Habían pasado tres días desde la batalla que habían perdido y donde casi había perdido al estúpido de su hermano menor. El pelirrojo aún tenía la mente algo borrosa sobre lo ocurrido en esa terrible tormenta. Lo último que recordaba con claridad había sido cuando había pateado a ese malnacido en el costado antes de caer al suelo para respirar a bocanadas. Justo en ese momento, el jodido holandés se había lanzado sobre Arthur y había colocado su espada en el cuello del menor. A partir de esa acción, su mente comenzaba a volverse borrosa entre la ira, el miedo y la desesperación.

Algunos flashazos atacaron su mente en un segundo: Arthur sangrando, el barco en llamas, las balas de cañón destrozando la cubierta y el mástil principal. El agua golpeando el barco de un lado al otro, sus hombres cayendo al mar… y Arthur cada vez más pálido entre sus brazos. No recordaba exactamente como habían sobrevivido a eso ni como había arrastrado los cuerpos de su segundo al mando y del rubio hasta la orilla.

Scott pasó las manos por su cara antes de abrir los ojos para regresar al presente. Su mirada esmeralda se topó con la habitación de hostal donde el pequeño inglés estaba recostado en una sencilla cama iluminada por una vela. Los dedos del escocés recorrieron los cabellos dorados de su hermano mientras suspiraba. Definitivamente no recordaba la última vez que había rezado con tanto fervor. Vagamente pudo ver a su madre en sus recuerdos cuando cayó en pánico al ver al rubio sangrando profusamente.

-Recuerda, mi pequeño, estas palabras te protegerán de cualquier mal- la voz de Britania sonaba dulce mientras acariciaba los cabellos de su hijo mayor. Gales dormía cómodamente entre los brazos de su madre mientras el pequeño Arthur gateaba alrededor de ellos, observándolos con una creciente curiosidad infantil.

-¿Dices que son palabras celtas?-preguntó el niño pelirrojo con apariencia de 5 años. La rubia asintió y comenzó a repetir el rezo lentamente para que el menor lo aprendiera. Esas palabras los ligaban a la naturaleza, el viento silbaba alrededor de ellos agitando suavemente la hierba sobre la que estaban sentados. Un suave murmullo indicaba la existencia de un río cercano mientras el humo de las hierbas aromáticas que su madre había quemado los envolvía con delicadeza.

-Usa estas palabras cuando tengas miedo, mi pequeño Alba y yo siempre estaré contigo…

-Mamá… ayúdame…-murmuró el pelirrojo angustiado mientras sujetaba la mano del pequeño inglés para comenzar a rezar en voz baja- prometiste estar siempre conmigo…

El escocés estaba tan involucrado en eso que no escuchó cuando la puerta se abrió lentamente. Alfred y Francis se asomaron para verlo y un gesto de confusión apareció en la cara del primero mientras una sonrisa divertida se dibujaba en los labios del segundo. El mortal no entendía lo que su capitán estaba haciendo pero el galo si lo sabía y era sumamente tierno.


El mayor de los Kirkland salió de la habitación una vez que terminó de recitar las palabras celtas para despejarse un poco. Sus pasos lo llevaron a la playa de Calais. Por segunda vez había acabado ahí sin barco y prácticamente sin tripulación. La luna brillaba suavemente sobre el mar en calma y una suave brisa despeinó sus cabellos de fuego cuando se sentó en la arena.

-Scotty… -Francia lo había seguido en silencio y se sentó al lado de él para hacerle compañía- ¿Cómo estás, cher? ¿Cómo está le petit lapin?-el escocés se limitó a gruñir mientras recargaba sus brazos cruzados sobre sus piernas- vamos, ánimo, él estará bien, ya lo verás… -el rubio le dio un par de palmadas en el hombro.

-No debí llevarlo conmigo…-murmuró el pelirrojo sin apartar su mirada de las suaves olas que mojaban sus pies. Está de más decir que se sentía culpable por todo lo ocurrido- Fue mi culpa, no pensé que ese bastardo se daría cuenta de nuestro parentesco.

-Oh, mon amour!-dijo el galo poniendo los ojos en blanco mientras sonreía divertido por la situación- No puedes apartarlo del mar, es un Kirkland igual que tú. Viven en una isla, el agua salada corre por sus venas y el alma de marinero es de familia- Francis recargó la cabeza en el hombro ajeno antes de continuar- Sabes que Vincent es listo y esas sexys cejas que tienen no es lo único que muestra su parentesco, ambos tienen fuego en la mirada.

-Regresaré a Arthur a Inglaterra en cuanto se mejore-sentenció Scott firmemente mientras recogía un puño de arena mojada que se escurrió entre sus dedos- No puedo arriesgarlo de nuevo, es demasiado… -"¿importante para ti?" preguntó Francia- demasiado estúpido, podría morir…

-Oh mon dieu~ -un gesto dramático apareció en la cara del sapo francés- eres un terco y un testarudo. No creo que regrese a Londres sin hacer un escándalo, los Kirkland son indomables como el mar~


-¡NO VOY A VOLVER!- chilló Arthur soltando una patada al suelo mientras se recargaba en Alfred para mantenerse de pie- ¡NO ME VAS A REGRESAR!

-¡NO PIENSO REPETIRLO! ¡VAS A VOLVER A INGLATERRA!- rugió Scott soltándole una patada a una silla de madera que se convirtió en astillas al estrellarse contra una de las paredes del hostal- ¡Estuviste a punto de morir, bloody kid! –Francis estaba sentado en la cama observando la discusión mientras tomaba una copa de vino. Estaba disfrutándolo a lo grande.

-¡NO ME IMPORTA! ¡NO VOY A VOLVER A INGLATERRA! ¡NO ME VAS A VOLVER A ABANDONAR, BLOODY GIT!- las mejillas del inglés estaban completamente rojas por el esfuerzo que hacía al gritar. El brazo de Alfred se encontraba alrededor de su cintura pues el rubio aún no podía pararse bien por el dolor- ¡Dijiste que me llevarías en tus viajes y lo vas a cumplir!

-¡Eres una maldita garrapata!-gruñó el pelirrojo cruzándose de brazos mientras un dolor agudo atacaba su cabeza. Debió simplemente golpearlo en la cabeza y meterlo en un barco mercantil que lo llevaría a Inglaterra pero el jodido francés había abierto su gran boca de sapo- ¡Entiende que no quiero que estés conmigo!

-¡Pues es una pena porque voy a estar contigo te guste o no!-el rubio de cejas pobladas mantuvo el gesto firme un momento más antes de palidecer. El maestre Tartleton lo recostó en la cama al lado del galo- Si te atreves a abandonarme, te perseguiré por los siete mares, lo juro.

-Bueno, ya basta de discusiones, mes amis- dijo Francis poniéndose de pie para llevarse al airado escocés antes de que éste se lanzara sobre su hermanito herido- Duerme bien, mon lapin~ y no temas, tu hermanote no irá a ningún lado esta noche, honhonhon~

-Bleeding hell…-el pequeño Inglaterra cerró los ojos, agotado por la discusión mientras un dolor punzante golpeaba su costado. Alfred le revisó las vendas y le dio un poco de agua- Alfred, ¿prometes no abandonarme si mi hermano te dice que se vayan y me dejen?

-Arthur… tal vez si estás muy pequeño para esta vida-comentó el humano algo incómodo ganándose una mirada asesina por parte del rubio de ojos verdes. Definitivamente no sabía que Arthur era mucho mayor que él, pero eso no importaba- Vamos, no te enojes. Te contaré una leyenda de mar para que duermas ¿está bien?

-Como quieras-se refunfuñó el adolescente cruzándose de brazos mientras miraba el techo. El mortal suspiró, poniendo los ojos en blanco antes de relatar una de las leyendas menos conocidas de los 7 mares. La leyenda del Tesoro Perdido de Roma. Según se contaba, en uno de los muchos robos que las tribus bárbaras habían hecho a Roma, la capital del Imperio Romano, un grupo había logrado conseguir un botín como ningún otro. Había montañas y montañas de monedas de oro y plata en ese barco además de joyas preciosas. Había quienes aseguraban que se habían robado toda la vajilla de oro de los sacerdotes del Imperio.

El barco había zarpado de Roma pero no había llegado muy lejos pues lo atrapó una terrible tormenta. La lluvia golpeaba la cubierta sin piedad y el viento aullaba con furia, levantando las olas con un rugido ensordecedor. Los marineros inmediatamente lo tomaron como la ira de alguna entidad divina.

Al estar tan cargado de tesoros, era muy pesado para maniobrar las olas. Los relámpagos rasgaban el cielo incitando aun más la ira del mar. Los hombres trataron de arrojar algunos barriles de monedas al mar para aligerar el peso pero era inútil. El navío era azotado sin piedad por las violentas olas. Algunos hombres trataron de trepar por los aparejos para controlar las velas pero no lo lograron y el viento las perforó limpiamente.

Finalmente el barco se estrelló contra una roca. El tremendo impacto arrojó a los tripulantes por la borda mientras las olas gigantescas terminaban de impactarlo contra la enorme piedra. Algunos hombres se apresuraron a refugiarse bajo la cubierta para evitar que el agua los arrastrara. El océano estaba completamente furioso con los ladrones y no tuvo piedad con nadie. El golpe de gracia fue una ola monstruosa que golpeó el casco del navío y volteó el barco, partiendo la popa con un espantoso crujido.

Los mástiles se rompieron a la par al estrellarse contra la enorme piedra, atravesando la cubierta y las vigas de apoyo del barco. El peso de los barriles y los cofres cayó sobre los últimos sobrevivientes, los que estaban debajo de la cubierta, destrozándoles los huesos y arrastrándolos al fondo de una cueva en el interior de la gran roca con un rugido que, según dicen, se escuchó en todo el mundo. Nadie sobrevivió.

-Y desde entonces se ha buscado la cueva donde pueden estar los restos de ese legendario barco junto con el inmensurable tesoro-comentó Alfred con un gesto pensativo mientras miraba la vela que iluminaba la estancia-Me imagino que solo un gran pirata con un gran sentido de la aventura y bastante suerte logrará hacerse con semejante tesoro.

-¡Eso es!-exclamó Arthur sentándose en la cama, asustando al humano- ¡Así es como le probaré a Scott que soy un gran pirata, que seré el mejor de todos! ¡Encontraré el tesoro perdido de Roma!


Gracias por leer y por sus comentarios, me alegra enormemente que les guste la idea de un ScotEng y espero estar cumpliendo sus expectativas.

Chiara: Bueno así como "sanos y salvos" no mucho pero se recuperarán

hana: Me alegra que te guste como va quedando!

kayra: si, perdieron pero no por mucho buajaja

Dilaris: Gracias por comentar. Bueno, por largo me refiero a que será de unos 8 o 10 cap pero eso es más largo que cualquier ScotEng

¿No les encanta como ver a Artie en peligro saca el lado más salvaje y protector de Scott? Además de que Arthur está determinado a impresionar a su hermano a como dé lugar!

Espero que les haya gustado y no olviden comentar.