me he demorado lo se, pero espero que les guste c: otro capitulo de la infancia de Tsuna, en el proxio "extra" hare que se encuentre con alguno de los arcobalenos o con todos, aun eso no lo decido OwO aun asi disfruten aunque sea corto :c


Infancia 2

Encontrando una madre.

Tsunayoshi disfrutaba completamente de su nueva vida, su padre era el mejor, cuando comenzó a acostumbrarse a su nueva vida y horario como le había prometido fueron a comprar su ropa, aunque muchos les asustaba su padre a él no le importaba para nada, él era feliz, disfrutaba sus nuevos peluches, su cuarto estaba adornado de ellos y le gustaba el color de su propia habitación, un color naranja, el de ojos acaramelados miraba como su padre lo cargaba con sus brazos fuera del lugar.

-Uh ¿Papà?.-susurro avergonzado.

-¿Si Tsunayoshi?.-miro atentamente a su pequeño hijo.

-Yo quisiera un helado...

-¿Quieres acompañarme?.-al ver la negativa del menor suspiro, lo dejo en la banca con cuidado, sabiendo que el pequeño había caminado bastante, aunque a lo lejos vio a alguien de su trabajo, suspiro sabiendo que iba a demorar unos minutos, miro nuevamente a su hijo.-Esta bien. Pero te quedas aquí ¿Entiendes?.

-Si papà.-le sonrió abrazando su peluche de león, vio como su padre se alejaba un poco de él, en unos segundos más apareció una mujer con cabello corto y un vestido blanco, se sentó al lado del pequeño castaño que la miro curioso y asustado.

-Hola pequeño, esperó que no te moleste que me sienta aquí.-le hablo con perfecto italiano, Tsuna parpadeo frunciendo levemente el ceño concentrándose un poco a las palabras de la bella mujer.

-Uh.-no sabía que decirle.-Tsuna no le importa.-se sonrojo abrazando más su peluche.

-¿Eres japonés?.-dijo sorprendida, al notar el acento del pequeño.-¿Estás perdido pequeño?.

Negó con la cabeza.-Tsuna espera a papà.-susurro levemente asustado, aunque la mujer la daba un sentimiento de seguridad, no podía confiarse demasiado.

-Ya veo.-le sonrió.-¿Cómo se llama tú padre?.

-Uh uh Tsuna no sabe decir muy bien el nombre.-se sonrojo abrazando a su juguete.

-Está bien, lo siento por hacerte sentir incómodo.-le dijo para tranquilizarlo, para luego sentir una presencia y unas cadenas que la apuntaban para luego ver como el pequeño niño era envuelto en otras cadenas.-Hey deja el niño tranquilo!.-exclamo preocupada.

-¡Papà!.-grito emocionado Tsuna al verlo, dejando sorprendida a la mujer.

-Aquí tienes Tsuna, sabor mora y menta.-le dijo entregándole el helado.

-Graias.-le sonrió para luego probarlo.-Tsuna le gusta!.

-Y que hace la jefa de Giglio Nero aquí?.-pregunto sin alejar sus cadenas que le apuntaban, cauteloso para no asustar a su hijo.

-Solo vine a comprar otra cuna.-le dijo sin salir mucho de la sorpresa que veía.-No sabía que alguien como tú tuviera un hijo...

-Es adoptado.-guardo sus cadenas para luego cargar a su pequeño que se acomodó mientras comía su helado.

-Eso puedo notar, alguien tan adorable no podría ser tuyo.-ríe divertida.-Pero ese niño se me hace conocido.

-Quizás ya estas mal de la cabeza.-dijo sabía bien que Iemitsu escondía lo mayor posible a Tsunayoshi y había investigado que el noveno no sabía del segundo hijo de este.

-Uhm sospechoso...

-Papà estoy cansado.-murmuro el ojimiel sin dejar de disfrutar su postre.

-Bien, vamos a casa pequeño.-le murmuro en el oído, miro a la mujer.-Debería irse con sus demás guardianes jefa de Giglio Nero.-le sugirió a la vez que miraba por todos los lados por seguridad para luego abrir un portal.

-Espera!.-grito la mujer mirándolo.

-¿Que necesitas? No tengo tiempo para ti.-dijo agresivo.

-Puedo saber de ¿quién es hijo?.-pregunto mirando al pequeño que comenzaba a asustarse.

-¿Por qué? ¿qué ganas con eso?.-le pregunto entrecerrando los ojos, no le gustaba las preguntas de la mujer.

-Algo me dice que debo saberlo, que al descubrirlo todo va a cambiar, vi una visión que mostró que hay un futuro donde lo incluye a él.-apuntó al niño.-No mostraba mucho pero se veía que estaba incluida y estaba alrededor de los demás Arcobaleno.-dijo seria.

-...Mmm solo diré esto mujer. Si tratas de engañarte no dudaré en hacer algo terrible.-le dijo mirándola antes de ir hacia el portal.-Su antiguo nombre era Tsunayoshi Sawada, hijo oculto de Iemitsu y Nana Sawada.-con eso desapareció junto a su pequeño.

-Sawada.-murmuro la mujer acariciando su vientre.-¿Que has hecho Iemitsu?, has traído desgracia a tu familia pero alegría a una pronto se formará, has hecho que Vongola vaya cayendo gracias a Tsunayoshi eh~, aun cuando este Giotto las cosas ya no serán las mismas.-suspiro levantándose.-Creo que debería invitar al pequeño Tsuna a la mansión.-se decía ella misma mientras volvía a encontrar a sus guardianes, sus hijas estarían encantadas al tener un nuevo hermano mayor.

-Cariño.-hablo Luce viendo a su esposo.

-¿sí?.-Gamma la miro levemente curioso, su amada esposa planeaba algo.

-Quiero que hagas una cita con Bermuda y su hijo para uno de estos días.-pidió sorprendiendo a su esposo.

-¿Hijo? El futuro jefe de Vindice tuviera un hijo.

-Si yo igual estaba sorprendida, pero por lo que me dijo lo adopto, aun así quiero juntarme con él tengo algo en mente.

-Tratare de llevarle el mensaje pero no sé si aceptara.-le propuso.

-Lo hará.-le aseguro confiada.

-¿Cómo puedes saberlo?.-era algo extraño aquella determinación de su amada.

-Tsunayoshi tiene buena intuición.-sonrió para luego ir en busca de su pequeña dejando curioso a su amado.

-en otro lugar-

Bermuda suspiro sentándose en el sofá de su casa viendo a su pequeño jugar con sus nuevos peluches, en algún momento le sorprendió al verlo moverse como si estuvieran vivo, hasta que vio como los dedos del menor salía hilos de color purpura.

-Tsunayoshi.-le llamo desconcentrándolo y haciendo que los juegues cayeran.-Lo siento si te distraje pero ¿Tienes algo que decirme?.-noto como su hijo se sonrojaba avergonzado.

-Tsuna descubrió un nuevo poder.-murmuro viéndole levemente asustado pensando que su padre se enojaría por él, chillo sorprendido cuando las cadenas de su padre lo tomaban con suavidad hasta dejarlo en su regazo.-¿Papà?.-lo miro curioso.

-No estoy enojado Tsuna, solo sorprendido si vez que tienes otro color debes decirme ¿sí?-le acaricio los cabellos con cariño.-Así poder ayudarte a mejorarlos o por lo menos a controlarlo.

-¿Mejorarlos?.-dijo más relajado al ver que su amado padre no le haría daño

-Sí, sabes que papà trabajo en algo peligroso, así que si no estoy yo cerca quiero que aprendas a defenderte ¿Lo comprendes?.-le dijo mirándole, notando como asistía sonriendo.-Bueno ahora sigue jugando que después debes tomar una siesta.

Dejo al pequeño tranquilo para luego prepararle algo de comer y guardarlo en el refrigerador, debía ir a la base por un rato a presentar los resultados de la misión que se le habían dado hace alguno minutos, se despidió de su hijo para luego irse a través de un portal. Tsunayoshi se había adaptado a la extraña rutina con su padre aunque a veces se sentía solo por la ausencia del menor, trataba de ser un buen hijo para él. Por eso no hacia berrinches o pedía mucho, no quería molestar a su nuevo padre en algo que en su inocente mente era algo sin importancia, pero el menor no sabía que el de vendas lo que más quería era consentirlo y saber lo que quería, aún era principiante en el tema de crianza pero notaba cuando su pequeño quería pedir algo pero no le decía, las cosas cambiarían con el tiempo pensó él. Cuando termino de hacer lo que había ido le habían entregado una carta, suspiro sabiendo quien podría ser, fue nuevamente hacia su hogar encontrando a Tsuna comiendo su almuerzo.

-Ya volví hijo.-le dijo para llamar su atención, notando la felicidad que transmitía el ojimiel al verlo.

-Papà, uhh.-comenzó a actuar de forma tímida.

-¿Qué pasa?

-¿Podrías leerme un cuento?.-murmuro avergonzado, el mayor noto el pequeño libro al lado de su hijo.

-Claro, termina de comer Tsuna. Luego iras a tu cuarto a descansar tu cuerpo aún no se acostumbra de todo al cambio de horario, pero creo que dentro de unos días eso pasara, te veo más activo estos días.

Los ojos del menos se iluminaron al tener una afirmativa, mientras comía feliz, Bermuda comenzó a leer la carta; como había sabido era la jefa de Giglio Nero, suspiro sin saber que debía decidir, no quería que su pequeño fue usado.

-Papà.-al escucharlo el mayor salió de sus pensamientos.-¿Iremos donde esa señora?.

-¿Quieres ir?.-preguntó mirándole.

-Uhm Tsuna no lo sabe, Tsuna cree que ella es buena.-le dijo abrazando a su peluche favorito.

-Ya veo, quizás si hijo.-lo cargo llevando consigo el libro y fueron al cuarto del menor y lo tapó para comenzar a leer el cuento infantil que deseaba escuchar, luego de varios minutos el pequeño castaño se quedó dormido, Bermuda lo vio antes de dejarlo tranquilo, ordeno el lugar y acomodo los juguetes de su pequeño pensando en la carta de la mujer, tenía sus dudas.

Pasaron unas horas cuando el menor se despertó vio a su padre leyendo unos papeles, con timidez se acercó, lo miro antes de mirar el piso.

-Papà.

-¿Si?.-dirigió su mirada a su pequeño que actuaba un poco extraño.

-¿Tsuna puede tener una Oka-san?.-pregunto con inocencia y con sus mejillas teñirse de color rojo de vergüenza.

-...-el mayor se sorprendió y suspiro tomando al pequeño y dejándolo en su regazo.-¿Te gustaría que fuera esa mujer?.

-Uh Tsuna no sabe, Tsuna cree que es buena.

-Ya veo, bueno debemos ir a una salida con ella,...¿Por qué no le preguntas?.-le acaricio los cabellos tratando de acomodarlos.

Asistió levemente, Bermuda acomodo la ropa de Tsuna para luego poner un portal que los llevaría cerca de la mansión de la mujer, cuando estaban en frente de la mansión fueron recibidos por los guardias, al verlos y sabiendo quien era el mayor lo llevaron donde su jefa que los esperaba con ansias.

-Me alegra volver a verlos.-sonrió Luce, notando como el ojimiel se aferraba al joven Bermuda.

-Ahórrate todo eso.-dijo Bermuda, notando a Gamma, suspiro recordando porque estaba allí.-Tsuna, ¿Algo que debas decir?

-¿Hola?.-murmuro moviendo su manita.

-Tu italiano es casi perfecto, me sorprendes pequeñin.-hablo encantada haciendo sonrojar al menor.

-Él aprende rápido, pero no hay que desviarse del tema ¿Para qué nos llamaste?.

-Directo al punto.-suspiro acariciando su vientre.-Quiero ser la madre adoptiva de Tsuna, creo que sería más fácil para ustedes dos, creo que hasta ahora ido bien para ti Bermuda pero sería preocupante que algo le pasara a Tsunayoshi si esta solo cuando estas de misión.-explico al notar las cadenas del contrario salir del traje.

Frunció el celo sabiendo que eso era muy cierto.-Puede que eso me ayudaría pero ¿Por qué hacer todo eso?¿De qué te beneficia?

-Porque quiero cuidarlo, su llama me cautiva y me calma...pero también siento una necesidad de cuidarlo.

-Sus llamas...-murmuro pensativo, sabiendo que lo habían escuchado.-Él es especial, tienes razón en eso, actualmente tiene tres llamas de la voluntad, Cielo, Sol y Niebla.-dijo con seriedad.-Y presiento que tendrá más.

-¿Eso es posible? No es tan raro que haya gente que tenga dos llamas, una más fuerte que las otras. Pero ya con tres es sorprendente pero ¿Mas?.-lo miraba entre sorprendida e incrédula.

-Eso es lo que pienso, además la de mi hijo son más...puras, más fuertes.

Asistió pensativa.-Cierto, más pura es la llama más fuerte y fácil es controlarla, pero ¿me dejaras cuidarlo?.

-No tengo mucha alternativa, últimamente mis trabajo me llevan a viajar mucho, Tsuna necesita cuidado y protección cuando no estoy, además una madre.-suspiro.-Pero eso no quita que te lo dejare siempre.-entrecerró los ojos, la mujer para él no era de confianza.

-Lo comprendo.-le sonrió encantada con lo que había logrado, miro al pequeño que los observaba callado.-Podrías llamarme Mamma si gustas pequeño.

-¿Mamma?.-la miro curioso.

-Sí, desde ahora en adelante también eres mi hijo.-río risueña.-Te cuidare cuando tu padre tenga que hacer misiones, así podrás conocer a tus pequeñas hermanas. Tendrás que cuidarlas al ser el hermano mayor.

-¿Hermanas? Tsuna tendrá hermanas.

-Sí, Yuni y Aria.-dijo sonriendo.-Una de ellas aun no nace aun.-le dijo acariciando su vientre.

-Ohh Tsuna será un buen hermano.-prometió abrazando a su padre.

-Sé que lo serás.-le sonrió cariñosamente, Bermuda quiso bufar pero al ver a su preciado hijo contento, se las aguanto.-Por cierto, te presento a mi esposo, Gamma.-señalo al rubio que estaba a su lado mirándoles, le sonrió al pequeño al tener la vista de este en él.

-Uh uh hola.-movió su manita tímido.

Asistió saludándolo, Luce comenzó a tener una pequeña conversación con Tsuna, este jamás se fue de los brazos de su padre, aunque la mujer en frente de él, era muy agradable y muy buena y linda, no se fiaba por completo, no después de vivir un infierno con su madre biología que era muy linda y agradable a la vista de todos, pero ella engañaba al mundo, no era un niño tan estúpido, por eso en el único lugar que lo hacía sentir seguro era los brazos de su padre, los mayores notaban aquello, ya que aunque Tsunayoshi se comportaba muy bien y era muy animado, siempre tuvo cautela de no hacer algo que podría hacerlos enojar a los dueño de la casa y se aferraba al de vendas cuando pensaba que hacia las cosas mal o decía cosas de más.

Eso entristecía a Luce, había preguntado de forma disimulada como fue s vida con sus padres biológicos, quiso llorar, Tsuna se los contaba de forma tan inocente e ingenua, no sabía cómo el Noveno con esa intuición nunca supo del adorable niño, era muy engañado por la persona que se supone era de mucha confianza, además ¿De qué tenía la culpa el niño? Él no había hecho nada para merecer los golpes, eran muchos pensamientos que inundaban a la mujer, Bermuda ya había pensado lo mismo que la jefa de la mafia, pero aunque quisiera hacer algo, no lo haría ahora, no cuando trataba de arreglar lo que habían hecho al niño que quería, que apreciaba como su hijo, lo cuidaría y lo amaría como también lo protegerá de todo mal.

Tsunayoshi por otro lado, era muy feliz tenía una madre y ahora hermanas, las cuidarías y tomaría en serio lo que le diga su padre, quería ser fuerte, por otra parte extrañaba a Kyoya, su vida estaba mejorando por completo. Miro sus pequeñas manitos recordando las suaves y tranquilas sensaciones en dferentes situaciones, las llamas de la voluntad que sentía en su ser, agunas que estaban ya floreciendo, no comprendia de todo lo que eran pero al parecer eran uy usadas para luchar o defenderse, quería ayudar a su padre y limpiar el mal de la mafia, sonrio de forma inocente de su sueño.

-Quiero ser igual a pàpa.-dijo de forma repentina, sorprendiendo a los mayores que estaban distriados.

-¿eh?.-la había descorsertado por aquello.

-Si, pàpa lucha conra los malos, yo quiero ser igual a él.-volvio a decir sonriendo mientras abrazaba a Bermuda.

-Lo vas a hacer, si te cuidas Tsuna.-dijo Bermuda acariciando los cabellos del menor con cariño, tenía suerte estar cubierto de vendas que ocultaba su sonrisa.

Luce y Gamma, como otros pocos que estaban en la habitación estaban sorprendidos por tal arrebato del menor que para ellos era mera cosa del momento, pero Gamma y Luce no lo veían así, no al tener en frente al menor que sus ojos mostraban la determinación. Al pasar las horas ya que era tarde y el pequeño castaño se estaba quedando dormido, bermuda al notarlo se levantó para irse, tenía que dejar que descansada, cuando se iban a despedir noto que ya su hijo se había dormido, suspiro para luego acomodarlo, Luce aún se sorprendía al ver la delicadeza de los movimientos del contrario, sonrió leve.

-Eres un buen padre.-dijo de forma repentina

-No sé qué te hace pensar eso.-murmuro abriendo un portal para poder huir de forma estratégica.

Ríe un poco al verlo.-Bueno, puedes traerlo cuando quieras o cuando tengas misiones que duren mucho, lo cuidare muy bien, te lo prometo.-le aseguro.

-Eso espero, no dejare que nadie lo lastime….-dijo antes de desaparecer, dejando impactada a la jefa que no espero tanta sinceridad.

-Ese chico, si sabe cómo llegar al corazón de las personas.-le dijo Gamma abrazándola

-Él va a ser una persona muy especial, si pudo cambiar a Bermuda, una persona que solo tiene odio, no me imagino que lograra con los Arcobalenos.

-Eso amor, el tiempo lo dirá.

-Tienes razón Gamma.-le sonrió para ser llevada a su cuarto a descansar, esperando con ansias volver a hablar con el pequeño cielo.

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