Kisa Shouta era una persona cotilla, él era consciente de ello y en su día intentó controlarse pero le fue imposible. A sus 31 años ya había asumido que era un cotilla y no había forma de evitarlo. Kisa disfrutaba conociendo todo lo que ocurría en la vida de los demás, no había maldad en él, simplemente sentía la necesidad de saber acerca de sus conocidos. Por ese motivo el día que presenció la escena entre Hatori y Chiaki, sintió que debía averiguar quién era esa mujer y así ayudar a la pareja. Tenía una ligera sospecha sobre quién podía ser y había conseguido una foto de ella, pero por desgracia fue tomada con el móvil de Ricchan y éste se había cogido unos días del trabajo a causa de la muerte de su padre.
Todo ese asunto le tenía muy distraído. La curiosidad le estaba comiendo, necesitaba saber quién era, por qué lo hizo y qué ganaba con ello. Sentía el impulso de llamar a Ricchan para pedirle que le enviara la foto, pero sabiendo que su amigo estaba pasando por un mal momento no le parecía bien molestarle para eso.
Sin saber cómo, Kisa se vio ante la puerta de Onodera. ¿Cómo había llegado hasta ahí si no pretendía ir? Bueno, sería solo una visita para ver cómo se encontraba su amigo y nada más, no sacaría el tema de la foto. Llamó al timbre y escuchó como unos pasos se acercaban a la puerta.
- ¡Qué sorpresa!- Dijo Ritsu sonriendo y haciéndose a un lado para que pasara al interior. Kisa pudo comprobar por las ojeras que traía Onodera que su amigo llevaba un par de noches sin dormir. Se veía apagado, estaba peor que a final del ciclo.- ¿Te apetece un té?
- No, no te molestes.- Negó Kisa.- Solo venía a ver cómo estabas, ¿te encuentras mejor?
- No mucho.- Suspiró Ritsu.- Mi madre no me habla y me ha desheredado.
- ¿Qué?- Dijo Kisa sorprendido.- ¿Qué ha pasado?
- No quise heredar la editorial y ahora dice que ya no soy su hijo y que no veré nada de la herencia.- Explicó tristemente.- En verdad la herencia me da igual, lo que me duele es haberme quedado sin padres.
- Lo siento mucho, Ricchan.- Dijo Kisa abrazándolo. Ritsu correspondió el abrazo y sollozó un poco, pero rápidamente consiguió controlarse.- Pero no estás solo, aquí me tienes para lo que necesites, ¿vale?
- Gracias, eres un gran amigo.- Sonrió y en ese momento llamaron a la puerta.- ¡Está abierto!
- Ritsu, he traído comida de sobra para varios días.- Dijo Takano entrando en el apartamento sin reparar en la presencia de su otro subordinado.- Te lo guardo en tu nevera.
- No es necesario, ya lo haré yo.
- Bueno, yo me voy a marchar ya.- Habló Kisa haciendo que el editor jefe reparara en él.- Se ha hecho tarde.
- No te había visto.- Le dijo Takano mientras guardaba la compra.
- ¿No te quedas a cenar?- Le preguntó Ritsu.
- No, gracias, en otra ocasión.
- Por cierto, Kisa, ¿qué vamos a hacer con la foto?- Dijo Ritsu cuando el mayor se disponía a irse. Kisa al oírlo paró en seco y volvió sobre sus pasos.- ¿Ya te habías olvidado?
- No, le he estado dando vueltas al asunto.- Le dijo Kisa bajo la atenta mirada de su jefe, quien no tenía ni idea de qué estaban hablando.- Si me pasas la foto iré a su casa y hablaré con él.
- Iré contigo.
- No, Ricchan, tu ya tienes demasiadas cosas en la cabeza…
- Me vendrá bien distraerme.- Dijo Ritsu.- De hecho mañana tengo planeado volver a trabajar.
- Pero si aún tienes un día más…- Le dijo Takano que ya había acabado de guardar las cosas y se acercó a donde estaban los ukes.
- Necesito salir de casa y sentirme útil.
- Muy bien, Ricchan, ¿entonces vamos mañana?
- Por mi bien. Oye, ¿deberíamos decirle a Hatori?
- Ni hablar.- Respondió Kisa rápidamente. Takano les observaba arqueando una ceja.
- Si se entera nos mata.- Dijo Ritsu riendo.
- Bueno, de algo hay que morirse.- Kisa se despidió y luego se dirigió hacia la puerta para marcharse.
- ¿Qué tramáis?- Preguntó Takano y Onodera suspiró.
- Cosas de Kisa.
Kisa llegó a su apartamento cuando ya era de noche. La estancia estaba vacía, no había nadie ahí para recibirle. Kisa por un momento se sintió solo, el silencio que había en la vivienda era un recordatorio de que Yukina no estaba allí. El editor suspiró y se dispuso a preparar algo para comer.
Hacía ya una semana que no veía a su novio y estaba empezando a sentirse inseguro, necesitaba ver a Yukina para saber que todo iba bien. En verdad no había pasado nada malo entre ellos, simplemente el trabajo les impedía verse tanto como les gustaría. Se enviaban mensajes al móvil pero nada más. Qué semana más larga.
Kisa no soportaba la situación y llevaba días pensando en que lo mejor sería que Yukina viviera con él. Eso no solucionaría del todo la situación porque continuarían teniendo una agenda muy ocupada, pero al menos podrían verse con más frecuencia. Kisa suspiró y sacó su móvil.
"Hola, Yukina, el domingo estaré libre. ¿Te gustaría pasar el día conmigo? Si no es todo el día está bien, cualquier momento del domingo me vale."
Lo envió y al instante se arrepintió, el mensaje sonaba un poco desesperado. No pasó ni un minuto cuando recibió la respuesta provocando que sonriera.
"¡Kisa-san, eso suena genial! El domingo trabajaré por la mañana, así que podemos pasar la tarde y la noche juntos...sobretodo la noche jeje"
Ese Yukina era un descarado pero le quería, le quería más de lo que había querido a nadie y eso en parte le asustaba, se sentía vulnerable a su lado. Pero todo eso le dejaba de importar en el momento en que Yukina le regalaba una de sus sonrisas de príncipe.
Ritsu había acertado al volver a trabajar, mantener la mente ocupada le ayudaba a sentirse mejor, de esta forma no pensaba en su madre ni en su difunto padre, simplemente se centraba en el trabajo. Notaba la mirada de Takano sobre él, sabía que estaba preocupado por él, de hecho esa mañana le había insistido en no ir a trabajar pero Ritsu le había ignorado.
- Ricchan.- Llamó Kisa en un susurro para que solo le oyera él.- Hay que distraer a Hatori, necesitamos un cebo.
- ¿Un cebo?
- Sí, necesitamos que alguien se quede con él mientras vamos a hablar con su novio.- Explicó Kisa.- Yo he pensado en Takano pero tienes que pedírselo tú.
- ¿Qué? ¿Por qué yo?- Preguntó Ritsu notando que Takano continuaba mirándole.
- Porque tú tienes mucha confianza con él.
- ¿Qué te hace pensar eso?
- Bueno, no sé, tal vez el hecho de que ayer entró en tu apartamento como si nada para colocar en tu nevera comida que él había comprado para ti.- Le dijo Kisa.- No haces eso si no tienes mucha confianza con la otra persona.
- Supongo…- Murmuró Ritsu.
- ¡Dejad de cuchichear!- Les gritó Takano ya cansado.- Si tenéis algo que decir que sea en voz alta.
Ritsu esperó a que Takano fuera al baño para hablar con él. Entró en el baño y esperó mirándose en el espejo a que su jefe saliera. Estaba tan inmerso observando sus ojeras que no se dio cuenta de que Takano había salido hasta que lo vio parado a su lado lavándose las manos.
- ¿Qué ocurre?- Preguntó el mayor, quien sospechaba que pasaba algo.
- Kisa y yo necesitamos que nos hagas un favor.
- ¿Qué os traéis entre manos?
- Ya te lo explicaré.- Le dijo Ritsu.- Necesitamos que esta tarde distraigas a Hatori.
- ¿Por qué?
- Tú simplemente llévalo al cine, a tomar algo o de compras, lo que quieras pero evita que se acerque a casa de Chiaki.
- Ritsu, mi novio eres tú, no él, ¿por qué diablos quieres que tenga una cita con Hatori?
- No es una cita.- Dijo Ritsu negando con la cabeza.
- No sé de que va todo esto pero parece que te está animando.- Le dijo Takano acariciándole el pelo.- Y si eso te hace feliz lo haré encantado.
- Gracias, te lo explicaré todo esta noche.- Sonrió Ritsu.
- Por cierto, Kisa y tú os habéis hecho muy amigos, ¿le has contado lo nuestro?
- No, todavía no.- Negó Ritsu.
- ¿Todavía? Eso quiere decir que sí que piensas contárselo.- Dijo Takano sonriendo.
- Bueno, como somos amigos creo que no estaría bien que le ocultara algo tan importante...porque para mí tú eres la persona más importante de mi vida.- Respondió desviando la vista y poniéndose más rojo a medida que iba hablando.
- Ritsu, te quiero.- Le dijo Takano abrazándole.- Después de lo que me acabas de decir me va a costar mucho concentrarme en el trabajo, sólo podré pensar en las ganas que tengo de comerte.
- ¡No digas esas cosas en el trabajo!
- ¿Entonces en casa puedo?- Preguntó Takano con una sonrisa traviesa.
- ¡Claro que no!- Gritó Ritsu y salió del baño sonrojado.
Aquella tarde Ritsu y Kisa salieron temprano de trabajar y se dirigieron hacia la casa del mangaka. Kisa estaba eufórico, tenía muchas ganas de llegar y contarle a Chiaki sus sospechas. Ritsu, en cambio, sentía que estaban metiéndose donde no debían. No conocían al mangaka y no sabían cómo iba a reaccionar, existía la posibilidad de que se enfadara y eso les traería problemas con Hatori.
Tuvieron suerte y Chiaki se encontraba en casa cuando llegaron. Les miró sorprendido cuando abrió la puerta, no entendía muy bien qué hacían en su casa los compañeros de trabajo de su pareja.
- Hola, ¿os puedo ayudar en algo?
- Necesitamos hablar contigo sobre un asunto.- Dijo Kisa.- ¿Te importa si pasamos?
- ¿Eh? Claro, pasad.- Dijo el mangaka haciéndose a un lado para dejarles pasar. Les condujo hacia la sala y les indicó que se sentaran en el sofá.- Siento el desorden.
- No te preocupes, ¿estabas trabajando? Podemos volver en otro momento si estás ocupado.- Dijo Ritsu al ver que había un montón de papeles encima de la mesa.
- No, ya había acabado por hoy, así que está bien.- Dijo Chiaki sonriendo.- ¿Os apetece tomar algo?
- No, no te molestes.- Negó Kisa y suspiró.- La verdad es que queríamos hablar contigo sobre lo que te pasó el otro día.
- ¿Sobre la mujer que vino?- Preguntó Chiaki ahora más sorprendido.
- Sí. Ya sé que no es asunto nuestro, pero nos quedamos muy preocupados por lo que ocurrió. Es muy extraño que una mujer se presente en tu casa solo para causar daño.- Explicó Kisa.- La cuestión es que creemos que se trata de una mujer que trabaja en la editorial.
- Sí, la hemos visto y coincide con la descripción que hiciste.- Dijo Ritsu sacando el móvil y enseñándole la foto a Chiaki.
- ¡ES ELLA!- Exclamó Chiaki.- ¡Es esa bruja!
- Lo sabía.- Murmuró Kisa.
- ¿Quién es? ¿Sabéis por qué lo hizo?- Preguntó el mangaka.
- No sabemos quien es ni por qué lo hizo, solo sabemos que trabaja en el departamento de literatura.- Dijo Ritsu.
- Bueno, ¿qué piensas hacer?- Preguntó Kisa de forma suave.
- No lo sé.- Respondió Chiaki suspirando.- Odio las confrontaciones, pero esta mujer ha intentado separarme de Tori y no sé si lo va a seguir intentado o qué planes tiene, así que creo que lo mejor sería resolverlo todo cuanto antes.
- Podemos tenderle una emboscada y así hacer que confiese.- Dijo Kisa.- Si conseguimos pruebas de esto es posible que la echen de la editorial.
- Me parece bien.- Asintió Chiaki.- ¿Le habéis contado algo sobre esto a Tori?
- No, no le hemos dicho nada.- Negó Ritsu.
- Mejor, no le digáis nada, lo último que quiero es preocuparle.
- No le diremos nada.- Dijo Kisa y en ese momento el móvil de Ritsu sonó.
- Es un mensaje de Takano.- Dijo Onodera.- Hatori está de camino, será mejor que nos vayamos.
Ritsu y Kisa se dirigieron hacia el centro de la ciudad donde pensaban tomar algo y así aprovechar el haber salido antes del trabajo. Los dos cada vez se encontraban más a gusto en compañía del otro y sentían que se estaban volviendo muy cercanos. Esto para Kisa era algo nuevo porque nunca había tenido un mejor amigo, durante su época de estudiante se llevaba bien con todos sus compañeros pero nunca sintió que eran sus amigos. Iban en el metro conversando tranquilamente cuando Ritsu cambió repentinamente de tema.
- El otro día me dijiste que tenías pareja, ¿cómo es ella?- Preguntó Ritsu interesado.
- Bueno, la verdad es que soy gay.- Dijo Kisa algo sonrojado.
- Ah, comprendo.- Dijo Ritsu sorprendido y luego sonriendo.- Bueno, ¿cómo es él?
- Es sensible, cariñoso, amable, dulce, atento, trabajador, educado, a veces pone una cara de tonto que me encanta y es muy muy muy muy pero que muy guapo.- Dijo Kisa sonriendo.- De verdad que es muy guapo.
- Me alegro mucho de que estés con una buena persona.- Le sonrió Ritsu.
- Gracias por entenderlo, hay gente que no entiende que dos hombres puedan quererse de esa forma.- Dijo Kisa desviando la mirada.
- Créeme que yo sí que lo entiendo.- Le dijo Ritsu y se sonrojó.- Yo...la verdad es que...jamás he dicho esto en voz alta.- Kisa le miró con mucha curiosidad. Su amigo se encontraba con la cara completamente roja y no era capaz de hablar sin trabarse.- Verás… y-yo también soy gay.
- ¡Ricchan, eres una auténtica caja de sorpresas!- Exclamó sonriendo.- Relájate y no estés tan rojo que vas a explotar.
- Tienes razón.- Murmuró Ritsu riendo levemente y se sintió más tranquilo.
- ¿Te apetece conocer a mi novio?- Preguntó Kisa.
- Sí, claro, me tiene muy intrigado.
- ¿Qué tal el domingo? Puedes venir a mi casa a cenar, él va a venir.- Propuso Kisa.- Oye, ¿tú sales con alguien? Si es así que venga él también y hacemos una cena de parejas.
- ¿Eh? Bueno, sí, sí que salgo con alguien...pero no sé si podrá ir, le preguntaré.- Dijo Ritsu muy nervioso, cómo le iba a explicar a su amigo que su novio era Takano.
- Pues ojalá sí que pueda venir, me hace mucha ilusión una cena de parejas.- Dijo Kisa haciendo un puchero.- Nunca he hecho una.
- Le preguntaré esta noche y mañana te digo algo.
- Vale, Ricchan. Pero si no puede el domingo lo dejamos para un día que podamos los cuatro.
Ritsu no quiso llegar muy tarde a su apartamento porque se sentía cansado. Había sido un día intenso, le alegraba el no haber pensado en todos los problemas familiares que tenía. Llegó a la puerta de su casa y en ese instante Takano salió de la suya.
- Te estaba esperando.- Dijo Takano.- Tienes que contarme que estáis tramando Kisa y tú.
- Cierto, pero ahora mismo necesito un baño.
- Podemos bañarnos juntos.- Propuso Takano con una sonrisa.
- Mejor en otra ocasión, hoy estoy agotado.- Dijo Ritsu.
- En ese caso yo prepararé la cena mientras te bañas y luego me cuentas eso.
- Perfecto.- Asintió Ritsu pero antes de meterse en su casa recordó lo que le había dicho Kisa.- Oye, ¿estás libre el domingo?
- Sí, ¿por qué? ¿Tienes pensado algún plan romántico?- Dijo Takano acortando la distancia con el menor.
- Kisa me ha invitado a su casa a cenar para que conozca a su novio y me ha dicho que sería buena idea que también viniera el mío.- Explicó un muy sonrojado Ritsu.
- ¿Le has contado lo nuestro?- Preguntó Takano con una sonrisa.
- Le he dicho que tengo novio pero no le he dicho que eres tú...no sabía cómo decírselo.
- Es muy sencillo, solo tienes que decirle que te estás follando al jefe.- Dijo Takano riendo, provocando que Ritsu se sonrojara aún más.- Ritsu, eres adorable.
- Cállate.- Murmuró desviando la mira. Takano le cogió de la cintura y le robó un beso.- En el pasillo no, baka.
- ¿Y dentro de casa?- Preguntó arqueando una ceja y sonriendo.
- Dentro de casa sí.- Dijo Ritsu aún sonrojado.
- Eres maravilloso.- Le susurró Takano al oído.- Venga, ve a bañarte que te voy a preparar la cena.
