Me he animado, una vez más, a intentar escribir sobre mi OTP de Brave 10. Anteriormente lo intenté, pero sentí que aún no era momento. Ojalá ahora sí lo sea.


Los personajes de Brave 10 le pertenecen a Shimotsuki Kairi.

Advertencia: no hay una línea cronológica exacta. Sin embargo, es antes del final y del timeskip de seis meses en Spiral (es decir, antes de... uh, bueno, es spoiler, así que mejor no lo diré porque no sé si es que aquel/la que se anime a leer el fic ya haya leído Spiral en inglés). Procuraré especificar siempre en qué tiempo se ubica para no causar confusiones, o si es un «AU».


Celos.

Saizo sabía, por las malas, que Isanami era un poquito celosa, lo suficiente para perder los estribos si lo veía cerca de una mujer que no fuera ella y, posteriormente, Ana, porque Isanami amaba a Ana y aunque habían iniciado mal, se habían vuelto como hermanas bastante rápido. Saizo admitía, además, que jamás hubiera notado los celos de Isanami de no haberse reencontrado con la ninja de hielo, pues ciertamente la actitud de la sacerdotiza era demasiado amorosa —y encimosa— como para ocultar dicho defecto consciente e inconscientemente, pero la cuestión no era esa. La cuestión era que los celos de Isanami le resultaban verdaderamente incómodos y problemáticos, ¡incluso riesgosos y eso que era una mocosa! No es que todo el tiempo ella lo celara —gracias al cielo que no—, de hecho sólo sucedía ocasionalmente y en algunas salidas, pero saber que no podía convivir con mujeres por culpa de esa chiquilla era un problema con el que le era molesto lidiar, y eso que había vivido peores cosas antes... y es que ni siquiera por qué se trataba de él Isanami se dignaba en confiar en su luz como ciegamente lo hacía en otros aspectos. No. En su lugar, la sacerdotiza enloquecía si descubría que Saizo había visto a una chica aunque fuera de reojo y por motivos triviales, lloraba dramáticamente creyendo que la cambiaría por otra —tentado estaba, porque lidiar con ella era pesadísimo— y le gritaba «infiel» como si realmente fueran pareja, cuando no eran más que... eh... algo. Pero no pareja.

Y lo injusto de todo ello era que ella podía convivir con todos en el castillo como si nada, como si sólo ella tuviera el derecho de pasar horas con Sasuke —cuando el mono debería estar haciendo otras cosas— riendo, comiendo y bobeando, o con Yukimura, cuando el imbécil del lord quería distraerse de hacer nada, o con Rokuro, con quien actuaba como una chica bien portada y no una berrinchuda dramática. ¡Inclusive con Benmaru, que sólo la alentaba a ser insoportable! Y ni qué decir de Seikai, ese sujeto sólo la mimaba y consentía hasta el hartazgo. Ah, pero cuando se trataba de él, entonces a la chica ya no le gustaba. Se aferraba a él y hacía un berrinche, decía sandeces a diestra y siniestra y trataba de chantajearlo con llantos falsos. Menuda estafa.

Ana sonrió al ver a Saizo en una rama, observando fijamente a Isanami, jugando con aquella cría de búho que Sasuke le había enseñado unas semanas atrás. Luego depositó su mano en el hombro del tenso ninja, atrayendo su atención.

—Intenta comprenderla.

Saizo bufó, sin darle la cara a la rubia.

—¿Entender qué? ¿Que es una mujer* caprichosa y celópata?

—Que ella no sabe que estás celoso —sonrió Ana, escuchando con satisfacción como el ninja se atragantaba con su propia saliva, intentando hablar, pero no consiguiendo más que gruñir en respuesta—. Si lo supiera, te aseguro que cambiaría en algunos aspectos, o comprendería lo que sientes y dejaría de celarte, te daría más libertad, quizá se disculparía por incomodarte —la rubia se hundió de hombros. Isanami a veces era una caja de sorpresas para todos.

Saizo no dijo nada, a pesar de que era la clase de hombre que replicaba con facilidad y buscaba mantener su ego intacto de todo comentario que atentara contra él, pero Ana notó que su cuerpo estaba más tenso que antes, como si se hubiera dado cuenta de algo que había estado ignorando. Incluso pudo asegurar que la mirada de su amigo, más que ser la de ese ninja malhumorado que fingía odiar trabajar para Sanada, se encontraba más bien perdida en sus cavilaciones, quizá no suavizada, pero tampoco aseverada como de costumbre.

A la ninja de hielo no le sorprendería si en la noche Isanami le contaba su plática con Saizo, fuese cual fuese ésta, pidiéndole consejos o sólo como desahogo. La chica solía, a menudo, contarle todo lo que sentía y pensaba porque confiaba plenamente en ella.

—Allá tú —añadió Ana, bajando del árbol para ir con Isanami, notando que la chica sonreía contenta al tener al buhó en su cabeza por orden suya.

«Yo no estoy celoso», se dijo mentalmente Saizo, preguntándose por qué no había podido decir la frase en voz alta y en presencia de Ana.

¿Estar celoso de Isanami? Por favor. Antes dejaba que le cortasen la cabeza. Él aún tenía dignidad. Si trabajaba para Sanada era precisamente para rescatar su dignidad de la infamia que Isanami había cometido al engatusarlo y hacerlo ver como un hombre que no pagaba favores, aunque el soba había sido en realidad su recompensa por haberla salvado... en fin. Eso ya era cosa pasada.

El ninja observó un rato más a ambas mujeres mientras éstas platicaban, con el búho aún en la cabeza de Isanami, pero no tardó en bajar del árbol en cuanto notó que la chica comenzó a desviar la mirada hacia él, sintiendo un malestar oprimiendo su estómago sin razón aparente ni coherente.

«Yo no estoy celoso», se repitió una vez más, jurando que haría pagar a Ana si la maldita rubia decidía meter cizaña y jugar con los sentimientos de Isanami.

Nadie tenía que jugar con los sentimientos de Isanami ni mucho menos ilusionarla con algo que jamás sucedería. Él no estaba celoso y jamás lo estaría, nunca sucedería. Él no podía tener esos sentimientos por ella, porque Isanami era una sacerdotiza, era tan inocente... mientras que él era un asesino, una herramienta para matar, un ninja cuyo propósito en la vida había olvidado en el mismo instante en que él fue desechado y posteriormente vengado al asesinar a esos bastardos que los usaban.

Sí. Saizo no estaba celoso, no sentía nada por Isanami. No podía, ni quería... ni lo merecía**.


* Aunque a mi parecer Isanami es más una niña, en el manga se ve que Saizo la "trata" como mujer. Me apegaré a esto cuando se trate de él, pero la trataré como niña de todos modos.

** Siempre me interesó saber qué pensaría Saizo si Isanami supiera realmente quién fue en el pasado, es decir, un asesino pero... uhm, distinto a lo que ella ha visto (porque siendo honestos, Saizo cambió). No recuerdo haber visto nada de eso en el manga, o no tan a profundidad, así que mantendré esta curiosidad en los siguientes capítulos. Creo que es una idea de la que se puede sacar bastante provecho... y drama, juejue.