de alguna forma empieza a huir de mí.
—¡Ven aquí, Mörgif! Tú, destino está escrito, ¡incluso si pretendes escapar!
— Majestad, ¿está todo bien?
—¡No, eso me mordió, me mordió el dedo índice! — Vuelvo hacia Mörgif —Tienes que pagar. Tu muerte, será ejemplo para el resto de las espadas.
—Está bien, Draco, está bien si no puede, pensaremos en otra cosa. Camine lentamente de vuelta hacia el bote.
Aprieto la piedra en mi pecho y me esfuerzo en volver al bote.
Josak hace un ademan como si estuviera cantando. —Vuelva, Su Majestad, no tiene por qué ponerse en riesgo. Apresúrese, los soldaditos de infantería cruzaran el puente peligroso por usted.
Oh, Merlín. Parece que no han oído mis amenazas hacia la espada y han malinterpretado todo.
Aprieto los dientes, tan fuerte que mi garganta se siente constreñida. No puedo tragar las falsas acusaciones y estoy tratando de forzar a mis palabras no salir.
—¿Está diciendo irresponsable?
— Está bien, Draco, déjelo.
—¿Me está llamando irresponsable?
Sentado en el borde del pequeño bote, Josak peina su cabello naranja hacia arriba y lo deja caer. Aunque este hombre es ahora parte de mi guardia, una sonrisa específica de los animales inteligentes aflora en su rostro.
La sonrisa de una bestia: astuta y fuerte, y también carente de amabilidad.
—No estoy diciendo nada como eso, Su Majestad. Por favor apresúrese y vuelva. Digámosle adiós a este lugar tan pronto como podamos.
Reprimo mis ganas de insultarle…
— Tú, no sabes nada.
—Draco, por aquí…
Conrad extiende la mano hacia mi suplicante. El otro hombre se encoje de hombros.
—Tiene razón. No, no tengo ni idea. Como pasó su infancia Su Majestad, que clase de persona es… no sé nada de eso. No tengo idea de cuáles son sus sentimientos o lo que está pensando. Nuestro destino es obedecer sin quejas, no importa qué clase de persona se convierta en el Maou. Los soldados, la gente y los niños, nosotros solo podemos creer en nuestro rey y obedecer.
Conrad se va a meter a buscarme si sigo aquí más tiempo. Mirando mis pies camino lentamente hacía el bote de vuelta.
Hasta que llegamos a la posada donde dejamos a Wolfram nadie dice una palabra.
• • •
—¿Por qué volviste sin la espada?
Es lo primero que sale de la boca de Wolfram luego de pasarse toda la tarde descansando. Incluso ha pedido una habitación en la posada que tiene termas. Francamente, fue porque soy un Slytherin. Un completo Slytherin. Ya no tengo energías para defenderme.
—…Simplemente la asuste.
Pasar la noche aquí seguramente será más relajante que volver a la ciudad con lo abarrotada de turistas que está. Conrad y Josak fueron a pedir otra habitación doble. Cuando salimos de Shin Makoku el plan era hospedarnos en el hotel más lujoso de Van dar Via.
Si no nos hubiéramos topado con esos piratas en el viaje, aun estaría en medio de mis festejos salvajes como el Señorito Lucius.
Wolfram se recuesta contra la pared de troncos sentado en el borde de su cama de madera. Está sosteniendo el diario de Günter.
—¿Cómo era? ¿Qué tan larga y ancha era la hoja? ¿Brillaba con magnifica elegancia y virilidad?
La imagen de Mörgif se proyecta en lo profundo de mi mente con rapidez.
—Todo lo contrario.
—¿Lo contrario? ¡Pero es la espada más poderosa del mundo, y solo obedece al Maou! Mira, lee esto, Günter escribió sobre ella aquí.
—No gracias. No puedo leer, y no quiero usar magia.
—Oh, cierto. Apresúrate y recuérdalo entonces. Es muy inadecuado.
Me dejo caer en la cama paralelo a él recostándome con los brazos abiertos como un águila mirando el techo.
—Sabes, estaba pensando que como era la espada de un rey tendría una empuñadura con ornamentos de oro llamativos, o artesanías finas en plata, una vaina con calados que llevarían a cualquier artista a las lágrimas, cosas como esas. Y que en la punta del mango tendría una piedra preciosa incrustada. Típico de la espada de un rey. Sería una espada famosa con la hoja más afilada, algo que puedes usar para cualquier cosa, desde cortar fideos de calamar hasta tajar pez globo.
—En realidad, tiene una cara demacrada y espeluznante… aunque se supone que yo la tengo que portar y me voy a convertir en su dueño, ¡me mordió el dedo!
—¿Te mordió? Qué raro. Se supone que la maken Mörgif debe obedecer obedientemente al Maou sin dudarlo… ¿tal vez tenía hambre?
—¿Hambre? Es de metal.
Eso es raro, en el mundo mágico, las espadas no comen… aunque este mundo es extraño.
—Está bien, escucha. Siendo que Mörgif tiene el poder de absorber vida humana, necesita de cierta energía para ser invocada. Es complicado de decir de acuerdo a los registros oficiales, pero algunos libros de historia afirman que le gustan las mujeres jóvenes… Günter ha hecho una investigación detallada.
— Interesante, no sabía que hacia eso. ¿Mata, para absorber las vidas de los humanos?
—¿Estabas escuchando cuando lo explicó en el castillo? No necesariamente mata siempre, pero… ¿Estás asustando, Draco? No estás pensando en los humano o muggles (como sueles llamarlos) de nuevo, ¿verdad? Sabes qué clase de personas son. Incluso cuando salvamos sus vidas nos encerraron porque somos mazokus. Aagh, solo pensar en eso me enoja.
—No es eso Wolf. Asesinar, no sé si sea capaz de hacerlo. Puedo amenazar, pero quitar la vida algún ser vivo….
—Draco…
—Descuida… No tengo nada que decir sobre tal ingratitud muggle.
¡Puf! Wolfram cierra el diario encuadernado con cuervo de cabra.
—De todos modos, volver sin Mörgif está fuera de discusión.
—Indiscutible.
—Voy a ir contigo mañana.
—¿Huh?
En realidad, no puede ayudarme en mucho si viene conmigo. Incluso Conrad, quien puede lidiar con cualquier espadachín en poco tiempo, no pudo mover un dedo para ayudarme. Pero Wolfram es indiferente a mis rodeos mentales. Se cruza de brazos y dice bastante feliz: —Ya que eres un completo novato.
—¡Deja de llamarme novato!
El príncipe caprichoso de rasgos angelicales y ojos esmeralda cristalinos logra sacar mi lado no Slytherin.
Wolfram siempre va directo al punto. Se tira de cabeza ante cualquier reto.
Él perfora mi pecho, pero es más amable y gentil que una mentira.
—¿Qué pasa? ¿Por qué estas sonriendo?
—…Ya paso un tiempo.
—¿De qué?
— Que me llamabas novato.
—Eso es porque dejaste el país. Dejaste a tu gente y tu tierra al cuidado de otros. No tienes idea, o no tienes conciencia de lo que es ser un rey. ¿Qué tiene de malo llamar a un novato, novato?
—Nada.
Es verdad, solo soy un novato después de todo, así que no es como si me fuera a dar por vencido luego de cometer un solo error.
Los nudos en la madera del techo tienen una forma parecida a Mörgif… incluso es un poco linda.
—Es verdad, mmh. Un nuevo Maou… nunca fui perfecto después de todo. La primera vez que jugué en mi primer partido de quidditch contra Potter casi nos liquida una bludger… nunca sabes cómo afrontar un problema cuando no sabes nada sobre su naturaleza o su tipo.
Al final, la bludger estaba encantada para lesionar de gravedad a Potter. Cuando le di la misión a Dobby de proteger a San Potter, nunca pensé que fuera hacer algo tan estúpido. Recibí un gran sermón de mi padrino, al día siguiente.
Pero eso es todo.
—Wolf.
—¿Qué?
Pateo vigorosamente y uso la fuerza de la inercia para sentarme sobre las sabanas.
—Gra- gra… gracias.
— ¿Por qué?
—No tengo ni idea para qué, pero ven conmigo de todos modos.
Pero para el momento en que pienso "oh demonios" ya es demasiado tarde. Ya me las he arreglado para pisar el detonador del ángel. El color sube a sus blancas mejillas y empieza con el áspero tono histérico.
—¿Cómo puedes decir eso con tanta ligereza? De todos modos, ¿por qué tendría que venir yo contigo en esta horrenda travesía? ¿Has pensado seriamente sobre eso en algún momento? ¡Es porque tú te propusiste! ¡Ahora tengo que mantener un ojo en ti para que nada te pase durante tu viaje! ¡Así no terminaras envuelto con las personas equivocadas o agobiado por los sentimientos que no puedes corresponder!
Guardo una sonrisa traviesa.
—Es verdad, me había olvidado, nunca se me ocurrió pensar en eso.
—¡¿Te olvidaste…?!
Instintivamente cubro mi cabeza con los dos brazos.
—Está bien, ¿qué te parce si te rechazo?
— ¡No te atrevas! ¡Sería un duro golpe a mi orgullo!
—Cierto. Entonces, ¿porque no me rechazas tú? Solo di "Declino tu propuesta".
Mi orgullo tambien saldría herido, pero ya inicie el juego.
—¡No puedo hacer eso!
—¿Por qué no?
— ¡Cállate!
Wolfram se levanta recto y abre la puerta de la esquina sin decir más nada.
—¡Aaah, Wolf! ¡Solo bromeaba! ¡Estaba equivocado! ¡Nunca volveré a bromear, así que no te encierres en el closet!
—¡Cierra la boca, facilongo!
Molestar a mi prometido suele ser divertido.
• • •
Luego de una cena con muchos carbohidratos, la hermosa propietaria nos cuenta sobre el festival. Puedes tener una muy buena vista del templo portable en llamas siendo cargado por la montaña contigua desde esta posada, pero se dice que trae mala suerte verlo desde el costado, así que no lo recomienda. El gran final es en la arena cerca del puerto mañana al atardecer, y ciertamente nos arrepentiremos si nos lo perdemos. Hay un gran número de participantes que se apuntaron justo antes del evento este año, así que el espectáculo va a ser inusualmente largo.
¡Qué agotador!
Wolfram, quien no tiene interés en los festivales humanos, se va a la cama inmediatamente luego de terminar su vino.
También me siento con ganas de emborracharme y hacer agua mis penas, pero no voy a beber mientras aun no sea mayor de edad. En vez de eso, me quedo echado en la cama observando la luna.
Me levanto en medio de la noche porque estoy sediento, pero no hay más agua en la jarra. Abro la puerta del closet para tomar mi chaqueta e ir a buscar un poco de agua.
—…Por supuesto que no… — escucho tras la delgada pared que nos separa de la habitación contigua. — Al fin y al cabo mi lealtad esta con el reino. Voy a obedecer las órdenes de Su Majestad aunque sean poco razonables. Tú de todas las personas deberías saber eso. Solo quería conocer un poco más a nuestro nuevo rey, que clase de persona es.
—Así que lo estabas probando.
Ese es Conrad. Se escucha el sonido de un vaso siendo apoyado en la mesa.
—No lo hagas sonar como si fuera para tanto. Solo quiero estar preparado, eso es todo. Si este nuevo joven lord va a ser como el último Maou los soldados tendremos que resignarnos. Resignarnos a ir hacia nuestras muertes sin una palabra, eso es. No me malinterpretes. No odio a Lady Cherie, para nada… por el contrario, la quiero muchísimo más que a mis propios padres. Pero estaba equivocada. No intentó verlo todo con sus propios ojos. Es por eso que quiero saber cómo va a ser la próxima era, estar preparado para afrontarlo con nervios de acero si es necesario.
—Es por eso que dije…
—Es así para ti también, ¿no es verdad? ¿Cuantos de tus soldados perdiste? ¿Cuantos de tus amigos te fueron arrebatados? Si Lady Cherie hubiera tomado sus propias decisiones en vez de dejarle todo a Stuffel, tal vez entonces incluso Julia estaría…
—¡Josak!
Conrad, quien rara vez levanta la voz, golpea la mesa obviamente irritado.
—…De ahora en adelante, si dices o haces algo para confundir a Su Majestad, te relevaré de tus obligaciones.
—Lo lamento, Lord Weller, Su Excelencia no tiene la autoridad. Si quieres darme órdenes, entonces mejor recupera tu antiguo puesto, porque a duras penas va a pasar el resto de tu vida de niñero de Su Majestad el nuevo Maou, ¿o sí?
—Con el permiso de Su Majestad, eso es exactamente lo que pienso hacer.
—¡Tienes que estar bromeando! ¡¿Por qué te dedicarías a eso?! ¡¿Estás seguro de que no te estás dejando engañar por su cara bonita?! No me digas que el hombre que una vez fue llamado el León de Ruttenberg ha perdido sus colmillos…
Conrad corta a Josak con una sonrisa reluciente que puedo ver con claridad.
—Ahora estás desempolvando los recuerdos de cosas que ya murieron hace mucho tiempo.
—Deja de ser tan modesto. Oh, cierto, le diste eso al joven lord, ¿he? Si el joven general Grantz lo viera, su materia gris se pondría a punto de ebullición.
Me alejo suavemente de la pared, tomo mi chaqueta y cierro la puerta del closet.
La respiración tranquila de Wolfram es típica de un chico lindo, pero sus ojos se sacuden y lo blanco se ve por debajo de sus parpados. Debe estar en el medio de un sueño. Con mucho cuidado de no despertarlo dejo la habitación y me robo una lámpara de la entrada. Puedo ver claramente el templo tipo panteón iluminado desde el camino en la montaña. Es rojo y se ondea hermosamente.
Las voces se alzan y el templo en llamas comienza su trayectoria hacia abajo con una fila de antorchas detrás. Es la ceremonia anual que busca calmar la furia del Dios y contener la actividad volcánica reproduciendo la erupción que ocurrió hace doscientos años. Hasta hace unos cien años ellos ofrecían chicas inocentes, e incontables vidas fueron sacrificadas de este modo.
Todo es ruido y tumulto en la otra montaña, pero en esta estoy yo solo. Vamos a prepararnos para ir las termas de la cueva en el medio de la noche.
Solo los grafitis me dan la bienvenida.
Estuvimos aquí, ey, ey, ey. Yo también estoy aquí, y es mi segunda vez. Pero ahora estoy solo. Alguien debería felicitarme, urra.
¿…Que significa "León de Ruttenberg" de todos modos?
Soy un rey novato, pero tambien soy descendiente de dos casas nobles y, si algo he aprendido es seguir mis propias estrategias y planes. Además mi padrino siempre dice; "Draco no defraudes a quien cree ciegamente en ti".
Y si los mazokus creen y siguen sin reproches a su Rey, ¡no puedo decepcionarlos!
El agua áspera es igual de agradable que esta tarde. Sé dónde está Mörgif. Guio mis pasos firmemente hacia allí en el agua caliente que me llega hasta las caderas.
—Hola, maken.
La hoja brilla en el agua.
—Mörgif, ya nos conocimos esta tarde, ¿recuerdas? Soy Draco.
La espada parece incitada a escapar. Pero, no podía permitirlo.
—Ordeno… no, vine aquí a disculparme y a hacerte una invitación. Has estado sumergido aquí por quine años, ¿verdad? Si viniste aquí por salud, ya debes estar curado. ¿Así que no sería hora de salir? Hay muchas cosas que puedo enseñarte, ¿sabes? Estaré contento de darte una mano si no tienes la determinación de salir por tu cuenta, así que no me muerdas, ¿promételo?
Inclinándome, estiro la mano.
Sin querer tiré la lámpara. La luz desaparece y la oscuridad se precipita en el lugar. Pero me concentro en mi respiración, y luego de un rato la luz de la luna que se filtra por la entrada ilumina tenuemente el interior de la cueva.
—¿Por qué sigues mordiéndome? Aun puedo cumplir mis amenazas, ¿sabes? ¡Eres una espada, actúa como una!
La respuesta me llega de repente.
Estoy tratando de agarrar un objeto vivo y que ciertamente muerde. Si, como una linda lechuza molesta… aunque hay una legua de diferencia en lo lindo.
—Si estabas viva, deberías haberlo dicho desde el principio. Ya no estoy pensando en ti como una espada aburrida. Eres una lechuza.
A la maken, parece no gustarle mi comparación. Se comenzó mover salvajemente.
— ¡Oh, está bien… si no eres una lechuza, entonces un negroshinoyamakishy!
La empuñadura de Mörgif está apoyada justo frente a mí. Sumerjo la cara y echo un vistazo a la retorcida y oscilante Mörgif a través del reflejo del agua caliente. Se ve como el rostro de Weasley deformado. Me rio.
—¡Glup! ¡Fgueno, Moogiff, fgamos!
El agua de la terma se mete por mi nariz y mi boca. Agarro la empuñadura que es delgada en comparación a la hoja y hago fuerza hacia arriba con las rodillas. Mörgif lucha durante un momento, pero por fin sale del agua y se revela ante mí.
Se escucha el sonido de una hoja cortando el viento cuando toca el aire por primera vez en quince años.
—Aaah.
—¿… Aaah?
—Uoooo.
—Oh, vamos… no eres el viento.
—Jaaaaaao.
¿Puede ser que está cantando?
De todos modos, ¿qué clase de espada es esta? Tiene una cara rara, gime y se queja para hacerse notar. Pero mi agarre en la empuñadura es cómodo, encaja en mi mano perfectamente.
Camino pasando los grafitis así ya no tengo que escuchar a la maken quejarse.
Cuando salgo bajo la luz de la luna, Conrad está esperando por mí con las manos en las caderas.
No puedo ver su rostro con la luna detrás de él.
—Sé que te estás riendo.
—¿Cómo supo eso?
—Sé exactamente que expresión tienes incluso si no puedo verte.
¿Ves? Tenía razón.
Él extiende los brazos ampliamente y me recibe rodeándome con una toalla de baño.
—Así que lo logro.
—Así parece. ¿Qué opinas? Es la espada del rey.
—Magnifico.
—¿Magnifico? Mira esta cara anormal.
No es dorada y brillante, o incrustada con joyas, o hecha de alguna aleación especial, pero tiene una pequeña piedra negra del tamaño de grano de café en el medio de la frente.
—No, no es magnífica.
—No me refería a Mörgif. Sino a usted.
Él sigue diciendo esas cosas con tanta franqueza que me ponen los pelos de punta. Tengo que practicar blandir la maken un par de veces para esconder mi rubor.
—…Tal vez esto me suba un escalón.
— ¿Escalón? — Conrad, levanta la barbilla levemente intrigado.
—Sí, deje de ser un novato. Además, puede ayudar mi puntaje para la aprobación como rey. Porque debe de estar por el suelo ahora mismo, ¿verdad?
—Referente a Josak es leal a sus obligaciones, pero no siente aprecio por su Majestad. Y respecto a Gwendal.
Aunque no hay nadie cerca, él baja la voz.
—Gwendal no le odia.
—¿Por qué?
—Porque adora las cosas pequeñas y tiernas.
¡¿Qué?!
—Como los gatitos, o las ardillas, o esos hámsteres que se ven tan seguido en la Tierra.
La toalla cae de mis caderas y se ondea suavemente hasta el piso. Si Günter estuviera aquí su nariz estaría sangrando de nuevo.
