Primer arco; Perlas de nieve›

Introducción

Y en la oscuridad, observó el cielo donde las estrellas adornaban y brillaban, como si fuera especialmente para él. Con las manos llenas de tierra, los labios resecos, las lágrimas ya secas en sus mejillas y la sangre escurriendo por la herida, sacó la perla de su bolsillo.

— Perla de nieve, por favor, protege a mis hijos— como si tuviera vida propia, el objeto comenzó a volar hasta una altura, admirando como el hombre caía de rodillas en el charco de sangre.

La perla de nieve cayó a su lado, perdiendo el brillo que le caracterizaba, cubriendo su forma esférica de sangre de quién alguna vez fue su señor.