La semana pasó lenta para Kisa, pero finalmente el deseado domingo llegó. Estaba que irradiaba felicidad sólo porque ese día iba a ver a Yukina después de mucho. Su pareja llegó a su casa por la tarde y se pusieron al día con lo que habían estado haciendo desde la última vez que se vieron, después de eso, como era de esperar, tuvieron sesión doble de sexo. Recuperaron fuerzas viendo una película que no acabaron de ver ya que decidieron volver a tener sexo, lo habían pasado muy mal sin verse.

Finalmente llegó la hora de ir preparando la cena. Yukina era quien cocinaba, mientras que Kisa se encargaba de preparar la mesa. Cuando Kisa terminó con su tarea fue a la cocina para proponerle a su novio aquello a lo que le había estado dando vueltas últimamente.

- Me gustaría hacerte una pregunta.- Dijo el editor llamando la atención del menor, que levantó la vista para mirarle.- ¿Te gustaría vivir conmigo?

- ¿Solo por una semana o ya para siempre?- Preguntó Yukina sorprendido, pero con una sonrisa en la cara.

- Yo espero que para siempre.- Respondió Kisa con un sonrojo.- Lo he estado pensando mucho últimamente y me gustaría que te mudaras, así podríamos vernos más.

- ¡Sí, Kisa-san!- Dijo el más joven dándole un abrazo.- Mañana mismo traeré mis cosas.

- Genial.- Sonrió Kisa y sacó una llave de su bolsillo.- Ten, tu llave.

- Gracias, Kisa-san, me has hecho muy feliz.

Ritsu se había pasado todo el día de los nervios. Le daba miedo la reacción que pudiera tener su amigo al ver a Takano, ¿y si le molestaba el no haberle dicho nada antes? ¿Y si pensaba que solo estaba con su jefe por interés?¿Y si se lo contaba a alguien? Era muy arriesgado ir a esa cena, pero sentía que ya era demasiado tarde para cancelarla.

Envidiaba a Takano por permanecer tan tranquilo, ¿es que acaso no le ponía nervioso lo que pudiera ocurrir?¿Y si salía mal?¿Por qué siempre tenía que estar tan confiado?

Ritsu y Takano llegaron a la casa de Kisa a la hora acordada. Ritsu sentía que el corazón se le iba a salir por la boca en cualquier momento, sin embargo a su lado se encontraba Takano tan tranquilo. Takano le miró y le sonrió de lado para darle fuerzas y después llamó al timbre.

- ¡Ricchan, estoy flipando!- Exclamó Kisa al abrir la puerta y encontrarse con su jefe.- Qué calladito te lo tenías…

- Kisa, no es para tanto.- Dijo Ritsu sonrojado mientras Kisa se hacía hacia un lado para dejarles entrar.

- Por supuesto que lo es, pero os debo decir que hacéis muy buena pareja.- Comentó Kisa sonriendo.

- Gracias.- Dijo Takano devolviéndole la sonrisa.

- ¡Takano acaba de sonreír!- Gritó Kisa.- ¡Ricchan, haces milagros!

- ¡No digas esas cosas!- Le dijo Ritsu con vergüenza.

- Solo estaba bromeando, Ricchan, no te pongas así.- Le dijo Kisa y los condujo al salón donde ya estaba la mesa preparada.- ¿Os apetece tomar algo? Mi novio ha salido un momento a por hielo, no tardará en volver.

- Cualquier cosa está bien.- Le dijo Takano.

- Traeré cervezas.

- ¡Kisa-san, ya he llegado!- Gritó Yukina entrando en la vivienda. Se dirigió a la cocina para dejar el hielo y después fue a la sala donde estaban los demás.- Hola a todos.- Saludó alegremente.

- Bueno, él es mi novio Yukina Kou.- Presentó Kisa.- Kou, ellos trabajan conmigo. Él es Onodera Ritsu y él es Takano Masamune, mi jefe.

- ¿Es usted el jefe de Kisa-san?- Dijo con los ojos bien abiertos.- ¡Qué sorpresa! Espero que Kisa-san se esfuerce mucho en el trabajo.

- Lo hace.- Asintió Takano.

- ¡Baka, ya sabes que yo siempre me esfuerzo en todo!- Le dijo Kisa.

- Es un placer conoceros.- Dijo Yukina ignorando a su pareja.- ¿Cenamos ya? Me muero de hambre.

- Iba ahora a sacar unas cervezas.- Le dijo Kisa.

- Ya las saco yo, tú siéntate.

- ¿Verdad que es muy guapo?- Le dijo Kisa a Ritsu en un susurro para que no le escuchara Yukina.- Me ha tocado la lotería, de verdad que no sé cómo lo he hecho.

- Tú también estás muy bien, Kisa.- Le respondió Ritsu, la verdad era que se había equivocado al pensar que su amigo estaba exagerando al hablar de lo guapo que era su novio.

- Pero él es un puto dios griego.- Dijo Kisa y al ver que volvía Yukina cambió de tema.- Bueno, sentémonos.

- Sí, la comida ya está servida en la mesa.- Dijo Yukina y los cuatro tomaron asiento. Empezaron a comer tranquilamente y se formó un silencio en el que nadie sabía muy bien qué decir. Era extraño porque tres de ellos se conocían bastante bien y pasaban muchas horas a la semana juntos pero en ese momento no tenían tema de conversación. Yukina harto de la situación decidió romper aquel silencio.- ¿Sabéis? Soy muy fan del manga shoujo. De verdad, tengo obsesión.

- Sí, la tiene.- Asintió Kisa agradecido de que su novio hubiera roto el hielo.

- Me alegra oír eso, suele estar dirigido a un público femenino pero siempre se agradece que también lo lean hombres.- Dijo Takano.

- Ya lo creo, trabajo en la sección de manga shoujo de la librería Marimo y sólo compran chicas.

- En esa librería se vende mucho.- Comentó Takano.

- Eso es porque las chiquillas van a ver a Yukina con la excusa de comprar un manga.- Dijo Kisa.

- Es una buena estrategia de marketing.- Dijo Ritsu.

- La verdad es que funciona muy bien.- Asintió Yukina y luego miró a su novio con una sonrisa traviesa.- Además no sé de qué te quejas, Kisa-san, tú también venías a verme con la excusa de comprar algún manga.

- ¡Qué mentira, yo jamás compré un manga!

- Eso es cierto.

- ¿Ibas a verle?- Preguntó Ritsu sorprendido haciendo que su amigo se sonrojara.

- Bueno, es que fui un día a comprar un libro y al verle...tuve que volver.- Dijo Kisa avergonzado.

- Y menos mal que lo hiciste.- Le dijo Yukina con una sonrisa.

- No te preocupes, Kisa, no eres el único acosador de la sala.- Comentó Takano ganándose una mirada de reproche de su pareja.

- ¿Eh?- Musitó Kisa.

- No le hagas caso.- Dijo Ritsu rápidamente.

- ¿De qué te avergüenzas, Ritsu? Yo también me alegro de que me acosaras en su día, de esa forma me acabé enamorando de ti.

- ¡Cállate, no digas esas cosas delante de gente!- Dijo Ritsu muerto de la vergüenza.

- ¡Sí, sí, dilas!- Animó Kisa haciendo que Yukina riera.

- Pues nada, la cosa es que Ritsu y yo fuimos al mismo instituto y todos los días coincidíamos en la biblioteca, él se enamoró de mí y empezó a acosarme. Fin de la historia.- Explicó Takano encogiéndose de hombros.

- Espera un momento, ¿ya os conocíais?- Preguntó Kisa muy sorprendido.

- Sí, pero perdimos el contacto y estuvimos muchos años sin saber el uno del otro.- Dijo Ritsu aún sonrojado.

- Y os habéis vuelto a reencontrar en el trabajo. Qué bonito, da para un manga.- Dijo Yukina sonriendo.

Ritsu salió de aquel apartamento feliz, se sentía bien después de esa cena tan agradable. En aquel momento se sentía un poco estúpido por haberse preocupado tanto por tonterías, Kisa era su amigo y había sabido entender su situación.

Takano iba caminando en silencio con la manos metidas en los bolsillos, no había dicho nada en todo el camino y parecía distraído. Ritsu aprovechó para contemplarle, parecía estar dándole vueltas a algo pero su rostro se veía relajado. Le encantaba su piel, era perfecta y fina, sobre todo la de su cara. Ritsu siguió observándole por un rato hasta que se tropezó con el bordillo de una acera por ir distraído.

- ¿Se puede saber qué haces?¿Se te ha olvidado cómo caminar?- Le preguntó Takano mientras le agarraba del brazo para que no cayera.

- ¡Solo me he tropezado, lo siento!- Gritó Ritsu sonrojado.

- Presta más atención, podrías haberte hecho daño.

- Lo siento.

- Siempre disculpándote…- Murmuró Takano con un suspiro.

- ¿En qué pensabas?- Preguntó Ritsu de pronto.- Llevas todo el camino sin hablar.

- Pensaba en Kisa y Yukina y en lo que han dicho de vivir juntos. Tú y yo prácticamente ya vivimos juntos, ¿crees que es un poco pronto para que uno de los dos se mude definitivamente al apartamento del otro?- Preguntó Takano sorprendiendo a Ritsu.

- Pues…no hace mucho que estamos saliendo oficialmente, pero siento que no tendríamos ningún problema si viviéramos juntos.- Dijo Ritsu sonrojado.- Es decir, no se diferenciaría mucho a lo que hacemos ahora, ¿no? Seguiríamos pasando todo el día juntos.

- ¿Eso es un sí?- Preguntó Takano sonriendo.

- Sí, vivamos juntos.

Chiaki se levantó esa mañana más pronto de lo normal. Hatori no se encontraba a su lado puesto que no habían pasado la noche juntos, eso le facilitó las cosas a Chiaki pues no se le daba bien mentir y no podía contarle el motivo de haber madrugado. Aquella mañana iría a la editorial para hablar con esa mujer. No sabía muy bien qué le iba a decir, no lo había pensado, pero le tranquilizaba saber que Kisa y Onodera iban a estar a su lado.

Llegó a la editorial y le mandó un mensaje a Onodera para que supiera que ya había llegado, después de eso subió al ascensor para dirigirse a la tercera planta. Onodera llegó dos minutos después a aquella planta, para sorpresa de Chiaki venía solo.

- ¿Dónde está Kisa?

- Lleva enfermo un par de días.- Respondió el editor.- Pero no te preocupes, no estás solo.

- Está bien. Joder, estoy muy nervioso.- Murmuró Chiaki mientras buscaba a aquella mujer. La divisó junto a la fotocopiadora que había al fondo. Cogió aire y se encaminó hacia ella seguido por Ritsu.- ¿Me recuerdas?

- Por supuesto.- Respondió la mujer intentando ocultar que estaba sorprendida por encontrárselo ahí.- ¿Te puedo ayudar en algo?

- Venía a decirte que estás puto loca y que eres lo peor.- Dijo el mangaka sorprendiendo tanto a Ritsu como a la mujer.

- ¿Perdona?

- Lo que has oído. No vuelvas a acercarte a Tori, porque como lo hagas te dejo calva, ¿me has entendido?- Le espetó con rabia pero intentando no levantar el tono de voz, no quería provocar una escena.

- ¿Pero quién te crees que eres para venir a mi trabajo a amenazarme?

- Soy el novio de Tori y un mangaka que hace que esta editorial gane bastante dinero así que sé que pase lo que pase la editorial me apoyará a mí. Sin embargo, ¿tú quien eres? Eres una simple empleada fácilmente reemplazable, ¿no es así?

- Dudo mucho que la editorial apoye una relación entre dos hombres que son editor-mangaka, eso es muy poco profesional.- Le dijo la mujer con una sonrisa fría.

- ¿Quieres que salgamos de dudas? ¿Vamos a hablar con los directivos y se lo contamos todo?

- Venga, vale. Hablemos con Isaka.- Dijo la mujer decidida haciendo que el corazón de Chiaki se saltara un latido. No esperaba que la mujer aceptara, era un farol, ¿cómo la había liado tanto? Ahora tanto Tori como él se iban a quedar sin trabajo. Esto era horrible.

- Te ves muy segura pero yo de ti me lo pensaría bien.- Le dijo Ritsu al ver que Chiaki se había quedado paralizado.- Estoy seguro de que la que acabará en la calle serás tú y si ese es el caso te recomiendo que no intentes trabajar para Onodera porque allí tampoco te van a querer, de eso ya me aseguraré yo personalmente.

- Esto no va a quedar así.- Dijo la mujer para luego irse.

- Soy imbécil.- Dijo Chiaki suspirando.- ¿Cómo he podido meter tanto la pata?

- No te preocupes, tú no has hecho nada malo.- Le dijo Ritsu.- La que debería estar preocupada es ella.

- ¿Y si se lo dice a Isaka? No voy a volver a publicar nada en la vida.

- Isaka no parece homófobo.

- No puedes estar tan seguro de eso. Además, da igual si lo es o no, lo que importa es el escándalo, si esto se llegara a saber…

- No le des más vueltas, somos todos contra ella.- Le aseguró Ritsu intentando tranquilizarle. Quiso añadir algo más pero su móvil sonó.- Lo siento, puede que sea una mangaka.

- Ricchan.- Escuchó la voz de Kisa al otro lado, la notaba bastante alterada.

- ¿Ocurre algo? Te iba a llamar ahora para contarte lo de…

- No sé que voy a hacer…- Le interrumpió ahogando un sollozo.

- ¿Qué pasa? Me estás preocupando.

- Ricchan, creo que estoy embarazado.- Dijo Kisa sin poder aguantar su llanto, dejando en shock tanto a Ritsu como a Chiaki, quien lo había podido escuchar perfectamente.