La casa había quedado totalmente silenciosa, había puesto música al volumen más alto que le permitía su reproductor.

Estar en cama ya lo había hartado, estaba en cama en el hospital y en cama ahora también. Se había cambiado las vendas y la cicatriz había mejorado pero todavía le dolía cada vez que movía la zona, lo problemático era que hasta cuando respiraba se estiraba la piel, por eso tardaba en sanarse. Recordó las palabras de su prima sobre que si estiraba de más la piel le quedaría una cicatriz horrible; para él no suponía ningún problema pero pensar en lo sensible que era Rin ante esas pequeñas cosas lo preocupaba, no quería que ella sintiese repulsión al verlo. Cuando llegasen a… cuando llegasen más lejos podría impresionarse por las marcas y él no quería eso. Aunque como venían las cosas parecía que ese momento no sucedería, pero sus pensamientos lo hicieron sonrojarse.

Lo volvía loco, imaginarse solamente la respiración de ambos agitada, verla a los ojos. Ella era muy sensible así que tendría que tratarla con cuidado para no lastimarla, para que se sintiera cómoda. Comenzó a subirle la temperatura.

¿Cómo podía estar pensando en algo así en ese momento? Era un imbécil y un pervertido. Rin lo odiaba como nunca y él estaba pensando en aquello ¿Qué estaba mal con él? Maldijo para sus adentros no poder subir más el volumen, necesitaba callar sus pensamientos. En otras condiciones hubiese salido con la bicicleta a pedalear lo más lejos que pudiese, gastar energía para dejar de pensar y que la velocidad lo calmara.

El problema era que hacía semanas… ¿más de un mes? Que estaba sin calmarse.

Suspiró y tomó el colgante que tenía en el cuello con la clave de Fa. Lo hizo girar a la altura de sus ojos.

Había tomado la decisión de recuperarla a toda costa pero ¿No sería demasiado tarde? Pero… Él no había entendido en qué momento las cosas habían terminado tan mal. ¿Podría volver a lastimarla de esa manera sin darse cuenta? Estaba tan perdido en sus pensamientos, creyendo que todo estaba bien cuando era todo lo contrario ¿Él era capaz de tener a su lado a alguien tan frágil como Rin?

Parecía cínico de su parte tenerla para sí cuando no era capaz de detectar cuando las cosas iban mal, algo realmente simple, además era el que menos derechos tenía de reclamarla para sí. Era el más egoísta de todos.

Cerró la mano alrededor del dije que ella le había regalado y lo llevó a su pecho.

Era el peor.


Había caminado todo el trayecto desde su casa, no quedaba cerca pero le gustaba caminar, esa zona era tranquila y hacía buen tiempo. Había pasado también por una pequeña tienda para comprar algunos snacks y se había quedado charlando un poco con la vendedora.

En ese momento estaba tocando la puerta de la casa Kagamine pero no había obtenido respuesta. Observó su reloj, no le había dicho a Len ninguna hora en específico pero suponía que estaba bien, ni muy tarde ni muy temprano. Tocó timbre y esperó pero tampoco le respondieron. Se alejó unos pasos para ver las ventanas, estaban todas las luces apagadas. Presto un poco más de atención y pudo oír música desde el segundo piso, eso significaba que Len estaba en su habitación. Probó llamarlo pero después de un par de tonos dio el contestador. ¿Lo estaría ignorando a drede? Suspiró.

Se llevó un mechón de su cabello violeta detrás de la oreja y se agachó un poco. Al lado de la entrada había una maceta con una planta y justo detrás, escondida, había una llave de emergencia. Abrió la puerta sin problemas y entró quitándose despacio los zapatos.

-Ya estoy en casa –bromeó para ver si le respondían del piso de arriba pero no se oyó nada, sólo la música que estaba en un volumen indecente. Puso los ojos en blanco sintiéndose ignorado.

Subió al segundo piso y entró en la habitación de su amigo que tenía la puerta abierta. Len estaba acostado totalmente dormido sosteniendo su collar con una mano. Gakupo suspiró.

-¿Cómo puedes dormir con la música tan alta? –reconoció el tema y sonrió- Con un tema de Hatsune además…


Se removió un poco incómodo. Quería seguir durmiendo, había logrado dormirse en un sueño profundo sin pesadillas, no como en la noche. Seguro debido a los analgésicos. Pero algo no le permitía volver a reconciliar ese estado. Algo no estaba bien. La música, no había música y antes estaba a todo volumen. Además sentía una respiración demasiado cerca.

Abrió los ojos sorprendido ¡Rin…!

-¡Aaaah! –gritó espantado.

Unos ojos lila estaban clavados en los suyos y el cabello largo violeta caía a los lados de su rostro encerrándolo con el rostro de Gakupo sonriéndole divertido. Trató de hundirse en la almohada alejándose todo lo que le permitiese. Un segundo después Gakupo se sentó corriéndose de él riendo. Había estado inclinado en la silla sobre Len para molestarlo.

-Buenos días… -cruzó una pierna sobre la otra- Discúlpame pero es que dormías tan profundo que no supe como despertarte… Pensé que como a la Bella Durmiente…-lo interrumpió un almohadazo a la cara.

-¡Jamás vuelvas a hacer algo como eso! –se refregó con el dorso de la mano los labios- ¡¿Cómo pudiste besarme?! –gritó histérico y su amigo lo miró sorprendido.

-Pero… No te he besado… Quizás lo estabas soñando –le guiñó un ojo-. Si es eso lo que quieres debo pedirte disculpas pero ya estoy enamorado de otra persona.

-¡Idiota! –le lanzó otro almohadón pero esta vez su amigo lo atajó.

-Ya… No te sobre esfuerces, no vine a que me ataques de esa manera –sacó de la bolsa un paquete de gomitas con forma y sabor de bananitas y se las tendió conciliador-. Te traje un regalo…

Len lo miró furioso pero tomó el paquete de todas formas, le gustaban demasiado.

Después de verlo comer algunas de las gomitas inclinó la cabeza hacia un lado examinándolo. Estaba con el sueño fruncido y el pelo erizado como un gatito enojado, esbozó media sonrisa.

-¿Qué te resulta gracioso? -básicamente le gruñó .

-Nyan…-le respondió sonriendo.

-Agh, no sé ni para qué te dije que vinieras -resopló. Él era mayor y siempre lo hacía sentir transparente, se daba cuenta de todo, con su aire de superioridad lo sacaba de quicio. Lamentablemente era su único amigo, en el único que confiaba después de tantos años y también era el único que lo había visto pasar por todas sus etapas y no lo dejaba solo.

-Creo que al gatito le está estresando algo…-empezó al ver que estaba totalmente en otro mundo ignorándolo.

-¿Gatito? -buscó algo que pudiese tirarle pero se había quedado sin almohadas a mano. Suspiró y apartó la vista terminándose el paquete de golosinas- No sé de qué hablas…

-Pensando que me dijiste que viniera después de dos días de ser ignorado…. deduzco que pasó algo- Len no lo miró a los ojos, no sabía cómo abordar el tema y odiaba darle la razón, que creyese que sabía todo sobre él lo volvía arisco-. Algo relacionado a Rin-chan supongo…

Desvió la mirada a un costado con el ceño fruncido. No iba a negarle que tenía un problema pero también era cierto que lo había llamado para que lo ayude.

Su amigo lo miraba en silencio, paciente. Al notar que le esquivaba la mirada suspiró.

-Traje el suero de la verdad...

-¿El suero de la qué..?-levantó una ceja viéndolo revólver en su bolsa.

-De la verdad -explicó con una sonrisa y le tendió una botella llena.

-Pero esto es... -leyó la etiqueta para estar seguro- té frío...

-No, ahora es el suero de la verdad -explicó pacientemente-. Cuando lo tomes vas a empezar a decirme lo que te sucede -sonrió.

Resopló pero aún así abrió la botella para beber.

-Ya que el problema es con Rin-chan... Dime ¿vuelves a dudar que esto sea lo que llamas "correcto"?

Lo fulminó un poco con la mirada y suspiró y dejó caer un poco la cabeza hacia atrás.

-Ella me odia... -sonrío con amargura.

-Mmm... -levantó una ceja extrañado- ¿por qué vives en el drama, Len?

-Para burlarte no hubieses venido -lo miro molesto.

-No me estoy burlando, Len, pero en serio ¿Por qué iba a odiarte? -trató de razonar.

-Porque soy el peor...

-No empecemos con esto, por favor -lo cortó negando con la cabeza-. Basta ya de menospreciarte y sentir culpa por todo ¡Nunca va a funcionar nada entre ustedes si tu estás constantemente odiándote a ti mismo! -Se inclinó en la silla para acercarse más- No proyectes en ella -su voz era más dulce-. Ahora dime qué pasó en concreto.

Se quedó en silencio unos instantes procesando lo que le había dicho.

-Dime o empiezo a cobrarte por hora como si fuese un psicólogo -Se burló un poco.

-Idiota, puedes irte si quieres -el otro negó con una sonrisa-. Creo que ella terminó conmigo...

-¿Creo? -alzó una ceja dudando.

-Bueno, no pudimos hablar demasiado... Ella solo me dijo "se terminó" y me cerró la puerta en la cara, después de eso no me contestó ni las llamadas ni los mensajes y me estoy volviendo loco aquí encerrado...

-¿Pero por qué te diría algo así? ¿Se enteró de alguna de tus aventuras con alguien? ¿Se ofendió por algo..?

Len se sonrojó un poco recordando la escena.

-Rin... ella me vio... -carraspeó un poco y su amigo le instó con la mirada- Ella me encontró encima de Lily ¡Pero era un accidente! Yo estaba yendo a buscarla y Lily salió del baño envuelta en una toalla y me hizo caer y...

Lo interrumpió riendo.

-Todo este drama por... ¿celos? -el rubio lo fulminó con el ceño fruncido- Está bien, está bien... No me voy a burlar -tomó aire para calmar su respiración y no seguir riendo imaginando lo que le contaba-. No me contaste que había venido tu prima... -le guiñó un ojo.

-¡Ey! Voy a acusarte con Luka...

-No, por favor no lo hagas, sólo bromeaba... -el menor rió un poco por el tono apanicado.

-Sí, vino hace una semana para cuidarme porque se enteró del accidente...

-Oh... -se llevó una mano a la barbilla meditando- ¿Estuvo contigo todos los días cuidándote?

-Pues sí... -el tono que usó lo hizo sonrojarse sin saber por qué.

-Y... ¿te ayudó a bañarte?

-¡¿Qué?! -negó con las manos y la cabeza- Nonononono ¡Solo me ayudó a llegar a la bañera! ¡Yo puedo bañarme solo!

-Por cómo te pones pareciera que ella te ha desnudado para meterte adentro -se rió-. Pero bueno, es obvio.

-¿Qué es lo que es obvio? -él gruñó un poco todavía avergonzado.

-Rin-chan está completamente celosa...

-No debería estarlo -echó la cabeza hacia atrás frustrado-, es Lily por todos los cielos ¡Por qué tendría celos de su prima! -golpeó con el puño el colchón- Seguro es mi culpa y que no puedo moverme de aquí y arreglar las cosas...

-¿Qué harías si pudieras moverte?

Len lo pensó unos segundos y luego recordó la discusión que habían tenido antes de que empezara todo este problema. Se sonrojó y se llevó una mano al cabello tratando de pensar en otra cosa.

Gakupo sonrió disimuladamente pero no dijo nada.

-Demostrarle que ella es la única -dijo en voz muy baja avergonzado.

-Bueno... Eso no es tan complicado... Estoy seguro que ella en el fondo sabe que sientes eso pero debe sentirse insegura -se encogió de hombros-. Podrías hacerle un regalo...

-¿Crees que si le regalo algo solucionaré toda esta porquería?

-Mmm... No vas a solucionar todo -suspiró-. Hay cosas que tienes que solucionar contigo mismo como ese síndrome de culpa que no te va a ayudar de nada.

-Em... -desvió la mirada- ¿Qué podría regalarle? -cambió de tema.

-No lo sé -se encogió de hombros-. Seguro tienes alguna canción que le puedas dedicar.

-Tengo... Pero no sería especial-se sonrojó un poco.

-Dudo que una canción tuya no sea especial para ella... Pero podemos volverla más especial -sonrió-. Podemos ir con tu tema a una tienda, sé que hay una en el centro comercial, podemos grabarla en un CD y puedes elegir una foto para la portada, además puedes buscar algo más ¿dulces? No lo sé, tú la conoces mejor...

-No sería una mala idea del todo... -lo sopesó y se acordó luego de su problema- ¡Si pudiera salir de esta maldita habitación! -gruñó.

-Mmm... ¿No puedes andar? -le señaló las muletas en la pared.

-Se supone que ya podría probar con distancias cortas pero en esta casa nadie me deja hacer nada solo -bufó un poco-. Pero ellas no tienen que enterarse que salí de casa ¿o no? -le sonrió a su amigo.

-No lo sé, Len... Si ellas quieren que te quedes en cama será por...

-¡Son sobreprotectoras! -lo interrumpió- Vamos, tu me vas a ayudar por si me caigo y eso -le restó importancia y el mayor suspiró resignándose.


Se detuvieron ante el primer obstáculo: las escaleras.

-No esperaba que tuviésemos que detenernos tan rápido -evaluó el mayor.

-Esto no es nada... -dijo sin mucha seguridad. Se puso de costado con las muletas tratando de bajar la primera y ya viéndose rodando por las escaleras.

-No pensarás bajarlas así -suspiró el de pelo violeta-. Sujeta las muletas juntas...

-¿Que haga qué? -no le dio tiempo a responder y lo alzó poniendo una mano por su espalda y otra por debajo de sus rodillas- ¡Gakupo! ¡Bájame! -se removió un poco molesto.

-Deja de lloriquear, Len -puso los ojos en blanco y comenzó a bajar-. Deja de moverte o nos caeremos los dos...

-Pero esto es ridículo.. -masculló cruzándose de brazos y acomodando las muletas para que el otro pudiera caminar sin tropezarse con ellas- ¡No vas a llevarme así por toda la ciudad!

-Es sólo hasta el taxi -sonrió-. No seas un gatito arisco -se burló ya que verlo así le hacia mucha gracia.

El rubio refunfuñó pero no dijo nada en concreto molesto cuidando de apartar su rostro para no mirarlo tan cerca.


¡Buenas!
Mi plan es actualizar los domingos pero no sé si el que viene voy a poder, pero sigo viva que no cunda el pánico (?)
Me emocionó saber que hay gente que sigue ahí todavía después de los años. Incluso que releyeron la historia.
¡Gracias por sus reviews! Me alegraron un montón.

Perdón por el capítulo puramente de Gakupo y Len pero me encantan estos dos como interactúan (vamos a decir que los shipeo un poco jaja). El primer rol de la historia de los rol que hice fue con el personaje de Gakupo, aunque nada que ver a cómo es en esta historia.
¡Buena semana!