Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer, salvo los que yo invente para la historia. La historia es mía.
Capítulo 4
Pov Rosalie
Al día siguiente llevé a las chicas a la escuela, hoy me tocaba a mi llevarlas puesto que Emmett tenía un caso a primera hora. Dejé a Caleb primero y luego seguí con las chicas.
— Zo, ¿todo bien?— aun la notaba algo decaída. Su dolor de estómago me estaba preocupando, si bien se le pasó con el té esta mañana se levantó con molestias.
— Sí mamá.— respondió con la mirada en la ventana.
— ¿Papá nos pasa a buscar?— preguntó Mia.
— Supongo que pasaré yo. Quiero hablar con la mamá de Hannah.— estacioné frente a la escuela, esperé a que las chicas bajen del auto y las acompañé hasta la puerta.
— ¡Nos vemos mamá!— Mia tenía prisa en ingresar al instituto, se despidió de mi con un beso y entró casi corriendo.
— Adiós mami— Zoey me sonrió y antes de que se alejara tomé su mano y la atraje de vuelta.
— Oye…— me puse a su altura— Si te sientes mal dile a tu maestra y vendré a buscarte.
— Estoy bien.— respondió muy segura. Puse mi mano en su frente controlando que no tuviera fiebre— ¡Mamá!
— Está bien, te creo— sonreí cuando ella se apartó— Pero prométeme que le avisarás a tu maestra.
— Lo prometo.— la acerqué para darnos un abrazo y besé su mejilla antes que entrara a la escuela.
Mis niñas estaban creciendo y me estaba costando soltarlas.
No recibí llamados de la escuela en el transcurso del día, lo que me dejó más aliviada.
Salí del trabajo camino a buscar a las niñas, minutos antes de lo que acostumbraba para así con suerte encontrar a la madre de Hannah y poder platicar con ella.
Compré unos recados antes aprovechando el tiempo que tenía y finalmente fui a la escuela. La señora King ya estaba ahí, esperando que los niños salgan de la escuela.
—Kelly King — llamé su atención, volteó su mirada a verme y me dedicó una pequeña sonrisa— Rosalie McCarty.
—Oh, cierto. La esposa del padre de Mia y Zoey, ¿no es así?
—Sí, soy su madre.— respondí con firmeza, su tono me parecía ofensivo y esperaba que sólo fueran ideas mias.
—Claro, si.— ella guardó su celular para escucharme.
—Mia me comentó que Hannah hará una fiesta por su cumpleños, ¿puede ser?
—Sí, así es. Mia está invitada. Todos los niños del salón lo están. Luego las niñas tendrán una pijamada, las que quieran quedarse, claro.
—Bien…— asentí tratando de convencerme de que todo saldría bien y no tenía por qué preocuparme.
—Querida, tranquila. Sé tu preocupación, las niñas no van a quedarse solas en ningún momento. Todas las madres tendrán nuestro número y yo el suyo, de esa forma si algo sucede estaremos en contacto. No tienes de qué preocuparte.— me sonrió con confianza.
—Gracias, Kelly.— sonreí con más confianza.
—¡Mami! — Mia corrió hacia mis brazos y la rodeé con ellos besando su cabeza, la señora King se había marchado para encontrarse con su hija.
Zoey apareció minutos después y las tres partimos a casa.
Me sorprendí encontrando a Noah en el sofá, mirando televisión como si nada.
—Hola cariño, ¿cómo te fue? ¿Ya comieron?
—Hola mamá, no. Thomas trajo a su amiga.— Zoey y Mia se rieron.
—Lynn— susurró Mia. Las miré sonriendo.
—Vayan a lavarse las manos, les haré la merienda.— las niñas obedecieron y corrieron a hacerlo. Me acerqué a Noah y besé su cabeza, luego caminé hasta la cocina, prediciendo que Thomas estaría allí con su "amiga". Me reí en mi mente.
—… no mucho, apenas se pelar manzanas.— lo escuché decir.
— Nada mal.
Los observé antes de interrumpir, Lynn era una niña linda, su cabello era marrón oscuro, ojos claros y era tan alta como mis chicos. Era bastante educada desde mi punto de vista, muy tímida también puesto que se sonrojaba fácilmente y le costaba hablar cuando estaba rodeada de mucha gente. Aún me faltaba conocerla más pero me alegraba que mi hijo estuviera con ella, a pesar de que ahora sólo sea amistad lo que había entre ellos.
—Hola chicos. — sonreí. Thomas se apartó un poco de la encimera donde cortaba varias frutas, Lynn rió por lo bajo y ambos voltearon a mirarme.
—Hola mamá…— saludó mi hijo pasándose la mano por el cabello— ella es Lynn.
—La recuerdo. Es lindo verte en nuestra casa, Lynn.
— Gracias señora Hale. El placer es todo mio.
—¿Qué hacían? — me acerqué para ver las frutas que cortaba mi hijo, quien se hizo a un lado para cederme el lugar.
—Iba a hacer licuados para Lynn y para mí.
—Bien, ¿por qué no van afuera y luego les alcanzo los licuados?
—Está bien, gracias ma.
Les sonreí y ellos se fueron, agregué más fruta para que alcance para todos y luego les llevé los vasos con un plato de galletas para acompañar. Le serví a mis otros tres hijos y Emmett llegó con Caleb para unirse a nosotros.
Antes que anocheciera, acompañé a Lynn a su casa junto con Thomas, ella vivía a solo dos calles de la nuestra. Tenía un hermano mayor y vivía con ambos padres, a quienes conocía por varias reuniones de la escuela.
—Así que…— le sonreí a mi hijo.
— No mamá, no empieces, por favor— me reí.
—De acuerdo está bien.— lo abracé por los hombros atrayéndolo a mi cuerpo— estás tan grande mi amor
—¡Mamá!— besé su cabeza y solté mi abrazo.
— Está bien, entiendo. Te quiero, lo sabes ¿no?
— Lo sé
— Y prometeme que vas a cuidarte
—Mamá…
— Soy tu madre, Thomas, es mi derecho meterme en temas incómodos. Y soy doctora, puedes hablar abiertamente conmigo.
— Okay, eso ya es demasiado… gracias.— sonrió apartando la mirada. Podía jurar que estaba sonrojado.
Volvimos a casa y cenamos la pasta que Emmett había preparado, Mia comía con gran energía, Caleb hacía enchastres de salsa pero mi oso lo limpiaba de vez en cuando, Noah ya iba por el segundo plato y Thomas parecía satisfecho.
—Mamá… ¿puedo comer más tarde?— Zoey soltó el tenedor y cubrió su pancita con sus manos.
—Seguro, cielo, ¿te duele de nuevo?— ella asintió y yo miré a Emmett. Me acerqué y la ayudé a levantarse para llevarla a su cuarto, hice que se pusiera el pijama y toqué su frente sólo por curiosidad, no se veía tan mal pero sí tenía temperatura.
—Zo, acuéstate, voy a tomarte la temperatura, tienes un poco de fiebre.
—Mami…— mi niña me miró con ojos cristalinos y acaricié su carita.
—Tranquila, vas a estar bien. Me aseguraré que estés bien.
Le tomé la temperatura y me quedé con ella hasta que se quedó dormida, la arropé y fui a dar las buenas noches a mis otros niños antes de ir con Emmett, que seguía en la cocina.
—Apaguen los celulares— ordené a los gemelos— Noah no leas en la oscuridad.
—Perdón mamá— sonrió y dejó el libro a un lado.
—Thomas…— miré a mi hijo incapaz de soltar el aparato, tecleando las letras a mil por hora, seguramente despidiéndose de Lynn.
—Perdón… listo— sonrió y apagó el celular.
—Descansen.
Salí de la habitación y fui a la de Mia, quien estaba aún con las luces prendidas.
Golpeé su puerta para llamar su atención.
—Adelante.— sonreí viéndola concentrada en lo que hacía, parecía buscar algo en sus cajones.
—¿Qué buscas, preciosa?
—Algo que no sea rosa.— refunfuñó dejando las cosas y volteando a mirarme— mamá hay que ir de compras, ya no me gusta lo que tengo.
—Hmm…— me crucé de brazos pensando— ¿será por la fiesta de Hannah que estás así?— me acerqué a su lado y volví a doblar las prendas que había sacado.
—No, es que el rosa es muy de niña mamá. Zoey puede usarlas si quiere, yo ya no quiero.
—Mia…— acaricié su cabello— mañana buscaremos qué llevarás a la fiesta. Ahora debes ir a dormir.
—El resto de mis amigas no se va a dormir tan temprano, apenas son las diez.— murmuró.
—Mia…— Dios, dame paciencia— los padres de tus amigas no les deben ordenar que duerman temprano pero yo soy tu madre y te ordeno que duermas ahora.— vi cómo su rostro comenzaba a teñirse de rojo— alto ahí jovencita, piensa lo que dirás si quieres ir a la fiesta mañana. A la cama.
—Si no encuentro qué ponerme no voy a ir.
—Muy bien.— la observé subir a su cama, la ayudé a taparse y me acerqué a darle un beso pero ella apartó la mirada— Cariño no sé qué te hice para que actúes así, pero esta no es la manera. Lo siento.— me alejé y apagué la luz, dejé la puerta entreabierta ya que Mia aún tenía miedo si la manteníamos cerrada y fui donde mi oso.
—¿Cómo está?— me preguntó al oírme entrar en la cocina.
—Volvió el dolor de estómago y tiene fiebre.— agarré un trapo y lo ayudé a secar.
—Te guardé un plato para que comas, no has comido nada.
—Gracias, amor.
—Estoy preocupado por Zoey.
—Lo sé, Emm, yo también. Mañana la llevaré a hacer estudios. No es normal que presente fiebre y tenga continuos dolores de panza.
—Debe estar sufriendo mucho, es muy pequeña, Rose. ¿Tienes idea?— negué con la cabeza reconociendo que no se me ocurría ningún diagnóstico claro.
—Prefiero que los estudios hablen por sí solos.— terminé de secar, metí mi plato al microondas para calentar la pasta y me acerqué a mi oso para hacerle mimos en la espalda.
—Todo estará bien.
—No quiero que le pase nada.
—Y no va a pasar, Emm, tranquilo.— besé su mejilla y él se giró quedando frente a mí, me rodeó con sus brazos y enterró su rostro en mi pelo. Nos quedamos así hasta que la alarma del microondas sonó.
Al día siguiente, luego de dejar a los chicos en la escuela, llevé a Zoey conmigo para realizarle los estudios. Mi pequeña estaba muy asustada al momento en que debían sacarle sangre del brazo.
—Hey Zo — le sonreí sentándome con ella sobre mis piernas mientras la enfermera preparaba la jeringa— podemos ir a desayunar algo después, liviano para que no te haga mal. ¿Si?
—Pero todo me hace mal, mami— sus labios temblaron a la vez que hacía puchero. La atraje mas a mi para contenerla mientras la enfermera trabajaba. En ningún momento dejé de hablarle.
—Bueno, ¿qué tal un té? o puede ser un licuado de fresa que tanto te gusta. Más tarde buscaremos los adornos de navidad para armar el arbolito el sábado, ¿qué te parece?— Zoey cerró los ojos al sentir la aguja pero asintió mientras le hablaba.
—¿Podemos comprar más adornos para el árbol?
—Claro que si mi amor— besé su cabeza y la enfermera le puso una bandita en el brazo— Listo, ahora estamos libres— le sonreí y agradecí a Nora, la enfermera.
Zoey fue paciente y esperó a que termine con unas cosas del trabajo antes de ir a desayunar. Luego tendría que recuperar las horas perdidas pero no era problema.
Volvimos a casa más tarde, cargadas con bolsas de regalos sencillos y adornos nuevos para el árbol.
— ¿Cómo está mi principito?— sonreí dejando las bolsas a un lado y alzando a Caleb para besar sus enormes cachetes. Caleb chilló y se abrazó a mi cuello.
— Mami— susurró besando mi mejilla y dejando un rastro de baba en el proceso. Zoey se rió y fue a darle un abrazo a su padre.
— ¿Los chicos?— pregunté.
— Noah está en su habitación y Thomas en casa de Lynn— sonrió mi oso mientras se acercaba y me daba un casto beso en los labios.
— ¿Mia?
— Ya fui a dejarla en casa de Hannah… estaba con prisa al parecer.
— Emmett ni son las cinco de la tarde.— suspiré— Zo, a bañarse cariño.
— Sí, mamá— Zoey fue hacia las escaleras y se detuvo antes de subirlas, se volteó hacia mi— ¿puedo llevar a Caleb conmigo?
— Seguro, cielo— ella sonrió y corrió a mi lado, cuidadosamente le di a su hermano, asegurandome que no iba a caerse. Una vez que subieron las escaleras miré a mi esposo.
— ¿Qué sucede?— preguntó— ¿Los estudios?
— No van a estar hasta dentro de unos días.— acaricié mi cabello— Me preocupa Mia.
— ¿Mia?
— Ha actuado extraño últimamente. Supongo que es cosa de la edad pero…
— Seguro va a calmarse, cariño. No te preocupes. Enfoquémonos en Zoey ahora, ¿sí?— se acercó a mí y rodeó mi cintura con sus enormes brazos. Sonreí. La cercanía de su cuerpo al mío siempre hacía que sienta electricidad.
— Está bien…— me reí cuando Emmett comenzó a besarme el cuello— Oso… los niños
— Están tan ocupados como nosotros, tranquila.— me tomó por la cintura y me subió a la mesa, abriendo mis piernas para quedar más cerca mío.
— Parece que me extrañaste, ¿no es así?
— Sh, no interrumpas— levantó mi blusa sin dejar de besarme y yo me dejé inundar por el placer de su tacto.
— Cinco… minutos— gemí.
— Eres toda mía, nena— susurró contra mi cuello. Sonreí y dejé que sus dedos recorrieran mi cuerpo.
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Hola! Tanto tiempo, volví jejeje. Espero que les haya gustado el capi, sé que muchas esperan que aparezca Tanya o se sepa algo de ella y no se preocupen, pronto sabremos de ella. Gracias por leer, dejen un comentario para saber qué les pareció y les deseo muchas felicidades a todos!
