Hola, soy Miki Sayaka, una estudiante promedio en una escuela promedio.
No sobresalgo en los estudios o en popularidad, sobra decir que no soy la protagonista de una aventura mágica, solo asisto a clases todos los días, tengo mi pequeño círculo social, son los típicos compañeros de clases con quienes haces un poco de desorden.
¿Amoríos? nah… bueno, si, solo uno hasta el momento, un pequeño flechazo desde ingrese al instituto, una pequeña niña que emite un aura de ternura, Madoka Kaname, pelo rosado con 2 coletas, pequeña que hace que parezca aun mas tierna de lo que es, su inocencia es tan grande que dudo que haya matado una mosca, cada vez que la miro desde mi asiento, se me escapa una pequeña sonrisa.
Solo es un flechazo por que se que ella está saliendo con la nueva chica transferida, una tal Akemi Homura, que a mi parecer es un poco antipática, su cara no muestra mucha confianza, sus ojos violetas dan algo de miedo, no es que me importe mucho de cualquier manera.
Recientemente Madoka ha estado algo decaída, se nota un poco triste en contra de su animada que muestra ante todos o puede resultar que ella no sea tan animada, no lo se, son cosas que pueden pasar. Mientras que la estudiante transferida está siendo la normal, no veo cambio en ella, aunque con esa cara no veo si esta feliz, triste o con incertidumbre.
Para resumir las cosas y no hacerla larga, han pasado 2 meses desde que ella comenzo cambiar, el viernes 21/12/20XX teníamos que entregar unas tareas a Madoka para que pueda entregarla al profesor, su estado de ánimo seguía cayendo de poco a poco, me dolia verla asi, corria el rumor que la estudiante transferida había terminado con ella para irse con una compañera de de grado superior, una tal Mami Tomoe, sinceramente eso me da esperanza y me duele en el alma.
-Oi… Kaname-san, vine a entregar el trabajo que nos encargaron.- Le entregue el trabajo que tenía en mis manos.
-Gracias Miki-san, los estaré entregando al profesor el fin de semana. - Ella me decía con una sonrisa un poco forzada.
-Vale, espero que esta vez valga la pena haber entregado los deberes en tiempo y forma.- Solté un chiste para hacer algo de ambiente más llevadero.
Ella solo se limitó a mirarme y reír un poco, parecía que eso la había hecho animarme un poco, pero ayuda eso, es solo un instante y me gustaria poder ayudarla.
-Kaname-san…- Me arme de valor e hice algo que podría considerarse arriesgado, yo misma lo considero un suicidio, pero creo que es algo de lo que no me debo de arrepentir.
Madoka solo me miró con incertidumbre mientras guardaba sus cosas para partir a su hogar, mientras que yo, pensaba las cosas.
-¿Harás algo este fin de semana? - Mis mejillas estaban un poco coloradas, a pesar del frío que hacía por la época del año, algo de calor llegó a ellas y aun asi podia sentir algo de calor en mi cara.
Ella estaba se sobresaltó un poco, no creo que haya visto venir eso, la tome por sorpresa y creo que era más que evidente que saldría con su pareja, pero…
-Este sábado… quiero decir, mañana no tengo nada que hacer.- Ella me miró con algo de ternura y un poco nerviosa.
Yo estaba que moría de la alegría o de un paro cardiaco, no sabía por cuál de las 2 razones, pero sabía que Santa me había adelantado mi regalo de navidad.
Esa noche en mi cuarto estaba emocionada, mañana estaría en una pequeña "salida como amigas", por no decir "cita", con mi amor platónico, para quedar de acuerdo intercambiamos números, estuve charlando un poco con ella, no quise parecer una acosadora, así que solo me limite a hablar de las cosas de la clase.
La "salida" quedó para las 12 del mediodía, en el centro comercial que estaba cerca de la escuela, suelo ir ahí cuando un disco de música es lanzado, así que conocía muy bien ese terreno. Había algo que me comia la cabeza, pero no es tiempo para eso, debía descansar para estar tan fresca como una lechuga mañana.
El sol salió y con ello mi espíritu se levantó "temprano", eran las 10 de la mañana, con eso solo me daba tiempo de ducharme y arreglarme, el desayuno podría esperar un poco para hacerlo comida e ir con Madoka, así que sin contratiempos entre a la ducha, salí de ella y elegí unos jeans, unas zapatillas casuales negras, una polera blanca que ni me di cuenta pues la sudadera roja con un diseño de algo que parecía un gato de orejas largas y una expresión un tanto linda la estaría cubriendo, tome una bufanda azul marino para evitar resfriarme.
Salí de la casa un poco apurada, pues no faltaba mucho para encontrarme con Madoka.
Cuando llegue al lugar acordado, ella estaba ahí parada, con una falda apelada de color rosa, unas medias blancas que hacían juego con su abrigo blanco y su bufanda igualmente blanca y unas botas de color café, se veía muy linda, casi hace que tropiece por estar embobada con ella.
-Oh, Miki-san, buenas tardes.- Me saludó cordialmente con una sonrisa.
-Ah, buenas tardes Kaname-san.- Regrese el saludo torpemente y desvié la mirada nerviosa.
-Estaré a tu cuidado el dia de hoy Miki-san. - Estoy segura que con eso necesitaba algo de insulina, bueno tal vez no, pero me dejó un sabor muy dulce en mi boca.
-Vale, cuenta conmigo ¡hoy haré que te diviertas a lo grande! - La tome de la mano y la conduje a las tiendas en que pense que podriamos divertirnos.
Pasamos el dia jugando, yendo a tiendas de ropa, de accesorios y a comer, ella parecía divertirse, parecía disfrutar.
Yo tambien lo hacia, jamas imagine estar en una situación igual, parecía como un sueño, pero como todo sueño, siempre hay que despertar.
-Me divertí mucho Sayaka.- Decidimos sentarnos en algún lugar para descansar.
-¿Esta bien que uses mi nombre? quiero decir, apenas nos conocemos.- Estaba feliz, pero sentia que debia preguntar.
-Si, por alguna razón, siento que tu y yo hemos pasado por mucho, no se como explicarlo, pero es como si hay algo que me dice que nos conocemos, podrás llamarme loca, pero eso es lo que siento.- Ella estaba algo nerviosa, jugaba con sus dedos y no apartaba la mirada del suelo.
Yo no sabia que decir, creo que era en uno de esos momentos de los juegos de citas donde se decide el ending del mismo, pero aquí no hay punto de salvado y solo tengo una oportunidad para hacer esto.
-Yo siento lo mismo.- Dije tomándola de la mano.
Ella al principio me miró con algo de sorpresa, para después darme una sonrisa cálida.
-¿Te puedo llamar Madoka?-
-Siempre y cuando yo te pueda llamar Sayaka-chan.- Ambas sonreímos juguetonamente.
Salimos del centro comercial y decidí acompañarla a su hogar, caminamos por las calles mientras el sol se ponía.
-¿Sabes Sayaka-chan?-
-¿Mm?- Respondí con un sonido que daba a entender que la escuchaba.
-Homura-chan y yo rompimos.- Sin rodeos o consideración me confesó.
Por mi parte solo me quede sorprendida, ella seguía caminando asi que solo seguí su paso.
-Ella de alguna manera se comenzó a alejar cuando conoció a Mami-san, no le tengo rencor ni nada por el estilo, pero me sentía bastante triste.-
Vale, no se de donde vino eso, pero no sabia como sentirme.
-Así que a partir de ahora cuento contigo Sayaka-chan.- Ella me miró con una sonrisa que jamás se me olvidará, su cara ruborizada y sus ojos entrecerrados… Espera ¿Acaso ella quiere decir que... ? Eso no es justo.
Ella es demasiado tierna y dulce.
