Cinco meses después
Chiaki se encontraba trabajando en el apartamento que había comprado junto a su pareja. La mudanza le había quitado más tiempo del que había previsto y apenas había trabajado en el manuscrito que tenía que entregar en tres días. Sentía la presión de tener la fecha límite tan cerca pero aún así no podía concentrarse y el causante de eso era Kisa.
Desde hacía unos meses Kisa, Ritsu y él solían quedar una vez por semana para comer, se había convertido en una tradición y en uno de sus momentos preferidos. Kisa estaba embarazado de seis meses y él no podía evitar sentir cierta envidia sana hacia su amigo. Nunca había pensado en tener hijos, pero desde hacía un par de meses que no podía quitarse la idea de la cabeza. Se moría de ganas de ser padre, pero sabía que a Tori la idea no le llamaba para nada y eso le dolía.
No se había dado cuenta de lo tarde que se había hecho hasta que escuchó que su novio acababa de llegar a casa. Volvió en sí y retomó lo que había estado intentando hacer toda la tarde. Necesitaba avanzar lo máximo posible con el trabajo ya que sabía que no lo tendría acabado a tiempo.
- ¿Cómo lo llevas?- Preguntó Hatori dejando su maletín en el sofá y aflojándose la corbata.
- Intentaré acabarlo cuanto antes.- Se limitó a responder el mangaka.
- Voy a preparar la cena.- Comentó el editor sin esperar ninguna respuesta por parte de Chiaki. Se mantuvieron en silencio por largo rato. El mangaka intentaba no distraerse pero todos sus esfuerzos eran inútiles, no podía parar de pensar en bebés y en como él jamás tendría uno.- ¿Estás cansado? Tienes mala cara.
- No, bueno, tal vez sí que estoy un poco saturado.- Respondió Chiaki forzando una sonrisa.- Descansaré un poco durante la cena.
- Ya casi está lista.
- Por cierto, ahora que lo he recordado, mañana no cenaré en casa.- Informó Chiaki mientras recogía sus cosas de la mesa y las ponía en el sofá.
- ¿Cenarás con Kisa y Onodera?
- Sí, pronto entraremos en el final de ciclo y estaremos un tiempo sin vernos.
- Está bien. Oye, no creo que el sofá sea sitio para dejar eso.- Le dijo Hatori al observar que dejaba todos los papeles en el sofá sin ningún tipo de orden.- Deberías ser más cuidadoso con tu trabajo.
- Será solo mientras cenamos.
- Aún así…
- Está bien, tampoco es que sea mi mejor trabajo.- Comentó el mangaka.
- ¿Qué te pasa? Te veo decaído.
- Solo estoy cansado.
- Hemos tenido unos días muy ajetreados.- Dijo Hatori mientras se sentaban en la mesa y empezaban a cenar.- Pero es genial que ya hayamos acabado con todo lo de la mudanza.
- Sí, ha sido agotador. ¿Por qué tenemos tantas cosas?
- No sé, pero no pienso volver a mudarme jamás, así que ve haciéndote a la idea de envejecer en este apartamento.
- Bueno, ese es el plan.
- Oye, hace tiempo que no vamos a ver a nuestros padres, ¿qué te parece si vamos el domingo? Seguro que se alegran.- Propuso Hatori.
- Mejor lo dejamos para la semana que viene, este fin de semana me gustaría descansar un poco.
- Vale.- Asintió el editor llevándose un bocado a la boca.- ¿Has cambiado la parte que te dije?
- No.
- Ralentiza demasiado la historia, aburrirá al lector.
- No se me ocurre otra cosa.- Respondió Chiaki encogiéndose de hombros.
- Sé que estás cansado pero debes hacer un último esfuerzo, dentro de tres días te daré un descanso, lo prometo.
- De verdad que no se me ocurre nada más aparte de eso.
- Intenta centrarte en…- Comenzó a decir Hatori pero fue interrumpido.
- Tori, llevo toda la tarde dándole vueltas a esa parte de la historia y te digo que no se me ocurre nada, así que no insistas.
- Lo siento pero soy tu editor y tengo que insistir, no puedo permitir que entregues un manuscrito mediocre.
- Pues muy bien.- Dijo Chiaki poniéndose de pie.- Se me ha quitado el hambre, me voy ya a la cama.
- ¿No vas a trabajar un poco más?- Preguntó el editor suspirando.
- No.
- Oye, no te enfades conmigo, solo hago mi trabajo.- Le dijo Hatori de manera suave.
- Tori, el trabajo no lo es todo.- Dijo Chiaki con un hilo de voz mientras se metía en la habitación que compartían.
Ritsu amaneció aquella mañana al lado de Takano como ya era costumbre. Observó a su pareja dormir, se veía tan tranquilo que deseó que el despertador no sonara nunca. Le gustaba las muchas facetas de Takano, incluso su parte gruñona que era la que más mostraba en el trabajo, pero verle así de relajado no era muy usual.
- ¿Me estás mirando mientras duermo?- Preguntó Takano en voz baja y sin abrir los ojos. Ritsu se sonrojó al haber sido pillado en tal situación, ¿es que acaso aquel hombre tenía un sexto sentido?
- ¡Claro que no!- Exclamó el más joven.- Solo estaba pensando cómo iba a despertarte.
- ¿Por qué mientes?- Dijo Takano abriendo los ojos y arrimándose a él.- Admite que estás loco por mí, no es tan difícil.
- No seas tan creído, Masamune.
- Tengo motivos para serlo, ¿no crees? Cada vez que me miras puedo ver como tus ojos gritan "quiero que me foll-"
- ¡No digas ese tipo de cosas de buena mañana!¡Ni siquiera hemos desayunado todavía!- Gritó Ritsu, cuyo sonrojo cada vez se hacía más intenso, provocando que su novio riera.
- Eres adorable.- Murmuró Takano.
- Y tú un salido.
- Y aún así me quieres.
- Sí, demasiado.- Dijo Ritsu suspirando y ganándose un beso por parte de su novio.- Deberíamos ir desayunando o llegaremos tarde.
- No vayamos.- Dijo Takano cuyos labios estaban casi rozando los del otro.
- No digas tonterías, tenemos que ir a trabajar.
- Venga, quedémonos todo el día en la cama.- Dijo Takano dándole un rápido beso.
- Ya me gustaría, pero mi jefe tiene muy mal genio y se enfadaría mucho conmigo si falto a trabajar.- Dijo Ritsu rodeando con sus brazos el cuello de su novio.
- ¿De verdad? Suena a que es un verdadero capullo.- Dijo Takano sonriendo de lado y acariciando con su nariz la de Ritsu.
- Nah, no es tan malo y además es muy guapo.
- ¿Es guapo? A ver si me voy a poner celoso…
- Qué bobo eres.- Murmuró Ritsu riendo.- Venga, salgamos de la cama.
- Odio tener que ser productivo.- Dijo Takano separándose de su pareja.
- Por cierto, hoy no cenaré contigo.
- Vaya, el día va de mal en peor…- Murmuró Masamune poniéndose de pie.
- He quedado con Kisa y Chiaki.- Dijo Ritsu y observó el semblante triste que estaba poniendo el otro.- Si te apetece venir…
- No, no te preocupes por mí, no me importa cenar solo.
- Venga, tonto, ven con nosotros.- Insistió Ritsu.
- Estaba bromeando, sal con tus amigos y diviértete.- Le dijo Takano sonriendo.
- ¿Seguro?
- Seguro. Anda, dúchate tú primero, mientras yo prepararé el desayuno.
Kisa entró en las oficinas de Marukawa con paso lento. No tenía ganas de trabajar, lo único que le apetecía era dormir. Se metió en el ascensor junto con dos editoras que le hicieron un par de preguntas sobre su embarazo. A Kisa ya no le molestaba tanto como al principio que la gente hiciera comentarios o preguntara por su estado, es más, al parecer ya a casi nadie le interesaba su embarazo. La gente se había acostumbrado a ver su ya algo abultada barriga y ya no era motivo de conversación.
- Buenos días.- Saludó Kisa cuando entró al departamento esmeralda. Los únicos que estaban allí eran Takano y Ritsu.
- Buenos días.- Saludaron los dos a la vez.
- Takano, anoche hablé con mi mangaka y me dijo que enviaría el manuscrito antes de las doce.- Informó Kisa mientras se sentaba en su silla.
- De acuerdo.
- ¿Cómo te encuentras?- Le preguntó Ritsu.
- Muy cansado.- Dijo Kisa suspirando.- Por el día ni lo noto, pero no sé qué le debe pasar por las noches que no se está quieto y no me deja dormir.
- Pues eso es que le va a gustar la vida nocturna.- Bromeó Takano.
- No, por favor, esperemos que sea un niño tranquilo.
- Claro que sí, Nao-chan será muy buen niño.- Dijo Ritsu sonriendo y en ese momento comenzó a sonar su móvil. Ritsu se levantó y salió al pasillo para hablar.- ¿Hola?
- Ritsu-sama, soy Sasaki. Siento molestarle tan temprano, espero no haberle pillado ya en el trabajo.
- No te preocupes por eso, Sasaki. ¿A qué se debe tu llamada?¿Ha ocurrido algo?
- Es su madre. Está muy enferma, la muerte de su padre le afectó mucho y me temo que no lo va a poder resistir por mucho tiempo.
- ¿Qué?¿Por qué no me ha dicho nada?- Preguntó Ritsu con preocupación en su voz.- Sé que no he sido lo que ella esperaba pero aún así soy su hijo, ¿no?
- Su madre me pidió que no le contara nada de esto, Ritsu-sama, de hecho no sabe que le he llamado. Ella se arrepiente de todas las cosas que le dijo, estoy seguro de ello. Si se lo estoy contando ahora es porque anoche se puso mucho peor, tuvo que venir el médico y dijo que estaba muy delicada, no nos ha podido decir nada más.
- ¿Desde cuando está así?
- Desde hace más de cuatro meses, pero está en cama desde hace un mes. Sé que no debería meterme en los asuntos de la familia pero creo que a su madre le vendría bien verle. Además, le conozco y sé que se arrepentirá toda la vida si no viene a verla.
- ¿Tan mal está? Me preocupa ir y alterarla más.- Dijo Ritsu angustiado.- Después de todo lo que pasó...yo no he cambiado de opinión, Sasaki.
- Las personas dicen cosas que no piensan cuando están enfadados. Por favor, venga esta tarde a ver a su madre, estoy seguro de que se alegrará.
- Sí, si mi madre está enferma debo estar con ella.- Asintió Ritsu.- Iré nada más acabe de trabajar.
- Muy bien, Ritsu-sama, le estaré esperando.- Dijo el mayordomo para luego cortar la llamada. Ritsu suspiró muy preocupado y volvió a su puesto de trabajo.
- Ricchan, estás pálido, ¿te encuentras bien?- Preguntó Kisa al verle entrar, llamando la atención de su jefe.
- Es cierto, tienes mala cara.- Le dijo Takano.- ¿Ha pasado algo?
- Por lo visto mi madre lleva meses enferma.- Dijo Ritsu con cierto dolor en su voz. ¿Por qué nadie le había avisado antes? Era su hijo, tenía derecho a saber ese tipo de cosas aunque no se hablaran.- Esta noche ha empeorado.
- ¿Quieres tomarte el día libre?- Preguntó Takano.
- No, iré al acabar. No está sola y si pasa algo me avisarán.- Dijo Ritsu.- Kisa, no podré ir a la cena.
- Ni te preocupes por eso, ahora lo importante es tu madre.
Ya había anochecido cuando Chiaki entró en la editorial en busca de sus amigos. Subió hasta el departamento de manga shoujo donde ya solo quedaban Hatori, Kisa y Takano.
- Hola.- Saludó el mangaka al entrar.- Tori, te he traído la parte que he cambiado.
- Ahora le echaré un vistazo, gracias.- Dijo Hatori cogiendo los papeles que le tendía su novio.- No esperaba que lo tuvieras tan pronto, la verdad.
- Hoy he tenido ayuda.
- Bien.- Se limitó a decir el editor mientras hojeaba el manuscrito.
- ¿Dónde está Ritsu?- Preguntó Chiaki.
- Su madre está muy enferma y se ha ido a verla.- Explicó Takano.
- Pobre.- Dijo Chiaki suspirando.
- Sí, vaya racha lleva el pobre Ricchan.
- ¿Entonces qué hacemos? ¿Dejamos la cena para otro día?- Le preguntó el mangaka a Kisa.
- La verdad es que no tengo muchas ganas de ir de cena.- Respondió Kisa.- Nao lleva varias noches muy revoltoso y no me deja descansar, así que si no te importa dejarlo para otra ocasión…
- Por mí no hay problema.
- Te lo agradezco.- Dijo Kisa sonriendo.- De hecho ya se está moviendo.
- ¿Qué?¿Ahora mismo?- Preguntó Chiaki.- ¿Lo notas mucho?
- Sí, un montón. ¿Quieres notarlo?
- ¿Puedo?- Dijo el mangaka ilusionado bajo la atenta mirada de los otros dos.
- Claro.- Respondió Kisa y se levantó la camisa mostrando su vientre. Cogió las manos de Chiaki y las llevó hasta el lugar en que sabía que se notaban más los movimientos.- ¿Lo sientes?
- Sí, sí que puedo sentirlo.- Respondió Chiaki fascinado.- ¡Ahora ha sido más fuerte!
- Sí, va variando la intensidad.
- Es increíble…- Murmuró Chiaki aún con las manos en el vientre de su amigo. En ese momento miró a su pareja quien había dejado de lado el manuscrito y se encontraba observándole. Hatori le miraba con cierta preocupación y él le miró con ojos suplicantes, quería darle a entender que lo que más deseaba en ese momento era vivir lo que estaba viviendo su amigo, pero no surgió efecto, la expresión de Hatori no cambió y él desvió la mirada ocultando su gesto de dolor. Rápidamente forzó una sonrisa y alzó su vista para mirar a Kisa.- Voy a dejar de manosearte ya.
- No te preocupes, ya me he acostumbrado a que me toquen la barriga.- Dijo Kisa riendo suavemente mientras Chiaki apartaba sus manos de él. Se colocó bien su camisa y comenzó a recoger sus cosas.- Yo voy a marcharme ya, que me noto muy cansado.
- Sí, ya es tarde.- Comentó Takano mirando el reloj.
- Tori, ¿te espero?- Preguntó Chiaki.
- Sí, me llevaré trabajo a casa. Ahora nos vamos.
Chiaki y Hatori caminaron en silencio hacia su casa. Durante el trayecto en metro solo habían hablado de trabajo, últimamente era de lo único que hablaban. Hatori le miraba de reojo mientras caminaban por una calle vacía. Ya estaban solo a un par de minutos de su casa. Hatori sabía que algo no andaba bien, Chiaki llevaba un tiempo comportándose de forma extraña y necesitaba saber el por qué, ya no lo soportaba más.
- Me gustaría que me dijeras qué te ocurre y no me digas que es que estás cansado.- Dijo de pronto Hatori llamando la atención del otro.
- ¿Por qué lo dices?
- Últimamente estás muy callado y distante conmigo, no sé muy bien a qué se debe ese cambio de actitud pero me preocupa que te hayas cansado de mí y quieras dejarme.- Confesó sorprendiendo a Chiaki.
- ¡Por supuesto que no me he cansado de ti!- Exclamó el mangaka.- No vuelvas a pensar algo así.
- ¿Entonces qué es? Porque se me acaban las opciones…
- Tori…- Murmuró Chiaki parando en seco y haciendo que el editor también parara de caminar. El corazón de Hatori se encogió y su preocupación aumentó al ver como las lágrimas comenzaban a rodar por las mejillas de su novio.
- Tranquilo, sea lo que sea saldremos adelante.- Dijo Hatori con voz suave, tratando de tranquilizar a Chiaki mientras le rodeaba con sus brazos.
- Q-quiero un bebé, Tori.- Dijo sorprendiendo al editor, quien abrió los ojos como platos. Esa reacción le hizo llorar de manera más sonora.- Sé que tú no quieres...p-pero yo es lo que más quiero...no te lo había dicho porque…
- Está bien, tranquilo, no llores.- Le dijo Hatori abrazándole con más fuerza.- Tranquilizate y lo hablamos en casa, ¿de acuerdo?
- N-no puedo.- Respondió Chiaki escondiendo su rostro en su pecho.
- Venga, no soporto verte así. Sabes que eres la persona que más quiero en el mundo, ¿no? Te quiero muchísimo y eres un tonto por pensar que no quiero tener un hijo contigo.
- P-pero tú dijiste…- Dijo Chiaki levantando la cabeza para mirarle a los ojos.
- Sé lo que dije. Los embarazos en hombres son más peligrosos y me preocupa que algo malo pueda pasarte, por eso cuando nos enteramos de que podías quedarte embarazado te dije que yo no quería tener hijos. Por supuesto que me gustaría tener un hijo contigo, pero me da miedo. Si el embarazo se complicara y tú…
- No pienses en esas cosas, Tori.- Le dijo el mangaka acariciando su mejilla.- Kisa por ejemplo…
- Sí, Kisa está bien, pero aún le queda lo peor.- Interrumpió Hatori con cierta preocupación en el rostro.
- No te pongas en lo peor. Todo va a salir bien para él, estoy seguro.
- Eso espero.
- Ya verás como sí.
- Me da tanto miedo perderte…- Murmuró Hatori.- Pero me doy cuenta de lo feliz que te haría tener un hijo...y, bueno, a mi también me haría muy feliz.
- ¿Eso es un sí?
- Podemos intentarlo, pero solo si no te obsesionas con el tema y si, en caso de que lo consigamos, te tomas el embarazo con tranquilidad.- Dijo Hatori sonriendo.- Quiero que sea lo más seguro posible.
- ¿Lo dices de verdad?- Preguntó Chiaki con una sonrisa y el editor asintió.- ¡Me acabas de hacer muy feliz, Tori!
- Yo también estoy feliz.
- Nada más llegar a casa tiraremos a la basura la caja de condones.- Dijo el mangaka emocionado separándose de su pareja para volver a ponerse rumbo a su apartamento.
- Es una pena porque solo habíamos usado un par…
- No importa.- Dijo Chiaki cogiéndole de la mano.- Y vamos a intentarlo todos los días desde esta noche.
- ¿No habíamos quedado en que no te obsesionarías?- Preguntó Hatori arqueando una ceja pero sin poder ocultar su sonrisa.
- Lo siento, es que me hace mucha ilusión.- Respondió Chiaki y de repente paró en seco.- Tenemos que contarles lo nuestro a nuestras familias.
- Sí, si vamos a tener un hijo deberíamos decírselo.
- Espero que a nadie le dé un infarto…
- Tu hermana está loquita por mí así que igual te pega.- Comentó Hatori.
- ¿Crees que en un cuerpo a cuerpo yo podría ganar a mi hermana?- Preguntó Chiaki mientras continuaban caminando.
- Aunque más o menos tenéis la misma complexión física, yo creo que ella te ganaría por actitud.
- Jo, pues entonces le diré que estoy preñado para que no me pegue.
