Día 2: Primeros pasos
P.O.V María Robotnik
En el contenedor en el que se hallaba a Shadow comenzaba a drenar el líquido que lo mantenía en estasis. Un sueño profundo pronto sería interrumpido para dar paso a una nueva vida.
Mi abuelo Gerald tecleó muchos comandos en su panel de control, secándose el sudor. Los nervios parecían ser mayores en él que en mí. Yo solo quería darle la bienvenida a mi familia.
El contenedor comenzaba abrirse. Mi abuelo caminó a este con precaución y lo terminó de abrir con cuidado. Shadow seguía con sus parpados cerrados y su pelaje aún empapado y pegajoso por del líquido.
Sentí preocupación al no ver su pecho respirar por su cuenta. Mi abuelo también lo notó y quiso cerrar la capsula, volver a ponerlo en estasis y descubrir que había fallado. Me interpuse en su camino, diciéndole que debía esperar. Los bebés tardaban en llorar cuando nacían, así que solo hay que espera.
— Es hora de despertar. — Dije, apretando un poco su pecho.
Su corazón latía y su respiración tan tenue que no se notaba. Yo sonreía al no equivocarme con mi presentimiento.
— Despierta, Shadow. — Dije dulcemente.
Él me escuchó, abriendo sus párpados casi al instante. Sus ojos carmesí miraron a los míos. Eran tan bellos. Sus labios se movieron, tratando de articular alguna de las muchas palabras y datos que mi abuelo ya había insertado en su mente. Le puse un dedo entre sus labios para que esperara.
Tomé sus manos, lo ayudé a pararse y salir del contenedor en el que tantos meses estuvo. Él imitó mi sonrisa, dando un paso a la vez. Lo solté y dejé que caminara por su cuenta. Casi cae mientras se dirigía hacia mi abuelo, pero se mantuvo equilibrado.
Frente a él, sonrió y volteó a verme. Volvió entre sus paso.
— Es un placer al fin conocerte, María. — Dijo, sonando cansado. — Espero serte de mucha ayuda.
— Harás eso y mucho más, Shadow. Eso te lo puedo asegurar. — Sonrió una vez más, cayendo en un sueño.
Mi abuelo lo acomodó en una camilla para que se adaptara al ambiente en que vivía. Yo me acosté a su lado. Quería que de nuevo, junto a su despertar, fuero yo lo primero que viera.
