¡El gran mágico escape!


Capítulo 1

Un día en Hogsmeade. Con un Pansy Parkinson. Oh, genial. ¿Por qué esto me pasa sólo a mí?

Esta mañana amaneció brillante pero con mucho viento, el tiempo perfecto para volver mi cómoda cama. Sin embargo, después del desayuno mi mejor amiga me arrastro hasta Filch, quién buscaba nuestros nombres en una larga lista de estudiantes que tenían permiso de sus padres o tutores para visitar el pueblo. Con una leve punzada, recordé como me había metido en este lío:

—Me rechazó — me dijo enojada.

— ¿Quién? ¿Fred Weasley? — pregunté curioso.

—Sí, tenía pensado invitarlo a una cita en el recién inaugurado Universo Acuático y luego confesarle mis sentimientos, así que compré entradas anticipadas, pero me dijo que no.

— ¿Así que te confesaste y te rechazó?

—No, ni siquiera me confesé. Ni siquiera quiso ir conmigo al Universo Acuático.

— ¿Qué? Eso no es ningún rechazo, tal vez simplemente no podía ir.

—Pero me sentí rechazada — suspiró Pansy —. Y ya había comprado las entradas.

Aunque intenté animarla, Pansy apenas sonrió levemente. No quería desperdiciar las entradas que compró, pero era complicado devolverlas. Quiso regalarlas, pero los estudiantes de otras casas se alejaban apenas ella les acercaba y todos nuestros amigos ya tenían planes.

—Bueno, sí que es un desperdicio.

—¿No quieres ir?

—¿Cuándo es?

—Los tickets son para este fin.

—Pero el lunes se entregan los deberes de Snape y McGonagall. Ni siquiera los he comenzado hacer… — protesté.

—Ay, ¡al demonio con la tarea! — dijo Pansy irritada —. ¿Ya olvidaste cuánto tiempo he sacrificado por tus estúpidas investigaciones personales? No sólo son las investigaciones, también me has arrastrado incluso a formar parte del equipo de quidditch. ¡¿Y ahora prefieres un par de tareas antes que una buena amiga, incluso cuando tiene el corazón roto?! Vamos, no te cuesta nada, ya pagué las entradas. ¡Ven conmigo, por favor!

—Bien, bien, entiendo, voy contigo. Pero déjame decirte que si fueras lo suficientemente persistente el hermano de la comadreja eventualmente hubiera aceptado.

Mi amiga miró al techo con una expresión exagerada.

—Draco Lucius Malfoy, eres mi mejor amigo y ¡ni siquiera puedes entender mis sentimientos!

—¡Espera, Pansy! Solo decía que eres hermosa. ¡Pero los Weasley son ciegos, todos ellos lo son!

Y así es como Pansy y yo, Draco Malfoy, planeamos nuestra visita al Universo Acuático.

De todos modos, este día he terminado atascado con un bruja en el recién inaugurado acuario "El Universo Acuático", que insiste en que ha sido rechazado por un tonto Gryffindor, cuando en realidad no fue más que el rechazo a una sola invitación. Y así nosotros dos, una mujer rota y un chico con deberes pendientes, fuimos al Universo Acuático juntos, rodeados de parejas y padres con sus niños. Por el túnel que atraviesa directo a través del agua podemos ver el nautilo, el pez fuego, el pez dardo, el pez coral, el Arapaima y también el pez sierra que nada grácilmente junto a las sirenas.

—Si solo estuviera con una dulce pareja —suspiré.

—Draco, ¿no te gusta pasar tiempo conmigo? Te estás quejando todo el tiempo. ¿Si nos tomamos de las manos te sentirías mejor?

—Oye, sólo estaba maldiciendo mi existencia. Eres genuina, ¿has intentado darle celos al Weasley?

—¡¿Celos?! No pensé en eso. Entonces dime, ¿Crees que funcione? Oh, mira allí. En esa tienda de regalos venden colgantes y separadores para libros, ¿no quieres uno? Este es realmente muy tierno, ¿no te parece?

—¿Un colgante para libros? Sabes muy bien que no uso adornos ni en mis libros ni en el estuche de pergaminos.

— Entonces es buen momento para comenzar hacerlo. Los adornos son lindos y son realmente convenientes, en especial la Cecaelia [1] mantienen alejados a los indeseables.

Suspiré y miré el dorso de mi mano derecha. El sello de entrada para los visitantes de un día ha sido estampado con un encantamiento especial, si pongo mi mano bajo una varita la marca brilla suavemente.

—No necesito ningún adorno para mis libros. Y no me importa si son tiernos.

— ¡¿No necesitas un adorno?! ¿Qué es esa tontería? Todos necesitan un adorno. Por eso todo el mundo tiene uno, excepto tú. A veces pienso que vienes de otro mundo.

¡Si tú supieras!

¡Hace tan sólo un mes desde que aterricé en otro mundo! ¡De verdad! Y he sido declarado rey. ¡No es broma! ¡Un quinceañero de escuela mágica ha sido nombrado rey de los mazokus!

Por supuesto que lo primero que pensé fue que estaba soñando. Pero cuando desperté aun puesto un colgante que me había dado alguien de ese mundo. Este maseki me recuerda todos los días que no ha sido un sueño. Es un hecho: nací con el alma de un mazoku y he prometido proteger Shin Makoku, el reino de los mazokus.

—Toma tu número de una vez, Draco. — me empuja Pansy.

Un empleado de Universo Acuático me entrega un pedazo de papel verde.

—…

Nos hemos trasladado desde la salida del acuario y hemos llegado al show de "Los amigos del mar". Una fuerte corriente golpea contra nosotros, estamos en un estadio al aire libre y el viento pega sobre nosotros. Caminamos hacia abajo por las hileras de bancos azules buscando dos asientos vacíos. Al otro lado de la larga piscina está el escenario blanco.

—¡Merlín, qué viento!

—¡Deja de lloriquear! Si no hubieras venido conmigo andarías aburrido por ahí en la biblioteca.

— ¿Al menos hay chicas en traje de baño aquí?

—¿Por qué no miras el escenario? —dice Pansy

¡Claro que sí! Ahí están las entrenadoras, en traje de baño, con las focas y las Cecaelias. Mis pensamientos vagan. ¿Cómo debería organizar la práctica de mi equipo para la próxima semana? Volteando la cabeza levemente me quedo viendo ausente la actuación: una foca pasa un balón por un aro de fuego, y una Cecaelia golpea con fuerza los tambores color rosa creando una bella melodía.

— ¡27! ¡Número 27! ¿Sería tan amable de venir al escenario, por favor?

En el asiento de al lado un niño pequeño se aferra a las rodillas de su padre y comienza a llorar.

—¡Oye, Draco! — Me dice Pansy y me clava el codo en las costillas. — ¡El 27! ¡Ese eres tú!

—Perdón, ¿qué soy yo?

— ¡La persona del público con el número 27! ¿Puede venir al escenario?

— ¡Vamos, Vamos! Apresúrate, sino pensaran que no estás aquí.

Echo un vistazo a la nota en mi mano. Claramente hay un número 27 impreso en ella.

¿Entonces fui elegido? ¿Y qué pasa con el niño? Pansy toma mi mano y me lleva bajando las escaleras contentísima con una gran sonrisa.

— ¡Cuidado! ¡No tan rápido! — me quejo.

La entrenadora me pone una gorra azul en la cabeza y me hace pasar por una puerta de acrílico, entonces me da una cosa pequeña que colgaba entre sus dedos.

—¡Felicidades! Estos son tus premios, una linda gorra de delfín y un llavero con una tierna Cecaelia. Lo colocaré en tu cinturón para que no lo pierdas.

Continuo perplejo.

De hecho, mis regalos están todos decorados. La gorra es de color azul y tiene un delfín dibujado su boca ligeramente abierta, el llavero tiene un pequeño frasco de agua colgando con una pequeña Cecaelia junto a sus dos amigas sirenas dentro. La Cecaelia sonríe mientras mueve energéticamente sus brazos. Se ve muy tierno.

—¿Puedo pedirle en nombre de todo el público aquí presente que estreche la mano con nuestra estrella? — dijo la joven sonriendo.

¿A quién le voy a dar la mano? ¿Al delfín o a la Cecaelia? ¡Ni loco!

Sin decir una palabra tres personas del staff me arrastran al borde de la piscina.

—¡Aquí están, nuestros amigos Bardo y Elisa, el delfín nariz de botella y la joven Cecaelia! —anuncia la entrenadora.

Una brillante aleta dorsal gris viene cortando el agua hasta un lado de la piscina junto a nosotros y de la nada aparece el rostro de una bella mujer de cabello blanco.

—Esperen, no me llevo bien con los delfines.

Aun no hay reacción.

—¡Ayúdame, Pansy!

—¡Draco, suertudo! ¡Te envidio!

Entones el delfín, creo que se llama Bardo, salta fuera del agua y cae salpicándolo todo. ¡Santo Dios! ¡Esta bestia es enorme! Me extiende una aleta verde azulada brillante mientras sus ojos avivados me observan penetrantemente y su boca ligeramente abierta muestra unos pequeños y filosos dientes en forma de cremallera.

—Entonces... aquí parece que termina todo…— murmuré.

—¡No tenga miedo! De ninguna manera lo van a lesionar.

No hay escapatoria, el personal ha bloqueado mi única vía de escape. El delfín sigue a mis pies y me dedica una fuerte mirada abismal, su cola flexible y los músculos de su espina se mueven grácilmente mientras se mantiene fuera del agua. "¡Hey, tú mago! ¡Terminemos rápido con esto así finalmente obtendré mis sardinas!" pareciera decirme con la mirada. Abre su gran boca y un chillido corta el aire "¡Kschaaaaaa!".

Extiendo dubitativamente mi mano derecha y toco por fin su aleta viscosa al tacto. Es pegajosa y fría como el hielo. Siento como aprieta mi mano ligeramente.

Un momento ¿Cómo puede ser?

Si es solo un delfín, no puede estrecharme la mano con su aleta, ¿o sí? Pero entonces…

—¡Oye, déjame ir! ¡Suéltame!

Justo antes de ser jalado a la piscina pude oír la exclamación de anticipación del las entrenadoras y el público, y vi por el rabillo de mi ojo como Pansy extendía su mano hacia mí y coma la Cecaelia trataba de ir tras de mí. Pero al siguiente instante el agua azul me ha tragado. Aunque la piscina no debería ser muy profunda caigo más y más hondo en lo que parece un abismo. Mis ropas están completamente mojadas y se vuelven pesadas enredándose en mis brazos y piernas, echándome más hacia abajo. ¡Maldición, ¿dónde está el fondo de la piscina?! Espera un momento... ¿No me había pasado esto antes? ¿Dos veces?

—¡No de nuevo!

Soy tragado de espaldas en las profundidades, he tragado una gran cantidad de agua también.

• • •

— ¿Dime, mami?

— ¿Qué pasa, Dragón?

— ¿Por qué la gente se emociona tanto por jugar con los animales marinos y terrestres? Es estúpido.

— ¡Pero si son lindos! ¿No te encantan las criaturas?

— No, para nada. No puedes saber lo que están pensando. Puede que nos den la mano o que naden a nuestro alrededor amigablemente, ¿pero y si en realidad se están burlando de nosotros en secreto? ¿Y si en realidad nos miran con desdén y piensan "vamos a divertirnos un poco con estos pequeños magos"?

— ¡Ah! ¡Ya te entiendo! No puedes llevarte bien con gente que no comprendes. Pero eso es justamente por lo que mami piensa que es importante que te esfuerces en entenderte con ellos. La amistad necesita tiempo para crecer y florecer. Pasar tiempo juntos, recostarse a mirar las estrellas y conversar, así es como conseguirán comprenderse mejor entre ustedes. ¿Entiendes lo que quiero decir, Dragón?

• • •

¿Amistad? ¿Con delfines? No gracias, yo paso.

Miro hacia el brillante cielo azul con contrastantes franjas blancas. El agua salada me quema los ojos, probablemente me encuentro flotando en el mar y no en una piscina. Mi cuerpo se mueve a la deriva sin vida como una medusa, se mece hacia delante y hacia atrás.

El sol todavía está alto en el cielo brillante e intenso. La piel de mi cara y mi cuello arden bajo el sol veraniego. Me recuerda a las vacaciones de verano cuando era pequeño. Siempre quería ir a la playa con mi familia, así podríamos comer un montón de sandía, prender fuegos artificiales y coleccionar montañas de conchas marinas.

Ya estoy bastante acostumbrado a despertar en un mundo completamente diferente, siendo que esta es la tercera vez que me pasa en la vida. Así que me han llamado de nuevo. Viajar por un remolino de agua y ser arrastrado aquí casi contra mi voluntad no es nada nuevo, pero nunca esperé que pasara en frente de una enorme audiencia. Me he acostumbrado a un falso sentido de seguridad.

Afortunadamente, ya conozco el destino final de mi viaje, y tengo amigos allí, por lo que no resulta tan malo. La historia a grandes rasgos sería: el protagonista llega a un extraño mundo de espadas y debe realizar acciones heroicas. Sólo que en esta historia yo soy el Maou, el enemigo de los muggles.

Un triángulo gris flota en la superficie del agua y se acerca hacia mi pierna derecha. Debe ser uno de los delfines. Pobre tipo, ahora también he arrastrado a un animal inocente a este mundo. Supero mi temor y extiendo una mano hacia él para acariciar su cabeza brillante. Las yemas de mis dedos tocan ligeramente su cabeza. Sé siente mucho más áspera que la aleta pectoral, la cual tuve el placer de tocar durante el espectáculo.

—¡Buen chico! No me extraña que puedas nadar tan rápido. Ian Thorpe [2] utiliza ese traje de natación que tiene la estructura de la piel de un tiburón.

¿Alguien acaba de decir tiburón?

Nuestros ojos se encuentran. Me encuentro mirando a los ojos a un tiburón… ¡Un enorme tiburón blanco!

Siempre me han disgustado las criaturas marianas porque no se puede saber bien que es lo que están pensado. ¡Pero en este caso es completamente diferente! Lo que este animal piensa en este momento no es difícil de adivinar: ¡La cena está servida!

Dejo escapar un pequeño grito agudo y huyo en una caótica mezcla de crol y brazada de perro. ¿Esto se llama estilo libre? Maldita sea. ¿Qué debo hacer? ¿Hacerme el muerto? No, eso funciona sólo con los cerberos. ¿Debería solo ignorarlo? No, eso funciona sólo con los profesores. Maldita sea, ¿qué encantamiento debo usar con un tiburón? ¿Ataque o defensa absoluta?

—¡¿Su Majestad, está usted bien…?! ¡Oh no…!

Desde la distancia llega una voz familiar a mis oídos. Un bote de lujo demasiado vistoso se acerca moviéndose a una vertiginosa velocidad hacia mí. Sentados en el bote está el dúo que se ha metido en la cabeza hacer de Draco Malfoy un Maou, cueste lo que cueste.

—¡Pero qué desvergonzado! ¿Cómo se atreve un tiburón a acercarse a Su Majestad? —exclama Lord von Christ Günter pálido de la ira.

Blande exageradamente el remo en sus manos, como si quisiera retar al tiburón a un duelo. Su cabello grisáceo despeinado cae sobre su espalda, sus ojos violeta chispean inyectados de sangre y su voz de barítono tan seductora se ha reducido a un falsete histérico. Ninguna mujer podría resistirse realmente a la belleza del profesor autoritario, pero en lo que a mí respecta ese esquema de la perfección se derrumba en mil pedazos inevitablemente.

Sin embargo el rostro de Lord Weller refleja una mezcla de serenidad y una sonrisa dolida mientras ve "la escena del descuartizamiento de un pequeño niño".

Conrad, ¡¿cómo puedes hacerme esto?! ¡Tú único compañero de juego en este mundo está a punto de ser convertido en comida para peces!

— ¡Cálmate, Günter! Usa el remo para acercarnos a Su Majestad, ve hacia su cabeza, yo me encargaré de subirlo.

Cuando Conrad me toma del brazo y me salva subiéndome al bote utilizo lo último que me queda de fuerzas para ayudarle. Estoy empapado, sin aliento y mi corazón late acelerado por el miedo. Conrad me sostiene para calmarme.

— Casi soy tragado por esa bestia. — jadeo.

—¡No se preocupe, Su Majestad! Estos animales no atacan a los mazokus.

—Eso es un tiburón, Conrad. Un tiburón blanco. Y estaba a punto de morder mi pierna derecha.

—Los tiburones son vegetarianos, Su Majestad. De seguro solo quería jugar un poco con usted.

Ah cierto. Los animales de este mundo se comportan de manera muy diferente a los nuestros. Ya lo había notado en mi última visita.

Me alejo de los brazos de Conrad.

—¿Cuántas veces he dicho que no seas tan formal?

Lord Weller Conrart fue quién tomo mi alma —cuando yo aún no era "yo"— para llevarla a un mundo extraño llamado Tierra. Y en una esquina de Boston se ofreció a compartir un taxi con una señora cuando iba al hospital a dar a luz, y durante ese viaje sugirió el nombre para el tal: Yuuri. Pero por alguna extraña razón el alma no aceptó a ese niño como portador, y salió en busca de un nuevo portador. Al parecer el alma de maou y mi alma se fusionaron y crearon una nueva alma, mi alma.

Conrad parece un hombre joven de veinte, pero en realidad su edad es cinco veces más de la que aparenta, al igual que el resto de los mazokus de aquí.

Los mazokus tienen una vida muy larga y enorme belleza. Pero ya que Conrad solo es mitad mazoku luce más normal que los mazokus pura sangre. Todos los otros nobles mazokus pertenecen al club de los "chicos lindos".

—Maldita sea, ¡qué calor hacer aquí! — gruñí.

Parece que en este mundo estamos en verano. Mi ropa está toda mojada pero no siento frio, la tela se pega a mi piel haciéndome sudar aún más. Peleo con dificultad para quitarme la camiseta. Cuando llego a la hebilla del cinturón de mi pantalón mi mano tropieza con el llavero de la Cecaelia junto a las dos sirenas.

Conrad me observa con detenimiento.

—¿Puede ser que sus músculos hayan crecido un poco?

—¡No solo un poco! Aquí, mira mis bíceps.

Esto es gracias a mí entrenamiento diario. Estoy alegre y sonrío orgulloso.

—Entonces debe conseguir una nueva espada, una para hombres adultos.

—No necesito una nueva espada, Conrad. Ya tengo una, ¿dónde está Mörgif?

—Bueno, pero…

Conrad es interrumpido por un largo e indefinible lamento chillón.

Günter está a punto ser acosado por un grupo de tiburones. — Oye, estos animales de verdad que son muy mimosos.

Tiburones vegetarianos mimosos. Todavía no estoy realmente acostumbrado a este tipo de cosas.

• • •

Esta es mi tercera vez en este mundo. Y esta vez llegué a un lugar completamente desconocido para mí. La arena blanca y el mar azul verdoso, muy cerca de este paraíso está la Casa Real, una residencia de verano que arquitectónicamente tiene el estilo de un castillo, pero su estructura es diferente a la de los dos castillos donde estuve previamente.

Me preocupaba tener que usar traje negro con este calor insoportable, pero la ropa que me trae la sirvienta es un set de verano de dos piezas color beige hecho de un material parecido al lino. Me pongo los pantalones ligeramente largo, la cintura está un poco suelta. La sirvienta agacha la cabeza temerosa, creo que está preocupada porque piensa que ha cometido un error con la ropa y me voy a enojar con ella por eso.

—No hay ningún problema, puedo ponerme un cinturón y estará bien. —digo conciliador.

—Majestad ¿Ha perdido peso? Esperemos que no sea su salud la que…— dice la chica.

—No, no hay de qué preocuparse. Esto es sólo el resultado del entrenamiento.

Mientras saco mi cinturón de los pantalones mojados Günter entra a la habitación y se apresura hacia el rincón donde estoy yo.

—Un momento, Su Majestad, me aseguraré de que la temperatura sea agradable.

Antes de pudiera asegurar que no hace tanto calor, Günter ya había dado una señal con su mano derecha. Un sirviente da un paso al frente grácilmente, sosteniendo un enorme pato por el cuello. El pato torturado bate las alas con toda su fuerza. ¡Ajá, ya entendí la idea! De hecho sopla una brisa fresca, pero envía un fuerte olor hacia mí, y también ciento mucha lástima por el animal.

—No puedo soportar verlo así —me apresuro a decir—. La sociedad protectora de animales consideraría esto un acto de crueldad... Y ya está lo suficientemente fresco aquí igualmente.

—¡Oh, la misericordia de Su Majestad no tiene límites! ¡Incluso hasta las criaturas insignificantes logran tocar su bondadoso corazón! ¡Este es nuestra Majestad, el 27avo Maou de nuestro reino: fundado por el Gran Shinou, el poderoso, sabio y valiente mazoku que, ah, nunca debemos olvidar que el mundo completo no se ha originado de los mazokus, con el poder de vencer a shoshu, la sabiduría y el coraje para prosperar en la eternidad!

Ese fue el largo nombre de nuestro reino. O abreviado: Shin Makoku.

Mientras hablaba sus manos coreografiaban bellamente.

—Majestad, he dicho algo incorrecto a propósito. ¿Puede decirme que parte no era correcta?

—No estaba prestando atención.

El hermoso hombre luce decepcionado.

—Ciertamente, Su Majestad, debo pedirle encarecidamente que permanezca aquí por más tiempo y aprenda algo más sobre el país, su gente, y las bases de nuestras relaciones diplomáticas. Usted ya no debería volver al otro mundo. Su Günter permanecerá a su lado para siempre.

La situación claramente se aleja de la dirección correcta. Pero Conrad, que había llevado el pato afuera, voltea de nuevo hacia nosotros maravillosamente y sin esfuerzo.

— Günter, otra vez con eso. ¿No te lo he dicho ya? No tenemos el derecho exclusivo sobre Su Majestad.

La actitud de Conrad es serena y tranquila como siempre. Él siempre sabe cómo manejar este tipo de situaciones. Hay muchas cosas que puedo aprender de él, por ejemplo: como tratar con Günter.

Él continúa: — La existencia de Su Majestad es muy importante para la Tierra y el mundo mágico, no podemos monopolizar su tiempo.

¡Si realmente fuera tan importante, ¿entonces porque me la pase siendo odiado por la sociedad mágica durante los últimos quince años?!

• • •

— ¡Günter! ¿Qué significa esto? —se queja una voz. El tronar de los pasos que se acercan rápidamente suena extremadamente intimidante.

— ¡¿Por qué sólo mi hermano fue el único en ir a buscar a Draco?! ¡Sin que se me informara! ¡No permitiré que me trates como un tonto! Como su prometido, tengo el derecho…

El que acaba de irrumpir es el chico lindo con la apariencia de un ángel, Lord von Bielefeld Wolfram. Se detiene a medio camino perplejo al ver mi torso desnudo, parece haberse quedado sin palabras, su lindo rostro está colorado.

Camino hacia Wolfram y le pellizco la mejilla con el pulgar y en índice.

— ¡Au-au-au-ay! ¡¿Qué crees que estás haciendo, Draco?!

— Nada — le respondo a Wolfram, que ha salido de su perplejidad y quito mis dedos que deforman la mejilla de mi prometido. — Nunca me perdonaré si dejo aunque sea una pequeña marca de huella dactilar en ese hermoso rostro.

Él mira aun ruborizado directamente hacia Conrad y pregunta: — ¿Es él de verdad?

Conrad asiente.

—Pero si es Draco, ¿a quién iba a ver mi hermano mayor?

—Probablemente un impostor.

Cuando Wolfram habla de su hermano mayor no se refiere a Conrad que se encentra delante de él, sino su otro hermano mayor, Lord von Voltaire Gwendal.

Conrad, Wolfram y Gwendal son medio hermanos, hijos de la misma madre. Hasta hace poco eran Sus Altezas Reales, príncipes de los mazokus. Pero cuando la ex Maou anunció su renuncia y tuve que tomar el cargo, los tres hermanos se convirtieron en Sus Excelencias, los ex príncipes.

Wolfram es un chico lindo sin igual, que ha heredado el brillante cabello dorado y los ojos color esmeralda de su madre. Aunque en cuanto al tipo de cuerpo su apariencia no es mejor ni peor que la mía, la diferencia entre nosotros es tan grande como entre el cielo y el infierno. Puedo imaginar que todos los artistas del mundo pelearían por la oportunidad de pintar su retrato. Si apareciera en los sueños de alguien, el soñador seguramente estallaría en lágrimas pensando que vio un ángel. Sin embargo, solo parece un ángel mientras tenga la boca cerrada. De lo contrario, tan solo es un príncipe con dolor ocultó tras una máscara de niño mimado y caprichoso. Como él dice, y solo si uno cree en su palabra, tiene ochenta y dos años de edad. Si viviera en la tierra ya sería un viejo obstinado. Y debido a una pequeña y diminuta diferencia cultural, estamos comprometidos.

Lady von Spitzberg Cäcilie es la madre de los tres hermanos y la ex Maou, aunque ella insiste en que la llame Cherie. Su amor por los hombres se extendió mas allá de la barrera de especies, como ella misma se jacta feliz. El fruto de su unión con un espadachín humano de origen desconocido fue el mestizo Conrad. Tal vez fue la influencia del ADN humano que hizo que las características de Conrad no sean tan espectaculares en comparación con otros mazokus. Aunque su rostro con esa sonrisa picara y su cicatriz sobre una ceja se podrían contar como atractivos masculinos. Si hubiera vivido en Estados Unidos probablemente se habría convertido en modelo.

—¿Qué está pasando? ¿De qué impostor están hablando? ¿Por qué yo no debería ser "yo"?

—Durante su ausencia un estafador descarado apareció en escena y ha abusado de su nombre. —dice Günter.

—Inesperado ¿Alguien dice ser "Draco Malfoy"?

— No tan específicamente, Su Majestad. En Sverera, al Sur de nuestro país cerca de Conashia, fue arrestado un criminal por hacerse pasar por el Maou. En primeras instancia ignoramos esto porque no podría haber sido usted. Pero ahora que se ha anunciado la fecha de la ejecución de esa persona todos estábamos un poco incómodos. Hasta que no tuviéramos absoluta certeza no podíamos asegurar que ese criminal no era su Majestad…

Conrart lo interrumpe.

— No podíamos dejar de lado que tal vez Su Majestad llegó a las afueras del país sin nuestro conocimiento. Necesitábamos aclarar las circunstancias. Esa también es la razón por la que le hemos llamado esta vez.

— Claro, claro… Y gracias a eso me caí en la piscina cuando estrechaba la mano con Bardo, y termine flotando con un tiburón en el océano…

Wolfram gruñe descontento: — ¿Bardo? ¿Quién es bardo? ¿Otro hombre?

—No sé si Bardo es hombre o mujer. Además, Bando es solo un delfín. —Volteo hacia Conrad y Günter—. Entonces ahora que estoy aquí frente a ustedes soy la prueba de que ese otro tipo no era yo.

—¡Así es, su Majestad! Su sabiduría siempre me deleita.

No es que fuera tan difícil de comprender. Por favor, no de nuevo. Con Günter encima de mi verdaderamente lamento no poder estar en otro lugar en este momento.

Entonces, hay un impostor un país extranjero que cometió un crimen bajo mi nombre. ¡Qué descarado!

—Pero, ¿por qué quieren ir a encontrarse con mi duplo? Que yo esté aquí ya aclara todas las dudas, ¿verdad? ¿Por qué Gwendal se tomaría la molestia el mismo…? —me quedo sin palabras. De repente puedo imaginar la figura del hermano mayor frente a mí.

—Por supuesto que tiene razón, Su Majestad, para nosotros es totalmente indiferente si aparece un loco impostor humano en el patíbulo. Pero este… ¿cómo lo llamó?

—Duplo.

—Sí. Hemos recibido información de que su duplo está en posesión de un artículo en particular que sólo puede ser manejado por el Maou. Este es un tesoro muy importante para los mazokus, fue llevado fuera del país hace 200 años y desde entonces está desaparecido. Si esta información es correcta, entonces debemos obtener el tesoro de vuelta para aumentar nuestra fuerza. Hace veinte años enviamos a un hombre para buscarlo, un pariente de Gwendal.

— ¿Cuál era su nombre? — pregunta Conrad.

—Lord Grisela, Lord Grisela Gegenhuber.

—Ah, sí, exactamente, Lord Huber.

Conrad se pone incomodó al oír ese nombre. Aunque es tranquilo y amable por naturaleza, parece que no se lleva bien con todo el mundo. Volteo hacia el hermano menor tratando de descubrir algo acerca de este Huber.

—¿Quién es ese? —le pregunto a Wolfram.

—Es un primo de mi hermano mayor por parte de su padre. Una tía de la casa Voltaire se casó en la familia Grisela.

—Oh —murmuro algo decepcionado. Esperaba algo más dramático. — ¿Entonces nadie puede tocar ese tesoro? ¿Acaso muerde, quema, o te escupe?

Recordé vívidamente mi encuentro con la maken Mörgif que hizo todo eso.

—No exactamente, Su Majestad. Cualquiera podría tocar este tesoro. Pero en este mundo sólo usted puede tocarla.

—¿Tocarla…?

—Si, en Svelera hay gente que ha visto la mateki, un tesoro mazoku.

—¡¿Es la mateki?!

Wolfram, que ha estado tocando extrañamente la desnudes de mi torso, se mete en nuestra conversación emocionado.

—¡Sólo he oído historias acerca de ella de mi padre, pero él dijo que el sonido de la flauta es fantástico! ¡Puede hacer el cielo tronar y la tierra temblar! ¡Su sonido puede conjurar una fuerte tormenta, que te hará mugir!

—¿Mugir?

—Las vacas hacen mosa mosa.

Como puede conjurar una tormenta, debe hacer un ruido muy fuerte y ser tan destructiva. Como había imaginado de inmediato una flauta con un sonido claro o un flautín, me veo obligado a cambiar mi imagen de la mateki. ¿Tal vez es algún tipo de caracol?

—Siempre he querido escuchar el sonido de la mateki. ¡No puedo esperar! Me da curiosidad saber cómo la tocará Draco —dice Wolfram alegre.

—¿Tocar la flauta?¿Yo? ¿Es una broma? ¡Quítate esa idea ya misma de la cabeza!

Conrad escucha la conversación con los brazos cruzados apoyado en la pared como de costumbre.

—Dudo mucho que el pueblo de Sverera nos haga el favor de dejarnos revisar las posesiones del criminal ejecutado en su ataúd.

—¿Crees que confisquen todas sus cosas? Espera un momento, ¿van a matar a mi duplo? ¿Qué es lo que hizo?

— Si estoy en lo correcto, se fue corriendo sin pagar la cuenta.

—¡¿Pena de muerte por comer y salir corriendo sin pagar?!

¡Ey, ey, un momento! ¿Creen que me quedaré sentado sin hacer nada? ¡Mi duplo va a ser ejecutado por no haber pagado la cuenta de su comida! Puede que no les caiga bien, ¡pero no lo pueden matar! ¡Eso sería un escándalo! ¡Debo evitarlo!

—Hay que ir.

—¿Perdón?

—Tenemos que preservar a mi duplo.

• • •

Referencias


1. Una Cecaelia es un ser mitológico que combina la cabeza, los brazos y el torso de una mujer y desde la parte inferior del torso hacia abajo, los tentáculos de un pulpo o calamar, al estilo de una sirena o demonio del mar.

2. Ian Thorpe es nadador australiano.