Los personajes de Brave 10 le pertenecen a Shimotsuki Kairi.
Esperanza.
Saizo, tras varios meses desde su derrota ante Susanoo, se negó rotundamente, durante su etapa de duelo, al hecho de que ya no volvería a saber nada de Isanami como la conocía y su más grande consuelo era tener su horquilla, aquella que él atesoraba y juraba que regresaría a su dueña aun cuando le hería por ser su recordatorio de su debilidad. No habían tenido noticias de la chica, ahora Diosa de la Oscuridad, desde hace unos meses, pero su corazón aún tenía la vaga esperanza de reencontrarse con su amiga, su Oscuridad, su protegida, y dicha esperanza se intensificó cuando Yukimura comentó que se había rumoreado algo sobre una terrible devastación en una batalla de Date contra otro ejército.
Es que, ¿quién más podía asesinar a cientos de personas si no era la terrible Diosa Izanami? ¡Nadie!
El ninja no lo dudó dos veces en ir a su encuentro, solo, sin importarle ir a territorio enemigo sólo por su Isanami.
Y cuando la vio, con la mirada perdida a su alrededor y su kimono abierto mostrando su desnudez, caminando sobre aquel santuario creado con sus mismos poderes, Saizo sintió que el aire le faltaba, pero se supo controlar y mantener bajo control la inmensa felicidad que invadió todo su ser. Así, cuando la chica notó su presencia y volteó a verlo, él le tendió su mano, invitándola a regresar con él a Ueda, a su casa, y sintió su corazón derretirse en una inmensurable alegría, jamás antes sentida, cuando la sacerdotisa lo abrazó tan fuerte, entre lágrimas y agradecimientos, que no se dio cuenta de la realidad.
Izanami quería deshacerse de él. Le hirió, le humilló y atacó con Susanoo, asegurando que Isanami jamás regresaría pues ahora ella tenía el control, y Saizo tuvo que huir, dolido y herido, aterrado y frustrado, sintiendo sus esperanzas desmoronarse y su corazón romperse en cientos de fragmentos: Isanami seguía en un letargo que él no había podido romper.
Pero no se rindió. Él no iba a rendirse. Tenían que encontrar la forma de sellar a la Diosa y salvar a su amiga sí o sí, sin opciones a negativas: muchas cosas estaban en riesgo, pero, sobretodo, Isanami lo estaba. Ella era su más grande preocupación.
La respuesta de cómo detener a Izanami podría estar en Izumo, el hogar de esa niña, así que tanto él como Hanzo partieron a dicho lugar, esperando encontrar lo que buscaban. Y aunque el viaje fue exhaustivo, lleno de recuerdos y la impetuosa necesidad de encontrar lo que buscaban, Saizo no desistía porque tenía que salvar a Isanami, debía de. Él había hecho una promesa y no iba a romperla así hubiesen pasado seis meses desde su derrota. Él tenía que traer a Isanami de vuelta a su casa, sacándola de esa oscuridad en la que la diosa la enterró. Saizo, la Luz, no iba a dejar que su Oscuridad desapareciera para siempre. Jamás permitiría que Isanami perdiera para siempre ese atisbo de luz, de esperanza, que aún la conectaba a él.
La kushimitama aún estaba en manos de Saizo, y esa misma horquilla no iba a quedarse sin dueña.
Y aunque la oscuridad, esa cruel oscuridad comandada por la Diosa, intentó arrastrar al ninja a un abismo sin fondo, oscuro y doloroso al ver a la pequeña niña buscar a su familia, Saizo no dejó que ésta ganara. Nunca iba a dejarla ganar. No volvería a perder contra ésta ni a fallar en su promesa, mucho menos tras ver a su pequeña Oscuridad llorando por ayuda, buscando quién la sacara de ese frío lugar.
«¡Prometí que nunca más volvería a soltar su mano!»
Él una vez la perdió, no dejaría que pasara de nuevo: no mientras hubiera esperanza en su corazón, y en el de Isanami, para reencontrarse una vez más. La última, además.
Saizo salvaría a Isanami, era un juramento. Todos los Valientes lo harían, porque ella era un Valiente también, su amiga, era la razón de Saizo de estar en donde estaba y ser quien era actualmente, y era la razón por la cual Yuimura había reunido a los demás Valientes.
Por eso, cuando la Diosa le atacó nuevamente, cuando sólo ella quedó tras una ardua lucha contra los Valientes restantes, él no se defendió. La kushimitama lo hizo.
Y su inquebrantable esperanza y deseo de salvarla por fin dio frutos.
Isanami ha regresado. Su Isanami, su Oscuridad, su amada Oscuridad*, está de vuelta.
* Aunque en la mayor parte de este capítulo traté a Isanami como amiga o protegida de Saizo, todos sabemos muy bien que "amistad" es un término sólo para hacer discreto el obvio amor que hay entre esos dos. A mí jamás me convencerán de que esos dos no se querían mutuamente PORQUE ES UNA VIL MENTIRA. Ok, ya me calmé.
Sofy-Chan X3: descuida, yo me he tardado más actualizando algo cortito otra vez, jaja. A ver si no te has olvidado del fic (?)
Kiryhara: waaah, me emociona saber que estoy consiguiendo buenos resultados con lo que escribo asfhjajf, y weno, ahora ya no hay tanta tristeza, sino esperanza (como el nombre del capítulo, juju. Confio en que los siguientes capítulos todos bonitos y asjhfajkfh serán subidos pronto, para ya no hacerlas esperar tanto.
Ahora sí... ¡perdón! ToT, tardé mucho en actualizar porque la escuela no me dejaba enfocarme en tantas cosas al mismo tiempo y según yo ya había subido el capítulo hasta que me di cuenta de que nope. Y peor, ni me acordaba que era el #13 y no el #14, jaja. Pero ahora sí aproveché este momento para de una buena vez actualizar el fic (que ya está escrito todo, pero como dije, la universidad no me deja subir los capítulos faltantes), confiando en que antes de terminar el año este fic estará completo asjfhf.
¡Y pues, nada! Aunque me tarde, aquí le sigo con el fic. Ojalá ustedes lo lean hasta el final uwu. ¡Nos leemos luego!
