Los personajes de Brave 10 le pertenecen a Shimotsuki Kairi.
AU ambientado hasta la mitad de Brave 10 S, con referencias al capítulo 33 "extra".
Envidia.
En ocasiones Saizo envidiaba, sorprendentemente, la ignorancia e inocencia de Isanami, deseando ser como ella cuando se trataba de no entender insinuaciones ajenas... o cuando se trataba de tener preferencia. Sobre todo esto último.
Aunque Isanami tenía muchos contras, también tenía cosas a su favor: como, por ejemplo, que Seikai la mimara, Benmaru la adorara, Yukimura no le hiciera bromas pesadas ni insinuaciones y generalmente no la molestaba con nada —porque Isanami era sensible y capaz lloraba de cualquier cosa y Yukimura no quería que Rokuro le regañara—, Ana la apoyaba a su manera, Sasuke siempre velaba por su seguridad y Rokuro solía no ser tan exigente con ella. Él, en cambio, como líder tenía que cargar con todo el peso él mismo, el idiota de Kamanosuke quería matarlo, Sasuke buscaba seguir haciéndole la vida imposible muy sigilosamente, Jinpachi no le hacía caso y Yukimura era una puta molestia andante, entre otras cosas como Kakei y sus rarezas, Rokuro y sus exigencias y Seikai y sus celos. O Ana y sus comentarios también...
Sí, a veces era mejor ser Isanami. Una niña que necesitaba ser protegida, no tenía casi ninguna responsabilidad, no se le exigía casi nada y era feliz con esa vida... de momentos. Vamos, que ella también se cansaba de su rutina aunque no lo aparentaba porque no quería molestar a nadie.
Y muy en el fondo, Saizo envidiaba la fuerza de Isanami. ¡Inaudito, pero cierto! Después de todo, desde que la chica había demostrado una fiereza aterradora, Saizo se dio cuenta de que no vendría mal ser un Dios de la Oscuridad... aunque sólo para acabar con sus problemas y no para hacer un genocidio, obviamente.
Aún recordaba aquella ocasión donde, medio ebrio, cabó su propia tumba.
—¡Mis pechos son pequeños! ¡Soy plano como Isanami! —Se había quejado con Ana, porque su obvia anatomía masculina cubierta con aquel kimono no la hacía ver como esa... vaca de enormes, de veras enormes senos que tenía frente a él.
Sí, por su embriaguez hasta había envidiado a Ana y hecho cosas de las que se arrepentía...
Isanami le había dado una buena paliza antes de lanzarlo al agua a que se ahogara —suerte que no— y Ana ni siquiera lo ayudó, claro, porque luego de gritarle perra y vaca y apretar sus senos, lo último que haría la ninja sería ayudar a ese ebrio de gran ego y una bocaza muy filosa, también.
Saizo también envidiaba cómo Isanami sonreía sin que nada pareciera afectarle. Cómo siempre lucía feliz y tan ajena a todo —cuando era muy atenta, de hecho— y lo indiferente que podía ser ante la crudeza y crueldad a su alrededor. ¿Cómo le hacía? Ojalá le dijera su secreto. Pero nunca iba a demostrarlo, obviamente. No, que al rato la niña se emocionaba.
El ninja suspiró, viendo a Isanami y Sasuke jugar con una de esas ratas.
A veces también envidiaba a... oh mierda, no, eso sí que no. ¿Envidiar a Sasuke? ¡Ni loco! Y peor aun, ¿envidiarlo por convivir con Isanami sin que ésta se le pegara todo el rato como alimaña? ¡Nunca!
—Él no es su luz, Saizo.
El aludido puso los ojos en blanco. Otra vez Ana y sus comentarios fuera de lugar*...
—¿Qué quieres?
La ninja se hundió de hombros, mirando a Sasuke e Isanami con seriedad. Una media sonrisa cruzó sus labios al ver a la menor chillar porque la comadreja entró en su ropa, a la altura de sus pechos y arrastrándose hasta su vientre, ocasionando que el ninja Koga enrojeciera del rostro y se debatiera en ayudar a la sacerdotiza o dejarla batallar ella sola con la peluda y pervertida criatura. ¡Él no había entrenado a Ameharu —ni a los demás— para esas cosas, qué conste!
Saizo bufó, aunque no apartó la vista de la chiquilla que bailoteaba y daba saltitos, sonrojada como casi nunca lo estaba, mientras su mano se adentraba en su kimono y gritaba cosas como «¡s-sal de allí, Ameharu-chan! ¡Me haces cosquillas!». Sasuke parecía turbado y casi traumado... y rojo de la cara aunque se cubría parte del rostro con su mano...
—Qué envidia con él, ¿eh? —Se le ocurrió decir a Ana.
Saizo se atragantó con su saliva, desviando la vista como quien ha sido descubierto in fraganti. Ana ahogó la risa por más de un motivo, incluyendo a Sasuke cubrirse la cara mientras acercaba su mano a Isanami, hablándole a la rata pervertida... es decir, a Ameharu, para que dejara a su amiga en paz.
—... c-cállate. Déjate de insinuaciones lésbicas.
—... ohh, no sabía que Sasuke era tan atrevido.
Cuando Saizo regresó la vista, porque le era inevitable no estar al pendiente de Isanami y porque Ana no estaba ayudando a desviar su atención lo suficiente, lo que vio le cayó cuan balde de agua fría al nija de Iga: Sasuke tenía su mano en el seno de la chica, creyendo ingenuamente que había agarrado a Ameharu... e Isanam estaba quieta, muy quieta, con la cabeza del animal asomándose por el centro**.
—... e-ese cabrón...
—¡Kyaa! —Gritó Isanami con una voz extremadamente chillona, que hasta Yukimura tuvo que ir para ver qué sucedía.
Saizo se retuvo sólo porque Sasuke estaba manoteando, intentando disculparse con Isanami, y no fuera a ser que la hiriera a ella por accidente si se decidía en atacar al ninja de Koga que tan tímido se veía, pero era un maldito pervertido.
—Yo no... no quise... I-Isanami... Ameharu... creí... creí que era Ameharu...
—¿Isanami? ¿Qué acaba de...? ¿Sasuke?
—¡Vete, Sasuke! ¡Y tú también, Yukimura-sama! —Chilló Isanami, abrazada a sí misma, hincada en el suelo—. ¡Quiero...quiero estar sola! ¡Déjenme sola!
Ambos hombres no objetaron nada y se fueron, uno confundido, el otro hirviendo de vergüenza, con Ameharu en su cabeza bastante satisfecho a simple vista...
Saizo crujió los dientes, sorprendiéndose cuando un sólo pensamiento cruzó su mente, de entre tanto que pudo pensar.
«Maldito mono afortunado...».
Y eso que Saizo creía que Isanami era plana...
Tal vez los pechos grandes no eran lo suyo. Había convivido tanto tiempo con Ana que lo más probable es que se había aburrido de su cuerpo... y de la seductora ninja también. Mientras que Isanami era diferente y eso de alguna forma...
Oh-oh. No... no-no-no-no-no, ¡no! ¿Pero qué rayos acababa de pasar por su mente...? ¡Diablos, no! ¡No era...bueno...no!
—... Sasuke tendrá suerte si sobrevive esta noche —murmuró Ana, sonriendo más abiertamente, a la espera de la reacción de Saizo.
Cuando la ninja, al cabo de un rato, miró de reojo a su amigo, notando que éste no había reaccionado pese a que su comentario había sido con el obvio afán de molestarlo, ni ella pudo esconder su mueca de sorpresa al ver el chico que conocía desde su infancia tenía su rostro sutilmente enrojecido... y no era precisamente por el coraje.
Ni siquiera la Valiente del Hielo pudo contener la risa porque su descubrimiento era hilarante, sorprendente y encantador: así que ni Saizo se salvaba de sentir vergüenza. ¡Increíble!***
—¡Cá-cállate, Ana!
—¡¿A-Ana...Saizo?! —Chilló Isanami, mirando hacia ambos ninjas.
Saizo gruñó en dirección a Ana, incrédulo de que la ninja los hubiera delatado con su risa cuando nunca había cometido dicho error, pero la mujer sólo se hundió de hombros y bajó hasta donde Isanami, sonriéndole con... rareza.
Isanami no pudo evitar sonrojarse, bajando la vista a sus rodillas, mientras Ana sobaba su cabeza.
—Disculpa al chico, Isanami. Sasuke no quería hacerlo: no es tan temerario para hacerlo, de hecho —añadió, sin dejar de sonreír. Ver a Isanami avergonzada era encantador, tanto como verla sufrir por su pequeño busto.
Un pequeño busto popular entre dos ninjas rivales, por cierto.
—S-sí... es verdad...
Saizo gruñó otra vez, largándose disgustado —sin escuchar ningún llamado que lo convenciera de quedarse— porque Isanami nunca era así de comprensiva con él. No, en su lugar la sacerdotiza siempre tenía que hacerle un drama que siempre le dejaba con migraña.
Aunque no quiso admitirlo y jamás lo haría abiertamente, Saizo envidió a Sasuke porque Isanami nunca le hacía dramas al mono. Pero, por otra parte, él había aprendido que esos dramas eran la más clara señal de que Isanami tenía miedo de perder su luz, de perder al hombre que amaba... y sólo por eso a veces toleraba sus dramas y dejaba de envidiar la tranquilidad ajena. La inconsciente recompensa de esos dramas valía la pena, después de todo: escuchar a Isanami siendo Isanami, sólo Isanami, valía la pena. Siempre lo haría.
Aunque a veces no lo parecía.
* Debo confesar que no me gusta el personaje de Ana además de que me perdió desde que traicionó a los Valientes, y aunque fue perdonada, ya no pude sentir nada de aprecio por ella. Irónicamente al final sentí algo de compasión... pero sigue sin agradarme totalmente, sólo la uso porque Isanami la adora y bueno, me sirve mucho para ciertas escenas.
** Aquí sí me pasé con el SasukexIsanami y no me arrepiento xD. Son adorables juntos además de que sus interacciones me ayudan a ir manejando mejor lasa emociones de Saizo, sobre todo las que tienen que ver con el ámbito romántico del gruñón, jujuju.
*** Puede que esta parte sea algo OoC, ay, pero es que Saizo dejó mucho a la imaginación al inicio del manga (si lo leyeron, se ve que al inicio Saizo era medio aventado y desde que Isanami se lo cacheteó como que le bajó un poco xD). No me culpen, yo sólo tomo ciertas situaciones y trato de profundizar en ellas. Además, Ana se ve que es más expresiva que antes, aunque siga teniendo su cara de amargada (?)
Lamento haber tardado más de lo que he tardado actualmente; me quedé sin internet, pero aproveché para irle adelantando a los siguientes capítulos y definir cuántos escribiría.
Kiryhara: Sasuke e Isanami son adorables, es imposible no hacer guiños de ellos dos xD. Y es verdad lo que dices; Isanami ama a Saizo con sus virtudes y defectos, aunque siempre he tenido esa duda de cómo se sentiría Saizo si ella descubre quién fue realmente. Esa incertidumbre me consume (?)
-Chan X3: llegué algo tarde, jaja, yo también pedía mucho que hubiera más fics SaizoxIsanami pero o no habían o la mayoría estaban abandonados, así que decidí ser yo quien se arriesgara. ¡Y descuida!, no abandonaré este fic, sería el colmo que lo hiciera xD.
¡Hasta la próxima actualización!
